Capítulo 41
Adriana se
ha ido con Benjamín rumbo a casa. Quedo en la entrada del edificio en un sector
donde no da la claridad del sol esperando que él llegue.
Le he
dicho a ella de cierta manera que soy un vampiro pero se lo tomo graciosamente,
ha visto las reacciones de mi piel al estar expuesta al sol. Sé que es difícil
que ella se lo tome en serio lo que le dije pero sé que si lo piensa realmente
podrá darse cuenta de que es así, que le he dicho la verdad.
Después de
estar un rato allí llega Benjamín nuevamente.
- ¿Cómo te
ha ido con la señorita?
- Bien
señorita Natalia, no habla mucho pero cuando la llevaba a su trabajo vi algo
raro que tu seguramente lo sabes. Dos autos nos siguieron desde su casa.
- Si sé de
qué hablas eso viene pasando hace unos días, por ahora parece está bajo
control. Gracias por el favor te debo una.
- No tiene
por qué agradecérmelo- dice mientras voy subiendo las escaleras y él se coloca
en su puesto- cuando necesite algo ya sabe.
El portero
Benjamín es un buen hombre lo he visto crecer hasta llegar a ser lo que es hoy.
Un humano con el que puedo contar sin tener que darle dinero o amenazarle con
lo que soy y puedo hacer.
Camino el
pasillo que me lleva hasta mi departamento cuando me encuentro con los ojos de
la señora
Rodríguez esa mirada celeste puedo ver en ellos miedo, amor y sabiduría. Algo
que también lo demuestran las arrugas de su cara y el pelo canoso. Su andar es
lento pero lo hace más lento como si quisiera tardar el encuentro entre ambas.
La parte humana que aún
queda en mí me hace sentir nostalgia. Recuerdo a mi madre que tenía una mirada
igual con la única diferencia que el miedo de ella era dejarnos solos sin saber
que sería de nosotros.
Sé que si ella no hubiera
fallecido me hubiera orientado en mis decisiones.
De no haberme convertido en vampiro yo hubiera llegado estar así en su
momento, seguramente hubiera tenido hijos y le hubiera dado consejos de vida a
ellos o a mis nietos. Es lo único malo del ser vampiro que no puede sentir un
ser crecer dentro de ti.
Un suspiro es todo lo que se escapa de mi boca cuando separo mi mirada
de la señora Rodríguez. Ella eche de menos a mi madre y que así como encontré
Adriana me gustaría encontrarla a ella.
-Buen día señora Bastet- dice al pasar por mi lado- ¿cómo se encuentra?
-Señorita- le digo con una sonrisa que es raro en mi- Estoy bien y
¿usted?
- Ando bien gracias por preguntar mi'ja- noto la dulzura en su voz que
nunca antes había prestado atención.
Ella sigue su camino y yo el mío que termina al final del pasillo.
Una vez en casa me alimento voy hacer un poco de ejercicios para
distraer mi mente. El encuentro con la señora Rodríguez me ha dejado tocada.
Mi mente vaga por aquellos recuerdos de esas personas que quisiera tener
conmigo y no puedo.
Busco los auriculares y me pongo a escuchar música. Una a una empieza a
sonar hasta llegar a la canción que solía cantar cuando iba al edificio de
Adriana a dejar mi investigación. Amor Inmortal,
Si mi amor por Adriana es como la canción una amor inmortal que ha
perdurado siglos y que aún hoy aunque no lo exprese ella sigue teniendo en mí
el mismo efecto que la primera vez que la vi.
-Puedo darme cuenta de que tienes un lio en la cabeza - escucho a Karla
decir a mis espalda.
- Si el cruzarme con la señora Rodríguez ha alterado muchas cosas en mi-
respondo mirándola- tu no deberías estar levantada todavía la herida fue grave.
- Si pero ya estuve bastante en el trance regenerativo y no quiero
seguir en la cama aunque no haya mucho por hacer.
- Y para una inquieta como tú debe ser difícil estar en cama. ¿Cómo
pasas el día en el club?-le digo levantándome y acomodando una silla para que
se siente cerca- anda siéntate te hará mal si sigues de pie.
- Gracias- sentándose- y en el club ya sabes encuentro alguien compañía
con quien pasar el día
- ¿Alguien? jajá algunas o algunos dirás verdad.
- Jajá y que quieres que haga estos humanos no agentas mucho para
satisfacerme.
- Sé que no jajá aunque nunca fuiste una santa siempre te gusto estar
con más de uno.
-Bueno ya que no puedo tener a quien quiero para que estar con una
persona sola, cuando mi capacidad de aguante me permite estar con más.
- Tienes razón- le respondo- debes disfrutar que tú puedes hacer eso.
- Lo hago- contesta con una sonrisa- y ¿tú y tu mujer qué onda? ¿Son pareja o siguen
acostándose y todo lo que eso implica así como si nada?
- ¿Tienes más preguntas?- la mira con odio, porque no soporto demasiadas
preguntas a la vez- todavía no hablamos de lo que realmente somos.
- Debes hacerlo- es toda su respuesta mientras su mirada queda en un
punto fijo.
Se perfectamente que debo hablar con Adriana de que somos pero tampoco
quisiera apurar las cosas con ella más
de lo que ya hemos hechos.
Después de un par de minutos que fueron dos horas haciendo ejercicio
acerco a Karla que se ha puesto a mirar televisión en la habitación de al lado.
- ¿Que ves?
- Que puedo ver si no hay
nada interesante en la televisión
- Lo sé es un aburrimiento
no tener nada para hacer- sentándome a su lado con la computadora.
- ¿Tu que harás en la
computadora?
- Buscare algo para
entretenerme y no hacer zapping como tu Karla
- Bueno porque no
terminamos la conversación del anoche eso estaba entretenido además tenemos un
par de horas hasta que vayas por tu amor.
- ¿Segura quieres seguir
eso?- respondo mirándola intrigada.
-Sí, además no respondiste
como debe ser a mi pregunta.
-Mm ¿cuál era? ¿Si tenía
miedo?
-Si tenías miedo de pelear
con alguien experimentado.
- Lo tuve, pero él no
quería matarme ni nada solo llevarme con Lilith aunque no lo sabía. Y
preocupaba Josías y esa chica que aunque fuera una prostituta nos recibió
amablemente en su casa.
- Algo se te habrá pasado
por la cabeza para querer pelear ¿no?
-No se estaba mal, viajando
sin rumbo o si buscando un lugar que no sabía si encontraría y a cargo de un
niño pequeño que perdió a sus padres y podía perder a su hermana lo único que
le quedaba. Y Trate de sobrevivir a cualquier situación incluso esa.
- Si y te convertiste en su
protectora. Siglos después sigue siendo un niño mimado.
- Creo que se lo ha cuidado
demasiado.
Con Karla nos pasamos
hablando durante el día. Recordando todo lo que hemos vivido hasta ahora.
Cuáles fueron las decisiones correctas y cuáles no. La toma de decisiones
a veces suele ser difíciles y más cuando
no sabes si después afectaran en algo o no.
Pero llego la hora de ir
por ella. Quiero verla y sobre todo aclarar lo nuestro.
Voy por las calles rumbo al
edificio con un solo pensamiento. Saber que somos.
Camino por el pasillo a su
oficina cuando huelo un perfume que me resulta conocido. Se de quien se trata.
¿Qué hará aquí?
Abro la puerta esperando
ver bien Adriana ya que me preocupa que esté sola con Shannon y sobre todo
sabiendo sus intenciones. Y lo que veo me indica que está muy bien.
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