Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Confundida yo? - M.G.M - 4

4
Judith llego a las 6 de la tarde para salir a dar una vuelta, en cuanto la divisé acercándose por la ventana corrí hacia la puerta sin siquiera darle la oportunidad de que tocara el timbre, mi madre grito-¿a dónde vas?- y yo solo dije –lejos.
Le di un fuerte serrón a la puerta y camine muy rápido con Judith.
-Ya- exclamo Judith, deteniéndome para que dejara de caminar- ¿Qué te paso?
-¿Por qué crees que me pasa algo?- pregunte tratando de ocultar mis sentimientos.
-Tu mirada dice que te ocurre algo-  comenzó a acariciar mi mejilla- no sé qué fue, pero si te puedo ayudar en algo lo are.
Cuando termino de decir lo último, no sé qué me paso que sentí la necesidad de abrasarla y lo hice.

Ella correspondió al abraso, me tomo fuertemente entre sus largos y muy estilizados brazos, yo no supe porque lo había hecho, pero cuando me di cuenta ya estaba entre sus brazos.
-Gracias- le susurre levemente al oído, termine el abrazo- lo necesitaba, en serio lo necesitaba.
-Entiendo- dijo tomándome de las manos- ¿quieres contarme lo que te paso?- pregunto de forma muy seria.
-Es complicado- conteste acomodándome el cabello- no es fácil de explicar, solo- me detuve a pensar en lo que diría, no podía decirle, me pelee con mama porque ella no acepta que soy gay, era algo raro, me gritaría loca y se iría corriendo- una discusión con mi madre.
Ella me abrazo de nuevo y dijo- Sé que nos acabamos de conocer pero si necesitas algo, cuenta con migo.
Sus palabras se escucharon tan sinceras, sentí que ella decía la verdad, pero aun así no era el momento para decirlo.
-Lo tendré en cuenta- conteste sonriendo.
Después de esta pausa comenzamos a caminar y platicamos un poco sobre nosotras.
-Abril, extrañas mucho tu hogar- pregunto un poco vacilante, mientras pateaba una piedra que se encontraba en el camino.
-Sí, no todo, solo algunas cosas- suspire de manera inconsciente.
-Por lo que se ve esas “cosas”, son importantes para ti- se recargo en el tronco de un enorme árbol que se encontraba en el parque.
-Sí, realmente lo son, pero estoy demasiado lejos,- me recargue al otro lado del enorme tronco- así que tengo que olvidar.
-¿Te arrepientes de estar aquí?- se dio la vuelta hacia mí, en sus ojos veía que se encontraba algo nerviosa, no sé por qué, tal vez esperaba que le dijera que sí, y que me regresaría.
-No, no me arrepiento, fue doloroso- suspire nuevamente- pero fue lo mejor, además me gusta este lugar, es bonito, y no todas las personas son presumidas.
-No todas- repitió mientras ponía sus manos sobre su cintura- estas diciendo que los de aquí somos presumidos- frunció el ceño levemente.
-No, no todos- dije riéndome- solo tu un poco.
-Así que soy presumida- dijo riendo- pues mira yo tengo una paleta y no te doy- después de decir esto con el típico tono de niña mimada, sacó de su bolsa una paleta de piña, la  cual puso en su boca y comenzó a chuparla.
-Vez, ay lo tienes presumida- dije mientras reía.
-No te creas, mira te traje una- me dio una paleta igual a la de ella- para que veas que no soy tan presumida como crees.
-A bueno- exclame mientras destapaba la paleta- me has hecho cambiar de opinión, ya no eres presumida, solo por la paleta.
Judith entendió muy bien la broma, y se rio mucho, eso es algo que se me da naturalmente, hago reír a la gente. Continuamos nuestra caminata, hubo algunos minutos de silencio  hasta que ella se animó a preguntar otra cosa.
-¿Tenias novio en tu antiguo hogar?- comenzó a chupar su paleta escudándose en ella.
-No, eso no es lo mío, ¿y tú tienes novio aquí?-le devolví la pregunta.
-No, creo que tampoco no es lo mío.
-A, entonces estamos en las mismas, ¿y qué es lo tuyo?- pregunte mientras miraba hacia otro lado para no encontrarme con su mirada.
-Tal vez lo mismo que lo tuyo- se paró frente a mí, y me miro a los ojos- ¿Qué es lo tuyo?
Me devolvió la pedrada de la misma forma que yo lo había hecho- Tal vez lo mío es la soledad eterna- mi respuesta fue perfecta para evitar más cuestionamientos.
Me miro y sonrió retomando la caminata.
-Esa fue buena- dijo en voz baja.
Sé que se dio cuenta de que le estaba ocultando algo, no tengo idea de cómo me conoce tan bien si solo lleva un día de conocerme, con ella me siento bien, no siento que tenga que utilizar mi antifaz.
Caminamos y charlamos sobre cualquier cosa, todo era reír y reír, el tiempo se nos fue tan rápido que cuando nos dimos cuenta ya estaba oscuro, el sol se había ocultado, nos despedimos y nos marchamos a nuestras respectivas casas.
Mientras caminaba con paso lento, haciendo tiempo para llegar tarde a casa y no encontrarme a mi mamá.
Para ser el primer día en la nueva escuela no fue tan malo, pudo haber sido peor, encontré a una nueva amiga, lo que si me dolió fue la pelea con mi madre, no entiendo cómo puede hacerme sentir tan mal.
Llegue a casa, mi madre estaba en su cuarto, entre y no vi a nadie justo como quería, subí a mi habitación, me puse la pijama, y decidí conectarme en el chat,  Mar y yo solíamos conectarnos en la noche y pasar horas platicando, aunque en la mañana nos volviéramos a ver, era algo tonto que nos gustaba hacer, me conecte esperando que ella también lo hiciera.
Revise y allí estaba, conectada, apenas iba a escribirle un correo cuando ella me envió uno.
-Hola.
Al ver su mensaje de saludo me sentí muy emocionada, - hola Mar- escribí de prisa esperando su contestación.
-¿Cómo te fue?
-Bien, no fue tan malo como lo esperaba.
-¿Te  divertiste?
-Un poco, pero te extraño.
-Yo igual pero debes de salir.
Al leer esto me quede un poco sorprendida, ¿a qué se refería con eso de que  debo de salir?, ¿por qué lo dijo?, ¿ella ya lo hizo?, todas estas dudas giraban en mi cabeza, me quede congelada durante unos segundos.
-Sí, yo saldré, ¿tú ya lo hiciste?
-Aun no, disculpa tengo que irme.
-A dios, cuídate.
Inmediatamente se desconectó.
El tono tan frio que utilizó, me dejo algo confundida, sentí que ella estaba como tratando de evitarme, sentí que estaba muy distante bueno lo está pero me refería a que estaba distante emocionalmente, no entiendo por qué lo dijo acaso ella ya me está olvidando, ha pasado muy poco tiempo, no lo creo, seguro que solo son mis nervios, es muy pronto para que me allá olvidado.
Me acosté, cerré los ojos y me puse a dormir, o por lo menos lo intente, pero no dejaba de pensar en Mariana.
El despertador sonó a la misma hora de siempre, con mucho sueño y medio dormida, me di una ducha rápida, termine me vestí, y me fui a la escuela sin desayunar para no encontrarme con mi madre, aun no estaba lista para volverla a ver, sus palabras seguían doliendo, y el eco de su voz me perseguía, como si la estuviera viviendo el momento una, otra y otra vez.
Al llegar a la escuela en la entrada se encontraba Claudia conversando con un chico.
-¡Abril!- grito moviendo la mano haciendo referencia a que quería que fuera con ella.
Camine hacia donde se encontraba con ese chico, me acerque un poco temerosa y  dije un suave –hola.
-Mira, te presento a mi amiga Abril- le dijo al chico que se encontraba a un lado de ella- Abril, él es mi amigo Andrés.
-Mucho gusto- dije saludando al joven, él era alto, moreno y puede decirse que era guapo, lástima que no sea mi “tipo”, el no dejaba de verme, lo cual me hiso sentirme un poco incomoda.
-El gusto es mío- contesto con una sonrisa de lado que en lo personal no me pareció tan encantadora como él hubiera querido.
Sentí como sus ojos analizaban cada parte de mí, como se figaba con mucho entusiasmo en cada uno de los rasgos de mi persona, sus ojos  brillaban intensamente reluciendo su tonalidad azul.
-Bien, pues conózcanse- dijo Claudia mientras sonreía como si hubiera hecho su buena obra del día.
-Hola, así que eres nueva aquí- dijo nerviosamente mientras metía sus manos en los bolsillos.
-Sí, soy nueva- conteste intentando no ser grosera.                                                                                                   
El silencio incomodo se hizo presente, se sentía su nerviosismo y mi indiferencia, no me  sentía cómoda con él y tal vez él tampoco se sentía cómodo con migo, era uno de esos momentos típicos en que solo esperas que alguien diga algo o que alguien llegue y te salve de la situación.
Mire su rostro y note que él no me dejaba de mirar mientras sonreía, me preguntaba qué era lo que le estaba ocurriendo a ese pobre chico, le estaría dando un ataque o algo así, bueno creo que en el fondo si sabía que era lo que le ocurría solo que no lo quería ver.
Entre la incomodidad del momento a lo lejos divise a Judith que se alejaba de prisa.
-Lo siento me tengo que ir- me disculpe con el atontado muchacho, y corrí hacia donde se encontraba Judith.
El solo se quedó viendo como me alejaba de prisa.
-Hola- dijo Judith con un tono un poco seco.
-Hola- conteste con mucha amabilidad- ¿ocurre algo?- pregunte parándome en frente de ella.
-No, nada- dijo mientras acomodaba su cabello detrás de las orejas-¿Qué tal tu nuevo amigo?
-¿Quién?- pregunte de manera inocente.
-Andrés- dijo Judith asiendo un leve ademan en dirección de chico.
-Ah, sí,- conteste un poco distante- me lo presento Claudia.
-Y ¿te pareció guapo?
-Bueno es lindo, pero no mi tipo, digamos que no es lo mío.
-Eres de las pocas que piensan eso de él,  no es lo tuyo, buena respuesta.
-¿acaso te gusta?- pregunte un poco desconcertada.
-Claro que no, se puede decir que no es lo mío- sonrió ligeramente mientras me miraba a los ojos.
-No copies mis frases, están patentadas- dije con un tono de broma.
Me miro mientras reía- lo siento no lo sabía- se disculpó mientras seguía riendo, su risa era muy contagiosa así que me uní a ella.
El timbrazo que indicaba el inicio de la clase se hizo presente, interrumpiendo nuestras risas, mientras en aquella aula repleta de adolecentes los cuales el aprender no era su máximo en la vida, que solo se interesaban por sus asuntos,  logre divisar que el chico que  me presento Claudia estaba en mi mismo salón, podría parecer raro pero ayer no lo había notado en todo el día, mientras yo me sorprendía un poco con su presencia él no dejaba de verme con una sonrisa en el rostro, sonrisa que no pude devolver por más que lo intente.
Tome el mismo asiento que el primer día a un lado de Judith, el profesor entro saludo amablemente y comenzó a dar su clase.
Mientras apuntábamos las indicaciones del docente mire a un lado y vi a Andrés que se cambió a un pupitre a un lado de mí, al verme sonrió y dijo suavemente –hola.
Lo mire tan contento muy alegre y se puede decir que algo emocionado, trate de poner una sonrisa lo suficiente mente convincente y conteste con dulce y suave –hola- su mismo saludo de una manera similar, el chico no dejaba  de verme mientras sonreía durante toda la clase, incluso creo que tal vez ni siquiera hizo sus apuntes por no perder detalle de mi persona,  ¿acaso se estaría enamorando?, pues si era así lo siento por el por qué yo no le puedo ofrecer absolutamente nada que no sea una amistad, debía pensar en cómo decirle que no quería nada con el sin tener que darle explicaciones, no podía dejar que él se siguiera ilusionando con migo cuando es obvio que yo nunca voy a quererlo  de esa forma, es muy injusto para el que yo lo siga permitiendo, pero quizás solo sea el resplandor por ser la “chica nueva” y todo se le pasara solito sin necesidad de que yo tenga que intervenir.
Me concentré por completo en mi clase, trate de ignorar al chico que me observaba con sumo detalle, me sentía incomoda pero no deje que él se diera cuenta, el tiempo paso muy rápido  las horas se fueron y el receso llego.
Salí junto con Judith rumbo a la cafetería, mientras disfrutábamos de un sándwich ella comentó un poco seria.
-Creo que le gustas a Andrés.- mordió el sándwich de jamón que tenía en las manos para escudarse.
-Espero que no- contente con un tono muy serio.
-Noté que toda la clase se te quedo viendo- tomo un poco de jugo- no perdió detalle de lo que hacías- completo su oración.
-Sí, me di cuenta y me sentí algo acosada- conteste de forma directa, pero había algo que me inquietaba porque ella hacia tantas preguntas sobre Andrés, será que le gusta, no deje pasar la oportunidad y se lo pregunte sin rodeos- Preguntas mucho, dime la verdad, ¿él te gusta o qué?
Me miro a los ojos sonrió y dijo de manera inmediata y con mucha seguridad –No, no me gusta él, no es mi tipo- mordía nuevamente el sándwich el cual ya solo le quedaba la mitad- ¿por qué crees que me gusta?- me miro nuevamente con una mirada muy tranquila.
-Bueno, pues siento que preguntas mucho por él, y sobre lo que yo puedo sentir hacia él, que pensé que tal vez te estés reflejando- su rostro se mostró un tanto serio cuando mencione lo de que se podía estar reflejando.
-No, él no- dijo nuevamente.
Terminamos de comer, nos levantamos de la mesa y decidimos dar una vuelta por allí.
-Te vez algo triste- me dijo mientras caminábamos lentamente por el corredor.
-No, no es nada- conteste tratando de mostrarme tranquila, pero a pesar de llevar tan poco tiempo de conocernos ella podía ver dentro de mí y darse cuenta de cuando le estaba mintiendo.
-Para no ser nada parece importante- se detuvo frente a mí, acomodo un mechón rebelde de mi cabellera.
Suspire inocentemente,-Es solo que extraño a mi Mar- dije con un tono de melancolía.
-¿Tu Mar?, ¿acaso vivías cerca de una playa?- pregunto muy inocentemente.
-No- dije sonriendo por su confusión- Mar es mi Mariana ella es…
-A es tu amiga- interrumpió  de manera inmediata impidiéndome completar.
-Sí, la extraño demasiado, es que ella es única, no creo encontrar a alguien como ella- dije mientras recordaba el dulce rostro de Mar con una enorme sonrisa en el rostro antes de que nos separaran.
-Se ve que la quieres mucho- dijo algo seria.
-Sí, no te imaginas cuanto la quiero- al decir esto mi rostro  se llenó de una luz que supongo que Judith también pudo percibir.
-No soy Mar, pero aquí me tienes- dijo mientras extendía los brazos pidiendo un abrazo.
Sonreí, y le die el abrazo que solicito con ese gesto- gracias amiga- le dije al oído para demostrarle que realmente valoraba lo que ella hacía.
 Sus brazos rodearon mi cuerpo con mucha fuerza, demasiada diría yo, sentía que estaba demasiado cerca, pero eso no me importaba, o por lo menos no en ese momento.
En el pasillo de la  escuela las personas pasaban y ella seguía sin soltarme, hasta que se dio cuenta de que el tiempo comenzó a ser algo anormal.
Me  soltó sonrió y dijo- Vamos de nuevo a estudiar.
Caminamos hacia el salón y justo al entrar sonó el timbre indicando el reinicio de las clases. Durante el resto del día Andrés seguía viéndome demasiado, y se veía que en ocasiones anotaba cosas, o más bien dibujaba, no sé pero algo hacía.
La preciada hora de la salida llego, estaba bastante cansada y lo único que quería era llegar a mi casa y dormir durante toda la tarde, no quería hacer nada más, lástima que mi madre no tenía eso planeado para mí.
 Al llegar a casa entre sin decir nada, entre a mi cuarto y me recosté en la cama para descansar y dormir un poco, los ojos se me cerraron sin que me diera cuenta y justo cuando estaba por entrar en una etapa de sueño profundo, tocaron la puerta de mi habitación, enfadada por la despertada abrí, o  mi “sorpresa”, era nada más y nada menos que mi madre.
-Abril, arréglate nos invitaron a comer- apunto hacia su reloj de pulso- apúrate.
La mire con una mirada somnolienta- ya voy- dije con un tono indiferente.
Genial, yo cansada y la señora aceptando invitaciones para comer, ¿Quién sería tan tonto como para  invitarla a su casa?, bueno supongo que debía de ser un vecino amable,  francamente no tenía ganas de ir pero era mi obligación, en realidad no es que yo sea súper responsable, la verdad es que sabía que si no aceptaba mamá se pondría como loca y se aventaría el típico sermón de agradecer los detalles de amabilidad de las demás personas y todo eso, además nunca esta demás complacerla de vez en cuando para  después cobrarle el favor.
Me cambie de ropa, me cepille el cabello y salí, con look muy relajado, que en lo personal me gustaba era por completo de mi estilo. Al bajar mire la cara de mamá y como siempre no le gustó la ropa que llevaba, me miro de arriba a abajo movió la cabeza y dijo:
-Ya, eso es todo- su expresión era como de decepción.
-Sí, ya estoy lista.
Entro papá para decirnos que  el auto estaba listo para podernos ir.
Pensé que no iríamos muy lejos, pero no fue así, tuvimos que ir hasta el otro lado de la privada, era una casa grande muy lujosa, se miraba que era de unas personas muy finas  (o en mi idioma muy fufurufas), comencé a pensar que tal vez si debí de arreglarme un poco mejor, pero ni modo, ya estaba allí, y no quedaba más que hacer.  
 Antes de entrar mi madre hablo con migo.
-Abril, somos  nuevos aquí, estas personas se molestaron en invitarnos, te suplico que no agás nada que nos avergüence- suspiro me acaricio la mejilla- de acuerdo.
Me sorprendió por completo que allá dicho las palabras “te suplico”, ella nunca me había dicho eso, tarde un poco en reaccionar y cuando capte le dije- sí, tratare pero no te lo prometo.
Entramos y un señor muy elegante nos dio la bienvenida.
-Los estábamos esperando- se acercó a papá- bienvenido señor Juárez, es un placer tenerlo aquí.
Mi padre lo miro a los ojos, extendió la mano para saludarlo, y de una manera muy formal le contesto- el placer es todo mío señor Montero.
A mi ese hombrecillo no me daba muy buena espina, sentía que algo raro pasaba con él, no sé qué, se miraba como un tipo muy duro y recto.
Entramos a su casa, y nos esperaba toda su familia, su esposa, una señora no muy fea, digamos que hasta bonita, un niño como de 8 años, que de inmediato se llevó bien con el tonto de Tony, una niña como de 13, un chico de 20, muy guapo, y de inmediato mi madre volteo a verme para ver si yo me había dado cuenta de eso, así que puse una cara de indiferencia, el señor se dispuso a presentarnos a su familia.
-Ella es mi esposa Mónica, mi hijo menor Alex, mi hija Renata, mi hijo Ángel, y…- miro a todos lados- lo siento mi hija aun no baja- le dijo a la sirvienta algo al oído, la chica subió y de inmediato bajo, quien faltaba- ella es mi hija Judith.

Yo me quedé sorprendida, era Judith, la Judith que yo conocía, mi nueva amiga, me desconcertó que ella no me hubiera mencionado que invitarían a mi familia a comer, pero creo que ella tampoco lo sabía, cuando me vio su cara fue de sorpresa, nos quedamos viendo durante un momento, y mi madre se dio cuenta de eso.
Judith bajo se disculpó por la demora, saludo a papá de beso, igual que a mamá y a Toni, cuando llego a mi hiso lo mismo, y me susurro hola.
Nos sentamos a la mesa, nuestros padres hablaban entre ellos, sobre negocios supongo, mi madre no se cansaba de preguntarle cosas al hermano de Judith y me hacía quedar como la niñita perfecta para él, yo me sentía como mercancía que estaba siendo regateada para ser vendida, mi cara se sonrojaba con los comentarios de mi madre y Judith se burlaba de eso, terminamos de comer y nos invitaron a dar una vuelta, por el jardín, mi madre me obligo a ir porque Ángel iría, fuimos Mi madre, la mamá de Judith, su hermano mayor y ella.
Todos hablan sobre flores y como nos había caído el cambió, mi madre seguía ofreciéndome, así que para no seguir soportándolo me retrase un poco de los demás, y Judith se acercó a mí…
-No sabía que vendrías- dijo mientras tocaba una rara flor.
-Yo tampoco sabía que vendría, no tenía idea de que tu familia fuera quienes invitaron a mi ofrecedora madre- dije mientras  observaba una azucena que floreaba.
-Si tu madre te ofrece demasiado- comenzó a reír- espero que comparta las ganancias- dijo en tono de burla.
-Lo malo es que no comparte, si me diera parte no me molestaría- comencé a reírme porque comprendí el doble sentido.
-Sí, eso es malo- suspiro levemente- de haber sabido que eras tú quien vendría me hubiera arreglado un poco- sonrió suavemente.
No me había fijado que llevaba la misma ropa de la escuela,- si de hecho a mí me obligaron a cambiarme-sonreí- si no menos quieren la mercancía- dije  riendo.
Judith, comenzó a reírse mucho, y como su risa era muy contagiosa yo no me resistí a reírme con ella de una manera un tanto alocada.
 Mi madre volteo a verme, sospechaba algo, se acercó a  nosotras junto con sus acompañantes.
-Hola chicas, veo que se llevan muy bien- dijo mi madre con una falsa sonrisa que solo yo identifique.
-Así es señora- dijo Judith de manera muy inocente.
-Que bien que se hagan amigas- dijo la mama de Judith muy contenta aparentemente.
-Si señora, somos muy buenas amigas- complete yo remarcándole a mi madre la parte de amigas.
Note la mirada de mamá, no se miraba muy contenta que dijéramos, pero eso no me importo, hace tiempo que dejo de importarme lo que ella quisiera, en ese momento se me ocurrió un plan para hacerla sufrir un poco, pero, ¿seré tan malvada como para ejecutarlo?, no, no lo soy, así que desistí de mi idea de hacerla enojar  haciendo que pensara que Judith me gusta ,en primera porque Judith es una buena amiga y en segunda porque no me es del todo indiferente.
Todos hablaban sobre sus cosas, mi madre atacaba a Judith con cientos de preguntas para analizar si era un peligro para su “confundida” hija.
Las cosas siguieron así por un momento hasta que papá llego avisando que ya era muy tarde y que nos teníamos que ir.
Nos despedimos de todos, cuando me despedí de Judith, mi madre no perdió detalle de lo que hacía, y cuando me despedí de Ángel me empujó hacia él muy suavemente, cosa que no le pienso perdonar.
Durante el camino mi madre no se contuvo.
-¿De dónde conoces a esa muchacha?- comenzó a desmaquillarse.
-De la escuela- conteste vagamente. 
-Ángel es muy guapo-dijo mientras me miraba por el espejo retrovisor.
-Pues si te parece muy guapo, porque no te divorcias de papá y te casas con el- dije de forma burlona.
Mi padre volteo a verme y sonrió, parece que él es único que entiende que solo son bramas y ya, él no se toma todo demasiado enserio.
-Abril, no digas estupideces- me grito muy enojada, pero a mi ver su cara de enojo me divertía mucho.
La mire reí de forma burlona- tu dijiste que era guapo, y si tan guapo te parece pues disfrútalo, ya sabes que eso no es lo mío- comprendió mis palabras, pero se notaba que no toleraba el no poder controlarme, el no poder cambiarme, y no voy a dejar que lo logre, no me dejare cambiar, pues como dice la canción soy lo que soy.
Al llegar a casa estaba más cansada que antes, solo quería ducharme y dormir, ya era demasiado tarde, habíamos durado prácticamente toda la tarde en casa de la familia de Judith.
Me bañe y me  puse mi linda pijama de perritos, y me recosté en mi cama para poder dormir, estaba a punto de quedarme por completo dormida cuando de pronto sonó el teléfono, ese maldito celular que siempre interrumpe en el momento menos indicado, me ha arruinado muchos momentos antes, (no precisamente para dormir), me  levante con sueño para buscar el bendito aparato que se encontraba en la bolsa de mis jeans. Con un tono muy adormilado conteste con un cansado y gastado –Hola.
-Hola, Abril, soy yo Mar.
Genial, Mar decidió acordarse de mí en un momento no muy bueno, cuando tengo  sueño no funciona muy bien mi cerebro así que tarde un poco en reaccionar.- Hola Mar, ¿cómo estás?- me senté en la cama para poder hablar mejor.
-Te extraño demasiado-suspiró con un aire de tristeza- solo quería escuchar tu voz de nuevo.
-Yo también te extraño- no podía dejar de pensar que eso de que quería escuchar mi voz se oía demasiado cursi, y después de una pausa pude seguir- ¿cómo van las cosas por allá?
-Lo mismo de siempre, ya sabes, las viejas chismosas, las clases aburridas, todo lo mismo. ¿Y qué tal te va en tu nueva escuela?
-Bien, no es tan mala, es grande, los maestros son buenos, los compañeros son divertidos- no me atreví a decirle que había encontrado una nueva amiga, súper buena onda- todos son muy amables.
-¿Las cosas con tu madre siguen como siempre?
-Sí, creo que peor, no pierde momento para ofrecerme con los chicos, es como si fuera una mercancía que desea vender a como dé lugar.
-Espero que las cosas mejoren entre ustedes.
-Sí, yo también lo espero- tenía sueño así  que comencé a bostezar.
-Te  dejo, cuídate.
-Hablamos luego.
Mar comprendió el mensaje de cansancio que le di, colgó y por fin pude dormir tranquila.
Al despertar me di cuenta de que no apague el celular,  así que estaba todo descargado, tendría que irme sin él, y eso no me callo muy en gracia.
Llegue a la escuela, caminaba por allí muy quitada de la pena, cuando escuche mi nombre, me detuve y sentí que alguien tomo mi mano, era aquel chico, Gastón. Lo mire la verdad no estaba muy contenta de verlo.
-Hola- dijo después de soltar mi mano, lamio su labio inferior- no te había visto por aquí.
-Sí, yo tampoco te había visto- por fortuna-  ¿necesitas algo?
-Solo quería saludarte, y saber que tal te parece la escuela.
-Pues me parece no tan mala, pero no es la mejor.- me acomode uno de mis clásicos mechones rebeldes que no me dejan en paz, y puse mi mano sobre mi cintura.
-Que dura crítica- sonrío mientras pasaba la mano por su cabello en una pose de galán de balneario.
-Si un poco- no pude evitar reír con su pose- tengo que irme.
-Nos vemos luego- me abrazo de la nada.
Como se pudo atrever a abrasarme así como si nada, yo lo retire de manera cortes, pero me hubiera gustado decirle algo, sin embargo me quede callada y me fui.
Seguía caminando cuando escuche nuevamente mi nombre. Solo que esta vez era Claudia.
-Hola- dijo efusiva.
-Hola- conteste con un tono más o menos igual.
 -No sabía que conocías a Gastón.- pregunto mientras hacia un ademan de burla con las  cejas.
-Sí, ya tuve la  oportunidad de conocerlo.
-Se ve que le gustas.
-¿Por?- pregunte inocentemente.
-Pues porque te siguió.
Cuando dijo eso me di la vuelta y lo vi dirigiéndose hacia mí, no sabía que era lo que quería, pero él no me da buena espina.
-Yo, olvide decirte, bueno invitarte a una fiesta el viernes en mi casa, puedes venir con amigas- me miro los labios, y se acomodó el cabello de nuevo,  sonrió y se marchó.
-Abril, no sé tú pero yo si voy- dijo mientras se arreglaba el pelo.
Claudia ya se auto invito, pero la verdad es que yo no tenía muchas ganas de ir, así que tal vez no valla.
Continúe mi camino hacia mi aula de clases, y allí estaba Judith, como siempre en su pupitre, me acerque para tomar mi asiento y salude cortésmente con mi típico hola. Pero ella parecía algo distante, como si no me  hubiera escuchado, me sorprendió su actitud, pero supuse que estaría en sus días, así que no me lo tome demasiado apecho.
Llego el profesor dio su  clase y ella continuaba muy distraída, eso me empezó a preocupar, a pesar de tener muy poco tiempo de conocerla yo sabía que esa no era su actitud, algo le estaba pasando y tenía que preguntarle, podría ser algo malo, y quizás necesitaba mi ayuda.
La clase termino y ella salió corriendo del salón hacia el baño, y la seguí, no es muy correcto seguir a las personas pero ella me preocupaba.
Cuando entre ella se estaba lavando las manos.
-¿Qué tienes?-pregunte directamente.
-Nada- me dio la espalda, su tono de voz me decía que claro que tenía algo, eso era obvio.
-No soy tonta- respire profundamente- sé qué te pasa algo, si no me lo quieres decir no importa, pero aquí estoy, para ayudarte en todo- le tome la mano- si necesitas algo, tú solo dilo.
Me miro a los ojos, sentí la tristeza de su mirada, era muy evidente que no  se encontraba bien.
-No pasa nada- sonrío- todo está bien.
-Ok, vamos.- dije tomándola de la mano mientras salíamos rumbo al salón, no tenía ni idea de lo que le estuviera ocurriendo, pero para no ser nada se veía muy preocupada, no me lo quería decir, y tenía que respetar su decisión, yo sé que es incómodo que cuando no quieres hablar sobre un tema alguien te esté insistiendo, lo he vivido y no me gusta, así que no are eso con ella, solo le are saber que tiene mi apoyo, pero me intriga saber qué es lo que le ocurre, podría ser algo malo, y si esta enmb… no, no lo creo ella no es de ese tipo.
Durante el resto del día siguió algo distante y distraída, no se veía nada bien, al terminar las clases platicamos en el camino.
-Oye, Judith, no sé lo que sea, pero si me necesitas aquí estoy- me pare delante de ella para quedar de frente- cuentas con migo para lo que sea.
-Gracias Abril, pero no creo que tú puedas ayudarme- clavó la mirada al piso- no es nada.
-Si acabas de decirme que no puedo  ayudarte, me parece que debe de ser algo grave- le acomode el cabello que cubría su cara- me preocupa verte así.
-Es complicado- me miró fijamente- ya se me pasara.
-¿Segura?- pregunte con mi mirada intimidante, esa mirada siempre funciona cuando quiero sacarle la verdad a alguien.
-Sí, completamente segura.
Comenzamos a caminar, ella tomo la desviación que la llevaba a su casa y yo seguí de frente.
No podía dejar de pensar en que sería lo que le estaba pasando sería demasiado grave, ella trato de hacerme creer que no pero se notaba que sí, el deber de una buena amiga es ayudar a sus amigas cuando la necesitan, además Judith realmente se miraba muy mal, era algo muy delicado, o por lo menos algo que para ella es muy importante, pero ¿Cómo ayudas a quien no quiere ser ayudado?, esa es una pregunta que nunca e podido responder, es algo extraño, los humanos podemos ser muy tercos, y yo soy un claro ejemplo, cuando se me mete una idea en la cabeza no hay nadie que me haga desistir de mi idea, pero acaso Judith sería igual de terca que yo, con lo poco que tengo de conocerla se ve que sí, es por eso que me agrada, pero el ser demasiado terca no es bueno, yo lo sé por experiencia, la terquedad no me ha llevado a nada bueno, no dijo que ser un poco terco sea malo, al contrario es muy bueno, la terquedad nos ayuda a conseguir nuestras metas, pero en exceso nos puede causar mucho daño.                                                                                   

Creo que lo peor que a echo mi terquedad es  no dejarme ver mis errores, me ha impedido darme cuenta de que en ocasiones lo que hago no es exactamente lo correcto, pero en cuanto lo detecto hago todo lo posible por solucionar las cosas, como sea tengo que ayudar a la terca de Judith, aunque ella no quiera ser ayudada.
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6 comentarios:

  1. uff esta interesante ee me gusta cada vez mas...
    siguela publicando nomas c:

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  2. vaya me gusto mucho este capitulo, se pone cada dia mas interesante ^^

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  3. Muy buen capitulo, gracias por seguir subiendolos.

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  4. Cada dia se pone mas interesante la historia!!

    Lays.

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  5. me gusta nos tiene a muchas interesadas

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  6. ,M.G.M, Esta historia ha mejorado mucho, esta muy interesante, yo también siento intriga por Judith. By :)

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