Esto no es algo que esperaba, ni siquiera me lo imaginaba, tan solo caminaba por la vida y algo me atrajo a ti, algo me indicó donde dirigirme y solo me dejé llevar. Comencé a caminar y llegué a ti; no sé si por casualidad, por destino o por necesidad, una vez llegué detuve mi caminar; y no es que haya estado buscando algo, pero sentí que detenerme era lo indicado.
No sé si fue un error detenerme o fue la más grandiosa idea que he tenido en mi vida, pero debo aceptar que día con día te vas haciendo más importante en mi vida, más necesaria, más indispensable. Y es justo en esos momentos en que detengo mi agitada vida y me pregunto, ‘¿qué estás haciendo?, detente, reacciona , escapa y continua antes que quedes sumergida en ese algo completamente desconocido; sin embargo tan fascinante y embriagante’…y he tratado de huir, de escapar, de desaparecer, pero soy una imbécil porque cuando decido irme es cuando más rápido regreso, cuando comienzo a extrañarte, cuando la necesidad de estar a tu lado se hace más evidente que la necesidad de continuar mi camino. Por más que intento salir de este laberinto no encuentro la salida y tampoco avanzo, tan solo permanezco y me pierdo más, ¿será que ni quiero salir?...
No sé cómo explicarle a mi corazón lo que me estás haciendo sentir; justamente ahora que me había rendido y mi corazón guardaba…llegaste tu y le pusiste color a mi existencia, una sonrisa enamorada a mis labios y una mirada perdida al horizonte lejano; muy lejano e inalcanzable. En este tiempo me has embrujado, paralizado, desconcentrado, torturado con tu presencia, con tu esencia y ¿cómo pude dejar que me provocaras tantas cosas?, yo que soy tan fuerte, tan centrada, tan realista, tan…idiota…no pude controlarlo, te colaste por cada espacio de mi corazón, por cada centímetro de mis pensamientos, por cada recoveco de mi alma. Y ahí estás, ocupando un espacio en mi corazón que estaba vacío y era intocable; un corazón a puertas cerradas y dispuesto a permanecer en la oscuridad de la soledad, dispuesto a no sentir, a no creer, a no existir… ¿cómo has logrado tanto?, has derribado esa enorme pared que ha sido mi fortaleza por mucho tiempo donde he guardado mi corazón, mi alma, mis sentimientos; donde la razón es la guardiana eterna.
Aun así debo reconocer que eres tú la que alegra mis días grises, la que convierte mis pesadillas en mágicos sueños, la que con su voz acuna mis dormidos sentidos, la que dibuja alguna pícara sonrisa en mi rostro, la que hace que mi corazón se salte un latido cada vez que llega, la que con el solo hecho de estar inutiliza mis sentidos y llega el nerviosismo, la que con sus palabras ilumina mi mirada y ensordece el ruido del mundo; el mundo que queda fuera cada vez que estamos juntas, ese mundo totalmente conocido, sin embargo, innecesario cuando nos tenemos la una a la otra…donde el bullicio, la gente, el prejuicio, las miradas y el imposible no existen, no tienen cabida, no triunfan sobre los sentimientos del alma.
Parece increíble, pero la gente me detiene y pregunta que sucede conmigo, el porqué de la mirada perdida, el porqué de la sonrisa indiscreta, el porqué de la esencia radiante, el porqué de la alegría incesante, el porqué del rostro de tarada y no sé que responder porque por más que trato de esconder esta fascinante tortura; por algún lado se derraman mis sentimientos, se me escapan aunque lo que quiero es permanecer en silencio.
Es difícil para mí expresar las cosas que quiero decir algunas veces; dar un paso atrás sería lo más razonable, dar la media vuelta, ignorar al corazón, hacerle caso a la conciencia y vivir prófuga del amor huyendo de los sentimientos. En muchas ocasiones la única cosa que quiero decir es la única cosa que callo; por miedo…ese miedo que me paraliza, ese miedo que me inutiliza, ese miedo que me acobarda, ese miedo que me hace callar cuando debería gritar, alejarme cuando debería permanecer, querer cuando debería amar, morir cuando debería tan solo vivir…
Tendría que estar durmiendo ahora y aquí me tienes… pensándote, soñándote, necesitándote; escribiendo cada sentimiento inexplicable que me detiene la respiración, resaltando cada palabra que no alcanzo a expresar, subrayando cada verdad que me nubla la mirada, borrando cada suspiro y cada necesidad de ti, acentuando cada momento en que tu recuerdo me hace sentir plena. Y aquí me tienes, indefensa, aturdida, confusa, temerosa con el profundo miedo de enfrentar mi realidad; con este sentimiento que me impide respirar, que me roba el aliento, me aplaza el sueño y me impide pensar claramente…y aquí me tienes, pensándote en el día y soñándote en la noche…y aquí me tienes, haciéndome sentir una gama de sentimientos ya olvidados…y aquí me tienes totalmente rendida tratando de descifrar este enorme rompecabezas que es mi corazón…y aquí me tienes, aguantando el nudo en mi garganta…y aquí me tienes, planificando el escape perfecto o simplemente organizando mi vida para en esta ocasión quedarme para siempre…
No sé si fue un error detenerme o fue la más grandiosa idea que he tenido en mi vida, pero debo aceptar que día con día te vas haciendo más importante en mi vida, más necesaria, más indispensable. Y es justo en esos momentos en que detengo mi agitada vida y me pregunto, ‘¿qué estás haciendo?, detente, reacciona , escapa y continua antes que quedes sumergida en ese algo completamente desconocido; sin embargo tan fascinante y embriagante’…y he tratado de huir, de escapar, de desaparecer, pero soy una imbécil porque cuando decido irme es cuando más rápido regreso, cuando comienzo a extrañarte, cuando la necesidad de estar a tu lado se hace más evidente que la necesidad de continuar mi camino. Por más que intento salir de este laberinto no encuentro la salida y tampoco avanzo, tan solo permanezco y me pierdo más, ¿será que ni quiero salir?...
No sé cómo explicarle a mi corazón lo que me estás haciendo sentir; justamente ahora que me había rendido y mi corazón guardaba…llegaste tu y le pusiste color a mi existencia, una sonrisa enamorada a mis labios y una mirada perdida al horizonte lejano; muy lejano e inalcanzable. En este tiempo me has embrujado, paralizado, desconcentrado, torturado con tu presencia, con tu esencia y ¿cómo pude dejar que me provocaras tantas cosas?, yo que soy tan fuerte, tan centrada, tan realista, tan…idiota…no pude controlarlo, te colaste por cada espacio de mi corazón, por cada centímetro de mis pensamientos, por cada recoveco de mi alma. Y ahí estás, ocupando un espacio en mi corazón que estaba vacío y era intocable; un corazón a puertas cerradas y dispuesto a permanecer en la oscuridad de la soledad, dispuesto a no sentir, a no creer, a no existir… ¿cómo has logrado tanto?, has derribado esa enorme pared que ha sido mi fortaleza por mucho tiempo donde he guardado mi corazón, mi alma, mis sentimientos; donde la razón es la guardiana eterna.
Aun así debo reconocer que eres tú la que alegra mis días grises, la que convierte mis pesadillas en mágicos sueños, la que con su voz acuna mis dormidos sentidos, la que dibuja alguna pícara sonrisa en mi rostro, la que hace que mi corazón se salte un latido cada vez que llega, la que con el solo hecho de estar inutiliza mis sentidos y llega el nerviosismo, la que con sus palabras ilumina mi mirada y ensordece el ruido del mundo; el mundo que queda fuera cada vez que estamos juntas, ese mundo totalmente conocido, sin embargo, innecesario cuando nos tenemos la una a la otra…donde el bullicio, la gente, el prejuicio, las miradas y el imposible no existen, no tienen cabida, no triunfan sobre los sentimientos del alma.
Parece increíble, pero la gente me detiene y pregunta que sucede conmigo, el porqué de la mirada perdida, el porqué de la sonrisa indiscreta, el porqué de la esencia radiante, el porqué de la alegría incesante, el porqué del rostro de tarada y no sé que responder porque por más que trato de esconder esta fascinante tortura; por algún lado se derraman mis sentimientos, se me escapan aunque lo que quiero es permanecer en silencio.
Es difícil para mí expresar las cosas que quiero decir algunas veces; dar un paso atrás sería lo más razonable, dar la media vuelta, ignorar al corazón, hacerle caso a la conciencia y vivir prófuga del amor huyendo de los sentimientos. En muchas ocasiones la única cosa que quiero decir es la única cosa que callo; por miedo…ese miedo que me paraliza, ese miedo que me inutiliza, ese miedo que me acobarda, ese miedo que me hace callar cuando debería gritar, alejarme cuando debería permanecer, querer cuando debería amar, morir cuando debería tan solo vivir…
Tendría que estar durmiendo ahora y aquí me tienes… pensándote, soñándote, necesitándote; escribiendo cada sentimiento inexplicable que me detiene la respiración, resaltando cada palabra que no alcanzo a expresar, subrayando cada verdad que me nubla la mirada, borrando cada suspiro y cada necesidad de ti, acentuando cada momento en que tu recuerdo me hace sentir plena. Y aquí me tienes, indefensa, aturdida, confusa, temerosa con el profundo miedo de enfrentar mi realidad; con este sentimiento que me impide respirar, que me roba el aliento, me aplaza el sueño y me impide pensar claramente…y aquí me tienes, pensándote en el día y soñándote en la noche…y aquí me tienes, haciéndome sentir una gama de sentimientos ya olvidados…y aquí me tienes totalmente rendida tratando de descifrar este enorme rompecabezas que es mi corazón…y aquí me tienes, aguantando el nudo en mi garganta…y aquí me tienes, planificando el escape perfecto o simplemente organizando mi vida para en esta ocasión quedarme para siempre…
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Sankh Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
.jpg)
es cómo si yo lo hubiera escrito...Wuaou tienes tanto sentido cada palabra...un rompecabezas el corazón
ResponderEliminarrealmente increíble, conseguí las palabras que describen exactamente lo que siento... la lucha eterna entre la razón y el corazón.
ResponderEliminar