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Confundida yo? - M.G.M - 5

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Desde que Judith se ha puesto algo extraña hace ya dos días no he estado a gusto, no se deja ayudar, se me están acabando las ideas, tengo que pensar en algo.
Bien hoy en la escuela planeo hacerla hablar.
Uno de los maestros no pudo venir así que tenemos dos horas libres, el momento para actuar.
Salimos del salón y nos dirigimos al patio.
Judith se miraba un poco mejor pero no del todo, me acerque la abrase y le dije- ¿Qué te pasa?, dime para ayudarte.
Ella me miro a los ojos y con una voz muy suave y delicada dijo- no es nada.

-No te creo, realmente me preocupas, quiero ayudarte.
-Lo que pasa es que creo que me gusta alguien- bajo la mirada, como avergonzándose.
-Eso es genial, es muy bueno, deberías de estar feliz, el amor es lo que todos buscamos y si ya lo encontraste pues no lo dejes- le tome la mano- te felicito, eso es muy bueno.
-Sí, pero… no sé qué siente por mi.-tomo mi otra mano- tal vez no le gusto.
-Claro que tienes que gustarle- solté sus manos- eres una chica muy dulce y linda, si no le gustas él es un tonto- la abrase nuevamente- vamos no estés triste.
Sonrió, me miro y dijo – Te quiero… amiga.
De pronto sentí que su cara cambio un poco, ya no tenía ese semblante de tristeza, comenzó a platicar sonreír, volvió a ser la misma de antes, sentía curiosidad de preguntarle quien era ese chico que la tenía así pero no me atreví a decirle nada, no me incumbía, si ella tenía confianza en mí me lo diría, no podía estar insistiendo en eso, era incomodo, y podría llegarme a parecer a mi madre con eso de los chicos y las preguntas.
Durante el resto del día las cosas estuvieron mejor, Judith, sonreía bromeaba, estaba como antes, las cosas fueron mejorando.
Llegar a casa después de la escuela siempre me causa intriga el saber cómo encontrare a mi madre, ¿Qué nueva cosa para hacerme heterosexual se le ocurriría?, siempre sale con algo nuevo para incomodarme, aunque en ocasiones me hace reír.
Al llegar me sorprendió el no verla en la sala o en la cocina como siempre, entre y parecía que no había nadie, y efectivamente no había nadie, en la mesa de centro de la sala una nota avisando que llegarían pronto, que había comida en el refrigerador, fui a la cocina para ver lo que me habían dejado, una pizza congelada, eso fue lo que dejo, no podría decir que le valiera lo que yo comiera, pero sabe que es uno de mis alimentos preferidos, poco sanos pero me gusta, por lo menos una vez cada seis meses no hace daño.
Puse la comida en el horno, fui a cambiarme, me senté en el sofá hasta que estuvo, mientras hacia la tarea, y después comí mi nada nutritiva comida.
En la televisión, no había nada interesante como siempre, el aburrimiento era más que evidente, comencé a recordar los viejos tiempos, cuando mis padres se iban y me  dejaban sola, llamaba a Mar veíamos películas y comíamos palomitas. Esos momentos de felicidad, se veían tan lejanos, ahora ya no quedaba nada, entre los recuerdos que inundaban mi mente escuche el teléfono, no el de la casa sino mi celular, lo busque deseando que fuera Mar, sentía que sería ella, lo deseaba, aunque me prometí olvidarla no podía era mucho más fuerte que yo, al encontrarlo conteste de prisa, ni siquiera me entretuve en ver quien era en el identificador de llamadas.
-Hola- dije esperando que fuera ella.
-Hola Abril- era una voz de chica pero no era la de Mar, era Judith.
-Hola Judith, ¿Qué pasa?- pregunte.
-Estás ocupada- dijo con tono de pregunta.
-No, estoy libre ¿por?
-Quieres ir a dar una vuelta o algo no sé, lo que quieras- se escuchaba algo nerviosa.
-Si claro- revise el reloj- ¿a qué hora nos vemos?
-En 15 minutos paso a tu casa
-Está bien te espero.
Colgó, y yo me fui a cambiarme, que dría tal vez decirme algo, no esperaba que fuera ella pero es agradable, así que no me molestara salir a dar un paseo con mi amiga.
Espere en el sofá a que apareciera, sonó el timbre y allí estaba ella, se veía muy bien sus jeans eran lindos, hacían que sus pompas lucieran muy bien,  no pude evitar fijarme en eso, es algo que no puedo evitar, salimos de casa y comenzamos a caminar.
-¿A dónde quieres ir?- me pregunto mientras caminábamos alejándonos de la casa.
-Este, a donde tú quieras, lo que tu elijas estaría bien- conteste con un tono amable.
-Tengo una idea, vamos al parque- hiso un ademan con las manos.
-Me parece muy buena idea, vamos- la verdad ir al parque no me emocionaba demasiado, pero no me imaginaba a que parque se refería.
-Déjame hacer una llamada- tomo su teléfono y marco.
Me preguntaba a quién le iba a llamar, estábamos a solo unas cuadras para llegar al parque.
-¡Listo!, ya no tarda en llegar.
-¿Quién?- no tenía ni idea de quien iría  por nosotras- pero si estamos muy cerca del parque, ¿para que vendrán por nosotras?- me encontraba bastante confundida, comencé a sospechar que no iríamos al parque.
-Tranquila, haces muchas  preguntas- sonrió y toco mi mejilla- ¡mira!, ya llego.
Vire la vista hacia donde ella miraba, y observe como un auto azul metálico se acercaba a nosotras, se detuvo justo frente a nosotras, y del bajo Ángel el hermano de Judith; me sorprendí ¿Por qué estaba el allí?, ¿sería uno de los planes de mamá?, no lo creo Judith no se prestaría para eso ¿o sí?, no, no lo creo, ella no es así. No sabía que decir, me quede un poco congelada durante un tiempo no sabía que decir, la verdad no lo esperaba, y más porque en la comida no hablamos ni nada y era evidente nuestra indiferencia mutua.
-Vamos, sube- me dijo Judith, mientras me tomaba del brazo.
-Hola- titubee tratando de saludar, pero aun no entendía lo que él hacia allí.
-Hola- contesto el sonriendo- ¿Cómo has estado?
-Bien gracias ¿y tú?- las preguntas eran notablemente por compromiso, solo por ser un poco amable con la otra persona, no es que realmente te importe, es digamos solo una formalidad.
-Bien gracias.
Judith volteo hacia mí y explico lo sucedido.
-Le pedí a Ángel que nos llevara al parque de diversiones, espero que no te moleste, pero el también necesitaba una excusa para salir de la casa.
Cuando me dijo eso, sentí un gran alivio de saber que mi madre no tenía nada que ver en esto, no soportaba la idea de que ella hubiera planeado todo para hacer lo que siempre ha querido, hacerme “normal”, una ligera sonrisa salió de mis labios era casi imperceptible; - No hay problema- conteste mucho más tranquila.
-Tu  madre es algo particular- comentó Ángel mientras conducía.
-Sí, lo es, no tienes idea de cuánto.
-Sí, lo imagino, pero así son las madres, siempre tratan de cuidar a sus hijos, en ocasiones demasiado y no nos dejan ser libres, disfrutar de lo que somos de lo que nos gusta.- su tono era muy lleno de sentimientos, como si él estuviera viviendo lo mismo que yo.
-Listo, hemos llegado- interrumpió Judith.
Bajamos del auto solamente Judith y yo.
-Adiós hermano, ven en tres horas Ok.
Ángel se alejó en el auto y nosotras comenzamos a caminar hacia adentro del parque.
-Te sorprendiste- pregunto Judith mientras pasábamos por la puerta principal- ¿te molesto que llamara a mi hermano para que nos trajera?
-No, para nada, no me molesto- me  calle unos segundos- pero si me sorprendió que decidieras traerme aquí.
Sonrío ligeramente y me tomo de la mano- Ven este es uno de mis juegos favoritos.
Me llevo corriendo hacia una larga fila de personas, no tenía ni idea de a que atracción me llevaba, hasta que escuche unos gritos y lo vi, era enorme, con giros de 360° , nunca en mi vida había visto una montaña rusa tan grande, era verdaderamente imponente,
-Supongo que no te asusta- me miro a los ojos- ¿o sí?
Tome aire y trate de aparentar que el tamaño de eso no me asustaba- claro que no me da miedo- reí tratando de parecer segura de mis palabras, pero por dentro sentía terror de subir, pero como soy demasiado orgullosa no me atreví a demostrar mi miedo, tenía que aparentar que no me causaba absolutamente nada, ¿acaso ella creería en mis palabras?, ¿se tragaría eso de que no tenía miedo?
-Bien, entonces subamos- sonrío emocionada por subir.
Su cara mostraba la emoción y el entusiasmo que sentía por subir.
La fila avanzaba y mi corazón se aceleraba, sentía miedo, las alturas son de las pocas cosas que me dan miedo, es raro pero no le temo a lo que la mayoría de las chicas le temen, cosas como insectos, serpientes, y todo eso.
Subimos, nos colocaron la barra de seguridad, y el juego comenzó a subir.
-¿Emocionada?
Al ver la cara de entusiasmo de Judith, no me atreví a decirle la verdad, no pude decirle que me moría de miedo, así que decidí decirle una pequeña mentirita piadosa,- Si un poco, esto será divertido- ¿divertido?, no me parecía divertido, estaba tan asustada como un pequeño cachorrito, pero mi orgullo no me permitía demostrarlo.
-Pues yo tengo un poco de miedo- dijo mientras miraba como nos despegábamos del suelo.
-¿Cómo que tienes miedo?
-Sí, este juego siempre me a asustado- me miro y comenzó a sonreír- me alegra que a ti no te de miedo, es por eso que decidí subir, porque a ti no te asusta y eso me hace sentir más segura.
No lo podía creer, la razón por la que yo decidí subir fue porque creí que ella no tenía miedo, no podía decirle que yo me moría del susto, si se lo decía ninguna de las dos disfrutaría del juego.
De pronto lo comprendí, ella se sentía segura con migo así que comencé a relajarme, de esta manera las dos podríamos disfrutar del momento, me sentí un poco extraña, no sé por qué ella se siente segura con migo, creo que es porque nos hemos vuelto muy buenas amigas, sé que nuestra amistad no va a ser como la que tenía con Mariana, pero Judith es una buena chica y es confiable, además no creo que sea, no se ve como tal, pero no puedo dejarme llevar por esos estúpidos y falsos estereotipos, lo mejor será que me olvide esa idea y comencé a disfrutar de nuestra amistad, después de todo una amiga nunca sobra.

El juego termino, y el miedo que sentía de subir no era comprensible, no era tan malo después de todo, mi mente era la que provocaba ese temor, Judith se miraba muy tranquila, parecía que ella también lo había disfrutado al igual que yo, su rostro mostraba felicidad, y no sé por qué pero eso me gustaba, el hecho de verla feliz hacia que yo me sintiera igual, es algo difícil de explicar.
-Tú me diste la segura que necesitaba para poder subir- sonrió  delicadamente- gracias.
Al ver su rostro me di cuenta de que efectivamente ella también se había divertido en ese monstruo de acero,- De nada- titubee un poco- además yo me divertí.
-Yo también, tenía mucho tiempo con ganas de subir, solo que no tenía el valor para hacerlo.
-¿Qué  fue lo que te hiso cambiar de opinión?- pregunte indiscretamente.
-No lo sé- se quedó en silencio durante unos segundos- creo que tú, me siento bien contigo.
-Bueno eso me alegra- sonreí de forma amable.
Caminamos por el parque y subimos a todas las atracciones que nos encontrábamos, ninguna se salvó, todo eran risas y diversión, nada nos preocupaba y perdimos la noción del tiempo, cuando nos dimos cuenta ya estaban a punto de cerrar el parque, fue en eso cuando el celular de Judith comenzó a sonar, y era la evidente llamada de Ángel, quien nos buscaba para marcharnos a casa.
Durante el camino estuvimos platicando de cosas sin sentido, todo nos causaba gracia, me sentía tan bien que incluso se me había olvidado que en mi casa me estaba esperando un evidente regaño. Cuando llegamos a mi casa, Ángel y Judith se bajaron del auto para despedirme, Ángel de manera muy amable me abraso en son de amistad, después Judith se acercó a mí, me dio un abrazo y un beso en la mejilla, su abraso fue cariñoso y duro un poco más que el de Ángel, por un segundo recordé a Mar, recordé cuando estaba con ella, pero no  podía hacer eso, no era correcto que yo tratara de revivir a Mar en Judith, además ella solo es una amiga y nada más, pero no puedo negar que el recuerdo de Mar se hiso presente.
Al entrar a casa mi madre estaba esperándome con su pose de sargento, se veía muy molesta, y el regaño no me sorprendía.
-¿Dónde estabas?- pregunto con un genio.
-Fui al parque de diversiones con Ángel y Judith.
-Con Ángel, ese muchacho me parece muy buen partido, como estabas con él no te regañare.
Después del perdón de mi madre me fui a mi cuarto, estaba llena de emoción y adrenalina por los juegos extremos a los que subimos, cuando esto me ocurre lo mejor es que me dé un buen baño para relajar mis músculos, es algo que me ayuda a tranquilizarme, además el hecho de tomar un baño me encanta, la verdad debo de confesar que soy adicta a bañarme, lo hago dos veces al día.
Después de bañarme el sueño se hiso presente así que caí rendida en mi cama.
El fin de semana por fin llego. Me hacía falta un pequeño descanso de la escuela, después de la salida con Judith ella estaba muy buena onda con migo, y yo seguía recordando a Mariana en ella. No entiendo por qué no puedo dejarla atrás, acaso nunca podré olvidarla, hay ocasiones en que ni siquiera yo misma me entiendo.
Los sábados es tradición para mí bajar a desayunar en pijama y este día no fue la excepción, baje al comedor en donde me esperaban unos ricos y deliciosos panques así que comí como no lo hacía desde hace mucho tiempo.
Me fui a mi cuarto y me puse a ver la tele, no tenía nada más que hacer, de pronto en un programa comenzaron a hablar de lo homosexualidad, y dijeron que en cierto país metían a la cárcel a las personas que solo parecieran homosexuales, y que además les  cobraban una multa de cinco mil euros.
Esta noticia me lleno de enojo, no puedo creer que aun existan personas tan tontas que no acepten lo diferente, y mientras pensaba en ello recordé que yo vivo con una de esas personas, mi madre no lo acepta, bueno los “respeta” pero no en su familia eso está bien siempre que no tengan nada que ver con ella, esa es una de las razones por las que intenta cambiarme, pero no lo va a lograr, no se lo permitiré y de todas formas no tiene manera de hacerlo, no importa lo que haga no lo va a conseguir.
Con Mar tuve que soportar muchas groserías de parte de mi madre, me dijo de todo, y por miedo a que los demás también  hicieran no le dije a nadie, lo hice por proteger a Mar, pero en realidad eso era un secreto a voces, era algo que en realidad todos sabían pero que nadie se atrevía a afirmar, ahora comprendo que tal vez debimos de haber dicho abiertamente, pero en aquel lugar tan reservado y lleno de tabúes sobre la sexualidad, más probable es que nos hubieran linchado, no sé por qué las personas no entienden que ahora así es normal.
Una de las cosas que hago para tratar de concientizar a la gente es usar lo metáfora de los dos jóvenes que van al infierno, hay quienes la entienden y reflexionan y hay otros a quienes les bale sorbete, como sea la contare tal vez les sirva para reflexionar, o quizás no y lean de en balde, pero de todas formas la escribiré.
“Eran dos chicos que nacen el mismo año, en dos familias diferentes en dos lugares diferentes, los dos tienen unos padres muy amorosos los cuales los quieren mucho, uno de ellos es un niño muy bien portado estudioso y bueno con sus padres, el otro es muy travieso egoísta y tramposo, los dos cresen y se convierten en adultos, el “bueno” es muy trabajador y honrado que disfruta de ayudar a los demás, tiene una florería, hay personas que lo quieren mucho por la persona que es, pero otros lo odian porque él es gay, tiene un esposo al que quiere y respeta mucho, no lastima a nadie y tiene una buena vida con la persona que ama, el otro chico es un drogadicto que roba a las personas, en uno de sus arranques el asesina a un sujeto, secuestra a algunas personas para conseguir dinero, además de que viola a tres chicas.                                                                                                             Un día casualmente los dos llegan a una iglesia, el joven delincuente le confiesa al padre sus delitos, el padre le pone una penitencia y la dice que debe de entregarse a la justicia, el otro joven llega se confiesa y el padre le dice que lo que hace es un pecado directo que lo mandara al infierno, le comenta que por algo dios nos hiso hombre y mujer, que estaba mal, que tenía que rezar mucho por su alma y que lo que hacía era muy malo, que no tenía salvación.                                                                                                                                                                                                                       
Pasa el tiempo el delincuente no se entrega y el chico gay sigue viviendo feliz con el amor de su vida, los dos mueren por causas naturales. Llegan al juicio final, pasa el delincuente, ven su historial y lo mandan al infierno, pasa el gay, ven su historial todo lo bueno que hiso y le abren las puertas del cielo, pero antes de entrar se fijan que es gay así que le niegan la entrada y lo mandan al infierno, en el infierno los dos sufren mientras se queman en el fuego eterno. La pregunta es ¿Quién si se l merece?, es obvio que el único que se lo merece es el delincuente, el otro chico nunca daño a nadie, su único pecado es que defendió su amor.”  
No creo que dios piense que amar sea un pecado, además dios ama el amor, y en realidad es la sociedad quien no respeta lo que los corazones sienten, si no eres igual que ellos estas mal pero en realidad los únicos que están mal son esos tercos que no entienden que el amor no tiene genero ni color, no tiene reglas, no es exclusivo de hombre-mujer, todos tratan de jugar a ser dios y lo castigan, cuando en realidad no hay nada que castigar, dios no vino a la tierra a decirnos a todos “ser homosexual los llevara al infierno”, somos nosotros quienes lo creemos- me refiero a los humanos- el no castiga por amar, el ama el amor, en todas sus formas, no importa entre quienes sede, si es de verdad está bien, y él lo entiende y lo aprueba, ahora yo pregunto ¿Por qué no l aprobamos todos?, no entiendo por qué tenemos que ir en contra de lo puro y sincero, tenemos que manchar la pureza del amor con reglas de género, eso es tonto, y no pido que el mundo cambie de la noche a la mañana pero sí que hagamos algo para cambiarlo poco a poco, y lograr el lugar en donde no importa si se trata de ella o el, lo importante es amar con el corazón.
Con la historia anterior no quiero decir que todos los heterosexuales sean delincuentes, lo que quise expresar es que en ocasiones se le da más importancia a las preferencias sexuales que a lo que uno es como persona.
Cuando estaba con mis reflexiones súper profundas un  ruido inesperado me sorprendió, el teléfono sonó, dos veces, al ver que nadie contestaba tome la decisión de tomar el teléfono.- Bueno- la típica palabra para contestar el teléfono, una voz muy familiar contesto con un hola como estas, las palabras se quedaron en mi cerebro, ese tono, esa voz, era Mariana, me estaba llamando, se acordó de mí, justo en el momento en que más confundida me encontraba, al tratar de revivirla en Judith, por un segundo me quede congelada, su voz aún tenía un efecto en mí, la sensación de nervios, mariposas en el estómago, me sentía emocionada y creo que me perdí por un segundo.
-Hola, estas bien Abril.
-Sí, estoy bien, algo sorprendida, ¿pero tú como estas?
-Bien, las cosas en la escuela van mejorando, ya tenemos nueva integrante en el equipo.
-Que bien, ya encontraron remplazo, y tu ¿ya me remplazaste?- mi pregunta incomoda la dejo helado durante unos segundos, no sé si la tomaría de mala manera, pero tenía que preguntar, no podía quedarme con la duda, si ya tenía remplazo pues supongo que merezco saberlo.
-Sabes bien que no hay nadie que sea como tú, no creo que alguien pueda ocupar tu lugar, y tú ¿ya me remplazaste?, encontraste a alguien.
La verdad sabía que ella aria la misma pregunta, nos parecíamos demasiado, no podía decirle que estaba tratando de revivirla en otra persona, porque técnicamente no es como si la olvidara al contrario es aferrarme a ella, tenía que pensar muy bien en la respuesta.                                         
 –Todos somos únicos, y no se puede remplazar a las personas tan fáciles, y más cuando la relación fue tan hermosa como la que tuvimos. 
-Sabes utilizar bien tus palabras.
-Eso es algo que tú me has enseñado- la verdad no tenía ni idea de que decirle, no podía gritarle que la necesitaba y que sin ella me moría, tenía que mantenerme firme en mi  promesa, no podía darle muestras de flaqueza, la  conozco muy bien y sabía que si notaba que la necesitaba abandonaría todo por estar conmigo, y la verdad no podía hacerle eso, no podía permitir que abandonará su casa para seguirme, no sola tenía que hacerlo con ella.
-Bueno, solo quería saludarte, tengo que irme.
-Nos hablamos luego, te cuidas.
Su llamada me dejo en claro que ella no podía dejarme ir, sabía que ella aun siente lo que yo, pero tenemos que esperar, para poder estar juntas.
Una de las cosas que más me gusta hacer es escuchar música, siento que eso me relaja, me hace sentir feliz, así que me tire en la cama y me puse a escuchar música.
Entre mi relajación que la música produce me quede profundamente dormida, cuando de pronto entro mi madre a mi habitación interrumpiendo mi descanso.
-Abril alguien te busca, te esperan en la sala.
En ese momento me levante, acomode mi cabello y me dispuse a salir, lo más seguro es que fuera Judith,  de seguro quería que diéramos una vuelta o algo así, al llegar a la sala mire que me había equivocado, no se trataba de Judith, avance hacia la persona que se encontraba en el sillón, mi cara reflejo mi  sorpresa, no podía entender que era lo que estaba haciendo el en mi casa, se trataba nada más y nada menos que de Gastón, él ni siquiera me caía bien, que planearía, él no me da buena espina, siento que no es tan bueno como parece, me tengo que cuidar del no puedo bajar la guardia. Aun sorprendida pude decir –Hola, ¿Qué haces aquí?
-Hola, vine a invitarte a dar una vuelta y salir a comer algo- lamio su labio inferior.
-No creo que pueda, tengo algunas cosas que hacer.
Mi escusa parecía funcionar pero tenía que aparecerse mi madre con sus buenas intenciones.
-Abril, ve con él no te aria daño salir a distraerte.
Su tono fue con falsa bondad, sabía que lo que le importaba era que yo saliera con un chico y me volviera “normal”, a mí no engañaba con sus farsas, pero no podía enfrentarla en frente de Gastón, así que decidí ir con el para poder deshacerme de él, le aria ver que no soy una buena chica para el tal vez desistiera de intentar conquistarme.
-Vez tu mamá dice que no hay problema, vamos.
-Bueno, si a mi mami le parece buena idea vamos,  podría divertirme- mire a mi madre a los ojos y puse mi mirada demoniaca, siempre que planeo hacer algo para hacerla quedar mal, la miro de esta forma, es una manera de avisarle que se tiene que atener a  las consecuencias.
Tome mi chaqueta y salí de la casa con él.
Comenzamos a caminar,  alejándonos de la casa, la situación estaba un poco incomoda, yo no decía nada, y de hecho lo ignoraba, no le prestaba atención era como si yo fuera sola, como si el no existiera, había sido obligada a salir con el así que yo no tenía el deber de mostrarme emocionada cuando en realidad no lo estaba.
-¿Qué es lo que escondes?- pregunto Gastón mientras me miraba de arriba abajo.
-Yo no oculto nada- desvié la mirada evitando verlo a los ojos.
-Pues no eres igual a las otras chicas.
-Solo soy original.
-No es normal que no te guste.
-¿Solo por qué no me gustas no soy normal?
-No me refería a eso.
-Claro que sí, crees  que eres irresistible para las mujeres, pero en realidad no lo eres, te hablare claro, no me gustas, no puedo mentirte, y estoy segura de que tú ya lo sabes.
-Sí, lo sé, es por eso que me gustas, a mi nadie se me resiste y  tú no serás la excepción- se detuvo y me jalo del brazo hacia el- lograre que me ames.
Yo no pude aguantar la risa- Mira, tu nunca me vas a gustar, tú no eres lo mío, y suéltame, será mejor que te vayas a tu casa y me dejes en paz- me zafe de él, y me fui; camine a donde mis pasos me llevaran no tenía un destino claro lo único que quería era alejarme de ese idiota.
Cuando estuve lo suficiente mente lejos me di cuenta de que no tenía ni idea de donde estaba, el paisaje era algo confuso, nunca había estado por allí, lo peor era que el sol era demasiado fuerte y las calles solas, no había nadie   a quien preguntarle donde estaba.
Caminaba sin rumbo cuando choque con alguien, era un chico que al verme sonrió como si ya me conociera.
-Hola Abril, no esperaba que tú estuvieras por aquí.
-Bueno yo tampoco esperaba estar por aquí.
-No me recuerdas verdad.
Mi cara lo decía todo no podía mentirle diciendo que lo recordaba cuando la verdad era otra. –No, de hecho no te recuerdo muy bien.
Sonrío un tanto triste por mi olvido,- Soy Andrés tu compañero de clase, ya nos habían presentado.
Fue cuando lo recordé era ese chico que se había cambiado al pupitre de alado, no sé cómo no lo recordaba, creo que no se ni dónde tengo la cabeza.- Sí, claro ya me acorde, lo siento es que estoy algo distraída.
-Se nota, te veo algo preocupada, estas perdida ¿o qué?
Lo dijo en tono de broma, lo cual hiso que me sintiera muy apenada porque era cierto, la verdad si estaba perdida, no sabía dónde estaba, pero eso de perderme se me da muy bien desde que era pequeña.- Sí, la verdad si estoy algo perdida.
Su rostro se mostró sorprendido por mi sinceridad- Si quieres yo puedo acompañarte a tu casa.
-¿Arias eso por mí?- pregunte de forma algo infantil- te lo agradecería mucho si lo hicieras.
-Pues entonces vamos.
A diferencia de Gastón, Andrés me inspiraba confianza, había algo en el que me daba buena energía, mi intuición me decía que podía confiar en él.
-¿A cazo venias tu sola por aquí?- pregunto con cierto tono de duda, tal parecía que estaba nervioso- Estamos muy lejos de tu casa, no creo que tu sola hayas llegado hasta aquí.
-No, no llegue yo sola, en realidad estaba con Gastón.
-Gastón- su expresión cabio, era como si eso no le hubiera gustado- tú y él estaban saliendo.
-Sí, algo así, mi madre me obligó, pero escape de ese odioso.
-Entonces, no te gusta- aprovecho el momento más oportuno para preguntar, su rostro reflejaba preocupación por lo que yo pudiera contestar.
-No, para nada, él no es lo mío, no es mi tipo- la pregunta de Andrés me saco un poco de onda, pero no la considere indiscreta.
-Eso quiere decir que no es tu novio- sus mejillas se tornaron un poco rojas, sentí que decir eso le costó cierto trabajo, se notaba que estaba algo incómodo, o bueno más bien apenado.
-No, ni que estuviera loca para andar con un tipo tan pesado como él.-La caminata se hacía ligera, no sentía que tuviera que ser otra con él, era como si pudiera dejar las apariencias y ser lo que soy, él se notaba algo tenso cuando me pregunto sobre mi relación con Gastón.
En nuestra caminata llegamos a una pizzería y la verdad es que yo sentía un poco de hambre.
-Abril, te invito una pizza, aún falta para llegar a tu casa, y ya hace hambre ¿qué te parece?
-Sí, claro.
Comimos una rica pizza de champiñones, platicamos, descubrimos que tenemos algunos gustos  parecidos, en fin me divertí con él.
-Ya llegamos, ahora estas de regreso en tu casa.
-Gracias por traerme- le di un abrazo, en realidad no sé por qué lo hice solo me nació hacerlo.
-No es nada- sus mejillas se pusieron un poco rosadas- me tengo que ir, cuídate.
-Igual, nos vemos luego.
Entre a casa  y como era de suponerse mi madre estaba viendo todo por la ventana.
-Ese chico no es él mismo con quien te fuiste- me miro a los ojos.
-No, él es mi amigo, el otro es solo un idiota.
-Lo bueno es que es hombre así que si el si te gusta por mi está bien- sonrió alegremente, como si le hubiera dicho que me iba a casar con él, estaba contenta de que su hija fuera normal.
No sabía que contestarle, así que decidí hacerle una pequeña broma- Si madre él si me gusta, mañana le  propondré que tengamos sexo, alégrate seré “normal”- creo que no debí de haberle dicho eso, es que sonó bien en mi mente, pero creo que no fue lo más indicado, tal vez ahora pensaría que su hija era una golfa, pero lo dicho, dicho, y no puedo regresar el tiempo.
-¿Qué?- exclamo enojada.
-Descuida era una broma, lamento decirte que sigo siendo lesbiana- comencé a reír sarcásticamente- ya te lo habías creído, sabes que soy lo que soy- por la cara que tenía creo que no le gusto mi broma, aunque por unos segundos la note feliz.
Subí a mi habitación y me puse a hacer la tarea que tenía un poco atrasada.

No dejaba de pensar en lo bien que me la había pasado con Andrés, él era diferente a los demás chicos, no sé en qué sentido, pero lo era.
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2 comentarios:

  1. sera que Andres es gay o solo estara enamorado de ella...

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  2. Muy buena historia leí todos los capitulos en un solo dia saludos

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