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No Llores, mi niña - Sonia


No, no llores mi niña, que con tus lágrimas llenas mi alma. No puedo verte llorar, es superior a mi y me destroza la vida verte sufrir.
Cambiaria cada lágrima tuya por una gota de mi sangre si con ello pudiera calmar tu desconsuelo.
A veces la vida es fea, cruel y es sin duda la que pueda llegar a hacerte más daño. Incluso sin motivos o razones para ello.
Todas tenemos días tristes en lo que no encuentras salidas y la oscuridad te nubla. Son días largos, que no tienen fin, y ningún aliciente para sonreir. Pero pasan. Pasan y quedarán escondidos en algún lugar de nuestra memoria de donde ya difícilmente saldrán.



Y vendrán días con sol, que iluminarán de nuevo tu vida. Con la alegría de enfrentarse al mundo que, aunque no lo creas, siempre te espera.
Como yo, que siempre espero ante todo tu bienestar para poder tener yo el mismo. Porque te quiero y cualquier cosa que te dañe, me duele y me causa el mismo dolor.
Y te abrazo. Te abrazo fuerte para darte mi fuerza y sobretodo mi cariño para que te puedas refugiar en él, y sientas que siempre voy a estar a tu lado, siempre.
Queriéndote. Porque desde que te conocí, créeme que no sé hacer otra cosa.
A veces también enloquezco cuando veo que sufres y no sé cómo ayudarte. Siento que mi amor no te llega o no sientes que estoy aquí, a tu lado. No encuentro la forma, la manera, de que te recuperes y me vuelve loca no hacerlo.
Porque yo, sólo yo, quiero ser el bálsamo en el que te refugies cuando no estés bien. A la que siempre recurras cuando sientas que la vida te ha dado la espalda y te sientas sola.
O cuando no te sientas agusto con tu vida y un enorme vacío se apodere de ti.
Pero no me ves, y yo me cargo de paciencia y te vuelvo a enseñar que sigo estando aquí, y aquí estaré.
Intento entender estos días, en los que  siempre necesitamos un poco de espacio, de soledad para ver qué sucede y cuál es la solución.
Y tal vez no tengo más que darte que todo este amor inmenso que siento por ti, y mi vida, que sin duda, es más tuya que mía.
Porque cuando yo estoy mal siempre recurro a ti, quién mejor que tú que eres mi felicidad. Y que poco a poco, tu ternura encuentra la mía y tarde o temprano me haces sonreír, al sentir que sólo con que tú me mires ya me llenas la vida, el corazón y el alma de amor.
Por eso espero paciente que encuentres el camino que te lleve a mi. Tal vez no lo veas, pero siempre estoy a tu lado para recordártelo.
Todo lo que tú necesites yo te lo daré. Si necesitas tiempo para encontrarte con tu soledad y pedirle explicaciones; hablar con tu vida de por qué te sientes así, sumida en esta crisis. Si necesitas volver a encontrarte a ti misma, porque todas en algún momento nos perdemos, pues me echaré a un lado y te dejaré espacio o todo el tiempo que necesites o me pidas.
Y esperaré que vuelvas repleta de fuerza, curada de tu autoestima y llena de vida para seguir viviéndola conmigo.
Porque yo cambiaría todo mi vida porque tú seas feliz, ya que sino lo eres la mía carece de sentido.
Encuéntrate, mi amor. Cierra los ojos con fuerza y verás que la luz entra de nuevo. Que mañana las cosas duelen menos y pasado, seguramente, las habrás olvidado.
Y dime, mi amor. Nunca dejés de decirme cómo y de qué manera puedo ayudarte.
Es la fuerza de mi amor que la siempre me hará decir sí. Igual que la tuya, que estés como estés, siempre puedo sentirla.
Porque aunque tenemos días malos, momentos en las que no somos nadie, momentos en las que estamos tan heridas y el dolor nos debore siempre nos podemos refugiar en el enorme paraíso, que es lo que sentímos.
Y nos espera una vida maravillosa juntas, aunque haya dolor, distancia, algunas veces vacíos, pero todo quedará en migajas si siempre que nos mirarmos nos volvemos a enamorar.




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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Sonia Derechos Reservados
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