Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Sorpresas de la vida - Saori (Parte6)



Tras viajar durante  horas, nos detenemos en un autoservicio, la verdad ya me hacia falta un descanso para poder pasar por los aseos.

Al salir me fijo que mi hermana habla por teléfono, se ha quitado el botón del oído y al igual esta haciendo Sandra, Armando lleva a Gabriela mi cuñada y a Mariana al interior, pero antes hace una interrupción para indicarme con un gesto que le de el aparato que yo llevo aún puesto.


Se lo devuelvo y me dirijo a ellas, las miro con atención, aprovecho que Carol sigue al teléfono y aparto a Sandra para contarle todo lo que he pensado u descubierto, ella me escucha con atención medio sonriendo, asiente conforme avanzo en mis explicaciones, en algún detalle me corrige lo que me permite ver otros puntos de vista e incluso facetas que ni me había planteado, cuando termino, la miro fijamente…. Ha llegado el momento de preguntarle, qué es lo que ha ocurrido mientras viajábamos que las ha tenido tristes o en tensión, ella baja el rostro unos segundos , en un susurro casi inaudible me dice que han matado en la comisaría a su padre antes de ser trasladado a un zulo, que ya no lo podrán juzgar ni usar como confidente en contra de Gerardo, pero todavía él no estaba libre de acusaciones por lo que seguían buscándolo, tras éstas palabras observo como ella temblaba, mi alma se partía en pedazos al pensar en todo lo que debía estar reviviendo con solo abrir esa herida….

Al estar en público no podía actuar como normalmente para no poner fuera de lugar nuestra apariencia ante el resto de transeúntes y dar una pista de nuestra localización, mayor impotencia de la que ya sentía y una frustración tan grande que un tío que me pasaba al lado intento flirtear conmigo y luego le guiño el ojo a Sandra y me dieron ganas de partirle el cráneo…. Sandra me contuvo antes de que hiciera nada, debía de ser muy transparente por que apenas le puse a ése una mirada asesina ella ya tenia sus manos en mi torso conteniéndome de que hiciera algo más.

Apenas nos reunimos todos en los vehículos, mi hermana nos mira dando las ultimas nuevas de Gerardo, un confidente suyo lo sitúa a 50 kilómetros nuestra, necesita saber si alguna lleva algo que sea muy personal y sepan que no lo dejaría por nada del mundo, algo que pueda colocar un trasmisor, mira a mi chica y ambas a mi cuñada, yo miro una pulsera que la chica acaricia de seguido cuando canta, adelantándome a ella me pongo a conversar animadamente y me centro en el objeto, tiene varias cuencas de cerámica en las cuales se podría colocar un chivato en su interior, toco la pulsera con el dedo y ella me pregunta si me gusta, le digo que es original, esperando ver que me cuenta de ésta, al rato de tararear una melodía me cuenta que era el collar de su muñeca favorita y que el bastarlo la rompió por que ella no quiso ayudarle como a su padre, que no le quiere y que es muy malo, pienso que sería fácil h hacer una replica y sustituirla, le pregunto si me deja mirarla un rato, ella primero se lo piensa y luego mira al vacío como si no estuviera aquí, al final asiente y la cojo de sus manos, se me ocurre algo y la llevo conmigo a la puerta del supermercado donde están las alarmas electrónicas, pongo en mi mano abierta la pulsera entre éstas y saltan las alarmas de aviso, confirmado algo lleva en el interior que activa con su señal los controladores.

Mi hermana me ha seguido curiosa de que hacía, al ver lo que hago me mira sorprendida, le explico que algunos aparatos emiten una frecuencia que activan este tipo de alarmas y que si esta simple pulsera emite una señal es que lleva algo en su interior,  ella me lleva a un cajero, saca su placa y toma la pistola lectora de códigos de los productos, aislando cuenca por cuenca la va pasando de una en una, al llegar a una algo oscura, el aparato se vuelve loco, agarra algo duro que tiene bajo el escritorio de la cajera, y la golpea fuerte, al momento deja de pitar la maquina y sobre la superficie hay echa añicos la cuenca y algo negro muy pequeño, ella lo coge y pide una lupa, activando una radio de mano pide contacto con alguien y da aviso de estar al descubierto, de ser seguida por un trasmisor camuflado y que den la alerta que el sospechoso lo tenemos a la retaguardia….

Salimos a la carrera y escuchamos un tiro en las mediaciones todos se echan a correr y Sandra echa al suelo a su familia entre gritos, Armando las protege apuntando a un vehículo rojo a unos veinte metros, éste se haya en una posición extraña y con la puerta abierta, otro disparo y observo que una forma se ha asomado ligeramente desde ése vehículo antes de sonar el tiro, corremos ocultándonos y esquivando al personal que ha entrado en pánico, se me ocurre seguir la dirección de la gente y rodear la zona, me guito la parte superior para no resaltar y el gorro, me quedo en camisa de tirantes, saco el arma reglamentaria que llevo, recordando las instrucciones de mi hermana, la cual me llama a gritos sin que le preste atención, no me puedo quedar ahí viendo como nos acorralan mientras un tirador nos retiene a tiros…..

Llego a un edificio dónde se meten a tropel paso de largo y me agacho todo lo que puedo, siguiendo una hilera de vehículos hasta el costado del agresor, apunto con cuidado y agujereo las ruedas, al poco siento como el vehículo en el que me encuentro es mecido por los tiros del otro y éstos me resuenan con pánico a que me den, otros tiros se escuchan cercanos y  el tirador me deja de lado de momento, corro a toro vehículo,  paso por detrás de una furgoneta que han abandonado en medio de la carretera e impide que el sospechoso recule para escapar,  los tiros cada vez son mas fuertes y en mayor numero, me siento temblar de miedo y me falta el aire, no me atrevo a asomarme, pero sé que soy la única en poder acercarme, escucho un sonido a mi lado y apunto girándome, tengo a mi hermana a mi lado, me mira con reproche pero agradecida, dice que los otros dos lo están distrayendo, con tanto ruido apenas la puedo escuchar, me agacho y miro por debajo del parachoques, el agresor se mantiene semi de pie en su trinchera, varias armas tiradas en el bajo del vehículo, nos da la espalda, sale mi hermana a una indicación mía, y dice a la radio que detengan el fuego,  obedecen y apuntándole le da la orden de entregarse y soltar las armas, éste se gira con una escopeta hacia Carol, ella le dispara y se da cuenta que lleva bajo la ropa un chaleco antibalas, se tira a un lado y yo sigo escondida.

En esos instantes el miedo me consume mi hermana esta a punto de  ser cosida a balas por el sospechoso y yo ahí mirando, levanto mi arma sin pensarlo y disparo hacia sus piernas, le doy dos veces en el mismo muslo lo que provoca que se desplome y tirotee toda la furgo, me mantengo oculta, esperando a que los tiros paren, escucho unos gritos en los que Carol grita que suelte el arma, me asomo y ella está sobre él apuntándole la cabeza, y el con la escopeta cruzada con intención de golpearla, corro y me tiro al lado sujetando el mango del arma y es cuando el sospechoso cede y se coloca las manos en la cabeza.

Me levanto algo aturdida mientras mi hermana lo va esposando, miro a mi alrededor, y alzo el brazo a modo de saludo, Armando asoma la cabeza y asiente, Sandra de igual manera, algo no es normal tendrían que salir y acudir en apoyo a su jefa…



En ese instante mi hermana se tiró sobre mí pero sospecho que pese a su reflejos ya era tarde, fui lenta en comprender que pasaba, no era un único atacante, era mas de uno como mínimo otro y acaba de ser alcanzada por un tiro certero, bueno no tanto ya que sigo viva, pero entre el peso de mi hermana, la mala postura sobre el detenido en el que he caído de espaldas, y el dolor intenso en el hombro que me quema como el fuego y sientes que te duele todo, ya no se si por simpatía o por que debí recibir mas de un tiro…. No me atrevo a mirar y confirmarlo y menos ver mi propia sangre y ponerme peor….

Mi hermana no para de palparme apenas percibo su susurro en la radio de mano, intento seguir al tanto de cuanto pasa a mi alrededor, no suelto el arma que aún sostengo en la mano del brazo sano, siento pánico en que nos acorralen del todo y vengan por nuestra retaguardia, veo unos pies en el lugar en el que yo me encontraba anteriormente, sin pensar me giro hacia allá de un modo acelerado y mi hermana se gira con arma en alto, en ese instante un hombre con pistola sale y es acribillado por Carol a tiros, la victima cae de espaldas con los brazos abiertos, y Carol no se lo piensa y se dirige hacia él apuntándole, lo desarma y esposa aceleradamente, lo arrastra vigilando con su arma alrededores para que no halla un tercer asaltante, me mira y me sonríe y yo respiro acelerada, alza la mano dando aviso de que estamos a salvo, Sandra se expone y no recibe ni un aviso, llega a nuestra posición y me mira, la noto consternada, simplemente no puedo decir nada, Carol sale asegurando el parámetro, Sandra me trata de loca para arriba, que soy una inconsciente, todo esto con lágrimas en los ojos, la miro maravillada de verla sana y salva y ver que llora por mi, me siento tan conmovida que lloro yo también, la pobre al verme llorar se preocupa más y me pregunta si me siento muy mal, y me digo…. “Sí de hacerte padecer a ti.”

Al cabo de unos minutos llegan unos enfermeros, me explican que la herida tiene salida por la espalda por lo que no habrá que extraerla, que me tienen que coser para no perder más sangre y poner la vacuna antitetánica, piensan en trasladarme pero Sandra se niega y enseña su placa e indica que estamos en servicio especial, vaya modo de decir las cosas, conforme la escucho veo como lidia con las normas de seguridad y sanidad, hasta que llega mi hermana e indica su lugar en la jefatura y que estamos a su mando y custodia, que nos trasladaremos en su debido momento al hospital militar, que gracias por sus atenciones, eso último a los enfermeros les parece una broma sarcástica y sin contar un insulto el negar la atención sanitaria.

El hombro me ardía y los calmantes tardarían en hacer efecto, los atacantes eran interrogados por Sandra y Armando en una furgoneta de la policía de la zona, la patrulla se sentía algo desconcertada y ala vez aliviada de no haber estado de por medio, digamos que no es de gusto ver a uno de los suyos herido y supongo que mi hermana y Sandra lo deben estar pasando mal, me acompañan unos guardias por petición de Carol a nuestros vehículos, Mariana y Gabriela están en el interior, las dos con los rostros demacrados, al verme llegar casi sana y salva y un brazo en cabestrillo, la madre suspira y mi cuñada se me echa encima abrazarme y llorando, tengo que reprimir un grito de dolor para no asustarla, pero todo mi cuerpo se tensa y siento que voy a estallar o que no voy a poder aguantar mucho más.

Entre palabras de consuelo y alguna broma entro con ellas al vehículo y mi suegra me muestra un gesto de agradecimiento me acaricia los cabellos, se la ve muy descompuesta y eso me hace preguntarme si vivió en el pasado éstas escenas, no se n i como me paro a pensar en todo eso, me siento agotada y necesito dormir, los puntos me duelen mucho y sólo quiero que acaben con todo y marchar, además me preocupa que nos den más alcance algún sicario más….

Por lo poco que he escuchado esos dos eran dos enviados y bien pagados por Gerardo, cada vez deseo más estrangularlo y ver como se le apaga la vida en los ojos igual que se las ha robado a éstas mujeres, no es más que otro delincuente con ansias de poder y riquezas, que disfruta haciendo sufrir al resto de las personas que llegan a estar a su merced.

El sueño me puede y recuesto la cabeza en el asiento, noto como me arropan con algo y eso alivia el frío que siento, creo que los sedantes son fuertes por que no tardo en dejar de escuchar a mi alrededor todo el ir y venir de voces y ordenes, de preguntas de curiosos, las sirenas…..

Mi mente algo ausente empieza a devolverme a la realizad de un sueño profundo aunque no se si reparador por como me duele todo,  me remuevo incomoda evitando la luz solar que me llega a los ojos y me provoca fuertes palpitaciones en la cabeza, siento como si todo mi cuerpo fuera a romperse en pedazos, todavía no recuerdo mucho, sólo algo de que iba en un coche con Sandra y Gabriela, todo lo demás se me hace confuso y muy borroso.

Conforme pasan los minutos, empiezo a recordar los hechos del restaurante, luego el encuentro con Sandra y las agresiones sufridas, una cólera me sube desde el pecho al resto del cuerpo, luego todo lo ocurrido en la comisaría y ahí entro como en estado de sorpresa, con más serenidad recuerdo la escapada de la jefatura bajo las vestimentas masculinas y luego los cambios de vehículos e imagen, luego el asalto y tiroteo de los sicarios, el dolor del hombro me recuerda el impacto sufrido por un tiro, abro los ojos de golpe y me ciega la luz que me rodea, actúo de un modo premeditado al temer que algo les hubiera pasado durante mis horas de sueño, apenas intento incorporarme unas manos me sujetan y empujan de nuevo contra el colchón…. Un momento la última vez que estuve consciente aún seguíamos en el lugar de los sucesos y en el interior del coche, dónde caí rendida por el sedante y el agotamiento.

Carol me habla en susurros, no soy capaz de distinguirla con la luz golpeándome los ojos,  su voz es pausada y algo tensa pero noto al final de sus palabras alivio, no sé por qué pienso que he sido una  carga y una fuente de preocupaciones, ahora sólo me queda saber que ha ocurrido, dónde estamos y si ha sucedido algo más….

Con palabras suaves mi hermana comienza a decirme que estoy bien y que me voy a recuperar, también que ellas están en la habitación continua y que Mariana pasó el viaje cuidándome y bajándome la fiebre, que nos hizo parar en varias farmacias en el trayecto a la casa custodia, tal y como la han llamado, que perdí sangre y la fiebre fue muy alta, que no pudieron parar en hospital u ambulatorio, para no crear rumores de nuestro paradero, comprobaron de que no hubiera mas chivatos que indicaran nuestra situación, por suerte el de la pulsera era el único, lo más importante que no tuvieron que cambiar mucho los planes, y que ahora tenían asediado en un perímetro a Gerardo y que los sicarios habían admitido su implicación en la muerte del padre de Sandra.

Digámoslo así estábamos en paz en un lugar que todavía no conocía, deseaba ver el rostro de Sandra y bueno agradecer a Mariana sus atenciones, no sería tan sencillo, cuando por fin puedo mirar a mi hermana sin sufrir por la luz en la vista, el gesto de mi hermana  no es tan amable como su voz, por lo que evidentemente me viene ahora las palabras duras de su preocupación, creo que tras lo de mi sobrina nuestros papeles se han intercambiado, no tengo animo de ello pero si lo pienso no tengo escape, encima convaleciente, empiezo a pensar que la situación no es justa, apenas creo este pensamiento en mi mente una segunda bofetada me arde en el rostro, esta vez no puedo sentir resentimiento y menos viendo a Carol llorar, se levanta sin decir nada y se marcha de la habitación, dejándome sola.

Algo conmocionada por los recientes hechos, miro el techo pensando en como he estado tan ida de la cabeza como para  exponerme tanto y con tan poco conocimiento y lo peor como me pongo a tiro sin pensar si habrá un único asaltante, si actúo así sin pensar no es de extrañar que sea un peligro andante para los que quiero, ya que en vez cuidar de ellas me expongo a que me maten y se quede todo ahí.

Pensando en todo esto no puedo evitar rememorar todos los momentos compartidos con Sandra y todas mis promesas hechas mentalmente y pienso que he roto todas y cada una de ellas al dejar perder así un futuro juntas, si me matan no hubiera habido modo de cumplir nuestros sueños.

La puerta se vuelve a abrir y siento una gran ansiedad sin contar temor por la idea de ver la misma rabia y consternación en Sandra que en Carol…

Al final saco valor y giro ligeramente la cabeza hacia donde escucho algunos sonidos , apenas fijo la vista me colocan una mesa enfrente del rostro que me impide ver por encima y sigo sin saber quien tengo conmigo, un par de bandejas sobre la mesa resuenan al tropezar la persona con ésta, una silla es colocada a mi lado y alzo la mirada buscando ver el rostro de quién está en mi compañía, me siento algo sorprendida pero agradecida, es Mariana, me observa y percibo un atisbo de sonrisa en sus labios aun con su semblante serio, no sé por que recuerdo en esos momentos que la mujer tiene un enamoramiento que ha dejado atrás para huir del yugo de su matrimonio y de la condena de por vida que ha sufrido por ser descendiente de un gran Capo.

Mariana se inclina sobre mí con cuidado palpa el lugar de la herida, la cual me provoca latigazos de dolor con solo su contacto, ella me mira con calma y es cuando en un susurro casi inaudible ella me da las gracias, su voz es tenuemente ronca, ya no suena vacía como en un principio, de alguna manera su estado de enajenación ha ido mejorando pienso que ha debido sufrir un gran trauma con todo lo sucedido, siento lástima por la mujer y un gran afecto.

Con muchos cuidados la mujer tras coger de la mesa unas pinzas de metal empieza a retirarme el vendaje, un fuerte olor a yodo me llega lo cual lo hace algo mareante… intento bajar la cabeza y ver cómo está pero me duele todo y no soy capaz de encogerme tanto, ella me mira a los ojos con reproche, echo de nuevo la cabeza para atrás, dejándole vía libre a sus tareas, alzo las cejas a modo de respuesta, no se bien que he hecho pero ella empieza a reír suavemente con un cierto tono dulce que me deja prendada de su voz, hasta ahora apenas la pude escuchar excepto en el momento en que la situación exploto para ellas y la vida que mantenían cambió radicalmente, yo pienso que para mejor, pero también pienso si no estarían muy sumidas en un mundo que no les correspondía y sabrán vivir sin esa etapa de un modo diferente, si encontrará la felicidad tal y como nosotras aspiramos.

Ella se retira de mí unos instantes y vuelve con algo plano en las manos, me observa y sonríe como divertida y podría decir traviesa, algo claro está planea la mujer y solo verla en esa pose me dan ganas de reír por que en verdad se la ve dichosa.

Me muestra un espejo en el que mi rostro se ve pálido y ojeroso,  paso mi lengua por mis labios tomando conciencia de que están resecos y tengo mucha sed, ella va girando lentamente el espejo de lugar y me fijo que va en dirección de mi herida, un modo de que la vea sin forzarme, desde luego esta mujer está en todo.

Al llegar veo una especie de costra algo oscurecida pero alrededor rojizo y diría que como irritado, ella susurra al ver mi expresión de consternación, “te rascabas mucho Susana”, levanto el rostro sin saber que decir, y vuelvo a mirar la herida casi ha cicatrizado, entonces…. ¿Cuánto tiempo llevo inconsciente?

La miro directamente quiero hablar pero digamos que me puede mas la sed que otra cosa, creo que tendré que dejar las preguntas para más tarde, miro alrededor buscando una botella o una jarra de agua, hay un armario muy desvencijado al fondo de la habitación, varias sillas de tipo barroco, una mesita del mismo estilo entre éstas, unas cortinas oscuras tapan parte de la ventana , la cuál esta entre abierta y se escuchan grillos en el exterior, las paredes están semicubiertas de papel florecido, esta casa necesita mucho trabajo y por el olor a moho una limpieza urgente, es cuando me fijo que no hay telarañas ni suciedad en ningún rincón…. Al pensar en eso me trae recuerdos del caserón abandonado en el que descubrí lo que pasaba y pensar que pude salvar a Sandra en aquellos momentos llevándomela lejos de ese mal nacido y haber evitado una agresión tan humillante…..

Mariana empieza a realizar la cura con algodón y yodo, la cuestión es que me duele todo y no me duele la herida al contacto, deben ser magulladuras internas, no le digo nada todavía del agua hasta que termine con su tarea se la ve tan concentrada en ello, que me sabe mal molestar.

Una vez ha terminado vuelve a retirar todo y es cuando medio tosiendo le pido el agua, ella asiente y se dirige a la botella  y el baso que hay sobre la mesa que está al lado de la puerta, llena el baso y vuelve a mi lado,  con cuidado me ayuda a incorporarme y sosteniéndome me da el vaso para que beba por mi misma, al menos no me hace sentir una inútil, apuro el agua enseguida y siento que no es suficiente le pido mas pero ella niega con la cabeza, luego me dice que es pronto que he de ir tomando poco a poco…

En silencio se marcha pero antes me ha dado un beso en la mejilla, su primera muestra de afecto hacia mi persona, me ha dejado descolocada ya que ni lo esperaba, ha conseguido que me sienta mucho mejor y que tenga muchas más ganas de ver a  mi chica sin temer tanto  la bronca que me pueda soltar.

Espero un rato pero me siento muy cansada y aunque quiero verla y ver que se encuentra bien y hacerle un sin fin de preguntas el sueño me vence antes de verla.

Vuelvo a despertar esta vez me siento pegajosa y con una sed que me bebería un tanque entero de agua,  abro los ojos y la vista la noto borrosa, me estezo con las manos para ver si veo mejor y una mano me las sujeta para luego pasarme un paño húmedo por la cara y los ojos, cuando al fin deja de pasarme el paño por la cara puedo abrir los ojos del todo y mirar quién es, mi corazón pega un vuelco al ver sus ojos clavados en mi, siento como todo el peso de mi cuerpo se aligera y una dicha me llena por dentro, ella está a mi lado, cuidándome, lo que más deseaba al dormir se me ha cumplido al despertar.

Sandra sonríe con cierto alivio y una alegría en si, que me hace aún más feliz, intento hablar pero me da tos, ella se levanta y se aleja de mi lo cual me crea desconsuelo, no quiero que me deje ya, pero cuando llega a la puerta se detiene y me fijo que ha ido a por agua, suelto un suspiro de alivio y la espero ya con más calma, al igual que su madre me da el agua y yo bebo esta vez sin tantas prisas, apenas bebo las tripas me resuenan hambrientas, vaya modo de quejarse, me pregunto cuanto llevo sin comer….

Tras volver a recostarme ella me hace algunas preguntas de cómo me encuentro y si necesito algo, al decir que tengo hambre, ella se levanta para ir a por comida, yo la cojo de la mano antes que se aleje y le digo que luego, asiente y se vuelve a sentar a mi lado a la espera de ver que quiero, pero yo quiero estar con ella y seguir mirándola y que me cuente todo, cosa que le indico y ella con su medio sonrisa y mirada pícara comienza a relatarme todo lo ocurrido desde el tiroteo, la escucho con suma atención, su familia ya sabe el destino de su padre, ninguna lo ha tomado de un modo tan serio ya que hacía años ya no existía ese afecto fraternal,  el viaje y las diversas paradas por el estado febril en el que entré, la inesperada perdida de  sangre por el orificio de la espalda, del cual no se percataron hasta ser tarde y perdí mucha, por suerte pasamos por el hospital militar y me tuvieron ahí tres días y medio, cuando ya estuve fuera de peligro siguieron con el tramo que faltaba para llegar a la casa de seguridad, al entrar al hospital nos perdieron la vista del todo y pusieron varios compañeros de cebo en la misma furgo y picaron el anzuelo dos secuaces más de Gerardo.

Tras pronunciar su nombre ella guarda silencio, tomando aire continua, su madre se ha ocupado de mis curas ya que para sorpresa de los enfermeros tenia habilidades y conocimientos insospechados de medicina, casi no se ha separado de mí y dice que me ha cuidado con esmero y cariño, que se nota que me aprecia muchísimo.

Le explico que mi hermana dijo que tenían al bastardo acorralado en un perímetro, ella asiente pero su rostro se ensombrece, escapó una vez detenido no sin antes averiguar por un aliado dónde nos hallamos, se presentó aquí esa misma noche….

Abro los ojos aterrorizada e intento levantarme corriendo, no, no es posible que estemos retenidas ahora por ese mal nacido, no concibo la idea que tras tantos esfuerzos no hallamos conseguido escapar de su sombra, apenas consigo sentarme Sandra grita llamando a mi hermana, la cuál entra corriendo y se disponen a tumbarme de nuevo, mi cuerpo tiembla, no se bien si del esfuerzo o de la cólera…. Ambas hablan entre sus esfuerzos de contenerme hasta que Susana grita: “LO MATE YO, SUSANA”, una y otra vez hasta que yo detengo mi lucha contra ellas por levantarme….

Es cuando mi propia hermana me explica que tras despertar horas mas tarde la avisaron de su huida y que se llevo a uno de los suyos al cual dejo mal trecho en la carretera en dirección nuestra, en vez huir y escapara para poner su pellejo a salvo, solo pensaba en venir a por nosotras, con calma me explica que nos bajo a todas al sótano y ella y Sandra hicieron las guardias, se produjo un tiroteo llego a entrar al edificio pero tras jugar al gato y al ratón por media hora, cuando acorralo a Sandra ella llegó hiriéndole, él en vez bajar su arma y rendirse intento dispararlas y fue cuando disparo por reflejo y le dio muerte…

Me echo a llorar de impotencia, ellas luchando por nuestras vidas y yo inconsciente postrada en un colchón sin siquiera poder proteger a nadie, dios que cosa más inútil, sigo llorando sin saber que parte de mis palabras las he dicho en voz alta, entonces alguien cierra la puerta y soy abrazada por una de las dos, no se cuál ya que tengo los ojos cerrados, pero empiezo a escuchar su voz, hablándome al oído y ya no lo soporto más, la abrazo sin mediar ya palabras y lloro como no he llorado en años.

Sandra termina de recostarme en la cama y yo me niego a que se vaya, la vuelvo a coger de la mano y le pido que se quede conmigo, ella me dice que no se va a ir a ningún lado, simplemente  va a sentarse pero yo me niego, quiero sentir su cuerpo a mi lado, notar su peso y su calidez, quiero que se acueste y descanse conmigo. Le pido que se acueste ella en un principio se niega pero al ver mi insistencia, accede.

Mientras se acuesta a mi lado me da ánimos y me dice que no fui una carga que podría haber sido ella la herida y no haber podido cumplir con su deber y protegerlas, que al dispararme el otro sicario se descubrió a sí mismo y se le pudo localizar, aunque al final hiciera toda la faena la jefa.

Me hace gracia como la llama a mi hermana y me pongo a reír algo dolorida pero me siento genial, me explica el como la acorraló y me siento consternada al saber que ella protegía la entrada a nuestro sótano y que fue ella quien lo retuvo dando la alarma a la jefa la cual la salvó cuando la iba a liquidar, el aire se me va de los pulmones ante la mera idea de perderla y sentir que he estado tan cerca de un momento tan critico que las lágrimas se me saltan solas.

Luego el como llegaron el resto de efectivos y tomaron los testimonios el como Armando que estaba en la tienda comprando para varios días, llegó escuchando los disparos y al llegar todo había terminado, como nos volvieron a subir y se decidió seguir ahí unas semanas mas para asegurarse de si hubiera sicarios a sueldo todavía al acecho, no nos encontraran y de paso, que se corriera el rumor que tanto su padre como Gerardo habían caído muertos y nadie les pagaría sus servicios.

Tras escuchar todo vuelvo a dormir y sigo así durante tres días mas, dónde ya comienzo a comer y a  moverme, Sandra pasa la mayoría del tiempo a mi lado, mi sobrina pasó una tarde conmigo y mi cuñado me dio un abrazo en el que me hizo mantequilla, tras eso mi hermana volvió a teñirse el pelo y otra vez a mirarla rara mientras me miraban y se reían de mi expresión, ya me estaba acostumbrando a verla con un color de pelo normal para variar, que ahora tengo que mirar a una pitufa...


Continua ACÁ
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