Cada
vez la notaba más distante, cuando trataba de entablar una comunicación con
ella siempre surgía una actividad o compromiso olvidado, sin dar detalles se
alejaba de mí, no entendía su actitud, eran los momentos más raros que pudiera
vivir. Hasta que mientras tomaba un café un pensamiento invadió mi mente - - tal
vez había hecho algo aquella noche, eso
podría ser, eso explicaría todo - -me
dispuse a buscarla y aclarar todo, pero había un problema, ella no contestaba
mis llamadas y hay estaba otra vez preguntándome como haría para platicar con
ella sin que desapareciera, iba caminando por el parque que esta cerca del restaurant concentrada
en idear un plan que funcionara, note que unos niños estaban jugando futbol pero me limite a pasarlos de largo ignorarlos por completo, sin darme
cuenta que uno de ellos había tirado
fuertemente el balón dirigiéndose hacia mí, escuche los gritos de aquellos
mocosos y me gire mirando el balón girar en mi dirección, pero era tarde por que se estrelló en mi cabeza derribándome al suelo. Una
visión rápida pasó en mi mente, una chicha en mis brazos con una herida en el
pecho, no podía apreciar su rostro al igual que aquellos sueños, una voz
interrumpió mi trance.
-¿Estas
bien?- Aquella voz tan familiar hizo que mi corazón latiera con fuerza, la mire
a los ojos, los cuales demostraban preocupación, tomó mi mejilla con su mano y
dejo escapar una vez más aquella voz llena de preocupación- Yae, ¿Estás bien? – sentí un sonrojo invadir mis
mejillas y le sonreí tontamente.
-Sii-
dije con una voz empalagosa, mientras sentí un cosquilleo en mi nariz, algo
escurría por ella y no eran flujos nasales porque la cara de Keely se mostraba
más aterrada, lleve por inercia mis dedos a mi nariz y observe que
efectivamente era sangre- ¡Hooo! No sé porque me pasan estas cosas- Tomó
rápidamente papel higiénico de su bolso y limpio con paciencia y ternura.
-Será
porque eres muy distraída – su rostro exponía una sonrisa cálida, observe como
se levantaba para extenderme su mano ofreciéndome ayuda para levantarme, tome
con ternura y en cuanto sentí su contacto, mi piel se erizo levemente y exprese
una sonrisa tímida, me entrego el pedazo de papel para que me siguiera
limpiando y comenzó a caminar hacia una banca que estaba a pasos de allí. La
seguí callada, observando su cuerpo delgado y frágil, la elegancia que emanaba
de ella al sentarse me hacía sentir que era inalcanzable, observe su sonrisa y
como se me quedaba viendo extrañada, baje un poco mi mirada y di un pequeño
suspiro, tome asiento alado de ella y gire mi vista hacia ella observándola con
detenimiento.
-¿Por
qué me estas evitando?- Sus ojos demostraron sorpresa, abrió levemente sus
labios y bajo la mirada, creo que fui muy directa con mi pregunta, pero no
podía arrepentirme.
-
Yoo – apenas si se podía escuchas su
voz, lo cual fue una afirmación para mí.
-
¿Hice algo malo ese día?- volvió a mirarme sorprendida, y sentía una ansiedad
apoderarse de mí.
-¿No
lo recuerdas? – emitió al final después de un incómodo silencio, y ahora me
encontraba angustiada, que se suponía que debía recordar, podría ser que
aquello no fue un sueño.
-
No, lo siento, estaba muy tomada – la mire fijamente a los ojos y notaba su
expresión confundida. - ¿Qué hice?- y volvió a quedarse callada. Mire hacia los
dados esperando una respuesta, observe como aquellos niños se iban por que la
noche empezaba a caer.
-
Vomitaste encima- su voz fue rápida y no comprendí muy bien lo que dijo.
-¿Qué?–
la mire confundida, ¿esa era su respuesta?, mi boca estaba abierta y solo podía
balbucear.
-
Vomitaste encima de mí, y eso lo que más odio de los borrachos- su voz era
tranquila y su mirada estaba en otro punto – y
ahora no sé cómo hacer para no recordar aquello al verte- me quede
callada totalmente confundida e incrédula, observe su mirada y era seria, lo
que me dejo más confundida. Estaba claro que estaba mintiéndome, ¿por qué lo
hacía?, me la quede viendo sin dar crédito a sus palabras -Tranquila, está superado-
mostraba nuevamente esa sonrisa que me encantaba- vamos se hace tarde para ver
una película- Por un momento sentí que esa respuesta era verdadera, baje la mirada
y sonreí fastidiada.
-
mentirosa- dije en un murmullo.
-¿Qué?-
contesto con un poco de vacilación en su voz
-
¿Por qué me mientes? – mi voz ahora era audible hasta donde ella estaba, ya que
había empezado a caminar, observe de reojo como se detenía mirándome, gire a verla quedándome en silencio, ella regreso
sus pasos y volvió a sentarse a mi lado sin dejarla de ver - ¿hice algo que te
ofendiera?- tratando de que se notara en mi mirada la desesperación porque me digiera
la verdad y guardando un poco de esperanza de que año no fuera un sueño –Sé que
mientes, porque no es lógico que despierte con la misma ropa y que no allá
rastro de algún incidente como ese, además que en ni una sola de mis borrachera he vomitado antes de la cruda –
la seguía observando sin detenerme quería su respuesta, la verdadera, bajo su
mirada y di un gran suspiro perdiendo su mirada en la oscura noche.
-
trataste de besarme, diciendo que era hermosa- la mire de inmediato y no pude
evitar sonrojarme- después de que termine de curarte el labio, me dijiste que
era hermosa y trataste de besarme, me resistí
y trate de calmarte, te lleve a tu habitación para que te durmieras pero
insistías en besarme y tuve que poner todo mi peso sobre ti para que no lo
hicieras, hasta que te quedaste dormida- me miraba con un poco de tristeza y vi
una lagrima resbalar por su mejilla.
-
Yo lo siento- dije con rapidez, sintiéndome avergonzada por aquellas palabras –
discúlpame no debí – mi voz ahora demostraban la vergüenza que me invadía, en
un impulso trate de tomar su hombro pero
me detuve sin saber que hacer – lo siento-
soltó una risa nerviosa.
-
Ahora que lo pienso eso fue gracioso, solo espero que no te hayas enamorado de
nuevo porque eso sí sería un gran problema- me miraba sonriente, y mi mente gritaba
- - Díselo- - y mi razón me aconsejaba - - La perderás- -, solo pude sonreír a
mi pesar.
-
Si eso sería un gran problema, lo bueno es que no hay necesidad de preocuparse-
trate de que mi sonrisa no saliera forzada y mi tristeza no se notara- ¿aun
quieres ir a ver la película?, prometo no tratar de besarte jajajajja- le
sonreí tímidamente, observe como se levantada levemente y se giraba hacia mí.
-
si lo haces, no dudare en aplicarte una llave– con voz entre seria y juguetona
mientras extendía su mano y sonreía.
-
tendré cuidado de ni pensarlo- sonreí sin aparentar tristeza.
El
tiempo seguía pasando y mi vida se iba en aquellas sonrisas llenas de tristeza,
de aparentar que no pasaba nada, en los arranques de enojo sin sentido de Keely
, en las innumerables veces que la seguía hasta su casa para que me digiera la
razón de sus enojo sin dejar pasar las burlas de Erick que decía - - Pero que
novias - - y esas tardes en las que
Erick y Mónica empalagaban el restaurant con su amor, mientras que nosotras les
hacíamos burlas y estos se tornaban de color rojo, mientras moríamos de la
risa.
Hasta
que aquel día llego, aquel día aparentemente normal, en el que despertaba como
anteriores madrugadas, agitada y con el corazón descontrolado, aquel sueño se
volvía a repetir una vez más y esta vez lágrimas resbalaban por mis mejillas, ya
que me había mostrado la cara de aquella chica en mis brazos, lloraba con desesperación
al recordar aquellos labios que ya conocía, aquellos ojos, aquel rostro que me
arrancaba suspiros, recostada en mis brazos. Trate de tranquilizarme,
diciéndome que solo era un sueño, que aquello no podría ser algo más que un
horrible sueño.
Las
siete de las mañana y ya no podía con la ansiedad, tenía que ir a verla,
asegurarme que se encontraba bien, así que me apresure a llegar a su casa, en
cuanto alcance a ver la casa, mi corazón empezó a latir fuertemente y me
zumbaba en los oídos, me detuve en seco y respire profundo tratando de dar
oxígeno a mi cerebro - -tranquila - - me decía, pensando en el pretexto de mi
visita, tenía que ser uno bueno porque era demasiado temprano, tome aire
nuevamente y continúe mi camino, escuchando cada zumbido de mi corazón. Al
estar pasos de la puerta, observe como esta se abrió y de ella emano aquella
linda figura que tanto ansiaba ver. Me detuve en seco y ella se sorprendió al
verme, solté un suspiro de alivio al tenerla hay enfrente de mi tan hermosa
como siempre.
-¿Qué
haces aquí?- dijo riendo sin quitar esa expresión de asombro, me contagio su
sonrisa.
-
Yooo –no sabía que decir- pues vine a visitarte- se notaba el nerviosismo en mi
voz – ammm no podía dormir y me dije visitemos a Keely – sonriendo tímidamente,
la observe detenidamente y su expresión cambio de sorprendida a confundida – y
aquí me tienes, visitándote.
-¿Qué
pasa?, ¿ocurre algo malo?- al parecer notó mi nerviosismo, trague saliva, baje la mirada - - piensa,
piensa - - cerré mi ojos un momento y di un gran suspiro, volví a dirigir mi
mirada hacia la de ella que tenía una chispa de preocupación, abrí mi boca
tratando de articular palabras pero no se me ocurrió nada, la mire derrotada y
le demostré una sonrisa tímida, moví la cabeza en negación.
-
solo, tenía ganas de verte- sentí mis mejillas arder, y desvié mi mirada unos
segundos, para encontrarme con la cara sonrojada de Keely, quien también desvió
la mira – Keely- la llame quedamente y se giró despacio mirándome de nuevo
–hace frío aquí- Tomó mi mano y me guió hacia dentro, señalo el sofá dándome
entender que podía sentarme en él, y cuando intento soltarse del agarre, una
imagen paso por mi mente ella recostada en mis brazos, lo que provoco de la
tomara con más fuerza, se giró confundida y la solté al instante – Lo siento-
me miro confundida.
-
Siéntate, voy por un café – asentí y la vi desaparecer por la cocina - - debes
controlarte Yaeli - -, cuando regreso, la mire sonriendo, me entrego la taza de
café humeante y se sentó a mi lado, trataba de evitarla haciendo un alago a
cualquier artefacto que observaba y ella contestaba de donde era, sin quitarme
la mirada de encima.
-
¡Vaya! Y ese… -
-
¿vas a decirme qué te pasa?– interrumpió antes de terminar mi frase, sin
mirarla y sintiendo su mirada penetrante en mí, me gire hacia ella realmente
despacio, mirándola tímidamente, volví a negar con la cabeza. Dio un suspiro
pesado y se dispuso a tomar un sorbo de su café, quedando en silencio unos
minutos.
Comenzó
una conversación tratando de evitar el tema sobre lo extraña que estaba esa
mañana, me habla sobre su trabajo, de los proyectos que tenía en él, de cosas
cualquieras como si quisiera tranquilizarme, preparo el almuerzo y almorzamos
juntas, con ella se me iba el tiempo volando y sin darme cuenta ya eran las 3
de la tarde, la observe fijarse en su reloj y dar un brinco asustada.
-¡Hoo
por Dios, es tardísimo! – se levantó como resorte del sofá y se dirigió a su
cuarto, confundida la seguí.
-
¿Tarde para qué? – me metí a su cuarto y casi chocamos porque ella estaba
saliendo de este.
-Hoy
es la presentación de las candidatas y yo soy una de los heraldos, ¿Cómo pude
olvidarlo?, tengo que llegar antes de las Cinco - la observaba desesperada y
sin dejar de seguirla a donde iba.
-¿Y
es tan tarde?, ¿es necesaria tu presencia?- se giró a verme confundida,
quedándose callada unos segundos, tomo una toalla y se dirigió a la ducha, en
un acto de inercia la seguí hasta el ingresando a este – no puedes ir - volví a
sentir esa mirada con un poco de impaciencia.
-¡Yaeee!-
la mire confundida - voy a bañarme-
dándome cuenta que no era necesaria mi presencia en ese lugar y sonrojándome
por completo, salí sin decir más, escuchando detrás de mí – Gracias.
Después
de 10 minutos estaba fuera de la ducha envuelta en solo la toalla, me quede
viendo idiotizada sus piernas desnudas, separando mis labios levemente, me
había dejado sin aliento, sin notar que me estaba viendo de forma divertida,
hasta que la mire a la cara, desvié mi mirada rápidamente sonrojándome,
entrando en razón.
-
No puedes ir- cambio su mirada divertida a una confundida.
-
¿Qué?- me miraba incrédula -¿y por qué no? – Se acercó con una mirada retadora,
provocándome nerviosismo, podía ver sus pechos torneados los cuales atrajeron
toda mi atención – Yaeee – escuche un reproche mientras se los cubría con las manos, gire mi mirada aún más roja y
nerviosa - ¿Por qué no? Volvió a repetir.
-¿por
qué no quiero que vallas? – solté sin más
-¡¿Queeeé?
Aaashhh! – Soltó con desesperación – ¿Qué clase de respuesta es esa?– Casi
gritando, se giró fuerte y trate de tenerla, pero solo alcance a tomar la
toalla provocando que esta se soltara de su cuerpo, exponiéndolo ante mis ojos,
un grito fuerte de escucho en la habitación seguido de un fuerte golpe en mi
mejilla – SAL DE AQUÍ- me gire sin detenerme hasta la sala, esperando
pacientemente sin poder despejarme de las imágenes de aquel cuerpo tan sensual,
cuando escuche el ruido de sus zapatillas me gire al instante que dándome con
la boca peligrosamente abierta, se veía espectacular, aquel vestido resaltaba
sus piernas torneadas, seguida de es cintura que me volvía loca y sin detener
mi recorrido hasta llegar aquellos pechos que me provocaban, y me encontré con
los labios levemente mordido por uno de sus dientes sin dejar de ver esa mirada
intensa.
Gire
mi mirada instantáneamente recobrando la compostura y trayendo a la razón por
la que estaba hay.
-
Déjame ir contigo – solté sin timidez, se me quedo viendo con extrañeza, ladeo
sus labios, hizo una seña de aceptación y salió hacia la cochera, la seguía
nerviosa, mis ojos enfocaron el auto en el que pensaba viajar, era un platina
rojo como el del sueño, me fui de espalda bajándome la presión de golpe.
-
¿estás bien?- Se acercó a mí, tomándome la frente con cariño – Tienes que
descansar, no puedo llevarte así, quédate en mi habitación y descansa- me dio
un beso en la frente y se giró hacia el coche.
-
¡Nooo! – la tomé de la mano y nuevamente estaba atormentándome, aquellas
visiones, aquel tipo jaloneando a Keely, yo sin poder correr, el platina rojo a
su lado, el momento en que el puñal atraviesa su pecho y yo derramando lagrimas
sobre el cuerpo de ella. Salí del trance encontrándome con una cara horrorizada
de Keely, al parecer estuvo llamándome varias veces. Sin pensarlo dos veces las
tome de la cintura fuertemente y la arrastre hacia el interior de la casa
rebatándole las llaves del auto- Lo siento pero no puedes ir a ese lugar, no lo
permitiré- sentí el jaloneo de ella tratando de zafarse del agarre, escuchando
los reclamos y golpes sobre mí, hasta que la ensere en su cuarto.
-¿QUÉ
DIABLOS TE PASA?, ¿TE HAS VUELTO LOCA?, SACAME DE AQUÍ, IDIOTA –Se escuchaban
los golpes y gritos de tras de la puerta, me paseaba sobre el pasillo nerviosa,
escuchando el llanto proveniente de ella, apreté con furia los puños, tratando
de no arrepentir por lo que hacía.- Sácame de aquí, ¿Por qué me haces esto? –
escuche su voz cansada, me recargue frente a la puerta
-
Lo siento amor- El llanto que tanto procure mantener guardado, salió a la luz –
Pero no quiero perderte – escuche silencio del otro lado – hace tiempo que me
atormenta un sueño, un sueño en el que hay una chica debatiéndose entre la vida
y la muerte, en el que esa chica eres tú y
mueres por un alguien y yo sin
poder hacer nada y por si fuera poco ese maldito auto esta en mis visiones y
todas aquellas imágenes de aquel sueño- Solo se escucha un silencio en aquella
habitación.
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Wow q Hermosa historia
ResponderEliminarno tardes tanto en subir el siguiente capitulo xfa
saludos. Att: yuli