Llegó el fin de semana pero ya tenía planes con mi novio. Así que decidí
disfrutar de la noche tranquila para mantenerme serena y tener la mente fresca,
había sido una semana muy dura en la universidad.
Estábamos mirando un poco antes de comprar las taquillas.
-hey, mira- me dijo él.
Voltee a ver y ahí estaba la razón de mi enfado constante.
Para desgracia mía mi novio fue a saludarla ya que estábamos tan cerca.
En seguida le preguntó por mi amiga y yo recé para que respondiera que no la
había visto o lo que sea. Pero no. mi amiga estaba viendo otra cosa mientras
ella miraba una tienda de ropa.
-oh, qué bien. Hace tiempo que no la veo- dijo mi novio y me miró
sonriente.
Entonces me pregunté de parte de quien estaba él. Pero no podía reclamar
porque mi chico no tenía idea de nada.
Mi amiga apareció momentos después y todos charlando muy ameno empezó a
removerme el estómago.
-discúlpenme- dije- iré al baño, vuelvo enseguida.
-yo te acompaño- dijo ella y sentí como el malestar aumentaba.
Llegamos al baño y me lavé la cara con mucha agua olvidándome de mi
maquillaje. Entonces saqué de mi bolso el removedor de maquillaje para proceder
a darme unos retoques. Ella se había lavado las manos y estaba parada
mirándome.
-¿te sientes mejor?- me preguntó.
-la verdad es que no, creo que nos iremos- le dije inmersa en mi labor.
-eso no sería muy maduro- me dijo con un tono menos amable.
-¿a qué te refieres?- le pregunté volteando a verla.
-ella está bien, no saldremos corriendo solo porque tú apareciste- me
dijo- y tú tampoco deberías porque ella no lo vería bien.
-disculpa ¿en qué momento te he pedido tu opinión?- le dije muy seria.
-no, yo solo digo. No pareces feliz de verla después de todo un mes.
-no tiene que ver con ella- le respondí y procedí a continuar.
-entonces tiene que ver conmigo.
-puede ser.
No pude evitarlo ella sabía que la detestaba y sabía muy bien el por
qué. No sentí necesidad de andar con rodeos.
-yo no he hecho nada malo- dijo y quise darle un bofetón.
-no, claro, solo la convenciste de que me mandara al carajo.
-ella hizo lo que consideró, yo no tengo nada que ver.
-sí, tienes mucho que ver, ella debía hablar conmigo no contigo.
-¿y qué le dirías? Tú no puedes entender algo así.
-¿así cómo? ¿Qué de diferente tiene? El hecho de que yo sea hetero no
quiere decir que no pueda entender sus sentimientos.
-¿sentimientos?- dijo y rió- ¿crees que ella está enamorada de ti?...
eres tan presumida- me dijo cambiando el gesto de su rostro-… hasta egoísta
diría yo…
-tú eres la única egoísta aquí, siempre metiéndote donde no te llaman-
le dije ya molesta. Si podía estarlo más.
-ella se alejó por ti, porque eres su amiga y no quiere confundirte…
sabe que no es algo verdadero y a preferido no enredarte por algo tan simple.
Mi cabeza aún no entendía nada.
-yo le dejé muy claro que no importaba- maldije para mis adentros por
estar dándole explicaciones.
-seguro, ¿fue por eso que no te apartaste?
Justo en ese momento entró alguien al baño. Aproveché para salir de allí
antes de seguir perdiendo el tiempo con esa indeseable. Para cuando salí estaba
más que molesta con mi amiga, me pregunté qué tanto le había dicho y por qué,
era algo privado según yo.
Sentí una mano que me sujetó antes de que pudiera llegar donde estaba mi
novio.
-solo dime una cosa. ¿Qué buscabas en la habitación esa noche? Si
recuerdo bien, ella estaba bien dormida.
Me liberé bruscamente de ella y la miré furiosa.
-que te importa- le dije. Caminé y llegué hasta mi novio sin mirar a
ningún otro lado. Le dije que no me sentía bien y que nos fuéramos de allí
enseguida.
Vimos la película o por lo menos él la vio mientras yo trataba de
serenarme. Al pasar la primera hora ya me estaba sintiendo mejor y pude
disfrutar del resto de la noche.
Después de eso era yo quien no quería ver a mi amiga, estaba muy molesta
con ella. No soportaba la idea de que le hubiera contado a esa indeseable sobre
algo tan privado. ¿Por qué a ella? No pudo elegir a alguien más que yo no
detestara tanto. Me sentía traicionada de todas las formas posibles, primero se
calla algo que nos involucraba a ambas, luego se lo cuenta a ella en vez de a
mí que soy su amiga y ahora me entero de que le contó demasiado. Y lo peor de
todo era que con ella había sido totalmente sincera a diferencia de conmigo
porque lo que yo entendía era totalmente distinto a lo que en verdad era. Otra
cosa que me hervía la sangre era que la indeseable numero uno sabía que yo
había entrado a la habitación esa noche y me lo restregó, tuve una vergüenza
mezclada con rabia. Ella no era nadie para juzgarme e interrogarme y mucho
menos para andar dándome indirectas como si yo fuera una hipócrita que decía
ser algo que no era. Por todo lo que me dijo una pregunta llegó a mí ¿pensaba
mi amiga que yo sentía algo por ella? En ese justo instante fue suerte que ya
estaba en casa dentro de la seguridad de mi habitación porque lo que sentí fue
tan incómodo y molesto que no lo puedo describir.
Era absurdo. A mí no me gustaba mi amiga. Y si ella pensaba eso estaba
muy equivocada. Pero de todos modos no pude evitar pensar en ella a cada
momento. Seguía extrañándola y me preguntaba si ella me extrañaba a mí.
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