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Recuerdos - Riba


Estaba sentada en una terraza, tomando un café y Aprovechando un  día soleado. La terraza estaba llena de gente, que charlaban, reían y compartían sus horas.
De pronto su atención se fue a la mesa de al lado dos chicas estaban hablando entre ellas.
-¿Has oído lo que le ha pasado a Aitana?



-Si, que desagradable, ¿no?
-Si realmente eso le pasa por ser como es siempre se estaba riendo de todo el mundo.
-Si pero, no creo que nadie merezca, que le hagan eso.
-Si tienes razón. ¿Y tus hermanas como siguen?
Y así oyendo ese nombre  se preguntó si sería la misma Aitana que un día la enamoró.
Y su mente voló a aquel tiempo:
Estaba ella comprando, y en caja pagando cuando se dio cuenta que no tenía suficiente dinero, quiso retirar algún producto y entonces apareció ella con su amplia sonrisa, y esa postura de salvadora.
-Permiteme, si estas de acuerdo te presto el dinero y luego me lo devuelves. Se ofreció de una manera encantadora.
-Y pensé, por que  no - Claro si insistes.
Salimos las dos juntas del supermercado, era una situación rara pero no me la quería perder bastante monótona era mi vida como para desperdiciar la oportunidad que me ofrecía esa mujer, no se porque pero a la vez también pensé hacía tiempo que no ligaba con ninguna chica, y que ya era hora de intentarlo, y aquí se me estaba presentando  la ocasión. Y por su actitud supuse que estaba intentando ligar conmigo.
-Bueno si quieres puedes acompañarme a casa y te devolveré el dinero.
-Será un placer. Además me he quedado sin blanca y no tengo para pasar la semana, te he dejado mi último capital.
-Que amable, me siento alagada, entonces vamos.
Se montaron en el coche de Nerea y esta puso rumbo a su casa.
Una vez allí la hizo pasar.
-Siéntate , ¿quieres tomar algo?
-No gracias, de momento no me apetece nada.
-Espera que ahora vengo, se alejó hacía la habitación.
Y mientras tanto Aitana se entretuvo observando la casa de esa mujer,era una casa acogedora, no tenía ninguna foto de hombres lo que llevo a Aitana a pensar que tal vez esta sería de las suyas,”lesbi” lo que como ya pensó en el supermercado (esta caería en sus redes).
Salia Nerea de la habitación con el dinero en mano. Y se la quedó mirando.
-¿Qué te gusta mi casa?
-No esta mal para una chica sola.
-Por que crees que estoy sola ?
-No veo fotos de nadie por aquí cerca.
-Ya y por eso ya tengo que estar sola ¿no?
-Bueno pensé que así  sería, por lo menos a mi me gustaría.
-¡Vaya! Era eso.
-Te molesta.
-No para nada, lo que pasa es que me has pillado de sorpresa- dijo Nerea, mientras pensaba ya estás cayendo en mi red.
-Como veo que tienes poco dinero para pasar la semana que te parece si te invito a comer, y así tendrás para cenar.
-Jajaja - se reía Aitana, 
-Mujer que tengo más que esto, eso sólo fue un pretexto.
-¡Ha! Un pretexto. Entonces estabas buscando algo especial?.
-Bueno -trago saliva Aitana, y un poco ruborizada la miró y le digo 
-¿Si tu quieres algo más?
De momento preparemos la comida después ya veremos lo que pase.
-Hola , Hola -La sacaron de sus pensamiento -¡Hey!
-Que hay Olga ¿como tú por aquí?
-Pasaba para ir al cine y te vi, ¿cuánto tiempo? Todo bien?
-Si gracias y tú , ¿como le va a Lara? (su esposa)
-Bien, haber si pasas algún día  por casa.
-Si en cuanto tengo un día de fiesta te llamo para quedar, dale recuerdos a Lara.
-No te preocupes hemos quedado en la puerta del cine ¿Quieres venir? Y la saludas tu misma.
-Hoy no tengo muchas ganas de meterme en un cine en otra ocasión de acuerdo.
-Bueno.
Se besaron y Olga se marcho. Nerea se levanto pagó la cuenta y con paso lento fue paseando hasta su casa. Esa casa que le recordaba a Aitana, cuando llegó se puso cómoda, se colocó el pijama, y se tumbo en el sofá, y el recuerdo volvió, ese sofá fue el primer lugar donde mantuvo relaciones con Aitana, lo recordaba como si fuera ayer mismo, después de la comida, que prepararon las dos, y sin quitar la mesa, las dos sentadas en ese  sofá empezaron a soltar rienda a todo lo que fueron acumulado desde el supermercado. Aitana era una buena amante, sus manos recorrieron todas las partes de su cuerpo, su boca beso cada parte de su piel, pero experta como era la hizo esperar hasta que ella no pudo más para llevarla hasta el máximo placer que ella recordaba haber tenido, fue hermoso conocer a Aitana, desde ese día fueron asiduas en sus encuentros, no hubo rincón en esa casa que no tuviera el recuerdo de sus encuentros amorosos, pero para Aitana aquello era bastante, en cambio para Nerea, no, ella quería una vida estable, quería salir con ella agarrada de la mano enseñarle al mundo su amor, casarse con ella.
Aitana en cambió eso no le gustaba, ella tenía bastante con esos encuentros en casa de Nerea, disfrutaba con ella, pero después de eso ella hacía su vida, tenía muchas chicas a las que dar amor, era una mujer que necesitaba estar rodeada de amigas y demostrarle su dotes amatorias.
 Enca, la mejor amiga de Aitana, siempre le estaba recriminado su forma de vida.
-Un día te veras sola, alguien te hará lo mismo que tu le haces a ellas, no puedes jugar con los corazones de tantas mujeres.
-No exageres. Yo sólo les doy amor.
-Si pero luego les rompes  las ilusiones.
-Ellas saben lo que hay, sólo busco sexo, si se quedan “pilladas” eso es culpa suya, no mía .
-¿Y que me dices de Nerea?
-¿Qué pasa con ella ? Ella es especial.
-Ya me dirás en que sentido? Le estás haciéndole  lo mismo que a las demás .
-Tú me conoces no puedo atarme, necesito sentirme como el aire, preciso para todas pero sin dueña.
-Aitana no siempre serás joven, guapa, tienes que pensar en el futuro, y Nerea es un futuro seguro, y que te quiere.
-Bueno Enca, dejémoslo estar, esta conversación la hemos tenido un millón de veces.
Y no fue hasta que un día Nerea la vio  abrazada a otra mujer, siempre quiso disculparla, pero aquel día que la vio del brazo de aquella mujer, fue como si el mundo se rompiera en mil, su corazón se desengaño. Quiso pensar “es sólo una amiga” pero no puedo más que seguirla, vio como se besaban, como llegaron a una casa y se perdieron el ella, y allí permaneció esperando a que saliera Aitana de un momento a otro, pero la noche la encontró allí haciendo guardia, y con los ojos llorosos y la sensación de vació se fue caminado con paso cansado como si le hubieran caído cien años de golpe.
Recordaba como si fuera ayer mismo cuando estuvo frente a Aitana.
-Hola Nerea- saludo Aitana, ajena al dolor de ella.- ¿Te pasa algo? Tienes mala cara ¿Estás enferma?
Nerea amaba a aquella mujer con sus defectos, con sus virtudes, era ella , la que le había hecho respirar, le resultaba muy difícil hacer lo que iba hacer. Pero armándose de valor le dijo:
-Esto se acabó Aitana - y sus ojos se llenaron de lágrimas.
-¿Qué estás diciendo Nerea? ¿porqué?.
-Y tú me lo preguntas?. Tú que tienes una amante en cada esquina, tú que no quieres comprometerte con nadie, tú que cada noche duermes con tres o cuatro, Tú que hoy me besas a mí y a la tarde besas a otra.
Te he perdonado, todo por que te quiero y porque nunca he visto con mis propios ojos nada, pero el otro día por desgracia para mi te vi, si te vi con otra, dándole lo que me das a mí. Me ha costado mucho tomar esta decisión, pero no quiero cortarte las alas y tú no quieres cortalas por mí, así que Aitana hoy será el último día en que nos volvamos a ver, siento que acabe así, tu sabes perfectamente lo que yo quería, quería formar una familia contigo, quería que te casaras conmigo, quería que conocieras a mis padres, quería hacer mi mundo contigo, pero tu ya tienes tu mundo ahí fuera, me arrepentiré toda la vida de dejarte ir pero como quiero que seas feliz, no me queda otra.
Y así acabo su historia  con Aitana, y ahora por una conversación de dos desconocidas, le traían el recuerdo a su vida.
Hacia tiempo que no se acordaba de ella, como podía iba viviendo desde lo de Aitana, no tenía pareja, esa mujer la dejó una marca que le cambió la vida.
Sintió envidia cuando Olga y Lara la invitaron a su boda, en aquel momento  se vio a ella en el altar con otra persona.
Volvió a la realidad, se incorporo del sofá y buscó su agenda, no podía terminar el día sin saber si era Aitana de la que hablaban las dos desconocidas, su Aitana.
Abrió la agenda, y marcó el número en Enca.
Ring, ring, ring...escuchaba ella detrás de la línea hasta que al final respondieron.
-Diga.
-Hola ¿Enca?
-Si soy yo, ¿quien pregunta?
-Soy Nerea.
-¡Hola Nerea! ¿Qué tal?
-Bien, sólo quería preguntarte si le ha pasado algo a Aitana, es que bueno estoy algo inquieta después de haber oído una conversación.
-Veras Nerea ella esta ingresada en el hospital, tuvo un percance, sería muy largo de explicar, tu ya sabes como era ¿no? Algún día le tenía que pasar.
-¿Es grave?.
-La verdad es que sí, creo que no lo logrará.
-Enca no me digas- dijo Nerea con la voz entrecortada por el llanto.
-Si, se la llevaron por delante con un coche, la policía esta investigando quien fue pero por el momento, no tienen novedades.
-Dime donde está e iré.
-Mejor será que no lo hagas, ella no durará mucho y prefiero que te quedes con su recuerdo, a que la veas así. Ella no esta consciente.
Pasaron dos días y allí estaba ella de pie y con un paraguas para resguardarse de la lluvia, en el cementerio, poca gente, pudo ver a Enca, (que le llamo para decirle la hora del sepelio) dos personas mayores que lloraban, (deberían se sus padres) y dos o tres personas más.
Y vio como introducían el ataúd en el nicho, lloró, lloró por aquella mujer, lloró por lo que puedo haber sido y no fue, y allí estuvo mirando la tumba, hasta que la mano de Enca la estaba empujando suavemente hasta la salida.
-Ella te quería Nerea, creo que fuiste la única mujer a la que amo.
Se hubiera dado cuenta, pero le faltó tiempo.
Allí donde esté seguro que estará pensando en ti.


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