C A P
Í T U L O V
Después de abandonar el castillo, Crystini se
dirigió al único lugar donde podía sentirse en paz: la casa de Vodka. Si había
sido capaz de enfrentar peligros inimaginables, y de desobedecer a su padre, también
debía ser capaz de enfrentarse a lo que estaba sintiendo. Después de todo por
eso la consideraban una super-heroína.
Como era costumbre todas las noches, Vodka se
encontraba en su habitación escribiendo y revisando papeles, pero una voz
rompió su concentración:
–Deberías tomarte un descanso. Trabajar todos
los días hasta la madrugada no es saludable-.
Vodka se sobresaltó, volteó la cabeza en
dirección a la ventana. Allí estaba su salvadora...sentada, observándola
fijamente. Vodka se ruborizó y su corazón palpitaba aún más rápido.
-Por lo visto alguien ha estado observándome
últimamente. ¿Acaso yo también formo parte de tu lista de sospechosos?-.
Crystini sonrió un poco nerviosa pues sin darse
cuenta había logrado ponerse en evidencia. –Digamos que tu seguridad es asunto
de interés…-
-¿Para quién?- pregunto Vodka interrumpiéndola.
-Para la Nación naturalmente, como sucede con
el resto de los ciudadanos-.
-Siempre es bueno saberlo- expresó Vodka poco
convencida con la respuesta. Luego agregó: -Por cierto, ¿Qué estás haciendo
aquí? ¿Y tu gran boda?-.
-No habrá boda-.
-¿Por qué?-
-Tengo otros intereses-
-¿Cuáles?-
-¡Menudo interrogatorio! Me aseguraré de que la
Guardia Martiniana te contrate. A propósito. ¿Piensas dejarme aquí sentada?-
agregó Crystini bromeando.
Vodka reía entusiasmada. Por primera vez Crystini
actuaba sin tantos formalismos.
–Puedes pasar. Disculpa mi mala educación-.
-No te preocupes. De todas maneras no me voy a
quedar aquí-.
Una mueca de decepción se dibujó en el rostro
de Vodka. – ¿Ya te vas?-.
-Sí, pero tú vienes conmigo-.
-¿No te parece que es un poco tarde para
salir?-
Crystini se levantó y caminó hacia ella
tomándola de la mano -Acepta por favor-.
Aunque dudó un instante, Vodka terminó
aceptando la invitación. Por alguna razón no pudo negarse. Había algo en
aquella mujer que la atraía. Quizás su voz, la firmeza de sus movimientos, la
nobleza de su corazón, ese halo de misterio que la envolvía, quizás…quizás…quizás…
-Sólo prométeme una cosa-
-Sí. Lo que sea- respondió Crystini.
-Que esta vez vas a usar las escaleras-.
Las risas impregnaban el ambiente. La tensión
de los primeros minutos había desaparecido por completo. Ahora caminaban juntas
hacia la calle.
Crystini
se subió a la Martini-Davidson. Vodka se sentó detrás de ella.
-¿A dónde me llevas?- le preguntó ansiosa.
-Lejos
de aquí. Agárrate fuerte, el camino es largo y difícil-.
Vodka siguió las instrucciones al pie de la
letra y rodeó con sus brazos la cintura de Crystini. Se aferró a ella con
fuerza, como quien tiene miedo de perder lo que más ama, luego inclinándose
ligeramente apoyó el mentón sobre su hombro.
-No importa cuán largo y difícil sea el camino
contigo me siento segura-.
Crystini sintió una enorme satisfacción. Había
una esperanza.
Inició la marcha en dirección a Bombay
Sapphire, la montaña más alta de Martini Town. Allí había construido su
refugio, su lugar secreto, íntimo…hasta ahora Vodka era la única persona en
conocerlo. Se trataba de una cabaña construida en medio de la montaña con
materiales típicos de la zona (piedra, madera y Gin), desde donde se podía apreciar
toda la ciudad. Tenía una forma rectangular bastante atípica pero vanguardista
y decorada al mejor estilo minimalista. Desde el interior de la cabaña se
podían apreciar las estrellas y lo que parecían grandes ventanales eran en
realidad muros de gin.
Crystini le ofreció una copa de Gin. Ambas
permanecían sentadas sobre una gran alfombra, muy cerca una de la otra. Sus
cuerpos se rozaban ligeramente. Las palabras no eran necesarias, sus miradas
podían transmitir cualquier mensaje, sentimiento o…deseo. Así continuaron
durante un largo rato.
-Este lugar es…maravilloso- exclamó Vodka.
-Maravilloso como tú-.
-¿Y qué te hace pensar que soy tan
maravillosa?- preguntó Vodka entre risas.
-El hecho de que estés aquí conmigo haciéndome
feliz-
-¿Y cómo sabes que te hago feliz?-
-Observa- le dijo Crystini. Entonces Vodka pudo
observar un haz de luz platinada que salía de su pecho y que dejaba en
evidencia su corazón.
Vodka, quien siempre tenía una respuesta para
todo ahora permanecía en silencio. Luego como en una especie de ritual, tomó la
mano de Crystini y la colocó sobre su pecho.
-¿Puedes sentirlo?- Crystini movió la cabeza en
un gesto afirmativo. Vodka continuó: -Tú también me haces feliz-.
Crystini se acercó más a ella y le dio un beso
en la frente. Vodka podía sentir su nerviosismo. Luego le acarició la mejilla
durante unos segundos y dejándose llevar por lo que sentía la besó en la boca.
Vodka le correspondió. Era un beso suave, divino.
-Esta luz es señal de que mi corazón te
pertenece. Eres la elegida. Aún en la muerte ella seguirá brillando sólo para
ti-.
-Yo te elegí a ti no importa lo que pase-.
Y con otro beso sellaron su unión.
Finalmente Vodka había comprendido las razones
por las cuales Crystini había decidido no casarse con Mr. Tequila. Ella era una
de esas.
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Romantico y sentimental capitulo, muuuy lindo. Chau
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