Amor Inmortal - Ve.C - 61

Capítulo 61

En el rostro de Adriana veo algo de desconcierto por lo que termino de decir.

Es entendible, suena todo un poco raro, quisiera que pudiera entender el significado de cada palabra.

Podría decirle esto después de que le diga la verdad, de esa manera si no tendría la cara que tiene ahora. Pero no puedo desperdiciar más tiempo dándole vuelta al asunto. Es todo o nada.  Por supuesto me importa la reacción que vaya a tener, ya le he dicho algo y ella solo lo ha tomado de forma graciosa, pero para que me crea tendré que darle alguna demostración, porque si no me tomara de loca o seguirá así sin creerme.

Camila se ha dado cuenta aunque bueno atiende a un oscuro así que es más fácil que viera lo que soy pero ¿Por qué ella no? Ojala fuera más mente abierta.

-      Natalia tu sabes lo que siento por ti- responde- pero hay cosas que no entiendo porque eres misteriosa, y si tu realmente quieres estar conmigo necesito que me digas que es para poder confiar en ti.

-      No quiero ocultarte nada y sé que te resulto así pero hay cosas que no son fáciles de decir, pero créeme cuando te digo que quiero decirte y voy hacerlo.

-      He notado que tú quieres decirme lo que sea que te hace actuar de esa forma y yo no voy a presionarte ni nada para que me lo digas porque sé que tú lo harás cuando estés lisa o crea que estoy lista para saberlo.

-      Gracias por entender-respondo acercándome a ella “realmente espero que sepas entender y aceptar lo que soy” – por eso te amo y después que lo sepas espero sigas haciéndolo.

-      ¿Por qué no habría de hacerlo? No creo que sea tan grave para dejar de amarte además dudo que alguna vez pueda no amarte.

-      Porque yo sé lo que tengo que decirte y sé que puede pasar eso aunque espero que no.

-      Eso no va pasar- responde segura, ni siquiera sabe que es lo que voy a decirle- ¿nos vamos?

-      Eso espero “si supieras todas las cosas que he hecho estos años, me arrepiento pero conociéndote no sé si lo entiendas” si vamos.

 Salimos en silencio, no porque no tengamos nada de qué hablar sino porque ambas pensamos en lo que acaba de pasar, ella en todo lo que le dicho y sé que esta desconcertada con todo, llena de incertidumbres con respecto a mí y es más que entendible, son pocas las cosas con la cual he hablado claro.

Y yo tengo que buscar el momento y las palabras adecuada para decirle y mostrarme como soy, no será fácil para ninguna de las dos. Pero quiero ir a mi enfrentamiento tranquila, sabiendo que le he dicho toda la verdad, que de mi parte el amor fue, es y será sincero y para eso tengo que hablar. Estará en ella, si la acepta como verdad o no.

El trayecto a su casa también es en silencio. Solo el sonido de la radio puede escucharse en su auto.

Lo que se me ha pasado por alto es revisar su auto en busca de micrófonos, seguramente pusieron aquí también, no creo que quieran que se le pase algo por alto. ¡Mierda! ¿Dónde tengo la cabeza? Si ya se en muchas cosas y últimamente algunas se me pasan.

Debo estar más alerta ¿Dónde está mi sentido de alerta? Practique mucho con Caín para saber estar alerta  sin que nada pueda distraerme y ahora ni siquiera he sabido usarlo. Algo así puede costarle la vida Adriana. Voy a necesitar días de meditación para conectarme con mi bestia interior.

-      Llegamos- dice al frenar el auto- no sabes cuánto extrañaba estar aquí.

-      Me imagino- respondo mientras bajo- no hay nada como la casa de uno.

-      Es verdad. Lo único triste de estar aquí antes es que estaba sola al llegar del trabajo- contesta abriendo la puerta y entrando.

-      Te entiendo- respondo- pero seguro si estabas sola y llegabas a casa así era porque querías- digo lo último sonriendo- a mí también me pasaba lo mismo de día.

-      Si tienes razón era porque quería- responde dejando su bolso en el sillón de la sala-  ¿tú de noche salías de levante?

-      Puede ser- contesto dejándome caer en el sillón.

-      Seguramente si lo tenías- dice sonriendo- iré a cambiarme ¿tú quieres algo más cómodo?

-      No te preocupes por mí, estaré bien así.

-      Está bien- camina hacia su habitación- si tú lo dices.

 La veo entrar en su habitación y cierro los ojos un momento.

Desde donde estoy puedo escuchar como la ropa va saliendo de su cuerpo y se mete a la ducha.  Con el sonido del agua abro los ojos y salgo al patio.

Sin darme cuenta estoy mirando el cielo, las estrellas iluminación la noche aunque recién hay unas cuantas, son las primeras en brillar.

Las he visto salir y ocultarse miles de veces pero no jamás me cansare de verla y más en algún lugar lejos aislado de todos.

-      ¿te gusta mirar las estrellas?- pregunta Adriana mientras apoya su cabeza en mis hombros.

-      Si, desde niña “en esos tiempo realmente se podía ver todo su esplendor” es como si me trasmitieran algo pero no sé qué.

-      Yo también cuando me enviaban de campamento de noche podía verla- dice separándose de mi- ¿quieres cenar? Aunque no hay nada para preparar deberíamos pedir algo.

-      Está bien aunque no tengo hambre- respondo, ni me dieras sangre podría ser pero comida no, podría hacer ni el intento supongo- pide lo que quieras cenar.

-       Ok pediré algo rápido- dice tomado su móvil y marcando.

Por mí que lacena rápida se tarde todo lo que quiera, porque no sé si pasara de mi garganta. Le he dicho que soy un vampiro y si como algo, menos lo va a creer.

Será sentarme y ver como cena.
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