Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Inevitable - Eugeene (Cap. 23)


¿Por qué se había resistido todo el tiempo? Si cuando ella misma sabia que estar cerca de Naomi por otro segundo más las llevaría a la locura o al paraíso. ¿Por qué actuar natural o fingir que nada había pasado? Si en realidad lo que mas quería es que Naomi supiese como se sentía. ¿Por qué seguir el mismo comportamientos de años? Si lo único que desembocaba era la soledad ¿Por qué no cambiar definitivamente?

La persona que tenia en frente era la única que podía trastocarla como nadie lo había echo desde Heck, la única que realmente provocaba una temblor interno y una sensación de soledad si no la tenia a su lado. ¿Pero por qué se comportaba así? ¿Tenia miedo?  … la ultima pregunta hizo eco en su mente, ¿Miedo a que? ¿Perderla? ¿La tenia? Todas estas preguntas y algunas aun mas profundas hicieron mella en su cuerpo mientras que Naomi y ella se fundían en un beso apasionado en el baño colocado a la par de la oficina.
-Dios- dijo la morena – eres tan hermosa- aprecio desde el cuello blanco.
Por alguna razón que no podía explicar ni ella misma todavía, no podía ser objetiva. Lo que se había planteado esta mañana en ser cuidadosa sobre el plan, estaba lejos de su mente. Kall jadeando con fuerza en su oído izquierdo no hacia mas que acrecentar su necesidad de quitarle la ropa y tomarla acá mismo.
El baño era lujoso pero pequeño, aunque esto no era un impedimento ya que tanto ella como Kall querían apretarse más la una contra la otra. No recordaba bien como había llegado, pero si recordaba como rebotaban con fuerza contra las paredes, en un intento desesperado por sentir el cuerpo de la otra contra el suyo, para acercarse un poco más hacia aquel paraíso que las llevaría temporalmente a la locura. Empujo casi sin delicadeza a Kall contra la otra pared a fin de ser ella la que llevase la delantera y en cuanto presiono su cuerpo contra Kall pudo sentir como se estremecía. Aunque no pudo distinguir si era ella o Kall.
Percibir a Naomi sobre su cuerpo, era quizás la emoción más deliciosa que podría haber experimentado en su vida. El calor ya se estaba arremolinando sobre su vientre y se dirigía peligrosamente hacia el sur amenazando con excitarla de tal manera, que solo horas y horas de pasión podrían saciarla.
Como si el pensamiento fuese un mapa, un dardo o simplemente una cruz roja, le señalaban donde se encontraba, en que lugar del espacio-tiempo que el destino había preparado para el segundo encuentro intimo entre ellas. Ella no podría hacer esto aquí. No importase que fuese Naomi con quien estaba, no importaba con quien fuese. La idea de ser descubierta la dejaba K.O. Era sentido común y maldición que ella tenia bastante de eso.
Podría jurar que sentía como el calor mutuo, el sofocamiento o el aura que ambas habían construido con creciente anhelo se iba apagando y no por su parte, sino por Kall. Se pregunto internamente que era lo que había pasado, de que manera podrías estar tan caliente y al siguiente segundo controlarte. Era simplemente increíble. Simplemente única y casi fascinante.
Noto cierta presión en sus hombros y como una fuerza la arrastro a ella contra la pared. Se sorprendió ligeramente, no sabía que Kall poseería tal magnitud de fortaleza. Era delicada y pequeña –en comparación con ella- con cierto aire de fragilidad. ¿De donde sacaba aquella energía? No tuvo demasiado tiempo para seguir pensando, ya que por algún extraño flujo del universo, Kall parecía volver a encenderse y con ella, la arrastraba.

Había intentado por todos los medios posibles controlarse. Pero había sido inútil. Naomi solo la besaba y hasta era de una manera burlona, porque la dejaba decidir si seguir o parar. Y aunque lo había tratado, Dios, si que lo había intentado, no había podido debido a la fuente de dulzura que emanaba la boca de su alumna. No podía resistirse o quitarse porque la boca de Naomi era como un imán. Que la atraía y la dejaba deseosa de más inclusive.
Algo dentro suyo se rendía, se rompía y quebrajaba. Y tampoco quería luchar contra ello. Ya había tenido bastante en los últimos años y si la felicidad se presentaba de esta forma insólita, la tomaría y no la dejaría escapar. No otra vez. Justo cuando su elección había sido tomada, lo escucho.
Esto estaba definitivamente en otro nivel. Si bien la noche anterior había sentido pasión por parte de Kall, esto era, definitivamente otra historia. Kall plasmaba con tanta libertad y determinación el mismo punto de vista que ella había dejado en claro, cuando había rechazado la llamada de Lane. Que esta persona fuese la misma que hacia dos segundos hacia mas complicado el encontrarle el defecto, y solo la incitaba a caer mas fascinada por ella. Casi como si su plegaria de despertar del sueño idílico fuese escuchada, Kall se separo bruscamente y lo siguiente que supo fue que su mejilla ardía de una manera intensa.
Tenía la vista hacia la pared del costado y capaz que se debía principalmente a que la acababan de abofetear de una manera casi brutal. Repaso mentalmente algún error que podría haber cometido para que el acto de Kall la justifique, pero no encontró nada. Solo un calor intenso en el fondo de su vientre y la necesidad de tener a Kall contra ella y adentro de ella. Seguía pensando hasta que sintió como una mano cálida se posaba sobre su mandíbula para atraerla ¿La besaría de nuevo? Solo supo cerrar los ojos a la espera de lo alcanzable pero jamás llego. Aunque un ruido si lo hizo.
-Kall, lamento ¿interrumpir? – pregunto una confusa Lane.
-No te preocupes – escucho la voz gélida de Kall contra su rostro– Estaba examinando a Naomi – dijo con naturalidad mientras se alejaba.
¿Examinando? Abrió los ojos de golpe y se dio cuenta de las miradas en el cuarto de baño sobre ella. Unos ojos castaños la miraban profundamente en busca de un signo de malestar mientras que unos ojos color bosque oscuros –debido al deseo – solo la miraban distraídamente. Como si el objetivo fuese realmente el que la estuviesen examinando. Y en aquel momento lo comprendió.
-Tengo hinchazón debajo del ojo izquierdo – señalo justo el punto donde su piel todavía ardía por la acción de su jefa.
-Se ve bastante rojo – dijo preocupada Lane - ¿Quieres ir al medico?
-Nah – le resto importancia – estoy bien.
-Creo que deberías ir – concreto Kall y se dio vuelta en dirección a Lane - ¿Podrías acompañarla? – observo como una queja saldría de la boca de su secretaria compartida y como Kall volvía a callarla – Naomi desconoce donde esta el medico y me gustaría que tu a acompañases porque debo revisar la próxima reunión– y el rostro de Lane se ilumino al recibir la preciada sonrisa de Kall. Estaba enfadada, primero la bofetada, después el fingir y ahora le regalaba sonrisas a Lane en vez de a ella… ¡A quien había golpeado!
-Bien – respondió de manera animada. Siempre que recibía la sonrisa de Kall su cuerpo se llenaba de alegría - ¿Vamos Naomi?
-Por supuesto – dijo con fingida alegría. Si Kall quería jugar a que no eran nada, entonces acabaría en ‘’GAME OVER’’. Paso sin reparar ni siquiera un segundo en su fuente de nervios y siguió sin muchas ganas a Lane.
Dejo espacio para que pasen ellas dos y en cuanto lo hicieron se recostó con un silencioso suspiro en la puerta. Había sido simplemente una montaña rusa de emociones y que gracias a Lane había tenido un final feliz. Considerando el hecho de que feliz significara una mejilla colorada y una Naomi enojada.  Pero ya no había mucho para hacer más que buscar las carpetas y prepararse para su reunión que se llevaría a cabo en menos de media hora y de la cual no tenia la mínima idea.
Aun en medio de todo lio, se sentía afortunada. Afortunada por que podía besar a la persona que movía su mundo, afortunada por la vuelta y caridad del destino de dejarla ser una vez más y afortunada porque podía ver como causaba emociones en una Naomi que solo era superación y confianza pura. Y allí de pie en su oficina y con las carpetas desbordando sus manos, sonrió tanto interior como exteriormente.
Caminaba sin pensar demasiado el camino, solo seguía a Lane. Su humor estaba de perros y no era para menos. El camino no había hecho mas que recordarle hacia donde se dirigía y porque se dirigía a ese lugar. Lane por otra parte no hacia mas que hablar felizmente sobre lo ‘’bondadosa’’ que era su jefa y ella no tenia mas ganas de escucharla. La veía caminar alegremente y casi dar saltos de emoción por una simple sonrisa que había recibido. ¿Qué haría si supiera lo que ella había recibido antes que ella entrase? ¿Se desilusionaría? ¿Las delataría? Se dio cuenta que estaba siendo mas infantil que un niño de 6 años al refregarle una dulce a otro que no tenia nada, así que simplemente decidió que aguantar seria lo mejor.
Por alguna obra divina, llegaron al medico sin que Lane siguiera babeando por alguien que ni siquiera estaba con ellas. La puerta de un color marrón barnizado, se veía brillante y más aun la placa con el nombre del doctor que ella por supuesto ignoro.
-Mi misión acaba aquí – anuncio orgullosa.
-Espera- la sostuvo del antebrazo antes que Lane escape - ¿No entraras conmigo?
-No – declaro confusa - ¿Tienes miedo?- pregunto con un ligero tono de burla.
-No es eso – no podría explicarlo bien pero no le agradaba la presencia de un doctor con ella, y menos si ella no tenia la culpa de estar allí - ¿Podrías quedarte? – pregunto lo mas dulcemente posible.
-Me encantaría – dijo con sinceridad – pero nuestra sección ha quedado sin nadie y Kall me necesitara para los últimos detalles – miro la puerta y la golpeo suavemente – ella te encantara, no te preocupes – intento tranquilizar por ultima vez a Naomi antes de soltarse y emprender camino hacia el elevador que se abría invitadoramente.
Salió del ascensor con una sonrisa en su rostro. Le encantaba trabajar con Kall y quedarse a solas con ella aun más. La vio aparecer por la puerta de su oficina mientras distraídamente miraba la hora. Dios, era tan malditamente hermosa. El perfecto rubio caía en ligeras capas desordenadas que rozaban deliberadamente aquellos hermosos hombros que ahora se mantenían cubiertos por la camisa que acompañaba al conjunto pollera de Kall. Los ojos de ambas se encontraron y su corazón salto de alegría, una alegría que Kall nunca noto.
-¿Estas lista?-pregunto Lane
-¿Alguna vez realmente lo estamos? – respondió con cierta duda. El pasado siempre estaría fresco y era el por que ahora siempre se preparaban de ante mano con todos y todo.
-Siempre estas preparada – elogio. Recibió una sonrisa aun más amplia y un codazo por parte de Kall al momento que entraban en el ascensor dirigiéndose a la sala de juntas en el piso 20.
-Tú me ayudas a estarlo – dijo sin rodeos y sin ver como la piel porcelana británica se ruborizaba.

 En el momento en el cual Lane la había dejado sola frente a una puerta abriéndose solo había querido correr desesperadamente pero una mujer de su altura mirándola y escrutándola sin permiso se lo impedía. Ahora sentada en frente de la desconocida las cosas no parecían acabar pronto.
-¿Podrías decirme como te lo hiciste? – pregunto dulcemente la doctora.
-Solo me salió – dijo fingiendo ignorancia. Observo como la doctora levantaba una ceja y cambiaba de pierna.
-Podríamos fingir que te creo o bien podríamos ser honestas.
-Entonces, créeme- dijo en un tono sensual. En cuanto la puerta del consultorio se había abierto la imagen de una hermosa mujer la había impactado. Sin embargo ella nunca se dejaba sobrepasar, su mascara de confianza y arrogancia acudían a ella casi inconscientemente y lo agradeció por que la belleza en frente era demasiado.
-Bien – respondió de manera cortante. Se levanto e hizo un gesto para que se sentase sobre la camilla a fin de poder examinarla mejor. Cuando la obedeció, se acercó y comenzó a examinarla – fingiré que te creo y te daré una crema para la hinchazón. Si no disminuye o vuelve a salir – dijo lo último en un tono dudoso – consúltame de nuevo-  y se fue al otro lado de su escritorio.
-¿Es todo? – pregunto esperanzada. Por  un lado solo quería huir de allí y por otro ver como se desarrollaría una posible aventura con tal mujer. La doctora emanaba auras misteriosas, sensuales y magnéticas. Obviamente que no tanto como una persona en particular que recordaba, pero tampoco era cuestión de dejarlo pasar. Ella no pertenecía a nadie y nunca lo haría. Así lo había jurado en aquella estación de tren.
La reunión se extendía más de lo que pensaba que duraría. Detestaba tan largas reuniones pero contaban con el apoyo de que siempre investigaban y ahora siempre estaban más que listas. El director había comenzado con su discurso introductor tradicional, los empresarios le siguieron el juego de manera predecible y su papel se había desempeñado de la mejor manera posible. Solo quedaban algunos arreglos debido a la fusión por parte del otro equipo y sus abogados que parecían querer poner un palo en cada rueda que ella hacia girar. De una u otra manera aquellas ruedas girarían sin importar que tantas trabas se encontrasen en el camino.
Finalmente la reunión pareció cerrar un trato justo para ambas empresas y mostrar el camino a la ‘’felicidad’’ que no era mas que un montón de signos de dólares para todos. Ella no era que no los necesitara, pero tampoco desesperaba como los demás. Aquellas cosas jamás habían importado, solo la sensación de poder llevar a cabo una prueba y superarla le daba realmente vida. Para su suerte, en el camino se encontró gente que la apoyaba en su sueño y así llego donde estaba.
Salió perezosamente de la sala de juntas y encontró su transporte de metal llevarla a su piso. Camino sin preocupaciones y a un ritmo lento-por la paz- hasta encontrarse con Lane. Estaba parada, con el teléfono entre la oreja y su hombro izquierdo mientras que con la otra mano buscaba algo nerviosamente en los papeles. Se acercó para ayudar y su secretaria le mostro sus dientes perfectamente cuidados en agradecimiento.

No debería estar paseando, lo sabía. Pero tampoco quería volver a la boca del lobo y menos si caperucita (Lane) se había aliado con él. Sentada en la cafetería podía observar la gran cantidad de gente que poseía la empresa. Si bien su sector era uno de los más privilegiados, (gracias  a ellos podían realizar fusiones con otras empresas y mejorar los ingresos) todavía se sentía ligeramente pequeña en comparación con las tropas de gente que se movían de un destino a otro para alcanzar su objetivo. Por ahora estaba tranquilizándose y se encontró con que quizás ya seria la hora de volver. No podría dejar a Kall todo el trabajo o todo el día con Lane.
La idea del plan todavía rondaba en su cabeza y se encontró en un dilema. ¿Volvería con Kall para que no mire a nadie mas que a ella por su plan o por ella misma? La pregunta choco demasiado fuerte en ella y apretó con tanta fuerza la tasa de plástico de café que derramo unas gotas de café por las grietas donde se clavaban sus uñas. Emprendió el paso hacia la oficina mientras distraídamente tiro el recipiente de café dañado en un cesto de manera despreocupada.

-¿Naomi? – pregunto porque la ansiedad ya era muy grande para ocultarla.
-No ha vuelto del medico todavía.
-¿Todavía? – empezó a preocuparse. ¿Por qué tardaba tanto? ¿Acaso le había hecho realmente daño? Lo había hecho por puro impulso. Siempre que la situación necesitaba de una acción sin pensar, ella la llevaba a cabo aun en contra de su propia voluntad. Ella sin duda no habría elegido golpear a su ex-alumna pero al ser innata su reacción frente a las situaciones, así se había dado. Tenia que hablar con Naomi y pedir perdón – Iré a buscarla – dijo mas de manera informativa para una Lane que la veía alejarse con tristeza-.
Tuvo que esperar unos momentos antes de que algún ascensor se dignase a abrirse. Cuando se inserto en él, se dio cuenta que posiblemente no este en la empresa Naomi. Así que salió como una flecha a buscar las pertenencias de Naomi y volvió casi volando al mismo ascensor que por algún milagro no se había fugado. Presiono el botón 8, que era el área de descanso, la cual contaba con una cafetería-bar  y un amplio balcón para el sector de fumadores. Las puertas se abrieron y al salir choco con una mujer. No presto mucha atención y solo pidió un perdón sin sentimientos mientras se adentraba al octavo piso. Antes de que tuviera oportunidad de buscar con la mirada, un brazo la atrajo desde atrás y la obligo a entrar de vuelta en el ascensor.
-Que demon – estaba a punto de maldecir y cuando enfoco bien el rostro que tenía en frente, se relajó – Estaba buscándote.
-¿Si? – Pregunto con incredulidad – medio tarde lo haces – reprocho.
-Yo pensé en… darte tu espacio – admitió tímidamente.
-Gracias por eso – más que un agradecimiento sonó como un hechizo de soledad. Lo único que había podido descifrar era que si Kall hubiese corrido tras ella, ahora ella misma no tendría semejante dilema sobre dejar o no a solas a Lane y Kall.
-Perdona – dijo suavemente mientras con sus dedos tocaba muy superficialmente para no causar daño la leve hinchazón que se abría paso en el hermoso rostro de Naomi- no era mi intención lastimarte.
Sintió estremecerse hasta la punta de los pies y se debía a que la mano cálida de Kall no trasmitía sentimientos de lujuria sino de ternura y amor. Cosas de las que jamás había experimentado por culpa de su encierro emocional. En aquel momento el ascensor que ajeno a ellas seguía andando, se paró y dejo entrar un número de personas. Ella y Kall se vieron obligadas a juntarse por la falta de espacio y su corazón comenzó una danza acelerada por la dulce compañía de su compañera.
-¿Te vas a tu casa? – pregunto para crear una conversación de lo contrario comenzaría a besarla aquí mismo.
-No, son tus cosas – dijo Kall al momento que se las pasaba – tu te iras a casa.
-Pero – fue interrumpida.
-Pero nada, te lo debo y tampoco creas que es una especie de vacaciones. Vuelve e investiga los contratos que se llevaran a cabo mañana – vio como Kall comenzó a ponerse nerviosa y tímida de repente – perdona una vez mas – dijo acercándose lo suficientemente cerca para que nadie la oyese – prometo recompensarte – dijo en un susurro en su oído demasiado seductor mientras que sintió como la mano de su jefa acariciaba lentamente su vientre. Entonces el ascensor se abrió y con una gracia única, Kall salió de él.
La declaración de Kall la tomo por sorpresa y solo supo inclinarse hacia atrás en busca de apoyo. El fuego interior no parecía calmarse contra la frialdad que sentía en su espalda por el ascensor de metal ¿Qué tenía Kall que con una simple frase podía movilizarla enteramente? El vientre le aleteo en anticipación y su mente se lleno de vagos recuerdos que parecían lejanos y que no eran más que el producto de una noche anterior.
Una señora tuvo la consideración y se dio vuelta hacia ella - ¿Estas bien niña? – pregunto en tono afable quizás por la palidez de Naomi.
-Si, no pasa nada – dijo mentirosamente mientras que por dentro, le pasaba de todo.


Pd: Chicas, lamento no haberles traído el capítulo la semana pasada. He estado con los últimos parciales y he pasadoJ, pero todavía quedan los finales que son los que realmente importan…. En fin, a lo que quiero llegar con esto, es que ahora no tendré mas clases por lo que sí puedo intentare traerles una que otra semana dos capítulos. Sepan esperar y serán recompensadas J
Gracias a todas las que me saludaron para mi cumpleaños! Fue muy tierno de su parte comentarme y desearme un feliz día… lo tuve y en parte fue por sus comentarios J.
Feliz fin de semana… Eugeene


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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Eugeene Derechos Reservados
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6 comentarios:

  1. Entré al blog y vi que hoy había capítulo y se me dibujo una sonrisa tonta en mi rostro..Definitivamente la razón no puede con los sentimientos que se albergan en el corazón.

    Vicki..Muchas suerte en los finales, seguro que te va super bien, besitos..

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  2. pues yo quiero que Naomi se enrolle con la doctora :)

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  3. Que mejor forma para terminar la semana.... continuar leyendo tu historia Eugeene,gracias!

    Mucha suerte en tus exámenes finales y si cuela que nos mandes 2 capitulos semanales....mejor que mejor ;-)

    Rita

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  4. estupendo ,gracias y esperando elproximo. fricia

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  5. Esa doctora promete, tal vez pueda curarle el corazoncito a Lane </3. El capitulo ha estado muy bueno, como siempre, mmm si no recuerdo mal, ¿No iba a regresar Alex? Tal vez ella pueda hacer que Naomi entre en razón y olvide esa tonta idea de venganza...Eugeene, ¿Nos contarás algún día la historia de Heck? o más bien ¿Qué pasó antes con Kall?
    Gracias por la historia.
    Isa (Méx)

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