Saludos a
Tod@s
La
presente es para desearles un feliz día Internacional del Derecho de la mujer y
como presente ante ustedes, la siguiente publicación.
Cuando Hablan Las Miradas
Capítulo 2
Intercepto.
Un par de hombres notoriamente
adinerados, salieron de la sala con particular satisfacción de la reunión
recientemente acontecida. Aquel lugar que la mayoría de los empresarios de
múltiples reinos habían considerado el más apropiado, había sido sede de aquella reunión de gran importancia, si se
tiene en cuenta que los herederos de algunos de los monarcas estaban presentes.
-Hemos conciliado más pronto de lo
que se tenía planeado, pero todo ha sido gracias a la participación de Lady
Shizuru… tal parece que su don de liderazgo ha sido perfectamente heredado de
su padre- Dijo un hombre joven a otro mayor que no paraba de asentir y elogiar
a la heredera de Excélsior.
-Su belleza es digna de alabanza…
Lady Shizuru es una mujer cuya sapiencia, además de tan delicada elegancia le
otorgan el título de ‘la graciosa
amatista’, es realmente digna de todo respeto. Algún día gobernará con gran
sapiencia- Agregó sonriente el hombre maduro.
Aún expectantes y un tanto alejadas
a la espera de la persona que les había sido encargada, se encontraba la
guardia real. El grupo lucía uniformes formales a causa del evento, prendas
negras de la cabeza a los pies salvo por una banda roja con la insignia de la
flor de Lis, también contaban con las pertinentes insignias que denotaban sus
rangos y chalecos negros diseñados para tolerar el impacto de las balas pero
casi tan delgados como abrigos comunes, sacos a prueba de fuego. Sus ropas
tenían tecnología de punta y mejoraron algunas de las capacidades personales de
los miembros del grupo, ya que están diseñados especialmente para cada una de
ellas. También contaban con maletines equipados con la última tecnología e
intercomunicadores inalámbricos en los oídos, ellas eran a todas luces la
escolta de la princesa de Excélsior. Pero no por ello eran menos humanas que el
resto de los presentes, algunas comentaban emocionadas acerca de la bella dama
de la que debían cuidar con sus vidas si era necesario, ya que pertenecía a la
realeza y por ende era alguien sumamente importante para el futuro de su país.
-Es cierto, Lady Fujino ha sido
considerada una de las mujeres más bellas de los reinos, no sabría decir entre
ella y la princesa Zoe de Argoria o la maravillosa Mashiro Blan… todas han
recibido numerosas propuestas de matrimonio de nobles de todas partes- Murmuró
Irina ojeando una revista en cuya portada aparecía 'la graciosa amatista', la
joven comando lucía un particular cabello naranja y estaba a cargo de la red
informática del escuadrón.
-A mi dama no la involucres...-
Refunfuño Arika.
-No dije nada entonces- Levantó las
manos Woods con una sonrisa.
-Es de extrañar que Lord Shion no la
presione a casarse, se rumora que su negativa se debe a que conoció un guapo
chico en la época de instituto y aún no puede olvidarlo… pero nadie conoce su nombre-
Dijo Erstin con un brillo contento en sus ojos azules, la hermosa rubia de
prominentes curvas era llamada entre el grupo 'escudo', pues no se separaría ni
a sol ni a sombra de la princesa y era la parte dispuesta a recibir disparos
por su protegida.
-Mmm... ¿Cómo creen que sería
semejante chico?- Preguntó Arika con expresión atolondrada, era la
francotiradora y una atractiva joven de castaña cabellera con un peculiar
peinado de hormiga, cuyos ojos zafiro delataban total inocencia.
-No sé, alguien alto, de buen
cuerpo, y ojos impactantes, bellas facciones, alguien como el príncipe Reito
Kanzaki de Carteya… se ha dicho que es un gran amigo de los Fujino Viola.
Sospechosamente es el único que aún no pide la mano de la princesa, quizás ya
la tenga segura- Mencionó Irina con aire de saber mucho del tema.
-¿Por qué suponer que sería un
hombre? ¿Y si fuera una chica?- Preguntó la Srta. Ho con duda.
-Es difícil, la necesidad de
herederos en el trono es... aunque justificaría enormemente el hecho de que su
alteza jamás se ha visto rodeada de hombres, salvo el príncipe Reito, con quien
entiendo son amigos de la infancia- Volvió a intervenir Irina, mirando
animosamente a Erstin.
-¡Firmes! Lady Fujino a las 12 en
punto- Alertó Nina pero ninguna reaccionó en medio del chismorreo. Nina Wong
líder de la escuadra y la que ponía en cintura a su grupo. Sin lugar a dudas
muy hermosa, piel broncínea, cabellera negra, cuerpo delgado pero atlético y
unos dulces ojos dorados con tintes rojizos.
-¿Oye pero si son como las 4pm que
estás mal Nina? ¿Segura que no te afectó la lluvia cuando vinimos?- Miró
extrañada a su líder la castaña.
-¡Arika! ¡La princesa viene hacia
acá! “Como se nota que se dormía en las
instrucciones”- Una enorme gota se acomodó en su cabeza. Al escuchar las
palabras de su líder se formaron en las posiciones correspondientes y sacando
pecho saludaron formalmente a la joven de ojos carmesí.
-Lady Fujino… permítanos escoltarla-
Dijo Nina, recordándose a sí misma que debía refrescarle la memoria a las
chicas, estaban ahí para hacer la labor de guardaespaldas.
-Ara, ara… chicas… es muy amable de
su parte, pero ya me acompaña mi guardia- Miró con una sonrisa a las jóvenes
que la escoltaban.
Irina frunció el ceño
momentáneamente, las chicas del escuadrón Dos habían sido sus eternas rivales
en Lancaster, una institución de investigación dedicada a formar a los mejores
profesionales de seguridad y defensa, eran los mejores guardaespaldas del mundo
los que egresaban del sitio, allí habían ido a parar después de la disolución
de los Lobos del Norte de Excélsior, con la muerte de Lenoir y aunque Nina
sabía que una mano silenciosa movía los hilos, no pudo refutar nada. Pudiera
decirse que aquellas mujeres eran las únicas capaces de competir con ellas,
pero como siempre, no hacían otra cosa que meter las narices en sus
asuntos. Mientras tanto Nao Julieth
Viola, primera ministra de relaciones exteriores de Excélsior sonreía
mordazmente ante la evidente rivalidad de las jóvenes escoltas.
Nina previendo que su labor sería
desestimada, se adelantó y con un ademán servil. -Fueron órdenes de su padre,
en concordancia con las indicaciones del consejo. Como encargados de la
seguridad de la alianza, debemos velar porque las relaciones diplomáticas se
lleven de la mejor manera posible…-
Las miradas de competencia se
cruzaron, Tomoe Margueritte una bella joven de cabello verde, mirada lila y
líder de las valquirias como se auto nombraron a sí mismas el escuadrón 2, no
evitó hablar. -Con nosotras es más que suficiente, Fujino-sama ha estado
completamente a salvo en tanto nosotras hemos velado por su seguridad, otro
escuadrón está demás-
Mucho antes de que la confrontación
entre ambos grupos llegara a tintes más oscuros la hermosa amatista intervino.
-Mis queridas protectoras no tienen por qué discutir... yo me siento
absolutamente halagada por sus cuidados, por favor, dejo mi seguridad en sus
capaces manos- Un gesto de condescendencia elegante y aquella sonrisa a la que
era imposible negar cualquier cosa apagó el ímpetu de los dos escuadrones.
Muy pronto se vio a la princesa de
Excélsior siendo escoltada pacíficamente por los dos grupos con camino de la
salida. Lo que ninguno de los allí presentes noto fue la presencia de un sujeto
encapuchado que no apartaba la mirada de la castaña de ojos rubí, sigilosamente
comenzó a seguirlas cuidando no ser descubierto.
.
.
.
Transcurrieron los días restantes de
los acuerdos y para molestia del grupo el último día, Shizuru y Nao habían sido
detenidas por los medios de comunicación justo en la entrada de la sede. Lady
Fujino había accedido a dar la entrevista, más por la presión pública que como
parte de sus deberes diplomáticos. Las chicas no tuvieron otra opción que
redoblar sus esfuerzos, ocuparon sus posiciones de defensa, estaban más que
preocupadas por el riesgo que corría en un lugar tan descubierto. Había
demasiada gente cerca de su protegida y cualquiera por muy común que pareciese
podría atacarla con casi toda libertad.
-Esto no me gusta… estén alerta-
Indicó Nina por medio de los comunicadores a su grupo.
-¿Qué pasa 'Gato Negro'?- Preguntaba
Arika con la jovialidad de siempre.
-Estamos al descubierto 'Hormiga',
sería fácil para un francotirador atacarnos… y el que Fujino accediera a dar la
entrevista ha sido algo despreocupado, por no decir irresponsable…- La
pelinegra no paraba de observar en todas direcciones, las valquirias estaban a
la espalda de Shizuru y ese era a todas luces un error que su escuadrón no
cometería, después de todo eran las número uno. -'Ciber'… ubica los puntos más
susceptibles de ataque en tu computadora- Ordenó a través del comunicador a
Irina que no tardó en obedecer.
Erstin cuidaba de todo ángulo de
disparo, mientras Shizuru respondía las incógnitas de la prensa y su línea de
escoltas hacía gala de sus encantos, tratando de aparecer en alguna foto junto
a la princesa. Todas menos Tomoe que estaba igual de alerta, para todas era más
que obvia la ‘admiración’ de la chica por su superior, sabían que no permitiría
que nada le pase a su querida Shizuru-sama.
Erstin que se mantenía al lado de
Shizuru, de ser necesario se interpondría ante las balas o ataques de cualquier
tipo. Nina aisló el comunicador en la frecuencia de Erstin, de modo que nadie
más oyera. -'Escudo' ten cuidado… no hagas nada innecesario- Murmuró con voz
suave, agradeciendo que la rubia no podía ver su sonrojo. Los ojos verdes se
abrieron sorprendidos, estaba tan feliz que no pudo responder, se sentía bien
ver que le importaba a su persona amada, así que simplemente asintió desde lejos
sabiendo que Nina la miraba.
-Hay demasiados puntos posibles...
10 ubicaciones posibles por edificio, hay cuatro edificios cuyo ángulo permite
la vista… es imposible buscar algún francotirador, hay demasiados flancos-
Mencionó Irina alerta desde su posición, el instinto de Nina nunca fallaba.
Arika por su parte estaba usando
unos binoculares de rayos láser, estos escaneaban el perímetro, sin embargo era
imposible, había demasiada gente con paraguas a causa de la lluvia, así que el
sensor estaba como loco. -Nina… no puedo ver nada… hay muchas personas y el
metal de sus sombrillas no me dejan analizar nada- Dijo preocupada Sayers.
-Busca a personas cuyo
comportamiento sea sospechoso… observa a través de las sombrillas y ubica algún
arma- Si es que hasta el clima les estaba jugando una mala pasada, la intensa
tormenta obligaba a la gente a cubrirse de la lluvia, así que ver las caras era
más que difícil.
Fue entonces que la joven de
cabellos negros noto una silueta bajo la lluvia, un hombre que vestía completamente
de negro y no se cubría del agua. Un sombrero resguardaba su cabeza y la parte
superior de su rostro. Wong tuvo una extraña sensación en cuanto le vio, sin
siquiera pensarlo comenzó a caminar en su dirección escondiendo su mano en la
espalda, muy cerca de su arma, en caso de que fuera necesario disparar.
-Arika... preparada- Dijo por lo bajo con un instantáneo asentimiento al otro
lado de la línea.
Entonces todo se tornó lento, como
si el espacio fuera etéreo, las gotas caían de forma irreal y los segundos se
detenían por momentos. Nina levantó su arma preparada para eliminar al sujeto,
sin embargo, escucho al sujeto que perseguía gritando “Cuidado” y por la
dirección sobre la que provenía la advertencia de su esmeralda mirar, le fue
necesario voltear a ver a su protegida. Un hombre disfrazado de anciano, había
dejado de lado su sombrilla, una enorme arma al descubierto de su gabán claro,
el revólver macross se levantó apuntándole a Shizuru, Nina cerró los ojos, tan
solo un parpadeo, el eco de dos disparos retumbaron en sus oídos, una tremenda
culpabilidad asoló su pecho, fallé, murmuró en su pensamiento.
Cuando finalmente abrió los ojos vio
al atacante muerto, el humo emanando de un arma en las manos del hombre al que
había intentado interceptar a sus espaldas, ese... el que le había advertido
del peligro, tarde comprendía que era un aliado, no un enemigo. Entonces
observó en dirección a la princesa de Excélsior quien yacía en el suelo, con
Erstin sobre ella y Tomoe Margueritte sobre la ministra de relaciones
exteriores... Erstin, una punzada hizo encoger su pecho… Los demás miembros del
escuadrón 2 hacían al fin su trabajo, una en el palco de madera apuntando con
su arma para cubrir a las chicas en el suelo, la otra joven tras una columna
cubriendo su posición.
El tiempo regresó a la normalidad y
todo fue caos, otros tantos sujetos tiraron sus paraguas a un lado y con armas
igual de impactantes dejaron en claro que aquella entrevista había sido una
trampa. La líder del escuadrón 1 corrió lo más rápido que pudo en medio de los
inocentes que asustados escaparon en todas direcciones y le obstruían el paso.
Nina llegó lo más rápido que pudo
ante las demás, Arika disparaba a diestra y siniestra sin vacilación, cubriendo
a su líder y amiga. Erstin se levantó y Shizuru las miró con algo de confusión,
por fortuna no tenía ninguna herida. Nina suspiro aliviada, Erstin tampoco
tenía nada. -“¿Que me pasa? ¿Por qué me
estoy preocupando más por ella que por nuestra protegida? ¡No hay tiempo para
eso!”- Y solo entonces fue consciente de la real situación.
Era un intercambio de balas sin
igual, Arika disparaba con gran habilidad, aunque cubierta por una de las
estatuas que había a la salida del edificio. Nina le agradeció con una sonrisa
y desenfundando su arma, comenzó a disparar certera a los blancos. -¡Erstin!
¡Escolta a Fujino a la limusina! Que su grupo la lleve a salvo, Sayers y yo nos
quedamos a evitar que las sigan, calmaremos los disturbios- Dijo con el tono
serio que la caracterizaba. -Woods... establece la mejor ruta de evacuación y
despeja los semáforos para la huida de su alteza-
-Como ordene, Capitán- Aceptó rauda
las órdenes Irina.
La rubia de ojos verdes asintió y
ayudando a la castaña, comenzó a correr siendo cubierta por las auto-nombradas
Valquirias, que también ofrecían alguna oposición a los atacantes. La gran
mayoría logró ponerse a salvo dentro del vehículo, con excepción de su segunda
protegida, la ministra Julieth resbaló en el pasto a causa de la punta de su
tacón enredado en el lodo, doblándose en mala forma el pie, incapaz de mover su
tobillo lastimado fue cubierta por dos de sus guardaespaldas, la Valquirias se
defendieron como les fue posible e impidieron que los disparos alcanzaran a la
ministra, sin embargo Nao quedó desprotegida en el camino, cuando Annia y Maika
sucumbieron ante los disparos de los atacantes, sola e imposibilitada en
movimiento uno de los hombres la tomó como rehén.
-Suelten las armas o su estimada
Ministra morirá- Gritó en medio de la plaza que estaba al frente del edificio,
mientras sostenía a Nao que parecía demasiado tranquila para la situación en la
que estaba. El atacante ignoraba en cuál de los autos estacionados se había
ocultado la princesa por lo que miraba en todas direcciones, intentando
hallarla.
En el fondo la hermosa pelirroja de
brillante mirada limón yacía más que espantada, pero sabía que ese era uno de
los gajes del oficio y no menos hombres habían sucumbido antes que ella por el
bienestar del país, más orgullosa como era la Julieth no clamó por su vida, sí
iba a morir, sería con dignidad... molesta cerraba con fuerza sus labios para
obligarse a no flaquear.
-¡Nao!- Se escuchó la voz de la
Fujino, que al ver a su prima en semejante situación no entraba en la seguridad
del auto. Una suerte que la voz de la princesa fue apagada entre los gritos de
las personas que aún escapaban como hormigas y caían como moscas en medio del
fuego cruzado.
-¡Lady Shizuru entre al auto!-
Ordenaba Nina a través de su comunicador, mientras continuaba manteniendo a raya
a los atacantes que intentaban acercarse, de momento eran un buen señuelo y
nadie adivinaba en cuál de los autos estaba su alteza, todos suponían que en el
suyo y por ello era objeto de un sin fin de disparos. Wong estaba en la
posición opuesta al auto de Shizuru y Arika en iguales circunstancias, se
escondía detrás de un monumento cercano.
La hija del Rey se cubría con la
puerta blindada del auto, pero no les permitía marchar ni entrar sus custodias,
quienes se estaban planteando aplicarle una llave de noqueo y llevarla por la
fuerza. La demás hacían lo que podían para evitar el avance de los hombres que
se cubrían en los árboles, las esculturas, las bancas y demás obstáculos
físicos del lugar. No eran demasiados pero contaban con buenas armas y eran ágiles
en el arte de matar, ya habían caído algunos de los guardias del edificio que
salieron a dar pelea en cuanto se inició la balacera.
-¡Que hagas caso de lo que te han
dicho!- Escuchó una voz grave proveniente del sujeto de negro, a quien por un momento
Nina había dejado olvidado. Sin que se supiera cómo había llegado tras el auto
y tomando la muñeca de Shizuru sin ningún cuidado, ante las atónitas miradas de
sus guardianas que estaban a poco de dispararle. Le gritó en su cara -¡Hazme
caso Shizuru! ¡Vete de una vez, que nos pones en riesgo a todos!- Los ojos
carmesíes se abrieron grandemente al reconocer el tono de voz, la mirada
esmeralda disimulada por las sombras del sombrero. -Te lo pido...- Susurró más
bajo.
-No le dispares Margueritte- Intervino
Erstin moviendo la muñeca de Tomoe y un disparo escapó con dirección al cielo.
-¡Es el Coronel!-
Tomoe abrió los ojos grande con la
gravedad del error que pudo cometer.
-No me iré sin Nao… aunque lo digas
tú- La sorpresa inicial de Shizuru se convirtió en determinación. -Es familia-
Musitó sabiendo que eso sería un argumento suficiente para la persona que
sostenía fieramente su muñeca.
-Te prometo que ella estará a salvo…
pero vete- Dijo con voz suave, Shizuru dudó unos segundos antes de hacer caso.
Kruger por su parte no se quedó a
esperar, cargó su arma, la escondió en su indumentaria y sin esperar reacción
alguna, comenzó a correr con gran agilidad y moviéndose en zigzag eludía las
balas, pasando de un punto seguro a otro, y deshaciéndose de sus enemigos sin
desperdiciar balas.
Shizuru quiso levantarse e ir tras
esa persona, pero Tomoe reaccionó a tiempo y la retuvo. Desde la perspectiva de
todas las demás, aquel sujeto era un oficial superior en medio de una carrera
suicida, algo seguramente muy inusual. Para los civiles escondidos dentro de
los edificios era un loco que corría sin que las balas lo derrumbaran. Natsuki
simplemente lo tenía claro, necesitaba llegar por la espalda del maleante que
sometía a la ministra de relaciones exteriores, mientras el secuestrador
continuaba distraído con los miembros del escuadrón 1, quienes intentaban
negociar la entrega de la ministra.
Nina exponía su integridad con las
manos levantadas, ofreciendo la menor amenaza posible al que retenía a Julieth.
-Dígame que desea...-
-¡Entreguen a la princesa!-
-Eso no es posible, pero... si me
dijera de una cifra...- Nina sintió una bala rozar su costado y se inclinó para
sujetarse la herida. Vió sus dedos mancharse de una poca de sangre... Pese a
todo no se miraba asustada. -Entiendo...-
-No bromeo, ¡Queremos a Lady
Shizuru! No me hagas perder la paciencia- Agitado y molesto el sujeto había
desestimado el arma en la cabeza de Nao, dando así una oportunidad de oro.
-¿Por qué?- Insistió Nina ante la
mirada atónita de todos. -Su alteza ha hecho tanto por todos-
-No... No para los infectados... mi
esposa, murió de todos modos- Murmuró aquel hombre apuntando esta vez, a la
cabeza de Wong. -Su gobierno es una mentira... nos esconden como si fuéramos
desechables, ¡La peste del valle negro no se ha extinguido como nos hicieron
pensar!-
Kruger en tanto se había encargado
de muchos de los objetivos, las miradas de las escoltas observaban con asombro
como las acrobacias rápidas convertidas en saltos dignos de las olimpiadas que
ejecutaba su superior, sus evasivas eran suficientes para eludir la puntería de
los atacantes, los disparos certeros con un silenciador y esa persona parecía
una sombra oscura a la que las balas le coqueteaban en una danza mortal.
-¡Mueran todos!- Gritó el hombre
preso de la desesperación y el rencor. Entonces disparó sobre Nina quien ya
tenía medida la trayectoria y antes de que el gatillo fuera jalado se arrojó a
un lado.
Ya desde el suelo Wong advirtió.
-Cuidado, ¡Atrás!- Musitó la capitana del escuadrón 1 al oficial en carrera,
pero Arika le cubrió la espalda con un certero disparo de su arma en posición
de francotirador y otro sujeto cayó al suelo desde un segundo piso.
El hombre que retenía a Nao se
volteó algo asustado por la inesperada intromisión, en cuanto volteó e intentó
dispararle una bala lo atravesó primero y sin dilación en la cabeza, algunos
segundos después el cuerpo inerte se desplomó en el suelo. Los ojos verdes de
Nao se ensancharon considerablemente mientras notaba como el humo salía del
arma sujeta... Por ¿Natsuki? ¡Imposible! Le vio acercarse corriendo y jalarla
de la mano, para la pelirroja todo parecía irreal, un disparo, un movimiento
brusco y el sombrero que cubría la cabeza de la Kruger se perdió entre las
gotas y el viento de la tormenta, entonces una prolongada cabellera negra se
fue liberando mientras el sonido de un último disparo se escuchó de fondo.
Julieth se vio arrastrada hasta la seguridad de un árbol, pese al dolor en su
tobillo lastimado, luego sintió la presión del cuerpo frío y húmedo de su
salvadora.
Nao agradecía los turbulentos
sonidos cerca de ella, sería imposible que Natsuki escuchara sus agitados
respiros y rápidos latidos, se mordió los labios al sentir que la pelinegra la
estrechaba contra el tronco mientras intercambiaba otros disparos. Solo podía
ver el rostro perfilado con el ceño fruncido en estado de concentración, la
mano extendida apuntando, descargando el arma, se mordió con aún más fuerza el
labio... ‘El doncel de hielo’ no había cambiado nada, siempre pasando la vista
de largo cuando no se trataba de Shizuru.
El escuadrón se desplegó eliminando
los últimos objetivos dado que ya no estaba en riesgo ningún rehén y la
princesa iba a puerto seguro bien escoltada en un auto blindado que Irina
vigilaba satelitalmente. Natsuki sintió la persistente mirada sobre su rostro
que le obligó a prestar atención a la mujer cuyo cuerpo podía sentir contra el
suyo. La confrontó notando un pequeño rubor en las mejillas de Nao, un leve
repicar de la lluvia en los oídos algo aturdidos y su ropa manchada por la
sangre del que la había tomado por rehén momentáneamente.
-¿Estás bien?- Susurró con seriedad.
-¡Quítate de encima! Y puede que
esté mejor después- Dijo Nao desviando la mirada a un lado molesta por la bochornosa
situación.
-No cambias Lady Julieth de Aracne-
Dijo Natsuki sonriendo, haciendo mofa del título nobiliario de la Julieth
Viola.
La risa de la pelinegra se
incrementó cuando por puro reflejo Nao se aferró más a su cuerpo ante un último
estruendo y la llegada de los refuerzos, Irina había dado reporte algún tiempo
atrás. Pronto Helicópteros y autos militares invadieron aquella plaza y
retuvieron a los hombres que aún quedaban con vida para un posterior
interrogatorio.
En cuanto Natsuki se separó de Nao
las cosas se pusieron un poco más tranquilas, o así fue hasta que la pelirroja
notó una mancha sanguinolenta en el brazo. -Rayos Kruger... vas perdiendo
facultades, recuérdame llevar un arma a la próxima reunión de comercio exterior
a la que asista, o tú terminarás como un colador-
La comandante lo dejo ser, imaginar
a Nao con una magnum en las manos era algo digno de verse, pues era una flor
tan delicada como la mismísima princesa Shizuru, pero en el fondo sabía que
aquellas palabras estaban teñidas de un dejo de preocupación, irónica
preocupación pero preocupación a fin de cuentas. -Las he tenido peores y a ti
el papel de damisela en peligro no te queda...- Sonrió con ironía.
-Sabías que no corría ningún
peligro- Se cruzó de brazos orgullosamente la pelirroja, era una mentira muy
poco creíble. -Es a ti a la que le gusta hacerla de caballero en armadura, ¿O
fue quizás el escándalo que hizo Fujino?-
-Para ser su prima la trata como a
una desconocida- Natsuki contraatacó con el ceño fruncido, molesta por la
insinuación de Nao.
-Para ser su hermana política, eres
tú la que la ha tratado como a una desconocida- Veneno, a eso le sabían las
hirientes palabras de la pelirroja, sin embargo no se inmutó. -Ni una carta en
4 años... eres una desconsiderada-
-Conoces las razones de peso...-
Para una terca, otra y media.
-Ohh... las estupideces
diplomáticas, como siempre... No me digas, el problema empieza con R y termina
con O, Reito... Reito, lo conoces mejor que nadie, era tu amigo también-
Ironizó haciendo mofa de aquel triángulo que Natsuki siempre visualizó en su
mente y que la ministra juzgaba irreal. -Cuando vas a entender que entre ellos
no hay nada, son solo fichas políticas... un matrimonio arreglado no significa
nada, si tú lo desearas realmente podr...-
-Estoy cansada Nao... de que Shizuru
jamás lo apostara todo por mí, es así de simple- La interrumpió Natsuki. -Hay
cosas que ya no se pueden arreglar... no se trata de coser un vestido roto o
pegar un jarrón, esas eran las travesuras de la infancia... no somos las
mismas, nada será medianamente igual, además... yo tengo a alguien más y es
mejor así- Confesó al final. -Como bien dices, somos fichas políticas de
cualquier modo-
-Eso es otra cosa... Arrggg, más
vale que sea una buena Natsuki. ¿Sabes en los problemas que me metí por hacerla
de celestina? El tío Shion iba a dejarme por fuera...- Reprochó la pelirroja
con toda contrariedad.
-¿Y quieres estar en medio de esta
confrontación que apenas va a iniciar? Te haría un favor si te destituye del
cargo hoy mismo... ¡Te iban a matar!-
Eso no lo negaría, Nao sabía que
perdió ese argumento en el momento en que estuvo a la merced de un loco armado.
-Hay cosas por las que vale la pena luchar Kruger- Tal vez Shizuru fuera muy
buena en el arte de la manipulación o haberla seguido en su campaña para
obtener adeptos de su tratado para el bloque de naciones, le había convencido
de que se podría hacer mucho bien con una idea semejante. Tal vez discutir, ir
a cada lugar o estar junto a ella ese tiempo le había hecho notar que la
heredera al trono, era alguien con mucho más cerebro que tantos nombres
conocidos, puede incluso que se tratara de su feminismo radical, pero se había
embarcado con Shizuru en el proyecto más valedero de toda su vida. -No has
visto lo que nosotras... no es posible que el presupuesto de armas por cada
nación sea tan abrumadoramente alto mientras los menos favorecidos se mueren de
hambre en algunos lugares-
-He visto eso y más Nao...- Natsuki
no estaba en contra de la propuesta, solo sabía lo arriesgada que era. -Y mis
padres están muertos por lo mismo que quieren hacer ustedes dos, simplemente...
no quiero que les pase nada-
-Así que te preocupas
genuinamente... tal vez Shizuru no haya perdido todas sus oportunidades
contigo- Sonrió malévolamente. -Se lo haré saber...-
-¿Ein?-
Entonces Nina intervino
presentándole sus respetos a la que finalmente había reconocido como la
comandante Kruger. En cuanto vio la hinchazón en el pie sin tacón de la
ministra de relaciones exteriores, ordenó asistencia médica y tras la revisión
pertinente, el grupo abordó los vehículos blindados en dirección al punto de
encuentro en el que se encontrarían con su protegida, la embajada de Excélsior
y posteriormente acudirían a la Casa de la Rosa, morada de los Reyes de Carteya
a un día de viaje.
.
.
.
Mientras la limusina blindada
viajaba por las intrincadas calles de Antares, la capital de Carteya, la
ministra ocupaba el tiempo para molestar a la Coronel. Era una suerte que los
escoltas restantes fueran en otro vehículo, eso les daba algo de privacidad,
una que a la Kruger indisponía en más de un sentido.
-¿Cómo se llama?- Dijo
repentinamente la Julieth.
-¿He?- Natsuki la miró como si
preguntara, sobre los grandes misterios del universo.
-La chica, como llamarla ¿Tu novia?-
Nao levantó una ceja más que divertida con la situación, cualquiera no diría
que había acabado de pasar por una situación traumática, sin embargo la Aracne
había sido ligeramente insensible en ciertos aspectos a lo largo de toda su
vida, casi parecía un rasgo genético inherente a la familia real. -¿O se trata
de un chico?-
-Lo sabrán en nuestra boda...- Se
cruzó de brazos la pelinegra.
-Boda...- Abrió la boca y volvió a
cerrarla un momento después, inesperado en verdad. -... que seria te has puesto,
¿Será que maduraste después de todo?-
-Este juego de política, saben
hacerlo dos...- Natsuki desvió la mirada sobre la ventana con desinterés, pero
claramente había expresado toda una ironía. No quería exponer sus verdaderos
sentimientos, porque seguramente tendría a la pelirroja mofándose de ella al
menos un mes.
-Entonces planeas vengarte de
Fujino...- Los ojos felinos observaron con interés a la militar.
-No es con esa intención... Nao-
Suspiró resignada, Julieth era un hueso duro de roer.
-¿Entonces cuál? ¿Amas a esa
persona? Supongo que ya superaste lo de Fuji...-
-Los primeros amores jamás se
olvidan, pero te aseguro que no son eternos, ni los últimos de la vida de
alguien- Natsuki nunca menospreciaría el sentimiento que guardó por la castaña
princesa de Excélsior, sin embargo tampoco se quedaría a esperarla toda su
vida, había encontrado una buena mujer y eso debía ser suficiente.
-Eso es un más o menos... de todos
modos siempre fue difícil que lo expresaras en palabras- Insinuó la pelirroja,
recordando la timidez que le era propia durante la infancia.
-De nada me ha servido eso antes...
ahora existen otras palabras, Bendio...
por ejemplo- Musitó recordando su despedida antes de acudir a Excélsior.
-Dicho en esos términos, 1 + 1
¿Cuánto es?- Dijo más que divertida.
-Nao...- Casi gruñó la de glauco
mirar, quería ya dejar el tema, no quería que hiciera las veces de informante
con Shizuru.
-No soy tonta ¿Acaso tiene que ver
con que ahora Excélsior se lleve de maravilla con Argoria?- Levantó una ceja
con suspicacia.
-No lo sé...- Era un incómodo tema,
Natsuki desabrochó uno de los botones de su camisa, como si repentinamente
sintiera calor, aunque la prenda estaba empapada.
-Entonces solo hay tres opciones,
Las princesas Zoe, Zarai y Mikoto, las nietas predilectas del Rey Tanos- La
pelirroja sonrió al notar la cara de espanto de Natsuki. -He acertado entonces,
claro que no sería Zoe, vamos Nat, no debes ser el plato de segunda mesa de
nadie-
-Déjame en paz, en serio te lo
advierto Nao... como los demás, tendrás que esperar a ese momento, de cualquier
forma, llegamos- En efecto, el auto se detuvo a la entrada de aquella enorme
edificación.
-Gracias por prestarme tu gabán
Kruger... que hubiese sido de mí sin él- Nao sonrió cruzando las piernas sensualmente frente a la
pelinegra. -No iba a ir por ahí con la ropa llena de sangre o desnuda-
-Ya... basta, esas bromas ya... no
funcionan- Frunció el ceño desviando la mirada a otro lado.
-Eres tan puritana que de verdad me
pregunto cómo lograste engatusar a dos princesas... aunque, dudo que Shizuru se
lo tome bien ¿Estás segura que no va a iniciarse una guerra entre Excélsior y
Argoria por tu pequeño juego?-
-No es un juego...- Frunció el ceño
como era costumbre. -Estoy segura... Lady Fujino es lo suficientemente
diplomática para no interesarse, de hecho, este es un paso más cerca de su tan
ansiada alianza, esa por la que darías tu vida Nao, de modo que pueden darse
por bien servidas las dos- Refutó con astucia la pelinegra de glauco mirar.
-Je... aunque me sienta molesta con
ella, tú no sabes de lo que es capaz- Musitó Julieth por lo bajo con cierto
desencanto en la voz.
-Ya he visto lo que puede hacer, por
ambición- Refutó con cierto tono de voz que Nao recordaba dolido en tiempos
lejanos, por lo que negó con la cabeza. Supo pronto que su prima no lo tendría
fácil ahora, no en vano había pasado el tiempo, y si bien Natsuki continuaba
siendo en esencia la misma persona, tenía el carácter bastante más fortalecido,
una cosa positiva que no sería algo que le gustara discutir.
Ambas mujeres salieron del auto
siendo escoltadas por un gran número de guardias, los cuales no se dispersaron
hasta el momento en que sus protegidos yacieron dentro de la estructura
marmolina que era la embajada de la familia real de Excélsior.
-Coronel... bienvenida- Se escuchó
la serena voz de alguien conocida y estimada para la militar.
-Capitán Wong- Natsuki sonrió
amablemente y le extendió la mano a la de ojos magma, las manos fueron
estrechadas y después el gesto se convirtió en un abrazo. Nao quien no se quedó a mirar la escena,
solicitó a una doncella la ubicación de un cuarto en el que pudiera disponer de
una tina y ropa limpia, francamente se sentía asquerosa.
-Me alegra enormemente verla... no
se ha sabido de usted en un largo tiempo- Dijo la más baja de estatura de las
dos sin deshacer el abrazo.
Solo después de algunos momentos
más, la de cabellos cobalto e iris esmeralda se apartó de la más joven. -Espero
me disculpes pero estaba en misiones secretas en el país vecino y hasta mi
retornó esta semana, la mayoría suponían que estaba en otro lado, era un tema
discreto, sin embargo ya no se ha podido mantener de esa forma en estos días-
-Le comprendo, sin embargo estimo
que habiendo venido en nuestra ayuda la importancia de las circunstancias que
corren es extrema- Ambas pelinegras comenzaron a caminar dentro de la morada,
ausentándose la princesa de Excélsior y el mismísimo príncipe de Carteya en su
recibimiento, lo cual extraño a Natsuki pero quiso mantener la compostura.
-La princesa...-
-Está bajo la custodia de Erstin Ho,
Teniente Primera y escudo... ahora se encuentran con el príncipe Kanzaki-
-Bien... Informe del incidente, por
favor-
-Sí Coronel, de acuerdo a nuestros
interrogadores, aquellos hombres en la plaza pertenecían a un grupo llamado
‘los marginados’, netamente compuestos por campesinos de las provincias más
humildes del sur de Excélsior, ellos alegan que la monarquía los ha dejado en
el olvido, que sus poblaciones aún presentan brotes de la peste del Valle Negro
y ellos no reciben la asistencia médica suficiente, las vacunas blancas no
llegan a tiempo y en algunos c...- Nina
comenzaba a compadecer a sus enemigos lo cual no era conveniente por más injusto
que pareciera.
-Eso déjaselo a los políticos-
Natsuki frunció el ceño, suspiró un momento y luego sujeto a Nina por los
hombros para imprimir un poco de firmeza a lo que iba a decir. -Aunque parezca
que sus deseos son honestos, no lo son sus mecanismos... te aseguro que matar a
la princesa no resuelve nada, solo son palabras de manipulación, de ser cierto
¿Cómo es que un grupo con tan pocos recursos obtuvo los fondos suficientes para
disponer de armas de tan alta gama? No eran palos, azadones y picas con lo que
atacaron-
Ante tan particular análisis Nina
comprendió que se estaba dejando llevar por sus propias experiencias
personales, ya que sus padres, al menos los que le dieron cabida en un hogar
humilde con poco para ofrecer, los Wong eran labriegos de la tierra, sabía de
primera mano lo difícil que era la subsistencia, sin embargo nunca los vio
actuar en mala forma o con intenciones homicidas, ellos parecían felices de que
el Rey Shion fuera el monarca de su país, porque de una u otra forma podían
gozar de la tranquilidad de labrar su tierra sin que por ello los tributos
fuesen exagerados. -Lo siento Coronel, yo...-
-Me pasó... los miembros de la
Hidra, nos investigan para atacar donde somos más débiles... por eso tus padres
fueron trasladados y recibieron otros nombres, no he querido que tengas nada de
qué preocuparte por motivo de este trabajo Nina-
-Le estoy profundamente agradecida,
usted piensa en todo- La morena más joven miraba con tanto afecto a Natsuki que
esta se sintió apenada e incómoda una vez más, sin poder olvidar la culpa del
mal que ahora las aquejaba a las dos, temía preguntarle a la morena de menor
edad si presentaba los mismos síntomas que ella o en su defecto las vacunas más
recientes tenían los resultados deseados.
-Bien... si ellos siguen vivos para
mañana, descartamos que sean miembros de la Hidra y eso será un alivio, sino...
infórmame, solo se habrá tratado de un señuelo o algunos novatos intentando
probar su valía para algún grupo rebelde-
La Wong pareció confundida al
respecto. -Creí que los rebeldes...-
-No, Nina... nosotros no acabamos
con ellos, pero es un secreto que espero sepas guardar- Un ademán de silencio
seguido de una sonrisa alegró en sobremanera a Nina.
-¡Sí! Coronel Kruger-
-Gracias... mmm- Natsuki esperaba
continuar su camino por cuenta propia, cuando recordó que no sabía exactamente
qué dirección debería seguir para encontrar a su protegida. -¿Podrías indicarme
donde se encuentra su Alteza?-
-En la segunda planta, en el
despacho del príncipe Kanzaki, es la puerta al fondo del pasillo... si gusta
mañana puedo darle un plano de este lugar-
-Sería ideal- Realizó una venia.
-Nos veremos pronto... Nina, yo tengo que tratar un par de temas con ellos para
mejorar la seguridad de nuestro próximo viaje y establecer medidas en la Casa
de la Rosa-
Un breve asentimiento, una mirada y
ambas caminaron en direcciones diferentes, para Natsuki sería la ocasión de
tener una cita con el destino, tanto tiempo había transcurrido en la ubicación
más distante posible, esperando que ese momento nunca llegara o que de ocurrir
se hallara por fin preparada para no perder la cordura, ya no era la misma
persona, no era tan frágil su corazón ni tan inocente o tan grande su
credulidad, sin dilación se encontró ahí tocando la puerta caoba, oyendo el
repentino silencio en el otro lado, luego el sonido de la chapa abriéndose y la
tensión abrumadora incrementándose en su espalda.
Abrióse la puerta y el Doncel de
Hielo, Martillo de Cruz, entró en el amplio salón que era el despacho de los
Kanzaki. Una vez dentro allí vió a la hermosa princesa de Excélsior enfundada
en un vestido azul marino con el sello de la flor de lis en el borde inferior
de la falda, contando que dos aberturas lo suficientemente discretas exponían
alguna porción de la piel de sus atléticas piernas, así, estando Fujino de pie
junto a otro más alto, fornido, de piel morena en un bronceado perfecto, ojos
grisáceos y cortos cabellos marrones, ataviado con un uniforme militar gris,
pero repleto de medallas y hombreras doradas, delatándose como príncipe, hizo
emerger en la faz nívea de la Kruger una ligera mueca de disgusto, si bien el
hombre se juzgaba un apreciable adonis en los términos de las féminas de todas
las naciones, era soso y sin encanto a los ojos de Natsuki.
-Tanto tiempo sin verte, Kruger-
Sonrió con acostumbrada elegancia el príncipe de Carteya. -Me alegra mucho
saber que estás bien-
-Nao Julieth de Aracne, está en
perfecta salud... como se lo prometí- Respondió Natsuki mirando a Shizuru, como
si Reito no existiera y aunque el moreno entendió la ofensa detrás de aquel
gesto, apenas delató su disgusto en un pequeño movimiento de ceja.
-Srta. Ho, le solicito nos regale un
momento a solas...- Intervino Shizuru notando que podría no ser todo lo pulcro
y diplomático que le gustaría.
-A sus ordene, Altezas- Erstin dió
gracias a la sabiduría de la castaña, había sentido un aire helado en la
habitación en cuanto la Coronel General arribó, tomando entonces la oportunidad
puso pies en polvorosa, después de todo Kruger era la mejor en la materia, no
sería entonces un descuido de su parte, habiendo dejado a los príncipes en
manos tan capaces.
Una vez cerrada la puerta, las
miradas fueron y vinieron entre los tres ex amigos, puesto que de aquellas
distantes relaciones, solo quedaba el recuerdo.
-No es real... nuestra boda- Shizuru
miró con preocupación al Carteyan ante sus abruptos comentarios, pero este se
anticipó a las preocupaciones de la dama. -En toda esta estructura, no existe
otra habitación sin cámaras o micrófonos... así que nuestra conversación es lo
suficientemente discreta-
-No me interesan sus asuntos, su
boda me tiene sin el más mínimo cuidado...- Informó Natsuki para sorpresa y
contrariedad de la de iris sangría. -Solo vine para solicitar su permiso,
alteza- Por fin le dirigió la palabra al castaño a quien tomó con la guardia
baja.
-Ad... adelante, te concedo todo
permiso que requieras, Natsuki- Respondió Reito bastante confundido, pese a
todo mantuvo firme su postura para ofrecer algo de calma a la estupefacta
castaña a su lado, tenues temblores la sacudían pero eran francamente
imperceptibles a la vista.
-Le pido en primer lugar que no use
mi nombre, es un privilegio que se perdió hace años... pero le agradezco su
permiso, lo necesitaba para hacer modificaciones menores al edificio de la Casa
de la Rosa en aras de mejorar la seguridad, a fin de cuentas ambos están en
peligro actualmente y es mi deber proteger su integridad hasta la firma del
tratado del bloque económico de naciones- El trabajo, ese era el interés
fundamental de la belleza pelinegra, quien en comparación con los nobles lucía
simples atuendos, una camisa blanca con una mancha roja en una de las mangas,
un chaleco color perla, pantalones negros y zapatos formales, todas sus prendas
adheridas por motivo de la lluvia que las mojó una hora atrás.
-No la entiendo... Kruger- Era todo
menos lo que se esperaba, temió que la morena le rompiera la nariz como la
última vez, pero no, para esa ocasión se mostraba de lo más pacífica e
inalterable.
-No tiene que hacerlo, su majestad-
Ejecutó una venía dispuesta a marcharse, habiéndose asegurado que sus
protegidos estaban bien, no tenía mayores motivos para estar en la presencia de
los dos. La de cabellos cobaltos tomó la perilla en su mano para cuando oyó la
voz de su hermana adoptiva.
-¿Me odias no es así?- Preguntó casi
como afirmando la de ojos rubí, tensó la mandíbula y cerró el puño ante el
silencio posterior que se hizo.
Otro suspiro, Natsuki había perdido
la cuenta de los respiros profundos de ese día. -Te equivocas Shizuru... de
otro modo ¿Por qué habría venido a protegerte a ti y a tu prometido?-
-No lo somos- Dijeron a coro,
después se miraron apenados. -No de forma cierta- Aclaró Shizuru con suavidad.
-Como sea... no estoy interesada en
escuchar sus historias, si es cierto o no, como dije... no me concierne-
-Eso no es justo, Natsuki- Reprochó
la Fujino viendo cómo se le iba a escapar entre los dedos una vez más.
-¿No es... justo?- Rechinó los
dientes, había estado conteniendo su enojo lo mejor posible, las clases de
respiración y esas cosas para la ira, se habían ido al carajo en cuanto ella
menciono esa palabra. -Je... justo- Soltó la perilla de la puerta y se volvió a
mirar a los dos futuros reyes del bloque de naciones. -Sería justo que mis
mejores amigos de la infancia, mi novia y mi amigo, para aclarar, fingieran
tener una relación esperando cubrirse la espalda y no revelar sus oscuros
secretos... ya, ya... la siguiente vez que me interesé en lo que uno de ustedes
dos tuviera para decir- Esta vez miró directamente a Shizuru. -Recibí una
promesa, esperando no ser ese sucio secreto que tanto se esmeraron en esconder
y ¿Qué fue lo siguiente que supe?-
-Natsuki...- La castaña intentó
aplacar los ánimos, con el llanto acudiendo a sus ojos carmesíes.
-Que se comprometían por un conveniente
tratado de paz y alianza del bloque de naciones... ¿Pensaste que volvería a las
sombras Shizuru? Que toleraría ser como siempre la cosa que pones al fondo del
clóset para que nadie la vea, perdona si te lo digo... pero tengo sentimientos-
-No... Yo no...-
-Si lo pensaste, porque cuando
elegiste a tu ‘amigo’ para tu mascarada... tuviste en la mente la estúpida idea
de que podrías convencerme de ser una vez más ese oscuro secreto en tu vida,
eso Lady Fujino... es lo verdaderamente injusto-
Shizuru se aproximó y sujetó las
manos de la pelinegra. -Natsuki yo sigo amándote, te juro que...-
-No me amas más que a esta locura-
Escondió la mirada en el negro flequillo de sus cabellos.
La Fujino tomó todo el valor y los
sentimientos que le guardaba a su “chica silenciosa”, buscó esos hermosos ojos
del más profundo verde esperanza, acarició su barbilla y sujetándola, le plantó
un beso mientras Reito volteaba la vista a otro lado. Pasaron unos eternos
segundos sin que la bella hija de Shion recibiera respuesta, al abrir sus ojos
se topó con los glaucos tan abiertos como bombillos, algo estaba mal, pues la
Kruger no se dejaba llevar como en antaño. Mordió suavemente el labio inferior
recordando la fibra sensible detrás de aquel pequeño truco, pero la fría expresión
de Kruger delataba cuán ineficaz resultaba ser ahora. Se apartó desencantada y
aún más confundida.
-No vuelvas a hacer eso... ahora, yo
le debo mi lealtad a otra persona- Musitó Natsuki con toda la sinceridad que
pudo, con su mano apartó la de Shizuru de su brazo, cuyo agarre era más fuerte
del que pretendía, una vez deshecho su contacto manchados de rojo estuvieron
sus dedos.
Shizuru quien pensó se trataba de
sangre ajena, se espantó de notar lo opuesto. La Kruger temerosa con el
contacto de la princesa y su sangre contaminada, se apresuró a limpiar las
manos de la dama con un pañuelo... se aseguró que no hubiera ningún corte en la
dermis, que para su alivio la piel estaba intacta. Aún más rápido puso
distancias al notar la contrariedad de la de ojos rubí, pues superado aquel
lapsus de pánico en sus ojos esmeralda, no tenía una excusa razonable para
aquel raro proceder. -Lave sus manos majestad, no puede ir por ahí con manchas
así...-
-¿Eso es todo lo que dirás? Natsuki-
El llanto de la castaña emergió silenciosamente sobre sus mejillas, aquel era
un inminente ‘se acabó’. -Entonces deja que decline... no hagas esto, te lo
ruego- Las dos supieron en el acto que las palabras de la Fujino eran sinceras,
tan honestas como puedan ser a causa del miedo más profundo, pero a la
pelinegra eso ya no le bastaba, para la ocasión, ya no era posible.
-Ya no es el tiempo, Shizuru.... yo
seguí mi vida y tú harías bien en hacer lo mismo. Mis más sinceros deseos de
felicidad a su boda, si vas a fingir esa clase de vida... tendrá un buen
acompañante, un estimable amigo en todo caso y yo veré porque los dos estén a
salvo, al final de esto... esa es mi promesa para ti, hermana- Sentenció al
final, recordándole a los que fueron sus amigos, que pese a las diferencias, aún
le importaban de la manera que debió ser siempre, como hermanos.
-Jamás he querido herirte...
Natsuki- Se adelantó Reito intentando no dejar las cosas de esa manera, porque
sabía que al salir de ese lugar, volverían los tres a fingir.
-Pero guardaste silencio esperando
que una parte de todas esas mentiras fueran ciertas... amigo, lo entendí al
final y no te culpo, tal vez yo hubiera hecho lo mismo- Sonrió con cierta
amargura. -Éramos niños, después de todo- No se dijo nada más, Natsuki salió
del despacho sujetando entre sus dedos la herida que había comenzado a fluir,
seguramente se le habría saltado algún punto.
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Excelente capítulo, confieso que hasta hace poco no había leído Danza Entre Lobos pero le di una oportunidad y me gustó mucho. Escritora piensas terminar aquella historia? Disculpa la pregunta.
ResponderEliminarSaludos Luisana, me alegro que te guste o que te hayas animado a leer. Luego luego etto si me dieras luz sobre la historia a la que te refieres.
EliminarAunque la respuesta es la misma e cualquier caso, aunque me cueste mucho lograrlo, siempre procuraré completar todas mis historias. Hasta el final.
Gracias escritora por responder, la historia a la que me refería era "Danza entre lobos" que si la ibas a continuar pero ya he visto que has colgado capítulo y como siempre ha sido excelente! Gracias por el capítulo :)
ResponderEliminarMuy buen capitulo... Lo que se pierde por el bien de una Nación. Pero vale la pena hacerlo?
ResponderEliminarZasss x dios siempre lo dejas ennlo mejor jijijij T.T excelente esperare otros capitulos saludos
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