Capítulo
40:
Cristina simplemente no había dicho absolutamente nada sobre
el tema antes mencionado, solo se dedicó a conducir y a platicar de otros
asuntos. En algún punto del camino Cristina se detuvo a un lado de la carretera
y le entregó un antifaz a Amanda – Ahora cariño ponte esto por un tiempo.
Amanda la miró con gran confusión. – ¿Me llevas a un
carnaval?
-
Ammm no, solo póntelo ya,
por favor. – le dijo un poco molesta.
-
No me pondré esto. – mirando
el antifaz con disgusto.
-
¿Y ahora qué? ¿Por qué no te
lo pondrás?
-
Porque se me corre el
maquillaje.
Cristina no daba fe a lo que escuchaba y la miró con el ceño
fruncido.
Amanda no pudo sino reír al ver la expresión en el rostro de
Cristina – Es broma cariño. – tomó el antifaz de sus manos y se lo colocó con
cuidado quedando en completa oscuridad.
-
Bueno ya, ¿satisfecha?
-
Sí. – sonrió Cristina
poniendo en marcha nuevamente el auto.
-
¿Y ahora qué?
-
Solo disfruta el viaje amor mío.
Amanda aún estaba confundida, se sentía secuestrada, pero era
increíblemente fascinante ser secuestrada por Cristina, así que simplemente se
puso cómoda y disfrutó del momento lleno de misterio.
En algún momento, que no estaba muy segura cuanto porque había
perdido la noción del tiempo, percibió que el auto se detuvo, Cristina descendió
del mismo para dar la vuelta, abrió la puerta y la tomó de una de sus manos
invitándola a salir del auto. – Llegamos cariño.
-
¿A dónde? – preguntó Amanda
mientras trataba de quitarse el antifaz.
Cristina rápidamente se lo impidió manteniéndolo en su lugar.
- ¿A caso te dije que te lo quitaras?
-
No. – respondió con
resignación.
-
¿Entonces?
-
Ya pues, perdón.
Cristina sonrió de la expresión de Amanda, la tomó de la
cintura con una mano y con la otra la sostenía de su mano dirigiéndola hasta
llegar dentro de la casa, una vez dentro se colocó por la parte posterior y le quitó
el antifaz descubriéndole los ojos.
Amanda abrió los ojos y cuando pudo acostumbrar su vista al
lugar, se encontró con la sorpresa de una mesa preparada con una suculenta cena
y el lugar decorado con velas y pétalos de rosas, pero no solo era el hecho de
la hermosa sorpresa que significaba la cena y todo lo demás; era el genuino
hecho de que el lugar donde se encontraba era en la casa de playa de la
familia. Cuando era niña cada año en vacaciones sus hermanos y ella iban a la
casa con sus padres y pasaban siempre las mejores vacaciones; una vez que su
padre falleció fue una práctica un poco dolorosa que solo realizaron algunas
otras veces. Amanda amaba ese lugar, era hermoso y paradisíaco y llevaba en su corazón
los mejores recuerdos de su vida; ya hacía unos 7 años que no visitaba la casa,
era demasiado para ella poder regresar a ese lugar que era muy especial para
ella.
Con una visible emoción miró a Cristina que se había parado a
su lado. - ¿Pero cómo?…esto es…ohhh Dios esto es demasiado…Cris… ¿cómo es que…?
-
Feliz cumpleaños cielo. – la
miró Cristina con una gran sonrisa y satisfecha de la reacción de Amanda con la
sorpresa. Estaba segura que le encantaría, pero no sabía que sería tan
increíble sentir toda la emoción que demostraba.
-
Pero, ¿cómo hiciste esto?
-
Digamos que tuve un poco de
ayuda.
Amanda sonrió moviendo su cabeza de un lado a otro. – Supongo
que los ayudantes de santa, ¿no?
-
Aja.
Amanda la miró profundamente a los ojos y se abrazó a ella
tratando que con ese abrazo Cristina pudiese sentir lo feliz, agradecida, sorprendida
y emocionada que se encontraba en ese instante. – Gracias. – le susurró a su
oído, mientras sin separarse del abrazo miró su rostro por algunos segundos –
Cualquier sueño que haya tenido, ahora es una realidad contigo a mi lado, eres
mi mejor regalo.
Cristina respiró profundamente y acercó sus labios a los de
Amanda y los besó rápidamente. –Yo todavía sueño algunas cosas. – le susurró
mientras mordía su labio inferior de una manera muy sensual.
Amanda tuvo que esforzarse mucho para mantener la calma y no
enloquecer en el instante de observar tal acción. - ¿A si?
-
Sí. – le sonrió–pero ahora
esta cena está servida y deberíamos saborearla. – la tomó de la mano y la
atrajo hasta la mesa.
-
¿Estás bromeando?, ¿es mi
comida favorita, de mi restaurante favorito? – le preguntó emocionada a
Cristina mientras tomaba los cubiertos de la mesa y llevaba comida a su boca. –
Dios que sabroso, es tan…rico…y tan…
Cristina simplemente la miraba disfrutando del hermoso
espectáculo que le ofrecía Amanda, estaba emocionada de que le gustara su sorpresa,
estaba feliz de poder tener esos detalles con ella y poder aunque sea
retribuirle un poco todo lo que le daba.
Ya habían terminado de cenar, bebían un poco de vino y simplemente
se observaban tiernamente y se sonreían juguetonamente una a la otra. – ¿Rico?
– preguntó Cristina.
-
Orgásmicamente rico. – respondió
Amanda con una sonrisa oculta tras la copa de vino.
-
¿Mejor que el sexo?
-
Ufff muchísimo mejor cariño.
Cristina entrecerró sus ojos extrañada de su respuesta, pero notó
rápidamente su picardía en su mirada.
-
Pero no mejor que hacer el
amor… - añadió luego de un momento.
-
Mmmm interesante. – dijo
Cristina colocando su lengua en la comisura de su labio y luego pasándola
descaradamente por su labio inferior.
Amanda sintió electricidad por todo su cuerpo y aunque no
quería expresarlo se sentía nerviosa; tanto así que en un descuido vertió parte
del vino en su vestido. – Por un demonio. – se levantó rápidamente tratando de
limpiar con una servilleta la mancha.
Cristina se puso de pie y caminó a su lado tratando de ver cuán
intenso había sido el daño en su vestido. – Mandi hay que lavar ese vestido ya.
-
Cierto, tienes razón. – y
acto seguido subió su vestido por su cabeza y se lo entregó en la mano a
Cristina.
El rostro de Cristina cambió de color a un rojo intenso y su
expresión era de total sorpresa. - Ohhh - dijo sacando todo el aire que mantuvo
dentro por unos segundos. No pudo evitar dar rienda suelta a su mirada y
mordiendo sus labios observar cada detalle de aquel cuerpo que tanto extrañaba
desde la noche en aquella cabaña donde se había entregado en cuerpo y alma a la
mujer que amaba; aunque no había vuelto a suceder, desde entonces tenía tatuado
en su cuerpo cada beso, cada caricia, cada movimiento, cada sensación que la
hizo estremecer aquella noche.
Amanda estaba consciente de donde Cristina tenía sus ojos; en
cualquier lugar que no fuese su rostro, puso su mano en el hombro de Cristina y
se dobló para quitar sus zapatos, entonces sin mediar palabra alguna se volteó y se encaminó al baño. En
el camino comenzó a desabrochar su sostén y sin voltearse entró al baño y gritó.
– Creo que tomaré una ducha.
Cristina puso su mano con el vestido en su cabeza y la movió
de un lado a otro, respiró profundamente, lo que la hizo estar más inquieta de
lo quese encontraba porque respiró todo el aroma que llevaba el vestido de
Amanda, ese aroma que la enloquecía y la… resolvió llevar el vestido a la máquina
de lavar y dejar que hiciese su trabajo. Se detuvo un poco tomándose la cabeza
con sus manos y caminó en dirección del baño, entró y se quedó parada en la
puerta viendo la silueta del cuerpo de Amanda a través de la puerta de cristal
de la ducha, era excitante ver esa vista frente a ella. Cuando menos lo esperó
Amanda abrió un poco la puerta y asomó su rostro con una gran sonrisa y una
mirada llena de mucha sensualidad, invitándola a caminar unos pasos más y
quedar frente a ella. Amanda abrió la puerta completamente y dejó a la vista su
cuerpo desnudo que era decorado por las gotas de agua que acariciaban su piel.
Cristina simplemente se estremeció al verla completamente
desnuda y de una manera tan increíblemente erótica. Le costó respirar y
mantener su respiración en silencio mientras realizaba un minucioso recorrido
por esa hermosa piel que tenía frente a ella.
Amanda reconoció el deseo en los ojos de Cistina, podía
simplemente escuchar su respiración agitada, aunque ella misma sentía el más
increíble deseo por la mujer que tenía enfrente. - ¿Qué tal me veo sin mi
vestidito?
A Cristina le tomó mil años luz en devolver su vista al
rostro de Amanda y poder asimilar la pregunta que le había hecho. – Simplemente
hermosa. - alcanzó a decir mordiendo su labio inferior y se acercó más
acortando el espacio que las separaba, pero sin tocarla, solo lo
suficientemente cerca como para sentir el calor que emanaba de su cuerpo. Posó
sus ojos en los de Amanda y logró perderse en ellos como muchas veces, esos
ojos en los que podía verse reflejada y le ofrecían la mayor seguridad de su
vida. Podía leer en ellos muchas cosas, pero era evidente que ahora solo podía
percibir el mismo deseo que a ella misma le quemaba dentro. Acercó su rostro al
cuello de Amanda solo hasta estar lo suficientemente cerca para respirar su
aroma, cerró sus ojos e inhaló su rico olor.
Amanda sintió la respiración de Cristina en su oído que se escuchaba
cada vez más agitada y descontrolada; lo que hizo que todo su cuerpo se
estremeciera, tenía la necesidad de sentirla en su piel, esa corta distancia la
estaba matando de excitación. Pero sin lugar a dudas, Cristina quería prolongar
más la tortura de besarla, de tocarla, de acariciarla, de tomarla entre sus
brazos y hacerla suya, tuvo que con mucho trabajo contener las ganas de besar
aquel cuello, de acariciar aquel cuerpo, de saciar su propia necesidad que la
consumía totalmente.
Amanda cerró sus ojos mientras sentía la cercanía de esa
mujer, luego de algunos minutos al no sentir más su respiración sobre ella,
abrió sus ojos para buscar su contacto. Cristina alzó su vista de su pecho, sus
ojos se encontraron y mantuvieron la mirada por mucho tiempo mientras solo
demostraban el deseo que sentía una por la otra.
Con gran intensidad, Cristina le sostuvo la mirada por un
gran período de tiempo y sin apartarla comenzó a deslizar por sus hombros las
manguitas de su vestido, primero la derecha, después la izquierda con gran
delicadeza y lentamente las deslizó por sus brazos hasta que su vestido quedó
en el suelo, revelando su cuerpo casi desnudo.
Amanda contuvo la respiración y sintió una debilidad en su
cuerpo que prácticamente la mareaba sin remedio, sintió la necesidad de apartar
esas dos piezas que restaban para develar su total desnudes, pero contuvo su ambición
para no perder en ese juego de seducción…aunque era evidente que en algún
momento sucumbiría a sus encantos.
Cristina no apartó ni un segundo su mirada de Amanda como
asegurándose de que no se perdía de un solo detalle de sus acciones. Lentamente
desabrochó su sujetador, lo bajó por sus hombros y lo dejó caer al suelo,
mientras rápidamente dejaba que su mirada vagara por el cuerpo de Amanda con la
única necesidad de saciar sus ganas de saborearlo.
La respiración de Amanda fue profunda y alcanzó a decir
suavemente. – Ayyy…madre mía… - mientras no despegaba sus ojos de la firmeza de
los senos de Cristina, esos que siempre le habían parecido tan perfectos y
nuevamente podía observarlos sin tener que apartar la mirada o tan solo disimular
su deseo de tenerlos entre sus manos. Se sentía sumergida en un estado de
excitación completamente único.
Entonces, Cristina acarició su propio torso desnudo, continuó
con sus dedos definiendo su vientre hasta llegar al borde de sus bragas y con
sus dedos las deslizó por sus piernas y las apartó lejos de ella; mostrando
entonces su completa desnudes. Ya estaba a la par de Amanda, ahora la pregunta
que se hacía, ¿quién sería la primera que no podría evitar acariciar la piel de
la otra, quien daría el primer paso para acortar la poca distancia que le
restaba, quien sería la que sucumbiría a la necesidad…? Quizás y seguramente
fuese ella, que estaba completamente excitada, no sabía cómo había podido
retener las ganas de no besar sus labios y acariciar ese cuerpo que tanto
tiempo ha estado deseando.
Amanda no pudo más que pasar su lengua por su labio superior
y luego morder de una forma totalmente descarada su labio inferior y mantenerlo
en su boca mordiéndolo sin dejar de apreciar la vista frente a ella. Sabía que
durante los últimos meses no hacía más que fantasear con acariciar ese cuerpo
que la enloquecía, pero hasta ahora, en este preciso momento no se había
percatado de que su necesidad fuese tan urgente y tan gigantesca, tan solo
verla completamente desnuda frente a ella fue la chispa que encendió su fuego
interior.
Y ya no soportando más y rindiéndose a sus encantos, Cristina
avanzó unos pasos y Amanda instintivamente retrocedió hasta quedar bajo el agua
que aun caí en la ducha, sin apartar la vista de los ojos de Amanda cerró la
puerta de cristal tras de ella y así quedó ella también bajo el hilo del agua
que acariciaba sus cuerpos desnudos. Siguió sutilmente el recorrido del agua en
el cuerpo de Amanda, era toda una delicia poder tenerla tan cerca completamente
desnuda, a solo centímetros de poder acariciar aquella piel.
Amanda no pudo más que cerrar sus ojos dejándose contemplar
de esa manera única que solo Cristina podía mirarla y ocasionarle todo. En un
momento sintió las manos de Cristina por sus hombros que la acariciaban
suavemente hasta llegar a sus manos y entrelazarlas con las de ella. Rápidamente
abrió los ojos para poder entonces percatarse del deseo en los ojos de Cristina
que lentamente la obliga a retroceder y quedar indefensa contra la pared,
completamente acorralada…Luego de unos segundos, Cristina alzó las manos de
Amanda y lascolocó sobre su cabeza contra la pared aprisionándolas
delicadamente con sus propias manos. Avanzó su cabeza hasta su cuello y con sus
labios lo acarició tiernamente exhalando cada vez que los unía a su cuello,
abrió sus labios y comenzó a besarlo repetidamente trazando una línea
imaginaria de besos que cubría todo el espacio.
Con sus ojos cerrados, Amanda movió su cabeza a un lado dejando
su cuello libre para las caricias de Cristina, una vez que sintió su lengua
trazar la línea de su cuello desde su hombro hasta el comienzo de su oreja, un
pequeño gemido salió de su boca que hizo que Cristina mordiera suavemente una
parte de su cuello.
Cristina tan solo escuchar el gemido salir de las
profundidades de Amanda acercó su torso al de ella, ya no quedando más espacio
entre ambas mujeres sus pechos se unieron, lo que en esta ocasión hizo que la
respiración de Cristina fuese más sonora y su pecho subiera y bajara con cada exhalada;
haciendo que el contacto de sus pechos fuese más excitante.
Al escuchar la respiración de la otra mujer, Amanda trató de
soltarse del agarre de sus manos, quería abrazar aquel cuerpo y dar rienda
suelta a todos sus deseos, caricias, besos…pero Cristina se lo impidió
manteniendo la presión en sus manos. Deseaba sentirlos labios de Cristina en
sus propios labios, quería saborear ese dulce néctar que la embriagaba, movió
su cabeza en busca de su rostro, miró por unos segundos sus ojos y rápidamente
los movió a sus labios como en señal de una gran súplica y ya no pudiendo
contenerse acortó el espacio hasta rosar delicadamente los labios de su amada. El
beso fue más intenso y húmedo de lo que esperaban, Amanda mordió suavemente los
labios de Cristina mientras esta introdujo su lengua dentro de su boca encontrando
la de Amanda que le daba una húmeda bienvenida.
Cristina tomó ambas manos de Amanda con una de sus manos,
manteniéndolas sobre su cabeza y con la otra comenzó a acariciar sus brazos desde
sus manos, viajando por su brazo hasta llegar a su hombro donde se detuvo un
poco. Desde su hombro con el reverso de su mano acarició el lado exterior su
torso, rozando levemente su seno, luego continuó su caricia por sus costillas,
su cintura, su cadera; de ahí se devolvió nuevamente, pero esta vez acariciando
su vientre y regresando por entre sus pechos. Cristina soltó las manos de
Amanda sobre su cabeza y entonces con ambas manos libres las posó sobre sus
senos, se acercó lentamente y los besó tiernamente, los acarició suavemente con
su lengua, su boca se adueñó de la dureza de ellos. Con cada beso, con cada
caricia, con cada contacto de su lengua, Cristina sentía una sensación
completamente placentera en todo su cuerpo, especialmente en un lugar muy
específico de donde emanaba mucho calor. Mantuvo el contacto por varios minutos
y llevó sus manos hasta las caderas de Amanda atrayéndola más hasta ella, besó
ligeramente sus labios y continuó besando su cuello en el viaje, pasó su lengua
por el espacio entre sus senos y continuó el trayecto por su vientre llenándolo
de húmedos y apasionados besos.
En respuesta, Amanda arqueó su cuerpo al sentir los besos de
Cristina allá, muy lejos, justo donde la quemaba, en el preciso lugar donde
ansiaba su boca; sujetó suavemente su cabeza hundiendo delicadamente sus dedos
entre sus cabellos para mantenerla por más tiempo en ese lugar que simplemente
la enloquecía. Y ya no quería regresar, su cuerpo ardía en
un calor excitante que se extendía a través de cada fibra de su ser, estaba
extasiada, nunca se había sentido tan fuera de control…su respiración se hizo más
sonora, más rápida, más descontrolada, trató de ahogar sus gemidos mordiendo
sus labios, pero le fue totalmente imposible controlarlos, así que sin
vergüenza ninguna y dejándose llevar por las sensaciones que explotaban en su
cuerpo dejó salir de su boca el sonido del placer.
Cristina disfrutaba de saborear su delicioso
cuerpo, de adueñarse de cada centímetro de esa piel que tanto deseaba, pero que
también la amaba…sentía como el cuerpo de Amanda se movía al compás de sus
movimientos entre sus manos. En su trayecto de vuelta besó, acarició, lamió,
succionó, mordió cada centímetro de su piel; su pelvis, su cintura, sus
caderas, su vientre, sus senos, su cuello hasta llegar a sus labios y besarlos
apasionadamente. Sus labios se encontraron esta vez con más deseo, con más necesidad,
con más intensidad…con un placer compartido.
Como poseída, Amanda sujetó con fuerzas las caderas
de Cristina hasta que no quedara ni un minúsculo espacio entre ambos cuerpos.
Besó aquellos labios con la pasión más desenfrenada, dejó que su lengua vagara
con libertad dentro de su boca; desesperada, hambrienta de su calidez. Acarició
su espalda, dibujó con caricias su perfecta figura, colocó sus manos en su
trasero para atraerla con leves movimientos hacia ella, el gemido de Cristina
murió en la propia boca de Amanda con cada movimiento de sus caderas; gemido
que hizo erizar su piel. Acercó sus labios hasta el cuello de la otra mujer y
respiró todo su aroma embriagador, lo besó y trazó su contorno con su lengua. Tomó
a Cristina por la cintura y la volteó quedando esta vez Cristina acorralada de espaldas a la
pared. La sujetó de sus caderas, unió su cuerpo a ella, mientras sus senos
pegaban a su espalda y su pelvis chocaba contra su trasero. Amanda
subió su mano por su vientre, lentamente con el dorso de su mano acarició todo
el trayecto hasta llegar hasta uno de sus senos, lo rodeó con su dedo índice
antes de sujetarlo con toda su mano; repitió la misma acción con su otra mano
hasta llevarla a su otro seno, mientras cubría de besos su cuello, su espalda y
sus hombros, luego bajó la caricia por
su vientre hasta perderse en medio de sus piernas con una de sus manos,
manteniendo la otra en uno de sus senos.Amanda no pudo evitar la
placentera acción de frotar su cuerpo con el de Cristina con leves movimientos
que la hacían acelerar la respiración y le descontrolaban todo su ser. Tras
unos minutos, sintió como Cristina tensaba todo su cuerpo y jadeaba al respirar, dejó caer su cabeza hacia atrás quedando
todo el peso de su cuerpo en los brazos de Amanda que la sujetaba fuertemente. Desde
las profundidades de Cristina estalló un largo gemido que llenó todo el espacio;
al escucharla Amanda no pudo evitar que de su boca se escapara su propio gemido
que solo expresaba el enorme placer que
experimentaba.
Durante unos
minutos permanecieron en la misma posición, Amanda abrazada a la espalda de
Cristina y ella recostada en su cuerpo con su cabeza en su hombro, aun sus
respiraciones estaban agitadas y entrecortadas. Cristina se volteó lentamente para quedar frente a Amanda, rodeó su cuello con sus brazos y
con la mirada perdida en la profundidad de sus ojos, se abrazó a ese
cuerpo que no solo deseaba y le
proporcionaba las sensaciones más placenteras de toda su existencia, sino también
ese cuerpo que le pertenecía a la mujer que amaba. Ahí abrazada a ella, disfrutando
la firmeza de sus brazos rodeándola, sintiendo aún su respiración entrecortada
y su pulso acelerado, ahí completamente indefensa, pero totalmente satisfecha
en todos los sentidos de su vida, ahí cerca del oído de la mujer que la
abrazaba le susurró. – Te amo amor mío…
........
ATENCION!!!!
Mañana sábado, 23 hs (Hora Argentina) Sankh estara en el chat de la teta Historias http://xat.com/lectoraslesbisdelateta
Para charlar con sus fans.
Si!!!!!!! Una hora antes de que publiquemos el final de su Historia "La vida es un paso a la vez"
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Final?!!! final?!! mañana?!!! es bromita no?!! pero, pero, pero... no!! oh no! Lo de raptarte era broma cariño! mañana me tendrás renegando y haciendo vuelga!. Excelente capítulo, bastante excitante... como siempre, me encantó. Aún no me creo que se vaya a terminar, es que... qué haré ahora! por quién me desvelaré? Ya nada tendrá sentido (drama).
ResponderEliminarArlinv.
Huy como que hace calorcito jajaja mejor abro una ventana;)
ResponderEliminarEnceriooo mañana que emoción voy a estar ansiosa y nerviosa todo el día:D y parte de la noche esperando Jajaja
jajajajajaj jaaaaa jaa ayy lo espero con muchas ansias al chat..
ResponderEliminarVicky..
HERMOSA historia y me quedo corta, pero me da un poco de creelo o no tristeza al saber q mañana es el último capítulo, gracias por darnos el placer de leerte. Y espero que katy regrese del Congo mañana jijijijiji . No sabemos nada de ti, Pero a la vez sabemos mucho
ResponderEliminarMil gracias
Esperaré la próxima historia con ansias hasta pronto.
Carisa Nic
Que buen capitulo se me vino la imagen de angry bird no se porque jajajajaja ^^ excelente
ResponderEliminarWow! He quedado fascinada con este capítulo!
ResponderEliminarMujer waoooo q manera de expresarte ufffff desde puerto rico .mucho exito
ResponderEliminarUuufff...no apto para cardiacos!!!jajaja..Es un hermoso y a la vez excitante capitulo!!Es una pena que ya se este terminando.Te extranhre mi dulce escritora.Un abrazo de oso.
ResponderEliminarLays.
Sankh hoy tengo como muchas acá, un sentimiento agridulce super feliz por que podre hablar contigo y muy triste por que llega a su fin esta historia, tan magnifica que tu has escrito y nos deleitamos en ella, por que uno se puede dar cuenta la persona tan maravillosa que eres... hay XD casi lloro ok no un besote campeona olímpica de mi corazón
ResponderEliminarGeniaaaaa esperamosss mas de otras hermosaaa historias sankh besotes
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