Zahara - July. MC - Capítulo 22

CAPITULO 22

Una charla entre médicos;

-      En lo absoluto Victoria, no quiero un coma inducido.

-      No está a discusión, lo voy hacer, tiene un desgarre en la aorta el cual no puedo reparar porque tiene una hemorragia interna que no pueden encontrar, sufrió un derrame y tanto el neuro como yo no podemos hacer nada porque su presión sanguínea es demasiado baja para intervenirla quirúrgicamente, sino inducimos el coma, no sé que daños más pueda tener, aun así, si logró intervenirla no sé las secuelas que pueda tener, tu crees que estoy muy feliz por esto, no voy a arriesgar más a mi hija.

-      No la veas como tu hija, o fallarás.

-      ¡Te equivocas!, al contrario a ti, saber, tener claro que es mi hija me da una objetividad lisa y llana de lo que quiero y que es mejor para ella, no le voy a ofrecer una vida a medias con su hija.

-      Cálmate Victoria, te entiendo, también es mi hija, por favor cálmate… ¿esta despierta?

-      No

-      ¿cuándo inducirás el coma?

-      Esta misma tarde.

-      Tienes que dejar entrar Berenice, lo sabes.

-      Llévala tú, yo no quiero verla.

-      Sabes que no es su culpa.

-      No quiero hablar de eso.

-      ¿lo sabes verdad?

-      No directamente, pero claro que tiene culpa.

-      Eso no es verdad.

-      ¿Porque no iba ella en la camioneta?, ¿Por qué no estaba con ellas?... Si se supone que su prioridad era cuidarlas, porque no estaba con ellas, ¿porque?

-      Entonces, lo que me dices es que hubieras preferido que ella también viajara en esa camioneta y estuviera igual de grave que tu hija para así dejar sola a tu nieta.

-      ¡No!, mi nieta no está sola, estoy yo, estas tú, esta Lía, tiene familia de sobra jamás estaría sola, lo que hubiese querido es que ni mi hija ni mi nieta viajarán en esa camioneta, pero ya no puedo cambiar el tiempo, ¿cierto?, para qué discutir algo que no puedo cambiar.

-      voy por Berenice.

-      ¿cómo esta Zahara?

-      Recuerdas como lloraba Lía sin razón aparente por horas y horas, le hacíamos infinidad de pruebas, la revisábamos, todo.

-      Si, como olvidarlo, sólo Mía la controlaba.

-      Exacto, ya te imaginarás como estaba.

-      ¿cómo lograste calmarla?

-      Pues… hice lo que hacíamos con Lía.

+

Una vez estando dentro del consultorio me dice;

-      Te llevarán a ver a Mía, se le va a inducir un coma, presenta diferentes síntomas por lo que a Victoria es lo que mejor le pareció; Berenice yo tengo que regresar a más tardar mañana tengo que arreglar todo en el hospital; voy advertirte que Victoria se quedará a cargo y no te dejara ver ni a Mía ni a Zahara, a mi nieta pronto le darán el alta, en un par de días para que te vayas preparando.

-      Ya estoy trabajando en ello.

-      Yo regresare lo más pronto posible, en cuanto arregle las cosas en el hospital, Felipe, el Médico Interno que conociste te dará un informe detallado de cómo está mi nieta, mi hija y si puede te dejara pasar a verlas... (Después de un largo silencio me dice)... Mía no está nada bien, como padre espero lo mejor pero como médico te digo que te prepares para lo peor, te voy a dejar sola un momento vendrá Felipe a guiarte a dónde esta Mía.

Se fue me dejo ahí y parecía que se estaba llevando mi esperanza con él… pero a que se refería con 'prepárate para lo peor', como dice eso, que no conoce a su hija acaso, porque la mujer que yo conozco es aguerrida, obstinada y estoy segura que no va a dejar a su hija, no nos va dejar, ella no puede…

-      ¿cómo estás?

-      ¿Pues qué te digo?

-      Un paso a la vez por lo pronto, tu hija está bien, enojada, fastidiada, pero bien, a lo que tengo la duda, ¿cómo lograste hacer que parara de llorar?

-      (esa pregunta hizo que esbozara una pequeña sonrisa) no puedo hacerlo.

-      ¿cómo?

-      No puedo hacerlo.

-      Pero hace unos momentos tu...

-      Zahara, la pequeña bebe que no paraba de llorar estaba tan cansada que lo único que quería era ver una cara familiar, la única que puede hacer que pare de llorar, que se duerma es Mía, su madre, ellas tienen una conexión envidiable, Zahara puede estar sin su madre pero en cuestiones básicas, como dormir, comer, quiere a su mamá junto a ella, y es que Mía, le canta, habla con ella como si fuera una niña grande, le pide consejos, le pregunta cosas, le chismea cuando me enojo con ella, le enseña a cocinar, es... La mejor, y así es, sólo ella puede lograr que Zahara haga lo ella desee y en respuesta a todo eso, pues la pequeña quiere a su madre cerca (sin darme cuenta una lágrima rodó por mi cara, lo que hizo que volteara la cara y detuviera la conversación)

-      no era cansancio, ni necesitaba ver alguna persona conocida, ella necesitaba a su madre, por eso fue que paró cuando la vio... Ven te llevare donde Mía.

Salimos del consultorio, en el trayecto nos dirigimos muy callados hasta que dije;

-      ¿Podría realizarte una serie de preguntas en cuestión de la salud de Mía?

-      Si, sólo que te advierto que no podré contestarlas todas.

-      Está bien, ¿es lo más recomendable un coma inducido para un paciente?

-      No, para un paciente cualquiera no, en realidad no, pero debido al delicado estado de Mía es lo más recomendable para ella y para que no haya más daño, la realidad es que la Dra. Payanes sabe muy bien lo que hace.

-      ¿Me puedes decir lo que tiene?

-      Claro, pues ella tiene un...

-      (Detrás de mi escucho como lo interrumpen para decir) Debido a que tiene una hemorragia interna dificulta mucho mantener su presión sanguínea estable esto provoca que no pueda entrar a cirugía ya que tiene un desgarre en una arteria principal, un derrame, se está dando medicamento para desinflamar el cerebro y todo eso lo tiene gracias a ti.

-      eso no es verdad.

-      Claro que sí.

-      No tienes ni idea de todo lo que daría por estar en su lugar, porque ella estuviera con su hija por...

-      Pero no lo estas, ¿porque no estabas con ellas cuando paso?, ¿Por qué las dejaste solas?

-      No tienes ni idea de lo que estás diciendo.

-      Oh, pero claro que la tengo, tal vez tu no provocaste el accidente, pero tú la sacaste de su casa, de su vida, de su ciudad, tú la trajiste aquí y se suponía que las ibas a cuidar, y estoy de acuerdo es un accidente pudo pasar en cualquier cuidad pero si ella estuviera aún en donde nació ahora yo no tendría 6 horas perdidas, 6 horas en lo único que podía hacer era imaginar el peor escenario para poderlo resolver, donde lo único que podía hacer era rogar por que estuviera en buenas manos, gracias a ti y tus brillantes decisiones perdí 6 horas, 6 horas que decidirán la vida de mi hija, entonces no me vengas con que no es tu culpa, porque tal vez no directamente pero sí, sí que tienes responsabilidad con esto.

-      No es justo, yo...

-      Tampoco es justo que mi hija se esté debatiendo entre la vida y la muerte, pero lo está, entonces no me vengas a mí con lo que es gusto o no.

No pude contestar a lo que ella decía, porque tenía razón, era mi culpa, por mi es que ahora estaba ahí.

-      Espera en la sala, yo le diré al interno cuando puedas pasar.

Siguió su camino sin dejar que contestara, sin siquiera voltear a verme;

-      Está equivocada (me dice Felipe), ella tiene miedo de perderla y necesita culpar a alguien, lamentablemente tu eres lo más cercano que vio.

+

Vi como disminuían la anestesia, le quitaba el tubo que le ayudaba a respirar y lentamente despertaba, me acerque a ella y después de verme empezó a buscar con la vista en toda la habitación, su frecuencia cardíaca empezó a aumentar rápidamente la tomo de los hombros y la obligo a verme;

-      Hija, necesito que te tranquilices, Zahara está bien, está en pediatría, tu padre la está atendiendo ok, ahora cálmate.

Después de unos minutos empezó a calmarse yo solo la veía cuando me dijo;

-      ¿qué pasa mamá?.... Venga Victoria dime que pasa.... Mamá...

-      No se qué hacer.

-      ¿A qué te refieres mamá?

-      No se qué hacer, no se por dónde empezar, yo no puedo practicar la cirugía y aunque el cardiólogo del hospital se puso a mi disposición, yo nose qué hacer.

-      Porque tienes tanto miedo madre.

-      Te voy a decir un secreto, soy de los mejores cardiólogos del país, siempre, siempre eh tenido miedo de perder a un paciente y tal vez este mal, pero… cuando entró a cirugía se lo que voy hacer, pero las ideas fluyen cuando tengo al paciente abierto frente a mi, a su corazón en frente mío, ahí es cuando surgen todas mis ideas, ahí  está mi inspiración hija… claro que tengo miedo a perderte, pero tengo más miedo a no ser yo la responsable de tu cirugía, a...

-      ¿Tan mal estoy para que no confíes en otro cardiólogo?... Vamos madre no te quedes callada, contéstame.

-      Llegue 6 horas tarde Mía.

-      Eso que quiere decir... No, no, no llores ma, tranquila solo, respira por favor.

-      Tu corazón no va resistir.

El silencio de mi madre lleno de dolor mi alma, como había pasado esto, yo solo recuerdo que conducía a casa de Bere, sólo...

-      ¿quieres ver a alguien?

-      A Zahara.

-      Mi amor lo siento no puedo traer a Zahara aquí, yo...

-      Prométeme que no me vas a dejar ir sin ver a mi hija.

-      Mía yo...

-      Promételo.

-      Tratare de traerla.

-      Quiero ver a mi padre.

-      claro.

-      Después a Lía, luego a Berenice

-      A Lía no la he localizado mi amor.

-       Y a, ¿Berenice?

-      La haré pasar después de tu padre.

-      Gracias ma.

-      ¿Sabes por qué te puse mía?

-      ¿Por qué?

-      Cuando supe que estaba embarazada de ti, el día que lo supe, ese día supe que serias una niña, tu padre discutía conmigo porque decía que no tenía fundamentos para decir que eras niña, pero sabía que lo eras, estaba completamente segura...
- como yo con Zahara.

-      Así es, eres especial hija Mía, eres de esas personas que este planeta necesita, eres mi ángel, mi alegría, mi vida, por eso te puse Mía, porque llegaste en un momento cuando más lo necesitaba cuando más me había olvidado de lo que realmente es importante y de lo que realmente es mío, por eso fue que te puse Mía, te amo hija.

-      Ma.

-      Confía en el cirujano Díaz por favor.

-      Lo hago con todo mi ser.

A los pocos minutos que se fue mi madre entro el cirujano Díaz;

-      Hola Sra. Guerra.

-      Buen día Díaz.

-      Vengo a pedirte un favor Marcela.

-      Tu dirás Leonel.

-      No te vayas a morir ok.

-      Jajaja aah aah…

-      Lo siento no quise acerté reír.

-      Si, si quisiste.

-      Jajaja.

-      Dios, te prometo que pondré todo de mi parte, que pasa Leonel.

-      Voy a ser todo lo humanamente posible…

-      Lose.

-      Y quiero que sepas que jamás permitiría…

-      Lose, Leonel, tienes que calmarte, yo confió en ti, y mi madre también, ahora si me permites quiero ver a mi padre para preguntarle sobre mi hija.

-      Esa pequeña ha tenido a todo el hospital ocupado.

-      ¿Qué?, ¿Por qué?

-      Cálmate Marcela, no paraba de llorar, es increíble desde que llego hasta hace apenas unas horas paro de llorar.

-      La sedaron.

-      No, dejaron entrar a… tengo entendió tu pareja, Berenice Mora.

No pude evitar esbozar una sonrisa, no podía más, me dolía todo, no podía seguir hablando, me costaba respirar, solo quería ver a mi hija, a Bere, sintiendo un enorme dolor en todo mi cuerpo entro mi padre…

-      Hola Hija.

-      Papá, ¿Cómo está Zahara?

-      Hermosa.

-      Papá.

-      Que quieres que te diga, si es verdad, esta hermosa, cada día se parece más a ti, es fuerte, tendrá una vida larga y placentera.

-      Gracias papá.

-      Duele demasiado.

-      Si, mucho.

-      Le has dicho a Leonel o a tu madre.

-      No, ya están lo suficientemente tensos, papá, que pasa conmigo.

-      No quiero hacer ningún comentario hasta después de tu cirugía hija.

-      Papá necesito que le digas a Lía cuanto la amo, si algo llegara a pasarme, necesito que se lo digas, necesito que estés al pendiente de ella, que hables con ella diario, que la cuides.

-      Está bien hija, y Zahara.

-      Ella tiene a Berenice, que jamás la dejara.

Mi padre salió y a los pocos minutos entro Bere;

-      (Ahí estaba ella, por fin la podía verla después de tanto, ahí estaba y lo único que se me ocurrió decir fue…) perdóname.

-      Hola mi amor, estas horrible el día de hoy… no dirás nada?... esta bien, si tu no dices nada, entonces hablare yo… no es tu culpa Berenice Mora, no eres responsable de nada, bueno si, de que yo este perdidamente enamorada de ti, de que te ame mas que a nada, de…(de pronto vi como sus ojos se llenaron de lagrimas y me dice)

-      No me dejas, por favor.

-      No podría.

-      Promételo.

-      No puedo hacerlo.

Cuando estaba ahí teniendo una conversación con Mía de pronto se empieza a escuchar un característico sonido del electrocardiograma empieza tener un ruido agudo repetidamente hasta, corro para llamar a los médicos, entras varios de ellos acompañados de enfermeras, de pronto me empiezan a empujar para salir de la habitación, trato de preguntar qué está pasando pero nadie me dice nada, y lo último que escucho es un ‘se está yendo, carguen a 200’.

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