Confieso.
Te extraño, te pienso, te echo en falta, te
sueño, te imagino, te busco entre la gente, entre los coches. Me perturba tener que visitar los sitios que
sueles frecuentar. El miedo y la ilusión
de verte se entremezclan dando paso a una sensación desagradable, a un pinchazo en mi espina dorsal.
La mejor decisión fue la de dejarte; al
menos eso es lo que me repite la cabeza aunque el corazón no está del todo
convencido a pesar de que ahora se encuentra mucho más en paz.
Me hubiese gustado besarnos más, fundirnos
en más abrazos, dedicarnos más miradas y sonrisas cómplices, haberte dicho más
veces “te quiero”, al final el desenlace hubiese sido el mismo pero habrían
quedado menos ganas contenidas.
Ya no voy a preguntarme porque no le
dejaste, porque no me elegiste con todo lo que decías te hacía sentir; supongo
que como dices no se lo merece (a decir verdad yo tampoco) , o te aterra salir
de la falsa estabilidad que han creado, te has aferrado a la idea de que eso es
lo que necesitas en tu vida, entonces ¿Por qué arriesgarla buscándome?, ¿por
qué ponerla en juego si dices que a su lado no te falta nada? Creo que hubo
algo que te negaste aceptar, ya no importa, ya no hay trascendencia en esos
“¿Por qué?” Darles respuesta no cambiara lo ocurrido.
Nos hemos dejado, más bien te he dejado y
no te ha quedado otra opción que aceptarlo, preferiste eso que aceptar que te
enamoraste, por tu miedo al cambio, por miedo a salir de tu zona de confort y
por muchísimas otras razones que ignoro, al final nos hemos dejado, en un
civilizada e hipócrita conversación, con abrazos cargados de emociones, con las
manos contenidas, con un par de besos que querían llegar a más pero murieron en
un suspiro y un “no lo hagamos más
difícil”, con la firme, mutua y dolorosa decisión de no vernos, no hablarnos,
con el latente temor de encontrarnos.
¿Qué pasara cuando el destino nos traicione y nos obligue a encontrarnos
de nuevo?, tú de su mano, yo de la de quién sabe quién, ¿Nos traicionaran también
las miradas, los nervios, la adrenalina, el vibrar habitual de cada vez que nos
vemos? ¿Podremos realmente esquivarnos, pasarnos por un lado sin inmutarnos
siquiera, como si fuésemos un par de extrañas? Quizás tú si puedas, quizás yo
no, quizás viceversa.
Quizás todo sea cuestión de tiempo, quizás
en un par de meses salgas de mi vida completamente y solo quede el fugaz
recuerdo de lo efímero acompañado de aquel par de fotografías de una noche de
diciembre.
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Alex G - Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
Me.recuerda tanto a mi aveces es lo mejor dejar ir y más cuando te cansas de vos deicir es lo mejor dejar ir tal vez con la duda de q habrá pasado si estariamos junta digo mejor asi para no llegar a odiarte
ResponderEliminar