Ella y Ella - Luzi Müller - 4

Capítulo IV

El agua de aquella tina le relajaba completamente, con su cabeza recostada sobre el orillo y sus ojos cerrados buscaba entre su cordura una explicación para lo que había hecho la noche anterior.

S. Hey diva... ¿se puede?

R. Claro San, pasa... ¿dónde estabas?

S. ¿yo? La pregunta aquí es ¿dónde rayos estabas tú?

R. no vine a dormir

S. Eso ya lo sé genio, pero ¿dónde te metiste y con quién?

R. deja de mirarme así

S. como sabes que te miro de alguna forma si tienes los ojos cerrados

R. te conozco, siento esa mirada inquisidora de Santana

S. ¿me vas a responder o a desviar del tema?

R. me quede con la rubia

S. ¿con la gringa?

R. aja

S. Rachel… tú... ¿tú y ella?

Levanto su cabeza para mirarle por primera vez después de esa mini charla

R. Lo hice con ella San

S. ¡Oh! ¡Por Dios!

La latina abría la boca de par en par, y sólo vio como de la pequeña diva salían unas lágrimas a recorrer sus mejillas

S. ¿Ella te obligó? Por qué si es así te juro que la mato

R. no, no... Claro que no

S. Entonces porque lloras, tan malo fue?

R. Fue… hermoso... maravilloso

S. ok... basta no quiero detalles, pero porque las lágrimas diva hot

R. San, yo siempre pensé que en mi primera vez

S. espera... espera un segundo... ¿Tú qué?

Rachel volvía a mirar de nuevo a su amiga,

R. mi primera vez

S. ¡Oh por dios! ¿Tú eras virgen?

Santana sorprendida apoyaba su cuerpo contra la pared

R. Claro, ¿acaso tú no?

Una estruendosa carcajada se escucho en esa habitación, una obvia respuesta se confirmaba sin necesidad de frases

S. Rachel... explícame, es decir... Tú, yo... trabajamos en ese club, ¿Cuántas propuestas de tantos turistas que vemos has recibido?

R. no... No te entiendo San

S. en serio eres lenta Berry

R. Oh... Tú... Tú... ¿lo has hecho por dinero?

S. hey... hey alto ahí enana... no soy una prostituta ¿eh?

R. ¿Y entonces?

S. pues... a veces si el chico es guapo... ya sabes... una salida aquí... un trago allá... un regalo por acá... eso

R. oh...

Un silencio las invadió de nuevo, la diva analizaba lo que le estaba contando su amiga, y la otra morena pensaba ¿Cómo era posible que está chica con un cuerpo de infarto, un talento que seducía a quién fuera, jamás allá estado con nadie?

S. Pensé que cuando estuviste con Noah, aquel gringo que paso vacaciones en nuestra tierra hace un par de año... pues... eso

R. no, no... Yo... le tome mucho cariño, pero no me sentí preparada, además San sólo tenía 16

S. ¿y con está gringa? Oh... un momento… Oh no... ¿Berry tu eres gay?

R. ¿yo? No... Claro que no

S. ¿ah no? ¿Y entonces por qué te enrollaste con una mujer?

R. yo...

Aquellas palabras taladraron los pensamientos de la diva dejándola perdida, no tenía respuesta a qué la impulsó a meterse con aquella rubia desconocida.

Entre tanto en el pequeño restaurant de ese hotel, se encontraban dos rubias y un gordo gato en medio de un intenso interrogatorio por parte de una de ellas

B. ¿Entonces crees que era virgen?

Q. si, no sé... o si

B. Lord dice que dejes de divagar que lo estas mareando

Q. escúchame felpa de pelos... está charla es entre ella y yo me entendiste

B. Q... deja a tubbi en paz… ¿qué le dijiste a la chica?

Q. ¿Cómo qué le dije?

B. Quinnie te entrego algo importante, por lo visto tiene que ser una chica especial, algo tendrías que verle dicho

Quinn no sabía si quería treparse sobre su hermana y darle un par de golpes a que reaccionará o si partirse de risa porque aún no pillaba nada de lo que le había contado

Q. A ver… Britt yo... no... sé... hablar ESPAÑOL... ¿captas?

B. eso no fue impedimento para que te la llevarás a la cama

La rubia había dado un golpe bajo

Q. buen punto... es... es difícil de explicar lo que me paso, fue como estar encantada... si eso... sus ojos achocolatados, esa sonrisa, su ternura... su

B. estás enamorada

Q. ¿Qué?

B. E N A M O R A D A

Q. si... si te entendí... pero no, ¿cómo puedo? No sé quién es, ni qué clase de vida lleva, apenas la conocí hace algunas horas... y no... No... No

B. Tubbi dice que si te gusta mucho la palabra no?

Q. Britt ¿qué hago?

B. búscala y conquístala, aunque bueno... ya tienes el 70 por ciento de avance

Q. ¿cómo?

B. ya tuvieron sexo

Q. Genial - a lo que has llegado Fabray, para charlar sobre sexo con tu hermana menor, bien hecho- ¿y cómo se supone la voy a conquistar?

B. llévale el desayuno y unas rosas

Q. ¿Estás de broma?

B. no, es un detalle, y muy lindo después de una noche como la que tuvieron

Q. oye... un momento ¿tú qué sabes?

B. ¿de la sesión de sexo prolongado entre ustedes?

Q. ¡¡¡BRITT!!!

B. ¿Qué? Él me contó

Quinn podría jurar que ese gato realmente tenía raciocinio

Q. –genial... lo que me faltaba, estoy empezando a creer que la bola de pelos realmente habla- ¿Qué hago?

B. toma

Entregándole un pequeño florero que adornaba aquella mesa de ese restaurante

Q. ¿y esto para qué?

B. Son las flores, te falta el desayuno

Q. ¿estás bromeando?

S. ¿La buscarás?

R. Claro que no, como se te ocurre, ya pasó, estoy segura que no le volveré a ver

S. ¿y no quieres volver a verle?

R. no lo sé San, no lo sé

Ambas se encontraban acomodando sus pertenencias para bajar al ensayo que comenzaba aquella mañana en vistas a la competencia, unos ruidos le llamo la atención

S. ¿Quién crees que sea?

R. Seguramente Emma para darnos algunas indicaciones

Santana se encaminaba hacia la puerta, al abrirla se quedó sin palabras, dos rubias plantadas frente a ella, una más alta de ojos azul intenso como el mar y la otra ya le conocía, la misma que se enrollo con su amiga

S. Rach creo que te buscan

B. Hola, soy Brittany pero mis amigos me llaman Britt, él es Lord Tubbintong y ella es mi hermana Quinn

S. Encantada, tú si hablas español, digo obvio que hablas pero es que

B. Si, a diferencia de ella yo si preste atención a mi curso

La rubia sonreía ampliamente mientras Quinn atrás cabizbaja pensaba que aquello era algo totalmente ilógico

R. Ho... Hola Britt

B. Hola de nuevo Rachie

Q. Hello

La de ojos verdes levantaba su mano a modo de saludo y esbozaba una pequeña sonrisa

B. Mi hermana ha venido porque quiere charlar contigo

Q. -Oh dios si me escuchas… por favor que está loca no me meta en líos.-

Quinn se notaba nerviosa, el usar a Britt de intérprete para ella era la idea más descabellada después de lanzarse por diversión en paracaídas, con la diferencia de que sentía menos miedo en esa práctica deportiva que en venir a pedirle una cita a aquella extraña chica.

R. ¿Hablar conmigo? ¿De qué?

S. Si, ¿de qué quiere la rubita esa hablar con mi amiga?

Q. dile que lamento si la lastime, que no fue mi intención que

B. Dice que desde que te vio algo en su interior se removió

San miraba la expresión de Quinn y las palabras de la ojos azules y en su cara dibujaba confusión, no entendía el inglés pero por la forma de comportarse de ambas una sospecha se instalaba en su mente

Q. no sé que me paso, quizás fueron las copas de más, el estar en ese lugar

B. Que no sabe como paso, quizás fue Cupido quién la flecho y que al encontrarte en ese lugar

Q. hizo que me hipnotizara, yo... yo no hubiese hecho nada si ella me hubiese detenido

B. entre tanta gente tu mirada la hipnotizo, ella... ella desde que te vio se enloqueció

R. yo... yo... no sé qué decirte Quinn

B. Ella... ella tiene muchas cosas que decirte Quinn

Q. Para mí fue especial Rachel, pero empezamos por el lado equivocado

B. Para ella eres especial Rachel, y quiere intentarlo

Rachel y Santana intercambiaron miradas, estaban totalmente confundidas antes aquella declaración

S. creo que la gringa merece una oportunidad enana

B. ¿Aceptas salir con ella?

R. yo... yo –estoy soñando, si... seguro es eso... o me pase con esos mojitos, debí hacerle caso a San, no volveré a beber licor jamás- está bien

Britt empezó a saltar de felicidad antes las miradas atónitas de su hermana y las dos latinas, veían como alzaba al gato en señal de victoria.

Q. Britt… Britt… BRITT

B. ¿Qué, qué paso?

Q. ¿Qué dijo?

B. Qué acepta salir contigo

Q. ¿Qué?

Una sonrisa de satisfacción invadió su rostro, sus ojos brillaron como dos luceros en un cielo estrellado y allí justo en ese instante una pequeña con sueños de grandeza supo que se había enamorado. 

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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Luzi Müller - Derechos Reservados

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