La vecina de enfrente - Anneliz 4

Capítulo 4

Quise hablar, pero estaba muda, solo sonrisas salían de mis labios, volaba en la embriaguez del alcohol y su perfume, de repente ella pregunto: que es lo que más te gusta observar desde tu casa? No lo podía creer, ella lo sabía, qué vergüenza! Quise huir, pero sus manos descansaron sobre mis muslos y una dulce voz me decía no te vayas!

Acaso pensabas que no te veía, mientras me veías, no sabes que era por ti que me desvestía de la forma que lo hacía; yo también te veía, veía como me mirabas, como siempre estabas a la hora de mi llegada como si me esperaras, yo espero no haberlo imaginado, quiero no haberlo soñado insistió.

La mire a los ojos y ya no hubo palabras que decir, me acerque a ella más de lo que ya estaba, un suspiro salió de mi aliento mientras cerraba los ojos y la besaba, había soñado ese momento, pero mi sueño ni se acercaba a la realidad, sentí su respiración sobre mi rostros que cada vez era más agitada, su piel erizada, su cuerpo temblaba y yo volaba sentada en su sofá de las ganas de hacer eterno el momento que vivía, nunca había sentido un beso como ese, mi corazón latía a galope, la sujete con fuerza, la apreté contra mí, la deslice hasta medio recostarla, la bese y la bese y la bese y la acaricie, porque después de tanto hacerle el amor en mi mente, después de tanto fantasear a distancia, simplemente quería sentir el calor de su piel.

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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Anneliz - Derechos Reservados

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