Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Pedacitos de mi vida - Yosuen - 13

El día estaba nublado y no tenía ganas de levantarme de aquella cama espaciosa, tenía dos meses que había logrado mi independencia, fue algo doloroso al principio tanto que regresaba a dormir a la casa de mi madre. Observe alrededor de la habitación la cual estaba casi vacía ya que no tenía muebles,  tenía planeado llenar mi espacio poco a poco.

Sin más me levante perezosa y me dirigí a la ducha, al estar bajo aquella agua tibia mi cuerpo se relajó y mente traía aquella conversación con Erick.
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- ¿Por qué no le dijiste que era tu socia?- dije tranquila, sabía que tenía buenas razones para ello y se  quedó callado unos segundos
- Porque la conozco y sabía que si le decía no iba a venir ni una vez- Hizo una pausa – Además no lo creí tan necesario puesto que yo hago lo que quiero sin dar explicaciones - otra pausa-  bueno a excepción de esto – me quede calla unos minutos mientras él seguía preparando aquel platillo.
Ella me odia – pronuncie al fin y un pequeño suspiro salió de mi boca, escuchando como Erick se quedaba viéndome un instante, para después continuar con su trabajo, no me había dado cuenta que ya había terminado hasta que tomo mis hombros y su mirada se centró en la mía.
- No te odia, solo que cree que es necesario permanecer alejada de ti para no lastimarte – su mirada era seria y tranquilizadora, y yo pensaba si había una posibilidad de que eso fuera cierto – mira, lo siento de verdad, le dije que tú estabas en un proceso de superación amorosa, ósea que estaban tratando de  olvidarla – lo mire sorprendida.
- ¿Ya hablaste con ella? – asintió con la cabeza -  ¿te entendió?
- Se puso un poco mal humorada, pero, me disculpo. Así que deja de pensar tonterías y apresúrate que se enfriara este platillo -  Le sonreí y le dio un beso en la mejilla.
- Ya no se acelera mi corazón como antes – le sonreí junto a la puerta, para después salir de la cocina.
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Salí de la ducha con mi mente despejada, tenía que seguir mi camino y dejar aquel primer amor no correspondido. Cuando estaba saliendo de mi pequeño espacio, mi casa, estaba decidida a dar una oportunidad al amor, fuera con quien fuera y estaba tan concentrada preguntándome como sería aquel nuevo amor que no me di cuenta que estaba a punto de cruzar la carretera sin fijarme en el semáforo, ni ver que un coche venía a toda velocidad, solo sentí un jalón fuerte hacia atrás y ver como aquel coche blanco pasaba justo a unos pasos delate de mí a una velocidad que podría haber desintegrado en mil cachitos si no me hubieran ayudado, caí al suelo aturdida por completo, no podía creer que no viera en alguna visión aquel acto, iba a morir aquella mañana.
Estaba sumergida en mis pensamiento que no me di cuenta que aquella chica quien me había ayudado estaba hablándome.
- ¿Estas bien?- mirándola perpleja y apenas saliendo de mi trance-  Oyee, ¿estás bien? – sacudiéndome levemente del hombro derecho, parpadee varias veces hasta que salí completamente de mis pensamientos.
- Si, si estoy bien, solo fue el susto – mirándole a los ojos, tenía una mirada tan cálida, veía como daba un suspiro de alivio  - y el sentón – y observe como sonreía divertida por mi último comentario, tenía un sonrisa tan linda que podría perderme en ella. Observe como se levantaba despacio y elegante, para después tenderme su mano blanca y delicada, un rápido pensamiento paso por mi mente - - ¿podría ser ella?- - tome su mano y sentí su calidez. Me incorpore despacio y le sonreí agradecida.
- Gracias, no sé qué hubiera pasado si no estuvieras aquí– sonreía  e instintivamente le di un abrazo suave- gracias.
- No te preocupes, sé que hubieras hecho lo mismo en mi lugar– separándonos del abrazo.
-¿cómo puedo compensarlo? Estoy en deuda contigo – sin dejarla de ver
- Pues de echo si puedes ayudarme en algo – la mire curiosa, y vi como sacaba un papelito de su chamarra – puedes ayudarme a encontrar este lugar – observe detenidamente aquel papelito y vi la dirección, arquee mis cejas demostrando impresión.
- Que suerte, voy en esa dirección- sonriéndole ampliamente.
- solo espero que no vallas por el puesto que ofrecen – dijo juguetona y dejar de exponer aquellos lindos dientes.
- ¡Nooo!, yo trabajo enfrente de este lugar- sacudiendo aquel papelito- caminamos con cuidado hasta aquel lugar, conversando de todo lo que se nos venía a la mente y nos despedimos.
- Parece que nos veremos seguido, yo trabajo ahí – señale el restaurant que se encontraba enfrente de aquel despacho. Y observaba como ella lo veía con curiosidad.
- ¿Chesito? –Dijo sonriendo sorprendida – que nombre tan raro y sonreía divertida
- Es lindo- dije con reproche y fingiendo molestia – tiene los mejores menús de la zona.
- mmmm, hasta no probar, no creer- dijo sonriendo – bueno ya es tarde tengo que entrar, sino me van a correr el primer día – dijo tendiéndome la mano y sonriendo – por cierto me llamo Mónica y tú?- sonreí y tome su mano
- Yaeli, pero puedes llamarme solo Yae – le di un beso en la mejilla- paste por el restaurant seguido aaa y gracias de nuevo.
- no te preocupes, nos vemos -  haciendo un ademan de adiós con la mano, yo solo levante la mano para corresponder el ademan.
Al llegar al restaurant le conté con detalle lo sucedido a Erick quien me miraba impresionado y algo incrédulo, le conté lo linda que era aquella chica  y la impresión que había dejado en mí, estaba emocionada porque la vida había dado una nueva oportunidad de vivir y amar. Esperaba que aquella chica apareciera por la puerta principal y presentársela a Erick, ver de nuevo su linda sonrisa pero nunca apareció, estaba consternada, ¿podría haberle causado mala impresión?, o ¿le había pasado algo?, no entendía que había pasado, -- Tal vez no le gusta comer fuera de casa, y ¿si la despidieron en su primer día como había bromeado? -- me dije a mi misma, suspirando a mi pesar.
Dos días después, Erick se enteró que aquel coche blanco que estuvo a centímetros de arrollarme, era de Keely, quien se disculpó en la tarde y se quedó a conversar nuevamente con nosotros hasta tarde.
Paso una semana después de lo sucedido, no me había topado aquella chica; que lleva por nombre Mónica; ni una vez,  yo ya dudaba que aquella chica se dignara a pararse en aquel restaurar, o que simplemente la volviera a ver, estaba por salir del trabajo, Erick se había retirado porque tenía que ver a su hermana. Me encontraba lavando los últimos trastes sucios y escuche como entraba alguien por la puerta principal, salí a discúlpame con la persona ya que  había cerrado el local  y ya no había servicio.
- Lo siento ya cerramos-  saliendo de la cocina y ver aquella chica parada frente la barra.
- Que lastima, de verdad que quería probar el menú – estaba sorprendida y al reaccionar emboce una sonrisa, aquella chica se quedó en silencio unos segundos– Lo siento, disculpa que no me halla parado por aquí, pero en verdad tenía mucho trabajo, me castigaron esta semana por llegar tarde mi primer día de trabajo- yo permanecía en silencio escuchándola atentamente sin borrar mi sonrisa – por decirlo así – Di un suspiro de alivio.
- No te preocupes- hice un pausa - de verdad no se encuentra el chef- dije sonriendo – pero pedo ofrecerte un café y el postre que esta genial- ella asintió con la cabeza.
Aquella anoche platicamos un buen rato hasta que nos dimos cuenta de la hora que era,  había pasado una linda noche y regresábamos a casa bromeando, hasta que nos despedimos en aquel crucero en que nos conocimos.
Al llegar a casa me fui directamente a la cama, estaba rendida, aquel día fue muy pesado y tenía bastante agotada, después de conciliar el sueño y estar en el más profundo nivel de inconsciencia, unas imágenes en mi mente pasaban lentamente. Una vez más me encontraba en aquella carretera aislada observando el resplandor de la luna, hipnotizada  por su hermosura hasta que unos gritos desesperados me sacaban de mi transe y pasar de un escenario en donde el pecho de una chica era atravesado por un puñal a otro en el que  aquella chica estaba en mis brazos, ahora podía ver sus labios.
Desperté agitada y mis manos tomaban las sabanas con fuerza,  tenía bastante tiempo que aquel sueño no regresaba, trate de tranquilizarme y me incorpore en la cama, mi respiración aún era pesada, gire a ver el reloj que estaba en la mesita y eran las 4 de la mañana-
- Otra vez este sueño, que diablos significa- tomando con mi mano derecha mi cara, me recosté de nuevo pero ya no podía dormir, así que este día  iba a madrugar.
Me levante de la cama y encendí el estero a un volumen considerado para empezar con una rutina de ejercicio, la cual no era muy común a esa hora, pero tenía demasiado tiempo y no quería desaprovecharlo. Al terminar con mi rutina, puse la cafetera a funcionar y me di una ducha, para continuar con mi rutina diaria en el trabajo. Al llegar a este Erick ya estaba horneando los panquesillos, los cuales eran tan exquisitos que se vendían en un dos por tres. Me miro divertido ya que tenía el radio encendido y pasaban una canción divertida, la cual empezó a cantar y me invitaba a acompañarlo, sonriendo lo seguí con el ritmo de la canción y pasamos un buen rato cantado.
- Hoy está muy contento, a ¿Qué se debe? – mientras preparaba acomodaba los platos y tazas.
- Solo tuve una buena noche, dormí como un bebe- guiñándome el ojo y observando mis pequeñas ojeras -  y por lo que veo alguien se develo – di un suspiro pesado y lo mire seria.
- Tuve otra vez ese sueño – él se me quedo viendo sorprendido dejando lo que estaba haciendo.
- ¿El de la chica? –Asentí – y supongo que un no sabes de quien se trata.
- No, aunque pude ver sus labios levemente-
- ¿enserio?  Y  ¿Cómo eran?- volviendo hacer lo que dejó.
- Ni idea fue algo rápido y confuso- me quede pensando si hubiera alguien que me recordar a eso labio – o por cierto, ¿adivina quién vino ayer?- cambiando mi expresión y elevando las cejas, él se me quedo viendo confuso, y también arqueo las cejas lleno de impresión.
- No me digas que aquella chica que evito el accidente- con una vos de incredibilidad
- Así es amigo y va a venir más seguido- le dije sonriente  - ahora si te la voy a presentar, el solo se limitaba a sonreír divertido.
Los días transcurrían tranquilos, emocionantes, sensibles, alegres de todas las emociones posibles, le había presentado a Mónica nuestro estupendo chef y los tres enganchamos una linda amistad, porque a relaciones amorosas, Mónica dejaba en claro  que solo le interesaba mi amistad, así que no tuve más que resignarme a la idea de que simplemente podría ser una chica soltera y con muchos gatos a mi lado.
Todos aquellos días eran tranquilos, los cuales reinaba la paz, además de que eran adecuados para aplacar aquellos sentimientos por Keely, en aquellos momentos mi corazón ya no reaccionaban a su presencia, la cual se hizo cada vez más al visitarnos seguido. Esto lo sabía Erick quien daba informe a ella, permitiendo que nuestra amistad fuera creciendo sin resentimientos.
Todos aquellos días eran tranquilos, hasta que se presentó aquel tipo como el novio de Keely, estábamos sentados alrededor de aquella mesa en la que se había convertido nuestra favorita, ya que en ella pasábamos noches de pláticas y de entretenimiento interminables, Keely se había tardar dado en aparecer y a Erick se le hacía extraño ya que unas horas antes le había notificado que ira sin falta.

Media hora después allí estaba Keely sonriente, colgada del brazo de aquel tipo quien anuncio ser su novio, yo solo me limitaba a verla a penas sonriendo, y note como Erick me miraba de reojo.
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Yosuen - Derechos Reservados
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