Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

La Hija del Diablo - Ve C - 72 Parte 1

Capítulo 72 1ª parte

Despierto sobresaltada con los ojos llenos de lágrimas y las manos en mi vientre ¿Cómo explicar lo que soñé? Es feo y más ahora que voy hacer madre es aún más y tengo miedo de que vuelva a pasar lo mismo que en ese maldito sueño.  No sé si paso o no, pero creo que son recuerdos que en mi mente empiezan a despertar por así decirlo. ¿Por qué ahora? Intento secar mis lágrimas y miro a Luna dormir a mi lado después de un día y una noche como la que tuvimos es normal que no se dé cuenta de nada de lo que está pasando, no quiero preocuparla, suficiente preocupación tengo yo con esto de que andan asesinando angeles y mis sueños como para preocuparla a ella, mejor que se dedique a disfrutar del embarazo.  Cierro los ojos y suelto un suspiro, espero no volver a soñar algo tan feo, igual hay algo del sueño que no puedo dejar de dar vuelta. En mis otros sueños sacando el de Lucifer que me vi a mi misma, a los otros era como si estuviera viéndolos como decirlo desde afuera otra perspectiva, pero esta noche ha sido diferente.


Estoy en casa me siento mal y mi esposo ha salido, mis suegros han muerto quemados con la casa incendiada. Él y los hombres  que han estado trabajando en su casa desde hace años no sé dónde han ido quizás en estos momentos estén en la casa, el fuego habrá consumido toda la casa.
Ahora estamos en la casa del que es o mejor dicho era capataz de su casa, estoy en una habitación que han arreglado para mí, y más en la condición en la que me encuentro en estos momentos.  Estoy costada en la cama y no puedo darme vuelta por mi panza, tengo pocos meses pero ya está grande.
Por la ventana de la habitación se ve luz y voces, seguramente son las personas de la casa que están haciendo cosas, viendo sus animales, quemando basura, quien sabe. Me pongo la almohada en la cabeza para no escuchar los gritos. Quiero borrar la imagen de la muerte de mis suegros, no estoy segura de que solo hayan muerto ellos dos en esa casa, quizás algunas de las mujeres que ayudaban a mi suegra en la cocina también. Puede escuchar los gritos de ellos al ser quemados por las llamas y aun ahora puedo escucharlo, tengo cerrado los ojos y con una mano apretando la almohada para callar y borrar todo de su muerte en mi mente, con la otra mano acaricio a mi bebe que está inquieto. Un ruido en la puerta de la habitación hace que me siente sobresaltada en la cama.
-      Tenemos que irnos – escucho la voz de mi marido.
-      Apúrense – dice el capataz que está esperando del otro lado de la puerta.
Busco mi calzado y me lo pongo al igual que un abrigo y salimos por detrás de la casa es en ese momento que una espada atraviesa el cuello del capataz y caen desangrándose en el suelo. Mi esposo y yo a su lado intentamos de detenerlo pero es imposible.
-      Vaya la parejita – escuchamos una voz ronca que se acerca a nosotros, es conocida, es el cura del pueblo.
-      Aléjate de nosotros – dice sacando su espada y resguardándome tras su cuerpo.
-      Esa espadita no podrá conmigo – se sigue acercando con un candil en mano. Puedo ver sus ojos negros completamente sin ningún brillo.
Detrás de él más personas se acercan, tienen los mismos ojos que él e inclusos otros puedo verlos del color rojo. Me mira y sonríe de una manera que me da escalofríos, mis manos las llevo instintivamente a mi vientre, queriendo proteger de todo mal a mi bebe. Miro el cuerpo sin vida del capataz y tiene una espada también y la agarro para defenderme de ellos. No sé cómo se maneja ni cómo se pelea con una pero he observado muchas veces a mi marido. El comienza a pelear con algunos de ellos, estas personas parecen autómatas solo se defienden de sus ataques y muchos caen muertos ¿Por qué nos atacan? ¿Qué hicimos? Nada solo amarnos, casarnos y tener una familia. Este es el mismo cura que nos casó aunque había varias personas más con él, de túnicas blancas pero nadie que nosotros conociéramos. ¿Por qué está haciendo esto? No sé qué pensar tengo una mano en mi vientre y con la otra sostengo la espada, el cura no se ha acercado a mí pero está atento a los movimientos de quien nos defiende. Él sigue peleando con muchos de ellos que no se dan por vencido y hay unos cuantos más muertos. Puedo notar como el empieza a cansarse, puedo decir que aquí prácticamente está todo el pueblo, tiene unas heridas en las piernas y en los brazos. Siempre entreno duro pero nunca peleo tan así, los entrenamientos con mi suegro no se parecían nada a lo que está haciendo ahora.
Uno de ellos empieza acercarse a mí y lo esquivo, intenta agarrarme, sigo esquivándolo. Él por ver lo que hago se descuida y terminan hiriéndolo pero así y todo se acerca a mí y me defiende.
-      Basta – se escucha la voz autoritaria del cura – está herido no es tan difícil agarrarlo.
Camina hacia nosotros con pasos firmes y saca una espada, al estar frente a nosotros nos ataca y por su supuesto yo no sé manejar una espada y solo camino hacia atrás dejando que ellos dos luchen aunque tengo miedo por él, está herido, no sé cuánto más aguantara.
Han pasados minutos desde que empezaron a pelear pero que a mí se me hace eterno este momento y más al verlo con heridas, no puedo con esto. Y lo peor de todo es que no tengo la más mínima idea de porque nos ataca o mejor dicho nos atacan.
Veo como grita de dolor y la espada cae de sus manos llena de sangre. Las lágrimas caen de mis ojos al verlo de esta manera y llevo la mano de mi vientre a mi boca para ahogar el grito. No sé cómo habrá hecho para que la espada de su contrincante lo lastime de esa forma, quiero acercarme pero tengo miedo.
-      Agárrenla a ella – se escucha como les ordena y mi esposo se retuerce para venir ayudarme pero no puede porque el cura y otros dos más le sostienen fuertemente.
Veo en su mirada como me suplica para que me defienda y lo intentare pero nunca maneje una espada y estoy embarazada. Y este está muy avanzado, no puedo moverme con agilidad y tengo miedo, miedo de que intenten herirme la panza.
Solo uno se acerca y al igual que el anterior intenta agarrarme pero me mueve a un lado y levanto la espada atravesándole el pecho. Soy una asesina, este cae en el suelo pero de su cuerpo sale como algo negro y sus ojos vuelven hacer normales antes de cerrarse. Y otro al ver eso también camina hacia mí, con este es más difícil, no me ataca pero si se defiende de los ataques que yo doy con mi espada, en un descuido logro lastimarle un brazo y esto parece enfurecerlo y la rabia hace que se acerque a mi aún más de lo que ya estaba. Y también busca de alguna manera herirme con una mano por supuesto resguardo  mi vientre aunque manejar la espada con una sola mano me sea difícil. Él parece estar confiado de que no pueda moverme bien y más al ver como sostengo la espada. Lo observo y busco con mi vista el punto donde está su corazón.
-      Ya la tengo – dice al ver que está apunto de agarrarme y hacer que tire mi espada.
Le sonrió de una manera que solo yo puedo hacerlo y me mira a los ojos y también responde la sonrisa aunque la de él es lasciva. Baja su espada y se aproxima más de lo que ya estamos, levanto la espada y trato de sostenerla lo mejor que puedo mientras él no se da cuenta de nada. Levanta una mano para acariciar mi cabello y yo empujo la espada en su pecho y pongo todas mis fuerzas en esto. El abre los ojos sorprendidos y baja la vista donde se encuentra incrustada mi espada.
-      Perra – escucho que dice apenas audible.
Saco la espada y mientras él va cayendo, con la espada corto su cuello, la sangre sale abundante y no hay nada que se pueda hacer por él. Pasa lo mismo que con el anterior tipo algo negro sale de su cuerpo y desparece en el aire.
-      Todo tengo que hacer yo – dice el cura y mira a los hombres que están con el – atenlo.
Y dada esta orden comienza acercarse a mí, caminando firme, sin separar sus ojos negros de los míos.  Siento que me tiembla todo del miedo que le tengo ¿Qué nos hará?
Al acercarse, levanto la espada  en forma de protección, para que se asuste o lo que sea, algo que le impida acercarse  más.  De un solo movimiento con su espada hace que tire la mía y sin hacerme alguna herida, esta vez es él el que apunta y yo camino retrocediendo y protegiendo con mis manos mi panza, término dando con la puerta, no tengo escapatoria.
Aun con su espada en mano pasa una mano por mi brazo y me lo agarra fuertemente y lleva donde está mi esposo.  Este se encuentra atado en el suelo, dos hombres más están  introduciendo una madera bastante alta en un poso y alrededor ponen maderas más chiquitas que son para hacer fuego. Otros dos hacen otro poso.
-      Suéltala – escucho como habla mi amor y algunas lágrimas caen por sus ojos como por los míos.
-      Tranquilo – responde dándole una patada en la quijada haciendo que caiga hacia tras y mis lágrimas sean más abundantes – solo nos divertiremos un rato.
Con otros dos me obligan, mejor dicho de un golpe en la cara y otro en las piernas que termino cayendo de espalda y golpeando la cabeza, esto hace que empiece a ver todo borroso. Puedo distinguir su rostro muy cerca del mío hasta que siento una lengua babosa pasándome por la mejilla.  Muevo mi cara y puedo ver mis manos y piernas atada a estacas, me muevo para tratar de zafarme de estas ataduras pero es imposible. Escucho el llanto de mi marido que se encuentra igual que yo, no muy lejos hay un fogón y muchos de ellos están allí rodeándolo.
Puedo sentir como mi vestido es rasgado dejando mi vientre al descubierto, al menos sigo con la ropa intimas puesta, esta vez tengo más miedo, tiemblo de solo pensar de lo que me vayan hacer. Cierro los ojos fuertes sin dejar de llorar. Puedo percibir como alguien sube en mi cuerpo, no aprieta mi vientre pero al pasarme la lengua por el cuello y bajar por mis pechos, sé que es del cura, que de cura en estos momentos no tiene nada, muevo mis manos y piernas aunque sé que es difícil que me desate. Las manos del hombre recorren mi cuerpo que desde el embarazo ha cambiado, hasta que siento como mis pechos quedan al descubierto.
-      Déjala infeliz, es mi esposa, no la toques – escucho entre llantos los gritos de quien no puede defenderme o más ben defendernos.
-      Ya dije que te quedes tranquilo – siento como se aleja apenas de mis pechos sensibles en el cual ya ha pasado su asquerosa y maldita lengua – no le hare nada que tú ya no le hayas hecho a esta perra.
Nuestros llantos y la risa de lo que están cerca del fogón son lo único que se escucha en este momento. Vuelvo a sentir su lengua y sus manos jugar con mi pecho mientras frota su parte intima por la mía. Su lengua y demás caricias asquerosas se detienen al llegar a mi vientre.
-      Maldito crio.
-      ¿podemos hacer algo con eso? – dice otro que observa lo que él hace.
-      Claro que se puede hacer algo – responde el – pero quiero disfrutar de ella y no sé si se podrá.
-      Podrias intentarlo – responde este y se siento sus pasos alejarse.
En mi panza puedo sentir como algo afilado se pasea ¿Qué hará? ¿Me matara?  No sé qué será que intenta hacer ni porque lo hace, hace unos momentos deje de preguntarme qué pasa, aunque no entiendo la actitud del cura, no tengo respuestas para nada de lo que está pasando.
-      Ahh – grito al sentir como lo que estaba en mi vientre me lo atraviesa – mi bebe – digo sintiendo el dolor y esta vez no puedo hacer nada para protegerlo.
El dolor que siento es insoportable y más al sentir como esto que supongo es la espada se mueve interior haciendo daño a mi pequeño o pequeña. Ya no hay nada que pueda o quiera hacer, no quiero vivir después de esto. La fuerza de mi cuerpo empieza irse al sentir el dolor no solo físico también sentimental de la pérdida de un embarazo y si viviera luego de esto cosa que dudo seguro no podría tener más hijos.  Muevo mi cabeza hacia donde sé que esta la persona que me ha dado seguridad hasta ahora menos esta noche pero no es su culpa, abro mis ojos y me encuentro con los suyos que me trasmiten el dolor de lo que está viendo, la impotencia de no poder hacer nada por nosotros, por no saber que nos espera después de esto si es que hay después.
-      Déjala – dice y apenas se le escuche, sabe que no le hará caso y ya se ha quedado sin fuerzas como yo para seguir luchando.
La espada hace un tajo en mi vientre profundo y yo ya con esto no puedo, todo se vuelve oscuro, solo escucho las voces como un murmullo. Algo en mí se remueve y no sé qué será quiero abrir los ojos, quiero dejar de sentir dolor, quiero que esto no esté pasando pero no puedo hacer nada para cambiar.
-      Sería un niño – escucho como a lo lejos y ya no tengo lagrimas para llorar pero puedo sentir como mi corazón se quiebra en mil pedazos – estaba por nacer, lástima que ya no verá la luz del día. Entiérrenlo o tírenlo por algún lugar, como quieran. Ahora voy a divertirme.
-      Está llena de sangre – responde uno.
-      Eso no me importa, lo que yo quiero es estar entre sus piernas y ella todavía está viva, puede sentirme.
¿Cómo alguien que predica las cosas de Dios puede hacer algo como esto? No tiene explicación, al menos que este poseído por algún demonio ¿podrá ser? No creo que existan. Entonces ¿Por qué hace esto? ¿Por qué están todos los de pueblo? Al menos la mayoría, las personas más influyentes. Solo puedo sentir el movimiento de su cuerpo sobre el mío, para mí todo es oscuridad y más oscuridad luego de eso no hay luz, no hay nada por lo cual seguir, luchar, vivir, respirar, n hay nada… ¿Cómo podría alguien seguir viviendo? Si es que no muero desangrada, en mi cuerpo está la marca de los peores días de mi vida que recuerde. Creo que es lo único malo de mi vida, no, no es malo, es horrible, espantoso, no tengo descripción para esto.
-      Atenla allí – dice como si nada – tu zorra es deliciosa – Pobre mi amor, tener que ver todo esto – estaba media estrecha, al parecer no sabías como disfrutarla, bueno quizás haya sido por ese molesto bulto que era tu crio. Debe ser feo embarazarla a la primera que la pones sin disfrutar del sexo y de las diferentes poses que puede uno darle a las perras como ella, es más seguro tu tampoco sabes mucho del sexo. lástima que a mí no me gustan los tíos o sino en este mismo momento te estaría haciendo algo igual que ella, y créeme lo disfrutaría. ¿alguna que quiera romperle a él?
-      Yo – responden varios, intento despertar salir de la oscuridad, dejar de solo escuchar los murmullos.
-      Disfrútenlo.
Mi cuerpo está siendo movido a otro sitio y varias manos me manosean el cuerpo desnudo. Mi espalda cae contra algo duro, que es una madera o un árbol, quizás sea eso que estaban poniendo hace un rato cerca del fogón en la tierra.  Un grito se escucha y lo reconozco es de mi marido y es de dolor ¿Qué le mando hacer el infeliz? ¿No será…? No puede ser, escuche que solo hacen eso, aquellas personas que no creen en Dios o que eso paso en Sodoma y Gomorra, que esas prácticas sexuales entre hombres se dio allí.
-      Suéltenme, malditos.
Pobre él también está sufriendo y no solo por lo que vio de mi sino lo que le están haciendo, creo que ninguno de los dos querrá seguir con vida luego de esto, es demasiado para ambos.
Escucho como algunos de ellos parecen bailar alrededor del fuego mientras beben, abro mis ojos apenas estoy muy débil por todo, trato de enfocar mi vista, lo veo agachado y desnudo cierta parte de su cuerpo y entre dos le sostiene mientras un tercero le estuviera montando, se mueve hacia delante y atrás y las lágrimas otra vez caen de mis ojos que apenas puedo mantenerlos abiertos. No sé cuánto tiempo paso supongo que una eternidad hasta que lo veo colgado  a mi lado, esto me recuerda un poco a la crucifixión de Jesús, al menos así lo representan en la vía crucis con la diferencia que en ellos al colgarlos no hay maderas que parecen que prenderán fuego. ¿Nos quemaran como en una hoguera? Bueno esto ya parece una hoguera así que luego de todo los que nos han hecho supongo que lo harán.
Ellos siguen bailando alrededor de su fogata con el cura entre ellos, en un momento, se escucha silencio y las llamas del fuego son más altas.
-      Makaelis ¿Qué hacemos? – pregunta uno de ellos señalando nuestro cuerpo
-      Prenderles fuego, que no quede rastro de nada y más para Lucifer.
¿Lucifer no es el diablo acaso? Esto afirma mi sospecha de que están poseídos, todos.
-      Sabía que algo así pasaría – se escucha una voz que parece venir desde el fuego.
-      ¡Mi señor! ¡Lucifer! – dice el cura agachándose rápidamente en señal de respeto, los demás lo imitan torpemente.
-      ¡eres una caso… - puedo ver cómo sale del fuego como si nada, es más parece que este le acariciara el rostro y el cuerpo – perdido!
-      ¿Por qué lo dice? – responde sin levantar la vista
Lucifer luce terrible, poseído por la ira. Su larga cabellera rubia con bucles cayendo por su espalda ancha y musculosa, sus ojos azules chisporrotean furia contenida.
-      ¡me refiero a que por tu estúpida envidia, has hecho todo esto! ¡matar a un ser inocente y propasarte a quien no deberías ponerle un dedo encima!
-      Señor… pensé que no te afectaría en nada que yo hiciera lo que tú las veces anteriores no te has atrevido.
-      ¡cállate! ¡por tu culpa ahora no podre!
-      Señor… aún está viva, puede, si quiere.
-      ¡silencio! ¿crees que por lo que has hecho los demás van a seguirte a ti? ¿Qué no conseguiré mi victoria?  Nada ni nadie, ni mucho menos una basura como tú podrá sentarse en mi trono ni llegar a donde yo llegare.
Se acerca dónde nos encontramos nosotros y observa a mi esposo con desprecio, rabia, al estar frente a mí su mirada cambia, es ¿lastima? ¿Por qué?
-      Si me hubieras elegido a mí – dice mirando esta vez mi vientre abierto que sangra, ya se me cierran los ojos – nada de esto hubieras pasado nunca, serias reina y estos estarían bajo tu mando, dominaríamos el mundo.
-      Gracias… por la proposición pero no, jamás podría hacerle algo como esto – m señalo con la cabeza el cuerpo – a alguien más.
-      Eres una idiota – responde – pues nunca te dejare ser feliz.
Un sonido repugnante se escucha en el silencio de la noche y el campo. Se escucha un gemido, y gritos de los que están cerca de la fogata e incluso la voz del cura escuche, el fuego los consume todo.
Donde nos encontramos nosotros comienza a prenderse fuego, solo quedamos él y yo. Cuando nos casamos dijimos: en la riqueza y en la pobreza, en la salud y enfermedad, en la buenas y en la mala y hasta que la muerte nos separe y eso va a suceder, solo la muerte puede lograrlo.
Me giro y lo miro. Me encuentro con esos grises trasparente, que me muestran su amor, su dolor, la impotencia de que estemos ambos así y no sabemos porque. Sé que el daría su vida porque nada de lo que pase hubiera pasado o al menos borrarlo y poder hacer que todo fuera como antes.
-      Javi…er – son mis últimas energías, el calor del fuego empieza a llegar a mis piernas. Abro los ojos lo más que puedo – ¡Te amo!
-      ¡Te amo! – responde entre toces.
Nuestros ojos quedan enganchados. Al menos en lo último que me queda de vida quiero ver ese color gris con ese brillo especial que es el amor, su amor.  Esos ojos que me dice en otra vida mi amor, recuerda nuestro amor es para siempre y para siempre significa la eternidad. Te encontrare, no importa dónde o con quien estés. Nuestro amor es demasiado fuerte y puro.
No puedo gritar al sentir como me quemo, ya no tengo voz, ya no siento nada. Mis ojos se cierran para no volver abrirse.

Esos ojos…. Son los mismo ¿pero no puede ser o sí? solo ha sido un muy muy mal sueño.
Me meto en la ducha mientras algunas lágrimas por ese sueño tan real que tuve las dejo caer. Necesito de alguna forma liberar lo que siento, voy hacer madre y ese sueño me afecta demasiado, ni siquiera puedo ponerme analizar y pensar en lo que paso anoche con Luna, por un lado fue maravilloso pero por otro no, no quiero ilusionarla, no quiero romperle el corazón.
                                                        ****
Despierto y me encuentro desnuda y sola en la cama. Recuerdo la magina noche que tuve con Luz y no sonrisa boba se posa en mi cara, y con una de mis manos acaricia mi vientre para saludar a mis bebes, que espero sigan así de tranquilitos creciendo en mi interior.
Llevo mi mano a la almohada de mi esposa y la encuentro totalmente mojada al igual que el lugar donde ella duerme, no es la primera vez que esto pasa ¿tiene pesadillas? Joder si es así y no he despertado en esos momentos, pero bueno por un lado ella entiende que desde que estoy embarazada me gusta dormir un poco más pero por el otro me siento mal. También es raro que no me lo haya dicho a pesar de ser esposas somos amigas. Al menos que no quiera preocuparme ¿acaso tiene que ver conmigo o con nosotros?
Escucho la ducha en el baño y me levanto de la cama para ir a meterme a la ducha con ella. La puerta esta arrimada y puedo escuchar leves sollozos en el interior ¿Por qué esta tan mal? ¿Una pesadilla puede afectarla de esta manera?  O ¿es algo más? No sé si entrar o meterme en la cama.
Me estoy volviendo a la habitación, pero decido entrar en el balo y mejor que esté con nosotros, al menos el sentir a los bebés, pueden hacerla sentir mejor a lo que sea que le esté pasando. Me duele verla de esta manera.
Entro en silencio, tiene la cabeza apoyada en la pared mientras el agua cae por su espalda, dios parece que fui un poco salvaje anoche, ya que tiene algunas marcas de mi uñas, al menos son mías y no de alguna otra. Me relamo los labios al verla toda desnuda ante mí, sus nalgas son una tentación, bueno en realidad toda ella lo es.
Al estar tras suyo paso mis manos por su cintura y la abrazo mientras apoyo mi cabeza en su espalda, puedo sentir como ella separa la cabeza de la pared y deja que su cara y cabello sea mojada por el agua ¿está queriendo borrar los rastros de sus lágrimas? M e duele que este de esta manera, hasta ahora nunca la había visto ni escuchado llorar.
Deposito besos en su hombro y espalda, ella con sus manos acaricia las mías. Mi vientre está apoyado a ella, de alguna forma quiero que sienta a los peques, que no esté sola, que estamos nosotros para lo que sea que tenga. Se gira lentamente y esta vez nuestros vientres son lo que se apoyan  un poco, deja sus labios en mi frente unos instantes. Al separarse de mi abro mis ojos y le sonrió mientras acerco mi rostro al suyo, me devuelve la sonrisa ante de que nuestros labios en un beso.
-      Te extrañamos en la cama – digo al sentir sus manos en mi vientre – nos dejaste, eres mala.
Solo sonríe mientras sigue acariciando todo mi bulto y despacio va agachándose y como desde que supimos que son tres los bebés, deja tres suave besos para ellos y sonríe.
-      Los voy a cuidar – dice mirando mi vientre y rápidamente vuelve a mis ojos y me encuentro con sus ojos un poco rojos y con miedo – con mi vida.


------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Ve C - Derechos Reservados
© Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del autor.

4 comentarios:

  1. Con este capitulo me doy cuenta que Lucifer no es tan malo como aparenta y que el tambien puede encontrar redencion en esta vida, porque el quiere a luz y esta vez al ser su hija puede salvarla y salvarse el. Lo malo es makaelis el si el maldad pura... mientras que ese sueño le muestra a luz que su verdadero amor es ari... como siempre en todas sus anteriores vidas... me preocupa es luna, no me gustaria que muria pero tampoco quiero que quede con luz... que problema... bastante bueno el capitulo y esperando mas para el desenlace

    ResponderEliminar
  2. Este capitulo me calo en lo más hondo. Me encanta toda la historia y más que empecemos a leer q en las otras vidas ellas se han amado hasta la muerte y que esta vez no debe tener final su historia por que cuando es amor los finales no existen .

    ResponderEliminar
  3. Que manera de amar!!!
    Gracias como siempre por compartir esta espectacular historia.

    Abrazos, Luisa V.

    ResponderEliminar
  4. Otro , otro , otroooo.......
    Saludos ;P

    ResponderEliminar

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...