El sol
colándose sutilmente a través del gran ventanal del monoambiente las volvió a
sorprender, repitiéndose una vez más la hazaña de estar en su cama cómo la
mañana anterior, pero con un tinte diferente, al menos para ella. Una vez ya
despiertos casi todos sus sentidos, un intenso olor de la mezcla arábica de
café recién hecho inundó profundamente su olfato provocándole abrir sus ojos
casi de manera instantánea. Se estiró un poco sobre el espacioso colchón,
incorporándose después al ver a la morena de espaldas a ella en un diminuto
short en color blanco que apenas cubrían sus perfectos glúteos y contrastaba
con el bello tono bronceado de su piel, vestía también una remera con tirantes
lo bastante ajustada para resaltar los hermosos senos de Naomi. Como la morena
seguía ajena, ignoró que estaba siendo contemplada en total libertad, por lo
que Kall pudo observarla sin inconveniente alguno.
Mientras cortaba
hogazas de pan y las colocaba en el tostador, la escuchaba tararear seguramente
lo que sería un tema ‘’pop’’ o al menos eso intuyó porque lo desconocía. Le
parecía tan linda y se movía con una gracia única, digna de la confiaba que
transpiraba en la oficina a pesar de ser ‘’la recién llegada’’.
Era tan hermosa e
insuperable, ¿Cómo podía ser tan intimidante? y ahora parecía tan
exquisitamente frágil. Lejos de ser la persona que la desafiaba constantemente
en sus años de profesora. Se dio cuenta que no quería huir, ni ahora ni
después. Quería quedarse en ese lugar con ella y sí era por mucho tiempo,
mejor.
Se sonrojó
ligeramente al deducir lo que conllevaría estar a su lado por largo tiempo y el
reconocer las cosas que harían juntas. El ruborizarse más que por vergüenza,
fue por el deseo que la arrastraba lentamente de vuelta para ver la perfecta
figura de Naomi preparando el desayuno. Se preguntó si sería así para siempre.
¿Desearía a Naomi todo el tiempo? Esa era la menor de las interrogantes. Lo que
realmente le importaba era saber sí Naomi la aceptaría a su lado…
Desde que se levantó
su inquietud constante era que hacer con Kall. Aunque no quería echarla,
desconocía el camino a seguir. Siempre se deshacía fácilmente de sus
acompañantes ocasionales o huía de sus casas, evitaba crear lazos como el
agendar nuevas citas o el desayunar con ellos. Pero con Kall poseía la
imperiosa necesidad de retenerla a su lado y cocinar para ella. Sin muchas
opciones –únicamente su estado de inquietud mental- continuó con la preparación
del desayuno sin prestar mayor atención a su consciente.
Durante sus años de
universidad todo había marchado bien –Exceptuando el tropiezo del primero- Se
podría decir que fue relativamente feliz con todas las amistades nuevas que
entabló, con Alex siempre a su lado alentándola constantemente. Tenía las
mejores notas, gozaba de las personas que quería ya que siempre estaban
disponibles revoloteando a su alrededor y sin contar con la diversión
ininterrumpida. ¿Qué más podría haber deseado? Si aquello debió ser lo más
cercano al paraíso universitario. Pero a su “edén” siempre le faltó algo…
Pero ahora en esta
mañana, que no tenía nada de especial, parecía ser “perfecta” pues no le
faltaba nada. Aunque no se lo podía explicar, ahora era así. Se sentía
completa, radiante y llena de felicidad. Lo que más le sorprendió fue el hecho
que estar preparando el desayuno y eso era una felicidad “extra”.
Esperaba ansiosamente
que lo saboreara, lo degustara y sobre todo querer hacerlo para ella. Nunca se
había sentido tan feliz y tan llena en su corta existencia ¿Podía atribuírselo
a Kall? ¿Era ella la causa de todo esto? Entonces su corazón se paralizó por un
instante. Sí Kall era la causante de tanto gozo y felicidad… tenía que parar.
Pero ella no era una
persona de “supuestos”, ella era tajante, directa… como en una ruleta de juegos
de azar era apostarlo a “todo o nada”. Ella no cambiaría. Primero debía
asegurarse de que iba toda su confusión emocional. Y para ello… el plan debía
continuar. Sí el placer de vengarse era inexistente y el deseo de estar con
ella era genuino, entonces acabaría “su revancha” y se confesaría ante Kall. Se
sinceraría en todos los sentidos, no solo lo referente a la venganza sino
también los escondrijos de su alma incluyendo lo más oscuro. De pronto sintió
una fuerte presencia, como sí todo se sintetizara en la mirada de alguien. No
de una manera mala ni escalofriante sino más bien reconfortante. De cualquier
manera la sensación la tomó desprevenida. Más aún porque ella nunca había
tenido esas emociones.
Se giró para encontrarse con unos ojos verdes que la miraban con deseo y
ternura, la emoción de su pecho se extendió
rápidamente por todo su cuerpo, relajándola notablemente. No desistió a la
sensación, sólo se dejó llevar.
-¿Tienes hambre?- preguntó “pasando saliva” porque el
ver a Kall como una “divinidad romana” con tan solo una sábana cubriéndola por
encima, le parecía de lo más sensual que había visto en su vida. Sí no ocupaba
su mente en algo seguro se arrojaría sobre ella y comenzaría otra ronda...
-Si – dijo un poco más suave de lo normal, pensó que
había sido pillada mirándola.
-No sé qué te gusta pero tengo de todo un poco así
que…- se quedó sin habla cuando Kall empezó a desperezarse con sus brazos sobre
su cabeza con los ojos cerrados. En un primer plano sus senos y vientre fueron
la gloria, pero intentó recuperarse rápidamente – creo que te gustará algo de
lo que tengo – no había querido sonar tan sensual pero le había salido
espontáneo… viejos hábitos.
-Seguro que si – sonó a demasiada inocencia para los
oídos de Naomi y provocó más que ternura al no haber captado su insinuación. La
vio acercarse con la remera a rayas que se había puesto y depositó un dulce
beso en sus labios – buenos días – dijo avergonzada y se encaminó al baño.
¿De dónde ha salido esto? Ella era de todo menos
cariñosa… jamás lo había sido y pensó que jamás lo seria en el futuro.
Encerrada en el baño con la cara todavía sonrojada se cuestionaba… ¿Cómo era
que Naomi provocaba tanto en ella? ¿Cómo podía ser tan débil ante ella? Si bien
aquello no le molestaba en absoluto… Sólo que le intrigaba sobremanera cómo se
había contenido para no besarla. Sin embargo la idea era desayunar no agarrarla
a besos o sacarle la ropa para saciar su instinto salvaje.
Desorientada. Esa era la mejor palabra para
describirla ahora. Estaba perdida, extraviada, confundida cual niña pequeña que
no encuentra el camino de regreso a casa… El amor, lo había probado de joven, pero nada comparado
con la locura que estaba experimentando con Naomi. Nadie ni siquiera Heck la
había trastornado de tal manera que no pudiese controlarse a la hora de
besarla, de tocarla, en una palabra de hacerle el amor. Ninguno la había hecho
sentir como adolescente insatisfecha. Percibió que debió tardar demasiado
porque Naomi golpeaba la puerta y preguntaba si se encontraba bien. Intentó
sonar de lo más tranquila para no evidenciar su desmedido deseo, que hasta el
baño parecía pequeño para contenerlo. -Concéntrate Kall-… tienes que ir a trabajar ¡por el amor de Dios! Esperando que la
suerte estuviera de su lado por alguna vez en su vida, abrió el pasador para
enfrentar su amor y su deseo por Naomi.
-No, - esperó pacientemente aunque su interlocutor se
la estaba quitando fácilmente – ella no se encuentra disponible aún – escuchó
del otro lado de la línea un par de comentarios sarcásticos más y decidió que
ya era suficiente- se lo comunicaré apenas se desocupe, ella lo llamará ¿Le
parece bien? – preguntó dulcemente. La respuesta fue un leve reproche escondido
y un corte de teléfono – ¿Qué sucede con esta gente? – le preguntó a la nada,
más que a las personas que caminaba frente a ella.
Era insólitamente increíble. Eran las 8:30 y su jefa
todavía no había hecho acto de presencia en la oficina. Jamás faltaba sin
avisar, si lo hacía por enfermedad avisaba cerca de las 7:00 de la mañana y sin
mencionar que hacía casi dos años que no se tomaba un día libre. Comenzó a
preocuparse… ¿Y sí le hubiera pasado algo? ¿Si hubiera chocado? ¿Quizás la
asaltaron?
Esos y más escenarios sin coherencia alguna pasaban
por su cabeza hasta la idea más bizarra de una “Abducción alienígena” contra
Kall. Se preocupó tanto que su mente y su corazón lastimosamente funcionaba a
mil por hora. Estaba justo por llamar a Gordon para informarle, cuando la
puerta de acero se abrió y reveló a una Kall más bella y más radiante que
nunca. El corazón no se le paró de puro milagro y no por la visión de tanta
perfección, sino por la espléndida morena que estaba a su lado. Se las veía tan
alegres y bastante animadas mientras se encaminaban hacia ella.
-¿Todo bien?- preguntó la morena al sentirse observada
por Lane. Sabía el motivo de su mirada y por alguna extraña razón, le agrado él
que se sintiera tan intrigada por verlas llegar juntas.
-No- no quería sonar tan cortante pero en el ambiente
se percibía cierta energía y un toque de complicidad… - Lo que sucede es que el
ayudante de Pertz ha estado llamando desde las 7:00 – dijo mirando lo verde que
se encontraba particularmente sus ojos y con ese brillo tan especial…
-Oh, lo lamento – comenzó a sacar de su maletín la
propuesta que siempre quería verificar esa persona – lo tengo justo aquí –
agregó sonriendo a su secretaria – no llegaría tarde sin esto, sería una mala
jefe ¿verdad? – intento una broma porque en el ambiente se percibía cierta
tensión, no sabía de dónde provenía pero era potente.
-Nunca podrías ser un mal líder – dijo Naomi mirando a
Kall a los ojos. Entonces se dio cuenta, era una broma sobrentendida… como si
intentara provocarla.
-En fin – haría lo que fuera para cortar aquel lazo
invisible que parecía crearse entre Kall y Naomi – la doctora ha llamado – y
con ello consiguió la atención de su ¿rival? – dice que pases por su
consultorio.
-¿Para qué? – su mejilla ya no dolía nada, y los recuerdos
del golpe fueron suplidos por dulces caricias y besos… Besos que Kall había
depositado en su hinchazón repetidas veces en la noche como una callada
disculpa.
-Revisión rutinaria – dijo mientras buscaba unos
papeles para entregarle a Kall.
-Deberías ir – dijo Kall preocupada.
-Estoy bien – miró a los ojos a su ex profesora.
Quería que le creyera que ya no dolía. Podía ver tan fácilmente el dolor
emocional por aquella decisión en los verdes prados que reflejaban su alma–De
verdad… pero, si quieres acompañarme no me molestaría – dijo mientras se mordía
el labio inferior.
-Me encantaría – entonces recordó su reunión rutinaria
con Gordon – pero tengo una junta con Ray – quizás a Naomi no le gustaba el
médico reflexionó – podría acompañarte Lane – dijo sonriéndole a su secretaria.
-No puedo – dijo débilmente ante la sonrisa más
brillante que siempre había amado – te-tengo cosas que hacer-tartamudeo.
-Oh vamos – insistió – te llevabas excelente con Tay –
dijo mientras ojeaba unos expedientes que recién le había entregado Lane.
-¿Llevabas? – preguntó curiosamente mientras observaba
como Lane se teñía las mejillas de un rosa casi imperceptible.
-Eran mejores amigas y por alguna razón que
desconozco, dejaron de serlo – expresó. Levantado la mirada una milésima de
segundo para encontrarse con el azul más profundo que había visto en la vida
que destellaba curiosidad y picardía– una lástima – agregó y colocó los
expedientes en su brazo izquierdo como abrazándolos – parecían quererse tanto –
les dedicó una sonrisa a ambas – a trabajar…. Y Lane – la vio a la expectativa
– no la acompañes si no lo deseas… pero apreciaría mucho que lo hicieras – su
mirada de ternura era su punto fuerte y decidió utilizarlo contra Lane antes de
irse.
-Maldición – expresó por lo bajo viéndola marcharse.
No podía luchar contra esa mirada. Podría pedirle lo que fuera con aquella
mirada verde que lo haría hasta con los ojos cerrados. Pero ver a Tay después
de todo lo sucedido, no era muy alentador ni siquiera con aquellos ojos jade
apoyándola.
-Entonces…. – intentó cortar el silencioso lamento de
Lane – ¿Nos vamos? –y no pudo ocultar la sonrisa de satisfacción al poder
observar la escena de primera mano.
-Como siempre – dijo orgulloso – es
extraordinariamente impecable. En realidad eres fantástica – dijo sin rodeos.
-Gracias, pero sabes que el mérito no es sólo mío
¿verdad? Lane me ha ayudado bastante y por supuesto traer a Naomi fue la mejor
decisión.
-Solo necesitabas ese empujoncito – dijo haciéndolo de
manifiesto al momento que empujaba cariñosamente el hombro de Kall con su puño–
el último año te veías tan…- calló. Porque la verdad era que no quería que
volviera hacia ese estado de… vacío.
-SI lo sé – agachó la cabeza de forma automática y sus
rizos dorados serpentearon deliberadamente frente a su rostro – gracias por
haberme ayudado en todo – tomó la mano de Gordon – en serio, tú y Esme fueron
las que ayudaron a salir adelante – se encontró con los ojos de su jefe y sólo
atinó a sonreír con la intención de que su contribución fuera ese pequeño grano
de arena en retribución a su ayuda.
-No te preocupes – soltó el agarre de lo contrario
lloraría aquí mismo – “dejémonos las emociones para otro momento” ¿quieres?
¡Rayos! Estar tanto tiempo con mujeres me ha hecho tan sensible – fingió la
pena disimuladamente - ¿Vamos a continuar? – preguntó luego de la leve sonrisa
de Kall.
-Por supuesto.
-Adelante – autorizó a – Naomi – a quien reprochó –
ésta también es tu oficina…
-Lo sé – se acercó lentamente al escritorio de Kall
luego de cerrar la puerta –pero hay algo excitante en ser la subordinada ¿no te
parece? – apoyando las manos en el escritorio de Kall, se acercó para dejar un
dulce camino de besos en su cuello y sintió como se estremeció.
-Yo….ah… no creo que – fue coartada por los labios que
había deseado toda la mañana. Los sintió tan tibios y provocadores que no tuvo
fuerzas para negarse y fueron totalmente avasallados. No creía poder sostener
una muralla contra semejante enemigo – tal vez – agregó jadeando, después de
saborear el dulce néctar de sus labios – podríamos seguir con esto más tarde –
tiró del cuello de la camisa una vez más para que el resto de la jornada no se
quedara con las manos vacías – podríamos reanudarlo en tu casa – ofreció y el
beso que recibió fue una clara señal de aprobación.
La separación fue más difícil que la unión pero debía
respetar las reglas de la empresa o por lo menos los deseos de Kall. Que
claramente se expresaban como ‘’debemos trabajar’’. No entendía como aquella
mujer lograba pensar en trabajar o acción alguna después de los besos. En lo
que a ella respectaba la convertía a modo de ‘’piloto automático’’ y se sentía
caminar por las nubes. ¿Cómo lograba Kall pensar algo coherente? Parecía
increíble cómo día a día lograba sorprenderla.
Pronto esa sensación de sorpresa la sustituyó por otra
que no era tan buena… el enojo. Tarde pero comprendió el por qué Kall quería
trabajar. Porque no quería que las descubrieran, y ¿Por qué era aquello? ¿Por
ellas? ¿Para ampliar un poco más su locura o solo para cubrirse y no perder el
trabajo? Kall tenías más sentido común que cualquier persona que hubiera
conocido. Entonces… ¿Por qué no quería que las descubrieran? La respuesta era
más que lógica y lo suficientemente realista… para proteger su trabajo.
-¿Temes que nos descubran?- preguntó en su tono
habitual.
-Por supuesto – afirmó desde abajo mientras veía como
Naomi se erguía con su reiterada confianza mirando tentadoramente la puerta.
-¿A que le temes? – preguntó levantando una ceja. La
haría caer en su propia red y la hundiría
-¿De qué hablas? – la morena la miraba con
desafiantemente confianza y no comprendió el significado de su pregunta.
-¿Temes perder tu trabajo verdad? – Y la embistió sin
remordimientos. Ella podía engañar a todos, pero no la engañarían… Eso era para
débiles.
-¿Mi trabajo?- ¿Acaso Naomi la veía así? ¿Cómo una
protectora de su trabajo?- ¡No! – vio la incredulidad en la expresión de Naomi
y se levantó para quedar a su altura – Eso no me preocupa – y era cierto, no lo
hacía.
-No me mientas Kall – sacó aquella agresión desde su
interior. No quería admitirlo abiertamente pero el que la rubia se preocupara
por su trabajo y no por su amor, dolía. Y estaba equivocada si creía que se
quedaría de brazos cruzados observando la escena – ¡sé que lo haces por ti! –
acusó desde la distancia que le había impartido porque estando cerca de “su
problema” le ocasionaba sentimientos que prefería mejor no averiguar.
-¡Te equivocas! – sé dio vuelta, dándole la espalda,
porque lo difícil era admitir lo que seguiría a continuación – lo hago por ti –
susurró con la esperanza de que no la hubiera escuchado.
-¿Por mí? –era el turno de la morena de estar
sorprendida. Se acercó esperando le explicara.
-Si nos descubren – hablaba bajo y suave – No será a
mí a quien echen…
-¿Será a mí?- preguntó desorientada ¿Kall la protegía?
-La política de la empresa no prohíbe las relaciones
de parejas entre sus empleados – se dio vuelta para enfrentar a Naomi – a menos
que esté implicado uno de los pasantes… y más si es con su jefe… - la morena
tenía esa mirada de vacío como si intentara encajar las piezas de ese
“rompecabezas” en su lugar por lo que considero que era bueno agregar lo demás
– aparte… - se aclaró la garganta – tienes un expediente bastante… sociable –
calló inmediatamente al recibir una mirada tan fría y azul cómo el hielo.
-¿Sociable? – Preguntó con cierta arrogancia -¿A qué
se refieren con ‘’demasiado’’ sociable? – e intento contener la furia interna…
los directivos de Harvard eran unos hipócritas, la habían felicitado y luego
ponían pestes en su expediente.
-Digamos que han observado tus acciones y movimientos…
Y lo han comentado a Gordon en caso de que hiciera falta…
-Genial – expresó con fingida alegría, tomó su
chaqueta dispuesta a cruzar la puerta.
-¿A dónde vas? – todavía faltan cerca de tres horas
para termine la jornada laboral.
-¡A socializar! – y cerró la puerta con todas sus
fuerzas.
Miró la puerta con impaciencia. Esperando a Naomi como
sí esta fuera a regresar, era tan caprichosa y hasta que no comprendiera el significado
de sus palabras no habría quien la hiciera entrar en razón. Dirigió la mirada
al reloj de pared que indicaba una -larga jornada de trabajo que todavía las
esperaba. En realidad, que la esperaba solo a ella, ya que su ayudante decidió
marcharse. Suspiró silenciosamente… era obvio que Naomi se enojaría por ser
llamada casi una puta por las personas que hacía unos días la habían felicitado
por graduarse con honores. Y lamentablemente esa era una de lección de vida. No
todos a tu alrededor te ayudarían o te lo harían fácil…
Caminaba echa un furia. Escuchó algo que dijo Lane
pero simplemente la mandó al carajo ignorándola. Presionó el botón del ascensor
con tanta fuerza que su piel morena se mantuvo blanca por unos segundos. No
quería quedarse ahí, con toda esta gente que pensaba en ella como una “chica
fácil” o ‘’demasiado sociable’’ hermosas palabras que disfrazaban lo
‘’prostituta’’ o ‘’zorra’’ que podía ser ¡¿Por qué la habían aceptado en la
pasantía entonces?! Toda su furia quedó en segundo lugar cuando realmente pensó
en la persona más importante de la empresa para ella ¿Qué pensaría Kall? ¿La
vería como todas las personas de Harvard o como Gordon? Se le hizo un nudo en
el estómago e intentó no pensar demasiado en ello.
Ella no intentaría cambiar el pensamiento de alguien
más. Con el tiempo había aprendido que la gente confía plenamente en sus
creencias y el intento de un cambio generalmente terminaba en una disputa o
desconfianza para ambas partes. Se desplomó en el suelo de su departamento
frente al ventanal que mostraba la ciudad bañada en luces artificiales
haciéndola condenadamente hermosa, pero ella no sentía felicidad al verla. Su
único pensamiento se agitaba en la posibilidad de que Kall… entonces sonó el
timbre.
Se levantó sin muchas ganas y cuando observó por la
mirilla descubrió con que su deseo se había cumplido.
-¿Piensas igual que ellos? – preguntó en voz alta con
la frente apoyada en la puerta sin abrir. No quería hacerlo, no hasta saber que
pensaba Kall respecto a ella.
-Ábreme y te diré lo que pienso – desafío a la rubia
sabiendo que las palabras a través de un muro no eran la mejor idea para una
conversación, por lo menos a lo que a ella concierne.
Dudó un segundo, cosa que jamás hacía. Sí abría la
puerta ahora, ya significaba que realmente le importaba la persona del otro
lado. Significaba que intentaría cambiar o dar su punto de vista; cuestión que
a su parecer hacia a las personas tan
débiles verlas rogar. Aún en contra de sus creencias, abrió la puerta…
PD: Chicas una vez más gracias a Lunna por aguantar mis tremendos
errores e intentar perfeccionar esta historia…. Y les quería pedir un favor
especial… podrían enviarme sus fuerzas para este lunes?
Realmente las necesito, tengo un final (examen) muy importante :S así que no
hace falta que comenten solo envíenmen un poco de su fuerza. Buen fin de semana
Eugeene
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autor.
La primera palabra que se viene a la mente es ENCANTADORA!!
ResponderEliminarQue salga todo bien en tu examen Eugeene y gracias Lunna por esas metidas de manos, quedo especial.
Géminis
No creo que una mente tan brillante necesite de suerte alguna Eugeene, pero de todos modos te deseo muchisisisima suerte en tu examen, buena vibra para ti y que todo vaya de los mejor ... Saludos desde Veracruz, Veracruz, Mexico.
ResponderEliminarPilar Paez
Genial el capi, y suerte en el final, aunque no lo necesitas por que se nota q eres una chica inteligente, pero suerte igual.
ResponderEliminarHaidee
PD gracias también a lunna.
hahaha me encannntaaa!!! haaa x cierto q malaaa nos dejas en la mejor parte... bueno Lunnamuchas gracias a ti tambien y Eugeene muchas fuerzas para ti tranquila q de seguro todo te va a salir excelenteee ten calma y fe q todo saldra bien bueno chicas besitos y abrazos gracias x este capi!! bye..:)
ResponderEliminarGia
Eugeene gracias por publicar!!! Amo esta historia :)
ResponderEliminarNo te preocupes por tu examen, seguro te sale todo muy bien y tendrás mucho éxito!!!
Besos
Paty (Col)
Gracias Eugeene!!! Sin duda, mereció la pena esperar una semanita para continuar leyendo tu historia.
ResponderEliminarNaomi poco a poco va cediendo en su intento de venganza, por más que luche por evitarlo ,el amor que siente por Kall es más grande.
Me gustaría saber algo más del pasado de Kall, para entender alguna de sus reacciones.
Rita
Toda la fuerza del mundo exito. Me encanta tu historia
ResponderEliminarExitos el lunes!!!
ResponderEliminargracias a ti a luna por la historia!!
suerte, suerte para el lunessss, sabes que lo lograras, mi apoyo desde mexico, vamos solo mentalizate pasando el examen, y lo pasaras, y piensa positivamente, eso siempre me funciona, y gracias por la historia a ti y a lunna...
ResponderEliminarcada cuanto salen los capis? o q dias? ... me los lei todos entre ayer y hoy xD ...
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