Capítulo 78
Al bajar del vuelo tomo un taxi
con destino a un hotel, sin importar cual, lo único que quiero es darme un baño
y descansar.
A través de la ventana de auto miro a las
cumbres de los Alpes que se ve cubierta de nieve. Es una cordillera de los montes Cárpatos.
Observo
detenidamente, mientras puedo sentir un poco de frio. Sé que allí cerca de esas
montañas estará la cabaña. Espero que el lugar sea tranquilo como me ha dicho
Karla.
Me hospedo en un hotel
tranquilo, apenas entrando a la ciudad.
Me doy el baño tan anhelado y
pido que me suban algo de comer a la habitación.
Al encontrarme aquí, sola
haciendo zapping en la televisión, asoman los recuerdos.
Puedo escuchar el palpitar de
mi corazón diciéndome cuanto es que la extraña, esto dos años al estar tan
ocupada, no me detuve un segundo a pensar y es por eso que no me di cuenta
cuanto es que la echo de menos, el que cantara esa canción cada vez llegaba a
la oficina o me estuviera esperando.
Mi mente me dice que ahora amo
a Josefina y que no tengo que pensar en
Natalia, que ella ya no forma parte de mi vida, que ya no está, que no hay nada
que pueda hacer.
Pero muy en el fondo tengo la
esperanza de que todo sea una mentira. Al menos me gustaría verla por última
vez y decirle que fui una estúpida al no escucharla, sabiendo que todo lo hizo
por mí, por amor.
Pero solo me queda el
arrepentimiento de eso y de intentar ser feliz, como ella lo hubiera querido.
Luego de alimentarme me acuesto
mientras intento concentrarme en la tele, pero es algo imposible. Me duermo
pensando en lo que hice mal.
Despierto por la claridad que
entra a la habitación además de que dormí demasiado ya no puedo mirar más.
Miro la hora del teléfono, y
son las siete de la mañana. Junto las pocas que logre sacar ayer de la valija y
bajo al lobby del hotel. Al pagar, salgo de allí.
Tomo el mapa que me dio Karla
para guiarme y me acerco a un señor que se encuentra sentado afuera de un
negocio.
-
Disculpe- digo hablando un poco fuerte para que me oiga-
quiero preguntarle sobre una cabaña afueras de la ciudad- le digo todo lo que
se al hombre mayor y parece saber.
-
Ese lugar se encuentra bastante lejos, subiendo por una
de las montañas- responde sonriéndome- tiene que tomar estar ruta- dice
señalando la calle que lleva afuera de la ciudad- después de unos km encontrara
una que sube a la montaña- sigue indicándome mientras me observa detenidamente-
al llegar al primer cartel que indica los km recorrido, a su izquierda
encontrara un camino de tierra y
piedras, ese le lleva directamente a la cabaña, está bastante adentrada entre
los árboles, pero supongo que lograra distinguirla.
-
Muchas gracias por la ayuda- respondo al hombre- seguro
llegare bien- tomo mi valija y antes de alejarme de él puedo sentir como toma
mi brazo.
-
¿ira caminando?-pregunta
-
Sí, tengo todo el día para llegar y no estoy apurada.
-
Yo que usted no haría eso- dice- se viene una tormenta
y podrá agarrarle por el camino y es peligroso- miro el cielo y veo una nube
pero a lo lejos, dudo que llegue antes de que este en la cabaña- ¿quiere llamar
que la busquen?
-
Espero llegar antes que la tormenta- respondo sonriendo
amablemente al hombre- no, gracias, además que yo sepa no vive nadie en esa
cabaña, ni siquiera un cuidador.
-
Qué raro- dice pensativo.
-
¿Por qué?-pregunto preocupada.
-
Por nada señorita, no se preocupe. Y deberá apurarse
para que no le agarre la tormenta- dice adentrándose al negocio.
Lo miro entrar y tomo mi valija
y continuo caminando hacia donde el acaba de indicarme. Pero no puedo sacarme
de mi mente la cara que puso cuando le dije que allí no vive nadie, al menos
que Karla me haya mentido o alguien se metió a vivir allí.
Continuo caminado observando el
hermoso paisaje, al ver las montañas y los arboles bien verdes. Siempre me ha
gustado la vegetación. Por el camino puedo ver algunas flores.
A media mañana me detengo a comer una barra de
cereal, y descanso un poco mis piernas de tanto caminar. Todavía me falta mucho
por delante, cuando levanto mi vista a mirar el cielo, veo que todo está
nublado.
El anciano tenía razón, ojala
le hubiera hecho caso.
Al retomar mi marcha, unos
minutos después siento la lluvia mojándome el rostro, miro el mapa y sabiendo
el camino que tengo que tomar guardo el mapa en la valija y saco una campera
con capucha para no mojarme tanto y me adentro entre los árboles para acortar
camino, así llego más rápido a la cabaña.
Poco a poco el día empieza
oscurecerse más y empieza a nevar. Todo me da en la cara que me es imposible
casi ver, pero sé que no estoy muy lejos. Aunque con el día así tardare en
llegar. Tengo el cuerpo mojado y tiemblo de frio aunque estoy abrigada.
Me detengo un momento a ver a
mí alrededor y estoy a unos pocos Km de tomar la ruta que lleva a la montaña
así que debo seguir caminado.
Camino sumida en mis pensamiento
y en tratar de llegar lo más rápido
posible a la cabaña, y caigo al suelo por tropezarme con unas raíces que sobre
salen del suelo. Al caerme golpeo la cabeza con una pequeña piedra y no siento
nada más.
Despierto con dolor de cabeza y
en el tobillo siento un dolor horrible es tan insoportable que intento pisar
pero no puedo. Me toco la cabeza y puedo ver en mi frente un poquito de sangre
seca. Saco el teléfono de la valija y miro la hora y ya es la ocho de la noche.
Por lo visto al recibir el golpe en la cabeza al caerme me desmaye.
Me acerco uno de los árboles
para protegerme un poco de la nevada hasta ver como continuar caminando. Saco
la botella de agua y tomo un poco.
Busco alrededor alguna rama
caída o algo para poder utilizar para sostenerme así no lastimo más mi pie pero
no hay nada.
Me levanto y camino aunque el
pie me duele mucho, pero debo llegar al lugar, es peligroso que pase toda la
noche aquí entre estos árboles.
Puedo sentir mi tobillo
hinchado, sé que hecho peor en caminar así pero no me queda otra.
Levanto la vista y veo unas
luces delante de mí. Miro bien y noto que es la cabaña.
Saco una foto que me dio Karla
y es la misma que está enfrente de mí. Unos cuantos pasos más y estaré allí.
Al llegar e intenta abrir la
puerta, me doy cuenta del dolor de cabeza que tengo y empiezo a marearme y ver
nublado, intento sostenerme pero caigo.
Abro los ojos y veo todo
nublado, llevo mi mano allí y siento una venda. Miro alrededor y estoy en una
cama, sin la campera que me puse hoy, solo la ropa de cuando salí del hotel,
estoy tapada y miro pie y puedo ver alrededor del tobillo otra venda además de
estar hinchado. Intento levantarme pero vuelvo a marearme.
Llevo mis vista hacia un
costado y veo una cuna con un pequeño bebe tal vez de dos años mirándome.
-
¡mama!- dice pero al ver que no soy su madre hace un
pucherito queriendo llorar.
Lo observo detenidamente es un
pequeño angelito, es hermoso, tiene cabello rubio y ojitos claros. Al verlo me
dan ganas de tener un hijo.
Levanto la vista después de unos minutos haber escuchado la
puerta de la habitación.
Y me encuentro con esos ojos.
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que sean de Natalia, que sean de Natalia, que sean de Natalia!! porque son tan cortos!! en serio mis uñas no resistirán una semana mas!!.
ResponderEliminarMe encanta esta historia!.
esperando el proximo capitulo mui linda tu istoria...cada ves mas anciosa:D <3
ResponderEliminardenise sofia...saludos desde argentina :3
toma ya ..... y nos quedamos en estado de shokkk
ResponderEliminarTu si que sabes como dejarnos con ganas de más :-)
ResponderEliminarohhh por dios que sean los ojos de natalia, pero el niño quien es hay me muero por otro capitulooooooo
ResponderEliminarWaaa..!!! por que dejarlo en parte mas emocionante. Espero que sea Natalia...
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