-Me
dejas ver o iremos al hospital – amenazo Cris.
-Bien-
dijo saliendo de su escondite y sentándose en el sillón de la sala de estar con
los brazos cruzados al pecho. En la caída se había abierto la herida de la mano
izquierda, así que la cocieron nuevamente.
-A ver…
- se hacia la que olvida – ¡oh si! ¿Recuerdas la persecución? – dijo
sarcásticamente
-Humm-
le seguía el juego – no sé de que hablas- dijo encogiéndose de hombros. Ambas
estallaron a reír pero luego su mejor amiga volvió a su cara seria – por favor,
dime ¿como te la hiciste?- mientras examinaba el gran cardenal de hematoma que
presentaba Kall desde la sien derecha hasta el principio de la mandíbula.
-No
lo recuerdo claramente – se encogió de hombros.
-¿No
lo recuerdas o no quieres decirme?
-¡AH!
– Grito de dolor al tacto de su amiga con su hinchazón – cruce una de las
avenidas en rojo – cerro los ojos.
-
¡QUE!- su amiga se había alejado para seguramente mirarla - ¿estás loca?-
pregunto mientras comenzaba a tratar su herida.
-Sabes
que tenia que escapar… - suspiro esperando que la hubiese entendido.
-Y
te quejabas de que no tenia métodos imaginativos- se burló.
-¡el
mio fue imaginativo!
-NI
QUE LO DIGAS – se notaba a Cris bastante tensa – ¿golpear policías K?
-No
se me da bien seducir como a ti – escupió entre dientes
-¿No
podías fingir desmayarte? No lo se… ¿ALGO MENOS PELIGROSO?- Cris estaba hecha
una furia. Y no podía culparla después de todo hacia solo unos momentos habían
llegado de la persecución y Cris tanto como ella, habían descubierto su cara
golpeada. Sabia cuando había ocurrido. Fue cuando cruzo la avenida y un auto le
acertó a su pierna. ¡Su pierna! De seguro era peor que el cardenal de la cara
ya que cuando cayó por lo menos amortiguo con sus manos; que para variar
también presentaban moretones. Tenia que hablar o sino su mejor amiga empezaría
a sermonearla, eso era seguro.
Se
había despertado con un dolor de cabeza tremendo. Sentía la boca echa un asco y
todo su cuerpo transpirado. Aunque no estaba en su uniforme de colegio, sino
con un short blanco y una remera de Bob esponja. Intento ubicarse pero la
habitación no era familiar. Se levanto y se dirigió a la puerta pero antes de
hacerlo se tropezó con un cuerpo, al caer éste se asustó.
-Despertaste
– se frotaba el estomago, donde ella la había pisado – ¿estás mejor?
-¿Tú
estás bien? – una mirada extraña cruzo por los ojos de Mel – digo… dormiste en
el piso – explicó.
-Ah
– se sentó- no te preocupes, solo fue una siesta – sonrió. No pudo evitar
pensar el por que todas sus seguidoras estaban enamoradas de Mel. Era una chica
sencilla pero sus facciones eran simplemente perfectas y su sonrisa. Su sonrisa
podía enamorar hasta el hombre mas gay o a la mujer mas hetero del mundo
entero. Pero por un momento se pregunto ¿Por qué no gustaba de ella? ¿Por qué
gustaba de Kall y no de Mel? Ambas eran mujeres y ambas eran hermosas; aunque
Kall ganaba de sobremanera.
-¿Por
qué no dormiste en la cama conmigo? – al instante que dejo escapar la pregunta
de sus labios se dio cuenta el porqué. Mel era una de las pocas homosexuales
declaradas en la academia. Seguro pensó que la incomodaría.
-Tenia
miedo que me vomitases encima- mintió pero Naomi no lo notó.
-¿Y
crees qué en el suelo estarías a salvo? – pregunto divertida.
-En
realidad – respondió en el mismo tono – tenia miedo de acostarme a tu lado y
que te enamoraras de mi en tus sueños.
-¡Ha
Ha! ¿Qué sucedió? – pregunto en tono serio ya que intentó recordar pero la
laguna mental era mas bien una especia de mar.
-Te
emborrachaste y la policía parecía querer entrar al local para arrestarte – no podía creer lo que escuchaba – pero por
suerte una ladrona ataco a los policías y se torno una especie de persecución
policial – podría haber ido a la cárcel si esa loca no hubiese decidido robar
ahí ese día. Si no había sido su día de suerte estaba muy cerca.
-Gracias
– susurró- por todo lo que has hecho a pesar de lo que te he dicho.
-No
te preocupes, para eso estamos los amigos ¿verdad?
-En
serio – se acercó y la abrazó- gracias.
-¿Quieres
que te lleve a tu casa?
-¿Qué
hora es?
-Las
8
-¿¡QUE!?-
localizo su mochila y la colgó en su espalda – La beneficencia empieza en una
hora! – la miraba apurándola pero su compañera no se movía.
-¿Piensas
irte con esa ropa? – le señalo el short y la remera de Bob.
-¡No
tenemos tiempo Mel! – abrió la puerta – tenemos que irnos ya! Me cambiare en el
auto – y salió de la habitación.
Hacia
ya unos minutos que permanecían en silencio y Kall empezó a notar el dolor en
su muslo derecho. Como por arte de magia su amiga leyó sus pensamientos.
-¿Dónde
más?
-¿Qué?
– sabia a lo que se refería pero no quería que lo viese. Si se veía como dolía,
se llevaría una buena charla por parte de Cris.
-¿Dónde
más te golpeaste genio?- usaba un tono de burla pero no uno afectivo.
Estaba
a punto de desmentir el punto de su amiga, pero ésta se abalanzo sobre él apoya
brazo del sillón observando bien de
cerca su cuerpo. De seguro buscaba en la ropa, la parte más sucia o desgastada.
-Parece
que aquí es – dijo mientras tocaba su muslo y ella se retorcía de dolor.
-AHHH-
el grito inundo el departamento y aunque había intentado ser fuerte las lágrimas
inundaban sus ojos.
-Bien
– desapareció de la sala y mientras buscaba algo en su habitación le gritó – ¡Sácate
los pantalones!
No
había marcha atrás, ahora Cris curaría su herida por mas fea que sea. La vio
venir con unas 4 cremas y una venda elástica. Sentada con la remera de la
persecución y sin pantalón se quedo en silencio todo el rato que necesito el
tratamiento. Le dolía muchísimo pero no quería gritar o llorar sino Cris se
enfurecería. Por lo menos era la única que podía ejercer ese poder sobre ella a
diferencia de todos los doctores.
-Termine
– dijo en tono apagado. Observo su pierna y ya no dolía para nada. Estaba
vendad y encima tenia una tela elástica de color azul que apretaba su muslo
pero por alguna razón no sentía molestia. Se disponía a agradecerle pero ésta
se sentó al frente y aquí venia lo que más temía. La charla.
-¿Cuándo
pararas? – la miraba a los ojos.
-No sé
de que hablas – intento esquivarla.
-¿Cuándo
dejaras de ayudarla? – la pregunta se le planto en el pecho como una flecha. Se
quedo en silencio. ¿Cómo responderle si ni ella misma sabia eso? – Te estas
destruyendo K…
-¡No
es cierto! – ella no lo veía así. Era ayuda nomas, ¿cómo podía eso destruirla?
-¡SI
LO ES!- y elevo la voz mas fuerte que ella. Se levanto de la silla y con la
mano enumeraba los accidentes. El índice – Primero te suspenden una semana –
levanto el dedo del medio – Segundo te cortas la mano izquierda y tienes 4
puntos! – Y levanto el dedo anular – y Tercero ¡fuiste protagonista de una
persecución policial! – Se acercó hasta donde ella estaba sentada – ¡Y MIRA
COMO TE QUEDO LA CARA Y EL MUSLO!
No
había manera de rebatir. Ella también lo entendía. Si seguía adelante ya no
sabia que podría pasarle pero no quería abandonar a un adolescente por más
pequeños que fuesen sus problemas. Los sueños mueren como por arte de magia y
ella ayudaría a Naomi a conseguir el de Harvard. Su amiga tenía una mirada dura
sobre ella pero ella tampoco daría el brazo a torcer. Pelear por sus ideales
era lo mas leal que conocía, aunque esa lealtad sea sobre si misma, ella no
dejaría que Naomi tire su futuro por la borda. Aun si Cristina no podía
entender eso. Cristina parecía percibir el mensaje en sus ojos por lo que se
rindió a sus pies. Toco su muslo vendado y luego poso sus manos en su mano
izquierda todavía vendada.
-No
quiero… - suplicaba – no quiero que te lastimes de nuevo… - y sabia que era
mucho pedir por que Kall ayudaría a esa niña las veces que quisiera, aunque le dolía
ver como se lastimaba.
-No
lo hare – acaricio su sedoso cabello con la mano derecha.
-¿Cómo
puedes estar tan segura? – Ahora lloraba – ni siquiera has recuperado tu movilidad – deposito una caricia en la venda
que tenia en la mano izquierda.
-Eso
es comu- Cris la interrumpió.
-¡LO
SE! – Y las lagrimas reclamaban mas presencia – ¿Crees que no lo se? ¿Crees que
no les informo eso a mis pacientes? – y se levanto mientras intentaba secarse
las lagrimas – Pero también hay un riesgo… hay un riesgo K y si lo sobrepasas…–
caminaba histérica de un lado al otro y calló por el propio miedo a sus
palabras. Se levanto y quiso abrazarla por que su mejor amiga le daba la
espalda pero cuando se acercó Cris se
alejaba, dejándola sola.
De
repente noto algo extraño en la cara de su mejor amiga que miraba un papel en
la mesa del comedor. La vio correr a su cuarto y al cabo de 15 minutos salir
con un sobretodo negro. Solo le dijo un ‘’nos vemos’’ y no la había ni mirado.
Buscaba el papel de la mesa pero no había nada, seguro se lo había llevado con
ella. Miro la hora y eran las 8:10 p.m.
En cualquier minuto llegaría Tom para ir a la gala de beneficencia. Entonces
recordó que el papel encima de la mesa era una propaganda de dicho evento.
-Naomi
¿estás lista? – su papa gritaba en la galería que daba a su cuarto.
-¡Si!
– y salió con un vestido ceñido al cuerpo.
-Bien
– dijo su padre sin prestarle mucha atención. Buscaba en su celular –
¿Invitaste al muchacho?
-¿Muchacho?
– el dolor de cabeza todavía persistía.
-Tu
novio Naomi – su papa la miro un segundo y volvió a la pantalla.
-Ah
– no lo había hecho por la simple razón de haberse enamorado de su profesora –
no, no lo hice.
Su
padre iba a rebatir algo como ‘’ ¿Por qué no? ’’ Después de todo John era hijo
de una familia importante en el negocio inmobiliario. Pero su hermano decidió
reclamar la presencia de su padre para unas últimas verificaciones de la
fiesta. Siempre era igual. Él y su padre en una especie de actividad padre e
hijo. Odiaba las galas de beneficencia y era por esto. Ella parecía otra
persona, no de esta familia. Pero para coquetear con personas mayores o hijos
de personajes importantes acudían a ella, si no, no. Era tan machista de su
parte. El evento era de por si machista. Los hombres hablaban de negocios
mientras que las mujeres de viajes, joyas y ropa. Y si alguna vez una mujer se metía
en conversación de hombres estos se le reían literalmente en su rostro. Odiaba
este evento y el dolor de cabeza por la resaca no ayudaba.
-¿Qué
te parece? – le pregunto mientras con una mano en la cintura baja de ella, la
invitaba a pasar.
-Woaoo-
dijo apenas puso un pie en la sala principal de la mansión Clark. Las dos veces
que había ido esa semana para ayudar a Max había entrado por una puerta trasera,
que todos los Clark parecían utilizar. Pero esta sala, era única. Gigantesca y
tan acogedora a la vez. Estaba llena de personas con trajes y vestidos. Casi parecía
sacado de una revista. Pero no pudo reparar mucho en los detalles ya que sus
ojos se concentraban en la búsqueda de una persona – es hermosa – consiguió
decir después de darse cuenta que escupir expresiones era muy inmaduro.
-Me
alegro que te guste – contesto satisfecho Tom – ya lo debo haber dicho pero
estas preciosa – y si, ya lo había dicho. De hecho era como la quinta vez. No
estaba aquí para ser alagada una y otra y otra vez. Como estaba un poco cansada
solo asintió con la cabeza. En el mismo día había dado clases, perseguido a su
alumna, protagonizado una persecución policial y ahora buscar desesperadamente
a su mejor amiga. Sin mencionar el intenso dolor en su muslo que ahora requería
atención en su mente. Pero no la encontraba, entonces empezó a dudar de que fuera
el papel encima de la mesa de su departamento.
-Tommy
– un hombre de unos 50 años canoso palmeaba la espalda de su acompañante. Por
ahora debía fingir ser una buena pareja, antes de encontrar a su amiga haciendo
algo idiota.
-Sr
.Glimmer – se dieron la mano – Ella es mi invitada – la señalaba con la mano
– Kall Steigh.
-Encantada
– apretó la mano del señor.
-El
gusto es mio- dijo el hombro al momento que se llevaba su mano derecha para
besarla – dime Tommy, ¿cómo van las inversiones en los equipos médicos?
-Fantástico señor – respondió alegremente. La
conversación avanzo unos minutos mas así y noto algo que no le hubiese gustado.
La ignoraban, como si fuese una mascota. Entonces miro a su alrededor y era
así. Las mujeres se habían juntado mientras tomaban el fino champagne en un
sector del salón. Y los hombres caminaban libremente e intercambiaban ideas
entre ellos sin prestarle mucha atención al sexo opuesto. Lo detesto pero no se
quedaría así. Le debía al sexo femenino el derecho a hablar y aunque fuese
insertándose en esta conversación con dos hombres lo haría.
-Naomi – Alex la detuvo por el brazo – ¿por qué no
invitaste a John?
-Por que ya tiene invitación a través de su padre – se
soltó y se dirigía a la terraza. Toda esta basura empezaba a molestar en
demasía. Para su suerte el año que viene estaría lejos de aquí. Sin mencionar
que gran factor era que no quería ver a su hermano del brazo con su profesora.
Seguro llevaría esa estúpida sonrisa orgullosa y aunque Kall no este sonriendo,
si asistió a la beneficencia era por algo. Por fin sintió la corriente de aire
en su rostro y aunque le faltase mucho a la noche, este aire nuevo le llenaba
los pulmones de esperanza de sobrellevarla.
-¿Tu dices?- el hombre ‘’sabio’’ dudaba – me parece
que ese articulo en esa empresa no se vendería muy bien. Tu conoces los
laboratorios Mollicia el trato seria perder con ellos.
-No creo que eso sea cierto – dijo en voz firme, los
dos hombres la miraban como si un perro de la nada pudiera hablar.
-¿No lo cree? – el señor Glimmer la incitaba a hablar
de manera burlona. Para que ella misma se tropiece con sus palabras.
- No – afirmo por segunda vez – no lo creo. Le
explicare el por que – Tom la miraba descolocado – El trayectoria de los
laboratorios Mollicia es larguísimo, sin mencionar contactos o gente en su
personal. Si el articulo llega a manos de dichos laboratorios sus creadores
deberían sentirse afortunados ¿y sabe por que señor Glimmer? – éste negó con la
cabeza – por que su revisión, control y mejoramiento harían la vida de los
creadores no tan solo ricos en ventas sino unos genios ante el mercado y
publico. Las muestras de marketing y entrevistas, demuestran que no tan solo el
75 % de las personas conoce a Mollicia, sino que también el 70 % de farmacéuticos,
doctores, enfermeras, etc., confían en ellos. ¿Y usted sostiene que no le
beneficiaria al producto? ¿Cómo un producto que cae en manos de un laboratorio
con renombre, personal y publico de tal magnitud no saldría beneficiado? – Esperaba
que el hombre pudiese defenderse pero antes de dar cuenta encontró lo que
buscaba – si me disculpan, abandonen esa postura e incluyan a las mujeres en
las conversaciones – dijo mientras dejaba la copa aun llena de champagne en una bandeja que un chico
transportaba – por que nuestra charla ha sido interesante ¿verdad? – le guiño
el ojo al Sr. Glimmer solo para que no se tome a mal el comentario y se fue en
dirección a la terraza.
-¿Clark? – Genial pensó. Alguien venia a molestarla.
Se giro y vio a una hermosa mujer con un sobretodo negro y el pelo castaño
hasta la cintura. Su mirada era tan intensa, que si ella no hubiera sido criada
en este mundo de poder que su padre la había condenado, ya tendría miedo –
¿Naomi Clark?
-Soy yo – aseguro mientras posaba sus manos en el
barandal de la terraza – ¿Necesita algo…?- esperaba su nombre.
-Si – la vio sonreír pero no era una sonrisa ni de
cortesía ni de amabilidad. Era rara, como aquellas cosas que anticipan la
tormenta – de hecho usted puede hacer algo por mí.
- ¿Y que es eso? – pregunto por qué la señorita no parecía
querer soltar el favor. Sus ojos a la luz estaban oscuros. Pero cuando abrió la
boca para hablar, una voz inundo el aire en un grito.
-¡CRISTINA!- por la cara de su mejor amiga había
llegado justo a tiempo. Tanto Naomi como Cris se volvieron a ella con asombro.
Se acercó a paso firme y se giro en dirección a Naomi - ¿Te ha faltado el
respeto?
-N-no – respondió desconcertada Naomi.
-Bien – dijo mientras mandaba una mirada hacia Cris.
Sus miradas eran intensas, se podía apreciar la pelea interna que tenían; entonces
Cris hablo.
-Bonito maquillaje- le dijo a Kall con sarcasmo.
-Bonito vestido – redoblo el sarcasmo.
-¿Oh este? – se abría el sobretodo mostrando un
vestido rojo arrugado corto muy apretado a su cuerpo – no te preocupes… mi
amiga esta lastimada – los ojos de Cristina desbordaban fuego – ahora debería
estar acostada.
-Estoy segura que ella descansara apropiadamente –
dijo Kall con tono terminal. Naomi que había observado la conversación no
entendía bien de quien hablaban y estaba muy fuera de lugar. Kall se giro hacia
ella nuevamente – espero que estés bien – le sonrió – y que tengas una buena
noche – tomo a Cristina de la mano y se dirigió a la salida sin esperar un
adiós de su parte.
Si verla de jeans con un pulóver la había echo desear
¿ahora qué? Cuando la vio irrumpir en la terraza el corazón se le paro
momentáneamente para después latir con una fuerza descomunal. Pensó que la iba
a besar ahí en la terraza por lo decidida que caminaba hacia su dirección ¡Como
si pudiese pasar! Pero entonces se giro para mirar intensamente a… ¿Cristina
era su nombre? La chica que su profesora llamo en plena terraza y a todo pulmón
transformaba todas sus emociones en celos. Solo quería salir corriendo tras
Kall y decirle como se sentía así la misma podría prestarle un poco mas de
atención a ella y no a Cristina. Con todos estos pensamientos con sabor a derrota,
observo desde la terraza, como la hermosa rubia junto a la morena de pelo
largo, esperaban un taxi y se subían al mismo. Todavía agarradas de la mano…
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Eugeene Derechos Reservados
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Muy bueno, ojalá puedes publicar un poco más seguido.
ResponderEliminarCeleste.
YA quiero leer el otro capítulo...definitivamente esta historia es de leerla de un tirón...si vale la pena la espera...pero la espera es MUYYYYY larga...muy buena historia Eugeene
ResponderEliminarDanii de Costa Rica
Ahhhh me encanta esta historia!! Muchas gracias por compartirla Eugeene!! Cada vez se pone mejor y ya quiero que Naomi le diga a Kall lo que siente por ella... bueno nunca he sido muy paciente!!
ResponderEliminarEsperando con ansias el proximo capitulo!!
Andy (Guatemala)
Me Encanta..!! Ya Quiero Leer El Otro Cap, Por Favor No Te Demores En Subirlo... =D Gracias..
ResponderEliminarSaludos Desde Colombia.. xoxo
esta historia deberiasalir 2 veces por semana!
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