“Yo sabía de mi dolor, a menudo y con frecuencia, aunque no siempre, que la amé contra la razón, contra las promesas, contra la paz, contra la esperanza, contra todo el desanimo que podía existir…” Charles Dickens (Great Expectation)
Cuando la persona que amas se va, después de haberle dado todo sin pedirle nada a cambio, después de haberle entregado tus sentimientos más sinceros, tu pasión, tu corazón y tu vida en aquel momento, cuando decide irse de pronto y sin que tú lo veas venir… ¿Sería correcto decir “me dejo y se llevó todo”, “si ella no está conmigo no me queda nada” o “no puedo amar más, ella se llevó todo de mi”?
Yo no lo creo así. Pienso que además de dejarte explicaciones sin sentido, pensamientos revueltos, un corazón roto, una vida de cabeza y sentimientos de tristeza, ira y/o confusión, te deja un aprendizaje involuntario.
Te deja la posibilidad de conocerte un poco más, de analizar no lo que ella hizo mal sino lo que tú hiciste bien, de saber que tienes la capacidad de entregarte por completo, que puedes amar sin limites (que no cualquiera puede hacerlo), que eres capaz de sentir aquellas míticas mariposas en el estomago, aquellos nervios de las primeras citas, la complicidad de las miradas y el intenso deseo que pueden provocar unos labios, que hacen que el dolor de su partida haya merecido la pena, y la satisfacción de saber que tú has amado plenamente.
Te deja dulces recuerdos que quizá en ese difícil momento parezcan dolorosos pero que más adelante seguro te sacarán una sonrisa.
Pero lo más importante que te deja es la oportunidad de encontrar a alguien que comparta tu amor al 100 % y que en lugar de irse, permanezca a tu lado, te tome de la mano y vaya contigo hacia adelante.
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Hermoso, para reflexionar tras una ruptura y verle el lado bueno a las cosas, que siempre será el reto más difícil.
ResponderEliminarwow, de verdad me sirvio, gracias
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