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Inevitable - Eugeene (Cap. 8)


La había visto entrar. Aunque el tiempo que habían pasado afuera era relativamente poco se los notaba distintos: John parecía tener la mirada de un hombre afortunado y Naomi una mirada perturbada. Pero el hecho que mas llamó su atención fue la mordida reciente en el cuello del novio de su alumna. Sabia que algo así podía ocurrir, después de todo Naomi conoce a la perfección la academia y sus rincones donde la gente no pasa a menudo. Pero la cara de Naomi reflejaba incertidumbre y se pregunto el por qué, se cruzó torpemente con su mirada pero su alumna solo se limito a ignorarla y sentarse.

La siguiente semana fue igual. Naomi parecía hasta molesta en su clase y no podía encontrar el maldito motivo. Sus pruebas que rara vez presentaba error comenzaban a mostrar defectos. Algo la estaba afectando y su empeño escolar empezaba a decaer. Se sentía molesta, quería ayudar pero cada vez que intentaba acercarse aunque sea 1 metro, su alumna huía 1 kilometro. Tenia que encontrar una manera pero las pruebas de admisiones de universidades se habían retrasado y solo le quedaba 2 semanas hasta las mismas. El tiempo le pisaba los talones.
-¡Quita esa cara pensativa!- su mejor amiga le tiraba una servilleta abollada
-¡Cris! – devolvía el cuerpo volador.
-¡Vamos K! me aburres – se levanto y lavaba su taza de café.
-¿Acaso soy tu payaso?- pregunto divertida.
-No… ¿pero no éramos mas divertidas antes? – su amiga tenia un tono preocupado.
-Vamos… no somos muy grandes que digamos – se levanto ella también e imitaba a su amiga.
-¡Tienes razón! – Se animaba nuevamente-  pero quita tu ceño fruncido – miraba desaprobándola- no sé que sucede – se acercaba a ella- pero se solucionara ¿vale? – la abrazo y luego se dirigía a la salida del departamento. Se detuvo en la puerta y se volvió a ella – envejecerás si sigues así K… con tu cara y figura conseguirías lo que quieras – le estaba por guiñar el ojo pero se fue por que un almohadón se estampaba en la puerta.
La semana que había pasado era infernal, y para su mala suerte había encontrado a su profesora dos tardes en su casa conversando con su padre en el estudio. En su momento surgió la duda de que venga a comentarle sobre su desempeño escolar pero lo descarto por que su padre en ningún momento pidió hablar con ella. Sin embargo sentía la mirada de su profesora sobre ella, estudiándola y analizándola. No la culpaba después de todo en las pocas pruebas que tomo en su clase, se quedaba lo máximo que su corazón y mente podían soportar. Luego se levantaba y entregaba la prueba aunque no estuviese completa. Eso de seguro alertaba a su maestra ¿y que podía hacer ella? Si cada vez que entraba en su clase recordaba sus rostros a escasos centímetros y como Kall la curaba en la camilla. Cada vez que lo recordaba un impulso eléctrico recorría nuevamente su cuerpo y le dolía de sobremanera el estomago. Sin mencionar que cada maldito día de la semana que su hermano se presento para saber si iría a la estúpida fiesta ella solo podía mirar a otro lado y esperar que el pecho no le doliera tanto.
Sabia lo que sucedía, si seguía así todo iría de mal en peor; pero algo muy en el fondo la consolaba. Harvard quedaba a unos kilómetros de distancia. La universidad la alejaría definitivamente del embriagador aroma que había memorizado de su profesora. Este amor no era de los que son correspondidos o no. Era uno prohibido. Las relaciones entre alumnos y profesores son penadas hasta con la cárcel para el docente. Ya había expuesto a Kall a una suspensión, ¿acaso también quería que la llevasen presa por su culpa? Aunque el corazón cada vez que la veía, latía como loco, debía controlarse, no tan solo por ella sino por Kall. Era lo mejor.
-Clase, hoy es 15 de Septiembre – miraba a todos- como tengo entendido hoy es la gran fiesta de fondos en la mansión Clark – su mirada se poso en Naomi que como costumbre esta ultima semana la ignoraba- también sé que deben alistarse para el evento así que la clase no pasara de las 5 de la tarde ¿entendido?
Todos respondieron efusivamente, según su conocimiento esta fiesta era la más grande en cuestiones de beneficencia. La palabra ‘’gala’’ era burda al lado de la vestimenta que todos usaban para el evento. Inclusive los alumnos asistían, y así formar lazos con hijos de importantes inversionistas. Todos jugaban un papel sumamente importante y se empezó a cuestionar por qué Tom quería asistir con ella.
Dio, como era esperado, una prueba relacionada a leyes y ensayos sobre abogacía. Muy pocos de sus alumnos habían elegido esa especialidad pero no por ser minoría los discriminaría, en esencial quería ver el desarrollo de cierto alumno. Todos estaban sumamente concentrados mientras ella tenía un expediente en sus manos. De soslayo vio como Naomi dejaba la prueba en el escritorio y se dirigía a la puerta. Sin decir palabra decidió seguirla. Salió de salón y la veía dirigirse a la cafetería ¿para eso termino la prueba tan rápido? ¿Para ir por un café? Algo definitivamente andaba mal.
-Naomi – rogo mientras la agarraba – ¿a dónde vas?
-A la cafetería- respondió en tono tan vacío que la lastimo. Ahora parecían lejanos aquellos ojos azules de furia que alguna vez observo. No se había dado la vuelta pero tampoco había deshecho el agarre.
-Por favor – rogó una vez mas – dime que te sucede – entonces se dio vuelta y con lo que se encontró fue peor que su anterior respuesta. Naomi tenía la expresión más triste que alguna vez pudo ver en ella. Más triste que cuando se descubrió la huelga.
-Aunque te lo diga… -parecía debatirse si seguir o no, entonces bajo la mirada –no podrías hacer nada – se deshizo del agarre y retomo su rumbo dejándola sola con sus pensamientos.
Se detestó por casi haber expuesto la verdad. Eso solo pondría a Kall en un lugar muy incomodo. Lo mejor como se había repetido era callarse. Para ambas. Se había tranquilizado después de tomar un capuchino doble y observar en el tv plasma la danza de unos porristas en directo por un canal deportivo. Ya casi había reunido todo el valor para volver a la case pero unas manos se cerraron sobre sus ojos imposibilitándole la vista.  
-Steeef, quiero que me digas quien soy- la voz masculina fingía ser una femenina.
-Tom
-Hey! – Soltó sus ojos y se sentó en el frente- te estas haciendo buena en esto- fingía admiración
-Es mucho más fácil cuando eres el único que me dice así – señalo Naomi
-Eso es cierto- bromeó Tom – en fin… te necesito – Naomi no emitió palabra solo se dedico a escuchar – necesito que lleves esto a tu profesora – le extendía una tarjeta.
-Si… - respondió Naomi levantándose – no lo creo.
-Pero Naomi! – protestó
-No me necesitas – tajo mientras se disponía a irse.
-Veras- se dio vuelta por que la voz que siempre emanaba confianza ahora carecía de ella- Kall es… - se estremeció al escuchar su nombre- digamos que podría ser la indicada – y eso fue el golpe mas bajo que podría haber recibido.
-¿Y? – apuro no entendiendo el punto y muy posiblemente por que le dolía hablar de su profesora como interés amoroso de su hermano.
-No quiero arruinarlo.
-Y no lo harás – respondió mirándolo a sus ojos que ahora se llenaban de emoción – ahora déjame en paz – soltó mientras se fue caminando. Lo mejor era así, se repitió por tercera vez en el día.
Necesitaba desesperadamente dejar de pensar en ella y el único método posible que se le ocurrió era tan pendejo como ella misma. Pero al fin y al cabo capaz que la olvidaría así. Solo necesitaba la ayuda a quien ya se la había negado.
Estaba en la cafetería, en el sector privilegiado de profesores; donde parecía una especie de cafetería social. Todos se hablaban entre si, bromeaban, y hasta coqueteaban. Le daba cierto asco que ninguno prepare la clase y siempre que veía una clase por la puerta se notaba el poco interés que tenían en sus alumnos. Ojala el paso del tiempo no la convierta en lo que ahora parecían restos de docentes respetados convertidos en robots repitiendo su clase de un libro. Sin embargo el sentimiento quedo reducido a nada cuando su mente volvió al encuentro con Naomi ¨no podrías hacer nada¨. La morena estaba tan convencida cuando lo dijo que era muy posible que no pudiera hacer nada. Naomi era inteligente, sabia hasta donde llegaban sus facultades como profesora y muy seguramente ya había analizado la situación. Pero aquello no la desalentaba, no. Ella quería ayudarla con todas las fuerzas de su corazón y otra vez se pregunto ¿cuándo pararía? No podría ayudarla siempre en la vida.
Pero si no hacia algo rápido, Naomi no conseguiría el puntaje máximo en Harvard restándole la beca o peor aun, no calificaría para la universidad de Massachusetts. Esto era estúpido, algo debía poder hacer, aunque se excediese de su profesión como profesora. Siempre hay algo. Entonces decidió algo que no creía posible que algún día pensaría.
-Bueno – dijo quitándole el vaso – ¿no crees que es demasiado?
-Déjame en paz – recupero su vaso – mentirosa – espeto luego de tomar todo su wiski caro.
-¿Se supone que es mi nuevo apodo? – pregunto sarcásticamente del otro lado de la barra.
-Supongo que te lo has ganado – respondió sarcásticamente y le sonrió – sírveme otro – ordeno con semblante serio.
- ¿Qué te hace pensar que te serviré mas?
-Humm – llevaba el dedo índice torpemente de una comisura de la boca al otro extremo – ya se! – mientras parecía recordar – me ofreciste ayuda en cualquier momento – la miraba con el azul penetrante.
- Y es cierto – en tono de empatía- pero no esta ayuda- señalo la botella.
-¡Es una ayuda para mi! – Respondió indignada – pero déjalo así – revoleo la mano en cualquier dirección – me iré a otro bar, si no quieres servirme… - se estaba preparando.
-No! No! No… - parecía perder frente a Naomi – bien aquí tienes – le mostraba un vaso de vidrio con dos hielos y wiski.
-Gracias Mel – sonreía abiertamente pero se le notaba considerablemente la borrachera.
Naomi había venido reclamando su ayuda, pero esto no era bueno. Si la tenia así un tiempo más y caí la policía no tan solo clausurarían el local por vender alcohol a menores sino que hasta Naomi podría ir presa.
-Y John? – capaz que aquello la devolviese un poco a la realidad.
-Es un maldito celoso- escupió.
-Me refiero… ¿siguen juntos?
-Sí – respondió mientras bajaba la cabeza.
-¿No crees que todo esto te esta comiendo por dentro?-quizás si encaraba una conversación seria ella se daría cuenta un poco de la realidad.
-¿Comiendo? ¿Todo? – se notaba que no entendía ni jota de la realidad.
-Tus sentimientos por Kall – era mejor hacerlo como con una curita. De un tirón mejor.
- No sé de que hablas – ahora si entendía pero quería desentenderse.
- No puedes huir por siempre Naomi – le levanto el mentón para que la mirase y entendiese la gravedad del asunto.
-Pues mírame – dijo al momento que se llevaba el vaso a la boca y bebía todo el líquido de un solo trago.
-¿Acaso pretendes emborracharte todos los días? – Y levanto la mano evitando que contestara – y no me interesa que tengas todo el dinero del mundo. No puedes hacerlo y lo sabes.
-Lo hare hasta que me valla a Harvard – respondió tímidamente.
Estaba mirando desde un arbusto hasta que unas manos se posaron en su vientre y la arrastraban hasta la proximidad de un cuerpo.
-Y yo que pensé que eras un sueño – susurraba en su odio.
-¡Cristina! – Se dio vuelta y ahí estaba su mejor amiga – ¿qué haces aquí? – pregunto nerviosamente
-Trabajo en los laboratorios Mollicia ¿lo recuerdas? – Señalando una gran estructura de unos 50 pisos a su espalda y noto a su amiga en bata – la pregunta seria para ti… ¿Qué haces aquí?-la miraba inquisidora.
-Eh….- intento ganar tiempo pero no podía y tarde o temprano debía decirle a su mejor amiga que sucedía – veras – esto iba a ser difícil – perseguí a Naomi a la salida de la academia por que ella esta teniendo – se vio interrumpida.
-¿Naomi? ¿Naomi Clark?- ella asintió – ¿la misma que hizo que perdieras una clase, que te suspendieran y la que salvaste por el ventanal de vidrio? – Pregunto histéricamente y ella solo pudo volver a asentir – ya entiendo – dijo al cabo de un minuto – la destrozaremos ¿verdad? – tenia un leve destello en sus ojos castaños claros.
-¿Recuerdas que estaba muy pensativa? Bueno Naomi ha estado decayendo su mejor promedio así que decidí – empezó a agarrar su blusa por los nervios –seguirla hasta aquí para intentar descubrir el motivo.
-¿ESTÁS AQUÍ PARA AYUDARLA? –grito
-Es lo que intento- bajo la mirada por que era obvio que a su mejor amiga no le caía en gracia Naomi. Luego de haberlo afirmado, un silencio procedió la conversación hasta que Cris volvió a hablar.
-¿Estas segura de esto?
-Totalmente.
-Entonces no tienes remedio – respondió mientras se escondía en donde ella anteriormente había estado – ¿no la estamos observando? – y se alegró profundamente de que su mejor amiga la apoyase. Por lo menos alguien no creía que estaba loca. Pero al momento que se escondió los vio. A unos 100 metros unos inspectores se dirigían claramente al local, acompañados de dos policías. Tenían que hacer algo o sino entrarían y aunque no sabia que rayos hacia Naomi ahí dentro se podía hacer sencillamente una idea por el cartel del bar.
-Tenemos que actuar – le dijo mientras pensaba – bien, tú entretendrás a los inspectores y yo a los policías mientras aviso a Alex sobre esto- estaba por sacar su celular.
-¡Espera! ¿Entretener? ¿Cómo se supone que hare aquello? – Cris parecía más perdida que nunca.
-¡Vamos CRIS! Fuiste el mejor promedio en tu carrera por 4 años consecutivos ¿y no se te ocurre como entretener a dos simples hombres? – entonces la cara de Cris tomo un aspecto divertido.
-Esto será interesante- dijo mientras se acomodaba la bata y destacaba su típico jean ajustado – no hagas nada estúpido ¿de acuerdo K?
- No lo hare – prometió.
Llevaba más de dos horas aquí y no hacia más que tomar y tomar. Ahora su preocupación no era la cárcel para Naomi, sino un hospital. Le quito el vaso y por mas que se negase ella aguantaría. No quería que nada malo le pasase. Entonces entro un cliente frecuente muy asustado.
-Oye Mel- llamo su atención desde la puerta – allí hay policías y por el aspecto que tienen se dirigen hacia aquí – dijo mientras parecía buscar sus cosas e huir de allí y no lo culpaba. Alguien que este dentro de un bar con una adolescente emborrachada no se iría fácilmente.
-Gracias Bill – respondió mientras buscaba su celular nerviosamente – Mierda! No atiende- hablaba mas consigo misma.
-Hey – Naomi no parecía tener idea  de la vida – por que te agitas! Ven tomate un trago conmigo – agarraba la botella.
-Naomi necesito que te pares y te escondas aquí atrás conmigo – le explicaba lo mas lento que podía ya que la borrachera no la dejaría entender palabra.
-¿Acaso quieres enseñarme cosas pervertidas? – bromeaba
-Puedes venir por favor – rogaba por que viniese nomas, aunque sea esconderla. Total un policía no podía revisar el bar sin autorización.
-Te advierto que mi corazón ya pertenece a otra persona- decía mientras caminaba detrás de la barra.
Rápidamente visualizo como Cris se llevaba a los dos inspectores a una zona alejada del bar pero los policías no parecían haber caído en la trampa de su mejor amiga y se dirigían a la entrada del bar. Ella no era como Cris, no podía seducir, nunca se le había dado bien y jamás pensó que lo necesitaría. Ahora se odiaba a si misma. Debía alejarlos de una u otra manera. Un último vistazo a Cris que los había encamino a su edificio y se dirigía a la puerta. Por lo menos no debía preocuparse por ella pensó. Y entonces actuó.
Corrió lo mas que pudo y se estrello con un de ellos que cayó quedando automáticamente inconsciente. El otro se dio vuelta pero ella ya lo había envestido cayendo inevitablemente ambos al suelo. Aprovecho la confusión del cuerpo que tenia abajo y se levanto de un salto para salir a correr nuevamente. Llevaba su propia cartera en la mano fingiendo haberla robado. Ahora todo se debatía si era lo suficientemente rápida para llegar a la parada del metro que estaba a unas 7 calles de distancias. Por lo menos mas rápida que el policía que la seguía atrás de ella.
Esquivaba obstáculos que se presentaban y de vez en cuando miraba para atrás y allí veía a su perseguidor corriendo atrás de ella. Tenia una ventaja que claramente se notaba. El policía medios dos metros y sus pasos eran muy descoordinados. Ella media apenas metro setenta y en la universidad había estado en el equipo de atletismo. Cosa que ahora brindaba sus frutos. Solo quedaban dos calles cuando el semáforo se puso en verde para los autos. No tenia tiempo para frenar, solo pidió a Dios no morir y empezó a serpentear los autos que con gran velocidad lograban esquivarla pero uno acertó en su pierna derecha obligándola a caer sobre el asfalto. No tenia tiempo para el dolor así que se paro y siguió. Había traspasado la ancha calle pero el camino que dejó, el policía también lo utilizó. Ahora solo quedaba una calle y con una suerte mística todos los semáforos le permitieron el paso. Salto los andenes para pagar y cuando vio el primer metro abrirse, se adentro en el pensando que la persecución había terminado.
Pero se dio vuelta y ahí estaba. El policía estaba igual o más cansado que ella pero en el mismo metro. Las puertas se cerraron y el tren comenzó a avanzar. Huyo por los corredores todo lo que pudo pero el policía se reincorporo y con una sonrisa de satisfacción se dirigía hacia ella como acorralando la presa. Cerró sus ojos pero nadie la agarraba y sintió al piso temblar. Entonces los abrió y vio a Cris con la mano en alto y una botella.
-Me dijiste que no harías nada estúpido – le reprocho su mejor amiga.
-Lo lamento – y se dirigió a abrazarla por salvarle. El tren anuncio su llegada a destino y ambas comenzaron a reír al saber que habían tomado el tren para su apartamento. Noto las miradas de los presentes que exigían en silencio explicaciones por un policía desmayado, por lo que agarro la mano de su amiga – ¿y tu que creías que no éramos divertidas?- le levanto una ceja
 -¡Maldición K! Tenemos que revisar tu idea de diversión – y corrieron a su vivienda.

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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Eugeene Derechos Reservados
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4 comentarios:

  1. Les habla o comenta, lo que seria una suerte de ¿autora? la palabra me queda muy grande, o al menos asi pienso yo. Constantemente estoy intentando mejorar mi escritura y eso tambien supone cambios a la hora de la redaccion, asi que espero expresarme bien asi pueden seguir la historia.
    Disculpas a los que no puedan seguirme :S
    Eugeene

    PD: Muchas gracias a los que comentan y les gusta mi historia, todas las noches sigo pensando en Naomi y Kall y la mejor forma de juntarlas, para que ustedes queden felices asi como lo soy cuando escribo la historia :)

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  2. Sos la mejor de eso no hay dudas=) Me encantan todas tus historias! Besos! Gaby Arg

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  3. esta historia es INCREÍBLE...sos una genia Eugeene de verdad me gusta q aún no haya pasado nada y q la historia vaya de esta forma...mientras queden juntas q se tarde el tiempo q sea...GRACIAS en serio y lo único malo de esto es q sólo hay un capítulo por semana u.u pero bueno vale la pena la espera siempre


    Danii de Costa Rica

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  4. Muy buena tu historia,unas de tus tantas seguidoras..,Saludos Julia

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