La vie no est rose - Anna Capítulo 32

Capítulo 32 - Una semana amarga

-      ¿Aló? – dijo Eva mientras se tocaba los labios

-      Hola Eva soy Carlos, ¿cómo te fue anoche?

-      Bien, pude terminar de organizar todo, pero no pude ver a Sophie al llegar, me quede dormida

-      Trabajaste mucho, la mayor parte del mérito lo tienes tú Eva, es normal que te quedaras dormida. ¿Y esta mañana como les ha ido?

-      Bien, supongo – dijo Eva mientras pensaba en el beso – Carlos ¿tienes tiempo?, necesito hablar contigo

-      ¿Me vas a terminar?

-      Idiota

-      Si tengo tiempo, ven cuando quieras

Eva colgó, pero se quedó quieta al lado del teléfono, y después se recostó en la pared, no sabía cómo definir el beso que se acababa de dar con Sophie, había sido el mejor beso que le habían dado en su vida, durante los segundos que duro ese beso, Eva sintió que todas sus dudas, todos sus problemas, quedaban solucionados. Esta sensación no la había experimentado nunca, ni siquiera con los primeros besos que se había dado con Sophie.

Eva estaba muy confundida, y aunque inicialmente pretendía pasar todo el día con Sophie, ese beso la había confundido demasiado, así que era mejor intentar aclarar toda su confusión, antes de estar con Sophie.

-      Sophie, disfruta del desayuno, me tengo que ir – gritó Eva desde la puerta del apartamento.

Eva se fue a la casa de Carlos, ella sola no iba a poder aclarar su mente, sin embargo con Carlos quizá si iba a poder aclarar algo.

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Sophie seguía tirada en la cama con la bandeja del desayuno en sus piernas cuando escucho a Eva gritar; con lo que dijo Eva, toda la emoción que tenía Sophie por el beso desapareció, “La he asustado, el beso no le ha gustado”, fue lo que pensó.

Sophie termino de desayunar, se dio una ducha y después se fue a ver televisión, no tenía ganas de hacer nada.

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-      ¡Carlos abre rápido!

-      Mujer pero ¿cuál es el afán?

-      Necesito urgentemente que aclares mis dudas

-      ¿Qué ha pasado?

-      He besado a Sophie

-      ¡QUÉ!

-      Si, esta mañana

-      ¡QUÉ!

-      ¿Puedes, por favor, decir otra cosa?

-      Lo siento, pero es que estoy flipando, que envidia me das

-      ¡CARLOS!

-      Lo siento, pero es que ya van como 5 besos

-      ¡Carlos!

-      Lo siento, es que ella es una mujer muy guapa

-      ¡¿Y YO QUE SOY, UN MAMUT?!

-      Lo siento, tú también eres guapa

-      Cada vez que dices lo siento, la cagas.

-      Perdón, ¿cuéntame todo lo que paso?

-      Le fui a servir el desayuno, ella me agradeció, luego me dijo que me quería, yo le dije que yo también la quiera y luego nos besamos – después de unos segundos agregó – Fue un beso maravilloso, me ha encantado, todavía siento sus labios en los míos…

-      ¡Para!, ya entendí que te gusto el beso, pero tengo una pregunta ¿A qué has venido?

-      Estoy confundida y necesito que me ayudes

-      ¿Confundida? ¿Con qué?

-      Ese beso me ha gustado más de lo debido, quiero repetir, quiero estar más tiempo con Sophie, quiero intentarlo con ella

-      Pero… – Eva había dejado de hablar, así que Carlos insistió

-      Pero no sé si yo le guste a ella, y además yo me voy en una semana.

-      ¿Tu estas enamorada de ella?

-      No creo

-      ¿No crees?

-      Sé que me gusta, pero estar enamorada, no creo. ¿Cuál es tu consejo?

-       Mi consejo, es que tienes que ignorar tus sentimientos hacia ella, por más que te guste. Te vas en una semana y lo mejor es que ninguna de las dos sufra.

-      En eso tienes razón

-      Sí, tengo razón, pero me da la impresión de que a esa conclusión habrías podido llegar tu solita

-      Puede ser

-      ¿Qué te pasa Eva?

-      Que me da miedo estar enamorada de ella

-      ¿Por qué?

-      Porque con ella sería algo real, no como con Edith.

-      ¿No es lo que siempre habías soñado? Una relación en la que puedas estar con tu pareja y puedas manifestarle tu amor

-      Sí, pero es que soy una cobarde, y me acabo de dar cuenta de que le tengo miedo al compromiso

-      Deja de pensar en Sophie, te iras en una semana y nada de lo que pienses servirá.

Después de la charla, Eva salió de la casa de Carlos, y como no se sentía  lista para ir y enfrentarse a Sophie decidió ir a desayunar a un café cerca del apartamento.

Estando en el café su padre la llamo al móvil.

-      ¿Hija dónde estás? Sophie me dijo que no estabas en el apartamento

-      Acabo de salir de donde Carlos, estoy desayunando en un café

-      Ahh, llamaba para avisarte que nuestro vuelo a Paris sale el viernes

-      ¿El viernes?

-      Si, ¿ya tienes listas tus cosas?

-      Si, ¿La gatita se va con nosotros o se queda?

-      Se queda, es mejor que se quede con Sophie, es muy costoso llevarla con nosotros

-      Ok, entonces ya voy a ir a recogerla.

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Cerca del mediodía, Eva llegó a casa con la gatita, pero algo había cambiado en la actitud de Eva, esta no le dirigió la palabra a Sophie en todo el día, y a partir de ese día solo se dirigían la palabra para discutir, empezaron a discutir por todo, la comida, las compras, el nombre de la gatita, el poco espacio de la cama. Continuaron durmiendo juntas, pero ya no se tocaban.

Los primeros días Sophie acepto el malgenio de Eva, pensando que era por el beso, sin embargo, el martes la paciencia de Sophie se acabó y empezó a discutir también. El miércoles fue Carlos el que le dijo a Sophie que Eva se iba el viernes, Sophie se sintió triste, sin embargo la tristeza se evaporo rápidamente, ya que Sophie estaba muy enojada por la actitud que había tomado Eva después del beso.

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Eva había tomado una actitud arrogante y repelente con Sophie, pero en el fondo Eva estaba destrozada y lo único que quería hacer era besar y abrazar a Sophie, sin embargo, lo mejor para las dos era que se distanciaran antes de que Eva se fuera, ya que así se extrañarían menos, o eso era lo que pensaba Eva.

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