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Cuando hablan las miradas - Cristalsif - 2

Saludos a Tod@s

La presente es para desearles un feliz día Internacional del Derecho de la mujer y como presente ante ustedes, la siguiente publicación.

Sin más preámbulo, espero sea de su agrado.


Cuando Hablan Las Miradas

Capítulo 2

Intercepto.

Un par de hombres notoriamente adinerados, salieron de la sala con particular satisfacción de la reunión recientemente acontecida. Aquel lugar que la mayoría de los empresarios de múltiples reinos habían considerado el más apropiado, había sido sede de  aquella reunión de gran importancia, si se tiene en cuenta que los herederos de algunos de los monarcas estaban presentes.


-Hemos conciliado más pronto de lo que se tenía planeado, pero todo ha sido gracias a la participación de Lady Shizuru… tal parece que su don de liderazgo ha sido perfectamente heredado de su padre- Dijo un hombre joven a otro mayor que no paraba de asentir y elogiar a la heredera de Excélsior.

-Su belleza es digna de alabanza… Lady Shizuru es una mujer cuya sapiencia, además de tan delicada elegancia le otorgan el título de ‘la graciosa amatista’, es realmente digna de todo respeto. Algún día gobernará con gran sapiencia- Agregó sonriente el hombre maduro.

Aún expectantes y un tanto alejadas a la espera de la persona que les había sido encargada, se encontraba la guardia real. El grupo lucía uniformes formales a causa del evento, prendas negras de la cabeza a los pies salvo por una banda roja con la insignia de la flor de Lis, también contaban con las pertinentes insignias que denotaban sus rangos y chalecos negros diseñados para tolerar el impacto de las balas pero casi tan delgados como abrigos comunes, sacos a prueba de fuego. Sus ropas tenían tecnología de punta y mejoraron algunas de las capacidades personales de los miembros del grupo, ya que están diseñados especialmente para cada una de ellas. También contaban con maletines equipados con la última tecnología e intercomunicadores inalámbricos en los oídos, ellas eran a todas luces la escolta de la princesa de Excélsior. Pero no por ello eran menos humanas que el resto de los presentes, algunas comentaban emocionadas acerca de la bella dama de la que debían cuidar con sus vidas si era necesario, ya que pertenecía a la realeza y por ende era alguien sumamente importante para el futuro de su país.

-Es cierto, Lady Fujino ha sido considerada una de las mujeres más bellas de los reinos, no sabría decir entre ella y la princesa Zoe de Argoria o la maravillosa Mashiro Blan… todas han recibido numerosas propuestas de matrimonio de nobles de todas partes- Murmuró Irina ojeando una revista en cuya portada aparecía 'la graciosa amatista', la joven comando lucía un particular cabello naranja y estaba a cargo de la red informática del escuadrón.

-A mi dama no la involucres...- Refunfuño Arika.

-No dije nada entonces- Levantó las manos Woods con una sonrisa.

-Es de extrañar que Lord Shion no la presione a casarse, se rumora que su negativa se debe a que conoció un guapo chico en la época de instituto y aún no puede olvidarlo… pero nadie conoce su nombre- Dijo Erstin con un brillo contento en sus ojos azules, la hermosa rubia de prominentes curvas era llamada entre el grupo 'escudo', pues no se separaría ni a sol ni a sombra de la princesa y era la parte dispuesta a recibir disparos por su protegida.

-Mmm... ¿Cómo creen que sería semejante chico?- Preguntó Arika con expresión atolondrada, era la francotiradora y una atractiva joven de castaña cabellera con un peculiar peinado de hormiga, cuyos ojos zafiro delataban total inocencia.

-No sé, alguien alto, de buen cuerpo, y ojos impactantes, bellas facciones, alguien como el príncipe Reito Kanzaki de Carteya… se ha dicho que es un gran amigo de los Fujino Viola. Sospechosamente es el único que aún no pide la mano de la princesa, quizás ya la tenga segura- Mencionó Irina con aire de saber mucho del tema.

-¿Por qué suponer que sería un hombre? ¿Y si fuera una chica?- Preguntó la Srta. Ho con duda.

-Es difícil, la necesidad de herederos en el trono es... aunque justificaría enormemente el hecho de que su alteza jamás se ha visto rodeada de hombres, salvo el príncipe Reito, con quien entiendo son amigos de la infancia- Volvió a intervenir Irina, mirando animosamente a Erstin.

-¡Firmes! Lady Fujino a las 12 en punto- Alertó Nina pero ninguna reaccionó en medio del chismorreo. Nina Wong líder de la escuadra y la que ponía en cintura a su grupo. Sin lugar a dudas muy hermosa, piel broncínea, cabellera negra, cuerpo delgado pero atlético y unos dulces ojos dorados con tintes rojizos.

-¿Oye pero si son como las 4pm que estás mal Nina? ¿Segura que no te afectó la lluvia cuando vinimos?- Miró extrañada a su líder la castaña.

-¡Arika! ¡La princesa viene hacia acá! “Como se nota que se dormía en las instrucciones”- Una enorme gota se acomodó en su cabeza. Al escuchar las palabras de su líder se formaron en las posiciones correspondientes y sacando pecho saludaron formalmente a la joven de ojos carmesí.

-Lady Fujino… permítanos escoltarla- Dijo Nina, recordándose a sí misma que debía refrescarle la memoria a las chicas, estaban ahí para hacer la labor de guardaespaldas.

-Ara, ara… chicas… es muy amable de su parte, pero ya me acompaña mi guardia- Miró con una sonrisa a las jóvenes que la escoltaban.

Irina frunció el ceño momentáneamente, las chicas del escuadrón Dos habían sido sus eternas rivales en Lancaster, una institución de investigación dedicada a formar a los mejores profesionales de seguridad y defensa, eran los mejores guardaespaldas del mundo los que egresaban del sitio, allí habían ido a parar después de la disolución de los Lobos del Norte de Excélsior, con la muerte de Lenoir y aunque Nina sabía que una mano silenciosa movía los hilos, no pudo refutar nada. Pudiera decirse que aquellas mujeres eran las únicas capaces de competir con ellas, pero como siempre, no hacían otra cosa que meter las narices en sus asuntos.  Mientras tanto Nao Julieth Viola, primera ministra de relaciones exteriores de Excélsior sonreía mordazmente ante la evidente rivalidad de las jóvenes escoltas.

Nina previendo que su labor sería desestimada, se adelantó y con un ademán servil. -Fueron órdenes de su padre, en concordancia con las indicaciones del consejo. Como encargados de la seguridad de la alianza, debemos velar porque las relaciones diplomáticas se lleven de la mejor manera posible…-

Las miradas de competencia se cruzaron, Tomoe Margueritte una bella joven de cabello verde, mirada lila y líder de las valquirias como se auto nombraron a sí mismas el escuadrón 2, no evitó hablar. -Con nosotras es más que suficiente, Fujino-sama ha estado completamente a salvo en tanto nosotras hemos velado por su seguridad, otro escuadrón está demás-

Mucho antes de que la confrontación entre ambos grupos llegara a tintes más oscuros la hermosa amatista intervino. -Mis queridas protectoras no tienen por qué discutir... yo me siento absolutamente halagada por sus cuidados, por favor, dejo mi seguridad en sus capaces manos- Un gesto de condescendencia elegante y aquella sonrisa a la que era imposible negar cualquier cosa apagó el ímpetu de los dos escuadrones.

Muy pronto se vio a la princesa de Excélsior siendo escoltada pacíficamente por los dos grupos con camino de la salida. Lo que ninguno de los allí presentes noto fue la presencia de un sujeto encapuchado que no apartaba la mirada de la castaña de ojos rubí, sigilosamente comenzó a seguirlas cuidando no ser descubierto.

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Transcurrieron los días restantes de los acuerdos y para molestia del grupo el último día, Shizuru y Nao habían sido detenidas por los medios de comunicación justo en la entrada de la sede. Lady Fujino había accedido a dar la entrevista, más por la presión pública que como parte de sus deberes diplomáticos. Las chicas no tuvieron otra opción que redoblar sus esfuerzos, ocuparon sus posiciones de defensa, estaban más que preocupadas por el riesgo que corría en un lugar tan descubierto. Había demasiada gente cerca de su protegida y cualquiera por muy común que pareciese podría atacarla con casi toda libertad.

-Esto no me gusta… estén alerta- Indicó Nina por medio de los comunicadores a su grupo.

-¿Qué pasa 'Gato Negro'?- Preguntaba Arika con la jovialidad de siempre.

-Estamos al descubierto 'Hormiga', sería fácil para un francotirador atacarnos… y el que Fujino accediera a dar la entrevista ha sido algo despreocupado, por no decir irresponsable…- La pelinegra no paraba de observar en todas direcciones, las valquirias estaban a la espalda de Shizuru y ese era a todas luces un error que su escuadrón no cometería, después de todo eran las número uno. -'Ciber'… ubica los puntos más susceptibles de ataque en tu computadora- Ordenó a través del comunicador a Irina que no tardó en obedecer.

Erstin cuidaba de todo ángulo de disparo, mientras Shizuru respondía las incógnitas de la prensa y su línea de escoltas hacía gala de sus encantos, tratando de aparecer en alguna foto junto a la princesa. Todas menos Tomoe que estaba igual de alerta, para todas era más que obvia la ‘admiración’ de la chica por su superior, sabían que no permitiría que nada le pase a su querida Shizuru-sama.

Erstin que se mantenía al lado de Shizuru, de ser necesario se interpondría ante las balas o ataques de cualquier tipo. Nina aisló el comunicador en la frecuencia de Erstin, de modo que nadie más oyera. -'Escudo' ten cuidado… no hagas nada innecesario- Murmuró con voz suave, agradeciendo que la rubia no podía ver su sonrojo. Los ojos verdes se abrieron sorprendidos, estaba tan feliz que no pudo responder, se sentía bien ver que le importaba a su persona amada, así que simplemente asintió desde lejos sabiendo que Nina la miraba.

-Hay demasiados puntos posibles... 10 ubicaciones posibles por edificio, hay cuatro edificios cuyo ángulo permite la vista… es imposible buscar algún francotirador, hay demasiados flancos- Mencionó Irina alerta desde su posición, el instinto de Nina nunca fallaba.

Arika por su parte estaba usando unos binoculares de rayos láser, estos escaneaban el perímetro, sin embargo era imposible, había demasiada gente con paraguas a causa de la lluvia, así que el sensor estaba como loco. -Nina… no puedo ver nada… hay muchas personas y el metal de sus sombrillas no me dejan analizar nada- Dijo preocupada Sayers.

-Busca a personas cuyo comportamiento sea sospechoso… observa a través de las sombrillas y ubica algún arma- Si es que hasta el clima les estaba jugando una mala pasada, la intensa tormenta obligaba a la gente a cubrirse de la lluvia, así que ver las caras era más que difícil.

Fue entonces que la joven de cabellos negros noto una silueta bajo la lluvia, un hombre que vestía completamente de negro y no se cubría del agua. Un sombrero resguardaba su cabeza y la parte superior de su rostro. Wong tuvo una extraña sensación en cuanto le vio, sin siquiera pensarlo comenzó a caminar en su dirección escondiendo su mano en la espalda, muy cerca de su arma, en caso de que fuera necesario disparar. -Arika... preparada- Dijo por lo bajo con un instantáneo asentimiento al otro lado de la línea.

Entonces todo se tornó lento, como si el espacio fuera etéreo, las gotas caían de forma irreal y los segundos se detenían por momentos. Nina levantó su arma preparada para eliminar al sujeto, sin embargo, escucho al sujeto que perseguía gritando “Cuidado” y por la dirección sobre la que provenía la advertencia de su esmeralda mirar, le fue necesario voltear a ver a su protegida. Un hombre disfrazado de anciano, había dejado de lado su sombrilla, una enorme arma al descubierto de su gabán claro, el revólver macross se levantó apuntándole a Shizuru, Nina cerró los ojos, tan solo un parpadeo, el eco de dos disparos retumbaron en sus oídos, una tremenda culpabilidad asoló su pecho, fallé, murmuró en su pensamiento.

Cuando finalmente abrió los ojos vio al atacante muerto, el humo emanando de un arma en las manos del hombre al que había intentado interceptar a sus espaldas, ese... el que le había advertido del peligro, tarde comprendía que era un aliado, no un enemigo. Entonces observó en dirección a la princesa de Excélsior quien yacía en el suelo, con Erstin sobre ella y Tomoe Margueritte sobre la ministra de relaciones exteriores... Erstin, una punzada hizo encoger su pecho… Los demás miembros del escuadrón 2 hacían al fin su trabajo, una en el palco de madera apuntando con su arma para cubrir a las chicas en el suelo, la otra joven tras una columna cubriendo su posición.

El tiempo regresó a la normalidad y todo fue caos, otros tantos sujetos tiraron sus paraguas a un lado y con armas igual de impactantes dejaron en claro que aquella entrevista había sido una trampa. La líder del escuadrón 1 corrió lo más rápido que pudo en medio de los inocentes que asustados escaparon en todas direcciones y le obstruían el paso.

Nina llegó lo más rápido que pudo ante las demás, Arika disparaba a diestra y siniestra sin vacilación, cubriendo a su líder y amiga. Erstin se levantó y Shizuru las miró con algo de confusión, por fortuna no tenía ninguna herida. Nina suspiro aliviada, Erstin tampoco tenía nada. -“¿Que me pasa? ¿Por qué me estoy preocupando más por ella que por nuestra protegida? ¡No hay tiempo para eso!”- Y solo entonces fue consciente de la real situación.

Era un intercambio de balas sin igual, Arika disparaba con gran habilidad, aunque cubierta por una de las estatuas que había a la salida del edificio. Nina le agradeció con una sonrisa y desenfundando su arma, comenzó a disparar certera a los blancos. -¡Erstin! ¡Escolta a Fujino a la limusina! Que su grupo la lleve a salvo, Sayers y yo nos quedamos a evitar que las sigan, calmaremos los disturbios- Dijo con el tono serio que la caracterizaba. -Woods... establece la mejor ruta de evacuación y despeja los semáforos para la huida de su alteza-

-Como ordene, Capitán- Aceptó rauda las órdenes Irina.

La rubia de ojos verdes asintió y ayudando a la castaña, comenzó a correr siendo cubierta por las auto-nombradas Valquirias, que también ofrecían alguna oposición a los atacantes. La gran mayoría logró ponerse a salvo dentro del vehículo, con excepción de su segunda protegida, la ministra Julieth resbaló en el pasto a causa de la punta de su tacón enredado en el lodo, doblándose en mala forma el pie, incapaz de mover su tobillo lastimado fue cubierta por dos de sus guardaespaldas, la Valquirias se defendieron como les fue posible e impidieron que los disparos alcanzaran a la ministra, sin embargo Nao quedó desprotegida en el camino, cuando Annia y Maika sucumbieron ante los disparos de los atacantes, sola e imposibilitada en movimiento uno de los hombres la tomó como rehén.

-Suelten las armas o su estimada Ministra morirá- Gritó en medio de la plaza que estaba al frente del edificio, mientras sostenía a Nao que parecía demasiado tranquila para la situación en la que estaba. El atacante ignoraba en cuál de los autos estacionados se había ocultado la princesa por lo que miraba en todas direcciones, intentando hallarla.

En el fondo la hermosa pelirroja de brillante mirada limón yacía más que espantada, pero sabía que ese era uno de los gajes del oficio y no menos hombres habían sucumbido antes que ella por el bienestar del país, más orgullosa como era la Julieth no clamó por su vida, sí iba a morir, sería con dignidad... molesta cerraba con fuerza sus labios para obligarse a no flaquear.

-¡Nao!- Se escuchó la voz de la Fujino, que al ver a su prima en semejante situación no entraba en la seguridad del auto. Una suerte que la voz de la princesa fue apagada entre los gritos de las personas que aún escapaban como hormigas y caían como moscas en medio del fuego cruzado.

-¡Lady Shizuru entre al auto!- Ordenaba Nina a través de su comunicador, mientras continuaba manteniendo a raya a los atacantes que intentaban acercarse, de momento eran un buen señuelo y nadie adivinaba en cuál de los autos estaba su alteza, todos suponían que en el suyo y por ello era objeto de un sin fin de disparos. Wong estaba en la posición opuesta al auto de Shizuru y Arika en iguales circunstancias, se escondía detrás de un monumento cercano.

La hija del Rey se cubría con la puerta blindada del auto, pero no les permitía marchar ni entrar sus custodias, quienes se estaban planteando aplicarle una llave de noqueo y llevarla por la fuerza. La demás hacían lo que podían para evitar el avance de los hombres que se cubrían en los árboles, las esculturas, las bancas y demás obstáculos físicos del lugar. No eran demasiados pero contaban con buenas armas y eran ágiles en el arte de matar, ya habían caído algunos de los guardias del edificio que salieron a dar pelea en cuanto se inició la balacera.

-¡Que hagas caso de lo que te han dicho!- Escuchó una voz grave proveniente del sujeto de negro, a quien por un momento Nina había dejado olvidado. Sin que se supiera cómo había llegado tras el auto y tomando la muñeca de Shizuru sin ningún cuidado, ante las atónitas miradas de sus guardianas que estaban a poco de dispararle. Le gritó en su cara -¡Hazme caso Shizuru! ¡Vete de una vez, que nos pones en riesgo a todos!- Los ojos carmesíes se abrieron grandemente al reconocer el tono de voz, la mirada esmeralda disimulada por las sombras del sombrero. -Te lo pido...- Susurró más bajo.

-No le dispares Margueritte- Intervino Erstin moviendo la muñeca de Tomoe y un disparo escapó con dirección al cielo. -¡Es el Coronel!-

Tomoe abrió los ojos grande con la gravedad del error que pudo cometer.

-No me iré sin Nao… aunque lo digas tú- La sorpresa inicial de Shizuru se convirtió en determinación. -Es familia- Musitó sabiendo que eso sería un argumento suficiente para la persona que sostenía fieramente su muñeca.

-Te prometo que ella estará a salvo… pero vete- Dijo con voz suave, Shizuru dudó unos segundos antes de hacer caso.

Kruger por su parte no se quedó a esperar, cargó su arma, la escondió en su indumentaria y sin esperar reacción alguna, comenzó a correr con gran agilidad y moviéndose en zigzag eludía las balas, pasando de un punto seguro a otro, y deshaciéndose de sus enemigos sin desperdiciar balas.

Shizuru quiso levantarse e ir tras esa persona, pero Tomoe reaccionó a tiempo y la retuvo. Desde la perspectiva de todas las demás, aquel sujeto era un oficial superior en medio de una carrera suicida, algo seguramente muy inusual. Para los civiles escondidos dentro de los edificios era un loco que corría sin que las balas lo derrumbaran. Natsuki simplemente lo tenía claro, necesitaba llegar por la espalda del maleante que sometía a la ministra de relaciones exteriores, mientras el secuestrador continuaba distraído con los miembros del escuadrón 1, quienes intentaban negociar la entrega de la ministra.

Nina exponía su integridad con las manos levantadas, ofreciendo la menor amenaza posible al que retenía a Julieth. -Dígame que desea...-

-¡Entreguen a la princesa!-

-Eso no es posible, pero... si me dijera de una cifra...- Nina sintió una bala rozar su costado y se inclinó para sujetarse la herida. Vió sus dedos mancharse de una poca de sangre... Pese a todo no se miraba asustada. -Entiendo...-

-No bromeo, ¡Queremos a Lady Shizuru! No me hagas perder la paciencia- Agitado y molesto el sujeto había desestimado el arma en la cabeza de Nao, dando así una oportunidad de oro.

-¿Por qué?- Insistió Nina ante la mirada atónita de todos. -Su alteza ha hecho tanto por todos-

-No... No para los infectados... mi esposa, murió de todos modos- Murmuró aquel hombre apuntando esta vez, a la cabeza de Wong. -Su gobierno es una mentira... nos esconden como si fuéramos desechables, ¡La peste del valle negro no se ha extinguido como nos hicieron pensar!-

Kruger en tanto se había encargado de muchos de los objetivos, las miradas de las escoltas observaban con asombro como las acrobacias rápidas convertidas en saltos dignos de las olimpiadas que ejecutaba su superior, sus evasivas eran suficientes para eludir la puntería de los atacantes, los disparos certeros con un silenciador y esa persona parecía una sombra oscura a la que las balas le coqueteaban en una danza mortal.

-¡Mueran todos!- Gritó el hombre preso de la desesperación y el rencor. Entonces disparó sobre Nina quien ya tenía medida la trayectoria y antes de que el gatillo fuera jalado se arrojó a un lado.

Ya desde el suelo Wong advirtió. -Cuidado, ¡Atrás!- Musitó la capitana del escuadrón 1 al oficial en carrera, pero Arika le cubrió la espalda con un certero disparo de su arma en posición de francotirador y otro sujeto cayó al suelo desde un segundo piso.

El hombre que retenía a Nao se volteó algo asustado por la inesperada intromisión, en cuanto volteó e intentó dispararle una bala lo atravesó primero y sin dilación en la cabeza, algunos segundos después el cuerpo inerte se desplomó en el suelo. Los ojos verdes de Nao se ensancharon considerablemente mientras notaba como el humo salía del arma sujeta... Por ¿Natsuki? ¡Imposible! Le vio acercarse corriendo y jalarla de la mano, para la pelirroja todo parecía irreal, un disparo, un movimiento brusco y el sombrero que cubría la cabeza de la Kruger se perdió entre las gotas y el viento de la tormenta, entonces una prolongada cabellera negra se fue liberando mientras el sonido de un último disparo se escuchó de fondo. Julieth se vio arrastrada hasta la seguridad de un árbol, pese al dolor en su tobillo lastimado, luego sintió la presión del cuerpo frío y húmedo de su salvadora.

Nao agradecía los turbulentos sonidos cerca de ella, sería imposible que Natsuki escuchara sus agitados respiros y rápidos latidos, se mordió los labios al sentir que la pelinegra la estrechaba contra el tronco mientras intercambiaba otros disparos. Solo podía ver el rostro perfilado con el ceño fruncido en estado de concentración, la mano extendida apuntando, descargando el arma, se mordió con aún más fuerza el labio... ‘El doncel de hielo’ no había cambiado nada, siempre pasando la vista de largo cuando no se trataba de Shizuru.

El escuadrón se desplegó eliminando los últimos objetivos dado que ya no estaba en riesgo ningún rehén y la princesa iba a puerto seguro bien escoltada en un auto blindado que Irina vigilaba satelitalmente. Natsuki sintió la persistente mirada sobre su rostro que le obligó a prestar atención a la mujer cuyo cuerpo podía sentir contra el suyo. La confrontó notando un pequeño rubor en las mejillas de Nao, un leve repicar de la lluvia en los oídos algo aturdidos y su ropa manchada por la sangre del que la había tomado por rehén momentáneamente.

-¿Estás bien?- Susurró con seriedad.

-¡Quítate de encima! Y puede que esté mejor después- Dijo Nao desviando la mirada a un lado molesta por la bochornosa situación.

-No cambias Lady Julieth de Aracne- Dijo Natsuki sonriendo, haciendo mofa del título nobiliario de la Julieth Viola.

La risa de la pelinegra se incrementó cuando por puro reflejo Nao se aferró más a su cuerpo ante un último estruendo y la llegada de los refuerzos, Irina había dado reporte algún tiempo atrás. Pronto Helicópteros y autos militares invadieron aquella plaza y retuvieron a los hombres que aún quedaban con vida para un posterior interrogatorio.

En cuanto Natsuki se separó de Nao las cosas se pusieron un poco más tranquilas, o así fue hasta que la pelirroja notó una mancha sanguinolenta en el brazo. -Rayos Kruger... vas perdiendo facultades, recuérdame llevar un arma a la próxima reunión de comercio exterior a la que asista, o tú terminarás como un colador-

La comandante lo dejo ser, imaginar a Nao con una magnum en las manos era algo digno de verse, pues era una flor tan delicada como la mismísima princesa Shizuru, pero en el fondo sabía que aquellas palabras estaban teñidas de un dejo de preocupación, irónica preocupación pero preocupación a fin de cuentas. -Las he tenido peores y a ti el papel de damisela en peligro no te queda...- Sonrió con ironía.

-Sabías que no corría ningún peligro- Se cruzó de brazos orgullosamente la pelirroja, era una mentira muy poco creíble. -Es a ti a la que le gusta hacerla de caballero en armadura, ¿O fue quizás el escándalo que hizo Fujino?-

-Para ser su prima la trata como a una desconocida- Natsuki contraatacó con el ceño fruncido, molesta por la insinuación de Nao.

-Para ser su hermana política, eres tú la que la ha tratado como a una desconocida- Veneno, a eso le sabían las hirientes palabras de la pelirroja, sin embargo no se inmutó. -Ni una carta en 4 años... eres una desconsiderada-

-Conoces las razones de peso...- Para una terca, otra y media.

-Ohh... las estupideces diplomáticas, como siempre... No me digas, el problema empieza con R y termina con O, Reito... Reito, lo conoces mejor que nadie, era tu amigo también- Ironizó haciendo mofa de aquel triángulo que Natsuki siempre visualizó en su mente y que la ministra juzgaba irreal. -Cuando vas a entender que entre ellos no hay nada, son solo fichas políticas... un matrimonio arreglado no significa nada, si tú lo desearas realmente podr...-

-Estoy cansada Nao... de que Shizuru jamás lo apostara todo por mí, es así de simple- La interrumpió Natsuki. -Hay cosas que ya no se pueden arreglar... no se trata de coser un vestido roto o pegar un jarrón, esas eran las travesuras de la infancia... no somos las mismas, nada será medianamente igual, además... yo tengo a alguien más y es mejor así- Confesó al final. -Como bien dices, somos fichas políticas de cualquier modo-

-Eso es otra cosa... Arrggg, más vale que sea una buena Natsuki. ¿Sabes en los problemas que me metí por hacerla de celestina? El tío Shion iba a dejarme por fuera...- Reprochó la pelirroja con toda contrariedad.

-¿Y quieres estar en medio de esta confrontación que apenas va a iniciar? Te haría un favor si te destituye del cargo hoy mismo... ¡Te iban a matar!-

Eso no lo negaría, Nao sabía que perdió ese argumento en el momento en que estuvo a la merced de un loco armado. -Hay cosas por las que vale la pena luchar Kruger- Tal vez Shizuru fuera muy buena en el arte de la manipulación o haberla seguido en su campaña para obtener adeptos de su tratado para el bloque de naciones, le había convencido de que se podría hacer mucho bien con una idea semejante. Tal vez discutir, ir a cada lugar o estar junto a ella ese tiempo le había hecho notar que la heredera al trono, era alguien con mucho más cerebro que tantos nombres conocidos, puede incluso que se tratara de su feminismo radical, pero se había embarcado con Shizuru en el proyecto más valedero de toda su vida. -No has visto lo que nosotras... no es posible que el presupuesto de armas por cada nación sea tan abrumadoramente alto mientras los menos favorecidos se mueren de hambre en algunos lugares-

-He visto eso y más Nao...- Natsuki no estaba en contra de la propuesta, solo sabía lo arriesgada que era. -Y mis padres están muertos por lo mismo que quieren hacer ustedes dos, simplemente... no quiero que les pase nada-

-Así que te preocupas genuinamente... tal vez Shizuru no haya perdido todas sus oportunidades contigo- Sonrió malévolamente. -Se lo haré saber...-

-¿Ein?-

Entonces Nina intervino presentándole sus respetos a la que finalmente había reconocido como la comandante Kruger. En cuanto vio la hinchazón en el pie sin tacón de la ministra de relaciones exteriores, ordenó asistencia médica y tras la revisión pertinente, el grupo abordó los vehículos blindados en dirección al punto de encuentro en el que se encontrarían con su protegida, la embajada de Excélsior y posteriormente acudirían a la Casa de la Rosa, morada de los Reyes de Carteya a un día de viaje.

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Mientras la limusina blindada viajaba por las intrincadas calles de Antares, la capital de Carteya, la ministra ocupaba el tiempo para molestar a la Coronel. Era una suerte que los escoltas restantes fueran en otro vehículo, eso les daba algo de privacidad, una que a la Kruger indisponía en más de un sentido.

-¿Cómo se llama?- Dijo repentinamente la Julieth.

-¿He?- Natsuki la miró como si preguntara, sobre los grandes misterios del universo.

-La chica, como llamarla ¿Tu novia?- Nao levantó una ceja más que divertida con la situación, cualquiera no diría que había acabado de pasar por una situación traumática, sin embargo la Aracne había sido ligeramente insensible en ciertos aspectos a lo largo de toda su vida, casi parecía un rasgo genético inherente a la familia real. -¿O se trata de un chico?-

-Lo sabrán en nuestra boda...- Se cruzó de brazos la pelinegra.

-Boda...- Abrió la boca y volvió a cerrarla un momento después, inesperado en verdad. -... que seria te has puesto, ¿Será que maduraste después de todo?-

-Este juego de política, saben hacerlo dos...- Natsuki desvió la mirada sobre la ventana con desinterés, pero claramente había expresado toda una ironía. No quería exponer sus verdaderos sentimientos, porque seguramente tendría a la pelirroja mofándose de ella al menos un mes.

-Entonces planeas vengarte de Fujino...- Los ojos felinos observaron con interés a la militar.

-No es con esa intención... Nao- Suspiró resignada, Julieth era un hueso duro de roer.

-¿Entonces cuál? ¿Amas a esa persona? Supongo que ya superaste lo de Fuji...-

-Los primeros amores jamás se olvidan, pero te aseguro que no son eternos, ni los últimos de la vida de alguien- Natsuki nunca menospreciaría el sentimiento que guardó por la castaña princesa de Excélsior, sin embargo tampoco se quedaría a esperarla toda su vida, había encontrado una buena mujer y eso debía ser suficiente.

-Eso es un más o menos... de todos modos siempre fue difícil que lo expresaras en palabras- Insinuó la pelirroja, recordando la timidez que le era propia durante la infancia.

-De nada me ha servido eso antes... ahora existen otras palabras, Bendio... por ejemplo- Musitó recordando su despedida antes de acudir a Excélsior.

-Dicho en esos términos, 1 + 1 ¿Cuánto es?- Dijo más que divertida.

-Nao...- Casi gruñó la de glauco mirar, quería ya dejar el tema, no quería que hiciera las veces de informante con Shizuru.

-No soy tonta ¿Acaso tiene que ver con que ahora Excélsior se lleve de maravilla con Argoria?- Levantó una ceja con suspicacia.

-No lo sé...- Era un incómodo tema, Natsuki desabrochó uno de los botones de su camisa, como si repentinamente sintiera calor, aunque la prenda estaba empapada.

-Entonces solo hay tres opciones, Las princesas Zoe, Zarai y Mikoto, las nietas predilectas del Rey Tanos- La pelirroja sonrió al notar la cara de espanto de Natsuki. -He acertado entonces, claro que no sería Zoe, vamos Nat, no debes ser el plato de segunda mesa de nadie-

-Déjame en paz, en serio te lo advierto Nao... como los demás, tendrás que esperar a ese momento, de cualquier forma, llegamos- En efecto, el auto se detuvo a la entrada de aquella enorme edificación.

-Gracias por prestarme tu gabán Kruger... que hubiese sido de mí sin él- Nao sonrió  cruzando las piernas sensualmente frente a la pelinegra. -No iba a ir por ahí con la ropa llena de sangre o desnuda-

-Ya... basta, esas bromas ya... no funcionan- Frunció el ceño desviando la mirada a otro lado.

-Eres tan puritana que de verdad me pregunto cómo lograste engatusar a dos princesas... aunque, dudo que Shizuru se lo tome bien ¿Estás segura que no va a iniciarse una guerra entre Excélsior y Argoria por tu pequeño juego?-

-No es un juego...- Frunció el ceño como era costumbre. -Estoy segura... Lady Fujino es lo suficientemente diplomática para no interesarse, de hecho, este es un paso más cerca de su tan ansiada alianza, esa por la que darías tu vida Nao, de modo que pueden darse por bien servidas las dos- Refutó con astucia la pelinegra de glauco mirar.

-Je... aunque me sienta molesta con ella, tú no sabes de lo que es capaz- Musitó Julieth por lo bajo con cierto desencanto en la voz.

-Ya he visto lo que puede hacer, por ambición- Refutó con cierto tono de voz que Nao recordaba dolido en tiempos lejanos, por lo que negó con la cabeza. Supo pronto que su prima no lo tendría fácil ahora, no en vano había pasado el tiempo, y si bien Natsuki continuaba siendo en esencia la misma persona, tenía el carácter bastante más fortalecido, una cosa positiva que no sería algo que le gustara discutir.

Ambas mujeres salieron del auto siendo escoltadas por un gran número de guardias, los cuales no se dispersaron hasta el momento en que sus protegidos yacieron dentro de la estructura marmolina que era la embajada de la familia real de Excélsior.

-Coronel... bienvenida- Se escuchó la serena voz de alguien conocida y estimada para la militar.

-Capitán Wong- Natsuki sonrió amablemente y le extendió la mano a la de ojos magma, las manos fueron estrechadas y después el gesto se convirtió en un abrazo.  Nao quien no se quedó a mirar la escena, solicitó a una doncella la ubicación de un cuarto en el que pudiera disponer de una tina y ropa limpia, francamente se sentía asquerosa.

-Me alegra enormemente verla... no se ha sabido de usted en un largo tiempo- Dijo la más baja de estatura de las dos sin deshacer el abrazo.

Solo después de algunos momentos más, la de cabellos cobalto e iris esmeralda se apartó de la más joven. -Espero me disculpes pero estaba en misiones secretas en el país vecino y hasta mi retornó esta semana, la mayoría suponían que estaba en otro lado, era un tema discreto, sin embargo ya no se ha podido mantener de esa forma en estos días-

-Le comprendo, sin embargo estimo que habiendo venido en nuestra ayuda la importancia de las circunstancias que corren es extrema- Ambas pelinegras comenzaron a caminar dentro de la morada, ausentándose la princesa de Excélsior y el mismísimo príncipe de Carteya en su recibimiento, lo cual extraño a Natsuki pero quiso mantener la compostura.

-La princesa...-

-Está bajo la custodia de Erstin Ho, Teniente Primera y escudo... ahora se encuentran con el príncipe Kanzaki-

-Bien... Informe del incidente, por favor-

-Sí Coronel, de acuerdo a nuestros interrogadores, aquellos hombres en la plaza pertenecían a un grupo llamado ‘los marginados’, netamente compuestos por campesinos de las provincias más humildes del sur de Excélsior, ellos alegan que la monarquía los ha dejado en el olvido, que sus poblaciones aún presentan brotes de la peste del Valle Negro y ellos no reciben la asistencia médica suficiente, las vacunas blancas no llegan a  tiempo y en algunos c...- Nina comenzaba a compadecer a sus enemigos lo cual no era conveniente por más injusto que pareciera.

-Eso déjaselo a los políticos- Natsuki frunció el ceño, suspiró un momento y luego sujeto a Nina por los hombros para imprimir un poco de firmeza a lo que iba a decir. -Aunque parezca que sus deseos son honestos, no lo son sus mecanismos... te aseguro que matar a la princesa no resuelve nada, solo son palabras de manipulación, de ser cierto ¿Cómo es que un grupo con tan pocos recursos obtuvo los fondos suficientes para disponer de armas de tan alta gama? No eran palos, azadones y picas con lo que atacaron-

Ante tan particular análisis Nina comprendió que se estaba dejando llevar por sus propias experiencias personales, ya que sus padres, al menos los que le dieron cabida en un hogar humilde con poco para ofrecer, los Wong eran labriegos de la tierra, sabía de primera mano lo difícil que era la subsistencia, sin embargo nunca los vio actuar en mala forma o con intenciones homicidas, ellos parecían felices de que el Rey Shion fuera el monarca de su país, porque de una u otra forma podían gozar de la tranquilidad de labrar su tierra sin que por ello los tributos fuesen exagerados. -Lo siento Coronel, yo...-

-Me pasó... los miembros de la Hidra, nos investigan para atacar donde somos más débiles... por eso tus padres fueron trasladados y recibieron otros nombres, no he querido que tengas nada de qué preocuparte por motivo de este trabajo Nina-

-Le estoy profundamente agradecida, usted piensa en todo- La morena más joven miraba con tanto afecto a Natsuki que esta se sintió apenada e incómoda una vez más, sin poder olvidar la culpa del mal que ahora las aquejaba a las dos, temía preguntarle a la morena de menor edad si presentaba los mismos síntomas que ella o en su defecto las vacunas más recientes tenían los resultados deseados.

-Bien... si ellos siguen vivos para mañana, descartamos que sean miembros de la Hidra y eso será un alivio, sino... infórmame, solo se habrá tratado de un señuelo o algunos novatos intentando probar su valía para algún grupo rebelde-

La Wong pareció confundida al respecto. -Creí que los rebeldes...-

-No, Nina... nosotros no acabamos con ellos, pero es un secreto que espero sepas guardar- Un ademán de silencio seguido de una sonrisa alegró en sobremanera a Nina.

-¡Sí! Coronel Kruger-

-Gracias... mmm- Natsuki esperaba continuar su camino por cuenta propia, cuando recordó que no sabía exactamente qué dirección debería seguir para encontrar a su protegida. -¿Podrías indicarme donde se encuentra su Alteza?-

-En la segunda planta, en el despacho del príncipe Kanzaki, es la puerta al fondo del pasillo... si gusta mañana puedo darle un plano de este lugar-

-Sería ideal- Realizó una venia. -Nos veremos pronto... Nina, yo tengo que tratar un par de temas con ellos para mejorar la seguridad de nuestro próximo viaje y establecer medidas en la Casa de la Rosa-

Un breve asentimiento, una mirada y ambas caminaron en direcciones diferentes, para Natsuki sería la ocasión de tener una cita con el destino, tanto tiempo había transcurrido en la ubicación más distante posible, esperando que ese momento nunca llegara o que de ocurrir se hallara por fin preparada para no perder la cordura, ya no era la misma persona, no era tan frágil su corazón ni tan inocente o tan grande su credulidad, sin dilación se encontró ahí tocando la puerta caoba, oyendo el repentino silencio en el otro lado, luego el sonido de la chapa abriéndose y la tensión abrumadora incrementándose en su espalda.

Abrióse la puerta y el Doncel de Hielo, Martillo de Cruz, entró en el amplio salón que era el despacho de los Kanzaki. Una vez dentro allí vió a la hermosa princesa de Excélsior enfundada en un vestido azul marino con el sello de la flor de lis en el borde inferior de la falda, contando que dos aberturas lo suficientemente discretas exponían alguna porción de la piel de sus atléticas piernas, así, estando Fujino de pie junto a otro más alto, fornido, de piel morena en un bronceado perfecto, ojos grisáceos y cortos cabellos marrones, ataviado con un uniforme militar gris, pero repleto de medallas y hombreras doradas, delatándose como príncipe, hizo emerger en la faz nívea de la Kruger una ligera mueca de disgusto, si bien el hombre se juzgaba un apreciable adonis en los términos de las féminas de todas las naciones, era soso y sin encanto a los ojos de Natsuki.

-Tanto tiempo sin verte, Kruger- Sonrió con acostumbrada elegancia el príncipe de Carteya. -Me alegra mucho saber que estás bien-

-Nao Julieth de Aracne, está en perfecta salud... como se lo prometí- Respondió Natsuki mirando a Shizuru, como si Reito no existiera y aunque el moreno entendió la ofensa detrás de aquel gesto, apenas delató su disgusto en un pequeño movimiento de ceja.

-Srta. Ho, le solicito nos regale un momento a solas...- Intervino Shizuru notando que podría no ser todo lo pulcro y diplomático que le gustaría.

-A sus ordene, Altezas- Erstin dió gracias a la sabiduría de la castaña, había sentido un aire helado en la habitación en cuanto la Coronel General arribó, tomando entonces la oportunidad puso pies en polvorosa, después de todo Kruger era la mejor en la materia, no sería entonces un descuido de su parte, habiendo dejado a los príncipes en manos tan capaces.

Una vez cerrada la puerta, las miradas fueron y vinieron entre los tres ex amigos, puesto que de aquellas distantes relaciones, solo quedaba el recuerdo.

-No es real... nuestra boda- Shizuru miró con preocupación al Carteyan ante sus abruptos comentarios, pero este se anticipó a las preocupaciones de la dama. -En toda esta estructura, no existe otra habitación sin cámaras o micrófonos... así que nuestra conversación es lo suficientemente discreta-

-No me interesan sus asuntos, su boda me tiene sin el más mínimo cuidado...- Informó Natsuki para sorpresa y contrariedad de la de iris sangría. -Solo vine para solicitar su permiso, alteza- Por fin le dirigió la palabra al castaño a quien tomó con la guardia baja.

-Ad... adelante, te concedo todo permiso que requieras, Natsuki- Respondió Reito bastante confundido, pese a todo mantuvo firme su postura para ofrecer algo de calma a la estupefacta castaña a su lado, tenues temblores la sacudían pero eran francamente imperceptibles a la vista.

-Le pido en primer lugar que no use mi nombre, es un privilegio que se perdió hace años... pero le agradezco su permiso, lo necesitaba para hacer modificaciones menores al edificio de la Casa de la Rosa en aras de mejorar la seguridad, a fin de cuentas ambos están en peligro actualmente y es mi deber proteger su integridad hasta la firma del tratado del bloque económico de naciones- El trabajo, ese era el interés fundamental de la belleza pelinegra, quien en comparación con los nobles lucía simples atuendos, una camisa blanca con una mancha roja en una de las mangas, un chaleco color perla, pantalones negros y zapatos formales, todas sus prendas adheridas por motivo de la lluvia que las mojó una hora atrás.

-No la entiendo... Kruger- Era todo menos lo que se esperaba, temió que la morena le rompiera la nariz como la última vez, pero no, para esa ocasión se mostraba de lo más pacífica e inalterable.

-No tiene que hacerlo, su majestad- Ejecutó una venía dispuesta a marcharse, habiéndose asegurado que sus protegidos estaban bien, no tenía mayores motivos para estar en la presencia de los dos. La de cabellos cobaltos tomó la perilla en su mano para cuando oyó la voz de su hermana adoptiva.

-¿Me odias no es así?- Preguntó casi como afirmando la de ojos rubí, tensó la mandíbula y cerró el puño ante el silencio posterior que se hizo.

Otro suspiro, Natsuki había perdido la cuenta de los respiros profundos de ese día. -Te equivocas Shizuru... de otro modo ¿Por qué habría venido a protegerte a ti y a tu prometido?-

-No lo somos- Dijeron a coro, después se miraron apenados. -No de forma cierta- Aclaró Shizuru con suavidad.

-Como sea... no estoy interesada en escuchar sus historias, si es cierto o no, como dije... no me concierne-

-Eso no es justo, Natsuki- Reprochó la Fujino viendo cómo se le iba a escapar entre los dedos una vez más.

-¿No es... justo?- Rechinó los dientes, había estado conteniendo su enojo lo mejor posible, las clases de respiración y esas cosas para la ira, se habían ido al carajo en cuanto ella menciono esa palabra. -Je... justo- Soltó la perilla de la puerta y se volvió a mirar a los dos futuros reyes del bloque de naciones. -Sería justo que mis mejores amigos de la infancia, mi novia y mi amigo, para aclarar, fingieran tener una relación esperando cubrirse la espalda y no revelar sus oscuros secretos... ya, ya... la siguiente vez que me interesé en lo que uno de ustedes dos tuviera para decir- Esta vez miró directamente a Shizuru. -Recibí una promesa, esperando no ser ese sucio secreto que tanto se esmeraron en esconder y ¿Qué fue lo siguiente que supe?-

-Natsuki...- La castaña intentó aplacar los ánimos, con el llanto acudiendo a sus ojos carmesíes.

-Que se comprometían por un conveniente tratado de paz y alianza del bloque de naciones... ¿Pensaste que volvería a las sombras Shizuru? Que toleraría ser como siempre la cosa que pones al fondo del clóset para que nadie la vea, perdona si te lo digo... pero tengo sentimientos-

-No... Yo no...-

-Si lo pensaste, porque cuando elegiste a tu ‘amigo’ para tu mascarada... tuviste en la mente la estúpida idea de que podrías convencerme de ser una vez más ese oscuro secreto en tu vida, eso Lady Fujino... es lo verdaderamente injusto-

Shizuru se aproximó y sujetó las manos de la pelinegra. -Natsuki yo sigo amándote, te juro que...-

-No me amas más que a esta locura- Escondió la mirada en el negro flequillo de sus cabellos.

La Fujino tomó todo el valor y los sentimientos que le guardaba a su “chica silenciosa”, buscó esos hermosos ojos del más profundo verde esperanza, acarició su barbilla y sujetándola, le plantó un beso mientras Reito volteaba la vista a otro lado. Pasaron unos eternos segundos sin que la bella hija de Shion recibiera respuesta, al abrir sus ojos se topó con los glaucos tan abiertos como bombillos, algo estaba mal, pues la Kruger no se dejaba llevar como en antaño. Mordió suavemente el labio inferior recordando la fibra sensible detrás de aquel pequeño truco, pero la fría expresión de Kruger delataba cuán ineficaz resultaba ser ahora. Se apartó desencantada y aún más confundida.

-No vuelvas a hacer eso... ahora, yo le debo mi lealtad a otra persona- Musitó Natsuki con toda la sinceridad que pudo, con su mano apartó la de Shizuru de su brazo, cuyo agarre era más fuerte del que pretendía, una vez deshecho su contacto manchados de rojo estuvieron sus dedos.

Shizuru quien pensó se trataba de sangre ajena, se espantó de notar lo opuesto. La Kruger temerosa con el contacto de la princesa y su sangre contaminada, se apresuró a limpiar las manos de la dama con un pañuelo... se aseguró que no hubiera ningún corte en la dermis, que para su alivio la piel estaba intacta. Aún más rápido puso distancias al notar la contrariedad de la de ojos rubí, pues superado aquel lapsus de pánico en sus ojos esmeralda, no tenía una excusa razonable para aquel raro proceder. -Lave sus manos majestad, no puede ir por ahí con manchas así...-

-¿Eso es todo lo que dirás? Natsuki- El llanto de la castaña emergió silenciosamente sobre sus mejillas, aquel era un inminente ‘se acabó’. -Entonces deja que decline... no hagas esto, te lo ruego- Las dos supieron en el acto que las palabras de la Fujino eran sinceras, tan honestas como puedan ser a causa del miedo más profundo, pero a la pelinegra eso ya no le bastaba, para la ocasión, ya no era posible.

-Ya no es el tiempo, Shizuru.... yo seguí mi vida y tú harías bien en hacer lo mismo. Mis más sinceros deseos de felicidad a su boda, si vas a fingir esa clase de vida... tendrá un buen acompañante, un estimable amigo en todo caso y yo veré porque los dos estén a salvo, al final de esto... esa es mi promesa para ti, hermana- Sentenció al final, recordándole a los que fueron sus amigos, que pese a las diferencias, aún le importaban de la manera que debió ser siempre, como hermanos.

-Jamás he querido herirte... Natsuki- Se adelantó Reito intentando no dejar las cosas de esa manera, porque sabía que al salir de ese lugar, volverían los tres a fingir.

-Pero guardaste silencio esperando que una parte de todas esas mentiras fueran ciertas... amigo, lo entendí al final y no te culpo, tal vez yo hubiera hecho lo mismo- Sonrió con cierta amargura. -Éramos niños, después de todo- No se dijo nada más, Natsuki salió del despacho sujetando entre sus dedos la herida que había comenzado a fluir, seguramente se le habría saltado algún punto.
  
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5 comentarios:

  1. Excelente capítulo, confieso que hasta hace poco no había leído Danza Entre Lobos pero le di una oportunidad y me gustó mucho. Escritora piensas terminar aquella historia? Disculpa la pregunta.

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    1. Saludos Luisana, me alegro que te guste o que te hayas animado a leer. Luego luego etto si me dieras luz sobre la historia a la que te refieres.

      Aunque la respuesta es la misma e cualquier caso, aunque me cueste mucho lograrlo, siempre procuraré completar todas mis historias. Hasta el final.

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  2. Gracias escritora por responder, la historia a la que me refería era "Danza entre lobos" que si la ibas a continuar pero ya he visto que has colgado capítulo y como siempre ha sido excelente! Gracias por el capítulo :)

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  3. Muy buen capitulo... Lo que se pierde por el bien de una Nación. Pero vale la pena hacerlo?

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  4. Zasss x dios siempre lo dejas ennlo mejor jijijij T.T excelente esperare otros capitulos saludos

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