Qué estoy sintiendo? - M.G.M - 23

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Corrí al auto, lo puse en marcha y me fui lo más rápido que pude, el tráfico no me ayudo de mucho, encendí la radio y me encontré con “Mi razón de ser”, recordé cuando la conocí, cuando cantamos, todo lo que nos divertimos, paso como un video musical frente a mí.

Llegue a su casa, un niño abrió la puerta y yo entre como si nada, sin preguntar, en la sala se encontraba Sam junto a los padres de Abril.

-Dani- saludo el padre de Abril.

-¿Quién es usted?- preguntó una señora que supuse seria la madre de Abril.

-Soy Daniela Botello, la maestra de su hija ¿dónde está ella?

-En su habitación- contesto el niño que había abierto la puerta.

-Gracias le dije mientras subía las escaleras rumbo a su cuarto.

Su madre comenzó a preguntar para que quería a su hija y me siguió hasta que llegue a la habitación de Abril.

Toque la puerta, pero no recibí contestación.

-Maestra no entiendo que es lo que está haciendo aquí usted, pero me parece incorrecto que entre de esta forma a mi casa, lo que sea que haya hecho Abril puede solucionarlo después, ahora ella se encuentra enferma y no quiere ver a nadie, así que le pido que por favor se marche de mi…

Antes de que la señora terminara de hablar Abril abrió la puerta.

-¿Qué haces aquí?- pregunto al verme enfrente de ella, con ojeras, apestando a licor y muy desalineada, no me había dado cuenta de lo mal de mí aspecto hasta ese momento, ¿Qué pensaría su madre al verme así?

-Yo, lo siento, te vi besando a Judith y yo pensé...

-¡Qué!- grito su madre- Abril, besaste a esa chica, de nuevo con esas cosas, creí que se te había pasado esa estupidez de ser gay, hasta tu maestra ha venido a regañarte, esto te demuestra que lo que haces es un error, yo no quiero una marimacha como hija, te prefiero put…

-Alto- detuve a la señora- Abril, ¿Por qué?

-Yo, no la bese, ella me besó a mí, yo te amo, me duele que hayas pensado que yo…

-¡Que!- exclamo de nuevo la señora- ¿Cómo que amas a tu maestra?, Abril Juárez, esto es inaceptable, te enviare a un convento de inmediato, maestra me disculpo por el comportamiento de mi hija yo…

-Fui una tonta- no deje que la señora terminara de nuevo- no sé cómo pude haber dudado de ti, es solo que… temía tanto perderte que no supe reaccionar.

-Así que te embriagaste con la prima de Mariana, la de la veterinaria- contesto Abril.

-¿Cómo?

-Sí, Margaret es la prima de Mar, ella supo que eras tú, vio una foto nuestra, es por ello que se quedó contigo para cuidarte.

-¿Ya lo sabias?

-Te llame para aclarar todo, pero no contestabas, fui a verte pero me dijeron que no querías verme, le conté a Sam todo, le dije que no te dijera, esperaba que confiaras en mí.

En ese momento la situación estaba de la siguiente manera:

Yo me sentía como la más idiota del mundo por haber dudado de Abril, su madre de Abril estaba al borde del ataque al darse cuenta de que su hija seguía siendo lesbiana y que para colmo estaba enamorada de su maestra, el padre de Abril estaba disfrutando del drama de su hija en primera fila mientras comía una manzana despreocupado por la salud de su esposa, mi hermana estaba de lo más emocionada esperando a que me diera un encerrona con Abril y que por fin tuviera sexo para poder mover al mundo, y el pequeño Tony estaba agradecido de que a nadie le importaría su 5 en matemáticas.

-Abril.

-Daniela, yo no sé si esto pueda funcionar, sé que he cometido muchos errores, que tal vez he sido tramposa, infiel y podre decir que hasta convenenciera, tal vez soy la deshonra de la familia y mi madre reprime sus ganas de abofetearme, pero cuando te dije que te amaba era enserio, nunca en mi vida había sido tan sincera con nadie.

Un nudo en la garganta no me permitía hablar, las lágrimas inundaron mis ojos y mi cuerpo se sentía tan débil que parecía que un simple suspiro provocaría que me colapsará.

-Abril, ¿Qué demonios significa esto?- pregunto su madre que me miraba con una mirada que decía a gritos “maldita perra te matare por corromper a mi hija”

-Ahora, creo que nada- contesto Abril, secando sus lágrimas.

-¡Largo de mi casa!- me grito su madre- no la quiero volver a ver por aquí, la demandare por acoso de menores.

Yo seguía inmóvil frente a Abril hasta que su madre me empujó obligándome a alejarme de la puerta, baje las escaleras sin decir nada hasta que llegue abajo y lo recordé perfectamente.

-¡Tiene 18!- dije antes de regresar corriendo a la alcoba de Abril, toque la puerta.

-Mamá no tengo ganas de explicarte nada ahora me siento demasiado…

No la deje que terminara, la bese lo más apasionadamente que pude, en la sala se escuchaban los gritos histéricos de su madre, las alabanzas de Sam y los aplausos de su padre. 

-Te amo, y confió en ti, confió en que me perdonaras por haber sido una completa idiota, por haber besado a Sofía, por no haber confiado en ti, por no haber reaccionado hace 3 minutos por…

-Un momento- me interrumpió- ¿besaste a Sofía?

-Fue más bien que ella me besó a mí.

-No te creo me engañaste terminamos- cerró la puerta, en cuanto escuche el sonido de esta mi cara se tornó seria de inmediato.

-Este…- fue lo único que alcance a decir antes de que ella abriera la puerta y saliera con una maleta.

-Verdad que se siente feo- dijo antes de besarme- ahora huyamos como en las novelas dramáticas mientras mi madre nos maldice y mi padre nos felicita.

-¿Sabías que esto ocurriría?

-No, yo solo iba a escapar esta noche a casa de la prima de Mariana, ella fue la que me dijo lo que pasaba, además de que a su esposo no le molestaría, fue el quien dedujo que eras la misma Daniela de la que Mar y yo les habíamos estado hablando.

-¿Estas segura de que quieres hacer esto?

De pronto desde la sala se escuchó un grito de su madre –Abril Juárez cuando te ponga las manos encima ya veras, de la iglesia no saldrás.

-Al menos que me quiera convertir en novicia si lo estoy, vámonos de aquí.

Nos dirigimos hacia la salida mientras su madre nos miraba con los ojos desorbitados del coraje.

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