CAPÍTULO 6
Después de ese día, Gwen y yo realizábamos algún deporte de riesgo los
fines de semana. Tras la caída libre, hicimos escalada, rafting, parapente
y motocross, incluso nos marchamos un
fin de semana entero a las montañas para practicar algo de esquí. En cada uno
de esos momentos Gwen siempre se comportaba igual. Me amenazaba, me intentaba
sobornar, me pegaba, disfrutaba y de nuevo me volvía a pegar después de que se
le pasara la euforia post-adrenalina.
Cuando pasó el mes de abril, comenzamos a hacer deportes más
veraniegos. La apunté a unas clases de buceo deportivo e incluso la convencí
para intentar practicar Kitesurf, pero acabó deslizándose más con su trasero
que con la tabla.
Nunca antes me lo había pasado tan bien realizando deportes de riesgo.
Esto ya no era un trabajo, era pura diversión y desenfreno. Disfrutaba de la
compañía de Gwen. De sus quejas, de sus berrinches y sus niñerías, de sus
exageradas muestras de pánico. Pronto estaba tan en forma que podía perseguirme
sin problemas por la playa intentando pegarme tras alguna gamberrada mía.
Eran mediados de mayo cuando Gwen me llamó para avisarme de que su
clase de submarinismo se había cancelado por mal tiempo. Salí de la tienda de
buceo con el nuevo regulador para el traje de submarinismo de Gwen y un
manómetro para reponer el roto del mío. En menos de un par de minutos, ya
estaba en el club de la playa, donde solía recogerla tras las clases. La estuve
buscando durante un buen rato hasta que por fin la vislumbré en la barra,
hablando animadamente con una mujer rubia.
Al principio pensé que se trataba de Mackenzie, pero mientras me fui
acercando me di cuenta de que se trataba de una mujer más mayor, cercana a los
40 años, de porte elegante y sofisticado. Era una mujer muy guapa, fina y
delicada, sin embargo, había algo en sus ojos oscuros que no me gustaba. Miraba
a Gwen intensamente y su sonrisa mostraba claramente sus intenciones.
- ¡Gwen! Por fin te encuentro, ¿Nos vamos? – Le dije a Gwen, sin ni
siquiera mirar a su compañera.
- ¡Oh, Brooke! Ya estás aquí, genial. Mira. Te presento a Stephanie Bradford,
es socia de mi padre en la compañía y me estaba diciendo que acababan de abrir
un spa nuevo en Camp-Star al que le
gustaría invitarme, ¿No te parece maravilloso? – Dijo Gwen de corrida. Gwen
también observaba a “Stephanie” intensamente, así que no pude contenerme cuando
solté sarcásticamente.
- Divino… - Gwen me miró extrañada y luego se giró hacía su compañera.
- ¿Nos disculpas un momento Steph? me gustaría hablar con mi asistente
un momento… - Dios. Eso me ha dolido. He pasado de ser Brooke a ser su
asistente. Genial. Gwen me apartó de la barra y me forzó a agacharme para
hablarme en voz baja.
- ¿Pero qué te pasa? Por fin conozco a una mujer lesbiana que se
interesa por mí y tú sales con cara de perro…
- ¡Gwen…estos meses ha habido un montón de tías que se han interesado
por ti y tu vas y te lanzas al cuello de una asalta cunas!
- Eso no es cierto, Steph sólo tiene 36 años y yo no soy ninguna
adolescente, ¡así que deja de estropearlo y márchate! – Dijo Gwen, aireando la
mano.
- ¿Ya está? ¿Eso es todo? ¡No te das cuenta que esa mujer sólo quiere
llevarte a la cama! Pensé que querías encontrar una pareja no un rollo de una
noche…
- ¡Mira quién fue a hablar! Si no estuvieras viviendo en mi casa te
llevarías a una mujer diferente todas las semanas a tu cama, ¿o acaso estoy
mintiendo, “Loba”?
- ¿Y qué? Esa era yo, tú no tienes porqué ser cómo yo. Tú eres
demasiado buena para esa mierda, ¡te mereces algo mejor que esa víbora!
- ¡Yo sé lo que quiero, y lo que quiero es que me dejes en paz para que
pueda ligar a gusto con Steph! – Me grito Gwen alejándose de mí.
- ¡Cómo quieras! – Salí del club a toda prisa y me metí en mi coche
cerrando la puerta de un portazo. Agarré al volante tan fuerte que mis nudillos
se volvieron blancos. Grité de ira e impotencia. Muy bien Gwen, si eso es lo
que quieres, eso es lo que tendrás. Cogí mi móvil y llame a Bobby.
- ¿Diga?
- Bobby, soy Brooke, ¿sabes si el puesto del que me hablaste el mes
pasado sigue vacante?
- Creo que sí, aún no ha empezado la temporada, pero habría que empezar
antes de la próxima semana para arreglar los papeles…
- ¡Genial! ¿Me podrías conseguir un vuelo para esta noche? Así voy
adaptándome al lugar y busco un sitio donde quedarme…
- Claro, no hay problema, no hay muchos asientos cogidos para viajar
allí entre semana… ¿Pero estás segura? ¿Y Gwen?
- Digamos que Gwen me acaba de despedir, así que me gustaría salir de
aquí lo antes posible…
- Claro, claro… te mandaré al móvil tu billete en cuanto lo tenga…
- Perfecto… ¿Te podrías hacer tu cargo del coche mientras estoy fuera?
No creo que sea buena idea transportarlo…
- Claro, no hay problema.
Colgué y conduje rápidamente a casa de Gwen. Dejé el coche en la puerta
y entré como una exhalación en el vestíbulo. Encontré al padre de Gwen en la cocina
y le dije que me había surgido un puesto de trabajo que no podía rechazar, que
no se preocupara por Gwen, que ya era capaz de moverse por sí sola y no
necesitaba más de mi ayuda. Él, extrañado, aceptó mi decisión y me dijo que le
daría el finiquito a mi tía Lucy.
- Vamos a echarte de menos por aquí… - Me dijo, estrechándome entre sus
brazos con fuerza. Dean había sido como un padre para mí estos meses, así que
no pude evitar soltar una lágrima de pesar. Él me la limpio y me dijo que
tuviera cuidado.
Subí a mi habitación y recogí todas mis cosas en pocos minutos. Recibí
un mensaje de Bobby con el billete. El avión salía en un par de horas. Si me
daba prisa, podría dejar el coche en casa de Bobby y despedirme de mi tía Lucy
antes de irme. Estaba por marcharme de la habitación cuando recordé lo que
tenía en el cajón de la mesita de noche. Fui hasta allí y saqué un gran sobre
rectangular. Dentro había dos pases vips para Sappho’s y un pequeño marco con la foto de todas juntas en San
Valentín. Estaba guardando la foto en mi bolsa cuando me detuve. Dejé los pases
encima de la cama y miré fijamente la foto… Gwen estaba fantástica ese día…
Me puse a llorar como una niña pequeña. Me limpié una y otra vez las
lágrimas pero no paraban de salir de mis ojos. Te lo mereces Brooke. Sabías que
nada bueno te traería fijarte en ella…ella no es para ti. Ella vive en un mundo
muy diferente al tuyo. Tú sólo trabajabas para ella… “Mi asistente…” ¿Por qué duele tanto? ¿Por qué?
Porque te has enamorado de ella…
¡Mierda Brooke! ¡Eres estúpida, estúpida, estúpida! Terminé de sacar
mis lágrimas y deposite un suave beso en el marco, antes de dejarlo encima de
la cama. Exhalé profundamente y salí de la habitación. Me despedía del servicio
cortésmente y metí las mis maletas en el coche. Me subí en él, arranqué y miré
por última vez la casa.
Adiós Gwen…
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Porq lo q lee uno ahora estan en finales de capítulos tristes... espero por fa q no se demoren en montar los nuevos para asi aliviar todo...
ResponderEliminarHay Gwen dan ganas de cogerla por los pelos... jajaja pero muy bonita la historia.
Nooooo, pero que mujer tan radical, pero la verdad Gwen también se paso... BellaDona una historia muy buena esta además de que atrapa al instante pero porfa has los capítulos mas largos ;)
ResponderEliminarSaludos desde Colombia... Luisa V.
Ohh q triste 😢😢 me gustado mucho pero ala vez puso triste.
ResponderEliminarComo se paso Gwen, cuando se de cuenta q solo la van a querer para una cosa,va a ser muy tarde porfavor pon los capítulos mas largos que nos quedamos con ganas de mas
ResponderEliminarM.S (galicia)
Se me estrujo mi corazon por marcharse brooke ( yo tambien me hubiese marchado) . Bueno hay que entender el punto de vista de gwen porque es nuevo para esto tiene q descubrir muchas cosas y luego comparar y descubrir el amor. Ojala sane pronto el corazon de nuestra protagonista. Gracias por cautivarnos dia a dia con la historia. Atte. Maria Rene
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