Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

La hija del diablo - Ve C - 77 Parte 1

Capítulo 77 1ª parte

Mi cabeza comienza a dar vueltas y mi estómago… salgo corriendo al baño a vomitar, me miro al espejo y veo mi cara pálida, mi mente repite que es una maldita broma de que no es cierto, no puede ser cierto que en esta noche haya perdido las personas más importante de mi vida. No sé cuántas veces repito la palabra  “No”. Escucho pasos fuera del baño y supongo que es alguna de las chicas, la verdad no me importa.
De un solo golpe me han arrancado toda mi sangre, Luna mi…no tengo palabras para describir lo que ella significa en mi vida, podría decir mi amiga pero ha sido más que eso, también mi amor pero también de una manera seria injusto porque no pude entregarle el corazón como debía. Gabriel mi príncipe con ese mirar azul que a veces podía ver algunos de mis gestos en él, Lucero tan parecida a su madre, ella en sus sentimientos seria parecida a ella y Ana una combinación de ambas podría decirse si hubiera embarazado yo a Luna y mi madre, ahora que volvíamos al tiempo de niñez cuando nos llevábamos bien, no es que antes n nos lleváramos pero con Damián en el medio se hizo algo difícil. Al sentir el vacío y la angustia vuelvo a vomitar, tres veces más, hasta que vuelvo a respirar.

No hago más que torturarme preguntándome ¿Por qué ellos? ¿Qué ocurrió? ¿Porque tuve que enviarlos lejos de mí?  Salgo del baño sintiéndome débil y veo a Manu sentada al borde la cama al verme me abraza y las lágrimas se adueñan de mi rostro.
-      ¿Por qué? Pregunto
-      No lo sé cariño – dice mientras mi rostro escondido en su pecho moja su pijama y por su voz puedo sentir que está tratando de ser fuerte para mí.
Sigo llorando en sus brazos y cuando siento que no puedo derramar más lágrimas, estas vuelven a salir sin control.  Me aferro a sus brazos como un náufrago a su salvavidas.  Rosa entra mientras estoy en brazos de su mujer, trae un té y entre las dos me obligan a tomarlo y luego vuelvo a la cama, todo me da vuelta y no me importa las heridas de mi espalda o como estoy, solo quiero despertar y que esto sea una maldita pesadilla.  Solo observo como ambas se levanta de la cama y Manu agarra mi móvil seguramente para hablar con Uriel o lo que sé que el llame para saber, seguro que les llamo primero a ellas que a mí, no digo cuando lo hace, dejan un beso en mi frente y salen de la habitación dejándome sola con mi dolor, una de mis manos cuelga de la cama y siento una lengua lamiendo mis dedos. Es Coco el perro de mis peques, no le doy atención pero al cabo de unos minutos el empieza a llorar, lo subo en la cama y apoya su cabecita en m vientre mientras puedo escuchar unos pequeños quejidos de su parte como todo perro cachorro pero por alguna extraña razón siento que él sabe lo que está pasando, en realidad desde que me entere que soy ángel muchas cosas no me sorprenden en este mundo y mucho menos que Coco sienta que está pasando con sus tres pequeños dueños.
-      Amiguito – digo acariciando su cabecita mientras mis lágrimas mojan mis labios  - ¿Qué vamos hacer sin ellos?
Solo me mira con esos ojos que también reflejan tristeza y el corazón sangra más con esta imagen, en casa Coco suele dormir en la puerta de la habitación de mis peques y es el primero en acercarse a la cuna de cualquiera que llore en la noche.
No sé cuántas horas han pasado, me levanto de la cama al escuchar voces en el living del departamento, supongo que llegaron más gente, voy al baño a lavarme un poco la cara e higienizarme, levanto mi rostro y me encuentro con el espejo y al ver mi cara parece que tengo una enfermedad terminal, unas super ojeras, y la piel super pálida. Sinceramente si me estoy muriendo de no saber más nada de lo que ha pasado realmente con el avión. Al salir de la habitación veo sentados a Uriel y Ari en uno de los sillones, puedo ver la cara de tristeza en sus caras, solo lo miro unos segundos y camino a la cocina y busco entre las cosas y encuentro una botella de whisky peor es nada, al abrirlo lo tomo así, en este momento lo único que quiero es mitigar el dolor. Sigo sola en la cocina bebiendo sin importarme de las otras personas que están en la otra habitación.  Lo único que veo en estos momentos en la botella casi vacía y muchos recuerdos pasan por mi cabeza, levanto mi vista y en la puerta veo a Ari.
-      ¿tan mal me veo? – pregunto al ver cómo me mira con compasión.
No responde, no hay nada que diga que me consuele. Se acerca a mí y me abraza con fuerza. Ambas nos fundimos en una tormenta de lágrimas. Es uno de esos abrazos en los que te aferras con todas tus fuerzas y poco a poco dejas de apretar, hasta que
Básicamente te dejas abrazar, te dejas caer sobre el otro. Como si derramaras todo lo que llevas encima sobre la otra persona. En qué momento me convenció para que me bañe no lo sé, ahora estoy cambiándome, la verdad la parte de la espalda y donde tengo las demás heridas que no puedo secarme porque no alcanzo con mi manos están húmeda y mojan mi camiseta, toda la ropa que me pongo es deportiva. Al salir e ir al living con ellos por supuesto llevándome lo que queda del whisky, una vez allí Uriel comienza a contarme algunos detalles del accidente Aero, aunque sinceramente no sé qué creer de eso. M e cuenta que el avión sobrevolaba el Himalaya, cuando el avión cayó, todavía no se sabe si algún fallo fue lo que lo provoco. Solo hubo aviso por radio y luego desapareció del radar.
-      Puede que no haya pasado nada – dice Dani que también se encuentra aquí – no sería la primera vez que hay supervivientes. No hay que perder las esperanzas.  Estoy segura que Luna y tu Madre se las ingeniaron para salir ilesas.
“hay que tener esperanza” o mejor dicho “no hay que perder las esperanzas” esa es la forma que tiene el ser humano para negarse las más duras verdades y realidades.  Observo el rostro de todos ellos y veos esperanza en sus ojos y palabras, en cambio yo no tengo ninguna. Luego de muchos minutos escuchar sus palabras, empiezan a contagiarme algo de confianza, Luna es Ángel sé que por nuestros hijos haría todo y por su suegra. Miro a Uriel y hago que me siga a otra habitación.
-      Haz llamadas y ya sabes que vayan gente que trabajan en los laboratorios de China a las cordilleras – digo mirándolo y él solo asiente – saldremos cuanto antes de aquí.
-      ¿sabes que llegaremos más rápido si usamos nuestras alas?
-      Haz las llamadas y luego hablamos – respondo saliendo lo más rápido de esa habitación.

¿Usar alas? Si el supiera y las lágrimas vuelven a mis ojos nuevamente, pero no puedo pensar en eso, lo único que me importa ahora es ir en busca de mi familia. Busco ropa de abrigo entre mis cosas que tengo en este departamento, desde los 17 que fue cuando vine aquí de vacaciones y no fui a la mansión por los recuerdos que tengo con mi abuela, me quede aquí y deje muchísimas ropa y como no crecí mucho desde entonces, seguro la ropa me entra, cualquier cosa una vez llegar alguna ciudad antes de ir a las montañas me compro algo más. Desde mi habitación puedo escuchar como habla Uriel por móvil, él sabe mover los hilos y dar órdenes, sabe que hacer.  Vuelvo donde se encuentras las demás, necesito saber que harán ellas.
-       Ustedes irán con nosotros ¿no? – pregunto a las chicas.
-      ¿tú quieres que vayamos? – responde con otra pregunta Rosa.
-      Si – contesto – las voy a necesitar conmigo allí, por cualquiera sea la situación que nos encontremos.
-      Entonces iremos contigo – responde Dani.
Los amigos de ellas se están quedando en casa, mejor dicho en una de las casas que hay en la mansión que solía pertenecerle a las personas que trabajan allí, pero como ahora está Nana y dos chicas más, solo quedan en casa.
-      Entonces vayan a preparar su ropa  - respondo.
Todas asienten y se alejan menos Ari, ella no tiene nada de ropa aquí, de todas formas pasaremos por su casa para que busque algo.
En menos de una hora veo a Uriel acercándose a mí e informándome del enorme operativo que ha organizado así también como un importante equipo de búsqueda y rescate.  Nos debemos encontrar todos en Sikkim o Bután o algo así, mi mente está en otra parte, solo pidiendo que todo salga bien.  También pidió el avión más rápido en estos momentos del mundo, aunque le quiere que vayamos volando pero no podemos porque las chicas van con nosotras. Consiguió el avión más rápido del mundo para nosotros, ademas no quiero pedirle el avión a mi padre y hasta que llegue aquí perderíamos horas importantes. Una vez que todas estuvimos listas y Ari paso por su casa salimos rumbo al aeropuerto, con algunos guardaespaldas siguiéndonos pero eso es lo que menos me importa en estos momentos.  En el aeropuerto vemos el pequeño avión con capacidad para solo ocho personas, subimos todos, dos guardaespaldas más y los demás vuelven a la mansión con mi Nana llevándose a Coco con ellos. Lo bueno es que con este avión no tardaremos tanto como con otro, quizás unas horas menos ademas tampoco estamos tan lejos.
llegamos a la India y mi nerviosismo aumenta cada vez más  y más al no saber que encontrarme, dentro de mi tengo una pequeña esperanza de que como sea estén bien, aunque en la montaña con el frio que hace allí arriba es… mejor dejar los pensamiento negativos de lado. Nos acercamos a la camioneta que nos espera a todos en silencio, todos metidos en nuestros pensamientos, aunque uno en común, de poder encontrarlos bien o al menos  a tiempo.
-      ¿Luz? – me habla Uriel como cuando era más pequeña cuando estaba en el internado – ya está todo arreglado, cuando lleguemos allí nos darán todo.
No pregunto a donde nos dirigimos porque escuche en el avión que hablaban de algo de Bután, asi que he otro estado quedo descartado.  Abro el pequeño bolso que tengo conmigo donde están mi móvil y algunas cosas importantes así como también los whisky que saque del avión mientras todos estaban con la mirada y pensamientos perdidos. Abro la botella viendo como todos intercambian una mirada y no me interesa de alguna manera necesito mis neuronas dormidas así sea con el alcohol. Lo bueno es que ninguna dice nada y muchos menos Uriel, supongo que están tratando de entender la situación en la que me encuentro, para nadie es fácil, nunca pensé en verme en una situación como esta, en realidad a las personas que le pasan cosas como la que estoy viviendo yo no lo pensó o quizás sí pero no creyó que fuera a pasar.  Me pregunto si el estúpido e imbécil de Damián tuvo algo que ver con esto con ayuda de ese tal Makaelis, porque de ser asi van a pagármelas y sobre todo Damián que se sacó todos los números conmigo.  Mis sentimientos van cambiando los minutos o mejor dicho mi estado de ánimos creo que ya he pasado por todos y cada uno de ellos. Cierro los ojos y no es que no este acostumbrada a beber solo que al tener pastilla en mi sistema de estos días por las heridas de mi cuerpo y cara y el alcohol comienza a darme sueño lentamente.  Apenas sueño pero fue agradable porque fueron momentos con las cuatros personas en la cual voy en búsqueda, despierto de forma violenta al soñar con Luna y las niñas en su brazo y mi madre con el peque, ellas gritando y su rostros con miedo más bien de terror, agradezco haber despertado antes de seguir soñando con eso.
Y llegamos a Bután o mejor dicho Thimbu la capital de este, no sé qué hora será ni quiero preguntar, pero debe ser cerca del mediodía quizás un poco más tarde. Puedo observar las montañas alrededor.
-      Pasaremos lo que resta del día y la noche aquí – dice un hombre que parece ser el guía o algo de eso una vez que todos estamos  frente a un hotel - al amanecer saldremos al campamento base – al ver mi cara continua hablando – si salimos ahora no haremos mucho, en unas horas oscurecerá.  Y ustedes necesitan descansar, los necesitamos despiertos si quieren ir aunque no podrán hacer mucho.
-      Está bien – responde Uriel - ¿se sabe algo del avión o los – me mira unos segundos – pasajeros? ¿han llegado los expertos?
Siento todas las miradas sobre mí, en especial la de hombre que no sabe si hablar o no. prefiero hacerme la idiota, me molesta que me miren como lo están haciendo.
-      De momento no hay rastros – responde – solo esperamos que el clima no cambie o haya alguna tormenta.  Los alpinistas ya están en el campamento y los demás llegan en la noche.
Ellos van entrando al hotel y yo me quedo en la puerta viendo como lo hacen hasta que Ari se vuelve y se para frente a mí, en sus ojos puedo notar que ella también está mal por todo esto.
-      ¿no vas a entrar? – pregunta.
-      No, iré a caminar – respondo mirando alrededor – necesito estar sola. Todo esto es demasiado para mí.
-      Lo entiendo – contesta bajando la cabeza – si necesitas algo, hablar o lo que sea, sabes que cuentas conmigo.
No respondo nada, solo me doy vuelta para alejarme del lugar, no es que no quiera hablar con ella, tengo motivos para no querer hacerlo pero en estos momentos hay algo más importante que hacer y es por ello que estamos aquí aunque tenga que esperar al amanecer para ir en busca de mi familia. El lugar te da para desaparecer  en las frías montañas y asi dejaría de sufrir por todo, pero no puedo darme por vencida, quiero creer con todas mis fuerzas que los voy a encontrar y volver a tener conmigo.  Al caminar por las calles puedo observar la mayoría gente sencilla con vidas sencillas y casas sencillas. Me hubiera gustado tener una vida sencilla, sin la envidia de un hermano que su único objetivo es destruir mi vida. ¿Dónde estás los demás angeles? Necesito que me digan donde están mi familia, ella es uno de ellos, yo también lo soy pero no parece importarle, sé que quías no deban meterse en lo que sea que tenga que pasar entre Lucifer, sus huestes, Uriel, Luna y yo y los otros angeles ¿acaso tienen miedo de caer?
Llego a un lugar solitario, es un espacio verde donde al parecer suelen jugar los chicos de la ciudad o del barrio del que acabo de pasar,  me acerco a un árbol y me recuesto en este mirando las montañas, y ruego de que no haya tormenta como dijo el guía o lo que sea ese señor, sería peor para nosotros y para ellos. Levanto mi vista al cielo.
-      Ayúdame en esta. No quiero perderlos.
                                               ****
Estoy acostada en la cama de este hotel pensando en todo lo que ha pasado las últimas horas. No quiero ni puedo imaginarme lo que está sintiendo Luz en estos momentos, sus ojos me lo dicen todo cuando la miro, se debate entre tener esperanza o darse por vencida de que ya los perdió. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y ella lucha para no perderla y también sé que piensa lo que dijo Friedrich Nietzsche “la esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre”, ella no quiere darse la cara contra el piso en caso de que ya sea tarde. 
Ella sé que en estos momentos le gustaría estar inconsciente y que todo sea una maldita pesadilla, igual que el resto de nosotros, ella los sacos del país para que estén bien y no corran ningún peligro y ahora estamos aquí esperando que pasen las horas para buscarlos y rogando de que de una forma u otra estén bien.
Lo bueno es que me deja estar con ellas estos momentos, quiero hacerle saber que no pienso lo que le dije la  última vez que hablamos antes de que desapareciera, quiero que sepa que cuenta conmigo en todo esto, que tiene mis hombros si quiere llorar, sé que si ella no ha dicho nada no es porque no lo recuerde sino porque tiene demasiada cosas en la cabeza como para que me dedique un pensamiento a mí y no soy tan idiota para pedirle en estos momentos de hablar eso, pero quiero que cuente conmigo en algo tan difícil y doloroso como esto.
Teniendo los ojos cerrados puedo recordar los momentos que compartí con Luna en el internado y estos meses que volvimos a reencontrarnos asi como también los momentos que ambas me dejaron compartir con los pequeños, en ningún momento vi que Luna se pudiera mal por mi presencia en su casa y más aun sabiendo la historia de su esposa conmigo, recuerdo las palabras de la otra noche de dejar que sea Luz quien decida con quien de las dos quiere estar y que ella no sería egoísta con respecto a eso. Es una mujer increíble con esos sentimientos tan puros sin maldad. No sé cuánto tiempo paso y escucho la puerta de la habitación abrirse y con la cabeza gacha entra Luz, las chicas salieron un momento a intentar distraerse y las cinco compartimos habitación por esta noche, quizás sea el hecho de que ninguna queremos dejarla sola, no es que vaya hacer una locura pero nos necesita.
-      Hey – digo sentándome en la cama.
-      ¿Qué pasa?
-      Date una ducha y ponte ropa limpia – respondo acercándome a ella – también ropa de abrigo especial, pero eso es para mañana. Ahora has eso ¿sí? serán unos días duros, necesitas descansar. Si necesitas algo estoy aquí, para lo que sea.
Se queda mirándome unos segundos como analizando todo lo que acabo de decirle, o al menos que no me haya escuchado.
-      Gracias – dice y deja un beso en mi mejilla y se mete al baño.
Ella es fuerte, con todo lo que le ha pasado sigue estando de pie, solo espero que ahora siga así y no se derrumbe,  y más para lo que empezaremos mañana, aunque es muy egoísta querer que siga de esta manera, ella tiene que saber que si se derrumba nosotras estaremos aquí para ayudarla a levantarse y seguir.  No pasa mucho tiempo hasta que la veo salir del baño y en sus ojos hay rastros de lágrimas.
-      ¿también vas arroparme? – pregunta al ver que me acerco a ella – deberías haber salido con las chicas, al igual que todos necesitas distracción.
No puedo evitar sonreír ante eso, sé que si hace falta voy arroparla. La abrazo y ella esconde su rostro en mi cuello, no hace falta decir nada.
-      Si necesitas compartir tu dolor o lo que sea – agarro su rostro entre mis manos para mirar sus ojos – estoy aquí, vuelvo a repetirte puedes contar conmigo, o con las chicas, no estás sola.
Asiente con la cabeza y se mete en la cama, yo vuelvo a la mía y desde aquí puedo observarla y ver como poco a poco va quedándose dormida. Como le dije a ella, no sé cuánto tiempo pasaremos arriba de la montaña y ella necesita estar descansa y preparada para cualquier cosa.
Al caer la noche por la ventana puedo observar las estrellas, entonces por un instante imagino a Gabriela abrazada a Luna y los peques tratando de darse calor y mirando las mismas estrellas mientras no pierden las esperanzas de que las encontremos, que no nos demos por vencidos, que Luz no lo haga. Entonces sin darme cuenta me duermo.  Hubiese deseado dormir un bello y placido sueño si en mi mente no estuviera la preocupación de todas las que estamos en esta habitación tenemos, despierto al escuchar un grito y se de quien es, abro mis ojos y levanto de la cama acercándome a ella que esta abrazada a su rodilla y las lágrimas mojan su rostro. Me acuesto a su lado y la abrazo a mí y siento sus manos aferrarse fuerte a mi cintura, ella sigue llorando, quiero que se descargue del todo, llevo mi vista a las otras camas y todas están despierta, seguro el grito de Luz también lo hizo. Miro la hora y son las cuatro y media de la mañana, faltas una hora para que nos levantemos.  Cinco y media tenemos que estar todos listos para que a la seis salgamos hacia las montañas.  Creo que ellas al igual que yo piensan que es mejor levantarnos y preparar nuestras cosas y la de Luz antes de volver a cerrar los ojos.  Puedo sentir como ella deja de llorar y poco a poco va alejándose.
-      Tenemos que prepararnos ¿no?
-      Si  - contesto – pero si quieres preparamos tus cosas por tus cosas por ti.
-      Sé que lo harían, pero necesito ocupar mi mente en algo.
-      Está bien – respondo.
Después de higienizarme vuelvo a la habitación y me enfundo en capas y capas de ropa, aquí no hace tanto frio pero allá lo hará. Una vez que estoy bien abrigada salgo de la habitación para ir por algo caliente no solo para mí sino para ellas también que siguen cambiándose.  En recepción las espero a ellas y a mi padre con los guías que bajen, por suerte en el restaurant del hotel han sido amables de llenarme dos termos de café y darme vasos plásticos desechables.
Luego de desayunar todos salimos afuera a esperar que lleguen las camionetas en la que iremos, el guía según mi padre se llama Jacob.  No esperamos muchos por suerte en una de las camionetas entramos todos, no nos queremos separar.
-      En la madrugada llegaron los demás hombres que pidió – dice dirigiéndose a mi padre – no están esperando, al llegar le darán algunas indicaciones y el equipo necesario.
-      Al parecer no hubo tormenta – responde Uriel - ¿podremos salir cuanto antes en búsqueda?
En este momento todas prestamos atención e interés en la conversación y más Luz, todas tenemos muchas ganas de saber la verdad, y más si están con vida el tiempo es valiosísimo y no podemos perderlo.
-      Por supuesto – responde – se harán dos equipos de rescate, uno saldrá hoy mismo y ustedes saldrán mañana o dentro de dos días, luego de algunas instrucciones.
Me giro para ver la cara de Luz que esta tensa al igual que sus manos en puños, no le ha gustado esto y es entendible.
-      ¡Nada de eso! – dice Luz elevando la voz – saldremos mañana mismo aunque si por mi fuera saldríamos hoy pero no puedo arriesgar la vida de alguien más – le señala con un dedo a mi padre que quiere decirle algo – no hay más que hablar, esa es mi decisión.
La camioneta queda en silencio y solo puedo mirarla y sé que no se queda en el campamento esperando información por su familia, noto como las ansias la dominan.  Jacob y no de sus hombres hablan de que el servicio de rescate locales no cuenta con los medios adecuados, de que hubiera sido imposible si los hombres que llamo Uriel no hubieran traído las cosas con ellos ya que solo un pequeño grupo está especializado y los demás se encargaron de nosotros. Conforme ascendemos surgen preciosos valles y rodeadas de las gigantescas montañas. Comenzamos a discurrir por caminos cada vez más angostos, no pierdo detalle de los ojos de Luz y según nos vamos elevando parece ser que ella se siente más cerca de su familia.
-      ¿Ven aquel altiplano nevado?  nos aclara Jacob-   Allá está el campamento base. En una hora llegaremos.
Solo puedo sentir con aprieta fuerte mi brazo, me encuentros con sus ojos asustados. Nunca hasta ahora la he visto así.
-      Los encontraremos – digo volviendo el apretón a su mano.
Se apoya en la ventada dibujando el nombre de los de su familia y cierra los ojos.
                                                        ****
Ya estamos llegando y muchas gente nos espera para comenzar con las tareas de búsqueda, los mejores en cada campo han venidos gracias a Uriel  para encontrar a mi familia. Tres cuartos de hora después llegamos al campamento, una gran tienda en el centro y otras más pequeñas alrededor están ya instaladas, varios vehículos, dos perros Siberianos que me recuerdan a Coco  y un pequeño helicóptero, sin duda un despliegue importante. Jacob nos acompaña a la tienda principal, al entrar la temperatura es más alta que la del exterior, hay unas trece personas dentro o mas no las cuento a todas y aun así sobra espacio.  Hay dos mesas de un tamaño considerable y otras más pequeñas, equipos de radios, portátiles, una nevera y una cocina.  Al estar allí Jacob me presenta a las personas pero la verdad no recuerdos sus nombres, seis alpinistas suecos, seis japoneses, el piloto del helicóptero, 9 porteadores, y 7 sherpas del lugar y también nombra a otras personas que andan haciendo trabajo en el campo y alrededores. Hoy he dejado mi educación de lado porque sinceramente no preste atención a las presentaciones muchos menos sus nombres.
El segundo al mando de Jacob se dispone acondicionar nuestra tienda mientras Jacob habla con los alpinistas suecos al tiempo que marca en un mapa algo, seguramente donde es posible que haya caído el avión o realizarían la primera expedición. Luego de las instrucciones los suecos y cuatro porteadores y tres sherpas se despiden y comienzan el ascenso a las montañas. Los demás se van a preparar todas las cosas para nuestra salida mañana a la mañana, al rato se acerca Jacob con un mapa y nos mostró la zona marca y la verdad es como buscar una aguja en un pajar.
Los suecos explorarían la zona oeste que es a más compleja de la montaña y nosotros el lado este es más extenso pero menos complicada dada la experiencia de quienes me acompañan y mía.
A la noche todos reunidos en la tienda del centro o mejor dicho principal mientras nos sentamos a cenar, Jacob nos cuenta que no es la primera vez que pasa esto, más bien es la tercera vez, es decir el tercer año consecutivo, en los años anteriores nadie sobrevivió. Puedo ver que mis amigas y Uriel están incomodos pero yo se lo agradezco que hable tan sinceramente, tanta esperanza y positivismo tampoco hace bien en caso de que vaya a darme la cara contra el suelo en caso de que pase lo mismo que las veces anteriores, un nudo se forma en mi garganta de solo pensarlo.  Tengo que asumir que una de las posibilidades es que no los encontremos y la otra encontrarlos pero no como yo quiero.
Jacob y unos de los japoneses nos dan instrucciones de seguridad y técnica para nuestra incursión en la montaña. Noto a Jacob y su segundón que no están conformes con ocho personas novatas en la montaña pero se resigna porque de alguna manera somos los jefes. Después de la cena en la que apenas probé bocado nos vamos a la tienda a dormir, otra vez toda a compartir habitación. Quedan pocas horas para comenzar una dura experiencia tanto emocional como física. Vamos a enfrentaros a la verdad, montaña y el frio o debería decir al revés, a la montaña el frio y la verdad.
Al caer a los brazos de Morfeo vuelven asaltarme  como cada vez que intento dormir las pesadillas, haciéndome abrir los ojos con un grito. Otra vez es Ari quien se acerca a mi cuando salgo afuera de la tienda y miro el cielo mientras tengo las mejillas húmedas por las lágrimas, sin decir nada me abraza. Agradezco que este aquí porque necesitaba un abrazo como el que me está dando en estos momentos mientras intento no derrumbarme más de lo que estoy y dejarme ganar por el miedo.
Unos minutos más tarde se aleja de mí y vuelve acercar con una taza humeante de té y se sienta a mi lado y ella bebe de otra.
-      Sabes que vamos a encontrarlos y volveremos todo a casa – dice ella luego de mucho silencio entre las dos.
Solo llevo mi mano a su hombro para darle las gracias por sus palabras y estar aquí conmigo a pesar de todo lo que ha pasado últimamente.
-      ¿Cómo estas tus heridas? – pregunta
-      Supongo que bien – respondo – duelen, pero tengo cosas más importantes ahora que preocuparme por las heridas.
-      Lo sé pero por favor cuida tu espalda, esas heridas deben curarse lo bastante bien. Ademas Luna cuando se entere seguro nos mata todas – dice esto con una sonrisa.
-      Entonces prepárense para su enojo – digo también sonriendo.
Otra vez el silencio, y no me quejo porque no es un silencio incomodo más bien reconfortante de saber que ella y mis otras amigas me están apoyando en algo tan difícil.  Poco a poco se acerca la hora de despertar y van saliendo las personas de sus tiendas y se encaminan a la tienda principal, al estar todos despiertos y preparados comenzamos el peregrinaje.
El primer día pasa sin pena ni gloria en nuestra búsqueda, mucha comunicación con el campamento base que nos guía y así también vistazos a los mapas y obvio muchísimo frio pero ni rastros del avión. Eso si el silencio aquí arriba solo es roto por el viento, las chicas Uriel y yo terminamos exhaustos este primer día expedición, los demás están bien, bueno están acostumbrado a estas cosas.
-      Luz – dice Daniela cuando estamos sola en la tienda unos momentos antes de que lleguen las demás – estamos que nos morimos y estamos retrasando la expedición – sé que me habla con total sinceridad y de corazón – sé que quieres encontrarlos, pero no estamos ayudando, solo somos un estorbo.
En este momento la odio con toda mi alma porque sé que tiene razón y me ha dicho lo que nadie más del grupo que me rodea se ha animado, el grupo va muy demorado por arrastrar con ocho personas.
-      Tienes razón – reconozco mirando a cualquier lado menos a ella – será mejor volver al campamento base – y unas lágrimas caen por mi mejilla porque quiero estar con ellos cuando encuentren e mi familia pero no podrá ser.
-      Iré hablar con Uriel para que hable con Jacob – contesta y sale de la tienda pero se vuelve – has tomado la decisión correcta.
Al rato aparece Uriel diciendo que el segundo de Jacob nos acompaña hasta una pequeña planicie de la montaña y los del campamento base nos vienen a recoger con el helicóptero. Me siento frustrada por no poder realizar este esfuerzo por mi familia pero la verdad es que al no estar recuperada de mis heridas no ayuda mucho. Al amanecer nos despedimos de todos y comenzamos el descenso, alrededor de unas cinco horas nos acercamos al lugar de encuentro y vimos el helicóptero acercarse. Nos aproximamos con precaución y subimos todos e incluso el segundo de Jacob, de todas formas no podría alcanzar a los demás si vuelve en estos momentos. Al llegar al campamento nos indican los progresos de ambos grupos.
-      El grupo que iba con ustedes han variado su itinerario por una zona más alta, es probable que allí den sus frutos – nos comentan – si ustedes quieren pueden hacer turnos de radio y marcar en los mapas, así el tiempo no pasa demasiado lento.
-      Por supuesto – digo rápidamente – sino me volveré más loca.
Mis amigas y las personas de la tiendan sonríen por lo último que dije pero es la verdad, estoy desesperada por tener alguna noticia en concreto que sea con mi familia o el avión.
Han transcurrido cinco días desde nuestro regreso, los cinco días más terrible de mi vida. Mi dedicación prácticamente es exclusiva del mapeado cada día intento hacer algo más para mantener la mente ocupada  y no me gane la frustración y desesperación.  El helicóptero sale cada día y hoy estoy con el piloto volando, creo que sabía que necesitaba salir de la tienda y tantos mapas. Vamos por provisiones y combustibles. Nada fructífero, solo hacer una desconexión de todo al volar, pero ni eso resulta, solo miro la montaña a través del cristal preguntándome dónde están.  Los restos de los viajes del helicóptero son para lanzar provisiones en puntos concretos de las montañas para los equipos. El clima no es tan crudo estos días, de igual manera sigue habiendo un espeso manto de nube y nevadas superiores a los cuatro mil metros donde el helicóptero no puede acceder. El avión puede estar en cualquier lugar de estas inmensas montañas e incluso debajo de nieve, pueden haber salido y perdido en la montaña, llevarían casi una semana, solas en ese infierno helado, cambiaria mi vida por las suyas con los ojos cerrados y sin dudar ni un instante.
Hice que mi mujer, nuestros hijos y mi madre salieran de casa a las apuradas creyendo que en otro país estarían bien sin que nadie les haga daño y que no podía ocurrir nada. Nunca estamos preparados en esta vida para recibir golpes como estos, como si la vida lo pintara todo color rosa cuando en realidad nunca ha dejado de ser oscura. Solo las personas que nos acompañan en nuestra vida pueden darnos luz en nuestra oscuridad e iluminan con tanta fuerza que nos olvidamos que seguimos rodeados de oscuridad, pero cuando no están y se apaga esa luz, nos acordamos. Es paradójico que las mismas personas que nos ilumina nos debiliten al dejarnos sin su luz dejando en la más oscura oscuridad, y es en ella como al pasar los segundos empiezo a caer, cada instante al no tener noticias de ellos  mi esperanza se va apagando cual vela encendida.
Llega el séptimo día y luego de beberme varias botellas de whisky y estar bastante mareada salgo fuera de la tienda, hay un sol radiante, aunque el frio continua, el sol calienta nuestras caras. Como todos los días que estamos aquí se desayuna y se establece contacto con los equipos, para mi alrededor todo gira y tengo ganas de volverme a mi tienda y seguir tomando hasta no sentir el dolor que siento desde que supe que el avión que cayo y asi como mi esperanza se apaga, este aumenta. Y como ocurrieron las jornadas anteriores parecía que este día tampoco ocurriría nada.
Cuando el sol está en el medio del cielo recibimos un comunicado de radio que nos paró el corazón  y me saco la borrachera de encima.
-      Equipo Tokio… aquí equipo Tokio para campamento base – son los japoneses – hemos encontrados restos de fuselajes… campamento base repito hemos encontrados restos del avión ¿nos copian?
Me lanzo sobre la mesa de trasmisiones y creo que esta Dani por agarrar el radio que no me importo empujarla. Cojo el radio con mucha fuerza.
-      ¿están ahí? ¿mi familia está ahí? Digo con desesperación o más bien grito – maldita sea, díganme algo.
Ari y Manu me agarran e intentan calmar, me siento y quedo observando el radio con tensión en todo mi cuerpo.
-      Cálmate – dice rosa luego de haber ayudado a Dani a levantarse – ya están ahí, ahora es cuestión de tiempo. cálmate, enseguida nos informaran.
Y ahora nos encontramos Ari, Manu, Rosa, Dani, Uriel y yo sentados esperando que vuelvan a comunicarse con nosotros sin despegar la vista del aparato que puede trasmitirme las mejores o peores noticias del mundo, de mi mundo.
-      Equipo Tokio – vuelve a escucharse – a campamento base.
-      Adelante equipo Tokio – respondo ansiosa - ¿Qué han encontrado? – aprieto fuerte entre mis manos el radio.
Nuevamente silencio y este si es un silencio incomodo, tenso.
-      Necesitamos el helicóptero – responden del otro lado – hay que llevar cuatro cuerpo urgente a un hospital.  Si es posible conseguir otro helicóptero mejor – vuelvo a escuchar – y hay demás cuerpos en las inmediaciones pero por ellos no se puede hacer nada.
¿Qué significa esto? ¿Quiénes son los cuatro cuerpos que han luchado todos estos días?  ¿Quiénes son los que no ha aguantados?  Miles de preguntas en mi cabeza al igual que un torrente bajan por mi mejilla y moja mis labios, el aire comienza abandonar mis pulmones sin volver a entrar, suelto el radio que cae al suelo y me levanto de la silla para salir del lugar. No dijeron quiénes son los sobrevivientes, y yo… no sé qué hacer.
El helicóptero no tarda mucho en salir y veo como condicionan dos camionetas seguramente para de aquí trasladar los cuerpos de los sobrevivientes. Me giro y en la tienda están todas mis amigas en la puerta mirándome con lágrimas en los ojos. Dani se acerca corriendo y se detiene unos pasos antes.
-      Están… - veo como una sonrisa asoma a sus labios – están vivos – agacha la mirada – al menos están luchando los cuatros.
Todo se volvió negro. Las emociones del día han sido demasiado para mí.  Al despertar me encuentro en una cama y mejor dicho una habitación toda blanca ¿Dónde estoy? Intento levantarme pero me duele la cabeza, normal con todo lo que tome. Una vez que me siento en la cama recuerdo lo que me dijo Dani antes de que perdiera el conocimiento.
Levanto y pongo mi zapatilla rápidamente y salgo de la habitación encontrándome con todos en un sillón. Abren sus ojos al verme despierta, supongo que esperaba que este un rato más o no lo sé.
-      ¿Dónde están? – pregunto.
Ellos se miran en silencio como pensando quien va hablar primero.
-      Ellos están siendo atendidos  en estos momentos, tienen hipotermia ademas de que no se alimentaron y el clima no ayudo mucho – dice Uriel mirándome a los ojos – están luchando. Tu madre… - veo como queda en silencio – ella no…
No necesito decir nada más para saber lo que significa mi madre está muerta y mis hijos y mi mujer están luchando por salir de todo esto.  Nuevamente las lágrimas bañan mi rostro, mi madre con la que compartí tantos momentos y ahora no está, me dejo.
¿Cuánto tiempo paso? No lo sé, solo sé que no termine que el doctor me explicara cosas al respecto de mi mujer e hijos  ahora camino a la habitación donde están los cuatros, quiero verlos, quiero decirles tantas cosas.  Llego y me quedo observo primero a mis peques mientras tomo su manitos para que sientan mi calor para que sepan que estoy con ellos, que los necesito conmigo, que son lo mejor que puedo tener en esta vida, que son mi Luz en medio de tanta oscuridad que me rodea.  Luego de esta con ellos voy a la cama y beso la frente de Luna y dejo mis labios allí, a ella también la necesito, y los peques necesitan de ella. Mis lágrimas mojan su rostro, cierro los ojos para no ver como esta, si mis hijos están aquí ahora han sido por ella y mi madre, dieron todo de sí para que no subieran frio o se lastimaran en la caída.  Sé que son sus hijos también y es normal que tuviera ese instinto protector pero jamás voy a poder agradecerle que me hayan dado estos hermosos hijos y que ahora sigan conmigo por ella y porque son fuertes como Luna, luchadores y ahora están Luchando por su vida.
Escucho el ruido de una máquina y me giro rápidamente para mirar, no paso mucho tiempo hasta que entran los médicos sacándome del lugar, no sé quién de los tres es que se está dando por vencido, esto no me puede estar pasando a mí. Una de las enfermeras me saca a rastras de la habitación  hasta llevarme a un sillón cerca como para que  me siente y este calmada, eso es imposible. Camino de un lado a otro como león enjaulado pero es que quiero que me den noticia de lo que está pasando en esa habitación, que todo está bien.
Pasa más de una hora cuando por fin veo quien sale de la habitación ¿Alberto? ¿Que hace aquí? Bueno eso no importa, ahora quiero saber de qué va todo.
Una vez que se acerca a mi puedo ver sus ojos y está llorosos, me mira y agacha la cabeza mientras niega con esta.
-      ¡No! – es el grito que sale de mi garganta, retumbando en el hospital.


Nota: Primero que nada quiero pedirle disculpa por tardar tanto por esta primera parte del capítulo, pero empecé la universidad y estoy acomodándome a los horarios esta semana, ademas de  estudiar para rendir finales y que estuve a full con eso para que llegue el día y me cambien de mesa. Espero el capítulo este a la altura de lo que esperan y si no es así, nuevamente disculpen. Kamila: Gracias por comentar. Sara: ya los ha encontrado veremos qué pasa con ellos.  Anonim@s: la verdad estoy acuerdo ambas han hecho sufrir de una manera u otra a Luz. Ángela: espero este capítulo este a la altura del anterior y si no es asi espero hacerlo la segunda parte. Con las Alas de Luz todavía hay que ver que paso,  y Luna va ser feliz. 
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6 comentarios:

  1. Es realmente injusto juro q si alguno de los peques o luna mueren no vuelvo a leer luna merece mucho mas estar con luz que Ari y si Ari era la protagonista de esta historia porque metiste a luna que no se merecía nada de esto �� ☹ ��

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  2. Hay dioosssss porqueeee que no les pase nada a los peques ni a luz porrrr faaaaa...
    Me da dolor que se haya muerto la mama de luz... y quiero saber quien fue el hp que hizo que el avion de estrellara.
    Por fa se que es mucho pedir, pero no te demores tanto plisss.
    Y gracias nuevamente por esta super historia

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  3. Oh Dios miooooooo dime q no se muere ninguno de los bebes guayyy como sufrooo.. Ahora tu tienes una creatividad innensa para escribir felicidades!!! Muchas gracias por compartirla con nosotras y sacar tiempo de tu agetreada vida para escribir.. Gracias Totales :)

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    1. Cada vez que escribo del cel es n lio :p correccion es inmensa :p

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  4. Poner fin a sus preocupaciones financieras hoy: ahora puedo sonreír con debido a este hombre por temor a Dios he recibido un préstamo de $55.000 y dos de mis colegas también han recibido préstamos de este hombre sin ninguna dificultad. Te aconsejo que no elegir a la persona equivocada si usted en realidad solicitar un préstamo en efectivo para su proyecto y cualquier otro. Publico este mensaje porque Daniel James me hizo sentir feliz y bendecido. Es a través de amigo que pueda encontrar a este Dios sincera y generosa por temor a quien me ayudó a obtener este préstamo, usted necesita ayuda financiera, que no está pegados, acceso al crédito bancario, o no tienen el beneficio de un banco, necesita financiar su construcción, desarrollo inmobiliario, creando tu propio negocio tu negocio personal, que han visto y necesito ganar dinero, un mal crédito o necesitan dinero para pagar las cuentas o deudas. Así que te aconsejo ahí a ponerse en contacto. Email: swiftcreditplc@yahoo.com en contacto con él para obtener más información, ser claros y honestos.

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  5. no puedo creer lo que he leido por favor solo espero que no muera ninguno de los peques o luna me muero.
    odio leer un libro o una historia y que muera un personaje con el cual me he encariñado...
    yo creo que los algos para ti querida escritora sobran, escribes de maravilla y tienes una imaginación una creatividad sin igual aparte que tienes ese no se que! que se necesita.

    saludos y por fa no me mates a ninguno de los personajes que quiero

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