Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Pedacitos de mi vida - Yosuen - 16

Una semana después de aquel espantoso acto de ira por parte de Erick, Keely no había pasado por ahí y empezaba a preocuparme. Frente a Erick disimulaba mi preocupación ya que él estaba aún más nervioso, su hermana no lo había llamada ni una vez y no contestaba sus mensajes ni llamadas.


- tranquilo, necesita tiempo- él se limitaba a mirarme sin expresión alguna y yo le acariciaba su pelo – sabe cuidarse sola y lo sabes. – Expreso media sonrisa y seguimos trabajando – Por cierto, deberías declararte, tal vez te corresponda- le dije riendo y me gire ya que empezaba a ponerse rojo.

- calla – y no pude evitar reírme ante la situación.

Estaba concentrada en mi lecturas sobre la importancia de una buena Administración cuando el sonido tenue de alguien tocando la puerta me desconcentro, se me hizo extraño por la hora que  era, gire a hacia el reloj y vi la hora marcada en números digitales -- 11:46 pm, ¿Quién será a esta hora?--Fue uno de los pensamientos que obtuve, y el otro -- ¿un ladrón?- - me levante sigilosamente de la silla para tomar una sombrilla de metal algo pesa, que nunca usaba por lo mismo de su peso. Afuera estaba lloviznando y mis nervios empezaron a ponerse tensos, no sabía si preguntar por quién era,  y mi ritmo cardíaco se sobresaltó cuando escuche la puerta sonar de nuevo.

- Yae – sonó la voz desanimada de Keely detrás de aquella puerta, lo cual hizo que dejara la sombrilla aun lado y en acto rápido abriera la puerta. Se encontraba totalmente mojada y tenía una expresión dolida, me quedo viendo unos segundos y se lanzó contra mi cuerpo soltando en llanto, mil pensamientos pasaron por mi mente pero me limite a abrazarla sin importarme que empapara mi ropa.

Aquellas imágenes volvían atormentar mi mente una vez más,  y como siempre despertaba agitada y con mis manos aferradas fuertemente a las sabanas,  no comprendía que era lo que pasaba o  lo que podría significar aquello, un leve movimiento me saco de mis pensamientos y me gire hacia el cuerpo que estaba a lado mío y observe aquel rostro profundamente dormido, note que aun sus ojos estaban hinchados de tanto llorar. Aquel estúpido hombre seguía engañándola pero esta vez ella lo descubrió y fue de la peor manera, el idiota se atrevió a llevar a una de sus conquistas a su casa y por si fuera poco los encontró revolcándose en su cama.  Note como su piel se estremecía  por el frío que se sentía y tire de la sabana para en volverla suavemente.

Eran las 3 de la mañana tenía que lograr dormir un rato ya que iría a la escuela, aquella noche fue larga y sabía que no estaría en las mejores condiciones, di un suspiro profundo y me recosté tratando de conciliar una vez más el sueño, pero todo aquello fue en vano, de alguna manera me sentía inquieta, mi cabeza empezaba a dolerme así que decidí  levantarme resignada al no poder descansar, empecé con una rutina de ejercicios para después meterme en la ducha, la cual me relajo un poco, cuando llego la hora de irme, me debatía entre despertarla o  dejarle una nota, me acerque a la cama despacio, observando detenidamente su rostro ahora más relajado y sumergido  en un profundo sueño, tome uno de sus hombro moviéndolo levemente para no asustarla, ella abrió los ojos pesadamente y me acerque un poco a su oído.

 - Tengo que irme, puedes quedarte todo lo que quieras, hay todo lo necesario en la cocina si apeteces comer algo- le sonreí tímidamente y ella se me quedó viendo fijamente, después de sonreírle nuevamente, bajó la mirada – Discúlpame, no pudo quedarme, esta clase es importante- asintió aun con la mirada hacia abajo, estaba dispuesta a salir de aquella habitación cuando ella me abrazo, hundiendo su rostros en mi espalda dijo con voz suave.

- Gracias – Escuche su respiración agitada, estaba tratando de no romper en llanto, me gire para abrazarla fuerte.

- Tratare de regresar temprano – No sabía que palabras utilizar, sentí como se separaba suavemente y su rostro esbozaba una media sonrisa.

- voy a estar bien, no te preocupes- asentí con la cabeza  y salí de la casa aun preocupada así que decidí hacer una llamada a aquel chico que debería estar aún preocupado, sabía que tal vez a Keely no le agradaría pero no quería que estuviera sola.

Era mi último año en la universidad y no podía concéntrame,  aquello estaba desesperándome, aquel sueño atormentándome el cual se hacía cada vez más presente,  Keely se estaba quedando en mi casa. Cada noche le llevaba una taza de caféy ella se recostaba en el sillón  para tomarlo con tranquilidad, mientras que yo trabajaba en una pequeña mesa colocada justo enfrente a ella,en aquellos momentos notaba en su expresión tranquilidad, pero sabía que estaba fingiendo estar bien, aparentando ser muy fuerte, aunque abecés me daba la impresión de que en verdad no le había afectado tanto, después de trabajar un rato en mi tesis y notar que de nuevo me había sumergido en mi trabajo, giraba a ver la hora, siempre terminaba muy tarde, y hay estaba Keely en el sillón totalmente dormida, como cada noche la despertaba despacio y la ayudaba a llegar al cuarto.

- Deberías cargarme- dijo fingiendo molestia, mientras se colgaba de mi brazo como si no pudiera mantenerse de pie, solté una pequeña risa.

- Imposible, pesas mucho – Soltó mi brazo y antes de darme cuenta dio un brinco en mi espalda colocando sus brazos sobre mis hombros, trato de abrazar mi cintura con sus piernas pero cayeron sin soltarme del abrazo.

- Debes sostenerlas – Dijo riendo y sin darme tiempo a protestar volvió a dar un brinco, esta vez sostuve sus piernas antes de que cayeran y escuchaba su risa divertida sobre mi oreja – camina – coloco su mentón sobre mi hombro, moví la cabeza en negación empecé a caminar con dificultad – vez como no peso – sin separar su mentón. Al llegar a la cama me gire quedándome de espadas para que bajara en ella, pero se mantuvo inmóvil, trate de sacudirla pero eso provoco que perdiera el control y cayéramos juntas, soltó un gritillo al caer, y reímos un rato por la situación, nos acomodamos para dormir, en  poco rato nos quedamos profundamente dormidas.

Las semanas pasaba y yo me estaba acostumbrando a tenerla a mi lado, no me había dado cuenta que con aquellas risas, aquellas tazas de café y cada salto en mi espalda hacían que mi corazón empezar a latir más rápido, hasta que decidió regresar a su hogar.Tenía claro que no podía quedarse para siempre, pero no había imaginado que me iba a doler cuando lo hiciera, que dejaría un vacío en mi otra vez. Me dolió darme cuenta que aquel esfuerzo por olvidar ese sentimiento que me atormento por un largo tiempo simplemente había sido en vano, que me había engañado a mí misma creyendo que algo tan grande podía olvidarse. Estaba claro que no podía decirle, ya que eso haría que se alejara nuevamente de mí, y no quería que eso sucediera, así que decidí guardármelo para mí.

El tiempo era algo que no podía hacer que aquel sentimiento se apaciguara, me la pasaba fingiendo no molestarme cada vez que un chico se le acercaba o tratando de que no me delatara mis sonrojos cada vez que ella se acercaba o decía algo lindo sobre mí, tratando de disimular que la amaba con locura y diciéndome a cada rato que todo el cariño que me daba era porque éramos amigas. Confundiéndome abecés por sus miradas, y por las tardes de películas que pasaba conmigo, molestándome con las palomitas de maíz, o cuando me quedaba dormida en aquella mesita céntrica abrumada por el trabajo de la tesis y ella se molestaba en llamarme sabiendo que me había quedado dormida, asegurándose de que me fuera a la cama. Todos esos detalles que tenía conmigo me hacían feliz y desdichada al mismo tiempo, porque sabía que solo lo hacía porque éramos amigas.

Aquel día había visitado a mi familia ya que se celebró el cumpleaños de mi madre, ya no soportando la aprensión de aquel sentimiento quería ahogarlos en el alcohol, sabía que no era la mejor manera de afrontarlo pero ese día no podía más, ingería poco a poco esa bebida embriagadora relajando mi mente, horas después me retire alegando que tenía que descansar, pero en realidad a ellos no les gustaba verme tomar así que fui a un sitio especial para seguir lavando aquel sentimiento. Al poco rato recibí una llamada a mi celular, al ver borrosamente el nombre, mi corazón loco ignoro todo aquel alcohol ingerido y salto de alegría.

- Hola – mi voz ya sonaba pesada por los efectos del alcohol, se escuchó un silencio del otro lado del teléfono.

- ¿En dónde estás? – su voz era seria, con un poco de molestia

- hola hermosa, estoy celebrando – mis sentido estaban perdidos, y mi cordura también – celebrando mi estupidez jajaja- reí fuerte

-¿Estas tomada?, ¿Dónde estás?- su voz aparentaba desesperación y molestia.

- En el mismo bar que tomamos aquella vez-  dije alfin de un largo silencio, sabiendo que con aquello habría la posibilidad de que viniera y yo soltara la boca, se escuchó como cortaba la llamada y di un gran suspiro, pedí otra ronda cervezas para esperar aquella chica. Cuando llego ya me encontraba notablemente mareada, se sentó a mi lado y tomo una cerveza para empinársela toda, mi ojos demostraron impresión, - ¿vas a celebrar conmigo? – y sentí su mirada con furia.

-Noo, vine hasta aquí para llevarte- tomo mi mano tratando de jalarme pero puse resistencia, si seria a irme con ella perdería el control y  la besaría.

- Lo siento, pero no te pedí que lo hicieras, estoy bien, así que puedes irte- se me quedo viendo incrédula de mis palabras, mire la botella de cerveza que tenía en mis manos, tratando de evadir su mirada. Observe de reojo su silueta parada a mi lado y como bajaba la mirada, dio la vuelta.
- Eso me pasa por tonta - alcance a escuchar aquellas palabras y me gire sorprendida viendo como salía de aquel sitio, volví  a mirar la botella en mi mano unos segundos y di un suspiro pesado, cerré mis ojos y pude ver su cara atónita y con un aire de tristeza de hace rato, volví a suspirar y me dije.

- ¿Cómo puedes controlarme? – sonreí a mi pesar y me dispuse a alcanzarla, pero mis pasos eran torpes y mi visión era casi borrosa, al salir del bar gire hacia los lado tratando de verla, pero tuve que entrecerrar muchos los ojos para evitar que viera doble, cuando logre contactarla sonreí como idiota y me dirigí hacia ella,  observe que alguien se le acercaba y la tomaba de la cintura, me quede estática, no pude moverme y me dolió el corazón, baje  la mirada y estaba dispuesta a dejar ese lugar cuando vi que estaba forcejeando, como pude trate de llegar a ellos y con esfuerzo evidente empuje al tipo que mangoneaba a mi Keely, tratando de no caer por el estado en que me encontraba, pose mi mira en aquel cuerpo en el suelo y al ver su rostro una ira incontenible surgió en mí, apreté mis puños fuertemente y estaba preparándome para defenderla a como diera lugar porque ni yo creía que podría hacer algo y menos en ese estado.

- Maldita zorra- Escuche que decía molesto, se levantó rápido, mientras Keely se ocultaba detrás de mi espalda – Keely amor, solo quiero hablar contigo- se acercó mirándola.

-No tenemos nada de qué hablar- tomo mi espalda y asomo su rostro sobre mi hombro, escuchaba su respiración agitada y aquel hombre se acercó con intenciones de tomarla.

- Ya escuchaste, no quiere hablar contigo -lo empuje de nuevo, sin perder de vista sus movimientos, aunque no podía hacer mucho por la visión tan pésima que tenía, sin darme cuenta del cómo,sentí un golpe en mi mandíbula.

- Tu cállate estorbo – caí al suelo dejándome aún más mareada de lo que estaba, solo escuchaba un grito ahogado de Keely.

- Corazón tú tienes que estar conmigo, no voy a permitir que te vallas de mi lado- la voz de aquel se escuchaba autoritaria.

- suéltame, déjame en paz, te odio- me incorpore dolorosamente y observe el forcejeo, mi estómago empezó a revolverse y de donde pude saque fuerza para acercarme lentamente, contuve mi furia tratando de concentrarme, y di una fuerte patada que se estrelló en la parte media de aquel idiota, supuse que le había provocado mucho dolor por que cayó al instante sujetándose su  parte y aullaba dolorido, Keely sin pensarlo tomo mi mano y me jalo hacia su coche.


- Maldita, te vas a arrepentir – escuche la voz dolorida del hombree ingrese como pude en el auto, cuando escuche que arranco,recosté mi cabeza en el asiento quedándome dormida. Sentí un movimiento leve en mi brazo y la voz queda de Keely llamándome, habíamos llegado a mi casa, salí del auto apoyándome en ella, caminando tambaleante ya que realmente me había afectado el golpe, aunque no sentía dolor, llegamos hasta la sala y me acomode en el sillón recargándome exhausta, al poco rato estaba Keely sentada a mi lado y tenía un algodón en mano, me limite a mirarla sin expresión, casi ignorándola por completo, el sueño me invadió completamente, subí mi cuerpo completo en el sillón escuchando un reproche de ella, y empecé a soñar. Todo parecía tan real, pero sabía que aquello no era real, soñé que ella abría mis piernas para instanciar las suyas y tomaba mi rostro para untar alcohol en la herida del labio, el dolor parecía tan real que emití un - - auch, duele - -, y escuchaba como reía divertida después de contestar - - Lo siento - - y en mi sueño tan real la observaba callada y concentrada en curar la herida, acaricie su rostro sonriendo levemente escuche un - - ¿qué pasa?- - ella sin quitar esa sonrisa que tanto me gustaba y yo sin dejar de acariciarla - - eres tan hermosa - -, y note como se sonrojaba y solté una leve sonrisa cerrando mis ojos, ella se había detenido y estaba inmóvil, abrí mis ojo y me encontré con su mira seria, me la quede viendo fijamente, deseando besar aquellos labios desesperadamente, pero eso solo era un sueño así que podía hacerlo porque no era real, aunque no hubo necesidad de hacerlo porque ella tomo mi rostro con sus dos delicadas manos y acerco lentamente su rostro, sentí su aliento chocar con el mío, y el rose de sus labios desboco mi corazón con cada movimiento despacio,cálido y sedoso, tomé su cintura delicadamente apasionando más el beso, todo se sentía tan real, tan presente. Se levantó del sillón sin romper aquel beso y me jalo hacia ella, caminamos hacia la habitación, ella colgándose de mis hombros y yo aprovechando  para sumergir mis manos entre su piel y la ropa, ahora me besaba con desbocada pasión y  me dejaba llevar por aquellos dulces movimientos, al llegar a la cama la acosté lentamente, de ninguna manera rompería aquel largo y delicioso beso así que como pude me coloque debajo de ella sintiendo su cuerpo rosar con el mío, ella bajo sus manos  a mi cintura, metiéndolas sobre las ropas y aquel contacto hizo que saliera un gemido desesperado y me separe de aquellos labios para comenzar a besar su cuello, sabía que aquello le gustaba por que escuchaba su respiración en mi oído, sentí un leve mordisco en mi oreja y eso provoco que  succionara despacio aquella piel, sabía que eso iba dejar una marca y ella me aprisiono sobre la cama mirándome divertida, bajo su rostro para morder mi labio pero no había medido el lugar y me lastimo la herida dando un reproche por eso - - auchh - -, se separó lentamente y sonrió, cerré mis ojos unos instantes, aquello parecía real, pero era un sueño, tan solo un sueño. 
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1 comentario:

  1. De verdad que muchas felicitaciones! Has sabido llevar muy bien esta historia, estoy ansiosa por leer lo que sigue, no tanto por la intimidad de las chicas sino porque espero que de verdad se den las cosas entre ellas, saludos!

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