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La Hija Del Diablo - Ve C - 65

Capítulo 65 1ª Parte

Me vuelvo a mirar al oficial sorprendida. ¿De qué carajo me está hablando? Por supuesto que me tendieron una trampa.  Ni siquiera se quien ese Jaime, no conozco a nadie con ese nombre. No al menos que yo conozca.  Se supone que tienen que investigar antes de ir arrestar a alguien. Lo que significa que alguien me está incriminando, porque no vinieron a buscarme en plan sospechosa. Mi mente sigue pensando quien es ese Jaime Márquez.
El oficial me hace una seña para que me pare y vuelvo a mirar a mis padres y Ari. Ella me toca la mano en señal de apoyo y me paro.
-      No la van a esposar – dice mi padre  con voz firme – iremos pero en mi coche.
-      Señor – responde el policía.

-      Tú no sabes con quien estás hablando ¿verdad? – pregunta mi padre.
-      Disculpe señor a mí no me interesa quien sea ustedes. Nosotros vamos a llevar a la señorita.
-      A tu jefe no creo que le guste tu respuesta – contesta mi padre.
-      Padre  - digo mirándolo – esto no sé qué es, pero no complique las cosas iré con ellos.
-      Está bien, hija – dice suspirando – no digas nada, hasta que llegue el abogado.
Asiento en silencio y vuelvo a mirar a Ari y ella me mira de manera incrédula. La entiendo yo también estoy igual que ella. El que sigue sentado y desayunando como si nada es Damián. 
El oficial por insistencia de mi padre no esposa, antes de salir de casa, me vuelvo donde quedo parada Ari y beso sus labios.
-      Todo está bien – le digo en un susurro y me alejo.
Llego al auto donde me esperan los dos policías y subo atrás y uno a mi lado. Observo a mi madre que está haciendo el esfuerzo por no llorar y mi padre hablando por teléfono seguramente con unos de sus abogados. Ari está en la puerta mirando cómo me llevan y por supuesto puedo ver que en la ventana está el con una sonrisa de oreja a oreja.
En veinte minutos más o menos estamos en la comisaria. Bajo como si nada, lo bueno es que no hay periodistas ni nada por el estilo. No quiero esos buitres por aquí sacándome en televisión, diario, etc.
Llego y me dice que llevan a una sala donde hay dos oficiales más. Uno de los que me trajo él comunica que en cualquier momento va a llegar mi abogado.  Menos mal me lo nombraron porque no confió en los que vendrán de parte de mi padre. No por Antón sino por Damián.
-      Tengo derecho a una llamada – respondo mirándolos fijamente – quiero hacer uso de ella.
-      Bien – contesta secamente y me pasa el móvil que acaba de quitármelo – solo una llamada.
-      Por supuesto solo una – respondo, si me conocieras sabrías que puedo hacer varias llamadas fingiendo una.
Me mira y marco el número que se me de memoria.
-      ¿está todo bien? – escucho del otro lado – ¿Qué está pasando?
-      No sé qué está pasando, o quizás sí, la cuestión es que estoy presa. Te necesito acá.
-      ¿Qué? – responde – sabes que acabo de  llegar a este lugar. Pero estaré allí cuanto antes, no te preocupes.
-      De todas formas me preocupo. Pasa por Carlos cuando llegues. Cuando estés aquí,  les diré lo que tienen que hacer.
-      Yo no quería venir a este lugar, si está allí, esto hubiera sido más fácil – escucho que dice exaltado, sé que es de la preocupación que siente.
-      Cálmate – digo viendo como el oficial me mira, tratando de escuchar la conversación – Non succederà niente.
-      ¿lo tienes todo controlado no?
-      Per ora – respondo viendo como el policía me hace seña que le entregue el móvil, por la forma que me mira no confió en este  – tengo que dejarte.
-      No hables con nadie. Espera a que lleguemos - contesta
Nervioso. Nos estamos viendo.
-      Sarò ben. Non preoccuparti, Nos vemos.
La cara del tipo digo oficial dice todo, seguro no tiene ni idea de italiano y yo tampoco, pero mi abuela pasaba bastante tiempo en ese país y yo iba de vacaciones y algunas cosas tenía que aprenderme además en el internado había dos chicas de italiano que me enseñaron algunas palabras.
Les entrego el móvil y la pantalla enseguida salta una ventana que pide un pin para desbloquear. Se cruzan una rápida mirada entre ellos ¿querían revisar mi teléfono ya? Bueno lo que sea que quieran saber tendrán que ir a pedir a la compañía telefónica.  El móvil de uno de ellos empezó a sonar, salió de la sala e intente escuchar si es que se quedaba hablando cerca de la puerta pero nada.
-      Bien señorita Gaultier ¿sabe porque está aquí? –pregunta el oficial.
No respondo solo lo miro seriamente sin apartar mis ojos de los suyos en ningún momento, veremos quien intimada a quien. Está muy mal de la cabeza si piensa que va hacerme hablar ni siquiera con los abogado podrá.
-      ¿conoce a Jaime Márquez? – dice y deposita una foto frente a mí.
Bajo la mirada a la foto y veo al borracho de la otra vez que se quiso propasar con Ari, por supuesto que hago un esfuerzo para que no se note la sorpresa en mi rostro. Ni siquiera sabía su nombre. Lo conocí a los 17años cuando salí de internado y vine unos días para las fiestas de fin de año. Jugamos al pool y nos encontrábamos en el bar, pero nada más, nunca le pregunte su nombre. Estando sobrio era un buen chico pero salía todas las noches a beber y siempre terminaba borracho y peleándose con unos y con otros. Y ahora las veces que me lo cruce en el bar, estaba borracho y el alcohol parecía hacerle efecto más rápido. Quien sea que lo haya matado es porque vio mi pelea con él en el bar y está tratando de inculparme.
-      ¿Dónde estabas anoche entre las 22 y las 3 am? Pregunto mirando aun el informe y a un lado una libreta para anotar lo que cree que voy a decirle.
Me recuesto en la silla y miro la sala hay dos cámaras una en una esquina cerca de la puerta y otra frente a mí. Detrás del vidrio debe haber más oficiales o al menos el comisario.
El sigue hablando y le prestó atención  no porque vaya hablar sino para tratar de que me de la mayor información posible para darle a Carlos, él no es este tipo de abogados pero es en el único que confió y quiero que lleve el caso, aunque tendré que hacerle creer a los abogados de mi padre que llevan ellos el caso.
-      ¿ha dicho algo?- pregunta el que había salido hablar por móvil.
-      Nada – responde este mirándome – no ha abierto la boca en ningún momento.
-      Tranquilo – contesta el otro  - ya hablara. Hay demasiadas pruebas en su contra quizás quiera hacer un trato.
¿Pruebas? No sé qué pruebas tendrán en mi cuenta pero es obvio que están muy muy equivocados, y de todas formas no voy hablar. En el internado aprendí muchas cosas, y una es a no hablar, el primer año que llegue me lleve muchos golpes por  ser el “chico” nuevo y porque querían sacarme plata por ser la hija de, sabia como sacar muy bien de su casillas a los brabucones de allí y es lo que hare con estos dos. Además de sacar mi faceta fría y comportarme como la niña rica.
-      Debe estar esperando a su abogado – dice y veo cómo se observan – para hablar.
Estoy esperando para que llegue ese abogado y ver qué es lo que intenta que diga.
                                                        ****
Vamos Antón, Gabriela y yo a la comisaria donde tiene a Agos. Damián se disculpó diciendo que él iba ir a la empresa a hacerse cargo de las cosas de la empresa. ¿Qué hermano haría eso? yo dejaría todo con tal de saber de qué le acusan, su rostro no mostro nada es más parecía no interesarle en lo absoluto y es más creo que está feliz de que ella este allí. Ahora más que nunca tengo que averiguar que paso entre ellos.
¿Quién será ese tipo del que le acusan?  La verdad anoche salió y no volvió hasta hoy, quisiera saber dónde estuvo, porque no me dijo a donde iba ni con quien iba a estar. Mierda Ari será mejor calmarme y confiar en ella. Y por supuesto estoy segura de que ella no hizo eso de lo que le acusan.
Al llegar nos encontramos con uno de los abogados, Antón y este se saludan y por supuesto le pide que saque a Agos de qui que ella no tiene nada que ver. Solo responde que hay que ver las pruebas que tienen en su contra y que quizás quieran que se quede allí hasta que tengan otro sospechoso o encontrar al verdadero culpable. ¿Qué abogado habla así? ¿En realidad quiere sacarla de allí? Porque por los gesto y por como habla parece todo lo contrario. ¿En verdad van a dejar que este tipo lleve el caso de mi novia?
Entramos los cuatros juntos  y Antón enseguida se dirige hablar con el comisario y este lo lleva a su despacho.  El licenciado entra en otra oficina y al abrir la puerta puedo verla a ella sentada de lo más tranquila y el oficial parece estar molesto. Una sonrisa aparece en mis labios, me imagino que no ha abierto la boca en ningún momento y además se sienta lo más cómoda como si nada de lo que la están acusando la preocupara.
-      ¿La has visto? – pregunta Gabriela que también alcanzo a ver lo mismo – yo aquí toda nerviosa y preocupada y ella allí adentro lo más pancha.
-      Nosotras debemos estar tranquila como ella, esto es todo un mal entendido. Y al parecer tu hija se está divirtiendo con esos oficiales ¿no les viste la cara?
-      Es verdad  - responde mientras se sienta en el sillón – eso oficiales no sabes lo que les espera pero ¿quiero saber porque están acusándola de algo así?
-      También quiero saber lo mismo y saber quién es ese chico.
Ambas quedamos en silencio, sumida cada una en sus pensamientos, de mi parte sigo intrigada a donde fue anoche y que tardo en volver a casa. Cuando yo llegue de la cena con Damián ella aun no llegaba. Sé que yo le debo más explicaciones a ella, no es tonta y debe saber al igual que yo que las cenas esas son puro cuento de él.
El comportamiento de Dam  hoy y de los últimos días es demasiado extraño, y el hecho de los tickets que me dio de la empresa donde el hizo uso de dinero  no cierra. Y calculado mil veces todos los que tengo para que cierren lo del mes pero de ninguna manera me da.
Y después hay tantas cosas en esta familia que no me cierran, la relación de los dos hermanos, el hecho de que media mañana desaparezcan para hacer otras cosas, bueno eso es entendible, son los hijos del dueño y ambos tienen acciones allí y pueden entrar a trabajar a cualquier horario y si quieren no lo hacen, no le falta dinero en su vida, Antón que parece manejar algunos negocios a escondidas, empiezo a creer que usas las empresas como tapadera.
No sé cuánto tiempo llevamos aquí sentadas, solo vemos como Antón se acerca bastante furioso hacia nosotras.
-      ¿Qué paso? – pregunta Gabriela poniéndose rápidamente de pie cosa que yo imito.
-      Me mostraron unas fotos donde ni siquiera se le ve la cara al que mato a ese chico y dicen que es mi hija. Por Dios es un imbécil, no sabe con quién se metió.
-      Cariño cálmate, ellos tienen que investigar y no traer por una simples fotos a nuestra hija a este lugar como si fuera una delincuente.
-      ¿conoces a ese Jaime? – pregunta Antón volviéndose hacia mí.
-      No, no conozco a nadie con ese nombre ¿Por qué?
-      Es que dicen que el tipo ese intento pasarse contigo en el bar hace unos días y que Agos la amenazo.
-      ¡mierda! Ya sé quién – respondo llevándome la mano a la cabeza – Agos me defendió y le dijo que no se acerque a mí- recuerdo los ojos de ella al amenazarlo, ahora no sé qué creer – eso fue todo.
-      Al parecer alguien vio esa pelea y el que vio eso, está usando eso en contra de Agos.
-      Si – dice Gabriela – hay que buscar al verdadero responsable.
Los tres estamos de acuerdo que todo esto es una trampa de alguien que odia mucho a Agos, pero ¿Quién es? Y ¿Por qué la odia tanto? no sé quién puede llegar a odiarla de esta manera que sean capaz de acusarla de un homicidio. No la veo capaz a ella de hacer algo para despertar ese sentimiento en alguien.
De tanto caminar aquí esperando que el abogado salga a decirnos algo, en cualquier momento haremos un poso por donde vamos y venimos, tanto va a tardar en salir a decirnos algo.
Antón esta con una bronca que no sé cómo hace para controlarse, estoy más que segura que el comisario perdió todo sus favores con esto.
Escuchamos la puerta de la sala donde esta Agos y sale el abogado, al ver al padre de Agostina su frente empieza a sudar.
-      ¿y? – dice Antón acercándose rápidamente.
-      Tu hija no ha dicho nada – responde este poniéndose más nervioso.
-      ¿Cómo?
-      Lo que has oído solo ha dicho que investiguen bien, busque todas formas de que colabore con los oficiales y nada. con su silencio se está complicando las cosas. Los oficiales han dicho que la dejaran en una celda de aquí hasta que un juez decida si le da fianza o no, mientras la investigación se siga llevando acabo.  Ellos creen que ella se ira del país debido a tu influencia.
-      A mí no me interesa esas idioteces. Te estoy pagando para que saques a mi hija de aquí, tienes que ponerte a trabajar en ellos y saber la investigación que llevan estos oficiales ¿está claro?
-      Si señora – nunca escuche a Gabriela hablar así – pero ayudaría que su hija hablara conmigo, podría hacer más por ella y no ir a ciegas.
-      Bien – dice Antón mirándolo con una mirada amenazante – ahora has que podamos hablar con ella. y espero hagas todo lo posible para sacarla de aquí cuantos antes, no quiero que pase ninguna noche aquí.
El abogado solo asiente y tiene toda la frente sudada de los nervios. Habla con uno de los oficiales que trajo a Agos hasta aquí y este levanta la vista mirándonos y le responde algo.
-      Le dan diez minutos para que puedan hablar con ella.
Si más nos dirigimos al lugar donde se encuentra ella. Al abrir la puerta ella está sentada recostada en la silla y con los brazos tras su nuca y los ojos cerrados.
-      Hija – dice Gabriela a su lado acariciando su cabello negro.
-      Mamá no llores – responde ella pasando rápidamente una mano por los ojos de su madre, secándole las lágrimas – estaré bien.
-      ¿Cómo puedes estar tan tranquila? – pregunta su padre.
-      Ellos tienen que investigar padre, por eso estoy tranquila.
Pensé que diría algo más pero miro hacia el lugar donde ella tiene la mirada y hay una cámara con una luz verde que  significa que esta prendida,  supongo que es por eso que ella no quiere hablar mucho. No creo que oculte algo pero no debe confiar en los oficiales. Y está haciendo bien, si a mí me tendieran una trampa tampoco confiaría en nadie, no vaya hacer que con lo que diga usen para incriminarla más.
Ellos siguen hablando con ella, tratando de convencerla de que hable con el abogado y le cuente todo. Solo le responde que él tiene que investigar como los oficiales.
Antes de que se acabe el tiempo nos dejan sola y nos quedamos mirando.
-      ¿sabes quién es Jaime Márquez? – le pregunto.
-      ¿tú también crees que fui yo? – siempre ella respondiendo una pregunta con otra.
-      No, pero te hice una pregunta.
Se levanta de la silla y se sienta en la mesa y me acerca a ella tomando mis manos.
-      Eres bastante inteligente Ari y sabes lo que está pasando, lo siento pero no voy hablar.
-      Lo sé y no espero que lo hagas, tú y yo podemos entendernos sin necesidad de palabra.  ¿te acuerdas la noche que dormimos juntas y que tuve una pesadilla?
-      Por supuesto, no podría olvidarme una noche que dormí en tu cama pero ¿Qué tiene que ver eso con esto?
-      Estoy segura que también te acuerdas que paso antes de que llegáramos a casa – veo como ella asiente con la cabeza- es por eso.
Sé que ella me entiende perfectamente quien es el chico del cual le acusan el homicidio, y no se muchas cosas de leyes y demás pero alguna foto le habrán mostrado para ver si ella decía algo o no.
Golpean la puerta indicándome que tengo que salir, me separo de ella para salir pero en un rápido movimiento se baja de la mesa y me abraza.
-      Confía en mi – me dice en un susurro que solo yo puedo escuchar.
Siento sus labios dándome un beso apasionado que me deja sin aire. Cuando me suelta la veo con una sonrisa y sigo sin entender cómo puede estar tranquila a pesar de saber que es inocente.
                                ****
Sé perfectamente lo que Ari quería decirme lo de antes de dormir y de su pesadilla. Quería darme a entender que el muerto es con quien me pelee en el bar y eso ya lo sabía porque vi la foto que me mostraron pero no podía decirle nada por las cámaras y no voy a decir nada que ellos usen en mi contra.
Me llevan a la celda donde tengo que estar no sé cuántas horas o días, porque escuche que dijeron que van a presentar la causa a un juez para ver si me dan libertad condicional, sé que estos oficiales y quien está atrás de todo esto harán lo posible por que el juez desestime el pedido.
Espero acepta lo de la libertad porque no sé si aguantare estar en esta celdita y con esta cama y colchoncito finito ¿Quién puede dormir en algo así?  Bueno no creo que alguien que este preso injustamente como yo no pueda dormir. Al menos yo confió con en mi gente y sé que saldré de aquí por la misma puerta que entre. Tengo un buen equipo que me sacara de aquí, yo sé dónde estaba anoche cuando mataron a ese chico,  y estoy segura que hay cámara de seguridad que me sitúan en ese lugar.
Ver la foto en la que dicen que soy yo entrando al lugar donde se encontraba Jaime me causo gracia, porque me recuerda a lo del internado cuando se hicieron pasar por mí y sé que esta vez es lo mismo. Esto solo me ha dejado más claro que es Damián el que está detrás de todo esto. La cabeza no le funciona lo suficiente ¿acaso cree que no me daría cuenta que él está atrás de esto? Al menos usar un poco más su cerebro y buscar otra forma de involucrarme en este crimen, no vestirse igual o hacer vestir a alguien igual que yo como hace años.
Sentada en la cama puedo pensar que Carlos llegue cuanto antes, sé que debería haberla llamado a el primero pero bueno lo conozco y sé qué hará las cosas nervioso y necesito que alguien este con él para calmarlo.
Los oficiales se acercan hasta la puerta donde están las celdas y se queda hablando por lo bajo y mirándome. No son más que otro par de idiotas, me tienen aquí  todo ¿por unas imágenes donde parece ser que soy yo? Ni siquiera hay huellas en ese lugar de mí, pero a estos también lo deben estar pagando.  Viéndolos así, no sé si llorar o reír, sinceramente ellos me causan gracia y llorar por que esto están injusto pero bueno tengo que mantenerme fuerte y fría ante esta situación, cuando salga de aquí, estos van a pagármela.
De tanto pensar me duele la cabeza, es imposible que mi mente no funcione a mil, porque encima ese abogado de mi padre no sé con qué cuento me vendrá ahora. Como me había dicho cuando entro a la sala de interrogatorio al ver que yo no decía nada “si tienes algo que ver, dímelo y llegaremos a un acuerdo con ellos, no estarás mucho tiempo dentro” ¿Qué abogado le diría eso a su defendido? Uno muy idiota y encima al que te metió en esto le está pagando. Porque pruebas en mi contra para decirme así, no hay absolutamente nada. Habrá querido que me incrimine pero vuelvo a decirlo está muy mal de la cabeza si cree que hare algo de eso. 
Encima este colchón al sentarme, siento que me estoy sentado en madera de la cama que no sé cómo se llama, bueno debería saberlo pero no estoy en esas cosas y no lo sé, pero volviendo al tema es como si no estuviera sentada arriba de nada.
Me recuesto por la pared y cierro los ojos, no sé porque tengo el presentimiento de que hoy no saldré de aquí, que ese abogado no hará las cosas rápido. Tengo que acostumbrarme a este colchón y sabanas, vaya a saber cuántas personas pasaron por aquí.
Me quedo dormitando cuando me siento como si estuviera en otro lugar.
El frio de la espada la siento introducirse en mi piel lentamente y la sonrisa malvada de Lucifer. Lo miro sin parpadear ni dudar un instante porque eso es lo que él quiere.
-      Por haberme rechazado – escupe las palabras llena de odio – vas a sufrir para irte y aunque quieras no te dejare reunir con ella.
No respondo nada, la fuerza para luchar se me fueron, quizás el saber que ella ya no está.
El continua clavando su espada en mi pecho, allí donde late mi corazón por ella, un ángel que ya no está, que cayó en mano de otro ángel de un hermano. No solo ella, si no otros más, a los cuales no les importó dar su vida para defender de Lucifer a esta tierra de humanos que no están enterados lo que sucede en esta montaña. No tengo miedo a morir, porque soy un ángel y sé lo que tengo que hacer y todo sea por el bien de los humanos e igual que la de mis hermanos, los angeles que han logrado sobrevivir a esta batalla. Puede que mi sacrificio sea en vano, porque tarde o temprano esta lucha entre caidos y los que apoyan a Dios se reanudara.
Los angeles siempre logramos sentir el dolor de los humanos, cuando sufren por alguna enfermedad, dolor por amor, por la muerte de un ser querido o las muerte de ellos mismos, sus tristeza, todo, y ahora es la primera vez que siento el dolor en mi cuerpo en mi propia carne y no el que él llega a nosotros a través de los humanos. La sangre  empezó a salir de mi pecho, sentía el líquido caliente mojar mi piel y la espalda clavarse cada segundo lentamente más profundo.
Lo sigo mirando y el a mí con una sonrisa victoriosa y tan bien levanta la vista al cielo.
-      Mira como cae ante mí el ángel por el cual me remplazaste. Yo soy mejor que ella y ellos que están junto a ti – grita – soy mejor que tú. Ellos también caerán.
Ante ese último grito supe que no se refería solo a los demás angeles sino también a los hombres.
El cuerpo lo siento más ligero y él con toda la rabia clava la espada a travesando mi pecho y lo último que logro soltar de mi cuerpo es un suspiro.
Abro los ojos y quedo con la vista perdida en la reja de la celda, pensando en cómo fue que acabo mi vida de ángel. Por la mano de Lucifer que  hoy en día es mi padre. ¿Cómo se lo llama a eso?
¿Qué haría ahora si supiera que soy ese ángel que el mato por haberlo rechazado? Tal vez si no la hubiera besado al otro ángel, no la hubiera matado, estaría con vida.
Una voz en la reja me saca de mi pensamiento.
-      Sabía que te encontraría aquí- dice cuando me levanto y acerco mirando hacia la puerta que no haya nadie escuchando.
-      No sé dónde más podrias encontrarme que no sea aquí – respondo mirándolo - ¿Cómo llegaste tan rápido? Ni con el avión privado podrias.
-      De algo sirve ser un ángel – contesta sonriendo y tomando mi mano – Carlos está entreteniendo a esos oficiales.
-      No quiero que ellos sepan que él será mi abogado – respondo seriamente – quiero que sigan pensando de que es el otro, hasta estar ante un juez, si es que vamos a juicio. Mientras tanto tienen que investigar quien está atrás de todo esto y buscar las pruebas que me inculpan de esto.
-      Está bien veremos que inventamos para que estos no sospechen nada – responde hablando bajo porque vemos una sombra cerca de la puerta – y por supuesto que investigaremos todo y buscaremos esa pruebas antes de que desaparezcan.
-      Eso mismo quiero que hagan lo antes posible – digo respondiendo de la misma manera hablando bajo – y necesito que hables con Dani.
-      Lo haremos no te preocupes que tu saldrás de aquí, aunque no sé cuánto hará tu abogado para sacarte de aquí. ¿con ella porque?
-      Espero mi padre le haya amenazado o algo para que se mueva rápido. Porque estuve con ella anoche, es mi testigo y no quiero que la encuentren y lleguen hacerlo algo. estoy más que segura que Damián esta atrás de esto, pide una copia de lo que estos tienen y veras que es lo mismo que el internado.
-      ¡No puedo creer que tu hermano otra vez este jodiendote la vida!
-      Shh. No alces la voz – respondo golpeando la reja al ver como el camina de un lado a otro - ¿quieres que estos se enteren todo?
-      Perdón pero es que me saca lo que hace tu hermano. no entiendo que todavía siga con tanto odio contra ti.
-      Uriel el odio de él hacia mí, nunca dejara de existir.
Seguimos hablando un rato más y él se retira. Dice que buscara la forma de comunicarse con mi padre para que me manden algo para comer  y sobre todo si sigo más tiempo aquí.
El abogado vuelve en la noche diciendo que en una semana tendremos una audiencia con un juez por el tema de mi libertad, en tanto  tengo que seguir aquí hasta que encuentre algo para sacarme al menos que yo hable o por supuesto lo del otro sospechoso.
Me tiro en la cama y en este momento no me importa si el colchón es finito, cuanto han pasado por la sabana esta. La cabeza no me da más de tanto pensar en todo esto, en lo que tengo que hacer y decirle a Uriel que haga. Sé que él sabe lo que quiero que haga pero no sé hasta dónde es capaz de llegar Damián.  Cierro los ojos buscando la manera de que se me pase el dolor.
Los días pasan lento  y el dolor de cabeza es el mismo cada segundo que pasa, el abogado de mi padre sigue diciendo idioteces mientras nos acercamos al día que tendremos audiencia con el juez. Él es el único que ha venido estos días aquí,  sé que mi padre debe estar metidos en sus negocios y mi madre dejando que el abogado se haga cargo de todo, como en los últimos años de mi vida. Uriel y Carlos no sé qué andarán haciendo y Ari… lo de ella si es raro que no haya venido, supongo que mi queridísimo hermano anda aprovechando que yo estoy aquí encerrada para tenerla con el todo el tiempo. Eso hace que me llene de rabia y haga que la cabeza me explote más. Para lo único que he salido de esta celda es para ir a la sala con el abogado y me comente sus “avances” o me interroguen los oficiales, sé que me llevan allí para que quede todo grabado en las cámaras pero siguen sin obtener respuestas, y para ir al baño. Después todo el tiempo aquí pensando en mil cosas y mirando las rejas, la pared, el piso, en fin mi vista se queda fija mirando cualquier cosa, mientras los engranajes de mi cabeza funcionan sin parar.
                                            ****
Llevamos varios días en Italia con Manu y Rosa. Uriel ni bien llegamos a este país y tuvo que volver. Solo nos dijo que era urgente que lo hiciera y que en cuanto volviera nos indicaría todo, pero que podíamos empezar hacer lagunas cosas en la empresa, o recorrer la ciudad así no nos perdemos.   Al llegar nos trajo a una mansión a orillas del Lago Como o Lago Di como en italiano, tiene varios nombres y hay varios lagos, el cual este es el mayor. Sinceramente es un lujo  debe ser casa de la persona o personas que nos contrataron para su empresa.  Viendo el tamaño significa que tiene  dinero y no creo que se queden  solo en este país. Por lo que estuve investigando estamos situados en la región de Lombardía, en las provincias de Como y Lecco. 
El lugar es muy lindo, cerca hay un par de montañas. Es un lugar turístico por lo que nos dijo la tata o niñera en español.
Hoy estamos en Milán recorriendo la ciudad y nos sentamos en un café para descansar un poco las piernas luego de estar caminando por varios lados. 
Al entrar me dieron ganar de salir rápidamente al ver que en la mesa de enfrente está sentada la chica con la que encontré a Luz.
-      ¿quiere que nos vayamos?-pregunta Manu al reconocerla.
¿Tanta es mi suerte que tengo que encontrármela aquí?
-      No, vamos a quedarnos-   respondo sentándome   y ellas me imitan. A los minutos llega el camarero y hacemos nuestro pedido.
Manu le dice a Rosa quien es la chica y está la mira y parece sorprenderse.
-      Yo la conozco – dice mirándonos a ambas.
-      ¿Cómo?
-      Sí, de la universidad, era la chica que no le sacaba la vista de encima a Luz y parecía seguirla a todos lados donde íbamos.
-      Bueno al parecer-  respondo mirando mi taza – no paro hasta que la tuvo en su cama o mejor dicho hasta estar en la cama de Luz.
-      No sé - responde haciendo una mueca de duda y antes de que le digamos algo continua hablando – estos meses tuve tiempo para pensar y sabes ella jamás te hubiera hecho algo así, no era su estilo. Si quería mujeres con las cuales echar un polvo y nada más, se las conseguía cuando salíamos. Contigo iba en serio y por la amistad y por todo ella no se iba arriesgar a perderlo.
-      Yo también – responde Manu – sé que debimos decírtelo en ese momento y es que estábamos dolida mejor dicho cegadas por como estabas tú y no queríamos pensar en nada más, pero esa noche que la encontramos a ella no se la veía bien.
-      ¿y cómo se la debería ver? Habrá tenido un orgasmo o cuantas veces lo hicieron y estaba cansada.
-      Tienes razón – dice Rosa tomando mi mano – pero creo que las tres nos equivocamos.
Quedamos en silencio y mientras bebo mi capuchino y vuelvo a pensar en Luz, en ningún momento ella se ha salido de mis pensamientos. Muchas veces en este tiempo pensé en si hice bien en escucharla o no. Y ahora ella me dicen esto y otra vez me siento igual de confundida y lo peor de todo es que no sé dónde está, y si lo supiera, ahora yo estoy lejos con un trabajo al que tengo que cumplir y no puedo abandonar para ir en su busca.
-      ¿puedo hablar contigo? – escucho una voz que me saca de mis pensamientos.
Levanto la vista y veo a la chica mirándome, vuelvo mi vista hacia mis amigas y asientes con la cabeza.
-      Que yo recuerde tú y yo no tenemos nada de qué hablar – respondo seria.
-      Lo sé – dice agachando la mirada como dolida – pero hay algo que hace meses no me da la conciencia en paz, y encontrarte aquí ha sido una suerte y solo quiero decirte esto aunque al parecer es un poco tarde.
-      No te estoy entendiendo – la miro con la duda reflejada en mi rostro – puedes dejar de dar vueltas y decirme – le hago una seña para que se siente en el lugar libre que queda en nuestra mesa.
-      Gracias – dice al sentarse – aquella noche que me pillaste con tu novia te mentí.
-      ¿Cómo? – preguntamos la tres.
Ella agarra una servilleta y la da vueltas en la mano nerviosa.
-      Ella nunca te engaño.


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