Tu cabellera me envuelve nublando la razón,
relámpagos me atraviesan con tu mirada.
Ordenás a los vientos cambiar de dirección,
y la lluvia baña nuestros cuerpos desnudos.
relámpagos me atraviesan con tu mirada.
Ordenás a los vientos cambiar de dirección,
y la lluvia baña nuestros cuerpos desnudos.
Con tu magia dirigís las corrientes marinas,
el mismo Poseidón envidia tus grandes poderes.
Olas de calor y frío azotan el fondo del océano,
generando temblores que afloran a mi superficie...
Navegando mar adentro recupero mis fuerzas.
Es tiempo de mi venganza, divina, no tendré piedad.
Me convierto en sirena y con mi dulce canto te seduzco,
rindo culto a tu hermosura en mi altar azul marino.
Pero el deseo y la ansiedad se vuelven incontrolables,
debo atender la urgencia femenina de tu ser cristalino.
Vas perdiendo tu poderío de Diosa caprichosa,
ya no podés ni siquiera gobernar tu propia mente.
Con el poder de mi amor levanto olas de éxtasis
como dedos de agua salada socavando tu cuerpo.
Arremeten incesantes sobre tu centro de mujer mía
mientras mi lengua lo baña rozándolo para mayor placer.
Y en el naufragio de mi cama luchás por tu vida
aferrada a mis sábanas, como sobreviviente,
ellas no te salvarán de lo inevitable, te hundís
y no podés ocultar la pasión de tu divino cuerpo...
el mismo Poseidón envidia tus grandes poderes.
Olas de calor y frío azotan el fondo del océano,
generando temblores que afloran a mi superficie...
Navegando mar adentro recupero mis fuerzas.
Es tiempo de mi venganza, divina, no tendré piedad.
Me convierto en sirena y con mi dulce canto te seduzco,
rindo culto a tu hermosura en mi altar azul marino.
Pero el deseo y la ansiedad se vuelven incontrolables,
debo atender la urgencia femenina de tu ser cristalino.
Vas perdiendo tu poderío de Diosa caprichosa,
ya no podés ni siquiera gobernar tu propia mente.
Con el poder de mi amor levanto olas de éxtasis
como dedos de agua salada socavando tu cuerpo.
Arremeten incesantes sobre tu centro de mujer mía
mientras mi lengua lo baña rozándolo para mayor placer.
Y en el naufragio de mi cama luchás por tu vida
aferrada a mis sábanas, como sobreviviente,
ellas no te salvarán de lo inevitable, te hundís
y no podés ocultar la pasión de tu divino cuerpo...
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Daiana (Corbata) Derechos Reservados
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