Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

La Hija Del Diablo - Ve C - 65

Capítulo 65 2ª parte

Me quedo sin habla cuando escucho lo que acaba de decir.  Puedo ver en como mis amigas como en cámara lenta se giran para mirarla y yo solo agacho la mirada.
Recuerdo cuando ella me fue a buscar al departamento, no la vi pero su voz suena en mi mente “Díganle que tarde o temprano se va a enterar lo que realmente paso y se va a lamentar no haberme escuchado. Ustedes también.
Tenía razón al decir que nos arrepentiríamos por no haberla escuchado.  Una lágrima cae por mi mejilla al darme cuenta lo idiota que fui.
-      ¿Cómo?- necesito saber más de como pasaron las cosas.

-      Mira yo tengo un hijo – dice ella aun con la servilleta en su mano – estaba muy enfermo y no tenía los medios para su tratamiento. Gaste toda la plata que mi familia ahorro para mis estudios. Necesitaba dinero, una noche al salir de la clínica, iba mal porque no sabía cómo  conseguir palta para pagar sus remedios y demás estudios. Un chico se me acerco, me ofreció mucho dinero para que siguiera a tu novia e intentara meterme en su cama y que tus nos pillara.  Vuelvo a decirte, necesitaba la plata y no tuvo que repetírmelo dos veces para que aceptara. El trabajo no era difícil, solo debería buscar la forma de llamar su atención, pero ella siempre estaba contigo.  Esa noche del bar la vi sola, él sabía que era difícil acercarme a ella, cuando ella se retiró y caminaba en el estacionamiento hacia su auto el apareció y me dio la inyección para drogarla. Lo hice y  fuimos a su departamento, el conocía. La desvestí e hice lo mismo conmigo y me metí en su cama. El resto ya lo sabes tú, bueno al menos la parte de que me encontraste con ella.
Puedo escuchar como mis amigas le dicen cosas, pero yo sinceramente estoy sin creérmelo. Nos separaron por ¿dinero? Aunque culpa también la tengo yo, por no hablar con ella, dejar que me dijera lo que tuviera que decirme, pero no quería sufrir más lo que ya estaba sufriendo por su “engaño”.
-      ¿Quién fue el que te pago? ¿te dijo algún nombre?
-      Sinceramente no – responde con la mirada gacha – lo que sé es que odiaba mucho a tu novia, quería hacerle sufrir.  Y según él lo lograría al separarlas.
-      Sabes que arruinaste una relación  - dice Rosa – no te imaginas lo que ha sufrido ella – me señala  y se lleva la mano a una cabeza – y no quiero imaginarme lo que habrá sufrido Luz.
-      Yo tampoco – respondo y las lágrimas caen por mi mejilla sin control.
-      Y todo por dinero – contesta Manu enojada.
-      Era la vida de mi hijo – dice esta chica.
-      Sabes que no deberías haber hecho eso por dinero. Si nos decías a nosotras íbamos ayudarte, podías haber buscado ayuda para los tratamientos de cualquier otra forma y no arruinar la vida de dos personas que no te hicieron nada y todo por un envidioso con plata que solo ha arruinado sus vidas – Rosa realmente está enojada.
Yo también lo estoy, pero no tengo fuerzas para decir nada. No puedo dejar de pensar en Luz, ella nunca me engaño.
-      Pensé que la escucharías y ella te explicaría como fueron las cosas. Es más que irías a la clínica a verla cuando estuvo internada.
-      ¿Por qué lo estuvo?
-      Lo que averigüe con los médicos que la atendían es que la droga había hecho efectos secundarios en su cuerpo, luego se escapó – suspira mirándome por primera vez – supongo que para hablar contigo y volvió porque al ir manejando tuvo una crisis de lo de la droga y tuvo un accidente.
Ahora entiendo muchas cosas como por ejemplo porque no fue rápido a buscarme para hablar, porque Daniela y Uriel insistieron en que la escuche, que habláramos.  Me doy cuenta de que fui muy idiota y lo soy. Con razón se fue, no podía estar cerca de personas con las cuales paso muchos años y pareciéramos que no la conocíamos de que ella no sería capaz de algo así.
-      No sabes lo que has hecho – le digo mirado fijamente a la chica – y tu conciencia está haciendo bien en no dejarte tranquila. Arruinaste nuestra relación, mi vida.
Me levanto y le dijo al camarero que nos cobre nuestro pedido. Quiero irme y no volver a tener cerca a esta mujer.
-      Una cosa más – dice ella antes de que salgamos – sé que ella ahora mismo está en problemas, no sé de qué tipo, pero ese chico algo ha hecho en su contra nuevamente.
Las chicas se ponen a cada lado mío, porque con toda esta información no me siento bien y más al saber que ella está metida en problemas.
¡Mierda! ¿Por qué no lo pensé? Uriel habrá ido para ayudarla a ella, por eso nos dejó sola.
                                                    ****
Llevo varios días sin ver a Agos y ya la extraño. Pero necesito averiguar si Damián tuvo algo que ver y tengo que salir con él a esas cenas y fingir que no me doy cuenta de nada.
Cuando vaya a verla espero que ella pueda perdonarme que la haya tenido abandonada estos días.  Sé que la debe estar pasando fatal. No he visto ir a su madre a la comisaria, es algo raro. Tal vez no quieren que sus amistades se enteren de que su hija está allí, pero por otro lado he visto a Damián muy cerca de Gabriela y creo que le intenta llenar la cabeza contra su hija como a mí.
¿Por qué lo hace? En mi cabeza no entra como puede hacerle esto a Agos, ella de chica siempre lo cuido y eso que él es mayor que ella, le defendía de los otros chicos en la escuela que se burlaban de el por no ser hijo de Gabriela.  Por lo que sé es que gracias a Agostina y Gabriela que Antón lo trajo a vivir con ellos, porque ellas le insistieron.  Acaso es ¿envidia? De que ella sea la niña de papa y él le de todos los gustos además de ser como es, está próxima a recibirse, maneja muy bien los negocios, al menos lo que pude comprobar estos meses trabajando con ella, y aunque no me guste esto, tiene a las chicas y chicos babeando por ella y a él no le registran mucho.  Ella es la heredera de todo lo que poseen los Gaultier, el heredara algo pero no tanto como ella. En resumen ella lo opaco y opaca siempre.
Hablando de herencia, ese es un buen motivo por el cual Damián puede tener algo que ver ¿Cuántos millonarios hay que matan a toda su familia o hermanos por dinero? Y estoy segura que la cuenta de Antón debe estar jugosa. Si Damián consigue estar como único heredero o al menos logra que sus padres se sientan desilusionados de Agos, él podría tener todo lo que quisiera. Si uno tiene dinero hoy en día, se puede tener lo que quisiera, comprando por supuesto.  Y Agos debería trabajar para él o trabajar en alguna otra empresa y siento que verla así a su hermana o presa o mejor dicho sufriendo de cualquiera manera, para él sería una satisfacción enorme.
-      Agos – escucho su voz sacándome de mis pensamientos.
-      ¿Qué pasa?
-      Es que te has quedado ida – dice tocándome la mano.
Tengo unas ganas enormes de sacarle mi mano y levantarme mi mano e irme pero todo sea para ayudar a Agos.
-      Lo siento – respondo sonriéndole – es que estoy preocupada por Agos.
-      ¿la quieres mucho?
-      Es mi novia Damián ¿tú que crees? – será mejor calmarme ¿Cómo puede hacerme una pregunta tan estúpida?
-      Si es algo obvio no – responde mirándome – debes tener cuidado con ella.
-      ¿otra vez lo mismo?
-      Es que tú estás enamorada y cuando uno está enamorado está ciego y no se da cuenta las cosas. Yo te quiero Ari, eres mi amiga y no quiero que sufras. Mi hermana parece ser una gran chica y no lo es, puedes darte cuenta ahora, esta presa por asesinar a una persona y antes intento violar a una chica.
-      ¿en verdad crees que ha sido ella? – digo mirándola a la cara quiero ver sus gestos – yo no creo que tu hermana sea capaz de hacer algo así, además no le faltan mujeres.
-      La chica le habrá dicho que no. Sabes no todas las mujeres caen a su encanto – respondo y no me mira pero puedo ver como aprieta los puños con bronca – y ella quería tenerla. Sé que es difícil de creer, pero esta chica la culpo a ella.
¿Cómo puede decir cosas así? Es su hermana por Dios. Está enfermo, nadie puede hablar de un hermano/na de esta forma y más cuando te has criado juntos. El la conoce y yo a pesar de no verla hace tanto sigo sin creer las idioteces que este inventa de ella. Sé que quiere hacerme dudar de ella, pero no lo va a lograr, pero hay algo dentro de mí que dice que después de todo no la conozco bien al menos no hemos hablado mucho de que ha sido de ella esto años.
-      Sé que lo haces por mi bien – respondo, mentira no sé porque lo hace – y te lo agradezco, pero en este momento solo quiero saber cómo están las cosas con tu hermana presa. Después cuando este tranquila me cuentas de ella, lo que quieras.
Veo como sonríe feliz y los ojos de le iluminan, esto era todo lo que él quería, que yo escuchara sus inventos sobre ella.
-      Si sé que te tiene preocupada su caso, pero si fuera inocente no la tendrían encerrada – dice mirándome y enseguida cambiada su mirada al ver mi cara – perdón, pero es la verdad lo que estoy diciendo. Cuando te cuente todo ella, veras que no es cómo crees.
-      Damián, no quiero hablar más del tema o es ¿Qué no lo entendiste?- respondo levantándome – y ya quiero irme a casa.
-      Está bien. Pago y nos vamos.
-      Bien, te espero fuera.
Sin darle tiempo a responder salgo y respiro profundamente, tengo que seguir con mi plan de descubrir si él está detrás de esto o no. Espero todo salga bien.
Por inercia levanto la vista y veo a dos hombres de un auto, tienen una cámara. Al ver que los miro me sacan una foto. No sé qué pensar de esto si nos están siguiendo a los dos o están siguiendo a Damián.
Quiero cruzarme y hablar con ellos pero no sería prudente de mi parte. Puede que si Agos sospecha de Damián lo haya mandado a seguir para ver si tiene algo que ver, puede ser el abogado también, aunque de él lo dudo porque no hace mucho para que ella salga de allí y por último los oficiales se han tomado el trabajo de investigar en serio y una cuarta opción que son periodistas o solo lo vigilan por algo, a Agos quisieron secuestrarla ¿Por qué no a él?
                                                   ****
El dolor de cabeza me ha hecho dormir todo un buen rato.  Despierto por un ruido en la reja, me levanto y me duele la espalda, la verdad es una tortura este colchón  no sé cómo alguien puede dormir así. Si yo lo hago porque no me queda otra, además es la única forma de que mi cabeza por ratos se desconecte de todo.
Al acercarme veo que es uno de los oficiales.
-      Aquí está la comida que mando tu familia para ti.
-      Gracias – sonrió burlándome de él, porque sé que no quisiera hacer esto, pero tiene que.
Me deja la bandeja donde hay papa al horno con carne asada y ensalada y de postre un flan de vainilla con azúcar quemada, y por supuesto para beber un agua mineral.
Si esto mandaron de casa se pasaron, la verdad no sé si empezar por el flan primero o la comida.
Ceno despacio sin apuros, bueno aquí nadie me apura, salvo cuando me sacan para llevarme a la sala de interrogatorios y usan muchas estrategias para que hablen, es allí cuando me apuran. Yo espero que Carlos y Uriel se apuren en encontrar todas las pruebas antes de que estos con su “investigación” descubran cosas.
Luego de cenar vuelvo acostarme,  las luces de este sector donde están las celdas están apagadas.  La puerta está abierta y entra un poco de luz de la parte donde están los escritorios de los oficiales y demás.
No sé qué hora es ni cuanto rato llevo tirada acá, hasta que siento unas manos en mi boca tapándome y rápidamente abro los ojos. Veo a dos tipos a mi lado, al parecer tienen unos pasamontañas para que no los reconozca.
De un rápido movimiento me tumban de la cama, por suerte logro poner mis manos en el suelo para no golpearme y de otro movimiento rápido me pongo de pie. Dos de ellos me rodean y los otros dos se quedan frente a mí y otro vigila la puerta.  No pensé que fuera fácil entrar en una comisaria como está pero me equivoque, es más seguro tienen alguien aquí dentro que los dejo pasar.
-      ¿sabes porque estamos aquí?
-      Todavía no me recibí de adivina – respondo y sin esperármelo recibo una piña en el costado.
Me doblo porque el golpe me ha dejado sin aire.
-      Repuesta equivocada – vuelve a decir al acercarse a mí.
Vuelvo a pararme derecha, si me doble recién fue porque me agarraron desprevenida pero esta vez no.
Le regalo una sonrisa amplia.
-      Sentí como si me hubiera picado un mosquito – respondo llevando la mano donde me golpeo – y vuelvo a decirte que no soy adivina.
Quien sea este tipo que se cree el jefe, le hace una seña al que iba a golpearme y me da la espalda, cuando se gira siento su piña en la boca.
No me muevo del lugar ya que los otros dos me tienen de los brazos.  Siento la sangre en mi boca y le escupo aunque no llegue a su cara por tener el pasamontañas.
En sus ojos puedo notar que esta cabreado. Recibo otro golpe en el abdomen en el mismo lugar que hace un momento.
-      Bueno – dice muy cerca de mí – estamos aquí, porque tu tienes que declararte culpable y quedarte aquí encerradita, y como sabrás todas las pruebas están en tu contra.
-      Realmente te faltan un par de tornillos si crees que me declarare culpable de algo que no hice, y no sé de qué pruebas hablas, estoy más que segura que no hay nada en mi contra.
-      No te conviene decir que no lo harás – recibo otro golpe en el abdomen y cara.
Esta vez la ceja y los pómulos son lo que sangran. Me mira detenidamente y me pega una patada en la pierna donde tengo la piel sensible de lo que me caí en la moto esa vez que quisieron secuestrarme. Estaba formando piel nueva en esa parte, pero ahora está sangrando.
-      Estoy seguro que esta es una prueba de que puede irte peor- habla caminando de un lado a otro – ahora me darás el pin de tu móvil.
Veo como lo saca de su bolsillo a mi teléfono. Allí tengo las llamadas  mensajes con Dani de donde estuve el día que no volví en toda la noche en casa, y no solo eso, tengo las cuentas de la empresas que me heredo mi abuela, y por supuesto otra información de muchos nefilim como de caidos.
-      Habla – grita dándome otro golpe.
Maldito hijo de puta si estos no me tuvieran agarrada, no me tocarías ni un pelo.
-      A las damas no se le pega – digo sonriendo mientras siento mi boca con sangre.
-      Pues a ti sí y no me importa que seas mujer.
-      Si estos no me tuviera así – respondo haciéndole seña, a que mis brazos la tengo en la espalda  - te enseñaría a respetar a las mujeres.
Otro golpe más. Con este seguro me quebró alguna costilla pero no le voy a mostrar  que me duele.
-      ¡dame el maldito pin! – esta vez es la nariz la que me sangra, hijo de mil puta – no queras verme más enojado.
Me rio en su cara por lo que acaba de decir. Se hace el valiente porque estoy de esta forma, sino, no diría nada esto.
-      4552 – digo y veo como el rápidamente intenta desbloquear con esos números el móvil pero no es muy inteligente sino se hubiera dado cuenta que solo son la terminación de mi número de cel.
-      ¿Qué mierda? – dice al ver como se apaga el móvil.
No sabe que al ingresar el código erróneo el móvil queda la pantalla como si se hubiera apagado durante quince segundo esperando que se ingrese el correcto y luego de pasar ese tiempo se apaga en serio y se activa un GPS que manda la señal a el móvil de Uriel, eso es para casos de robo, pero en estos momentos me viene muy bien, si llevan ellos el móvil o a alguien más sabré donde esta y le diré a Uriel o mejor dicho él ya debe saber eso e estos momentos.
-      Ups – le sonrió – creo que me confundí y la terminación de mi número de móvil.
En sus ojos puedo ver la rabia que siente al ver que lo engañe con el pin.
Despierto y tardo unos segundo en enfocar bien mi vista. Uriel está sentado a lado. Me duele todo, especialmente la costilla. Miro alrededor y veo a Carlos que está en la reja y su cara refleja que esta afligido por lo que estoy pasando.
-      ¿Qué paso? – pregunta Uriel y los oficiales que llevan el caso miran atento.
-      No tengo idea – respondo tratando de dar la menos información posible para los oficiales – ellos deben saberlo- digo mirándolos – desperté y estaban golpeándome.
Mentira, bueno es casi la verdad, porque estaba acostada con los ojos cerrados y es muy probable que creyeran que estaba durmiendo.
-      ¿Cómo puede entrar alguien aquí? No se supone que está lleno de oficiales – Carlos está muy enojado – esto no se quedara así.
-      No sabemos cómo, es verdad que hay oficiales pero anoche nosotros no trabajamos. Tenemos que investigar – el oficial que responde mira a su compañero y se notan nerviosos.
-      Esto no puede quedar así y espero que no lo hagan o la pagaran ustedes – amenaza Uriel, los mira y luego vuelve mi vista a mí, no necesita decirme nada.
Y en mi cabeza se forma rápidamente el plan que tiene en mente. Quiere ponerlo más nervioso de lo que están, porque si ellos tienen algo que ver, darán un paso en falso, quizás se reúnan  con sus cómplices.
-      Sino la pagaran ustedes – agrega Carlos.
Amo a estos dos hombres. Me encantan cuando se ponen en ese plan.
-      Y ahora me gustaría que nos dejara solos – habla Uriel – Carlos ira con ustedes para hablar con su jefe, ella necesita tomar algo para los golpes.
-      Bien – responde uno de ellos – sígame Señor.
Carlos va con ellos, no solo por el hecho de hablar con el comisario para ver si pueden darme algo, sino también para vigilar a estos oficiales.
Quedamos solos Uriel y yo, solo quiero que me de buenas noticias del caso.
-      ¡Auch! – me quejo al ver cómo me toca la costilla.
-      Tienes una costilla fracturada – responde serio mientras sigue tocando mi costado esta vez con cuidado.
-      ¡mierda! – digo – Uriel la que te… ¿tenías que tocar sin avisar?
-      Lo siento – responde – necesito comprobar el daño y por suerte solo es una costilla.
Se levanta  y agarra una remera mía, y la empieza a romper.
-      ¿sabes cuánto me salió esa remera que me acabas de romper?
-      Me importa una mierda cuanto salió – responde acercándose a mí – siéntate  y sácate la camiseta.
-      Oye, si fueras una mujer me sacaría con gusto pero viniente de ti… no me lo esperaba.
-      Ya cállate quieres, no estoy para tus chistes malo.
-      Eso dolido – digo llevando mi mano al pecho – no puedo sola- intento sacarme la remera – me duele.
-       A ver – se sienta a mi altura y agarra el borde y comienza a levantarla, al llegar a la cabeza me saca esta y luego las manos – te dejaron horrible.
Me miro el costado donde golpearon y lo tengo morado e igual que algunas parte del abdomen.  Sin decirme nada empieza a pasarme la remera como si fuera una faja para mi costilla. Respiro lentamente, porque desde que Uriel me toco ahora me duele y más al respirar.
-      Lo siento – dice el al terminar de ponerme la remera – pero es mejor que tengas esto para no hacerte daño interno, algún vaso sanguíneo o los pulmones ¿prefieres que llame a un médico?
-      Estaré bien – contesto mirándolo – si es posible que me den algo para el dolor mejor  pero no tienes que llamar algún médico no quiero que salgan a decir que esto aquí o así.
Sé que debo tener muy hermosa mi cara con los golpes que me dieron anoche.
-      ¿Cómo me encontraron?
-      Llegamos de visita y decirte algunas cosas que estuvimos haciendo y estabas en el piso tirada, hablamos y nada. estabas inconsciente.  Para dejarte de esa forma debieron darte fuerte.
-      me sostuvieron y uno se encargó y no pude defenderme, por cierto ¿te llego la señal de mi móvil?
-      Es la única forma de dejarte como te dejaron. La señal viene de una casa a las afueras de la cuidad, tienen un sistema de seguridad y no pudimos entrar  y nosotros no nos pudimos quedar allí.
-      Está bien U, no quiero que le hagan nada a ustedes, espero no se te ocurra ir allí.
-      ¿segura que no quieres que vallamos?  Estuvimos siguiendo a tu abogado  y la verdad no está haciendo nada. se llevara una sorpresa cuando sepa que tienes que ir en casi dos semanas ante un juez a juicio. Hemos movidos todos los hilos para que se adelante eso. sabes que estos procesos llevan más tiempo.
-      Sé que llevan más tiempo y te agradezco… les agradezco que hagan todo esto por mí – respondo y quiero saber de Dani, que está con ellos y bien - ¿Y…
-      Tranquila – responde sentándose a mi lado – ella está con nosotros y bien, bueno preocupada por ti y todo esto, nos entregó algunas pruebas además de que va a testificar.
-      No la dejen sola ¿sí? quien sea que me ataco anoche quiere saber que hice aquella noche o cualquier  prueba que indique que la persona de la foto no soy yo.
-      Ella está bien, no te preocupes por nada. Tienes que estar tranquila, te vamos a necesitar con la mente despejada además ahora tienes que hacerlo por tu costilla, eso necesita un reposo de seis semanas, estos días va a dolerte.
No le digo nada, él tiene razón, necesito mantener mi mente en blanco así llego tranquila al día del juicio pero me es imposible no pensar, son tantas cosas.
-      Aquí tienes – dice llegando un oficial a darme una pastilla de paracetamol – cuando te duela te daremos alguna más. El comisario nos dio orden.
-      No queremos que este drogada  - dice U - ¿podrás aguantar el dolor?
Lo miro a Carlos y a Uriel y asiento con la cabeza mientras bebo el agua para hacer pasar la pastilla.
-      Se lo diré al jefe – responde este y Salí rápidamente.
Carlos observa cómo se va y sin moverse de su lugar, porque desde ahí ve si alguien se acerca a escuchar.
-      ¿Cómo estás? – dice desviando un momento sus ojos hacia mí.
-      Bien – respondo, me duele que él tenga que verme de esta forma y a él le duele que este así - ¿tu? – pregunto sabiendo que le debe ser muy difícil todo esto.
-      Lo llevo como puedo – contesta despacio como el solo sabe hacerlo cuando está armando una idea en su cabeza – tengo rabia contenida por quien te metió aquí, si es tu hermano lo odio mucho más de lo que ya lo hacía.
-      Sé cómo te sientes – me paro y acerco a el – pero por mi quiero que estés tranquilo, no quiero que sufra lo presión o algo de eso por tus nervios ¿prometes que vas andar tranque?
-      ¿Cómo puedes pedirme que te prometa algo de eso mi niña?- acaricia mi mejilla – tú no te has visto en un espejo hoy, pero está bien por ti lo prometo – y lleva su mano al pecho en señal de promesa.
-      Eso me gusta – le sonrió y deposito un beso en  su mejilla – tienes que afeitarte eso ya pincha.
Se lleva la mano a su cara y toca, me sonríe y asiente. Me acuerdo que de chica solía disparar de él cada vez que intentaba darme besos, porque su barba me pinchaba, con mi abuela prácticamente lo obligábamos a afeitarse.
Hablamos un rato más de distintas cosas, menos del caso, porque ya me dijeron lo que necesitaba saber y yo también, pero de todas formas siento que algo no le dije, que me olvide pero no sé qué.
                                                         ****
Estoy en la empresa después de sacar la cuenta para unas inversiones que no sé qué tienen que ver realmente con la empresa. Creo que es algo de investigación.
Desde que me cruce con aquella mujer y me dijo la verdad de lo que paso con Luz, cualquier papel e informe que me llega a las manos lo leo concentrada y entiendo y soluciono lo que tenga que solucionar, pero no después intento acordarme de que se trata y no lo recuerdo, no puedo retener nada por mucho tiempo porque ella ocupa todo el tiempo mi mente y más lo último que me dijo que ella estaba en problemas. He hablado con Uriel todo estos días y le pregunte pero no me ha dicho nada, me dice que todo está bien que está cerrando unos proyectos allí que Luz al no estar en la empresa por mucho tiempo no sabe pero nada más, que vuelve en unas semanas.
-      Adelante – contesto al  escuchar unos golpes en la puerta.
-      Señorita – dice entrando un hombre chino o japonés – disculpe la molestia, debe estar con mucho trabajo.
-      Por favor siéntese – respondo señalando la silla luego de apretar su mano – usted tendrá que disculparme pero no sé quién es…
-      O disculpe usted nuevamente por no presentarme, soy el señor Yang inversionista de esta empresa. Por lo que veo usted es nueva o ¿me equivoco? Cerré un trato con el Señor Uriel hace unos días y me comento que habría gente nueva trabajando y hoy decidí a pasar a conocer la empresa.
-      Si señor – contesto con una sonrisa – soy nueva en la empresa – no es necesario que le diga mi nombre porque ya está en la mesa -   Si busca hablar con Uriel, en estos momentos no se encuentra en el país.
-      Lo se señorita Porlotiuk, he hablado con él y me dijo que usted podría mostrarme todo aquí.
Me levanto de mi asiento para hacer el recorrido que él quiere.
-      Puede decirme Luna – respondo – señor Yang si me sigue puedo mostrarle la empresa.
-      Por supuesto – dice y salimos de la oficina.
Le muestro el lugar, todas las oficinas, presentándole a todas las personas que trabajan aquí al igual que yo.
-      Esto es impresionante – dice cuando volvemos a la oficina – todavía no conozco a la duela pero he acertado en hacer trato con ustedes, aunque me gustaría conocer los laboratorios.
-      Aquí no tenemos laboratorio señor Yang – respondo confundida.
-      Uriel es el que los conoce – en eso entra mi secretaria  avisándome de una reunión que tengo con las personas de la empresa – yo me retiro así la dejo hacer su trabajo. Ha sido un placer conocerla.
-      El placer es mío – contesto  al apretar su mano nuevamente.
-      Si llega a ver a su jefa por aquí, dígale que espero que me invite a su boda – mi cara sé que debe ser un poema de sorpresa y confusión pero hay un sentimiento más que no se descifrar – el acuerdo que llegue con Uriel para invertir en esta empresa es que ella debe casarse – sonríe – buenas tardes señorita Luna.
Puedo sentir las pulsaciones de mi corazón y una sensación horrible al hablarme de casamiento y no sé porque, si ni siquiera sé quién es dueña de esta empresa.
                                                       ****
Han pasado doce días desde que Uriel me informo del Juicio. Mi abogado con me informo eso, podía sentir la rabia en cada palabra aunque intentaba aparentar estar alegre.  Le he pedido que no informara a mi familia, porque no me gustaría que se crearan una ilusión y después saliera todo lo contrario.
Eso es una mentira, solo que en mi mente tengo otro plan para este día.
Llevo un traje y mi cabello atado. Voy con los dos oficiales que me apresaron y han estado llevando mi caso todo este tiempo, en una camioneta negra y vidrios polarizados.
Los dos van demasiado serios, al observarlos puedo ver como mueven sus manos o los ojos, son tics nerviosos. ¿Por qué estarán nerviosos? ¿Hicieron algo mal? Tengo ganas de preguntarle pero será mejor estar callada.
Llegamos al juzgado, vamos directo al garaje donde hay un ascensor privado. Según ellos, es por si hay algún periodista fuera. Qué raro tanta consideraciones hoy.
Al acercarme a la puerta donde me juzgaran veo a mi abogado caminado de un lado a otro, sonrió ante la situación que está pasando.
-      Pensé que habías dichos nada de familiares – me dice y mira donde se encuentran Uriel y Carlos.
-      No tengo idea que hacen aquí – respondo seca.
-      Tu nunca sabes nada al parecer – responde rápidamente nervioso y enojado – vamos dentro que enseguida llega el juez.
Los oficiales que me acompañan al llegar a mi asiento me sacan la esposa. Nunca he estado en un juicio pero no sé si eso se puede pero por mi mejor, porque me molestan esas malditas esposas que deberían estar en otras manos y no las mías.
-      Todos de pie – dice un oficial cosa que hacemos y anuncia el caso y demás.
-      Buen días – dice la Jueza y me mira, en sus ojos puedo ver cierta sorpresa. Supongo me reconoce - ¿Cómo se declara la culpable?
-      Inocente su señoría – contesto sin dejar de mirarlo.
-      Abogado – se dirige al fiscal que lleva el caso. Lo que continúa diciéndole no me interesa.
Me giro y veo que Uriel me hace una seña para que hable.
-      Su señoría – digo y esta se sorprende por mi interrupción- el señor aquí – señalo a mi abogado no me representara.
-      ¿Cómo? – escucho que dicen los dos.
-      Si – digo y lo miro a este con una sonrisa – el señor Uriel y Carlos son mis abogados. Lo harán ellos.
-      Señorita Gaultier ¿está segura que quiere esto?  - pregunta la jueza.
-      Muy segura.
-      Bien – suspira  como si este caso fuera a darle dolor de cabeza – abogado puede retirarse.
Antes de que salga de la sala él y los oficiales, habla Carlos.
-      Señoría pedirnos que el abogado y los dos oficiales se queden aquí. Y si es posible que no usen sus móviles.
Creo que esta juez me está odiando por todas las vueltas que estamos dando para empezar el caso, aunque me sorprende que pidan eso ambos. Ella solo señala a otro oficial que le saca los móviles.
-      ¿podemos empezar?
-      Si  - responde Uriel.
El fiscal empieza a decir cómo fueron los hechos, usando lo del bar, diciendo que ese fue mi motivo para que lo mataran. Pasan unas fotos donde se supone que yo estoy llegando al lugar donde se encontraba Jaime Márquez. Y otras cosas más que me parecen puras bobadas.
También hace pasar a unos cuantos “testigos” que dicen lo que paso en el bar, otros que me vieron en el lugar del hecho. Por supuesto que Uriel Y Carlos se encargan de que todas sus respuestas sean dudosas.
Llega nuestro turno y muestran señales de móvil o sea la señal de la antena del lugar donde estaba yo, que demuestra que no estaba donde dicen, videos y por supuesto Daniela, que comenta que pase la noche en su departamento, lo que estuvimos haciendo y viendo.  Observo la cara de los abogados y oficiales y esto es algo que no estaba en sus planes. Carlos le pide que pasen al estrado y digan cómo es que llegaron a la conclusión de que era yo la de la foto y no saben que decir.
-      Su señoría ya que estamos aquí – dice Carlos – me gustaría acusar a estas tres personas de obstaculización  la justicia, chantaje y apremio ilegales agravados, con lesiones leves hacia la señorita Gaultier
-      ¿Qué? – preguntan ellos.
Sacan unos videos y lo pasan. No lo puedo creer, es del día que entraron a la celda a golpearme y en las cámaras que al parecer ellos no sabían que existía. Se ve cuando se ponen los pasamontañas y entran al lugar donde estoy yo acostada. Lo demás ya se sabe que paso.
Los miro y sonrió, no sabía que pasaría esto pero me alegra que Uriel y Carlos hagan esto.
Después de un par de horas, casi todo el día y mi declaración, estamos esperando el veredicto del jurado. Yo ya perdí la noción del tiempo que llevo esperando para saber que pasara conmigo.
-      ¿ya tiene el veredicto? – escucho que la jueza pregunta y me encuentro de pie. No sé en qué momento paso.
-      Si su señoría – contesta un hombre que le pasa el papel a el oficial y este a la jueza que lo lee y lo devuelve.
-      Puede continuar.
-      Encontramos a la acusada Agostina Gaultier… Inocente.
Solo puedo sonreír mientras Uriel y Carlos me abrazan. Empiezo a respirar rápidamente y duele la costilla.
-      Al ser encontrada inocente – dice la jueza - queda en libertad. Oficial – habla con dos que están cerca – llévense a estos tres presos.
Los oficiales y el abogado son esposados y sacados de la sala. La jueza se retira, la verdad lo que tenía que decir o mejor dijo que yo quería escuchar ya me lo dijo.
-      ¿Dónde vamos? –pregunta Uriel.
-      Si no les molesta, quiero ir a mi casa – respondo, quiero ver a Ari, estos días la he extrañado mucho.
-      Entonces – Carlos como si me leyera la mente me da la llave de un auto – ve.
-      Perdón – digo mirando a Uriel – pero necesito verla.
-      Entiendo – responde y veo en sus ojos como que algo no está bien pero no le prestó atención.
Deposito un beso en la mejilla de ambos y salgo rápido del juzgado. Quiero sorprenderla.
Cuando llego a casa al cabo de media hora, los empleados me miran sorprendidos, a uno le pregunto si la vio y me responde que la vio caminar para el lago. No espero que me diga más y salgo corriendo hacia el lugar. La costilla me duele por el movimiento y la respiración pero no me importa, me siento nerviosa, puedo sentir como me tiembla el cuerpo. Al ir llegando a nuestro lugar favorito, me paro en seco.
Solo quedo parada si hacer ningún movimiento aunque quiera no puedo moverme, ante lo que ven mis ojos. Estoy en estado de shock, contemplando lo que ven mis ojos, no puedo moverme, respirar o apartar la mirada. ¿Saben cómo suena un alma cuando grita en plena agonía? Suena como un trueno en una noche de tormenta primero se escucha pequeño, pero sabes que se aproxima uno. Así es como suena pero en esta ocasión sientes como recorre tu cuerpo completamente y sientes que te quedaras sin oídos. Solo que esta ocasión nadie más puede oírlo, solo tú, sabes que solo es el principio de lo que viene.


Nota Autora: Pido disculpa por la tardanza de los capítulos. Espero que sea lo suficiente largo para compensar la tardanza y guste por supuesto.
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11 comentarios:

  1. Súper el capitulo como siempre, espero que puedas ir subiendo mas en el transcurso de la semana... Un abrazo

    Luisa V.

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  2. Muy buen capitulo Ñ.ñ
    Cada día mejor y cada día odio mas a damian hp todo lo que puede llegar a hacer ... No sabe los extremos a los que llega.
    No te señores tanto en subir el capitulo porfis y muchas gracias por deleitarnos con esta historia.

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  3. No pasa nada, pero no te sigas tardando tanto
    Saludos :)

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  4. Es buenisimo, vale la pena la espera gracias por continuar la historia!!

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  5. mmmmmmmmmmmm y quedas como si nada y ala vez como si todo hubiese ocurrido al leer este capitulo

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  6. Muy bueno el capitulo, gracias por continuar.

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  7. que vio??? esto es estresante jejeje lo bueno es que esta en libertad :) excelente capítulo

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  8. Ya kiero leer el otro capitulo este me dejo en ascuas cada vez se pone mas interesante.

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  9. Yo creo q vio a Damián con Ari o haciéndole algo. en fin veremos en el próximo capítulo. Espero no tardes tanto.

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  10. Owww hermoso capítulo, vale la pena la espera :'D

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  11. WOOU AMO TU HISTORIA DE VERDAD LUZ ES MI FAVORITA ESPERO NO TARDES EN PUBLICAR MAS CAPITULOS

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