Tiempo - Elisa

Allí  estaba ella, pidiéndome después de tanto años juntas, tiempo para pensar, para saber, si me seguía queriendo, tiempo porque ya los años  de relación le pesaban o al menos eso pensaba, y yo la escuchaba  a lo lejos. Empezaba a preguntarme en que había fallado, en que  me había equivocado, rutina, nuestra vida no era rutinaria, nuestras profesiones eran distintas y hablar de nuestros trabajos era realmente fascinante  porque eran diametralmente opuestos, así que no entendía por qué ella me pedía tiempo. Empecé a pensar que tenía a otra, que me había dejado de querer, así que le pregunto:

Yo: ¿Tienes otra relación? ¿Ya no me amas?

Ella: No nunca te he engañado y si te amo 

Yo: ¿Entonces?

Ella: Sofía – agarrándome de las manos - ni yo misma sé que es lo que me pasa, por eso te pido tiempo

Yo: Natalia no te entiendo, pero quiero hacerlo ¿Por qué te quieres ir  si me amas?

Ella: No lo sé,  sabes que siempre me ha gustado la aventura, y siento que me asfixio, que nuestra relación me encierra aunque tú nunca has sido posesiva, que no invades mi espacio, no sé qué me pasa, no sé cómo explicarlo.

Yo: Yo no puedo hacer nada para remediarlo ¿cierto? parece que nuestra vida juntas te tiene aburrida- dije triste-

Ella: Quizás

Yo: ¿Quieres tiempo? lo tienes, no te voy a  retener, no quiero que estés a mi lado obligada, no quiero que te amargues la vida, te amo demasiado como para dejar que tu sonrisa y la alegría de tu rostro se apagué.

La  ayude a recoger sus cosas, a empacarle la maleta como cada vez que  ella salía de viaje, me dirán tonta,  pero era verdad, no quería obligarla a permanecer a mi lado aunque la amara.  No llore para no hacerle más difícil su partida.

Yo: ¿A dónde iras?

Ella: Pedí vacaciones, me iré a una isla del Pacífico. Yo te llamo para que no te preocupes

Yo: No lo hagas, sería más difícil si lo haces. Vete ya

Ella: Perdóname

Yo: No tengo nada que perdonarte, al menos fuiste sincera y no te fuiste sin decirme nada.

Ella: No me odies.

Yo: Jamás lo haría, pero sé que tú me dejaras de amar estando lejos, Con otra gente y tendré que aprender a vivir sin ti, a seguir mi vida cuando salgas por esa puerta.

Y se marchó, después de eso llore a mares toda la noche. No podía creerlo, ella se había ido, ya no estaban sus cosas, pero si su aroma, todo en nuestra casa me recuerda a ella,  se que volverá, no me pregunten cómo pero volverá la conozco bien, pero debe aprender a darse cuenta por si sola  de que es lo que tiene.

Ya han pasado 6 meses desde que se fue, me ha mandado una carta diaria,  pero no le he respondido ninguna. Por un amigo,  sé que está saliendo con otra persona, al menos eso parece, no quiero pensar en ello para  no lastimarme.

Natalia

Hace seis meses que me fui, no responde mis cartas, no contesta mis llamadas, estoy volviéndome loca, por qué cometí la estupidez de dejarla, cómo no me di cuenta antes que lo mejor que he tenido en mi vida ha sido ella. Todo lo bueno lo tuve con ella, un hogar, tranquilidad. He sido una tonta, intente salir con otras, pero en la primera cita, no podía evitar hacer comparaciones y me pasaba hablando de ella. Intente tener sexo con otra, tampoco pude, su rostro aparecía como un fantasma. No debí irme, ni dejarla. Ahora regreso a nuestra casa, espero que no sea tarde para recuperarla. Toco la puerta, nadie me abre,  dónde estará, se habrá ido, tendrá a otra persona. Escucho que alguien sube, es ella,  pero no viene sola, me escondo, se ríe y no es conmigo, la he perdido, esta con otra que no sé quién es.  Entran,  oigo las risas, llegue tarde, otra disfrutara lo que yo desprecié, que dolor tengo en el pecho.

Sofía

Aquí estoy con una mujer hermosa, pero pensando en ti,  solo la invité para demostrarme que podía seguir sin ti. Ella se me acerca y me besa, la aparto, pregunta por qué  y yo fiel a tu recuerdo contestó amo a  otra persona, que tonta y tu ya me has olvidado y estas con otra. Le pido que se marche y se va, sólo escucho el portazo.

Natalia

 Voy bajando cuando escucho un portazo, es la mujer con que subiste, baja furiosa, no sé, pero me alegro. Así que me decido y subo. Me paro en frente dudando, si tocar o no, me animo y toco.  No abres, insisto con más fuerza. Te oigo decir “ya voy no tires la puerta” se me acelero el corazón de sólo escucharte, abres, tu cara  es una poesía y  preguntas:

Sofía: ¡Ah! Eres tú

Natalia: Sí.

Sofía: ¿A qué vienes?

Natalia: Por ti.

Sofía: Mentirosa, ¿esperas que te reciba con los brazos abiertos?

Natalia: No, sólo que me escuches.

Sofía: Habla.

Natalia: Perdona, fui una estúpida por dejarte, por tirar a la basura nuestra relación;  estando lejos me di cuenta lo mucho que te amo, me hiciste falta como al aire que respiro, intente cambiarte, olvidarte y no pude. Perdona mi estupidez, mi locura estos meses sin ti, sin tu aroma, sin tus besos, sin el calor de cuerpo  han sido una tortura y verte con esa también, perdóname, prometo compensarte, no volver a irme  Sofía te amo y quiero volver a estar contigo.

La verdad era que cuando la vio parada en la puerta sintió un gran alivio, sabía que volvería, ahora sólo pensaba “si podría perdonarla después de haberla abandonado” y fue interrumpida por ella:

Natalia: Sofía, ¿Ya me olvidaste?  Si es así, dímelo, si te perdí, me lo merezco por tonta. “Esa” que estaba contigo me quito tu amor.

Sofía: No, no te he olvidado y te sigo amando. Traje a esa mujer aquí por que escuche de un amigo que tenías otra relación y quise aplicar el refrán un clavo saca otro clavo, pero cuando me beso la rechace, automáticamente le dije que se fuera porque amaba a otra.

Natalia: Yo intente tener otra relación, pero no pude, tú siempre estabas presente, te amo. Estando lejos, me  di cuenta que mi vida sin ti no tiene sentido

Y  se le acerca tomándola por la cintura, ella le aparta la mirada y baja la cabeza y le dice:

Sofía: Quien me asegura que no te iras de nuevo cuando te sientas aburrida.

Natalia: No te lo prometo y si me aburro, te llevo conmigo, vamos dame otra oportunidad, prometo no defraudarte.

Natalia sabía lo que le gustaba, así que empezó a cantar con ella en brazos una canción de Vicente Fernández que a Sofía le gustaba mucho:

Este amor apasionado, anda todo alborotado,

Por volver.

Voy camino a la locura y aunque todo me tortura,

Se querer.

Nos dejamos hace tiempo pero me llego el momento de perder

Tú tenías mucha razón, le hago caso al corazón y me muero

Por volver

Y volver, volver, volver a tus brazos otra vez,

Llegare hasta donde estés

Yo sé perder, yo sé perder, quiero volver, volver,

Volver.'

Nos dejamos hace tiempo pero me llego el momento

De perder

Tú tenías mucha razón, le hago caso al corazón

Y me muero por volver.

Y volver, volver, volver a tus brazos otra vez,

Llegare hasta donde estés

Yo sé perder, yo sé perder, quiero volver, volver,

Volver.

Sofía: Que mal cantas, pero aun así te amo - se acerca y la besa recociéndose ambas en un profundo beso-

Ambas  daban rienda suelta a  su pasión, Natalia recorría cada espacio de su cuerpo recordando cada lugar que a ella la hacía estremecer y Sofía sólo se dejaba querer.  Cada noche fantaseaba con que ella le hiciera el amor como siempre. Natalia la besaba y al mismo tiempo estimulaba su sexo, la penetraba con sus dedos cada gemido hacia que su excitación aumentaba  y sus movimientos más. Sólo deseaba sentir como su mujer llegaba  al clímax, cuando lo consiguió, siguió besando su cuerpo hasta que ambas vencidas de placer y de cansancio se quedaron dormidas.

Cuando despertaron la una al lado de la otra, Sofía  le decía “no te irás verdad”. Natalia le contestaba “No, todo lo que necesito y quiero lo tengo contigo, te amo”

-Oye Sofí

-Sí, dime

-¿Te casas conmigo? ¡Quiero tenerte segura!

-Sí acepto Nata

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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Elisa Derechos Reservados

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