Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

Paris - Nessa - 19

CAPITULO 19
Salí un poco decepcionada de casa de Angela pero si tenía un pretendiente lo espantaría rápidamente estaba decidida a recuperarla y nadie me lo impediría. Llegue puntual al café en realidad media hora antes estaba tan nerviosa que prefería llegar antes de lo acordado, revisaba una y otra vez mi reloj esperando que fueran las cuatro para verla pero el tiempo no avanzaba.

Después de 35 minutos y 14 segundos llego, al verla mi corazón comenzó a palpitar más rápido ella era la única que causaba esa sensación en mí, me levante rápidamente para saludarla pero ella solo sonrió y se sentó, le hice una seña al mesero para que trajera lo que le había ordenado al llegar.
-         Hola, me tome el atrevimiento de ordenar tu café y tu rosquilla favorita. –le dije esperando que me mirara, pero seguía sumida en su teléfono celular- así que, ¿Cómo ha estado tu día?
-         Gracias pero no deseo este café,-tomo la carta y ordeno otro, el mesero me miro y yo asentí- ya no es mi favorito.
-         Ok, eh no lo sabía –dije algo decepcionada- estas tan hermosa.
-         Lo sé –no sé qué pretendía, pero no me gustaba su actitud- dime para que me querías ver.
-         Solo quiero hablar, no debe ser sobre nosotras quiero saber de ti.
-         Pero yo no quiero hablar y menos contigo, creí que en la noche te había dejado todo claro, acaso ¿no fui especifica?
-         Si pero podemos ser amigas no sé, quiero necesito tenerte en mi vida así sea solo como amiga.
-         Yo no sé si quiera ser tu amiga.
-         Inténtalo por favor. –le suplique, no podía perderla así- cuéntame de la pastelería. de ti.
-         Si es lo que quieres –dijo resignada- pues las cosas en la pastelería las cosas están muy bien hay una nueva empleada se llama Emily, espera ya la conoces ¡claro si la besaste anoche!–me dijo molesta yo solo baje la mirada y tome un sorbo de café- ¿recuerdas el chico de anoche? –asentí- pues cuando terminamos de hablar regrese y tome algunas copas con él, me llevo a su lindo apartamento y solo nos dejamos llevar.
-         Espera no… -la imagine con él, como tocaba su cuerpo, besaba su cuello, acariciaba su espalda y tomaba su cabello. No pude evitar que una lagrima corriera por mi mejilla- eso no lo quiero saber.
-         Pero dijiste que seriamos amigas, las amigas se cuentan todo –tenía su mirada fija sobre mí, era desafiante y arrogante- te di lo que me pediste.
-         ¿Ese era el pretendiente al que se refería tu madre?–asintió- irónico, se lo que pedí, pero no estoy preparada no para esto, no puedo imaginarte en brazos de otro cuando solo deseo que estés en los míos en mi cama no en la de un idiota que conociste hace menos de un día, no puedo.
-         Tendrás que aprender a vivir con eso si quieres ser mi amiga.
-         No te reconozco, no sé bien quien está frente a mí, quizás si es tarde y la idea de ser amigas no sea la más adecuada. –saque dinero y lo deje sobre la mesa- Lamento tanto lo que hice, fue estúpido lo sé, espero me entiendas o mejor me perdones algún día y no tomes represarías en contra de Emily ella no tiene la culpa de nada. No olvides que te amo y lo hare siempre no lo dudes, adiós Angela. –le dije antes de irme, no pude mirarla solo me dirigí a mi auto y espere algunos minutos pensando que saldría tras de mi pero eso no paso. Mis ganas de recuperarla se había esfumado sino quería estar conmigo no podía obligarla-
Conduje a casa de Mariana esperando que no estuviera molesta conmigo por haber besado a Em, toque su puerta y me abrió su madre podía ver que había llorado, me invito a pasar “te iba a llamar, me pidió que lo hiciera. –Suspiro- está encerrada en su cuarto, habla con ella” me dijo, solo asentí y toque su puerta, no me respondió así que entre, estaba sentada en su cama desnuda y mojada, me acerque cerrando la puerta, deje mis cosas sobre la mesa y me acerque a ella con una bata.
-         ¿Por qué estas así linda?–le dije mientras la secaba- ¿Emily tiene algo que ver?
-         Me arrepentí de traérmelas, estarían mejor sin mí –apenas lograba hablarme- no debí haber firmado esos papeles, debí dejar que ella se hiciera cargo de Paris.
-         No digas eso, ella ha traído felicidad a tu vida lo he visto, cuando la cargas, cuando la bañas con tanta delicadeza por miedo a lastimarla, cuando esperas pacientemente a que se duerma para que ningún monstro salga de su closet, lo estás haciendo muy bien te admiro.
-         Solo tú piensas eso, nadie más cree en mi –se levantó tomo una blusa y un pantalón-  he pensado en vender mis acciones y mi apartamento e irme muy lejos.
-         ¡¿Qué?! No puedes hacer eso, estás loca –no salía de mi asombro, no podía irse así no lo permitiría- no dejare que lo hagas, estas consiente de lo que quieres hacer, por favor. -Seguía de pie mirándome esperando encontrar las respuestas correctas pero no las encontraba- ¡carajo dime algo!
-         Ya lo decidí, me iré ¿deseas comprar mis acciones? –me quede allí sentada pensando cómo hacerla recapacitar, que no dejara su vida de nuevo- si no es así buscare quien lo haga, pero me gustaría que tu fueras la única dueña, nadie más que tu conoce la empresa y sabe lo duro que fue levantarla.
-         ¿Por qué haces esto? Mírame, que me mires he dicho –e levante quedando frente a ella- es por Emily dile que la quieres y listo, puedo apostar lo que sea a que ella también te quiere; o acaso es Cristina ella está muerta acéptalo de una vez, no va a regresar y si te dejo a Paris fue por algo no la dejes ahora, ya perdió a sus padres no la obligues a tener otra perdida, no hagas esto linda. -Tome su rostro obligando a  mirarme, pude ver como sus lágrimas se asomaban pero no les permitiría salir- te lo suplico.
-         No hay marcha atrás, me iré –me dijo sin más, tomo su suéter y salió del cuarto- te mantendré informada, debo irme lo siento. –no sabía qué hacer, todo daba vueltas en mi cabeza-
Perdí la noción del tiempo, estaba tan asombrada, molesta y triste que no sabía cómo afrontar todo esto ¿Qué haría sin Mariana? Ella era como mi hermana, la amaba tanto como para dejar que se hundiera de nuevo.
2 AÑOS ANTES
-         Hola, ¿este es el apartamento que están arrendando? –me dijo una chica alta, delgada, con una gran sonrisa y unos cafés claros pero algo tristes-
-         Hola sí, pero en realidad es un cuarto, como tal el apartamento es compartido. –le dije pensando cómo convencerla-
-         Me equivoque –dijo algo decepcionada- gracias que tengas buena tarde.
-         Espera soy Lauren –le dije rápidamente- puedes ver el cuarto, compartirías el depa conmigo repartiendo los gastos y eso, yo soy muy tranquila, solo estoy en las mañanas y llego tarde en la noche porque estoy estudiando pero pronto me gradúo.
-         Mucho gusto soy Mariana, -me dijo- no sé si es lo indicado –dudo- pero me gustaría verlo.
-         Perfecto, -le di un pequeño tour por el depa, parecía gustarle intentaba sacarle algo positivo a cada esquina del lugar- ¿Qué te parece?
-         Me ha gustado mucho y pareces ser una buena persona. –sonrei- pero no sé si me quedare por mucho llevo menos de un año en Bogotá y no planteo quedarme, no quiero dejarte colgada con la renta y eso.
-         ¿Cuánto crees que te quedaras? –dije algo decepcionada-
-         Algunos meses, tengo un proyecto en mente si funciona me quedo sino debo irme.
-         Bueno intentemos quizás nos vaya bien, ¿te parece?
-         Umm–estaba algo pensativa- está bien, intentemos.
Habían pasado algunas semanas desde que Mariana había llegado a mi apartamento, nos llevábamos muy bien ella no era ruidosa y no tenía queja de los vecinos mientras no estaba, hasta el momento iba todo muy bien. Aunque casi no salía, en realidad no lo hacía si no necesitaba algo de comer se la pasaba en su cuarto encerrada con música y a veces ni la sentía, debo admitir que me preocupaba pero tiempo después comenzó a salir y los lunes en la mañana veía una chica salir de su cuarto a las 6:15 en punto, era delgada, rubia y con unos ojos hermosos, no tarde mucho en saber su nombre era Daniela, al verla casi todos los lunes me parecía grosero no saber al menos su nombre, una mañana en la que salió algo molesta del cuarto de Mariana le ofrecí una taza de café y le pregunte su nombre y algo sobre su vida.


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3 comentarios:

  1. Hermosaa historia espero el próximo capitulo besos

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  2. Lo unico que puedo pedir es que las cosas mejoren... para todas... se estan haciendo mucho daño y no es bueno para ninguna...

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  3. no puede ser esto se les esta descontrolando y entre el orgullo y el miedo ,espero q recapaciten..

    M.S ( galicia)

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