Esperamos tu historia corta o larga... Enviar a Latetafeliz@gmail.com Por falta de tiempo, no corrijo las historias, solo las público. NO ME HAGO CARGO DE LOS HORRORES DE ORTOGRAFÍA... JJ

AaMaría - Despistada - 2

Capítulo 2
MARÍA
      Efectivamente, lo de Eva resultó ser un esguince. Nada grave, pero requería cierto reposo. Era domingo y estábamos de nuevo reunidas las cuatro, esta vez en la casa de nuestras amigas. Yo estaba sentada con Eva en el sofá saboreando una  copa de delicioso vino, Alejandra trajinaba en la cocina dando los últimos toques a la paella que nos iba a servir y Candela estaba terminando de poner la mesa.


Eva: María, te tengo que pedir un favor.
Yo: Tú dirás.
Eva: El dominical de la semana que viene va a llevar un monográfico especial sobre mujeres que destacan en diferentes ámbitos. Ya están todas las entrevistas hechas y supervisadas, excepto una. Mañana había quedado con una chica, una de las investigadoras jóvenes más prestigiosas de nuestro país, y esa iba a ser la entrevista que cerrara el reportaje. Y quiero que la hagas tú.
Yo: ¿Yo? ¿Pero no puedes mandar a Merche o a Leonor?
Eva: Imposible. Merche está en Milán y Leonor tiene otra entrevista concertada mañana. Podría prescindir del reportaje sobre  esa chica, pero creo que el monográfico va a quedar más completo y atractivo si  lo cierro con ella. ¡Anda, hazme ese favor! ¡Porfa, porfa, porfa! Hazlo por tu pobre, tullida y vapuleada amiga…
Yo: Anda que no tienes cuento tú ni nada… luego me das los datos que tienes sobre ella y me ayudas a preparar las preguntas…
Eva (feliz como una niña con zapatos nuevos) : ¡Siiiiii!
Candela: ¿Qué pasa ahí con vosotras?
Yo: Nada, que aquí tu amiga, a base de ponerme pucheros me ha convencido para ir mañana a hacerle una entrevista a una aburrida científica.
Candela: Ja,ja,ja…es que eres tan facilona de convencer.
      Me gusto oír las carcajadas de mi amiga. Estaba preciosa cuando reía. La quería muchísimo, para mí era como una hermana, le hubiera confiado mi vida, no había en el mundo nadie de quien me fiara más.  Era culta, sofisticada, encantadora, guapísima y todo un enigma. Era bisexual y cuando estábamos en la Universidad experimentó todo lo que pudo hasta que conoció a Noel y se enamoró hasta las trancas. Hacía tres años estuvo a punto de casarse, pero su prometido, que siempre nos había parecido un tipo legal, resultó ser una auténtico golfo. Y menos mal que todo le estalló en la cara a mi amiga unos meses antes de la boda. Se derrumbó. Se encerró durante una semana, no salía de la cama, no comía, no paraba de llorar. A las puertas de su habitación Eva y yo esperábamos para recoger los pedazos rotos de su corazón y ayudarla a pegarlos uno a uno y reparar su alma. Al octavo día apareció en la puerta, delgadísima, demacrada y recién duchada. Nunca más volvió a mencionarlo. Nunca más permitió que ninguna de nosotras lo mencionara y siguió adelante con su vida como si su capacidad de volverse a enamorar hubiera quedado encerrada también entre las cuatro paredes de aquella habitación. Nunca más había dejado a nadie entrar ni en su corazón, ni en su vida, ni en su cuerpo.  Eva, como yo,desde que recordaba, siempre supo que era lesbiana y pasó por unos cuantos desengaños amorosos con mucho drama y pocofundamento; se enamoraba tan pronto como se desenamoraba, hasta que le tocó el premio gordo con Alejandra. Ale la mimaba hasta el extremo y la quería más que a su vida. Formaban una de esas parejas en las que todas queremos mirarnos, entregadas, locas y tremendamente felices. Y yo, pues yo hacía tiempo que me había cansado de picar de flor en flor. No sé si me había llegado a enamorar nunca de verdad, no creo. Y hace tiempo que había decidido no perder más el tiempo en relaciones que me vaciaban cada vez un poco más… pero hacía tanto que no me daba una alegría al cuerpo que empezaba a dudar de mi decisión de reservar todo mi amor para esa persona especial que, estaba segura, me esperaba en algún sitio. Esta fantasía de mi princesa encantadora me empezaba a parecer cada vez más una quimera que una posible realidad. Menuda cuadrilla formábamos.  Eva loca de amor, yo en sequía amorosa y Candela completamente rota. Curiosa pandilla.

      Pasé el domingo con mis amigas y me retiré temprano a casa. Llevaba bajo el brazo las notas sobre la entrevista que tenía que realizar al día siguiente y quería repasarlas bien. Nunca he sabido decirle que no a Eva.

ALBA
      Me divertí en la fiesta como hacía tiempo que no disfrutaba. Bailé hasta reventar y como predije, Teresa volvió a su casa con los zapatos en la mano y yo tan fresca.  Yo debía de ir bastante achispada, porque hasta me pareció que Manuela coqueteaba con Ana. Estas dos me desconcertaban. Por más que Teresa y yo intentábamos tirarlas de la lengua, ninguna decía nada sobre lo que sentía por la otra. Teresa en cambio, era un libro abierto. Era una rompecorazones profesional. Disparaba a todo lo que se movía y la mayoría de lo que se movía acababa cayendo en sus redes, porque era una tía espectacular, una valquiria rubia con unos hipnotizantesojos azules y un cuerpo atlético y voluptuoso. Una tía inteligentísima, a la que yo no entendía. Era un encanto como amiga, pero debía ser una tortura como pareja. Nunca comprendí por qué una mujer con tanto que dar se conformaba con recibir tan poco; saltaba de flor en flor y nada parecía llenarla. O a lo mejor nunca se quedaba tanto tiempo como para dejar que eso sucediera. Teresa fue una adolescente a la que le costó mucho asumir su sexualidad. Se pasó todo el bachillerato enamorada de una compañera de su clase a la que nunca se atrevió a acercarse demasiado por temor a ser rechazada. Cuanto más se enamoraba de ella, más intentaba mantener las distancias para no espantarla, para poder vivir su amor aunque fuera de lejos, para poder soñar con su sonrisa y añorar su roce. Cuando acabó el bachillerato se dio cuenta  de que ambas, que procedían de un pueblo pequeño, iban a ir a Universidades muy distantes entre sí. Y no supo cómo gestionar lo que le estaba pasando. No tenía experiencia, su compañera había sido su primer amor; pasó dos años en silencio deseándola, venerándola, idealizándola y antes de que pudiera reaccionar la había perdido. Cada una fue a una Universidad de una ciudad diferente y nunca le dijo lo que sentía. Tanto amor se le pudrió en la tripa y decidió que nunca más iba a dejar que su corazón se deshilachara. Así que decidió que nunca más iba a reprimir lo que sentía y nunca iba a volver a sentir ese dolor que oprimía su pecho. Y sus novias desfilaban interminablemente por la habitación que compartíamos en la residencia universitaria. Y así había sido desde entonces.

Ese sábado, sin embargo, en la discoteca algo le pasó. Tras el primer rechazo (del cual nos carcajeamos a conciencia) pareció haber pescado a una imponente rubia, elegante y sofisticada, muy del estilo de Teresa, con la que se retiró a charlar a los sofás. La rubia en cuestión tuvo que irse y Teresa volvió a la pista a bailar con nosotras. ¡Y volvimos juntas a casa! Algo había pasado con esa chica, porque la Teresa que yo conozco, en una noche como esa nunca hubiera regresado sola. Habría vuelto a echar la caña una tercera, una cuarta, una quinta vez, hasta llevarse una nueva muesca para el cabecero de la cama de su apartamento.

      El domingo me levanté tarde, tomé un zumo y me fui a correr, como siempre. Regresé, me duché, comí ligero  y remoloneé en el sofá. Habíamos quedado a la tarde para tomar un café y no me apetecía hacer nada. Cuando llegó la hora, me dirigí a la cafetería en la que solíamos juntarnos dispuesta a someter a un tercer grado a todas y cada una de mis amigas. Había demasiado misterio en esta pandilla que  resolver ¿A Ana le gustaba Manuela? ¿Manuela suspiraba por los huesos de Ana? ¿Quién era la rubia con la que había estado charlando Teresa?

 Yo: Hola chicas. ¡Vaya caras! Mira que os digo que la ginebra deja una resaca horrorosa… pero nunca me hacéis caso.
Teresa: No puedo contigo. Míranos a todas, ojerosas y con la piel mustia y tú estás más fresca que una lechuga
Yo: La cerveza y el ejercicio, mona. Os lo digo siempre…
Ana: Calla, por favor, no hables más de alcohol, que se me revuelve la tripa…
Yo: Venga, voy a por unos cafés a la barra, a ver si la cafeína os activa las neuronas, que parece que me he colado en un velatorio. Y tú –le dije a Teresa- vete preparándote, porque nos tienes que contar quién era la guapísima rubia con la que estuviste dos horas charlando anoche. Y no me digas que nadie, porque no me lo trago.
Teresa: Pues entonces mi café pídemelo solo y doble, porque apenas he dormido esta noche y necesito estar bien despejada para poder contároslo.

     Intrigada, fui a por los cafés y me senté a la mesa, esperando a que Teresa comenzara su relato; pero parecía distraída y ensimismada.

Manuela: Bueno, Teresa, ¿vas a contárnoslo o no? ¿Quién era la rubia? ¿Una antigua novia?
Teresa: Era Candela.
Manuela: ¿Candela? ¿Esa Candela?
Teresa: La misma. No me lo podía creer cuando la vi en la pista. Fue como si hubiera vuelto a tener diecisiete años otra vez. Cuando la vi, me quedé paralizada. Y solo pensé “tengo que decirle algo”. Enseguida me reconoció y pareció alegrarse de verme. Fuimos a los sofás y me sentí adolescente de nuevo, sentía mi corazón palpitarme en la garganta. Charlamos, me habló de su trabajo, de sus amigas…nada sobre ninguna pareja. Le hablé de mi trabajo, de mis amigas…  nada sobre mi loca vida. Y luego se fue.
Yo: ¡Cómo que se fue! ¿Se fue? ¿Por qué? ¿Qué le dijiste? ¿Le pediste el teléfono? ¿Vas a volver a verla? ¿Qué vas a hacer?
Teresa: No sé. No sé nada.


      Ana, que estaba sentada al lado de Teresa la abrazó. Teresa recostó la cabeza en su hombro y Ana le dio un tierno beso en la frente.
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4 comentarios:

  1. Hay dios que locura de historia... pero siempre me ha gustado que haces mas de una pareja en las mismas y hasta ahora se ve que las historias entre ellas van a ser muy buena...
    A esperar la gran entrevista...

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  2. Dios mio la entrevista... Jajajaja
    Esta excelente la trama y me encanta tu manera de describir cada personaje y sus peculiares personalidades, en fin espero el próximo con ansias ;)
    Saludos

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  3. Excelente capitulo, me encanta como describes los personajes y sus peculiares personalidades, son adorables además me río mucho.
    Dios mio ahora esperar la súper entrevista... Jajajaja
    Saludos ;)

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  4. Cuando pienso en la historia, tengo el argumento claro en mi cabeza. Dos parejas de amigas cuyas vidas se cruzan, Alba y Teresa por un lado, químicas y María y Candela por el otro, periodistas. Necesito tres o cuatro capítulos para introducirlas en la trama y luego empezarán a pasar cosas. espero que no me haya salido una historia complicada de entender. Gracias por vuestros comentarios. la verdad es que me dan el ánimo suficiente para seguir pensando nuevos relatos. Mil gracias

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