Páginas

Olimpo en Buenos Aires - Ele

Después de un día difícil no encontrar la parada de buses en Buenos Aires puede ser un problema. Lina sacó su celular para buscar una solución en línea. Mientras se cargaba la página unos pasos veloces la sorprendieron, un empujón la deja medio perdida. Cuando volvió a mirarse las manos su celular ya no estaba. Sí, las callecitas de Buenos Aires tienen ese no se que…Con tanta impotencia contenida lo único que se le salió fue gritarle al ladrón


“La puta que te parió”

Completamente inútil, éste siguió su camino como si nada. Ahora sí que estaba perdida.
Alguien desde atrás le pregunta

“Estás bien?”

Que pregunta sin sentido, pensaba mientras se daba vuelta, como voy a estar bien me robaron y no se como volver a mi casa. Cuando se terminó de girar unos ojos verdes se le clavaron en las retinas. Lina se quedo helada, como hipnotizada por esos ojos, no era para nada lo que pensaba encontrar. Cuando logró salir del transe cerró la boca a punto de babear.

“Si estoy bien, pero el velocista se acaba de llevar mi ayuda para volver a casa”

La mujer que la miraba detrás de esos ojos verdes profundos empezó a reírse. Oh, canto de ángeles, pensó Lina en medio de su crisis y volvió a cerrar la boca porque delante de ella se reía una increíble mujer de pelo oscuro.

“Te puedo prestar mi teléfono para que llames a alguien y te diga como encontrar el camino amarillo”

“Justo hoy no puse los zapatos rojos, así que me vendría bien”

Las dos empezaron a reír. Cómo era eso de que de algo malo después sale algo bueno, se pregunto Lina.
La mujer se acomodó el pelo que le caía sobre el rostro y empezó a revolver en su bolso.

“Ya casi, siempre me cuesta encontrar algo en este agujero negro”

Lina babeaba en su interior, nada en esa mujer parecía desentonar, era alta, el pelo le brillaba y llevaba una camisa que dejaba ver un escote que daba para la imaginación.
Con una sonrisa, para el descontrol hormonal de Lina, saco el teléfono del bolso.

“Llama tranquila, a mi ya me pasó una vez y me ayudaron, a veces encontrás gente buena en esta ciudad caótica”

Linda, divertida, solidaria…hetero! Lina de pronto se sintió un poco desilusionada, ese tipo de mujer nunca era lesbiana. Agarró el teléfono que tenía frente a ella, era uno de esos que solo sirven para llamar y con pinta de desintegrarse en cualquier momento. Le dió tanta ternura que quería apretujar a la morocha. Marcó el número de su casa, el único que recordaba, pensando que quizás su madre estaría allí husmeando como de costumbre. Pero no, no había nadie.

“Hoy no es mi día” Dijo, aunque no estaba tan segura de su suerte cuando había caído una diosa del olimpo delante de ella.

“A dónde vas?” A donde vos quieras aunque eso incluya el purgatorio, los once infiernos y un recital de Arjona…contrólate por el amor de dios, pensó Lina.

“Voy para el centro pero no se que tomarme desde acá” logró articular.

“Yo te acompaño hay uno que va para el centro en mi parada, son pocas cuadras”

Lina pensó que definitivamente no fue tan malo que le robaran el teléfono, pero además de eso tenia la mente en blanco cuando empezaron a caminar y no sabía como llenar el silencio. Hablar del clima, de la inseguridad, del dólar…descartó todas esas, otra vez estaba en blanco.

“Ahora vas a tener que recolectar todos los números que acabas de perder, y eso puede ser más valioso que el teléfono en sí”

Por suerte la diosa olímpica había roto el silencio entonces Lina se relajó.

“No tenía nada imprescindible en realidad” dijo con un poco de tristeza y pensó en su mala racha con las mujeres, la última la dejó por whatsapp.

“Uyyy época de vacas flacas” dijo la olímpica con maldad.

Lina un poco sorprendida por la perspicacia de la hermosa criatura se dio cuenta de que sonó un poco patética y entonces dijo

“Mas que flacas están locas por completo, mis últimas relaciones terminaron en ese teléfono así que tan mal no me vino el robo. Quizás la próxima sea face to face”

La morocha se volvió a reír con ganas para la alegría de Lina que no paraba de ver colores y pájaros y mariposas en su mente. Lina pensó si habría notado el énfasis  en el femenino, locas…
Llegaron a la parada riéndose de los pros y los contras de las nuevas tecnologías. Esperaron solo unos minutos y aparecieron a lo lejos varios buses.

“Tenés que tomarte ese que viene, yo me tomo el de atrás, espero que llegues bien”

En ese momento a Lina le pareció ver cierta tristeza en los ojos de su salvadora, pero lo descarto en seguida pensando que sería ella la triste y que estaba proyectando su sentimiento.
Se saludaron con un beso y Lina volvió a sentir felicidad lujuriosa.

Ya sentada en un asiento no pensaba en el robo sino en esa mujer hermosa que había conocido y que ni siquiera sabía su nombre, se maldijo por dentro, que clase de maleducada había sido que ni siquiera le pregunto el nombre, soy una bruta antisocial, pensó.

Cuando entro en su casa estaba tan enojada por no haberle preguntado el nombre a ese alma tan caritativa, y además despampanante, que no se molestó en prestarle atención a la luz titilante del contestador. Imberbe social, como no le preguntaste el nombre! Pero si hasta mi abuela me diría que soy una estúpida. Se repitió varias veces.
Agotada por el día, el robo y el descontrol hormonal de las horas anteriores se tiró en el sillón con un cigarrillo. Con pesadez giró la cabeza hacia el contestador y vio que titilaba

“Seguro que es mamá para preguntarme como subir una foto a facebook”, le dijo a su gata que la miraba desde la otra punta del sillón mientras se lamía una pata.

“Podrías llamarla y explicarle, eh”. La gata se enrolló cómodamente en el sillón a modo de respuesta.

“Nunca querés hacer nada”

Estiró la mano y puso en marcha la máquina.

“Tres mensajes nuevos, mensaje uno”

“Hola desconocida, quería saber si habías llegado bien” Piiii

No puede ser…pensó Lina con el corazón en la garganta. Dándose cuenta de que tampoco le dijo su nombre. Ahora si que te ganaste el premio a la discapacitada social Lina.

“Mensaje dos”

“Hola yo otra vez…no es que te esté acosando pero, eh bueno… yo… quería saber si por casualidad te interesaría devolverme el favor con una salida, ah! Me llamo Diana” Piii

“Siiiiiiiii” Dijo Lina mientras saltaba y la gata corría a refugiarse bajo una mesa.
“Pero como te lla…”

“Mensaje tres”

“Hola, si acá la acosadora, te dejo mi número…”

Definitivamente los dioses del olimpo le cambiaron la suerte.


------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Ele - Derechos Reservados
© Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del autor.

8 comentarios:

  1. Muy bueno, me gustó mucho, gracias por este relato. :)

    ResponderEliminar
  2. Me mató lo del celular es algo muy común en buenos aires jajaja XD

    ResponderEliminar
  3. Un buen inicio me gusto te seguire leyendo solo no tardes mucho en subir

    ResponderEliminar
  4. Gracias por compartir sus comentarios, y por leer la historia. Me alegra muchisimo que les haya gustado. En breve sale otra. Besos
    Ele

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ele, me gusta el estilo divertido y realista que le imprimes a tus historias; las que he leído de tí hasta el momento siempre me dejan con ganas de más.
      Espero que no demores mucho en publicar y ojalá te animes a escribir una historia larga, en capítulos, de preferencia.

      Saludos para ti...
      Lidia Z. ;)

      Eliminar
  5. Me gusto mucho :).. Lo de imberbe social estuvo bueno jaja

    Vicky..

    ResponderEliminar
  6. Hola, me gusto mucho es divertido y entretenido. Gracias x compartir

    Paot.

    ResponderEliminar
  7. Me ha gustado la historia, seguire pendiente del proximo capitulo, gracias te felicito.

    Ale.

    ResponderEliminar