Capítulo 14
Marina iba subiendo las escaleras que
la llevaban a su piso dándole vueltas a lo que había estado a punto de decir
“estas loca” se repetía una y otra vez. Llegó hasta la puerta y la abrió, nada más
entrar la recibió Juana, su madre.
–
Ay niña ¿por qué has tardado tanto?, ¿quién
te ha traído? e visto un coche- le dio dos besos a su hija.
–
Es el coche de Paula mamá, se me ha escapado
el autobús y me ha dicho que ella me traía, pero que primero íbamos a llevar a
otra compañera.
–
Que “apañá” es esa chiquilla, pero corre
entra, mira lo que han traído pa’ti- las dos entraron al salón.
Marina abrió sus ojos como platos al
ver de lo que hablaba su madre. En la mesa del salón había dos jarrones con dos
enormes ramos de rosas, veinticuatro rosas cada uno para ser exactos, rojas y
blancas, un oso de peluche marrón precioso que le llegaba a Marina mas arriba
de la cintura, con globos de helio atados con una cinta a la muñeca del oso que
tenían escrito “Feliz San Valentín” y a su lado una cesta llena de chocolates y
golosinas.
–
To’ la mañana tocando a la puerta los
repartidores trayendo cosas. Los mozos de hoy en día si que saben camelar a las
mocicas, en mis tiempos no hacían na’de esto- decía la madre de la morena muy
orgullosa, con una gran sonrisa y sus brazos en jarra, al ver que la morena
tenía tantos pretendientes.
–
¿No tienen tarjeta?- decía la morena
acariciando al gran oso, que tenía un perfume que se le hacía muy familiar, “No
serás capaz Paula, no, no, es imposible” pensaba.
–
Si, pone que es pa’ti pero no han puesto el
nombre, sólo la inicial, te las he dejao donde las trían- se acercó la morena a
cerciorarse de lo que decía su madre-ese pone P, a ver si va a ser el Paco de
la Rosario, hija ese niño es mu apañao pa’ti y lleva detrás de ti mucho tiempo y
el otro ramo una U que no se quien será y el muñeco una A, que tampoco, ¿no serán
de los muchachos de la universidad no
Marina? Mira que como tu padre se entere que hablas con alguno no te deja ir más.
–
No mama tranquila, que yo solo hablo con mis
compañeras- “Si tu supieras que no te tienes que preocupar de los muchachos”
pensaba en ese momento- pues yo no se de quien serán tampoco mama, mas tontos son
ellos que no ponen el nombre- quería distraerla para que dejase de pensar en
eso de no dejarla ir a la facultad.
–
Pues si, hija si, porque si no lo ponen como
se van a ganar a su suegro, aunque pensándolo mejor, mejor que haya sio así
porque tus hermanos los espantan como no les gusten- las dos se rieron.
–
Ayúdame que me lo voy a llevar todo a mi cuarto-
entre las dos lo pusieron los dos ramos y la cesta en el escritorio y el oso en
la cama de la morena, el cual ocupaba media cama.
–
Marina es hora de que te decidas en uno ya,
que ya tienes una edad y mira cómo los tienes a tos, a ver si se cansan de
esperarte y te quedas pa’vestir santos chiquilla.
–
Si, mama- le dijo la morena para complacer a
su madre y que dejase el tema.
–
Voy a ver como va la comida, cámbiate que
vamos a comer en cuanto llegue tu padre.
Juana salió de la habitación, y en ese momento la morena se quedó mirando
sus regalos y sacó las otras dos tarjetas que no había sacado. Las tres tarjetas
tenían la misma caligrafía, las puso sobre su escritorio y se quedó mirándolas
por unos segundos. Una idea rondó su cabeza, sonrió, y buscó su teléfono en su
bolso y llamó a la rubia, ya que tenía un mensaje de ella que le decía que ya
había llegado.
–
Hola preciosa-la morena sonrió ante este
saludo.
–
¿A qué no sabes lo que me ha pasado al llegar
a casa?
–
¿Qué?
–
Me han traído dos ramos de rosas súper
bonitos, uno oso de peluche que apenas cabe en mi cama con cinco globos de
helio y una cesta llena de chucherías.
–
¿Enserio?
–
Sí
–
¿Y no tienen tarjeta? Umm…Me voy a tener que
poner celosa.
–
Mmm no, y como no tenían tarjeta mi padre lo
ha tirado todo…no me he podido comer ni un bombón-le dijo con tono triste.
–
¡¿QUÉ?!- exclamó la rubia lo que hizo que
Marina riese- Oh mierda-la morena sintió la mayor alegría que se puede sentir
al descubrir que había sido su chica la que le había hecho tan bonito regalo.
–
Te pillé- rieron- Estás loca Pau, no tenías
por qué, si la caja de bombones me había encantado.
–
Estoy loca por ti preciosa- la morena no
podía dejar de sonreír por las palabras de la rubia- pues creo que en la cesta
hay otras dos cajas de esos mismos bombones- las dos rieron.
–
¿Paula?
–
¿Si?
–
Te amo- por primera vez era la rubia la que
estaba colorada, no se podía creer lo que acababa de escuchar, sus pies no
tocaban el suelo en ese momento.
–
Yo también te amo preciosa. Eres perfecta,
todo lo que había soñado y todo lo que te pueda regalar se queda pequeño para
expresarte esto que siento-Marina suspiraba al escuchar esas palabras.
–
Tú también mi vida…
–
¡Marina la comida!-escuchó a Juana llamarla.
–
Te tengo que dejar, mi madre me llama para
comer, ya te echo de menos.
–
No más que yo, preciosa.
Se despidieron. Paula comió con sus
padres al igual que Marina que, mientras comían, le pidió permiso a su padre
para el plan de esa tarde. Manuel, su padre, accedió sin que tuviese que
insistir mucho, ya que él pensaba que así estaría este día vigilada y que los
pretendientes que le habían hecho esos regalos no se le acercarían de esa
manera. Marina informó de la buena noticia a Paula, que ya contaba los segundos
para su cita.
La tarde llegó y Marina ya estaba
tocando en casa de Paula que la recibió con una gran sonrisa. Cuando ya se
encontraban dentro, la rubia la agarró de la cintura y pegó a su cuerpo
mientras le daba un beso que mostraba las ganas que había guardado todo el día
de hacerlo.
–
Echaba de menos tus labios- la volvió a besar.
Marina agarró el cuello de la rubia y se pegó más a ella, sentía una gran
necesidad de notar a Paula más cerca, tenía un gran deseo de algo más, aunque
no sabía como satisfacer ese deseo, ya que todo contacto le sabía poco y quería
mas y mas.
Se separaron y Marina suspiró
profundamente, perdía la cordura cada vez que sus labios rozaban los de Paula.
–
He traído algunas chucherías de las que me
has regalado, ya sabes, para que engordemos las dos- rieron.
–
Dónde quieres que veamos la peli, ¿en mi
cuarto o en el salón?
–
Donde quieras, ¿Y tus padres?
–
Salieron, y Marcos tampoco esta, así que
tenemos la casa para nosotras solas- en ese momento un gran temor invadió a
Marina, ¿Sería aquel día el día en que perdería la virginidad?
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Esto esta muy interesante cada capítulo se pone más gracias X escribir besos
ResponderEliminarChan chan chan... perderá la virginidad puede que no pero la cosa se va a poner intensa
ResponderEliminarAhora me da curiosidad en que o quien te Inspiras si no vives aqui en madrid... Jaja
ResponderEliminarAayyyyyy madre mia !!! Que emocionante se esta poniendo .Como siempre nos dejas con la intriga
ResponderEliminarM.S (galicia)
Esta historia es muy atrapante, tienes una manera de escribir única, ojala publiques esta historia seguido ya nos mal acostumbraste en leerte diario y pues lo extrañare, porque estaba a la expectativa diaria para ver la publicacion y deleitarme con la misma je je je je . Saludos a la distancia. Atte. Maria Rene
ResponderEliminarday, eso mismo que dices también me gustaría saber a mi y que si es una historia real espero que terminara bien pero eso lo tendremos que averiguar capitulo a capitulo, y me va a dar algo la espera.
ResponderEliminarM.S (galicia)
Yaaaa tiaaa, me llama mucho saber como termina eso, sobre todo lo de la familia gitana. No había caído q no lo ven bien hasta esta historia!
EliminarEstoy intrigada, ojala pase algo entre ellas..... Besos desde sto dgo
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