Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Gypsy - Xiion - 5

Capítulo 5

Paula se levantó antes de que sonara el despertador. Esa noche le había costado horrores dormir pero, aún habiendo dormido poco, se encontraba fresca  y llena de energía. Después de desayunar y arreglarse, salió la primera de casa en busca de su compañera.
Llegó a su bloque y le mandó un mensaje:
-         “¡Buenos días! Ya estoy abajo”
-         “¿Ya? Espera un minuto, por favor, casi estoy”

Unos minutos después apareció la morena sofocada.
-         Lo siento mucho Pau, pensé que llegarías más tarde.
-         Buenos días ¿no?-dijo la rubia riendo al ver el estado de su compañera-¿Pau?-en ese momento Marina se puso roja, nunca le había dicho así y lo había dicho sin pensar.
-         Oh, si, Buenos días yo…
-         Me gusta que me digan Pau-le dijo cortándola- Pero nunca te lo había escuchado a ti… ahora me gusta incluso más-Dijo esto último mirando fijamente a su compañera. “Definitivamente estás perdiendo la cabeza Paulita” Pensó cuando se dió cuenta de lo que acababa de decir-Bueno…vamos para clase-dijo para cortar la tensión que comenzó a notar.
La mañana transcurrió como todas las demás, cada una por su lado. Al salir tampoco se vieron y la rubia la echó en falta.
Esa tarde fue muy larga para ambas, estaban ansiosas de que llegara la hora acordada, pero nunca llegaba, esa tarde, el reloj no avanzaba.
Por fin llegó la hora. La morena salió con una mochila y un bolso de mano y se subió en el taxi que la esperaba. Minutos después ya estaban en la zona donde su compañera vivía, una urbanización muy bonita con casas enormes, muchos árboles y jardines. El taxi paró delante de una de esas majestuosas casas.
-         Hemos llegado señorita.
-         Gracias, ¿cuánto le debo?
-         Nada, los que llamaron ya me pagaron.
Marina se despidió y salió del taxi. Se quedó por unos segundos enfrente de la casa mirando, hasta que se decidió y tocó. En seguida vio como se acercaba Paula a la gran cancela, seguida de su perrita.
-         ¡Por fin!-Dijo la rubia mientras le daba dos besos- Pasa estas en tu casa.
-         ¿Por qué has pagado el taxi Paula? Dime lo que te ha costado que te lo devuelvo.
-         ¿Qué? jajaja de eso nada eres mi invitada y no te lo voy a aceptar así que no insistas. Mira te presento a la niña pequeña de la casa- señalando a su perrita- se llama Maia- Marina se agachó y la acarició, cosa que hizo a la perrita se le quisiese salir el rabo de tanto moverlo- parece que le has gustado, venga vamos para adentro.
La casa era más bonita aún por dentro. Amplia y luminosa, con las paredes llenas de cuadros y fotos de la familia.
-         Tu casa es preciosa Pau- dijo la morena que no dejaba de mirar de un lado para otro, cada espacio que veía le gustaba más que el anterior.
-         Ven vamos para mi cuarto, y así sueltas todas las cosas- se dirigieron hacia las escaleras.
-         ¡Muy bonito Pau! ¿Le presentas a tu perra y a tu hermano no?-dijo el rubio mientras bajaba las escaleras.
-         No es eso, es que voy por orden de prioridad, a ti te tocaba después de que le presente al vecino- los tres se rieron.
-         Soy Marcos, como ves de los dos soy el hermano guapo- le dijo mientras le daba dos besos. Este comentario no pasó desapercibido por la rubia que le dio un golpe en el brazo- ¡eh!- se rieron.
-         Soy Marina encantada- el dijo la morena mientras se reía.
-         Ven anda,  que te enseño el cuarto-dijo poniendo su mano en la espalda de su compañera, acto que le causó a la morena un escalofrío.
La habitación de Paula era enorme con un gran balcón, dos paredes pintadas de blanco que daban mucha luz y dos de verde con algunas pinturas de cañas de bambú, los muebles que seguían ese estilo un tanto asiático, se conjuntaban con la cama que presidía la estancia, era una cama de matrimonio con un somier bajo, cómo no, estilo oriental. Este detalle no pasó desapercibido por la morena, al contrario, el hecho de que sólo hubiese una cama la puso un tanto nerviosa “¿tendré que dormir con ella?” pensó, la voz de Paula la sacó de sus pensamientos:
-         Puedes dejar las bolsas en el escritorio, y sacar lo que creas que se puede arrugar para esta noche, no olvides que estas en tu casa y me puedes pedir lo que te haga falta- al ver que su compañera estaba mirando aún a la cama le dijo- he pensado que podemos dormir las dos en mi cama, es bastante grande para la dos, pero si te sientes incómoda o algo, yo dormiré en la habitación de Marcos.
-         No, está bien- se apresuró a decir la morena al verse descubierta, parecía que la rubia le estuviese leyendo el pensamiento-solo que me muevo mucho y puede que te despierte.
-         Descuida, aunque cayese una bomba a mi lado, no me despertaría-las dos rieron.
-         ¿Y tus padres? aun no me los has presentado.
-         No están, salieron a cenar justo antes de que te fueras, mañana los conocerás.
Marina sacó la ropa que había preparado para salir aquella noche mientras que Paula pedía comida a domicilio. Cuando esta llegó, las chicas cenaron en compañía de Marcos, la morena se sentía muy a gusto con  los dos hermanos, se parecían mucho, no solo en el físico, si no en los gestos y en su forma de ser.
-         Bueno chicas, voy a empezar a arreglarme.
-         ¿Ya? Marcos si aún son las diez y cuarto.
-         Sabes que necesito mi tiempo-dijo levantándose de la mesa y llevándose los platos- espero que seáis puntuales, a las doce quiero que estéis listas. El que avisa no es traidor-se subió para su habitación y dejó a las chicas a solas. Se sentaron en el salón un rato para ver la televisión.
-         ¿Cuánto necesitas para arreglarte?- Preguntó Paula.
-         Un poco menos de una hora.
-         Entonces tenemos tiempo de sobra- en ese momento Maia se subió al regazo de Marina, la cual empezó a acariciar su barriga para el disfrute de la perrita que no dejaba de mover la pierna- ¡Eh! Me voy a poner celosa- Marina levantó la cabeza haciendo contacto con la mirada de la rubia que , al darse cuenta de que podía tener otro sentido lo que había dicho, sentido que por cierto, no le desagradaba, intento corregir- ya te quiere a ti mas que a mí y eso que soy su dueña.
-          Que tonta- dijo riendose.
-         No enserio, eres la primera persona con la que coge confianza tan rápido, ni con las chicas se pone tan cariñosa, y eso que las conoce desde que era un cachorro.
-         Será porque a mí también me gusta mucho- le dijo mirándola a los ojos.
Esa afirmación, que también podía tener otro sentido, hizo que a Paula le entraran unas inmensas ganas de besar a la morena y esas miradas, esas sonrisas y la cercanía de su cuerpo no ayudaban, por lo que la rubia buscó una manera de distraer a su mente, que le decía que besara esos labios desesperadamente. Sacó su móvil de su bolsillo y le dijo a la morena:
-         ¿Nos hacemos una foto con tu nueva admiradora?- las dos riendo mientras la morena asentía.
Se hicieron varias fotos con la perrita  haciendo el tonto.
-         Esta me gusta-Dijo Paula señalando la foto en la que estaba haciendo muecas y la perra salía con la lengua fuera-parece que ella también quería salir haciendo el tonto.
-         A mí me gustan todas, envíamelas ¿si?
Después de un rato jugando con la perrita subieron a arreglarse.
-         Aquí esta mi baño, las toallas están ahí, puedes usar todo lo que quieras, yo me duchare en el baño de mis padres.
La morena entró y aspiró el aroma que inundaba el ambiente, era el perfume Paula, el cual la embriagaba y llenaba su cabeza de imágenes de la rubia, su pelo, su cara, sus labios, ¿cómo sería besarlos?, se asustó “¿estas loca Marina?” esos pensamientos que, para su parecer, no eran propios, esos nuevos sentimientos que florecían cuando veía a la rubia eran contranaturales, de personas enfermas, como decían en su ambiente familiar.
Se duchó y se arregló, se puso  un vestido negro ceñido corto, con un escote en pico muy sexy y unos tacones negros altos con plataforma que estilizaban sus piernas. Se hizo un moño alto y  se maquilló. Ya estaba lista, salió del baño y Paula ya estaba esperándola. La rubia llevaba un mono largo de gasa azul oscuro, con unos tacones beige claro igual de altos que los de su compañera y con su larga melena suelta, se veía preciosa. Paula se quedó embobada mirando a Marina, ¿cómo podría resistirse con ese bellezón? Le costó siglos reaccionar y poder conectar su cerebro con su boca.
-         Que guapa- Notó un cierto rubor en su amiga, que gracias al maquillaje apenas fue perceptible.
-         Tú también- Le contestó sonriendo. Se quedaron en silencio mirándose. Paula comenzó a acercarse poco a poco, su subconsciente le estaba fallando, su corazón le pedía a gritos que la besara, pero su cerebro le repetía una y otra vez la realidad, que sólo podrían ser amigas. Se encontraron frente a frente, Paula sacó su mano del bolsillo y la acercó a la cara de Marina, pasó su dedo pulgar cerca de los labios de esta, que se estremeció como nunca lo había hecho.
-         Se te ha ido un poco el pintalabios- dijo mirándola a esos labios que eran imanes. Marina tampoco apartaba la vista de su compañera, y esos pensamientos que tanto temía volvían a surgir.
Una voz las sacó de aquel momento tan intenso:
-         Chicas vamos que se nos hace tarde- Esto hizo que se alejaran bruscamente. Comenzaron a bajar, en el salón las esperaba Marcos, vestido con unos chinos beige, una americana azul marino y una camisa blanca.
-         Vaya dos pibones que bajan por las escaleras-le dijo el rubio al verlas bajar- hoy voy a ser el más envidiado de la discoteca con tanta tía buena a mi alrededor.
-         Tu también estás muy guapo- le dijo la morena sonriendo, cosa que hizo que Paula se pusiese un tanto celosa.
Los tres cogieron un taxi hasta el centro de Madrid y pararon en una de las discotecas de moda. Había una cola inmensa para entrar. Cerca de la puerta estaba Macarena esperándolos.
-         Vaya belleza - dijo Marcos acercándose a ella para darle dos besos.
-         Marquitos cariño, tu hermana no me quiere de cuñada, que le vamos a hacer- se quedó mirando a Marina que venía detrás de Marcos con Paula- Hola Marina… ¿puedo hablar un momento contigo?
-         Si claro-dijo la morena sorprendida.
Las dos se alejaron un poco de los hermanos. Macarena la miró fijamente, aspiró hondo y le dijo:
-         Marina… te quería pedir perdón…por mi comentario del baño…soy una verdadera estúpida y me dejo llevar por los estereotipos y por lo que la gente dice…estoy realmente arrepentida y he estado sacando valor para decírtelo… Soy una gilipollas y …
-         No pasa nada- la cortó Marina- de verdad, esta todo olvidado.
-         Me lleve una buena de parte de las chicas ese día- las dos rieron- ¿me das un abracito?-le dijo con cara de niña pequeña que hizo reír a la morena.
-         Claro-las dos se abrazaron y se fueron a reunirse con los hermanos que las estaban esperando
Los dos se encontraban con la misma postura: las manos metidas en los bolsillos y cargando el peso sobre la misma pierna, incluso miraban para el mismo lado. No se podía decir que no fuesen hermanos, pero Marina sólo tenía ojos para uno de ellos. Ella recorría de arriba hacia abajo el cuerpo escultural de la rubia mientras se acercaban a ellos.
-         ¡Vamos chicas que nos espera lo bueno!-Dijo el rubio al verlas regresar.
-         No entraremos nunca-Dijo Marina señalando la cola.
-         Marinita cariño, nosotros no vamos a hacer cola- le contestó Macarena enganchándose del brazo de esta y tirando de ella hacia la puerta del local- El dueño es amigo de mi madre, no tenemos ni que pagar entrada ni copas.
El portero al verlos llegar, los saludó y les abrió la puerta. Al entrar la música house retumbaba en los oídos de Marina, las luces, la discoteca abarrotada, todo era nuevo para ella. De repente alguien le tomó la mano. Era Paula, que se le acercó al oído y le dijo:
-         No quiero que te pierdas entre la gente-le dijo al ver su cara un tanto preocupada-no te preocupes, nosotros vamos para una zona VIP en la que hay menos gente.
Iba a ser una noche muy larga para las dos y solo acababa de empezar.



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