CAPITULO 12
Comparación…pues
quizás cabría una comparación, mejor dicho la única comparación sería “La Maja
Desnuda”…y es que su cuerpo se miraba así, en medio de esas sabanas blancas, y
sin nada más que su piel, Ángela era un cuadro a dibujar…que su cuerpo desnudo
sea lo primero que vean mis ojos por la mañana, había cobrado un nuevo
significado esta mañana, su rostro apacible sobre la almohada, su brazo
rodeando mi cintura y su otro brazo infantilmente acomodado bajo su mentón….era
la mejor vista que podía tener por la mañana y es que me parecía increíble que
ella estuviera allí, tan cerca mío, tan desnuda…Dios, había casi olvidado, que
los días eran mejores cuando despertaba a su lado; no quiero sonar cursi ni
nada, pero Ángela tenía ese poder en mis días, y en mis mañanas, el sol era más
claro, el cielo más azul…Dios…definitivamente estaba enamorada.
Acomodé mi
cuerpo un poco más cerca al de ella, y volví a acomodar ese mechón de cabello
rebelde de su rostro, sabía muy bien que en mi rostro se dibujaba la sonrisa
más tonta que se pueda describir, pero a mí no me importaba, esa sonrisa y esa
mirada eran de ella, y para ella y eso era lo único que importaba…me acerqué lo
más cerca que pude a su rostro y sentí el aire que respiraba, acerqué mi nariz
a su boca y aspire el leve aliento que se escapaba rebeldemente, estaban muy
cerca nuestros labios, pero me parecía un pecado intentar despertar a un Ángel
como ella…mi angelito allí durmiendo hacía de esa cama el paraíso, mi cielo en
tierra…pero entonces medite, que posiblemente si sería un pecado despertar a
tan hermosa criatura, pero sería doblemente pecado si no era mi beso el que la
despertara por la mañana, así que jugándome mi condena eterna por el semejante
pecado que iba a cometer, acerqué mis labios, y cerré lentamente mis ojos, y en
total oscuridad, me dejé guiar por su olor y aliento y de pronto la suavidad de
su piel me atrajo como imán y sus labios tibios me acogieron al beso más
delicado que he dado en mi vida…no me despegué de sus labios y de pronto su
brazo me sorprendió moviéndose por mi silueta hasta mi hombro y luego mi
cuello, y yo sin perder el tiempo hice lo mismo en mi “maja”…sentí claramente
como sus labios se transformaban en una hermosa sonrisa que no podía ver pero
sentía dibujarse sobre mis labios.
Teresa: -
sonriéndome con ella y sin abrir los ojos dije – buenos días princesa
Ángela: es la
mejor forma de despertar – me dijo mientras abría los ojos, y me jalaba más
cerca a su cuerpo –
Teresa: ¿te
parece? – pregunté abriendo también mis ojos, y sin dejar mi sonrisa – podemos
volver a dormir para despertar así otra vez, ¿qué te parece? – le dije mientras
le regalaba otro beso corto –
Ángela: uhmm
amor que ricos besos – me dijo compartiendo mi boca en más caricias –
Teresa: tengo
otros besos guardados para un lugar especial en tu cuerpo – le di una mirada
pícara mientras se lo decía –
Ángela: uyyy y
como serán esos besos me pregunto – me respondió haciendo un gesto delicioso
con su boquita –
Teresa: déjame
que te muestro – y levantando la sábana fui directo a su abdomen que llené de
besos –
Ángela: uyyy
amor que rico…pero no me digas que esos son tus mejores besos – me dijo mirando
hacia abajo –
Teresa: no acá
tengo otros para ti
Y sin pedir
permiso abrí sus piernas y siguiendo mi cadena de besos fui besando hacía el
sur, cada beso que iba en bajada causaba un leve jadeo de mi mujer, y eso me
daba más ansias y casi llegando al lugar que deseaba acomodé sus piernas encima
de mis hombros – y de quien es la tanga blanca? – y mi hermano se encargo de
arruinar el momento…Ángela se tapó el rostro con la sábana y se enroscó como un
gusano que a las justas tuve tiempo de salir entre sus piernas que seguro me
agarraba en una prensa que me hubiera quitado el aire.
Teresa: - me
moví a su costado y no podía dejar la risa contenida de ver a Ángela toda
avergonzada bajo la sábana, saqué mi cabeza y con una sonrisa miré a mi hermano
– hola Pablo
Pablo: hola
hermanita, parece que hubo acción no? – me dijo enseñándome la tanga que
colgaba de su dedo –
Teresa:
jajajaja, acción fue poco Pablito, fue un terremoto, jajaja – y a ese
comentario le acompaño un empujón de Ángela – ouch, perdón mi amor jajaja
Pablo: uy ya tan
rápido un “mi amor” – me dijo tirándome la tanga a la cara –
Teresa: bueno,
no lo consideraría rápido – lo dije tirando de vuelta la tanga y levantando la
sábana para que mi hermano pudiera ver el rostro de Ángela –
Ángela: - se
sacó las manos de la cara y con un gran rojo pintando su rostro miró a mi
hermano avergonzada – hola Pablo
Pablo: pero si
eres tu….- se sonrió y tiró una carcajada – jajaja hola Ángela, así que esta
tanga es tuya – volvió a levantar la tanga en su dedo –
Ángela: ayy por
Dios – se metió de vuelta bajo la sábana –
Teresa:
jajajaja, no hermano, esa es mía…jajaja…ya amor no te avergüences tanto – me
dirigí a ella y acaricié la silueta de su cabeza debajo de la sábana –
Pablo: bueno
hermanita no dejes tus cositas hasta casi la entrada de la habitación – me miró
agraciado –
Teresa: lo
recordaré para la próxima – me sonreí con él – ¿y Pablo recién llegas?
Pablo: no
hermana, llegue anoche tarde, y escuche ruidos extraños así que no entre, y en
el bar Ricardo me dijo que estabas acompañada así que me acomodé en otra
habitación..y hasta ahora vengo porque pensé que necesitarían descanso después
de la actividad nocturna
Ángela: ay Dios
– se escucho su voz debajo de la sábana –
Teresa: jajaja,
tu siempre tan considerado Pablito, y si ya descansamos muy bien, y ahora a
recuperar fuerzas comiendo, ¿no mi amor? – sólo asintió la cabeza sin decir
nada –
Pablo: perfecto,
las espero abajo en el restaurante y esto – lo dijo enseñando la tanga otra vez
– guardalo!!!! – me la tiró de vuelta –
Teresa: jajaja
ok, nos vemos abajo – lo vi moverse hasta la puerta –
Pablo: ahh si –
volteó para verme – de quién es la chaqueta de cuero en el piso?
Ángela: mía –
saco la cabeza de las sábanas – porque? – le dijo mirando a mi hermano –
Pablo: o tienes
un vibrador que se les descompuso anoche o es tu celular, bueno nos vemos abajo
– salió por la puerta sin mirar atrás –
Ángela se quedó
estática, apoyada en un solo codo sobre la cama, con la vista fija a la puerta
que acababa de cerrarse; verla así con esa mirada tan fría y angustiante me dio
miedo, pero no dije nada, sólo me quede ahí medio sentada en la cama observando
su reacción, sabía muy bien que era esa mirada, ella estaba pensando,
meditando, ella estaba tratando de buscar su razón, su lógica y eso era de
mucho miedo, de mucho temor, porque sabía que aquello no me ayudaría en nada…vi
como se acomodó mejor en la cama logrando sentarse adecuadamente pero su vista
no dejó la puerta de la habitación, yo sentada a su lado no dejaba de
observarla y temía lo peor, moría de miedo, sentía tanto miedo que hasta me
sentía enferma, como flashes recordé la noche anterior, las caricias, los
besos, sus miradas, sus palabras, sus susurros y ese final “aún te amo”, apreté
los ojos queriendo que todo desaparezca y que quedemos sólo ella y yo y nada
más, pero por más que lo intente aquello no sucedió y cuando abrí mis ojos vi
como ella intentaba pararse de la cama y en un acto de desesperación tomé su
brazo – no lo hagas – le dije mientras la miraba fijo, y ella ya ponía un pie
fuera de la cama – por favor Angi, no revises ese teléfono, te lo ruego – ella
me miró por segundos pero parecieron eternidades, y ella sólo se quedo viendo
para luego bajar su rostro, para besar mi frente – todo va a estar bien – me
dijo en un susurro y yo cerrando los
ojos aflojé mi mano y solté su brazo.
Vi su cuerpo
desnudo moverse hasta donde estaba caída la chaqueta, vi todos sus movimientos,
cada uno de ellos lo revise en mi retina al detalle…su mano sosteniendo aquel
aparato, sus dedos rozando la pantalla, y su rostro, que cambiaba de expresión
de acuerdo a la lectura de lo que ese teléfono contaba; mi corazón empezó a
palpitar con desesperación, el miedo ya no inundaba mi cuerpo solamente sino
todo el ambiente, doble mis rodillas y me abracé a ellas y recé, como desde
pequeña no lo hacía, cerré mis ojos fuerte, y le pedí a Dios, que le quitara la
razón al momento, que no hubiera un pensar, que Ángela sólo se dejara llevar
por el amor, y que no me dejara, pedí un milagro, pedí amnesia, pedí compasión,
pedí misericordia…pedí hasta lo que no sabía que debería pedir, pedí por ella,
por mí…y al final ya sólo rogaba por una oportunidad.
Ángela: me tengo
que ir – escuche en el fondo y poco a poco fui abriendo mis ojos –
Teresa: - la vi
detenidamente como buscaba sus prendas – ¿por qué? – pregunté con dificultad –
Ángela: tengo
mensajes y llamadas pérdidas de Daniela, no sé qué le voy a decir, no sé, pero
no la puedo dejar así – miré su parada encorvada que ponía cuando tenía la
mente nublada –
Teresa: y lo que
pasó anoche?, fue un recordar solamente…y ahora si te tengo que decir gracias
estuvo bonito pero tengo que dejarte ir a tu vida modelo? – la miré con rabia y
dolor –
Ángela: Tete no
sé, no sé, de verdad no tengo ni la menor idea de que hacer, yo…
Teresa: ¿tú
olvidas que dijiste anoche?....aún me amas dijiste, eso no significa nada? – la
seguí con la mirada mientras caminaba como tonta por la habitación –
Ángela: claro
que significa, pero que hago con eso, ósea tu llegas de improviso, mueves cosas
dentro de mí que pensé olvidadas, después pasa esto ¿y qué quieres que haga? ¿Qué
deje a Daniela y me quede contigo? – su mirada era de incredulidad total lo que
causaba un gran dolor –
Bajé mi mirada y
no dije más, sólo escuchaba los ruidos que ella hacía al ponerse y acomodarse
toda la ropa, cerré mis ojos y volví a maldecir aquel momento en que la conocí,
me maldije a mí por haberme dejado llevar, por haberme entregado otra vez “soy
una tonta”, me repetía en la mente, y como un disco rayado no dejaba escapar
otra opinión, soy una tonta, y es que
era toda la verdad, apreté la sábana en los puños de mis manos cuando de pronto
siento su mano posarse sobre la mía.
Ángela: abre tus
ojos – me dijo tiernamente y en un susurro –
Teresa: - yo
obedecí y enfrenté su mirada – dime
Ángela: - su
mano acariciaba la mía y no me soltaba y sus ojos no dejaban mi mirada – te amo
– me dijo en un tono suave y dulce que acompaño de una sonrisa –
Teresa: yo
también te amo – le respondí casi instintivamente, y esas palabras se sellaron
con un beso que protagonizó su boca, un beso que llevaba demasiado sentimiento
para poder describirse –
Ángela: - me
dejó con la miel en los labios y se separó del beso – tengo que hablar con Daniela,
no me puedo desaparecer, y el trabajo también – abrí mis ojos despacio y la
miré tiernamente y acomodé ese mechón de cabello una vez más –
Teresa: tienes
razón
Ángela: voy a
hablar con Daniela y regreso ¿sí?
Teresa: ¿demorarás?
Ángela: también
tengo que ver lo de mi trabajo..
Teresa: hoy no
trabajas, conozco tu horario
Ángela: vaya
señorita acosadora – me miró con gracia –
Teresa: lo
siento – bajé mi mirada –
Ángela: - con un
par de dedos levantó mi mentón – tienes razón no tengo trabajo pero si clases,
bueno no se cuanto demore hablando con Dani, pero a penas termine te llamo y
vengo ¿ok?
Teresa: - la
miré convencida de sus palabras, la miré con total fe, le creí ciegamente, pero
que estúpida que fui – si amor, espero por ti
Y en una
maniobra la abracé fuerte y la hice caer de espaldas sobre la cama, mientras
mis labios se ocupaban de darle un beso sentido, esos que ya en la noche la
había tenido acostumbrada, esos que la dejaron sin aliento; con toda la fe de
que mis besos quedarían tan marcados en su boca que ella no sería capaz ya de
dudar ni de nada, y así un par de besos más duró, compartimos sonrisas,
caricias y miradas sinceras, que me hacía creer que de verdad ella regresaría a
mí, aunque en el fondo mi corazón ya sentía el espinazo, pero a pesar de eso
quise ser incrédula de lo que mi corazón palpitaba y quise creer en ella, y así
fue, la acompañe hasta la puerta de la habitación y sin dejar de besarnos nos
despedimos hasta más tarde.
El desayuno fue
caótico, mi hermano no dejaba de hacer preguntas, y yo no dejaba de pensar en Ángela…sabía
muy bien que mi hermano estaba preguntando aquello que él pensaba me dejaría
con algo de esperanza o un poco más tranquila…mi hermano hacía el esfuerzo por
rescatar las bondades de aquella noche con ella, se que trataba de salvar el
momento y mis ansias, y destruir mis angustias, pero todo era en vano, mi café
ya estaba frio y el apetito se fue a pasear por algún lugar de Chile, porque en
ese hotel, en esa mesa, no estaba…al final mi hermano termino por desistir de
las preguntas, y tal como yo, se quedó en silencio.
Los pensamientos
me daban miles de vueltas en la cabeza…y le preguntaba a mi cabeza como era
posible que volviera a caer en su mismo juego, como era posible que yo fuera
tan estúpida de volver a cometer el mismo error, estaba ilusionada, enamorada,
en pocas palabras, estaba idiotizada, pero yo misma me dije mientras cuchareaba
mi café, pero también fui sincera con mi corazón, y no podía negar que la
esperanza de que ella regresara no la dejaba ir, y para sacarme de mi
ensimismamiento mi teléfono sonó, un número chileno y la esperanza regresó a
mi– ¿aló? Si ¿quién es? – tenía la tonta ilusión que podría ser Ángela – hola
Teresa, soy Daniela – mis ojos se abrieron de par en par y mi cuerpo se
paralizo.
Teresa: hola,
disculpa que sea grosera pero primero como tienes mi numero y segundo para que
me llamas? – mi voz de molestia era evidente –
Daniela: Angi se
esta bañando y aproveche para buscar tu número en su teléfono, y te llamo para
decirte que te alejes de mi mujer, ella es feliz conmigo, no te metas entre
nosotras que tú no sabes de lo que soy capaz – su voz era amenazante pero no
logró amilanarme –
Teresa: bien,
pues fíjate que yo no estoy intentado, ni tratando, ni pensando meterme entre
ustedes, yo nunca me he ido, así que no tengo que meterme, yo siempre he estado
allí…y si hablamos de meterse fuiste tú quien se metió en la relación de Ángela
y mía – mi voz se quería quebrar pero me sujeté el pecho para darme fuerza – tú
sabías que ella estaba conmigo y aún así te metiste
Daniela: ¿Qué
relación? Esa relación a distancia, en la que con suerte se verían cada 6
meses?, a eso le llamas relación?, su primera y única relación con una mujer
soy yo, yo que la puedo buscar todos los días al trabajo, que puedo dormir con
ella todas las noches, que la puedo besar cuando se me dé la gana, que la toco
cuando quiero y que le hago el amor cuando me place – su voz era hiriente, todo
aquello me dolía y ya no sabía si podría aguantar –
Teresa: lo que
yo tuve con Ángela, no fue un chiste, ni una fantasía, yo fui su primera mujer,
yo fui quien le enseño a soñar y a amar a una mujer, eso no es mentira, ella y
yo nos amamos – medité mis siguientes palabras antes de decirlas, pero al final
sólo quise hacerlo para que escuchara la verdad – y para que te des cuenta que
lo nuestro fue muy real y sigue allí, anoche ella se entrego a mi otra vez.
Daniela: - un
silencio inundó la línea, ahí supe que Ángela no le había dicho nada – no me
importa, la cogiste caliente, eso es todo, tenía ganas y tú fuiste su desfogue,
pero al final regreso a mí, o ¿es que se quedo contigo?....uhmm no
verdad?….ella está aquí bañándose, para salir conmigo, apuesto que ni te ha
llamado no? – una respiración larga se escucho en la línea y ella volvió a hablar
– me lo imaginaba, ni siquiera te ha llamado, preciosa fuiste un polvo, una
nostalgia, pero ya esta, ella regreso a lo bueno, a lo que vale la pena,
regreso a MI así que no te ilusiones y deja de joder, y regrésate por donde
viniste
Teresa: - sus
palabras hirieron a pesar de mi fuerza para no ser lastimada, sus palabras
tenían bastante veracidad, eran perfectamente utilizadas para lo que ella busco
al llamarme…destruirme – puede que tengas razón, o quizás todo lo que digas sea
una mentira, y Ángela ni siquiera este allí y este viniendo para aquí, así que
preferiré no escucharte más, buenos días Daniela que estés bien
Corté el
teléfono, y un nudo se alojó en mi garganta, Daniela había logrado su propósito
al llamarme, me había hecho dudar, y casi destruirme, mi hermano me miraba sin
decir una palabra y es que lo que probablemente había escuchado fue suficiente
para darnos cuenta ambos, que Ángela había jugado conmigo, que Ángela no
regresaría donde mí…le di un sorbo a mi café ya frío y me levante de la mesa
sin saber a dónde ir, mi hermano me sostuvo del brazo, pero mi mirada fue
suficiente para hacerle entender, lo miré con el dolor y con la necesidad de
estar sola, el es mi hermano, me vio nacer y casi me crio cuando pequeña, el me
conocía como nadie, así que despacio me fue soltando el brazo y levantando una
ceja me dio la venia para que partiera.
Un trago era lo
que necesitaba, y ahí estaba yo otra vez en aquel bar, esta vez, no venía en el
auto y no esperaba que Ángela me viniera a rescatar de mi embriagues…estaba ahí
sentada en aquel rincón frente a esa pared mirando todos aquellos escritos
dejados en el muro, me preguntaba por todas esas dedicatorias, de novios,
amigos, solitarios y muchachos locos que hallaban algún tipo de satisfacción al
escribir sus facultades sexuales en la pared de un bar o el beneficio que les
había dado la naturaleza al dotarnos de recursos sexuales bastante
meritorios…era inevitable preguntarse porque lo hacían…allí estaba yo como
tonta leyendo todas aquellas letras con un vaso de whiskey en la mano, era ya
el 4to o 5to, y por alguna razón ese alcohol que en otra oportunidades lograba
muy fácilmente adormecerme, en ese momento no había logrado nada, es más había
logrado que todo mi sentir se agudizara y todo parecía doler más.
Cuando ya casi
me había cansado de mirar aquellas letras, y ya era tiempo de servir otra copa
más, un mensaje en esa pared llamó mi atención, no hablaba de los dotes
sexuales de nadie, ni de cuanto amaban a alguien, ni el recuerdo de ninguna
promoción, era un poema, perfectamente ubicado entre los insultos a alguien
llamado Luis y un “Te amo para siempre” para una Nora, allí estaba un poema de
Mario Benedetti bien colocado como no afectado por toda la barbarie de las
palabras mal usadas alrededor…Te dejo con tu vida, tu trabajo, tu gente, con
tus puestas de sol y tus amaneceres sembrando confianza…al leer esos primeros
versos supe que era el adiós, que era un poema de despedida…te dejo junto al
mundo derrotando imposibles, segura sin seguro, te dejo frente al mar
descifrándote, sola sin mi pregunta a ciegas sin mi respuesta rota, te dejo sin
mis dudas pobres y malheridas, sin mis inmadureces, sin mi veteranía, pero
tampoco creas a pie juntillas todo, no creas nunca este falso abandono, estaré donde menos lo
esperes….estaré en un lejano horizonte sin horas en la huella del tacto en tu
sombra y mi sombra, estaré repartido en cuatro o cinco pibes de esos que vos mirás y enseguida te
siguen….estiré mi mano y con la yema de mis dedos fui tocando cada una de esas
frases escritas como para lograr que esas letras entraran por mi piel...y ojalá
pueda estar de tu sueño en la red esperando tus ojos y mirándote.
Mis dedos
terminaron de tocar esas letras y recordé muy bien la última vez que había
recitado ese poema, “chau numero tres”, lo hice aquella tarde en la que dejé de
sentirme yo, aquel día en el que me di cuenta que debía aprender a vivir sin Ángela,
aquel día después de haber dejado a Diana en ese motel, esa tarde que aun
conociendo el camino me perdí en todas la calles que me llevaron al río donde
desee ahogarme en mis penas…fue allí frente a ese río cuando le dije adiós a
ella, esperando que ella me rescatara, pero eso nunca llegó.
Inverosímil que
en un bar uno descubra la razón de su existencia, inverosímil que en ese bar
que era nuestro, me diera cuenta que ella ya nunca estaría para mí, que todos
habíamos cambiado y ya los ideales no brillaban en nuestra vida como lo solían
hacer, era como un presagio aquel escrito en esa pared, era tiempo de decir
adiós a las viejas heridas y los antiguos amores, era tiempo que le diera un
verdadero adiós para siempre a Ángela.
Teresa: alo –
conteste ese teléfono sabiendo a ciencia cierta que era ella – hola Diana
Diana: hola Tete
– su voz era tímida y temblorosa – te llame ayer y creo que me apagaste el
celular no lo sé
Teresa: si te lo
apagué – dije con seguridad y sin rodeos – que quieres Diana?
Diana: Magnolia
y yo recibimos tu mensaje, ella está destrozada y pues a mí no me afecta mucho,
pero si me molesto que pensaras eso de Magnolia
Teresa: entonces
no es cierto que tu y ella comparten más de lo que aparentan? – le dije con un
tono de ira –
Diana: Teresa,
te voy a aclarar dos cosas: la primera es que Magnolia es una mujer muy
decente, y jamás te engañaría o te sería infiel, aunque tuviera todas las
razones para hacerlo; y segundo, no te voy a negar que estoy enamorada de
Magnolia desde hace un tiempo ya, pero no me he acostado con ella, eso sería
vengarme de ti y yo a Magnolia la quiero bien – sus palabras salían con fuerza
y lucha –
Teresa: - me
dejó sin palabras que me costó con esfuerzo poder retomar la conversación –
dime Diana como no pensar mal, Paloma…, y tu que no contestabas, ni nada, dime
que podía pensar?
Diana: nada, eso
debiste pensar, te prometí cuidarla y eso he hecho, he estado con ella todo el
tiempo, para cuidarla no para aprovecharme de ella, y después de tu mensaje, la
convenciste por ahora, a no perdonarte, y aunque sé que eso le durara poco,
porque te ama, pero la diferencia de ese antes al ahora es que yo estoy
dispuesta a luchar por ella, se que ella no te perdonará así de fácil, así que
tengo oportunidad y la aprovecharé como el aire mismo para respirar – su voz
era tenue pero firme y expresaba la convicción con la que hablaba –
Teresa: ¿no me engañaron?
– apreté los ojos fuerte y maldije mis malditas suposiciones y mi mente turbada
por dejarse llevar por Paloma –
Diana: y sigues
con eso….Magnolia no sería capaz, eres despreciable Teresa…con toda razón y
seguridad te digo que ella es demasiado para ti – la rabia ahora inundaba el
tono de su voz y la culpa mi corazón –
Teresa:
Dios…tienes razón. Dios ¿cómo pude? – mi mano se apoderó de mi frente y la
golpeé un par de veces por mi estúpido pensar – soy una idiota, una
estúpida…una…
Diana: ya
basta!!...eres tú y simplemente eso…ahora cállate, y no llames a Magnolia, está
demasiado dolida…
Teresa: claro
porque te conviene ¿no?
Diana:
CALLATE!!!... ¿qué tú crees? ¿Qué yo me la voy a tirar aprovechando su despecho
y pena?....yo no quiero un polvo Teresa, yo la AMO, y si la quiero enamorar, lo
último que haría sería aprovecharme de ella…definitivamente irte a Chile te ha
estupidizado….bueno solo llamé para aclararte las cosas, ni yo soy una mierda
aprovechada ni Magnolia es una puta como seguro lo pensaste….y si alguien
merece esos calificativos eres tu…por estar allá buscando a un pobre diabla que
por cobarde nunca hará nada por ti, y dejaste aquí a una mujer valiente como
nadie, que se sacrificó por ti, que estés bien Teresa, y adiós
El sonido del
teléfono al colgarse se me metió en el oído, y yo no pude reaccionar, ni una
palabra salió, pero la culpa y arrepentimiento se anido en mi alma y corazón,
había cometido un error fatal, un error sinvergüenza y malintencionado, había
fallado por donde se viera había fallado, no sólo no había podido lograr
retener a Ángela, sino que Daniela tenía razón ella se burlo de mi otra vez, y
ahora me di cuenta que había herido, lastimado y hasta insultado a la mujer más noble que había conocido…. ¿pero
por qué Dios??... ¿por qué???, como pude equivocarme tanto, como puedo saber,
sentir y mirar mi error y seguir con Ángela metida como un tatuaje en mi lóbulo
frontal, como ella sigue tatuada en los coronarios surcos de mi corazón, ¿por qué?,
si ya sé que su amor me hace mal, si ya sé que sólo es sufrir, si ya sé que no
estaremos juntas nunca hasta la eternidad….porque el amor es tan cruel?.
Le di un golpe a
la mesa con la copa que vacié de un solo trago y secando con el dorso de mi
mano los vestigios del whiskey que se escaparon de mis labios y copa, me fui de
ese bar, estaba adormecida por las copas de alcohol, whiskey con aire, no eran
la combinación perfecta, mejor dicho eran imperfectos juntos, pero ya estaban
procesándose en mi corriente sanguínea y causando las pequeñas inestabilidades
de mi andar y equilibrio, pero no causaban desestabilizar mi pensar…pensaba y
pensaba, en todos aquellos errores que por amor había cometido, desde el día
uno con Ángela, desde que le prometí amor eterno, desde que no me atreví a
dejarla ir aunque me hacía daño, desde no dejarme llevar y ser feliz con
Magnolia, todo era un error en mi vida, parecía que las decisiones no las
tomaba yo, sino alguien más que se confabulaba contra mí y una vida de paz y
amor, era yo mi propia enemiga, mi propia depredadora, y todo ya estaba
llegando a su fin, ahora estaba sola mientras caminaba sin
rumbo…..condenadamente sola y sabía que me lo merecía.
Llegué al hotel
casi al anochecer, cuanto había caminado?, no lo sabía pero mis pies si estaban
muy consientes de eso, porque sentía el dolor que irradiaba su fatiga, apenas
le di vuelta a esa puerta rotatoria vi que todos me miraban, o es que tenía una
cara demasiado desastrosa o es que de verdad ya empezaba a lucir como una
muerta en vida, pero no me importo, caminé sin contemplar a nadie y subí
directo a la habitación…en el ascensor no pude resistirme a tocar aquellas
paredes metálicas y a través del tacto de mis dedos recobrar los vestigios de
aquellas moléculas de amor fantástico que quizás quedaron de la noche anterior,
y el recuerdo, el absurdo y canalla recuerdo regreso, y los besos y las ganas,
y las ansias y los deseos y mi desespero…golpee con toda la fuerza que tuve esa
pared metálica y sé que fue fuerte porque la mano me quedo adolorida y la pared
con una curvatura nueva a su figura.
Apoyé la cabeza
en la puerta y sin ganas pasé la tarjeta y la puerta se abrió, desde el pasillo
al interior pude ver a mi hermano sentado en mi cama y a penas me vio se paró y
fue a mi alcance, y mientras iba acercándome a él y el muro del pasillo se iba
acabando, ella apareció al costado del ventanal, parada mirándome.
Ángela: hola
Tete – me dijo desde aquel lugar –
Teresa: ¿qué
haces aquí? – la miré sin ganas pero mi corazón ya empezaba a descubrirme la
emoción que sentía al verla –
Ángela: te dije
que regresaría – se fue acercando a mí y sin pensarlo me saludó con un beso en
la mejilla –
Teresa: hola –
le dije a penas sentí sus labios alejarse de la piel de mi mejilla –
Pablo: - mi
hermano me miró meditabundo – yo me retiro y las dejo hablando tranquilas
Teresa: ¿a dónde
vas? – le dije como pidiendo auxilio –
Pablo: estaré en
el bar, tengo que hacer unas llamadas, regreso hermanita – se acercó a mí y yo
de un brazo lo jalé –
Teresa: - me
acerqué a su oído y le dije en susurro – llama a la aerolínea, nos vamos mañana
en el primer vuelo – la cara descompuesta no necesité verla, estaba segura que
mi pedido lo sorprendió – en verdad Pablo hazlo por favor
Pablo: - se
separó de mi mejilla y viéndome fijo – lo hare, las dejo – le dio un adiós con
la mano a Ángela y salió de la habitación –
Me quedé ahí
estática, sin saber que hacer o decir, ella y yo a tan sólo unos pasos una de
la otra, pero ninguna de las dos se atrevía a acercarse o decir algo, éramos
como dos extrañas, que no tenían la menor idea
de que decir.
Teresa: a que
has venido Ángela? – me atreví a decir mientras me sentaba en un pequeño sofá
al costado de la cama, sin perder la mirada en ella parada a un costado –
Ángela: - me
siguió la mirada y esperó a que me sentara – tenemos que hablar ¿no crees?
Teresa: no hay
necesidad, todo quedó claro, fue una cosa del momento, de la nostalgia, del
recuerdo y pues nada más que eso…no somos amigas, sólo somos dos extrañas con
recuerdos – la miré intensamente y ella se acercó y se sentó al filo de la cama
frente a mi –
Ángela: tienes
razón no somos amigas, en algún momento ingenuamente pensé que podríamos serlo,
en el mirador cuando me preguntaste si amaba a Daniela y me deseaste la
felicidad, hasta pude imaginar que tus hijos me dirían tía – la miré y le
sonreí con un gesto irónico – aunque me mires y sonrías así de verdad yo lo
creí
Teresa: era
absurdo pensar que aquello podía suceder, pero ya…dime a que has venido
Ángela: - me
tomó la mano y yo la separé de ella y me paré de mi sofá, alejándome de ella –
tenemos que hablar no huyas – me gritó –
Teresa: ¿huir? –
volteé mi cabeza y después le siguió mi cuerpo y la enfrenté – ¿huir?...Ángela,
he huido de ti desde que me dejaste, he huido de tu recuerdo, he huido de los
besos que dejaste en mi, he huido de todo lo que significabas tu, y hace casi
una semana dejé de huir, una mujer valiente, me hizo ver que debía dejar de
huir, y lo hice, y ahora estoy aquí, no me hables de huir que yo he dejado de
hacerlo desde que tome la decisión de buscarte – la miré intensamente y la
quise deshacer con aquella mirada –
Ángela: lo sé,
lo sé….Tete yo lo he pensado, de verdad, cuando me fui de aquí en la mañana,
estaba decidida, a dejar todo por ti, estaba decidida, a decirle a Dani que aún
te amaba, me repetía aquello en la cabeza desde que puse un pie fuera de aquí,
llegué al departamento esperando que ella me hiciera una escena, un escándalo o
algo, pero lo único que paso fue que apenas abrí la puerta ella se me lanzó y
me abrazó fuerte, muy fuerte, y me dijo que estaba muy preocupada, que pensó
que me había pasado algo, y que estaba feliz de verme bien, feliz de que nada
hubiera pasado….Tete, ahí me di cuenta, no la puedo dejar, ella me ama y yo
también….no me preguntes como es que todavía te amo a ti y a ella también,
supongo que son amores diferentes no lo sé, pero me dolió tanto verla llorar en
mi hombro pensando que me había pasado algo, no puedo, ella no me ha hecho
nada, no me ha fallado, además a donde
me iría por ti, dime?....que pasaría si te digo si, si me voy contigo…y me
juego todo por ti…tu tienes tu vida allá y yo acá, no hablo ni del idioma sino
que sería demasiado difícil empezar de nuevo allá y te soy sincera, no quiero,
soy feliz en mi país no quiero irme de aquí, Tete – se quiso parar de la cama y
yo con la mano le pedí que no lo hiciera y se volvió a sentar – yo ahora lo
reconozco, me equivoque cuando te dejé y de la manera que lo hice, pero la
distancia me mato, si te digo si ahora, eso no va a cambiar – me miro
intensamente sin decir nada y así nos quedamos por segundos – lo siento es
mejor que me vaya – se paró de la cama –
Teresa: - con
una seña le pedí que se volviera a sentar en el borde de la cama – has hablado
tu, creo que me toca a mí – la miré fijo y dando pequeños pasos hacia atrás, me
alejé de ella y me apoyé en la pequeña mesa que adornaba el salón – la
distancia, no es excusa Ángela, ahora que te escucho, me doy cuenta que tu
elegiste lo mejor para ti, lo más conveniente
Ángela: era lo
mejor para las dos – me dijo interrumpiendo –
Teresa: déjame
terminar por favor…y no Ángela, fue lo mejor para ti, para aplacar ese
sentimiento de vacío que te dejaba cuando te alejabas de mi, cuando nuestras
llamadas no eran de un cuarto de hotel al otro sino de miles de kilómetros, no,
Ángela, esa decisión nunca fue lo mejor para mi, y aún aquí, en este instante y
momento, te lo voy a repetir de nuevo, no lo fue…no lo fue, mejor para ti si,
en todo sentido, pero a mí me obligaste a renunciar a la mitad de mi alegría – Ángela
se llevó una mano al pecho y se quiso parar de la cama otra vez – no, por
favor, siéntate, aún no he terminado – tomé aire y cruzando los brazos sobre mi
pecho la miré – sabes?, nunca me diste la oportunidad de decidir juntas que era
lo mejor, tu sólo encontraste a alguien que te ilusionó y buscaste la excusa
para dejarme, todo por tus dudas y la distancia, si tú me hubieras dicho
aquellas dudas que tenías, esos miedos, yo lo habría dejado todo por ti
Ángela: jamás te
hubiera pedido que renunciaras a nada por mi….estar allá era tu sueño
Teresa: mi sueño
eras tú, donde estuviera mi sueño eras tú… ¿qué hasta ahora no te das
cuenta?...a mí no me asustaba empezar de nuevo, no me molestaba, hacer todo de
nuevo, para mí no era un sacrificio, sólo necesitaba que me lo pidieras
Ángela: nunca lo
hubiera hecho
Teresa: lo
sé…pero en algo si me equivoque, debí venir cuando te lo dije, en esas veces
que estuve a punto de comprar ese pasaje para venir a verte, lo debí haber
hecho, quizás hubiera pasado lo mismo que ahora, me hubieras dicho que no
podías y yo en ese entonces le hubiera puesto un final, pero fui cobarde, tenía
miedo a esto, a esto que estás haciendo ahora, que yo habiéndote hecho vibrar
en mis brazos, regresaras y me dijeras que no puedes, que prefieres esto, tu
realidad cómoda y conjunta a seguir soñando conmigo.
Ángela: lo
siento Tete, nunca debía aceptar verte, ni nada
Teresa: no, no
lo sientas, era mejor así, sino yo hubiera seguido alimentando tu recuerdo y
quizás un hilo de esperanza, es mejor así matar todo, quemar todo, y que ni las
cenizas queden…es mejor así, ahora si estoy convencida que el destino se
equivoco contigo y conmigo…tu y yo no debemos estar juntas, ni en esta ni en
otra vida – me moví de mi lugar y me acerque al ventanal, quedando de espaldas
a ella –
Ángela: es
triste lo que dices, pero quizás tengas razón…o quizás sea yo que lucha contra
el destino, pero no puedo deshacerme de mi vida, para vivir ilusiones – sentí
que se paró de la cama –
Teresa: ¿puedo
preguntarte algo? – Lentamente volteé mí vista del ventanal –
Ángela: - ella
estaba parada en medio de la habitación mirándome – dime lo que sea
Teresa: ella me
borro de tu piel?, dime si ella te ama como yo lo hago, dime si ella te roba el
aliento en el primer beso, dime Ángela, si ella hace explotar tu pecho cuando
gritas de amor...dime por favor si lo hace – me fui acercando lentamente hacia
ella y vi claramente su cuerpo temblar –
Ángela: no me
puedes preguntar eso, no es lo mismo, ella es otra persona tu eres diferente
Teresa: tú dices
que la amas…entonces dime…tiene que hacerte sentir amor, cuando te ama, tiene
que hacerte sentir un volcán dentro de ti, tiene que hacerte temblar las
piernas con un beso, tiene que estremecerte el cuerpo con una caricia en tu
cuello, un vibrar cuando se mete debajo de tu piel…es una pregunta Ángela – me
fui acercando más hasta quedar unos pasos lejos de ella – dime si lo hace, dime
si el amor que tienes con ella es mejor que el nuestro, Dímelo!! – sus ojos se
abrillantaban y mis músculos se tensaban, sabía la respuesta pero la quería
escuchar de su boca –
Ángela: - sus
labios temblaban y sus manos que se querían esconder de mi se apretaban en un
puño – Tete no hagas esto – la voz le temblaba – no te puedo responder eso, es
diferente…
Teresa: - me
acerqué aun más a ella y muy cerca a su boca le dije – eres una cobarde – salió
en un susurro y después de decir eso me alejé unos pasos – siempre lo fuiste
una cobarde, que sabe la respuesta pero no se atreve, cobarde…una burda
cobarde…eso es lo que eres
Ángela: no me
insultes
Teresa: no es un
insulto es una verdad…eres una COBARDE…y así como no te atreves a decir la
verdad de lo que en verdad es tu relación con Daniela y lo que sientes por mí,
eres una cobarde en tu vida, apuesto que has dejado ir cosas por Daniela, pero
dime que ha dejado ir ella por ti?, seguro que tú te has amanecido esperándola,
pero dime cuando ella se ha privado de un sueño por ti, seguro que ella te
prohíbe todo pero tu toleras todo…no conozco a Daniela, pero estoy segura que
ella es la de la decisión, la de la realidad, la de la cabezota pensadora,
estoy segura que ella fue la que te quito la capacidad de soñar, de volar en
una ilusión de sentir la libertad en tus alas, tú eras una luchadora social,
querías combatir injusticias, irte de misión por América, ayudar a los que
necesitaban, ahora eres una más del sistema, la que quiere dinero y nada más,
eres una más de ese sistema que tanto odiabas, donde quedo tu calor, donde
quedó tu ilusión, donde quedo el querer comerte el mundo con justicia, donde
quedo Ángela la de sueños de grandeza espiritual y humana, donde?...Ángela el
amor es libre, como un pájaro, cuando a el amor se le mete en una jaula, deja
de ser natural, es un amor cautivo, cuando un amor se vuelve cautivo, deja de
ser amor, porque pierde la gran facultad que te da el amor…¿y sabes cuál es?
Ángela: - sus
ojos brillaban y moviendo la cabeza me dijo que si – cual?
Teresa: la
fuerza….el amor te hace invencible, te hace tan fuerte que nada te hace bajar
la cabeza, trasmites tanta paz y alegría, que todos quieren estar a tu lado, el
amor es poderoso, puede hacer reír a un desganado, llorar a un centrado, y
desvariar al más cuerdo…el amor mueve todo, cambia todo y sobrevive a
todo….pero cautivo, no es más que un animal viviendo una vida antinatural….gracias
Ángela, por darme ahora la oportunidad de poder volver a amar, y sentirme
invencible una vez más…gracias – me alejé unos pasos de ella pero ella me
sostuvo del brazo y me atrajo otra vez a ella –
Ángela: - me
miró con lágrimas en los ojos y se quedó segundos allí mirándome así – abrázame
por favor – salió en un susurro y aunque entendí lo que dijo no sabía qué hacer
–
Teresa: ¿qué
dices?
Ángela: abrázame
– y sin preverlo se lanzó a mi cuerpo y sus brazos rodearon mi cuello y su
cuerpo se pegó a mi calor –
La sostuve en
ese abrazo y su calor penetró mi cuerpo, yo luchaba, estaba luchando para no
corresponder ese abrazó, mi mente a patadas me obligaba a pensar la una y otra
vez que esa mujer había destrozado mi corazón, mi corazón palpitaba amnésico de
todo el dolor el muy traidor pero mi mente no olvidaba y me lanzaba a la vista
y memoria, todas aquellas cosas, pequeños detalles y a grandes voces las
imágenes más patéticas de mi vida, los momentos más miserables, y todo el
sufrir en letras golpeando mis ojos y todo por ella…luchaba y sentía que podría
no corresponder, que no volvería a caer….y lo hice…la aleje de mi cuerpo y de
mi abrazo y la dejé parada ahí en medio de la habitación y fui hasta la mesa de
noche de donde cogí aquella revista y tomándola en mi mano me acerqué a ella
que aún seguía enroscada como esperando que regresara para corresponderle.
Teresa: toma –
le dije enseñándole la revista –
Ángela: que es
eso – lo dijo limpiándose las lágrimas con las manos –
Teresa: nuestra
revista…debes tenerla tu, tú debes botarla, quemarla o hacer lo que quieras con
ella, aparentemente la revista no quiere que yo la destruya, entonces pensé que
debías ser tu – mi mano seguía estirada con la revista y ella la tomó –
Ángela: – la
tomó y se quedo con la mano estirada – no entiendo
Teresa: no
importa sólo quédatela si?, ya es tarde para ti, debes irte, Daniela seguro te
está esperando
Ángela: no así
Tete, por favor, despidámonos como adultas ¿si?, sin enojos ni nada
Por favor ¿sí? –
me miró con ternura, y era tan correcto aquello que me acerqué a ella –
Teresa: Ángela
de verdad yo esp….- no me dejó terminar y me sorprendió con un abrazo fuerte y
sincero –
Mis brazos a los
costados de mi cuerpo no reaccionaban para devolverle el abrazo, otra vez la
batalla de mente y corazón empezaba; mi corazón latía a mil por hora, estaba
segura que ella podía sentir mi corazón casi salírseme del pecho, pero mi mente
muy compañera mía y de mi sufrimiento me mandaba los flashes más nefastos, con
graficas demasiado gráficas de lo que pasaría si la abrazaba, así que otra vez
estaba yo ahí queriendo hacerle caso a mi corazón pero obedeciendo a mi mente
para no perder la batalla.
Teresa: Ángela
de verdad es tarde, y yo creo que ya debes irte, Daniela debe estar preocupada,
además tengo que arreglar todo para el viaje – sin soltarme despego su rostro
de mi hombro y encaró mi mirada –
Ángela: ¿ya te
vas? – sus ojos se tornaron opacos a pesar de las lagrimas que brillaban –
Teresa: si
mañana temprano me voy, no tengo porque quedarme más, así que tengo que
descansar y arreglar todo…bueno Ángela – me moví de sus brazos que me
aprisionaban pero no logré soltarme – Ángela en serio tengo que hacer y tu irte
por favor suéltame
Ángela: Tete yo…
Teresa: Ángela
por favor suéltame – trataba de zafarme de sus brazos que me aprisionaban, pero
ni mis más finos movimientos contorsionados lo lograban, ella me tenía
aprisionaba casi cortándome el aire –
Ángela: Tete yo
de verdad….yo…
Teresa: - sentía
que me faltaba el aire, su abrazo era demasiado fuerte, ya me sentía algo
mareada – Ángela por favor suéltame me estás haciendo da…
Y eso fue todo,
ella me ajustó más a ella y sin verlo venir, sentir o nada, ella me estampo un
beso brusco en los labios, yo me quedé estática sin corresponder a ese beso, no
lo hice, las puntas de las esquinas de la revista que ella apretaba en mi
espalda, las sentía clavar mi piel, a pesar del beso su abrazo no había bajado
de fuerza ni intensidad, y su beso era demasiado brusco…traté de con mis manos
zafarme de ella, del beso y el abrazo, pero no podía, me sentía débil por la
falta de aire pero más débil por mi tristeza…luché juro que luche, mi mente no
se cansaba de mandarme las imágenes más nefastas, los recuerdos más agrios, los
desplantes, las miradas retorcidas, y los besos amargos, pero nada de eso calló al aliento que salía
de la boca de ella que sin querer se metía entre mis labios, aunque los cerré
con fuerza, pero era inevitable, su aliento como humo hipnótico suavizó la
entrada a mi boca y sin pensarlo verlo ni sentirlo, estaba yo ahí, besando a
esa mujer con fiereza, con fuego, con ardor, con amor, mi corazón parecía que
había adquirido manos y jalaba mis huesos más cerca al cuerpo de ella…el abrazo
agresivo fue cediendo y el beso brusco se convirtió en un beso suave, dulce y
tibio y mis brazos dejaron de luchar con su cuerpo y se acomodaron en su
espalda a la que acariciaban sin descaro, sus brazos también se relajaron y
sentí la revista caer.
Cuanto tiempo
nos besamos, no lo sé, sólo sé que fueron eternidades para mi, su cuerpo
componía cerca al mío la vida misma, estaba viviendo a través de ese beso, a
través de esos brazos estrechándome, estaba viva y me sentía de maravilla…poco
a poco me fui separando de su beso, terminando un beso que a las justas rozaba
los labios y el inesperado “te amo” salió de sus labios y mi corazón alocado
quería desgarrar mi piel para irse donde ella, me separé un poco de su boca y
apoyando mi frente en la suya, subí mis manos y le sostuve el rostro con ambas
y sin abrir los ojos me quedé allí en ese instante.
Teresa: pídemelo
– le dije en un susurro –
Ángela: ¿qué
cosa? – Susurró después de mi –
Teresa: si tú me
lo pides…sólo si tú me lo pides…pídemelo –mis manos se aferraban a ese rostro y
las de ella a mi cintura –
Ángela: no
entiendo mi amor, explícame
Teresa: ¿sabes
lo que puedo hacer por ti?
Ángela: ¿qué
cosa mi amor?
Teresa: puedo
hacerte creer lo increíble, puedo hacerte ver lo invisible, bajarte hasta el
cielo, yo sólo quiero ser quien te dé el último beso, quiero vivir para llenarte
al corazón de amor, yo mi amor te entrego mi vida…sólo pídelo – mis ojos
cerrados se aferraban a no querer ver la realidad o quizás un sueño –
Ángela: - su
boca y aliento los sentí acercarse, y en un beso me entregó su aliento del cual
me embriagué – te amo – otra vez susurró entre el beso – pero no puedo – volví
a escuchar y eso fue suficiente –
No me separé de
su abrazo ni de sus labios, sólo abrí los ojos, y por inercia la bese con los
ojos totalmente abiertos, ella seguía queriendo llevarse de mi boca mi alma, mi
aliento de vida, pero sus palabras fueron los detonadores a los mecanismos de
defensa mejor desarrollados por mi cerebro, ahí estaba otra vez, a punto de
perder la cabeza por una mujer que no valía la pena, mi corazón ajeno a esas
palabras seguía latiendo como loco, pero mi mente ya menos adormecida empezó
con las estocadas de recuerdos amargos, y la vista de mi subconsciente sangró
otra vez al recordar el dolor, así que de un solo jalón la separé de mi cuerpo
y de mi beso, ella se quedó estática con los ojos cerrados mientras yo de los
brazos y hombros la alejaba más de mi, sus ojos se abrieron y me miraron con
duda, con sorpresa, pero esta vez, así sea por su mirada de ternura o
arrepentimiento, no daría marcha atrás…la miré fijo y en un segundo salió lo
que había querido decirle desde que la vi en esa habitación – vete – lo dije
despacio pero sabía que ella lo había escuchado.
Teresa: VETE!! –
lo dije más fuerte –
Ángela: Tete –
me separé de ella y agachándome recogí la revista que estaba en el suelo –
Teresa: VETE, no
quiero verte más y llévate esto contigo, y destrúyela, hoy yo le doy vuelta al
destino, no fue casualidad encontrarte, pero si muy sensato pedirte que te
vayas y te olvides de mi, como yo te borrare de mi vida, Ángela desde el día de
hoy tú no has existido ni existirás más en mi vida, ahora lárgate – mis ojos la
miraba intensamente esperando que cogiera la revista de mi mano –
Ella se acercó
lo suficiente para coger la revista y apretando esa revista a su cuerpo y sin
dejar de mirarme, sólo se dio la vuelta para darme las espaldas y camino sin
decir nada hacia la puerta, yo la seguí todo el trayecto, y de lejos podía
escuchar sus sollozos, pero esta vez yo ya no lloraba más, yo al fin tome
riendas de mi vida, y decidí no sufrir más por ella, por una mujer tan cobarde
que no era capaz de enfrentar sus sentimientos, sus emociones, y los delirios
que le causaban mi presencia, que no era capaz de vivir un amor de verdad por
vivir su amor mediocre, una mujer así no necesitaba en mi vida, así que como
llegó a mi vida por una casualidad, ahora la dejaba ir, sin premio ni gloria,
deje a ir a una mujer demasiado mediocre para mi, una mujer que definitivamente
no merecía mi amor, ni mi consideración ni nada mío…la miré fijo hasta que vi
esa puerta cerrarse, y ahí se acabo mi fuerza, se acabó el poder de mi mente,
allí termine yo destruyéndome bajo el dolor que me causaba verla partir otra
vez, pensé que haberla escuchado decir adiós fue difícil pero verla partir fue
aún peor.
Me quede parada
no sé cuantos minutos con mi cuerpo estático y las lágrimas brotando como ríos,
y en silencio me repetía una y otra y otra vez, “hiciste lo humanamente
posible, no es tu culpa, es ella que es una cobarde”…me lo repetía una y otra
vez en la mente, y aunque a momentos me hacía sentir bien porque sabía que
había luchado por ella, algo que no había hecho un año atrás, ahora al menos
podía decir que lo había intentado, y que había perdido, y que no había sido mi
culpa, era ella que era una mujer conformista, de poca emoción y de mente fría
y racional, yo soy todo un corazón, me enternezco con una mirada, con un toque,
con un roce, vivo a través de mi, la vida misma de los demás, porque me dejo
tocar por la vida del resto sólo por el hecho de querer sentir un poco más lo
de los demás, ponerme en el lugar de los demás por un momento, para entender su
vida, su pensar y sentir…pero con ella, con ella no se podía, no había manera
ella era fría, quizás nunca lo vi, o quizás yo si hice que cambiara un poco, no
lo sé supongo que me quedaré con la duda eternamente, pero lo prefería.
La puerta se
abrió y era mi hermano que entraba apresurado, yo seguía ahí en ese mismo
lugar, en el centro de la habitación, en shock y con las lágrimas brotando;
corrió hacia mí y me abrazó, me abrazó fuerte y no me soltó, yo aún en shock no
entendía nada ni tampoco podía responderle, hasta que el hablo – todo va a
estar bien – cuando dijo eso, me derretí, me dejé caer en el cuerpo de mi
hermano y el sorprendido no me pudo sostener, y terminamos los dos arrodillados
en el piso, los dos abrazados y yo en un llanto inconsolable en el hombro de él
– ya Pablo, ya la dejé ir, ella no era para mí, y tenía que sufrir así para de
verdad llegar a borrarla, amnesia seré ahora, no quiero saber nada más de ella
– mis sollozos a las justas dejaban entender mis palabras, pero él las entendió
perfectamente, todo había llegado a su fin.
El sol ya
entraba por la ventana, mi cuerpo estaba adolorido por alguna razón, aunque aún
no sabía porque, me levante y me aliste y en media hora ya estaba vestida y
arreglando lo que faltaba de mi maleta.
Pablo: a mamá le
encantará verte – me dijo mientras metía las últimas cosas a su maleta –
Teresa: supongo
que sí, estas llevando algún recuerdo para Ale y Santi – mi hermano me miró y
sonrió –
Pablo: es la
primera vez que lo llamas por su nombre y no le dices “tu hijo” – se paró del
suelo donde arreglaba la maleta y me abrazó –
Teresa: hey, qué
pasa, es tu hijo, mi sobrino…es Santi – le dije mientras correspondía el abrazo
–
Pablo: ay
hermanita, nos va hacer bien estas vacaciones en Perú – se separó de mi y
regresó al piso y a su maleta –
Teresa: tú te
vas a Lima y yo a New York – su mirada se dirigió a mí casi atravesándome –
Pablo: - se paró
del piso y se puso a mi altura – de que hablas?, los dos vamos a Perú, ¿de qué
estás hablando Tete?
Teresa: no
hermanito – puse mi mano en su hombro – yo me regreso a New York, no me siento
capaz de enfrentar a mi madre con sus preguntas de Magnolia y todo, utilizaré
este tiempo para estar sola y decidir de mi vida
Pablo: ¿vas a
buscar a Margnolia?
Teresa: claro
que lo haré, para pedirle perdón
Pablo:
reconquístala
Teresa: no
puedo, se que Diana luchara por ella, y no le puedo quitar eso a Magnolia,
Diana la ama, y yo lamentablemente no, debo dejar que ella intente, no me voy a
alejar, Magnolia me hace mucho bien, pero no podría hacerla rebajarse, a estar
conmigo cuando yo la tome como una segunda opción, si el tiempo nos ayuda y se
da después, no la voy a dejar ir, esa mujer es excepcional única en ésta vida –
mi hermano me abrazó y yo me acurruqué en su abrazo –
Pablo: está bien
hermanita confió en tus decisiones, y tienes razón estar sola ahora te ayudará
– se separó del abrazo y me dio una palmada en el hombro – quieres que llame a
Magnolia y le diga que regresas o que te vaya a buscar?
Teresa: no, no
Pablo, me iré a un hotel
Pablo: nada de
eso, a tu depa, no seas tonta, ahí está Lucas, esta solito, seguro que está
harto de que Juan siempre lo lleve a caminar a la misma esquina – una sonrisa
logró mi hermano de mi rostro –
Teresa: tienes
razón – le di una gran sonrisa y cerré mi maleta –
El auto viajaba
de prisa hasta el aeropuerto y yo miraba aquella ciudad con nostalgia, Santiago
de Chile, una ciudad encantadora, cuando te acomoda el ánimo pero una ciudad
desgarrante y cruel cuando el desaliento te acompaña, y ahí estaba yo
adelantada viendo a una ciudad lúgubre.
Pablo: ¿a qué
hora llegarás mañana?
Teresa: temprano
hermano, se que será un viaje aterrador de casi 24 horas pero no había otra
cosa con tan poco tiempo
Pablo: lo sé,
llamas igual cuando llegues si? Bueno…entonces adiós hermanita, nos vemos a mi
regreso
Teresa: no
adiós, que me vayas a salar el viaje, un hasta pronto ¿te parece?
Pablo: me parece
perfecto
Teresa: dale un
abrazo a mi madre, a Ale y a Santi…diviértete y disfruta tu nueva familia
Pablo: lo haré
hermanita – le di un abrazo y un beso y lo miré mientras me alejaba hasta mi
puerta de embarque, lo miré con ternura y lo dejé allí –
La espalda me
estaba matando y lo que necesitaba con urgencia era una ducha, 24 horas de
viaje fue un martirio, conocí tres países pero los aviones son un asco para
dormir y para despertar mucho más…abrí la puerta del departamento y obviamente
fue Lucas quien me movió la cola y me recibió en la soledad de ese lugar que
para ese momento olía bastante a ese can, miré un poco todo el lugar y no pude
evitar recordar lo bien que lo había pasado en ese departamento, ahora lleno de
aparatos y computadoras había adoptado una vista muy a la de mi hermano, pero
aún tenía algún rastro de cuando fue mío, recorrí todo el lugar y busqué
mensajes en el contestador pero parecía que nadie quería a mi hermano, nadie se
preocupo por llamarlo…necesitaba un baño y eso hice sin esperar mucho….el agua
caía por mi cuerpo y dejaba que el chorro de agua masajeara en algo mi espalda,
estaba concentrada en mis pensamientos, en lo que haría de ahora en adelante, y
de pronto la idea de ir a buscar a Magnolia me inundó la mente con mucha
convicción, esta vez sería diferente me repetía, esta vez la amaría y estaba
dispuesta a luchar por ella con Diana…un ruido me llamó la atención, traté de
escuchar pero era la puerta que se abría y recordé que Juan no sabía que yo
llegaría así que no le di importancia así que seguí en mis pensamientos
mojados.
Con la toalla
alrededor de mi cuerpo salí buscando a Juan – Juan!!!...hombre ¿dónde estás? –
busqué por todo el salón y no lo vi – Juan donde te has metido demonios – no
había respuesta, me metí a la habitación y cerré la puerta por precaución y
dándole la espalda a la puerta me quité la toalla y empecé a secarme – eres
demasiado hermosa desnuda – una voz detrás de mí me asustó, era esa voz,
imposible de no reconocerla, volteé y enfrenté a la mujer que estaba frente a
mí y cubriendo mi cuerpo con mis manos, la observé – cómo es que, que haces
aquí?, quien te dijo que estaba aquí?, que haces aquí? – mi sorpresa era
verídica, como podía ser que ella estuviera allí, podía ser que a pesar de todo
ella estuviera allí? – yo lo sé todo, y te quiero conmigo eso es todo – se
acercó despacio hacía mi mientras veía como sus ojos brillaban, y yo no podía
creer que ella fuera la que estuviera allí, después de todo, era una mujer muy
valiente, no había duda, se acercó hasta mis labios y se abrazó a mi cuello y
yo a su cintura y la junté a mi cuerpo mojado, y la besé con ternura, con
cariño, con añoranza – te extrañe muchísimo – le dije en un susurro y ella con
su boca en mi boca – y yo a ti mi amor, y yo a ti – y en un beso más sentido
nos fundimos, como debía ser…un beso que debía curar y hacer olvidar.
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autor.
Angela O Magnolia????? k incertidumbre tan atros!!!
ResponderEliminarRayoss!!! no podré dormir,, dime que es Ángela, no puede ser otra, ella es su amor, su todo, no seas mala, no cambies la historia, por favor, si?
ResponderEliminarGéminis
Yo no puedo creer ésto..haaaaaaaaa de los nervios estoy..No me aguanto la ansiedad de saber quien es..Que sea Angela, que sea Angela, que sea Angela jajaj
ResponderEliminarVicki.
Esto es un sube y baja de emociones, esta historia me gusta mucho, pero también me pone mal. Es q nunca se q esperar, jajaja, felicidades. A la autora, muchas pero muchas felicidades.
ResponderEliminarHaidee
R. Dominicana.
Me encantó éste capitulo!!! X fin Ángela se queda en el pasado. Me declaro del team magnolia forever!!!!
ResponderEliminarGraciela(Argentina)
ResponderEliminarOh me encanta esta historia y me encanta todo lo que hay para leer en cada una de ellas. Mil gracias
Ufff ojala angela quede en el mas enterrado de los olvidos.....
ResponderEliminarEvan
Caracas
Que lindo que es Pablo como ha apoyado a su hermana. Y bueno ojala que Teresa ya se estabilice, y se le aclare el panorama.
ResponderEliminarYezi
haaa por dios tiene q ser magno angela ya quedo en el pasado!!! si conocio a angela fue para que pudiera conocer a Magno, tete tiene que darse cuenta q Magno es la indicada y tengo fe de que cuando se vea en peligro de perder a Magno por Diana al fin REACCIONE!!!
ResponderEliminarjoder que me vas a matar con este sube y baja de emociones T_T
Angela
Bogotá
Jajajajaja ahhh Por dios que nos quieres enfermar de los nervios y yo también me declaro a favor de magnolia!!!! Bety México
ResponderEliminarNO SE PERO ME DA LA IMPRESIÓN DE Q ES MAGNOLIA POR LA FORMA Q DIJO TE EXTRAÑE MUCHISIMOOOO, PERO QUERÍA QUE FUERA ANGELAA pero bueno a espera a ver qien es ;)
ResponderEliminardesde
venezuela
simplemente expectacular este capitulo
ResponderEliminarmoni bcn
Queee historiaaaa tan conmovedoraaaaa y lo mas importante es q te deja enzeñansas ay q ser tete y no fria cobarde e ilusionar al otro a quien te ama y menos verlo sufrir eso es ser egoistaaaa porfavorrrrrrrrrrr no seamos como angela
ResponderEliminar