Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Inevitable - Eugeene (Cap.4 y 5)



Capítulo 4


Se despertó súbitamente, posiblemente por el ruido de la tormenta… Decidió en ese momento ir por un poco de leche, eso la ayudaría. Cruzo el vestíbulo y se dio cuenta que no estaba sola.
-¿Tampoco podías dormir?- pregunto al tiempo que abría la heladera.
-A diferencia de ti Naomi, ser director conlleva una responsabilidad grande, por lo que no me he acostado todavía.-Dijo una voz profunda en dirección a la isla de la cocina.


-¿Quieres?-ofreció el vaso de leche pero era por demás sabido que él diría que no.
-No- y no traiciono a la expectativas de la morena. Pasos seguidos se sirvió un poco, tomó y se dirigió nuevamente a las escaleras. Se detuvo y tuvo que reunir el valor suficiente para preguntar por ella.
-Hoy… tuvimos al profesor suplente en lugar de…-su papa no se había girado pero no quería seguir hablando o pronunciar su nombre, era debido a la ¿culpa?
-Ella será la única sancionada por el incidente que tu provocaste, hoy tuvo su junta con el Consejo y tiene una semana de suspensión.-su voz había adquirido un matiz muy oscuro, seguía muy enfadado con ella después de todo.
-Papa… sabes yo-su tono de suplica pedía el perdón paterno pero era muy temprano para el.
-Naomi, vete a dormir. Estoy ocupado- no se podía hablar más con él. Fijo su mirada en las escaleras y empezó su pesado caminar.
Ya acostada en su cama, Morfeo parecía no considerar volver a abrazarla y llevarla a un sueño profundo sin mencionar que la tormenta formaba un factor importante en este impedimento. Si no podía dormir ocuparía su cabeza en los problemas, en los recientes problemas que parecían cargarle la espalda de culpa, una culpa que no merecería, en realidad no sabía si la merecía o no pero aquello no era sano. Intento convérsense a sí misma que no era su culpa, nadie le pidió que la rescatasen y con respecto a su amiga esto era un problema. Odiaba las palabras que Alex había mencionado pero ¿qué podía hacer para echar a la profesora? ¿Tocar su puerta con un ramo de flores y pedirle amablemente que abandone una de las clases con mejores retribuciones del país? Cualquiera se negaría y lo sabía, rogar a su papa no entraba en esta realidad y la única opción que parecía sonreírle era aquel plan, aquel del cual fue absuelta de culpa por su profesora según su padre. Alex odiaba aquel comportamiento y lo sabía porque en sus típicos errores como éste su amiga se encargaba de actuar como su madre y ponerla en su lugar; sin embargo siempre volvía a cometerlos y siempre acaba peleándose con ella, aunque esta vez fue diferente. Le había golpeado bajo, donde más le dolía y seguramente lo hizo adrede justamente porque era su mejor amiga. Siempre era ella la que buscaba el perdón de Alex pero no estaba segura de hacerlo esta vez, su voz todavía resonaba en su mente y las ganas de llorar siempre le entraban al momento que sentía como había abandonado en medio del patio de la academia.
Rodo en la cama hacia una parte más fresca debido a que el calor y la humedad empezaba a pegar las sabanas a su cuerpo y con un poco de movimientos en busca de la posición adecuada cayo en el sueño más raro posible. Su padre se alejaba a pasos firmes y lentos, mientras que una mujer a su lado no hacía más que llorar, después de correr tras su padre sin lograr alcanzarle, desistió y fue hasta el lado de la hermosa mujer que lloraba desconsoladamente. Le arribo un pañuelo pero al momento de intentar secar las lágrimas con esa fina tela se encontró con que no tenía rostro. Horrorizada dio un paso atrás y como por arte de magia cayó en un pozo, que parecía eterno.
Asustada y transpirada se despertó por el efecto de la caída. Cuando recobro un poco la conciencia se dio cuenta que no era más que un sueño pero se sintió tan real debido al sudor y el miedo aun impregnados en su cuerpo. Salió de la cama para eliminar aquellos y se metió en la ducha. Pensó en el día que venía y suspiro de lo largo que seria.

Una vez en su asiento cruzo los brazos sobre el banco y apoyo su cabeza en busca de oscuridad. Debía hablar con Alex, no podía escapar por mucho tiempo y aunque su mejor amiga la haya lastimado, sabía que algo de razón en sus palabras tenía. La vio entrar en el curso y por atrás el profesor sustituto.
-Buenos días clase- momentáneamente no podría enfrentarla.- Hoy estudiaremos química y física, para aquellos en las cuales se relacionen con su carrera pongan todo su énfasis y por problemas acudan a mi persona- termino de decirlo y se sentó en el banco donde la rubia no tenia permitido hacerlo por una semana de suspensión.
Como siempre fue la primera en entregar y sin correcciones, ‘’perfecto’’ había exclamado aquel profesor pero el halago no la lleno para nada. Salió en busca de aire y a la espera de una persona en especial. Se apoyó en la pared al lado de la puerta con los ojos cerrados y la cabeza tocando la estructura. Estaba cansada, dormir había sido horrible y encarar la situación de su amistad siempre se le dio mal que provocara que gastase más fuerza mental. Unas manos se posaron sobre su cintura y al tacto abrió los ojos por reflejo.
-Hey, ¿cómo te fue?- su novio la sostenía dulcemente y se podía apreciar la preocupación en su cara.
-John-se elevo un poco para besar sus labios- bien, ¿a ti?
-Creo que bien, bastante. En realidad dependo mucho de esta evaluación ya que mi elección es Harvard y no aceptan notas promedio jaja- se notaba en sus ojos un brillo ya que la carrera que su novio había elegido era puramente física y química. El tema le encantaba y en sus ojos castaños se demostraba.
-Entonces me alegro- forzó una sonrisa para hacerle saber que compartía su alegría.
-Lo lamento- la voz de John se hizo un susurro y poso sus manos en las manos de ella.
-¿Por qué?- su novio había bajado la cabeza y pensó en lo peor.
-Sólo conseguimos una semana de suspensión- dejo escapar lo último en un suspiro.
-Hey- levanto la cabeza de su amado con ambas manos- conseguimos algo ¿verdad?- lo besó de la forma más dulce posible, después de todo le debía mucho a él.-Sin ti no hubiera logrado nada.-dejo otro beso.
-Sí, pero- Naomi lo interrumpió.
-No te preocupes, con este incidente el consejo ya tiene un ojo sobre ella, otro mas y cavara su tumba- dejo caer sus manos y tomo una de ellas para emprender camino a la cafetería-vamos por algo de comer- en todo momento había tenido ojos para John, su campo visual se había reducido al encuentro con su novio y su mente estaba completamente en la charla, por eso no la vio parada al otro lado del pasillo con unos ojos entristecidos.
¡Qué estúpida! Alex había escuchado todo, o por seguro la parte donde quería cavar la tumba de su salvadora. Si antes pensaba que iba a ser difícil hablar con ella, ahora era prácticamente imposible. Soltó la mano de su novio en un segundo y cruzo los dos metros que la separaban de su mejor amiga. Tenía que decirle que no era lo que pensaba, que solo quería agradecer a John por su ayuda y que lo demás lo dijo por instinto-No es lo que piensas Alex- estaba a punto de tomarla por los hombros para que la comprendiese pero ésta hizo un paso atrás y levanto su mano en busca de espacio.
-No te preocupes- le sonrió de una forma que Naomi conocía a perfección: desinteresada.- En realidad no pensaba nada- puso sus ojos en blanco, giro y emprendió camino a la salida.
Tenía que correr tras ella, tenía que hacerlo pero… ¿como lo haría después de aquella sonrisa?
Rodeada, estaba rodeada de gente, como siempre, pensó. Todos se acercaban a ella porque sabían que tenía plata y poder, el mundo estaba lleno de personas interesadas y aunque a la larga eso se sabe, ella lo había aprendido desde chica por su posición. Sus pensamientos eran interrumpidos una vez más por sus amigas.
-Naomi debemos ir al shopping esta tarde hay un local de ropa nuevo- todas las del grupo la miraban como si ella fuese la líder y su voto fuera acatado sin discusión previa.
-Supongo que sí- terminó de hablar y todas se emocionaron y comenzaban a gritar lo divertido que sería. Se divertía con ellas, con el grupo que había formado y principalmente con Agos, su mejor amiga. Pero siempre tenía el temor de que solo fuesen apariencias por el dinero; después de todo el dinero hacia girar el mundo. Esa fue la primera enseñanza de su padre.
-¿Tienes realmente ganas de ir?- Agos se había inclinado en su dirección y susurraba.
-Sí, será divertido ¿verdad?- se encontró con la mirada cómplice de su mejor amiga y comenzaron a reír juntas.
Popper entro en el salón y comenzó la clase, le encantaba la manera de enseñar de su profesora. Estaban aprendiendo filosofía cuando entro una nueva alumna.
-Ella es Alexandra Milano, es una estudiante de intercambio de Italia, por favor sean amables con ella- Popper se encontró con su mirada y siguió – Naomi por favor ayúdala en la ubicación de la academia y en lo que necesite- dirigió su mirada a la estudiante – Preséntate por favor.
-Soy Alex, espero llevarme bien con ustedes.- tenía una tonada muy extranjera, eso seguro le gustaba a los chicos pensó Naomi.
Popper le indico un asiento al lado de Naomi y la clase continuo como siempre. La profesora le había delegado a la nueva porque confiaba en ella y conocía la academia como su mano.
-¿Vamos?- la clase había concluido y pensaba guiarla en un camino rápido por la academia.
-No te molestes pero ya memorice el mapa.- se levantaba y recogía sus cosas en busca de salir de allí.
-Sera muy rápido, prometo no tardar- el que la nueva fuera tan engreída le molestaba sinceramente. No por ser hermosa se le permitía ser grosera con ella. Pero debía cumplir ya que era una petición de Popper.
-No creo aprender nada contigo, de hecho llegue sola al aula, no podrías aportarme nada.- se puso la mochila y antes de salir se topo con el grupo de Naomi.
-Sabes quién es ella ¿verdad?- se dispusieron a casi encerrarla.
-A diferencia de ustedes - miro a cada una por un segundo - por lo menos digo si la utilizaré, soy honesta; prueben con eso alguna vez.-esquivo a todas y salió.
Había salido del salón de clases, esquivando a su grupo y no pudo evitar odiarla. Había sido amable, pero por alguna razón Alex había cortado con tanta cordialidad y la había rechazado rotundamente; se había enfrentado a sus amigas y había expuesto el punto crítico del grupo: el interés por el poder que ella poseía.
Los días pasaron y nunca cruzo palabra con Alex de nuevo. En la primera clase de educación física había visto de primera mano lo  atlética que era la extranjera y lo hermosa que se veía practicando un deporte. De repente toda la academia estaba a sus pies, tanto hombres como mujeres suspiraban por aquellos ojos italianos. Empezó a desarrollar un rencor, era ella la que antes ocupaba su lugar aunque por lo menos seguía siendo primera en los estudios, Alex no parecía destacar en estos.
Un día en clase de educación física el reto era trepar 15 metros de soga. Nadie lo lograba excepto Alex, verla desde abajo le produjo una especie de rabia incontrolable que ahora le daban fuerzas mientras trepaba la soga con toda voluntad. Siempre era la número uno, no importaba que no destacase tanto en deportes pero no dejaría que una italiana se llevase la gloria con la cual había vivido siempre; era egoísta lo sabía y todos lo aceptaban, no daría su puesto a nadie. Antes de darse cuenta estaba a la misma altura que ella. Había escalado los 15 metros, algo que nunca había logrado, el enojo y el impulso la habían conducido hasta la cima de la soga. De repente la adrenalina de superarla se desvaneció, sintió todo su cuerpo el doble de pesado y sabía que sus manos no la sostendrían por mucho tiempo, miró hacia abajo y el suelo se veía demasiado lejano para saltar y aterrizar. No resistiría mucho,  y la caída era inminente, estaba a punto de soltarse porque sus manos quemaban y cerró los ojos esperando que el impacto no produjese mucho dolor. Cayó por 1 segundo y se detuvo, busco con la mirada el cielo y la vio.
Alex estaba invertida, tenía una pierna enredada a la soga y con la otra se aferraba a la soga. Una mano sostenía la suya y la otra agarraba la soga que anteriormente ella había escalado ¿Como podía estar en tal posición y aguantar ambos cuerpos? Por primera vez se sorprendió, de la destreza de Alex.
-No tenías que hacerlo- respondió todavía colgando de su mano.
-Lo hice porque quise - recibió la primera sonrisa por parte de Alex.
Todos habían observado la situación y la profesora mandaba a buscar una manta para atraparla sin riesgos. Todo había sucedido muy rápido y ya estaban listos abajo.
-¿Estás lista?
-Suéltame cuando quieras- respondió mirando a otro lado, no quería deberle nada.
Fue una caída simple y limpia, no le había pasado nada sin embargo su padre la había citado a la oficina para estar seguros. Antes de irse miró hacia arriba y allí estaba ella, bajando como si fuera una especia de acróbata con agilidad y elegancia.
Después de lo sucedido no le dirigía la palabra a la italiana y menos la miraba. Sabía que ella vendría posteriormente a pedirle algo, todos buscan algo y no por ser de otro país sería diferente. Una tarde de invierno paseaban y compraban ropa principalmente en el shopping, últimamente sus amigas querían saber mucho de los negociosos familiares y aunque le molestaba no quería perderlas pero el miedo azotaba otra vez cuando pensaba en lo que Alex en su primer día había dicho al enfrentarse a ellas.
Estaban despidiéndose y quedaban solo Agos y ella. Caminaban y hablaban muy animadamente cuando al girar en la esquina un grupo de chicos de unos veinte tanto las rodeo.
-Chicas, ¿se aburren? Porque no nos acompañan un rato- dijo el más alto de ellos mientras las encerraban.
-No molesten- respondió Naomi con aires de supremacía, estaba acostumbrada a tratar a todos así, intento salir pero uno de ellos la agarro de la muñeca y la atrapo contra la pared. Instantáneamente se dio cuenta que no tendría escapatoria. Busco a Agos con la mirada pero estaba bastante alejada, podía escapar ya que los tres chicos estaban concentrada en ella, intento decirle con la mirada que buscase ayuda y supuso que entendió por que salió corriendo.
-Oye, se nos escapa una de las gatitas- respondió el más robusto de ellos.
-No me interesa, me encanta la de ojos claros- dijo sin darse vuelta el que la tenía encerrada y se acercaba demasiado a ella.
-¿Que quieren?- una vez cuando había sido pequeña la habían secuestrado por dinero, seguro que esta vez era parecido- mi padre les pagara lo que quieran- miraba a los ojos de su agresor que estaba a una distancia escasa.
-¿Dinero? JAJAJA- empezó a reírse y los otros dos se unieron- no lo necesitamos - tiro de su muñeca en su dirección para golpearla y empujarla contra el piso- Sosténganla, vamos a disfrutar con ella un buen rato- saco una navaja y paso su lengua por la hoja.-que se siente haber sido abandonada por… ¿tu mejor amiga?- pregunto mientras se le subía encima y empezaba a trazar un camino con la navaja cerca de su pecho.
-No me abandono idiota-respondió con toda la bronca mientras forcejeaba en vano, pero el miedo empezó a crecer cuando Agos nunca apareció con ayuda. Ellos ya habían rasgado  toda la ropa invernal que tenia puesta y estaba segura de que si, la habían abandonado, después de todo el dinero no puede salvar una vida y un amiga interesada tampoco. Estaba a punto de llorar cuando escucho una voz.
-Qué asco, peor que unos animales, en realidad son más bajos ya que ellos no obligan a su compañera a tener sexo aunque supongo que es la única forma en que pueden ¿verdad?
-Mira Thai, parece que estamos de suerte- los tres la soltaron y se pusieron en pie- otra gatita se presento para divertirse- se miraron entre ellos encontrando la solución de aprovecharse.
-¿Gatita? Se confunden… soy su peor pesadilla.- se saco la campera y la tiro en dirección a ella que estaba semidesnuda en el piso.
-Ja! Me encantan las rudas- miro a los dos indicando que ataquen.
Y todo lo demás sucedió demasiado rápido, los tres habían atacado a la vez pero el primero recibió un puñetazo en la mandíbula cayendo inconsciente al instante, el segundo aprovecho la situación de su amigo y la agarro por detrás inmovilizando sus brazos y poniéndola de frente al tercero para que ataque; pero con una pierna golpeo el estomago de su atacante y con la otra dio impulso para atrás obligando a caer ambos. Se incorporo de un salto y el golpe en la cabeza de la caída había dormido al segundo y el tercero debido a su patada estaba en el piso a unos 3 metros intentado recobrar el aire. Se acercó y le dijo:
-Vete a menos que quieras que llame a la policía- el agresor no dudo y como pudo se levanto y corrió olvidando a sus dos amigos inconscientes en el suelo.
La ayudo a levantarse y se empezó a cuestionar si quizás la perseguía en busca de una oportunidad como esta para reclamarle algo, después de todo nadie era bondadoso porque si.
-¿Que es lo que quieres?- pregunto mientras se incorporaba y esquivaba el brazo que la había salvado.
-¿ni siquiera un gracias? Me habían dicho que eras egoísta pero no idiota- respondió Alex al momento que la tapaba más con su campera.
-No tenía…-
-Si si, no tenía que hacerlo, lo sé, lo sé- le sonrió de la misma manera que aquella vez en la soga, de una manera que jamás nadie le había sonreído hasta ahora. Y allí lo comprendió:  desinteresada , no pretendía nada-y no quiero nada, no te preocupes,-otra vez la sonrisa cubría su rostro- te salve por que quise- la abrigo y se puso al lado de ella en busca de brindarle apoyo.
Alex había utilizado la misma sonrisa que cuando la salvo ambas veces y lo comprendió. Era posible que su mejor amiga no quisiese mas nada con ella. Después de todo la había decepcionado pero no quería perder a la única amiga que había tenido en toda la vida. Se había congelado por unos minutos y el miedo de perderla le azoto de una manera que empezó a sudar en las manos y supo que tenía que actuar. Escuchaba su nombre desde atrás por parte de su novio pero no le hizo caso y empezó a correr tras el pasillo en el cual Alex había estado hacia unos minutos. Tenía practica de karate así que se dirigió hacia el gimnasio, estaba a unos dos kilómetros promedio pero no se tomo tiempo para descansar porque de lo contrario la memoria le recordaría la sonrisa de su mejor amiga.
Faltaban unos 200 metros para llegar y sintió el cuerpo cansado, no había cenado o desayunado y el esfuerzo físico cobraba su paga en su cuerpo que empezó a parar hasta caer al piso, desmayada.
Sintió el caminar tranquilo de la persona que la cargaba y un tarareo de una canción que desconocía pero que le gustaba por la voz de su intérprete. Al instante recordó lo que estaba haciendo y agradeció que su amiga la llevase muy posiblemente a la enfermería.
-Alex… lo lamento- no abrió los ojos en parte por la culpa, por la comodidad y por qué no estaba lista para ver enojada a su amiga. Sintió una puerta abrirse y tras unos pasos los brazos que la arrullaban la depositaban en la cama de la enfermería.-yo no quería hacer-
-No te preocupes- la tapo con las sabanas- debes descansar, cuando te despiertes hablaremos.- y como un bebe, se durmió en un segundo.
Se despertó asustada de que Alex se hubiese ido de su lado pero ahí estaba con los brazos cruzados sobre la camilla y la cabeza ladeada durmiendo. Le acaricio el pelo de su flequillo y susurro:
-Gracias.
-¿Por qué?- Alex parecía despertarse.
-Por cargarme hasta aquí desde el gimnasio, debió ser bastante duro- al momento recordó que tenía que pedirle perdón apropiadamente a su mejor amiga.
-¿De qué hablas? Yo no te traje aquí, fue Kall. Dice que te encontró inconsciente en medio del camino al gimnasio y que por el calor en tu cuerpo debes haber estado inconsciente una hora capaz.-su amiga la miraba debatiéndose si seguir o no- también me dijo que me pedias perdón entre sueños.
-¡Oh Alex lo lamento tanto, por favor no me sonrías así nunca más!- exclamo recordando por que había corrido tan frenéticamente.
-¿Qué?
-No me abandones…-susurró y el miedo por la respuesta se presentaba.
-Naomi, ¿estás bien?- su amiga le toco la frente- sabes que no te abandonaría nunca. Pero eres bastante obstinada y tu egoísmo ha crecido demasiado ¿no te parece?- la miraba en un claro tono de desaprobación.
-¿Egoísmo?-recién se empezó a cuestionar porque su amiga estaba enojada, algo que no había hecho debido a que estaba demasiado asustada pensando en perderla.
-Al principio pensé que no te caía bien la profesora y que lo superarías-miro la ventana- pero al ver como termino la huelga y como te hiciste con un triunfo que no era tuyo mientras Kall pagaba por ello-volvió su mirada a Naomi- me di cuenta que en realidad quieres a Popper de vuelta por el hecho de que ella te haría entrar en un santiamén a Harvard.-la vio suspirar  y sabia que lo que seguía seria el motivo de la pelea.- eres muy egoísta al intentar echar a un profesora que no ha hecho nada, y cuando te salva en lo único que piensas es en festejar y fingir un triunfo. – La mirada de su mejor amiga se torno dura- sabes que siempre estoy ayudándote, pero esto es demasiado…
-Lo sé – se dio cuenta de que su amiga la conocía más que ella misma y sonrió al ver la cara de sorpresa de Alex - ¿Qué? ¿No puedo reconocer que me equivoque?- golpeo el hombro de su amiga en sentido de broma.
-Es muy maduro de tu parte Naomi- su mejor amiga le sonreía ampliamente y aunque le doliese en el fondo del alma se lo debía a la profesora que había buscado a Alex para que hablasen, cualquier profesor lo hubiera ignorado.- Debes dormir un poco más, estas anémica, termino mi practica de karate y te busco.- deposito un beso en su frente y se fue de la enfermería.
Se tapo con las sabanas hasta los hombros y la presión que todo el día la había hostigado ahora la abandonaba dejándola sumamente cansada. Le debía su futuro y ahora también su amistad con Alex a la profesora nueva pero otra oleada de sueño enterró sus pensamientos sumiéndola en un profundo y dulce sueño.


Capítulo 5



Los días habían avanzado y hoy finalmente se cumplía el día en que Kall podría volver después de su suspensión. Se había arreglado con Alex y aquello fue un alivio, días seguidos hablaron demasiado y decidió que le debía una disculpa a su profesora así como también cancelo la fiesta ‘’triunfal’’ en su mansión. Odiaba admitirlo pero el motivo por su odio irracional hacia la rubia era por las cartas de recomendaciones. Alex había desnudado su alma y la había expuesto de cara a la realidad; al fin y al cabo se detesto a si misma por ser igual a su padre… sólo pensaba en ella misma.
Por eso de los errores se aprende y ella ya había aprendido, de la peor manera, no para ella sino para los demás. A John le había dejado incertidumbre al no confiarle sus problemas, había decepcionado tanto a su padre como a su mejor amiga y lo peor de todo había manchado el impecable trabajo de un profesora modelo. Lo primero que considero correcto fue hablar con sus compañeros y explicarles brevemente en que se habían equivocado y aunque le dolió, admitió que tenía motivos personales influenciados; sus compañeros se lo tomaron mejor de lo esperado e incluso algunos chicos la miraban como si fuese una ‘’chica mala’’ con sus ojos llenos de lujuria. Eso la asustaba, y para complicar más las cosas John se estaba poniendo demasiado celoso.
-¿Qué haremos hoy?- Alex estaba impaciente.
-No lo sé.
-Vamooos Naomi, debes dejar esa cara de preocupada. Vamos de shopping!
-¿Acaso quieres tentar a la suerte?-levanto una ceja.
-¿Suerte?- no entendía lo que su amiga hablaba.
-La otra vez pudiste defenderte, pero si el numero…- se vio interrumpida.
-AAAHHHHH…. Vamooos, no me digas que tienes miedo- se acercó lo suficiente para encerrarla contra la pared.
-Alex!-empujaba a su amiga, odiaba reconocerlo pero a veces soñaba con aquel momento en el que pensaba que perdía a una supuesta mejor amiga y también perdería la virginidad de no ser por Alex.
-Siempre te cuidare y lo sabes- le dijo mientras abrazaba a su amiga que intentaba por todos los medios zafarse.
-Ya no hará falta de ti Alex, yo puedo cuidarla en tu lugar- la voz de John era grave, capar era broma, capaz no.
-Siempre será mía – decía Alex con tono de burla al tiempo que le sacaba la lengua mientras todavía sostenía el abrazo con Naomi.
Se empezó a preguntar si tal vez no la veían, hablaban de ella como si fuera una pieza de arte y lamentablemente sin parte en la conversación. Se irrito. Se soltó del abrazo de su amiga y en vez de saludar a John fue directo al aula, no soportaba que siguieran hablando como si ella no estuviese allí. Alex la siguió y seguía pretendiendo hacer algo esa tarde pero ella ignoraba algún plan para la tarde. Solo quería una fin de semana tranquilo sin muchos percances después de todo los exámenes eran la semana entrante y debía concentrarse lo mayor posible en ellos. Su principal elección era Harvard, desde pequeña soñaba con aquel majestuoso campus y con pertenecer a él. Y aunque la carrera que había elegido, temporalmente molesto a su padre, fue asimilándolo poco a poco hasta brindarle apoyo total; siempre y cuando no molestase a su amada academia. A veces era irritante sentirse celosa del amor que el padre parecía brindarle a la academia antes que a ella; pero él era así, lo asimilo y se adapto para su mala suerte.
Esperaba tristeza o desconcierto, sorpresa quizás o sino también disgusto por estar de vuelta con la clase que intento echarla, pero por alguna razón cuando la vio, cuando saco su mirada de la ventana por el súbito silencio que hizo la clase; se encontró con algo completamente raro, que por supuesto tenia efectos en su estomago y corazón. Estaba radiante, ese era quizás el mejor adjetivo para describirla. La profesora siempre tenía puesto pantalones de vestir y uno que otro saco, muy profesional. Pero lo que llevaba era completamente distinto. Unos jeans negros delineaban aquellas piernas largas y un sweater beige lo bastante suelto cubría su torso y también parte de sus muslos. Unos borsegos marrones y su pelo semi recogido le daban tal aspecto que hasta el momento nunca se había cuestionado la edad de su profesora. La encontraba endemoniadamente sexi, joven y hermosa con lo que tenía puesto y tan solo eran ropas informales, se imagino a la profesora vistiendo gala y de la nada se dio cuenta de lo estúpido que era pensar en ello, por lo que paro. Hoy no llevaba un maletín y se cuestiono el por que una bandolera marrón ocupaba el lugar de ese portafolio negro tan formal, entonces Kall hablo:
-Dios, lamento este desastre-señalando los papeles en sus manos- no sabía que hoy ya tenía que volver-sonreía a la clase que estaba embobada con ella-vamos, abran sus libros de Geometría Molecular III, en la pagina 458 y hagan las actividades 345 y 347 el que las termine se puede retirar y por problemas saben en qué escritorio encontrarme-dijo eso y se sentó cruzando las piernas haciéndola pensar más en lo endemoniadamente  sexi que se veía, y volvió a desechar la idea para ocupar su cabeza en moléculas.

Había pasado una semana, una semana desde que había ofrecido su pellejo por aquella persona que estaba sentada entre la multitud y sin prestarle atención, como si nunca hubiese pasado nada sin mencionar el cargarla como princesa hasta la enfermería. Lo prefería de esa manera, de lo contrario Naomi la perseguiría con la loca idea de pagar una deuda o cualquier otra cosa; lo mejor era pretender que nunca había pasado ninguna de las dos cosas. Estaba sorprendida, la semana se había pasado mucho más rápido de lo que imaginaba y la mañana que tenía programada como una salida para comprar un par de cosas que necesitaban con urgencias su hogar, fue interrumpida por un llamado celular del director que aparentemente la conocía y la llamaba para recordarle en donde debía estar: la academia.
Disfruto su semana, de hecho le vino como tiempo para su trabajo principal y se puso al día con sus casos. Fue bastante agotador la junta con el Consejo de Educación Superior que obviamente armo una carpeta para ella por el incidente sumado a las ‘’quejas’’ de sus alumnos sobre sus enseñanzas. Una semana de suspensión fue la decisión del consejo y decidió no pelear más porque era tensar demasiado la cuerda. La única perdida que sufrió aparte del dinero que no cobraba en la semana (no era un problema) era la otra clase que contenía en la academia. Había entrado en un contrato con dos clases a su cargo, la mejor del estado y la quinta mejor del estado. El consejo había decidido que dos clases a su cargo eran demasiado por lo que suprimió la quinta para no perjudicar la enseñanza de la mejor del estado. Intento rebatir este argumento y poder demostrar su facultad de llevar adelante dos clases pero los argumentos eran demasiado grandes y si seguía podría haber perdido el trabajo, por lo que opto acatar las decisiones de sus superiores.
Todos parecían bastantes concentrados en sus ejercicios excepto dos personas, uno era Mike, lo había distinguido desde el primer momento en que lo vio ya que era una especie de genio pero no uno orgulloso sino de los humildes, que en cualquier ocasión de aprender la aprovechan y sacan buen jugo de ello. La otra persona era Naomi, era otro genio pero tenía una personalidad bastante rara y después de dos semanas de convivencia y una de su propia suspensió, no sabia con exactitud como leer a la morena que siempre parecía tener una mirada diferente hacia su persona. Primero fue odio, después simpatía y ahora la ignoraba, definitivamente nunca sabría qué ocurría en esa mente bastante perversa como para obsequiarle una semana de suspensión y la pérdida de un extraordinaria clase.
Había terminado los ejercicios, pero no quería levantarse, eso seria terminar la tarea de la clase y poder salir; pero en sus pensamientos algo la obligaba a quedarse sentada y fingir no haber terminado las benditas actividades, mientras que algo quizás magnético obligaba a que su vista se fijara en aquella persona que tiempo tras había salvado su futuro. No podía quitarle los ojos de encima y cada vez que la veía mirarla, esquivaba su mirada y cuando lo hacía solo pensaba en lo idiota que era. El estomago tenía una especie de temblores raros, pedía a cualquier dios que la escuchara y parase aquello en su estomago que no la dejaba en paz. Se dio cuenta que era demasiado estúpido estar allí mirándola, así que mientras colocaba su nombre en la hoja superior unas manos se posaron en su escritorio deteniendo toda actividad.
-Heeey Steef- levanto la vista y se paralizó- vámonos de aquí ¿quieres?- esto no podía estar pasando pensó.
-Disculpe- la profesora intentaba razonar con él, pero él solo seguía mirando a Naomi.
-¿Co-como entraste?- Pregunto Naomi, no había sentido ninguna ventana.
-Me conoces, me encantan las puertas traseras- sonreía ampliamente y parecía haber olvidado a la profesora.
-Salga afuera por favor- su profesora tenia la voz más grave que alguna vez había escuchado.
-Poppers, sabes que yo siempre- se dio vuelta y lo notó. No era Poppers sino una rubia lo bastante sexi como para cerrarle la boca a su hermano.
-Ahora-señalaba la puerta y caminaba hacia la misma.
-Oye- se giro hacia ella- quien es la rubia?-señalaba en dirección a Kall
-Steigh- escupió entre dientes- Kall Steigh, nueva profesora titular- explico cuando su hermano la miraba interrogándola.
-Interesante-sonrió y se dirigía a la puerta. Si su estomago le hacia temblores raros ahora eran terremotos a escala 7.0 Richter causando estragos en su vientre. Intento no pensar demasiado en que le había parecido interesante a su hermano la nueva profesora, eso detonaba los terremotos de su vientre y solo miro a Alex en un intento de encontrar una distracción pero la misma la miraba compadeciéndose de ella. Su hermano estaba en la ciudad y serian tiempos bastante movidos pensó. Cubrió las hojas con sus brazos cruzados y escondió la cabeza entre los mismos para tranquilidad aunque solo consiguió otra imagen de su profesora vestida a lo informal.
Debía mantener la compostura, solo porque un niño bonito se haya colado en su clase no parecía haber perdido su autoridad. Tendría que llevarlo con Max, el sabría qué hacer, por lo menos así se libraría de aquella persona que no le había importado irrumpir deliberadamente su clase y molestar a Naomi. Salió por la puerta y avanzo unos pasos, no quería que su clase la escuchase gritar si era necesario. Espero unos segundos hasta que el susodicho se presentara. Tenía que ser clara y tajante de lo contrario con su actitud de ‘’cool’’ intentaría pasar sobre ella.
-No se tu trato con Poppers y si te permitía ese tipo de entradas, pero soy nueva y por ende tengo reglas nuevas.- como permanecía callado siguió- deberás acompañarme hasta la dirección, el director se encarga de ti.
-¿Estás segura?- la estaba desafiando y lo sabía.
-¿Por qué no lo estaría?- se sentía muy confiado y podía notarse en su cara de ‘’no te tengo miedo’’
-¿Sabes quién soy?- la miraba divertido y por un segundo se dio cuenta que no tenía ni la menor idea pero para entrar sin ser notado, hablarle únicamente a Naomi en forma cariñosa y paralizarla a la vez debía ser alguien especial.
-No me interesa- era la mejor respuesta, después de todo ese tipo de interrupciones eran distracciones y mas para la mejor clase del Estado.
-Jajajaj…-parecía que estaba por caerse de la risa-aahhh- suspiro luego de inhalar todo el aire en sus pulmones- tu- la señalo- si que eres especial- se erguía recuperando el aliento paulatinamente.
-Vamos- tenía que ignorarlo, de lo contrario acabaría por preguntarle quien era.- hablaras con Max y luego si él te da permiso hablaras con Naomi.- emprendieron rumbo a la dirección.

-¿Cuánto tiempo se quedara?- escuchaba la voz de Alex en su espalda pero no quería abandonar la oscuridad o su mente reiterando una y otra vez esa perfecta imagen que había grabado de su profesora. Estaba o muy tranquila o demasiado acobardada para salir del abrigo de sus brazos en su cabeza.
-No lo sé- respondía desde su escondite.
-Vamos Nao! No te aflijas… sabes que solo quiere molestarte- golpeaba su hombro levemente- seguro quería llevarte de paseo.
-No soy una niña- salió de su escondite- y él lo sabe- refunfuñaba de solo pensar que lo hacía para molestarla.
-Lo hace para molestarte- leyó sus pensamientos- vamos, no dejes paralizarte.- y ahí era el quid de la cuestión. Él lograba lo que nadie había logrado en sus años de existencia. La vencía fácilmente y ella odiaba ser vencida, la superaba en todo y también parecía tener el afecto de su padre. Todo por lo que ella soñaba él lo tenía antes que ella pudiera imaginarlo. El sentimiento no era odio, sino mas una envidia, de la sana pero envidia en fin, sumándole la humillación que siempre la visitaba cuando su hermano se presentaba en la ciudad.
-No soporto esto- se volvió a esconder en sus propios brazos- ojala no dure demasiado.-sentencio antes de que todas las chicas de su curso se acercaran a ellas.
-Ese era…- una chica con gafas pregunto enfáticamente.
-Sí, sí, si-levanto la mano restándole importancia al asunto- Tom, mi hermano- hablo desde su asiento. Todas comenzaron a hablar energéticamente y muy emocionadas al tiempo que preguntaron si podían hablar con él personalmente. Era simplemente estúpido pedir eso, siempre pensó que si te gustaba alguien debías ir por el no actuar como una cobarde y esperar que alguien te lo robe. Si tanto amor sentían por su hermano tendrían que acudir a el no a ella. Otra cosa que odiaba de su visita, las chicas suspirando en su oído y esperando que ella actué de celestina con su hermano.
-Anímate- escucho susurrar a Alex en su odio- por lo menos ahora tienes lo que siempre quisiste y no puede quitártelo… -Naomi parecía no entenderla -¡John!
-Aaaah, claro- afirmo, y se preocupo por no haberlo notado antes.- tienes razón.- nada podría salir mal… tenia futuro, a su mejor amiga y novio con el mismo objetivo en mente y sin dudas la salud algo que nunca sobra. Sonrió a su amiga y escucharon el timbre del almuerzo.
-Adelante- la voz del director se hizo escuchar luego de unos segundos de haber golpeado la puerta de dirección. En todo el trayecto la persona que paralizo a Naomi estaba sonriendo y disfrutando de lo que seria el ‘’castigo’’, parecía no importarle las consecuencias o por lo menos así lo veía ella.
-Permiso- rebosaba profesionalismo mientras le indicaba a él que entrase. Ya dentro tenia a Max dándole la espalda y a su compañero conteniendo la risa, cosa que le molestaba en demasía.- Max, el señor interrumpió en plena clase- se había dado vuelta con semblante serio pero al verlo una gran sonrisa inundo su cara.
-TOMMY- interrumpió a Kall- ¡que grata sorpresa!- caminaba a su rumbo abriendo los brazos esperando claramente un abrazo. Se abrazaron y Max parecía haber olvidado el porqué de su visita mientras que sólo tenía ojos para ‘’tommy’’ ella solo tenía ojos para examinar esa figura masculina que no hacía más que dar vueltas lo poco que entendía  de esta academia. Max era lo bastante risueño todo el día pero nunca se mostraba cariñoso con nada ni con nadie, ni con Naomi. Y Naomi que no era mas que inteligencia y confianza pura, lo olvido todo cuando ‘’tommy’’ se presento en frente de ella.
-Kall- cayó sus pensamientos- te presento- lo abrazaba de costado y le tocaba el pecho en claro signo de respeto a esa persona- Tom, mi hijo.- le miro boquiabierta durante una fracción de segundo hasta que se dio cuenta que debía estirar la mano.
-Kall Steigh- apretó su mano- encantada.
-Supongo que ya puedo hablar con Naomi ¿verdad?- le sonreía ampliamente por la victoria que llevaba escrita por el simple hecho de apellidarse Clark. Era obvio que los privilegios que tenía lo habían llevado a actuar de la manera en que lo había hecho.
-Debo irme-se dio cuenta del tiempo perdido- tengo que buscar mis cosas e irme- sonrió al padre y al hijo y antes de salir algo la detuvo.
-¿Te volveré a ver?-escuchó a su espalda la voz del hermano de Naomi.
-Por favor- se dio vuelta- la próxima vez golpea la puerta- le sonrió- te dejare ver a Naomi si ella también está de acuerdo- y así abandono la oficina.
Sin dudas Tom Clark no era persona corriente, tenia efectos en casi todas las personas de la academia que ya parecían haberse enterado de su presencia por que se podían notar los brillos en los ojos de las mujeres tanto alumnas como profesoras buscando su anatomía; y no las culpaba, al fin y al cabo era digno de admirar, desde que vio como se reía burlándose de ella algo dentro suyo quería hacerla reír también. Tenía ciertamente algo contagioso en la risa ya que tuvo que usar de todo su autocontrol para no unírsele aún cuando sabía que no se reía con ella sino de ella. Dejó de pensar en aquello cuando miro el reloj y lo tarde que era, sus cosas deberían seguir allí solas en el salón de clases y todos estarían ya en clases de gimnasia. Caminaba tranquilamente cuando el gran ventanal dejaba entre ver la actividad física de su grupo. Se paro y comenzó a admirar aquella juventud que ella misma había tenido hacia tan solo unos años. Entonces lo noto.
-¡Ya… veras!- le desafiaba abiertamente ya que Alex se burlaba de su equipo.- te ganaremos- veía como su mejor amiga le sonreía abiertamente incitándola a algo que ni ella misma se creía.
-Pues saca entonces- Alex.
Torció el cuello en busca de descomprimir la tensión en su espalda y pico la pelota un par de veces golpeándola con la su palma de la mano. La lanzo al aire y al momento que estuvo en la cúspide de su salto la golpeo con todas sus fuerzas. El equipo de Alex recibió la pelota de veisboll y la devolvió en tres toques sin mucha dificultad, en cambio, su equipo carecía de coordinación que lo complicaba a la hora de recibir la pelota del enemigo. Le costó muchísimo pero a duras penas devolvieron el balón al sector del equipo adversario y el equipo de Alex en dos toques y un majestuoso pero veloz remate llevaron la pelota a la esquina superior derecha del área. Ann una jugadora de beisbol recibió el remate pero como Alex lo había impulsado era demás sabido que era difícil fijarle un rumbo por lo que la lanzo muy lejos. Era sumamente terca y así tuviera que correr medio patio para devolver esa pelota lo haría, todo para no dejarle la satisfacción de un punto a su mejor amiga. Un punto valía la pena y si eso impulsaba a su equipo a la victoria, daría la vida al devolver la pelota. Tenía la vista en el aire y en la trayectoria que marcaba aquel balón, podía alcanzarlo y cuando se coloco de espaldas para golpearlo sintió a alguien gritar y todo lo demás se torno muy confuso.
Abrió los ojos por que el impacto la había asustado y el ruido del vidrio cayendo a su alrededor no había ayudado demasiado. Se sentó y se dio cuenta que abajo tenia a una persona. Era Kall. Estaba con la respiración agitada y se pregunto si había corrido a su encuentro. Miro a su alrededor y lo entendió. Estaban acostadas a un metro del ventanal de vidrio que separaba a la galería del patio. Seguramente corrió hasta allí por la pelota, con el impulso se golpeo con Kall y ambas atravesaron el gran vidrio, ahora por todo el piso hecho pedazos. Se levanto y se dio cuenta que no tenía ni un rasguño pero quien no estaba en las mismas condiciones era Kall, que en algunos sectores de su cuerpo al descubierto se podía ver como un color carmesí manchaban lo blanco de su piel.



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