Irene le pidió a Izumi ayuda para recoger la mesa, mientras le
pedía a Jordan acercar el postre a la mesa.
Cuando coincidieron en la cocina, Jordan se acercó a Izumi.
-Amor, ¿me vas a explicar que sucede aquí?
-Tranquila sólo se están conociendo, debes saber que no se van a
quedar, para que no te preocupes.
-No si no me preocupo, sólo que esto es tan raro. Parece que
traman algo y…
-Jordan no molestes a Izumi, dijo Irene, ven trae el pastel a la
mesa.
-Yo no…
-Linda eres igual que tu padre, vamos.
-Este pastel está delicioso muy ligero y fresco…saboreó Santiago.
-Es el favorito de Izumi. -Informó su padre.
-Lo preparan en el restaurante dónde trabaja mi hermano, agregó
ella.
-Que por cierto manda saludos, no pudo venir porque los fines de
semana son muy pesados para él, pero dijo que cuando vuelvas a casa le llames
querida. Dijo su madre.
-Pues ya iremos a cenar un día por allá para conocerlo, espero que
pronto, intervino Irene. Gustan que pasemos a la sala. -Se comenzaron a
levantar todos. -Dejen así, ya después recogemos los platos.
Mientras vieron la colección de figuras de cristal que había en el
pasillo antes de llegar a la sala. Jordan e Izumi iban de la mano.
-Estos traman algo, lo sé, le susurró Jordan de nuevo. -Izumi sólo
apretó su mano en señal de silenciarla.
-¿Verdad querida?
-No te escuché papá…-le dijo Jordan.
-Sí que esta figurilla, me la trajiste de México…
-Sí, en una de las Olimpiadas de Ciencias Exactas, -contestó.
-De casualidad es aquella cuya sede se llevó a cabo en
Guadalajara? -Preguntó Izumi.
-mm si, ¿por qué?
-Yo participé en ella, pero en el área de matemáticas…
-Eso es maravilloso, o sea que se pudieron haber conocido y hasta
ahora coinciden, que romántico, -expuso Irene.
-Oye ya decía yo que me parecías familiar de algún lado, -besó a
su amada.
Se sentaron y tras un acomodo en la sala, el padre de Izumi se
puso de pie cerca de su esposa, carraspeó un poco llamando la atención.
-Gracias por su atención, agradecemos la gentileza de que nos
hayan abierto la puerta de su casa y la amabilidad con la que nos han tratado,
pero nuestra presencia aquí se debe a un motivo muy fuerte e importante…-miró a
su esposa quien asintió y luego miró a Izumi que sonrío con emoción.
Izumi tomó la mano de Jordan y la miró con infinito amor, lo que a
Jordan le pareció muy tierno y respondió apretando su mano y dedicándole una
sonrisa.
-Señor Santiago Gavaldón es un gusto para nosotros y hablo en
nombre de mi esposa también, que acepte nuestros respetos al preguntarle si le
concede a nuestra amada hija Izumi Durán Oshiro la mano de su hija Jordan para
unirse a ella en matrimonio.
Tanto Santiago como Irene se miraron y luego a Jordan, que estaba
perpleja por lo que había escuchado.
Santiago se aclaró la garganta, buscó la mirada de su hija a quien
pudo ver a los ojos con un brillo especial, que amenazaba con derramarse en
cualquier momento y asintió a su padre con una sonrisa.
-Agradecemos el honor de que su hija se haya fijado en la nuestra,
tomó la mano de Irene, y sin temor a equivocarme le digo que sí, será un placer
contarla como mi hija también de ahora en adelante. -Se puso de pie y le dio la
mano a Román y se abrazaron dando palmadas en sus respectivas espaldas.
Hasta ese momento Izumi había quedado en silencio, respirando
agitadamente, sosteniendo la mano de Jordan, los hombres quedaron de pie
mirando a Izumi.
Con la mano libre Izumi giró de la barbilla a Jordan para mirarla,
se acomodó en su lugar y aclarando su garganta, habló.
-Jordan… una mañana me desperté y lo supe, mi corazón latía y era
por ti, tú eres el aire que respiro, eres lo que ven mis ojos, eres lo que
alimenta mis sentidos, me enamoré del ser tan maravilloso que eres, mis padres
me han enseñado siempre lo correcto, tu eres lo correcto por eso estamos aquí,
te amo ¿ …quieres ser mi esposa?
Los ojos de Jordan soltaron ese par de lágrimas llenas de amor y
con sumo cuidado tomó ambas manos de Izumi las llevó a sus labios y las besó.
-Sí quiero ser tu esposa.
Izumi se acercó para sellar sus labios al tiempo que salían de sus
ojos lágrimas de felicidad. Lentamente metió la mano a la bolsa de su pantalón
y sacó una hermosa cajita, la puso frente a Jordan, ésta abrió la boca para
decir algo pero nada salió, esbozo una gran sonrisa levantando con cuidado la
tapa.
-Es precioso amor, casi como tus ojos, siempre que lo vea pensaré
en ti. -La besó otra vez.
Izumi lo sacó del estuche y se lo puso en su dedo anular izquierdo
y lo besó una vez en su lugar.
-Te amo Jordan.
-Te amo Izumi.
-Ejem, ejem, bueno vamos a celebrar, esto bien vale la pena.
Irene ya venía con la botella y Santiago con las copas, todos
brindaron y las damas se acercaron para ver el anillo de Jordan y se felicitaron
entre todos ahora crecía la familia para ambas.
Después de que se fueron los Durán, los Gavaldón subieron a
descansar, Jordan invito a Izumi al jardín, encendió las luces para iluminar el
exterior y se sentaron en el sillón, Izumi subió los pies y se recargó en el
pecho de Jordan quien la abrazó cariñosamente. Pepper las siguió, caminaba más
pesado porque al final había conseguido parte de un jugoso filete.
-Hoy ha sido un día maravilloso, después del que te conocí y
después del día que llegaste a casa a dormir por primera vez. -Levantó la mano
para ver el anillo. -¿Cómo has planeado todo esto?
-Mis cómplices han sido Ivonne e Irene, de hecho Ivonne debe estar
vuelta loca esperando que le cuente como ha ido todo, ja, ja, ja, desde la
semana pasada ideamos esto.
-Con razón estabas tan sospechosa, tenías prisa por ir aquí y allá,
si que ha sido una sorpresa. -Tenía las manos en su cintura y las fue moviendo
hacía los senos, la escuchó suspirar y se acercó a besar su cuello.
-Deja de hacer esto, nos pueden ver…
-Están arriba, seguro duermen después de tomar tanto vino.
-Entonces los podemos despertar… sentía la respiración agitada de
Jordan.
-No estamos haciendo ruido… todavía…
-Para, que me estas calentando, -susurró sensualmente. -Vamos
adentro… -intentó levantarse, pero Jordan la abrazó con más fuerza.
-De acuerdo, me voy a detener un poco ¿ya viste el cielo?
-¿Qué hay con el cielo?
-Se ven las estrellas desde aquí, me gusta estar aquí contigo
abrazaditas, es muy romántico, pero lo que has hecho hoy lo es también.
-Espera que lleguemos a la habitación y verás que se hacer cosas
más románticas. -Besó las manos de Jordan.
-Oye! que estas muy intensa hoy, me das miedo.
-¿Crees? Pues te informo que estoy en mis días fértiles y podemos
hacer un encargo a la cigüeña.
-Ja, ja, ja, te digo, sí que me das miedo, además debemos tener
cuidado, no quiero que crean que es el motivo de nuestro casamiento, aunque me
encantaría pasar tiempo contigo antes de que lleguen los pequeños.
-¿Cuántos querrías tener? ¿Lo has pensado alguna vez?
-No, nunca había pensado en ello, pero si me gustaría una nena de
ojos verdes, creo que tres sería un número bonito. ¿Y tú?
-No sé. Pero si me encantaría verte embarazada y cumplirte tus
antojos y todo eso.
-Primero llévame al altar y ya veremos después.
-Antes que nada voy a besarte para demostrarte cuanto me gustas,
voy a hacerte el amor para decirte cuanto de amo y luego…-la besaba… -luego vamos
a dormir desnudas y abrazadas, para volver a empezar…
Empujó a Izumi para ponerla de pie y se abrazó a ella por la
espalda, respirando en su cabello.
-Vamos adentro mi amor, que me has convencido.
-¿Estás segura?
-Sí, antes de que se pase el efecto del vino a los anfitriones.
-Nunca me imaginé que una colega podría cambiar la rutina de mi
mundo en un dos por tres y estoy más que encantada de que te hayas rendido,
porque me has dado trabajo.
Caminaron abrazadas hacía el interior, seguidas de pepper.
-Sólo necesitaba un poco de confianza en mí misma, mis temores
resultaron infundados y he recibido el apoyo de todos en el trabajo.
-Por cierto ya me compré unas zapatillas deportivas para ir a
correr contigo.
-De hecho correr era mi desahogo por ser soltera, contigo ya tengo
demasiada actividad. -Besó su oreja.
-Vamos juntas verás que es sano y nos dará más energía para el
trabajo, -le regresó el beso en la mejilla.
-Me parece bien, además creo que pepper lo agradecerá también.
Llegaron a la puerta de la habitación, seguían abrazadas.
-Bueno ahora tienes que ser un poco silenciosa ¿lo prometes?
Acariciaba su cadera provocativamente.
-Lo prometo… -hablando más bajito… -haré el menor ruido posible.
-Pepper… tú te quedas afuera. -Señaló la almohada y éste caminó
resignado. -Buen chico. -Cerró la puerta detrás de ella, abrió la boca y se
apoderó del cuello de Izumi, quien soltó un gemido. Jordan sonrió, en verdad
que su mujer era ruidosa, y la noche apenas comenzaba para demostrarle todo su
amor…
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me preocupa lo que pasará con este blog con las nuevas políticas de contenido... es uno de mis favoritos y realmente lamentaría muchísimo no poder leer sus geniales historias... gracias por ser un espacio que ha dado tantas alegrías a las amantes de la lectura ;)
ResponderEliminaresta historia es bella, gracias a la escritora por compartirla con las fans de La teta feliz :D
Hay al fin hay casorio jajaja... que lindoo... me encanta esta pareja...
ResponderEliminarExcelente historia en los top de mis historias favoritas esta en las primeras n.n
ResponderEliminarNo me puede dejar de encantar esta historia :))
ResponderEliminarVale (Colombia)
Y la continuacion? Lo dejaste en la mejor parte ...solo pido a dios que tenga continuacion.
ResponderEliminarMe acostumbré a un capítulo diario
ResponderEliminarhabrá otro??? este no puede ser el final :(
Espero el siguiente capitulo xfaaaaaaaaaa
ResponderEliminarEs en serio no hay mas... por favor no puede quedar así :((
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