Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

La Vida En Capítulos - Bell


Tal vez al final de esta historia encuentre su título, por ahora solo intentare que las palabras fluyan y me permitan contarla… Muchas personas creen en el amor para toda la vida, o en el amor a primera vista, otros creen que el amor se relaciona solo con el sexo, hay quienes ven al amor como algo inalcanzable o inexistente. Que creo yo ?...bueno les contaré lo que me sucedió a mí, entonces quizás pueda responderles.



Confieso que siempre supe el día que me enamore, lo que no sabía, era que me llevaría una vida reconocerlo y así y todo no tenerlo… Mi primer “amor” me doblaba la edad y era imposible sacarlo de mi cabeza, hice cosas en ese momento con 13 años que no me imagino!!! Como pude!!! Mirando atrás y viendo como se afianzo mi personalidad descubro que no era amor, solo estaba deslumbrada, porque alguien me prestaba atención.
Después de esa etapa (que me avergüenza un poco). A mis 15 años conocí a dos personas que cambiaron mi vida, sí, dos no una. Primero conocí a Trisa, asistí a una reunión de estudios, y la casualidad o la vida, quiso que se sentara a mi lado solo con una silla de por medio, me llamo la atención como se manejaba con sus cosas, prolijas, acomodadas, sus libros eran muestra de dedicación e interés en lo que estudiaba, eso me hizo querer saber más de ella. Comparándola conmigo, a mí me gustaba estudiar, pero me faltaba esa prolijidad y quizás esa dedicación. Físicamente ella tenía el cabello largo, era alta, esbelta y tenía unos ojos difíciles de olvidar.
A partir de ese momento traté de conocerla mejor, cosa que me costó porque ella era más grande que yo y tenía otros amigos, pero mi interés en ella podía superarlo, de a poco y por un motivo u otro comenzamos a hablar más, empezamos a conocernos mejor, nos dimos cuenta de muchas cosas que teníamos en común, y eso permitió que creciera entre nosotras una gran amistad, yo me sentía realmente apegada a ella. Se caso y seguimos siendo amigas.
Entonces conocí a la otra persona de la que hable antes, el era Dan, fue por trabajo, a mi me costaba tratar con los hombres, así que al conocerlo, prácticamente no le hable y mucho menos lo miré. Cada vez que me tocaba ir rogaba que no estuviese, hasta que un día, me miró y dijo: ¿nunca vas a mirarme a la cara? Mira que no muerdo eh… ¿me miras?
En ese momento sentí que mi cara hervía, sentí que estaba toda colorada, pero levante los ojos y lo miré… ¿para qué lo miré? Era hermoso! Alto, con una gran espalda y dueño de unos ojos verde esmeralda, preciosos...yo muerta de vergüenza y él con una sonrisa, me miraba, desde ese día ya no pude dejar de mirarlo, cada encuentro era hablar y hablar, de su vida, de la mía, realmente era un gran hombre, con una sensibilidad y comprensión que yo no conocía. Siempre estaba atento a mis palabras o a lo que me preocupaba, en ese momento yo no soportaba que alguien se me acercara o me tocara, todo parte de momentos tristes de mi niñez, pero él no me presionaba para nada, solo estábamos juntos para conocernos, y eso me llenaba de respeto y admiración hacia él. Sin embargo, de estas dos personas, estaba más unida a Trisa, ella era única para mí, su vida, su modo de manejarse, sus ganas, sus metas, sus locuras y la frescura con que tomaba algunas cosas me llenaba el alma.
Pero no todo fue fácil al pasar el tiempo y darme cuenta de lo que en realidad pasaba…
Estaba con él pero no era él en quien pensaba o a quien sentía, en lo profundo de mi alma, sabía que algo más que un amor de amigas me unía a Trisa, y la decisión de estar con Dan para siempre me superaba, porque en verdad no era lo que yo quería. Estando con él, ella siempre estaba…siempre presente en mí.
 Dan notaba que había algo más que me unía Trisa, porque cuando él intentaba acercarse a mí, siempre surgía ella, siempre estaba ahí, aunque yo no lo planeara, era más fuerte lo que yo sentía por ella, aún sabiendo que para ella, yo solo era alguien más en su vida, solo eso, hasta a veces me sentía… una molestia.
Pero saber esto no impedía que quisiera saber más y más de ella, cuando la veía y le contaba lo que estaba viviendo con Dan ella me aconsejaba, decía que lo mejor era seguir lo que sentía, pero que tendría que asumir las consecuencias, era lo que menos me importaba…ya que lo único que en realidad yo quería era estar cerca de ella.
Dan tuvo paciencia un buen tiempo, pero entre nosotros no había más que conversación, hasta que un día él me pidió permiso para besarme… y yo acepte, no sé porque, supongo que lo hice para saber si con eso sería a él a quien tendría en mi mente y en mi corazón a partir de entonces…Así fue mi primer beso, a los 17 años, el se acercó lentamente a mí, hasta que mi espalda estaba sobre la pared, ya no tenía opción, el acercó su boca a la mía, roso mis labios, después sentí su lengua en mi boca, pero no sentí nada de lo que me había imaginado que sería el beso, nada se estremeció dentro de mí, ni siquiera quería que lo hiciera otra vez, por dentro me decía….pensar que dije que me casaría con el primer hombre que me besara, será esto el beso?? Si lo es, no es lo que yo quiero… 


Él no se dio cuenta de todo lo que tenía en mi mente, solo se dio cuenta que era verdad lo que había dicho… que nunca antes bese a nadie, entonces lo creyó, y se apegó más a la idea de que yo fuera su novia, pero no era lo que yo quería, mis sentimientos, mis sensaciones las sentía con otra persona y era una locura!!! Era mujer y era casada y nunca se fijaría de ese modo en alguien como yo, ella solo me veía como un animalito herido a quien cuidar…Pero decidí conservar esa amistad aun a costa de mis sentimientos.

Entonces traté de volver a ver a Dan como el hombre de mi vida, la persona que merecía que yo lo amara, trate de verlo así, un día fui a visitarlo decidida a probarme a mi misma que lo que sentía por Trisa no era lo que yo creía, entonces Dan esta vez me beso, pero de otra manera, más suave, más lento, con caricias que recorrieron mi cuerpo, y yo cerrando los ojos trataba de sentir que sí, que era él, era el momento, sin embargo, mi corazón, mi respiración, se mantuvieron en el mismo ritmo, frio…no sentí otra cosa, el dolor de no sentirlo era muy profundo, verdaderamente necesitaba que él me hiciera sentir eso, de otro modo querría decir que Trisa era más que solo mi amiga para mí y eso era un terrible dilema para mí, problemática adolescencia.
No era justo para Dan que yo mintiera sobre lo que sentía por él, así que puse de excusa mi edad, mi familia, mis principios, para no continuar con lo que yo ya sabía no era lo que realmente quería. No volví a verlo, aunque hasta estos días me pregunto cómo estará él, espero siga siendo el hombre que yo conocí y que me enseño que no todos eran iguales y que aunque no fue como soñé fue él quien me dio el primer beso.
Trisa seguía ahí como parte de mi vida, le conté que con Dan ya no me vería y sé que en cierto modo se sintió aliviada. Nuestra amistad continuó haciéndose más intima, conocí de ella cosas que muy pocos sabían, sus sufrimientos, su soledad a pesar de estar siempre rodeada de personas. La consideraban trivial, común, como si no tuviera mucho que decir, me convertí en su compañía, quien la escuchaba, quien compartía con ella momentos de paz, sin exigirle, pedirle o reclamarle nada, contrario a lo que hacía su familia.
Tal vez esta sea una manera de razonar, de poder entender que me paso, que nos paso, poner por escrito lo que viví, y al leerlo tratar de ver en qué momento me equivoque tanto, o como pude ver cosas que no estaban y nunca estuvieron ahí. Tal vez mis sentimientos me jugaron una mala pasada, y quise ver en sus ojos sentimientos que nunca existieron, que tal vez me equivoque en todo, pero ¿fue un error en realidad?
Hubo una tarde muy particular donde sentí que había algo mas, en mi estaba claro, esa tarde estuvimos hablando sobre, nosotras, como nos sentíamos y lo bien que nos hacía estar juntas, estábamos en su casa, ella siempre fue muy celosa de mí, pero me lo hacía sentir a tal grado que me sentía sumamente culpable, sobre todo porque a mi alrededor había personas a las que apreciaba realmente, quería ayudarlas, eso hacía que se sintieran apegadas a mí, sin que yo hubiese hecho algo demasiado importante, y eso era lo que a ella más le molestaba, que le dijera ..Yo no hago nada. Pero mi dolor era tanto, porque mis sentimientos por ella me superaban de muchísimas maneras, por ella podía olvidar todo lo demás, podía seguir viva a pesar de lo que me rodeaba, donde no era feliz. Esa tarde caminamos casi veinte cuadras en las que mi estomago se había convertido en un nudo, una piedra, ese, yo sentía, era el momento de decirle que la amaba, 
el que sea mi amiga llenaba toda mi vida, cada paso que di ese día era pensar en decirlo y ¿ella? Caminaba a mi lado y juro que podía oír sus pensamientos, y compartía mis sentimientos…
Tal vez era lo que yo deseaba, pero esa tarde al llegar a casa, tuvo conmigo un gesto que solo confirmaba lo que yo sentía, acerco su frente a la mía y acaricio con ella mi cabeza, mi cara. Revivo ese momento y puedo escuchar su corazón como ese día, latía al compas del mío. ¿Por qué no le dije? ¿Por qué no lo hizo ella?, había muchas cosas implicadas, más que solo nosotras, creo que sin decirlo, lo entendimos o es lo que yo quise creer, a esta altura no lo sé…

Cuanto más tiempo pasaba, me daba cuenta que los sentimientos por Trisa, no desaparecían como pensaba, las dos pasamos momentos muy duros que nos unieron más. Éramos el apoyo mutuo, el consuelo y para mi ella era mi amor…
Siempre hablábamos, salíamos, aunque el contacto físico era mínimo, le decía lo importante que era para mí, cuanto la quería, lo bonita que era, mucho debo decir. Una vez, quise abrazarla dijo que no le gustaba, que se sentía incomoda y prefería que no lo hiciera, en ese momento lo acepte y me fui. Camine unos pasos por el pasillo y pensé: “no más, me canse de esperar…” Volví.


Trisa, sorprendida pregunto qué pasaba, me acerque, la abrase muy fuerte, sentí su perfume, bese su cuello despacio, suavemente…durante unos momentos. Entonces me separe…pude ver sus ojos cerrados y su cara de placer, le dije viéndola a los ojos: “esto es lo que me gustaría hacer siempre, pero como no te gusta, solo volveré a hacerlo cuando me lo pidas” y me fui…
Por unos días no llame, no fui a su casa, me concentre en mis estudios, trataba de no pensar en ella, pero su perfume, el aroma de su piel volvían una y otra vez. La sensación de besar su cuello… solo con eso había sentido todo lo que hubiese querido sentir con Dan alguna vez. Entonces ella llamó, “ ¿por favor, podes venir?... no puedo más, hablemos”. Su voz sonaba distinta, no quise hacerme ilusiones, así que fui preparada para perderla del todo. Llegué, nos sentamos una frente a la otra, me miro a los ojos, y dijo:” por esto no quería que me abrases, porque me hiciste sentir en el único lugar en que quiero estar cada día, donde me siento segura, protegida, entera, con los besos que me diste sentí miles de sensaciones”. Pensé que estaba soñando!!! ¿era verdad lo que escuchaba?
“Es una locura!!! – Dijo - me estoy volviendo loca, ¿cómo puedo sentir esto?” Estoy muy confundida…”
Lo sabía! me dije por dentro, a ella solo le dije que no lamentaba haberlo hecho, que me canse de fingir, que yo la amaba hacia demasiado tiempo pero que aceptaría lo que ella dijera, porque era consciente de sus compromisos. Ella me miro y dijo que solo le diera tiempo, que necesitaba poner en orden sus pensamientos, que esos días no había dormido, y que decidió llamarme porque la noche anterior estando en la intimidad con su marido… había dicho mi nombre… y que eso era aun una locura más grande. Dijo que solo quería que lo supiera, pero que ya no quería verme…
Mi corazón se estremeció, “la perdí” me dije, con lágrimas en los ojos, las dos nos miramos, yo me saqué un anillo que tenía y se lo di, le dije que si nunca me lo devolvía lo guardase como recuerdo de mi amor por ella, pero que si alguna vez me lo devolvía supiera que sería para estar conmigo sin reparos ni miedos. Trisa lo acepto y nos despedimos. El dolor que sentía me mataba, pero tenía que olvidarla.
Mis días se hicieron todos iguales, grises, tristes, solo estudiaba, casi no hablaba con nadie, mi familia creía que estaba enferma, ¿cómo decirles que el problema era que amaba a mi mejor amiga y ella no me correspondía? La tristeza me enfermaba, solo pude hablar con mi hermano mayor, mi confidente, a él le conté todo, lo que sentía, lo que paso con Dan y como estaba por Trisa. Seguro porque es mi hermano, solo dijo:” nadie puede dejar de quererte así nada mas, no la busques, ella va a volver”…
Al mes, volví a casa de estudiar y Trisa me estaba esperando, tomaba algo con mi hermano, que vio mi cara y se rio. Paso a mi lado diciendo, “Invite a todos a comer, sabía que vos hoy no podes, así que perdón pero nos vamos”. Me beso la frente y se fueron. Estaba muy nerviosa, no sabía que esperar, Trisa se acercó y dijo: “Dijiste que solo volverías a hacerlo, cuando te lo pidiera… abrásame por favor”. Las lágrimas recorrían mi cara, la abrase con todo mi ser, tan fuerte como pude, su aroma era único, no quería soltarla. Nos separamos un momento, ella saco un estuche, me pidió que lo abriera, era mi anillo… lo sacó y pidió que lea la inscripción. TE AMO, lo puso en mi dedo, secó mis lágrimas, se acerco despacio besando mi frente, sobre mis ojos hasta besar mis labios, todo mi cuerpo se estremeció, fue suave, tierno, cada vez más profundo. El sabor de sus labios, su respiración tan cercana, hicieron despertar todos mis sentidos, mis manos recorrían su cuerpo y ella correspondía a mis caricias, eso era lo que siempre desee sentir, ese fue mi primer beso, esa fue la primera vez que hice el amor. Sin hablar, nuestros cuerpos se entendían, cada rose, cada detalle, como si siempre hubiesen estado preparados para ese momento, tan esperado, tan intenso…


Mi Hermano se encargo que todos volvieran tarde ese día, Trisa y yo, todavía abrazadas en mi habitación, habíamos olvidado que existía un mundo afuera. Haber podido demostrar lo que sentíamos fue realmente valioso.
Entonces mirando a sus ojos pregunte: ¿y ahora? ¿qué sigue?...ella tomó mi rostro entre sus manos y me beso dulcemente, - sé que quiero estar con vos, que no soportaría dejar de besarte, al traerte el anillo soy consiente de lo que me dijiste, es para mostrarte que vamos a estar juntas- Mi corazón salto en mi pecho, y volví a besarla, sus ojos, sus labios su cuello, acariciar sus pechos que por tanto tiempo había deseado, volvimos a sentir el calor en nuestros cuerpos y volcamos toda nuestra pasión una vez más…
Ella aún no estaba separada de su marido, pero la situación entre ellos era problemática, por la cercanía me había enterado que él la engañaba. Se lo conté para que ella no temiera dejar a quien no la merecía, las cosas se complicaron, con temas legales, divorcio, papeles, en medio de esto, siempre encontrábamos esos ratos para estar juntas.
Nada se hizo fácil, todas las personas que conocíamos, no aceptarían el cambio tan pronto…


Trisa me pidió que fuéramos despacio, que poco a poco todos sabrían que estábamos juntas, a mí lo que más me importaba era tenerla a ella conmigo. Nos acostumbramos a las miradas, a los comentarios cuando pasábamos, a que se acercaran a nuestras familias para preguntar- ¿es cierto que…?- mi hermano era el que siempre daba la mejor explicación –el que no lo entiende, es porque nunca ha amado realmente ¿no pueden dejar a dos personas estar felices y en paz?, él siempre fue mi apoyo, y Trisa lo quería por ser así. Pasado un tiempo prudencial desde el divorcio, comenzamos a buscar un lugar para nosotras, para vivir juntas, para mí era un sueño, después de tantos años, podía gritar a quien lo oyera que amaba a Trisa, que era mi mujer, que después de tanto dolor al fin era feliz.
Conseguimos departamento, lo decoramos a nuestro gusto, hicimos nuestro hogar. La noche que nos mudamos, nos comprometimos a luchar juntas por nuestro amor, Trisa es mi mejor amiga, mi compañera, mi amante, la persona por la que más llore y la que más satisfacciones me ha dado, ese día prometí amarla siempre.
El día a día de convivir no siempre es fácil, surgen cuestiones, problemas, celos…Trisa, es muy celosa, pero lo hemos superado todo…
Hoy, mientras termino de escribir, espero que mi hermano venga por mí, cuando se aprobó la ley de matrimonio entre parejas gay en Argentina, Trisa, me propuso casarnos. Ahora pienso, que recién al estar frente al juez lo creeré, al principio no sabía qué título darle a esta historia, ahora creo que…”Mi vida” sería ideal.
Ya vienen a buscarme, tal vez un día, cuente el día después o la luna de miel…



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3 comentarios:

  1. Ohhh Me ha encantadoooooo :)

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  2. Hola Bell,
    La historia muy bonita realmente la disfrute,ojala pronto sigas contandonos como te va despues del matrimonio,te deseo lo mejor.
    Un abrazo
    Caro-Peru

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  3. Wauu bell......te la jugastee mejor dicho se la jugaron me facinooooooo y mas si son Argentinas jajaja lo mejor y obvio kiero que sigas escribiendo contando cm sigue besos RO DE ARGENTINA

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