Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

La hija del Diablo - Ve C - 66

Capítulo 66

En este momento siento mi corazón estallar en mil pedazos. Solo puedo escuchar como un zumbido dentro de mi cabeza. Como la sangre fluye a toda velocidad por mi cuerpo. Siento como dentro de mí poco a poco todo se va marchitando, como una rosa, siempre me gustaron las rojas pero pasado el tiempo se vuelven negra, en este momento por dentro me siento así.
Podía esperar cualquier cosa de mi llega pero algo de manera no.  Muchas cosas puedo esperar de la vida pero ¿esto? Lo que me molesta en este momento es la confianza destruida que ahora está hecha añicos. Dicen que la confianza es una cualidad de los seres vivos que supone creer o tener seguridad, de que una situación es de determinada manera, o una persona actuara de determinada forma.

En este caso la seguridad que tenía en que todo iba bien, que después de salir de la cárcel, todo iría bien y nada más pasaría me encuentro con esto. Maldita la vida que desde siempre me pone trabas.
-      ¡Agos! – escucho la voz fuerte de mi padre.
Ari y Damián se separan rápidamente y en sus ojos veo sorpresa, miedo y algo más que no se describir pero no me importa. De ahora en más ella dejo de importarme. ¿Cuántas veces se habrá besado con él? ¿Por eso no iba a verme a la cárcel? Tengo que felicitarlo a Damián otra vez usando sus sucios trucos consigue lo que quiere.
Me giro y camino hacia mi padre, que al ver la misma escena que yo se quedó sin acercarse a mí.
-      Dime padre – respondo acercándome a él.
Mira mis ojos como intentando encontrar algún indicio de dolor por lo que acabo de ver, pero estoy segura que solo ve un rostro duro y la mirada fría. También debo agradecerle que me mandara a ese internado, el ocultar mis emociones lo aprendí allí.
Nuestro profesor de Educación Física nos decía que mostrar nuestras emociones era signo de debilidad, y mostrarla era dejar que el rival nos ganara. Ya sea las emociones por dolores físicos o sentimentales.
-      ¿estás bien? – pregunta sin dejar de mirarme a los ojos.
-      ¿tú me ves mal? – respondo también sin dejar de mirarlo.
-      No, pero…- decide callarse supongo al ver mi mirada – lo que venía a decirte es que ¿recuerdas que te lleve a entrenar con mi gente no?
-      Si padre, todavía no perdí la memoria ¿Qué pasa con eso?
-      Hay un hombre más bien una familia – contesta poniendo su mano en mis hombros y caminamos a la casa – y quiero que tu vayas a ya sabes darle una advertencia, eres mi heredera y quiero saber que tal manejas este asunto. Él inepto de Damián estaba llevando ese asunto, pero estos días le he dicho mil veces de que se hiciera cargo de ese asunto y ha estado… - vuelve a callarse. Se lo que quiere decir a estado con ella – por eso necesito que tú lo hagas y también que le saques cierta información, solo diles que te den la dirección de ELLA y yo los dejare en paz, por ahora al menos.
-      No pensé que me encargarías algo de eso. soy una novata – respondo y la verdad es que no quiero hacer eso – y ¿si algo sale mal?
-      Hija sé que tú puedes, tienes potencial. Lo único que puede salir mal es para ellos, si no colaboran, has de lo que te acusaban – su mirada esta oscurecida y fría – mátalos, no tengas piedras con esas escoria.
Un escalofrió recorre mi cuerpo al escuchar eso ¿acaso serán angeles? Por eso él quiere que me deshaga de ellos.  Jamás haría algo así, tengo que averiguar porque él quiere deshacerse de ellos.
-      Espero no decepcionarte Padre – respondo parándome en el frente de la casa y mirando hacia la nada - ¿a qué horas quieres que vaya para allí?
-      Tú jamás podrías hacerlo, puedes llevar refuerzos para que todo salga a la perfección. Y ellos estarán en casa alrededor de las 20hs para la cena.
-      Entonces iré a preparar para salir en cualquier momento hacia allí – camino hacia la casa y me giro a mirarlo – mándame la dirección a mi móvil, enseguida te paso mi numero nuevo.
Solo asiente mirándome como si intentara descifrar como me siento por el engaño de esos dos. La verdad de Damián me espero cualquier cosa en esta vida pero de ella no. Mi mente todavía no lo asimila, le pedí que confiara en mí y cuando se lo dije me refería a esto a que le pasaba a ella con Damián si quería estar con él, le dejaba el camino libre, no era necesario que me engañara o jugara con los dos de esta forma.
                                                    ****
Necesito hablar con Agos y explicarle lo que vio. Este maldito me beso y pareciera que yo le estaba respondiendo. Él tiene fuerza y me apretó su cuerpo y yo no pude hacer nada. No es una justificación pero ¿Qué sabía yo que él me iba a llegar en el lago y besar? Bueno eso de besar y separar de su hermana porque la odia aunque intenta ocultarlo era más que obvio.
¿Será por esta razón que se odian? Digo que él les besa a sus chicas.
-      Perdón – dice Damián al ver caminando hacia la casa.
-      ¡déjame en paz! – respondo dándome vuelta y mirándolo.
Tiene la cabeza baja como queriendo darme lastima y la verdad otra podrá creerle pero yo no.
-      En verdad lo siento – contesta el – tú me gustas y no pensé que mi hermana llegaría. Hablare con ella, voy a explicarle todo – al decir esto último veo un brillo de maldad en sus ojos.
-      Tú no le vas a decir nada. la que va hablar con ella soy yo. No me fio de ti.
-      Eso duele.
-      A mí me da igual si te duele o no. Me importa un comino lo que tú sientes. Vuelvo a repetirte, déjame en paz, no te quiero cerca de mí.
Me doy vuelta y continúo caminando. Me falto ponerle límites y ahora estoy así no solo por su culpa, porque ha empezado a mostrarse como es, y que lo que quería y quiere es verla sufrir a ella, y yo por imbécil de creer que no sería capaz y averiguar si él tenía algo que ver de lo que estaba presa.
¿Qué estará pensando ella de mí? Mierda, encima Antón me vio. Él sabe que estoy con su hija y ahora esto. En esto momentos lo que el piense de mi es lo que menos me importa. Subo de dos en dos las escaleras y llego a su habitación, respiro profundo y trato de calmar mis nervios. Golpeo la puerta esperando que me diga que puedo pasar pero no escucho nada. Agarro el picaporte y abro la puerta lentamente.
No puedo creer lo que veo. Ella se está cambiando y su abdomen tiene marca de golpes.  Me acerco rápidamente para preguntarle que paso y ayudarle a ponerse una ¿faja? Al darse cuenta de mi presencia, levanta la vista y sus ojos azules se encuentran con los mío.
Me detengo a medio camino al ver la frialdad en su mirada. Son dos luceros apagados y se han vuelto un tempano de hielo. Entiendo que me mire de esta forma, esta dolida. Todo este tiempo no le he dicho la verdad y ¿si ella lo sabe? Es seguro que debe saberlo.  No he ido a verla en la cárcel y si debe pensar que por él, de cierta manera fue así, pero quería ayudarla.
-      ¿Qué quieres? – pregunta al seguir acomodándose la faja.
-      Podemos hablar – respondo intimidada por su voz.
-      No creo que se pueda – responde poniéndose una camiseta negra, puedo ver un gesto de dolor en su cara, debe ser de lo que vi en su abdomen – tengo cosas que hacer para mi padre.
-      ¿Qué cosas? – pregunto y no sé porque lo hice.
-      Hacer  algo de lo que me han estado culpando – ella no siquiera me mira, el pantalón que se pone también es negro- asesinar alguien – dice como si nada.
Es una respuesta que no me la esperaba. Ella debe creer que al no ir a visitarla en la cárcel es porque creí que lo que decían lo hizo ella. La observo parada frente al espejo atándose su cabello en una cola alta, lo tiene más largo que cuando llego.
-      Agos…  empiezo hablar y ella solo me mira a través del espejo.
Espera a que hable pero no puedo, no sé por dónde empezar.  Bueno es fácil por donde debo empezar, por lo que vio hace un rato, pero es que al ver su mirada fría me intimida. Vuelvo a mirarla y en su reflejo en el espejo la veo a ella pero parece estar toda de blanco y unas alas grandísimas de color blanco con un color azul índigo podría decirse, se ven hermosas. ¿Cómo puede ser esto? Ella esta vestida toda de negro, miro a su cuerpo  y el espejo y sigo viendo dos cosas diferentes. Cierro los ojos, quizás el tener que hablar con ella y el miedo que tengo hace que este viendo estas cosas. Al abrirlos ella ya no se encuentra frente al espejo así que no puedo comprobar lo que vi.
-      ¿vas a volver? – pregunto al ver como agarra una campera y su móvil y está dispuesta a salir.
-      No sé – responde al pararse a mi lado y mirarme fijamente.
Escucho como la puerta como se cierra cuando reacciono. Salgo rápidamente tras ella, necesito que me escuche, no soporto que me mire de esa forma tan fría, sin ninguna muestra de cariño. Yo me la he buscado por idiota, ahora tengo que arreglarlo como sea.
                                                  ****
Llego al comedor donde están sentados mi madre, padre y ese que cuando era chica solía llamarlo hermano.
-      Papa – deja de hablar con mi madre para posar su vista en mi – ¿podemos hablar a solas?
-      Hija ¿no vas a saludar a tu madre? – dice Gabriela y me mira.
No sé porque, tengo la sensación de que mi madre prefiere a ese más que a mí. Bueno es normal él estos años que yo no he estado aquí a estado ganándosela y también está el hecho de que tampoco fue a verme estando encerrada, de mi padre era entendible pero ¿ella? esta todo el día en la casa o con sus amigas tomando el té, shopping, y demás cosas superficiales.
-      Hola madre – respondo con una sonrisa fingida.
Veo como abre los brazos para que me acerque abrazarla pero no lo hago. Damián me mira y por supuestos en sus ojos veo que está feliz de que lo haya visto con Ari pero por otro lado furioso de que me hayan dejado en libertad o mejor dicho de que su abogado no le haya avisado nada de que me dejarían en libertar aunque a estas alturas debe saber que están encerrados e investigan a los tres y sus cómplices.
-      Por supuesto pequeña – responde mi padre poniéndose de pie – vamos a mi oficina.
Sigo a mi padre en silencio, conteniendo todo lo que siento en estos momentos.
-      Dime – contesta parándose a mi lado en la ventana después de servir dos vasos de whisky.
-      Lo único que quiero es que tu gente no me siga esta noche- me observa en silencio, bebe de un trago todo el contenido del vaso – ni siquiera ese – señalo el comedor – quiero hacer las cosas a mi manera.
-      Hija no quiero que pienses que desconfió de ti pero ¿Por qué?
-      Porque eso va hacer una masacre – respondo sin dejar de mirarlo para que no sospeche mis intenciones – y si ellos me siguen o tu hijo, te juro que no respondo.
-      Está bien entiendo que quieras hacerlo de esa manera ¿si necesitas refuerzos?
-      Papa eso no lo voy a necesitar – digo mirando el patio donde se ven sus hombres – tú no sabes lo que pase en ese internado donde me mandaste. Se defenderme y cuidarme sola.
Además qué más da si muero. A él solo le importa que se quedara sin heredera y tendría que aceptar a ese hijo que tiene, que por cierto en maldad se parecen. No puede negar que no es suyo. Si él le apoyara como a mí, estoy muy segura que sería el hijo que el tanto desea, pero mi padre sin saberlo lo está convirtiendo en lo que quiere que yo sea.
-      ¿te informo cuando este hecho?
-      Si – responde volviendo a servirse otro trago.
-      Entonces ahora te llamo – contesto y me acerco a la puerta para irme.
-      Es temprano para que vayas – ahora si me mira de manera extraña.
-      Tranquilo que no voy allí. Tengo otras cosas que hacer primero – eso es mitad cierta, necesito hablar con Uriel.
-      Le pedí a la cocinera que hiciera tu plato favorito para cenar en familia.
Lo miro incrédula ¿en verdad quiere que me siente en esa mesa? después de lo que he visto lo que menos quiero es ver la cara de Damián porque no dudaría en clavarle el cuchillo en la frente, algo que se lo tiene más que merecido.
-      Esta noche eso no será posible – contesto y salgo de allí sin esperar su respuesta.
Busco mi moto y cuando voy saliendo para irme, veo como mi madre hace seña para que me detenga y ¿ahora que quera?
-      Tu padre me dijo que no te quedas a cenar con nosotros. Espero no sea por lo que ha pasado con Ari y tu hermano.
-      Madre – digo suspirando, no tengo porque hablar de estos temas con ella – tengo cosas que hacer.
-      Hija solo te pido que no odies a tu hermano porque esa chica lo beso – dice esta.
-      ¿tu como sabes que fue ella? – respondo sin dejar de mirarla.
-      Agos – dice – no tengo porque decirte esto.
-      ¿Qué no puedes decirme? Pero si puedes pedirme que no lo odie y no me explicas por qué dices lo que dices. Sabes que mi padre, él y tú, puede dejarme en paz.
-      No me hables así Agostina.
-      Te hablo como quiero. Ve hacer de madre con él, que lo necesita más que yo ¿Dónde estuviste estos días? O ya se cuidándolo al tu hijo, porque él lo es más que yo ¿no?  Te recuerdo que a mí me pariste, llevo tu sangre, no ese, pero no importa.
-      Él me conto – responde suspirando – me dijo que ella fue quien lo beso. Él no te traicionaría de esa manera.
-      Jajaja – suelto una carcajada y Gabriela me mira enfadada - ¿tú le crees? – pregunto al intentar contener la risa.
-      Si le creo – dice y se le nota el enfado en la voz – él no tiene la culpa que esa chica haya estado jugando contigo.
-      Gabriela tu no conoces a Damián y de lo que es capaz, pero gracias me acabas de demostrar que clase de madre  tengo. Vuelvo a decir deberías estar apoyándome a mí y no a él.
-      Es tu hermano por dios, como puedes creer que sea capaz de algo así.
-      No es mi hermano, yo no tengo hermanos y créeme que sé muy bien de lo que es capaz. La que no lo conoce y no sabe nada de él eres tú. No te preocupes, algún día vas a darte cuenta. Lástima que para entonces ya has perdido una hija, tu única hija por cierto. Chau madre.
Acelero la moto y me voy. No me quedo a esperar su respuesta, es obvio que ella lo va a defender a él. Es obvio que no lo conoce y de todo lo que es capaz. Ella debería haberle dicho algunas cosas a él y no a mí, reacciono como si yo hubiera besado a su novia.
Idiotas. Al llegar a la ciudad me detengo y saco el móvil para hablar con U.
-      Hey – responde al segundo tono - ¿Qué tal todo en casa?
-      Mal – respondo – necesito que averigües algo por mí.
-      Dime – menos mal no pregunta que ha pasado.
-      Mi padre quiere que haga uno de sus trabajos sucios – le comento lo que me ha dicho - ¿crees que sean nefilim?
-      Es muy probable que si – respondo al parecer está pensando – es la única forma que quiera deshacerse de ellos, debe ser de lo que no están en su bando ¿quieres que vaya contigo?
-      He pensado lo mismo. Si me gustaría que vinieras conmigo creo que sabrías de que bando están. Llama al piloto del avión y dile que lo prepare – respondo – y necesito algo más que consigas.
-      ¿Qué más quieres?
-      Un par de cuerpos – contesto sin preámbulos.
Solo se escucha silencio del otro lado de la línea. ¿Qué le pasa a este?
-      Antes que nada quiero saber para qué quieres eso.
-      U, yo no los voy a desaparecer de la forma que quiere mi padre, pero el seguro manda averiguar que paso o puede hacerlo ese que dice ser mi hermano. sería mejor que alguien encuentre los cuerpos y salga en la noticia, sería más creíble.
-      Me gusta cuando usas tu cabeza. Tienes razón, veré con quien puedo hablar para que saque dos cuerpo sin reconocimiento y familiares de la morgue.
-      Bien – contesto y le paso la dirección de un bar donde voy hasta que sea hora de pasar por esa casa – nos vemos.
-      Nos ve… - corte el móvil antes de que pueda terminar.
Enciendo la moto y miro alrededor para ver si mi padre bueno Damián no ha mandado a seguirme nuevamente. Me marcho del lugar donde encuentro y llego al bar. Al ser día de semana no hay mucha gente, solo un par de borrachos que no puedes estar lejos del alcohol un día.
Me siento en la barra y veo como varios de ellos me observan, algunos incluso cuchichean, seguramente tratando se ponerse de acuerdo para ver quien se me acerca primero.
-      Hola – saluda la chica que está atendiendo con una sonrisa- ¿Qué te sirvo?
-      Hola – contesto con apenas una mueca en mi rostro – tráeme una botella de Vodka.
-      Bien – dice dándose la vuelta y pasándome la botella con un chupito - ¿Qué hace una chica guapa como tu queriendo bajarse una botella sola?
A no, lo que me faltaba, tener que contarle a esta chica que ni siquiera sé cómo se llama lo que pasa en mi vida en estos momentos.
-      ¿necesito algún motivo para sentarme a beber aquí? – pregunto mirándola
-      No, disculpa si te incomode – responde yéndose atender a otro cliente.
Me sirvo el vodka y de un trago me lo bebo, repito esta acción un par de veces más.  uno de los borrachos se acerca a una rocola que se encuentra en un rincón del bar y luego de unos minutos de estar intentando poner la moneda lo logra y empieza a sonar una canción que por el estado en que él se encuentra dudo que la haya elegido.
Silencio, silencio.
Yo no quise besarte.
Tú no querías enamorarte.
Nunca quise hacerte daño.
Nunca quisimos que esto significara mucho.
¿Cuándo me quise enamorar? En ningún momento, no quería terminar con el corazón como lo tengo ahora. Eso no significa que haya querido jugar con las mujeres. Una relación donde quisiera mucho a la otra persona estaba bien para mí. Enamorarte siempre ha sido el darle el poder a otra persona para que te destruya, también a tus enemigos. Eso es lo que ha hecho ahora Arikel y Damián.
Silencio, silencio ahora.
Quería mantenerte
Por siempre a mi lado.
Sabes que lo sigo queriendo.
Y todo lo que quería era creer.
Sigo bebiendo, pero lo que quiero es agarra y tomar desde la botella, borrar el beso de él con ella. Olvidarme de que el beso sus labios ¿Cuántas veces lo habrá hecho? A pesar del dolor que siento por el engaño de Ari, sigo queriendo estar con ella, siempre. Pero yo no puedo perdonar su mentira, todo este tiempo a menos desde antes que yo fuera presa estaba viéndose con él con la excusa de cenas con inversionistas, socios, etc.
Silencio, silencio ahora.
Así que adelante, vive tu vida.
Así que adelante, di adiós.
Tantas preguntas pero no pregunto porque (pero no pregunto por qué)
¿Por qué voy a preguntarme o preguntarle por qué? Ella me dijo muchas veces que no le gustan las mujeres. Supongo que he sido solo un experimento en su vida. Veo la botella y está casi vacía, me sirvo todo el contenido y le hago seña a la cantinera que me traiga otra botella.  Habiendo tantos hombres, tuvo que enredarse con el que quiere verme destruida. Por el motivo que haya sido, ya sea para definir lo que siente por mí, si le siguen gustando los hombres o no, pudo buscarse a cualquiera. Lo que hace peor su engaño es eso.
Así que esta vez ni siquiera lo voy a intentar.
Silencio, Silencio ahora.
Silencio, Silencio ahora.
Cuando Intento olvidarte
Sigo recordando
Lo que tuvimos fue tan real.
De alguna manera lo perdimos todo.
Si sigo recordando su beso con él y los besos que me ha dado a mí. ¿Se ha besado con el antes de besarme a mí? Si tan solo hubiera sido sincera.
Silencio, silencio ahora.
Silencio, silencio ahora.
Así que adelante vive tu vida
Así que adelante, di adiós.
Tantas preguntas pero o pregunto por qué (pero no pregunto por qué), no.
Así que adelante vive tu vida
Así que adelante, di adiós.
Tantas preguntas pero no pregunto por qué (pero no pregunto por qué)
Quizás algún día, pero esta noche no.
Silencio, silencio ahora.
Silencio, silencio ahora.
Quizás algún día sepa que paso esta tarde. Esta noche al parecer ella quería decírmelo y quías aun quiera decírmelo, por eso pregunto si esta noche volvía a esa casa.
No, no, no se te ocurra decir una palabra (palabra)
De lo que alguna vez pensaste oír (oír)
No le digas a nadie
Lo que sabes.
Trate de ocultarlo pero sigo creyendo que
Nosotros estábamos destinados a ser (ser)
Pero nunca podría dejarte ir, no.
Silencio, silencio ahora.
Silencio, silencio ahora.
Así que adelante vive tu vida
Así que adelante, di adiós.
Tantas preguntas pero no pregunto por qué (pero no pregunto porque), no.
Así que adelante, vive tu vida
Así que adelante y di adiós
Tantas preguntas pero no pregunto por qué (pero no pregunto por qué)
Tal vez algún día, pero no esta noche
Silencio, silencio ahora
Silencio, silencio ahora.
¿Estamos destinadas? No lo sé, pero primero fue cuando éramos chicas que se fue el día de mi cumpleaños, segundo el internado y tercero ahora. Creo que en la mayoría de las veces pasa algo, dos tuvo que ver Damián. Quizás eso significa que no debemos estar juntas.
-      No deberías estar tomando – escucho la voz de Uriel a mis espaldas - ¿segura que vas a poder hacer esto?
-      Si – respondo bebiendo otro trago - ¿hiciste lo que te pedí?
-      Debió pasar algo en tu casa para que estés así – contesta y paga la cuenta – vamos. Y si, fue lo primero que hice, me costó conseguir, pero lo logre.
-      Tú lo sabias ¿no? – digo mientras él me saca del brazo, no estoy borracha pero él cree que si – por eso tu cara hoy.
-      No te lo voy a negar. Siguiendo a tu hermano los vi en un restaurant cenando y el no pedía oportunidad de coquetearle.
-      Si eso ya lo suponía – respondo soltándome de su brazo – ando en la moto, tendrás que seguirme.
-      No quiero que conduzcas en ese estado.
-      No estoy mal – me subo y la enciendo - ¿me sigues sí o no?
-      Bien – suspira dándose por vencido – te seguimos.
Lo observo y me hace seña de dos autos y una camioneta donde supongo van los cuerpos que pedí. Espero a que el suba en el auto y acelero, de a ratos dándome vuelta para saber que me sigue. En unos diez minutos yendo por calles poco transitadas llegamos a la casa. Es una casa bastante grande, no una mansión pero si lo suficiente. Tiene cámaras de seguridad y nos cuantos hombres por lo que observo.
-      ¿Cómo hacemos? – dice Uriel parándose a mi lado.
-      Vamos tú y yo primero – respondo cerrando los ojos y soltando el aire despacio por lo que voy a decir – sabes que los de seguridad no puedes quedar respirando ¿no?
-      No es necesario matarlos. Podemos llevarlos algún lado.
-      ¿Sabes lo que pasara si se entera Antón?
-      Puedo llevarlos a Italia conmigo – responde – los tendré controlado.
-      Está bien pero al entrar hay que dejarlos inconscientes para que no llamen refuerzos o escapen.
-      Bien entendí tu punto – contesta.
Me ayuda a subirme al muro que por suerte no es tan alto. Si no estaría en problemas. Al entrar a la casa nos encargamos de los de seguridad y Uriel hace entrar a los hombres que trajo con él. Busco a la familia, en la cocina solo están los empleados, que aunque no quiera me encargo de ellos y aviso a Uriel. Subo las escaleras y escucho la voz de una mujer al parecer esa leyendo un cuento, me acerco despacio y si como lo dije le está leyendo el cuento a una pequeña de unos cuatros años.
Al verme entrar con un arma se asusta y abraza a la niña.
-      ¿Quién eres? ¿Qué quieres? – dice con la voz temblorosa.
-      ¿Dónde está tu marido? – respondo apuntándola a la niña.
Odio tener que hacer esto pero es la única forma de que hable.
-      No le hagas daño – la mujer llora.
-      Si no quieres que pase eso, entonces habla y responde mi pregunta.
-      No lo sé – responda esta vez llorando más fuerte – se lo llevaron ayer.
-      ¿Quiénes?
-      Eran unos tipos encapuchados. La policia se está haciendo cargo del caso.
-      Mierda – respondo ¿Quién está atrás de esto? ¿será que Damián sabía y mando a su gente? Bueno él no sabía que saldría de la cárcel.
Doy vueltas por la habitación. Pensando que hacer. Necesito Información.
-      ¿Por qué andan detrás de su familia? – pregunto.
-      Somos gente honrada, no andamos en nada ilegal si quieres saber.
-      Sabes algo que Él quiere – digo y sus ojos se abren en grande, parece que sabe a lo que me refiero.
-      ¿tú no sabes? – pregunta la mujer.
-      Las preguntas aquí las hago yo. Si lo supiera ¿crees que estaría aquí?
-      No, ya veo que no sabes. Y no puedo decírtelo. Tendrás que matarme.
-      No me tientes.
En eso llega Uriel y ambos se miran como reconociéndose.
-      ¿Uriel?
-      Hay no  - respondo -¿se conocen?
-      Ella es de la nuestra – dice abrazándola y mirándome – después te contare-
-      Su esposo no está, un cadáver debe volver a la morgue.
Él no dice nada, sabes que no tenemos tiempo. Que tenemos que salir de esta casa pero antes tengo que llamar a mi padre.
-      Vamos abajo – digo mirándoles a los tres, la niña desde que llegue no me ha sacado los ojos de encima – trae una cinta.
-      ¿para qué?
-      Ta veras.
Al bajar las escaleras e ir donde están los sillones. Y siento el olor feo de los cuerpos. Hago una seña a los hombres que trajo Uriel y pido que lleven el cadáver masculino a la camioneta. Cuando ellos llegan, las hago sentar a las dos en el sillón, y coloco cinta en su boca. Uriel me mira y está por protesta cuando con una mirada se calla. También ato sus manos, no vaya hacer que se lo saquen y me arruinen el plan.  Haciendo un esfuerzo sobre humano, hago lo mismo con los dos cadáveres.
Saco el móvil y marco a mi padre que atiende rápidamente.
-      ¿sabías que al tipo se lo llevaron? – finjo estar molesta.
-      No hija no lo sabía – responde desde el otro lado de la línea- ¿la mujer te ha dicho algo?
-      Eso que te dije padre – me acerco a ella y le saco la cinta de la boca – repite lo que me dijiste a mi – así lo hace y vuelvo a ponerle la cinta - ¿Qué hago con ellas?
-      Ya te dije, desaparécelas – responde molesto.
-      Bien – digo y sin colgar  disparo tres tiro a los cadáveres, ella solo se mueven por suerte ninguna ha hecho ningún ruido – ya está hecho.
Después de eso corto el móvil y las desato a ellas y miro a U, que me mira sorprendido por lo que acabo de hacer.
-      ¿Por qué ocultas tus alas? – pregunta la niña tirándome del pantalón.
-      ¿perdón? – digo mirándola.
-      Si – dice moviendo su manita en el aire como si estuviera acariciando algo y siento cierto cosquilleo en el cuerpo – son muy bonitas, deberías mostrarlas.
-      Eso no se puede hacer – respondo sonriéndola – llévalas al auto. ¿no necesita nada de aquí? – pregunto a la mujer.
-      ¿Dónde iremos?
-      A Italia – contesta rápidamente Uriel.
-      Entonces los pasaportes – sube la escalera corriendo y Uriel por detrás.
En unos segundos están de vueltas. Agarra a su hija en brazos y sale. Salgo tras ellas pero antes de salir completamente, tiro un fosforo y la casa empieza arder. Uriel le dice a unos de los chicos que no se mueve hasta que vea que al menos la parte de donde se encuentras los cuerpos para que queden irreconocibles.
-      U, ¿me sigues hasta mi casa?
-      ¿Por qué quieres que vayamos hasta allí?
-      Voy a buscar algo y vuelvo con ustedes – respondo  y el solo asiente.
Al llegar a casa subo las escaleras y entro en mi habitación y voy a uno de los cajones con llave y saco unos papeles y una computadora con mucha información que no puedo dejar aquí.
En la cama quedan unos DVDs con otros papeles que los dejo tirados porque ya no importan. Así como llegue a la casa salgo pero esta vez camino hasta la entrada donde ellos me esperan.
Subo en el segundo auto donde voy sola, porque Uriel está poniéndose al día con su amiga en el primer auto. No nos alejamos mucho de la casa, cuando veo un auto que nos sigue. Observo bien, y vienen cuatro en el auto y uno es Damián. En unos segundos alcanzan el auto donde voy yo, y sacan unas armas por la ventana y empiezan a disparar.
Con todo lo que he pasado en el día exploto. No sé como pero ni en qué momento me encuentro en el aire. Solo puedo ver la luz que desprende mi cuerpo y el espeso de mis alas en la espalda. Vuelvo por el aire y caigo detrás de su auto donde  deposito un puño que hace que este vuelve por el aire y de un par de tumbos. Estoy enceguecida por todo, Damián está saliendo herido del auto cuando lo ataco yo, de dos puñetazos quiebros sus costilla, una pierna y el brazo con el cual suele empuñar su arma.  Voy a darle otro en su mandíbula cuando Uriel y la mujer me detienen. Miro como Dam cae en el suelo inconsciente. No siento nada al verlo de esta manera.
La cabeza me empieza a estallar me duele demasiado y es como si escuchara mil chicharras en mi cabeza. Llevo mis manos allí y las piernas se me aflojan. Con mi mirada busco los ojos de Uriel.
-      ¡Has que se callen! – grito antes que todo se vuelva negro.



Nota: la canción es de Avril Laringe hush hush. Quizás algunas les suenes el nombre de la canción por la saga de libros hush hush. Que trata de ángeles. Esta canción muchos la escuchan como banda sonora de ese libro u también la saga Oscuro, por supuesto trata de ángeles también. A quienes le guste la historia de ángeles les recomiendo esas dos sagas.
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4 comentarios:

  1. No tardes en escribir el otro capitulo cada vez se pone mas interesante y emocionante a la vez x todo el misterio k hay en cada capitulo.

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  2. Vec muchas gracias por hacer los capítulos mas largos y subir otro esta semana... Espero con muchas ansias el proximo, porfis no tardes :(

    Abrazos... Luisa V.

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  3. Eso no te tardes tanto.Por lo menos no son cortos.
    Esta muy interesante
    Saludos :b

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  4. Oye, esta buenísima la trama, por favor No tardes tanto, jeje sonó a villancico... Aquí quedo a la espera del siguiente, gracias Ve_c. :)

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