Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Masaje Erótico - Riba


Trabajaba de noche, descargando camiones, de lo que fuera.
No podía permitirse el lujo de escoger, la vida era dura. Sino que se lo pregunten a ella.
Le costó mucho encontrar ese trabajo eventual. Por ser mujer no lo tuvo fácil, pero  ahi estaba y dando la talla, a veces incluso mejor que muchos de aquellos hombres que la miraban con indiferencia, con desdén.


Tomó una caja, se la puso en el hombro y con ella se dirigió hacía el lugar de descarga. Imaginaos en el ambiente que se movía, cajas por todos lados, camiones entrando y saliendo, ruidos continuos, voces, gritos.
-Cuidado! otra caja.
-La cinco en el número nueve - gritaba una voz.
-Cuidado. Cuidado.
-Manuel te llaman en la puerta diez. - Se oía a lo lejos
-Bam!  Crash! ¡paf! - Ruidos de cajas cayendo de carretilla, camiones
-¡Vamos, vamos! Que  se nos esta haciendo de día. 
Ese era el ambiente de Aurora, llevaba puesto unos tejanos que resaltaba sus bien formadas piernas, pelo corto, cara redonda, una expresión infantil que no reflejaba para nada la fortaleza de esa mujer, busto pequeño pero bien vistoso.
Sudaba, la camiseta daba señales del esfuerzo que ya llevaban haciendo varias horas, por la frente se le caían las gotas de sudor era duro ese trabajo, y ella no se escondía, por eso el encargado siempre la llamaba.
Era el último camión de la noche, ya la madrugada despertaba, la noche daba paso a las luces del alba, dando paso por lo que apuntaba a un hermoso día.
Le pagaron, y saliendo se despidió de algunos compañeros que le tenía aprecio  a esa mujer valiente e inteligente y perseverante que no desentonaba en aquel duro trabajo
-Adiós chicos -
-Adiós Aurora, que descanses y danos chance mujer, nos tienes hechos polvo.
-Anda! Dimas, deja de decir tonterías, nos vemos chicos.
Y se fue paseando, le gustaba pasear, las farolas se iban apagando y el sol parecía pedir permiso para salir.
Se encaminaba pausadamente, hacía el bar donde solía desayunar cada vez que trabajaba por allí.
Aspiró el aire que a esas horas era todavía frío, pero dentro de unas horas ya no existiría y disfruto con esa brisa que le acariciaba la cara. Entró en el bar, pidió un bocata y un café con leche, y cogió el periódico, para echarle una hojeada a ese mundo que tanto amaba, a pesar de la gente que lo estaban haciendo inhabitable.
Pasaba páginas sin mucha atención, pues siempre había demasiadas malas noticias, al volver una página de anuncios, ¡la vio! Una foto no muy favorecida  pero lo suficiente para llamar su atención y pararse  a leer el anuncio.
“Te quieres relajar?, soy tu solución, dolor de espalda, estrés.
Ven a mi y te haré  sentir el placer de un buen masaje erótico”
llamame, teléfono.
Le hizo gracia el anuncio, era sugerente y a ella la foto de esa mujer ya le había cautivado. Se apuntó el teléfono y dejó el periódico, terminó su café con leche y se marchó, Al llegar a casa se duchó y se hecho  un rato para dormir, cuando despertó, lo primero después de vestirse fue ir a la esquina de abajo y se metió  en la cabina telefónica. Tenía móvil pero prefirió hacerlo así. Marcó los nueve dígitos y esperó.
-¡Hola! Buenos días aquí “masajes celestiales” en que puedo servirla.
Se contuvo la risa que le provocó aquella voz y recobrando la compostura dijo- Si, bueno llamaba por lo del anuncio.
-si, claro ¿desea pedir hora?
-Si, si por supuesto para eso llamo.
-Esta bien, espere un momento - hubo un silencio corto -¿qué le parece hoy a las 13:00 horas ?
-Bien, muy bien, perfecto.
-Pues entonces anote la dirección por favor.
Y tras anotar la dirección  colgó el teléfono.
Volvió a pensar en la foto de aquella mujer que la hizo soñar de nuevo, una simple foto, pero que la transportó a otro mundo, al mundo de los sueños, pero cuando dejaba de soñar pensaba que ilusa, que inocente que esperaba de aquella  locura que estaba a punto de cometer.
Pero ella sabía perfectamente lo que quería, encontrarse cara a cara con esa mujer y sentir sus manos en su cuerpo.
Subió a casa y se preparó, se depiló todo bien, se puso su mejor y más sexy ropa interior, y en medio de todos estos preparativos, pensó ¿qué estoy haciendo? Ni que me fuera a casar con tanta preparación.
Miraba el reloj cada media hora, estaba nerviosa, ella nunca había hecho una cosa así, era su primera vez.
Y allí estaba delante de la puerta, no sabía si tocar o dar vuelta para atrás, era un masaje erótico. Cuando pensó en el masaje, tocó el timbre jajaja, no cuando se acordó de la chica de la foto y si para eso tenía que pasar por ahí pues pasaría. (masaje erótico , que horror jajaja) .
Y allí la tenía delante, era guapa la condenada, sólo con aquella bata que cubría  sus exuberancias, esa cara morena, esos ojos penetrantes, y la dulzura de su voz, pensó “como las manos sean tan dulce como su voz estoy perdida”.
-Hola! Me llamo Ángel.
-Hola! Encantada - “mi ángel pensó ella” - yo, yo me llamo Aurora.
-Encantada, querías un masaje, pues vamos a ello, entra en esa habitación y desnudate.
-¿Todo? - Preguntó tragando un poco de saliva.
-¡Claro es un masaje! No has venido para eso?
-Si, si claro.
Se introdujo en la habitación y con temor y vergüenza empezó a despojarse de la ropa, se puso una minúscula bata y salió  expectante y temerosa.
La esperaba con una sonrisa 
-Tranquila, verás que bien te sientes. No tengas miedo ni vergüenza es sólo un masaje.
Pasaron a otra sala, Ángel le retiró la bata y se quito la suya.
"¡Guau!" Pensó Aurora, "que pechos, que cuerpo que..."
Se sintió vulnerable allí desnuda, se encontró como una niña perdida.
Se tumbó boca abajo, y empezó a sentir como unas manos  que se deslizaban suavemente por sus piernas, el aceite que Ángel tenía en la manos, hacían que sus dedos y sus manos resbalaran por la piel de Aurora suavemente, provocando en ella una sensación única “y sólo va por las piernas pensó”, las manos de Ángel expertas, agradables ya estaban en sus nalgas, la piel se le estaba erizando de placer, parecía que le quemaran aquellas manos que estaba entre sus glúteos con suaves movimientos repetitivos, las manos hábiles  entraba y salía de fuera a dentro estaba en pleno sexo no paraba en un sitió concreto. La respiración de Aurora empezaba  a ser más continuada, los pechos de Ángel se unió al masaje, dejó las manos, ahora eran esos pechos exuberantes, los que recorrían su cuerpo, "señor no sé si podré resistir" pensaba nuevamente Aurora que hacía esfuerzos por no gemir del gusto que aquella mujer le estaba proporcionando, ahora los pechos de Ángel estaba en su sexo y allí se quedó un rato subiendo y bajando, después eran las manos las que sustituyeron a los pecho de Ángel, se volteo de cara y Ángel continuo  con los mismos masajes por la parte de delante, ahora sus manos iban de su sexo hacía sus glúteos Aurora, ya no podía más, los gemidos comenzaron a salir de su boca, pero contenidos, estaba haciendo un esfuerzo enorme por no correrse allí mismo.
"Aguanta" se decía "es tan sólo un masaje", pero el cerebro no iba a la par que su deseo, que sus sensaciones. El cerebro no podía controlar la explosión de placer que estaba a punto de saltar, sus resuellos  cada vez más rítmicos, su vientre con ese movimiento parecido a las olas del mar que van y vienen, de arriba para abajo, esos gemidos ahogados por el deseo.
Ángel parecía disfrutar con aquel cuerpo curtido, bien definido y viendo el esfuerzo de Aurora le dijo.
-No pasa nada, dejate llevar, no te aguantes.
Y Aurora explotó  como fuegos  artificiales, dejó escapar todo el placer que esa mujer le estaba proporcionado, las sensaciones tan diferentes que estaba sintiendo fue simplemente maravilloso.
Ángel viendo el resultado terminó con un tierno roce en el sexo.
Aurora un poco avergonzada  solo atino a decir - “gracias” infinitas gracias, ha sido realmente “celestial”.
Se iba vistiendo, con esa sensación de amor hacía aquella mujer, se quedó enamorada, extasiada cuando alguien siente lo que ella sintió se cree enamorada de Ángel y ella en esos momento lo estaba perdidamente. Su corazón se quedó allí con aquella mujer.
El resto de la semana la pasó con mucho trabajo, su duro trabajo pero sólo evocando el contacto de aquellas manos  parecía volar.
-Aurora -le gritó un compañero -¿qué te pasa chica? Aminora el ritmo, que te has tomado, deja respirar a estos viejos.
-Viejos vosotros, ni lo soñéis .
-Que te has tomado? 
-Luego os invito a un trago y os lo cuento.
-Hecho porque nos tienes reventados.
Habían pasado dos semanas y Aurora volvió a llamar, pero esta vez escucho a una máquina que decía.
-Este abonado al que llama esta dado de baja disculpe las molestias.
No podía ser, se presento en el piso y se encontró el siguiente letrero   
“cerrado se traspasa“.
No podía ser. Se fue cabizbaja, triste.
-Ey -la llamo una voz - tu eres Aurora? No?.
-Ey Ángel!
-¿Qué a pasado? ¿porqué has cerrado?
-La crisis, no podía hacerme cargo de las factura, ¿tu ya sabes?
-Ahora que harás?
-No lo se ahi ando, buscando, ¿quieres pasar? tengo que terminar unos asuntos.
-Encantada, si puedo ayudarte.
Y allí estaba mirando a Ángel y maquinando una idea, no podía perder a esa mujer, el destino la puso a su alcance por algo.
-¿Qué piensas? - Le interrumpió Ángel .
-En ti y en mi.
-¿Pero hay un nosotras?.
-¿Qué te parece trabajar para mi?
-¡Vos estáis locas!.
-No Ángel te lo estoy proponiendo en serio.
-¿Y en que consistirá?.
-Masaje a domicilio, ¡Ah! Por cierto tenéis novia.
-jajaja con mi trabajo ¿quién me iba a querer ?
Mejor pensó Aurora .
-Bueno tendrías que firmar un contrato con  alguna que otra clausula.
-Primero tendría que saber de que se trata - dijo Ángel.
-Muy simple, yo te explico. Yo sería tu jefa.
Empezamos bien la interrumpió Ángel -Ya empieza a gustarme el contrato.
Las dos se echaron a reír .
-Continua - le imploro Ángel.
-Bueno la segunda clausula. Contrato de exclusividad, tus masajes serán por orden de tu jefa, exclusivos para mi, esas manos tuyas no podrán tocar a otro cuerpo, a otros pechos, a otro sexo que no sea el mio.
Esto - dijo riendo Ángel y con mirada de picara - no se, no se, si esta clausula es legal.
Ahora fue Aurora la que  soltó una sonora carcajada.
-Tercera clausula. Después de tus horas laborales, las restantes serán también para tu jefa.
Otra vez intervino Ángel - me parece a mi que mi jefa exige mucho!.
-Cuarta clausula. Tendrás que firmar todo ante notario. Así que contesta?
-Bueno tendría que consultar con mi abogada, el último punto no me a quedado muy claro.
-Ante cualquier duda, aquí estoy yo para solucionarlo. Volvieron a reír.
Lo de firmar lo decía en serio, dejó de reír, la cogió de las manos y la miró a lo ojos y le preguntó.
- ¿Te gustaría compartir tu vida conmigo? Se que es precipitado, pero podemos probar ¿haber como nos va?. Me enamoré de ti en un periódico y desde entonces sólo sueño con tenerte conmigo que me dices ¿Ángel?.
La miró, apretó esas manos que sujetaban las suyas y acercándose, la beso en los labios.
Lo que empezó como un juego terminó en el mismo lugar donde las manos de Ángel la hicieron volar, y allí y en el mismo lugar ahora eran la una de la otra. Se estaba descubriendo, entregando a esa ternura que se da al comienzo de toda relación, de  dos cuerpos hambrientos de amor, Aurora le estaba dando lo que ella le enseño.
Y aquí se queda está historia, para que tu con tu imaginación puedas darle el final que mejor te parezca.

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6 comentarios:

  1. Uffffff wauuuuu me kede con la intrigaaa jajaj yo tmb kiero uno jaja

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  2. No has podido narrar el masaje erótico con tantos detalles, enhorabuena porque me encantó

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  3. Hola chicas,
    Soy Sonja McDonell, 23, Aerolínea de Swiss Airlines con 13 ciudades en el extranjero, muy tierna con muchas fantasías también en mi maravilloso trabajo. Ah sí, el primer sexo lésbico es siempre inolvidable. Las chicas lesbianas tenemos células en y en nuestras partes sensibles del cuerpo, que la chica normal llamada no tiene. Estas células se activan en la pubertad temprana y nunca pueden ser borradas. Escríbeme por favor, cuando estás de acuerdo conmigo y cuéntame tus historias.
    Con amor
    sonjamcdonell@yahoo.com

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