C A P
Í T U L O IV
El día de la boda finalmente había llegado. Las
calles de Martini Town rebosaban de gente y de alegría.
Siguiendo la tradición familiar el enlace se
realizaría en el Castillo de Gini donde ya se habían congregado altos mandatarios
de otras naciones, representantes diplomáticos, y demás personalidades tanto de
Martini Town como de Tequila Ville.
Mr. Tequila esperaba ansioso en el altar. Sabía
que esta alianza sería beneficiosa para Tequila Ville. Al tener el control de
Martini Town tendría acceso a las divisas que la nación recibía debido a sus
vínculos comerciales con el extranjero los cuales podría utilizar para
fortalecer la industria de Tequila Ville, y con ello terminar de arrebatarle a
Birra los campos de cebada. El estruendo de un motor lo sacó de sus
pensamientos. Era Crystini. Había llegado desafiante en su Martini-Davidson de
la que descendió rápidamente, caminó por entre los invitados y se detuvo en el
altar de frente a éstos.
-Padre te ruego me perdones, pero esta vez no
cumpliré tu voluntad-. Gini y Olive la miraban con asombro. ¿Qué pudo haber sucedido
para que su hija cambiara de opinión? Era lo único en lo que Gini podía pensar.
Ahora Crystini había dirigido su atención a Mr.
Tequila. -Siento mucho tener que hacerte pasar por esto. Ciertamente no te lo
mereces, pero yo tampoco merezco ser infeliz-. Dicho esto, Crystini regresó
nuevamente hasta su Martini-Davidson y cuando trataba de subir en ella Mr.
Tequila la tomó del brazo tratando de disuadirla. No podía darse el lujo de
tirar por la borda semejante tesoro. Quiso disimular su indignación, pero al
ver que Crystini hizo caso omiso de todo cuanto pudiera decirle, estalló en ira
y juró vengarse de ella.
Mientras tanto en Coronabeer County, Birra ya
se había enterado de la noticia la cual celebró hasta más no poder. El regocijo
que le produjo saber que Mr. Tequila no se había casado la sumió en una especie
de locura momentánea. Corría por todo su castillo, gritando, riendo a
carcajadas, lanzando y rompiendo cosas.
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La Teta Feliz Historias y Relatos ® GreenOlive - Derechos Reservados
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Creo que no fue locura para mi que el nombre se le subio a la cabeza. Chau
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