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La princesa de ojos verdes - Bell


La fiesta, estaba empezando, todos estaban muy sonrientes. El ambiente era distendido con buena música, Alejandro organizo todo para que algunos de sus amigos conocieran a alguien, para que no estuvieran solos, entre ellos, Federico, Demian, Antonela, Kiara y Lucia, eran los que hace rato estaban sin pareja y Alejandro con su novia planeo presentarlos y ver si surgía algo.
Lo que nunca imagino era lo que paso, al principio todos conversaron por buen tiempo, pero las que más hablaban eran Kiara y Lucia, entre ellas, parecía que nadie mas estaba alrededor, se habían visto algunas veces, pero no se conocían, Kiara no podía dejar de mirar a Lucia, de hablarle, hasta se animo a invitarla a bailar con algo de vergüenza pensando que Lucia no querría, para su sorpresa Lucia acepto encantada, se divirtieron, rieron y no se separaron en toda la noche, Demian era el más desconcertado porque había puesto sus ojos en Lucia y ella ni siquiera lo miraba, solo se divertía con Kiara.
Kiara, era una chica tímida, de 25 años quien dentro suyo hacía tiempo acepto que le gustaban las chicas más que los chicos, pero esto no era conocido por sus amigos o familia, ella lo pudo comprobar en su momento, cuando conoció a Gabriela, ella fue la primera chica que la ponía nerviosa con solo mirarla, hasta que se dieron el primer beso y Kiara termino de comprobar lo que por dentro ya sabía, le gustaban las chicas, no fue fácil aceptarlo menos porque su familia era muy conservadora y no aceptarían eso en ella, con Gabriela no tuvo una relación larga ya que tenía pareja, así que fue y seguía siendo una buena amiga con quien descubrió la sensación del primer beso. Ahora estaba delante de Lucia, que parecía hipnotizarla con sus ojos verdes y no sabía muy bien qué hacer, no quería confundir una amistad con algo más.
Lucia, era extrovertida, le gustaba mucho bailar, tenía muchos amigos y a sus 20 años ya había tenido varios novios o algo así, como solía decir. El ultimo novio que tuvo, era algo mayor que ella y la relación termino mal, porque era un hombre casado, lo que llevo a su padre a prohibirle muchas cosas, por considerarlo inmoral, a pesar del maltratato mas de tipo emocional que recibía de su padre, nunca perdía su sonrisa, ahora estaba bailando y hablando con Kiara , se sentía cómoda, alguien se interesaba en lo que ella tenía que decir, no entendía porque no podía dejar de mirarla, tampoco entendió porque en un momento en que pararon la música se sentó en las piernas de Kiara, sin pensar tomo la mano de ella y levantando su remera la puso sobre su abdomen, Kiara sorprendida dijo-¿pasa algo?-. Lucia solo respondió con inocencia,-aunque no lo creas, solo quería sentir esa sensación- ambas rieron y siguieron observando a los demás bailar el resto de la noche y solo bailaron entre ellas. Llego el final de la fiesta y Kiara se ofreció para llevar en su auto a algunos de sus amigos, la primera en sentarse en el asiento del acompañante fue Lucia, ella no entendía que pasaba solo quería estar cerca de esta chica tan interesante.
Todos opinaban a quien debían llevar primero, Kiara deseaba en su interior que fuera Lucia la ultima en bajar de su auto, pero no lo dijo en cambio Lucia sí, dijo-primero llevemos al resto, mi casa esta de camino a la tuya así que me quedo hasta el final- lo dijo con una enorme sonrisa en el rostro. Kiara no dijo nada, pero su sonrisa iluminaba más que las luces propias de la calle, hicieron el recorrido dejando a todos, cuando se quedaron solas, siguieron hablando de lo buena que estuvo la fiesta y de sus dotes de bailarinas, riéndose mucho. Al llegar a la casa de Lucia, ninguna quería despedirse sin saber muy bien que pasaba, se conocían hace apenas horas pero sentían que se conocían de toda la vida, finalmente Kiara dijo- será mejor que bajes, así tendremos de que hablar mañana- sonrió. ¿Mañana? Dijo Lucia, te espero a las 5 de la tarde, espero que al despertar no te hayas olvidado de mí- acercándose le dio a Kiara un beso muy cerca de la boca, se bajo del auto y antes de cerrar la puerta giro, dedicándole  una gran sonrisa.
Kiara no podía creer lo que había pasado, sería posible que esa chica fuera lo que ella buscaba, no lo sabía pero estaba segura que no la olvidaría en la mañana, su sonrisa era plena, más cuando recordaba la sensación de sentir la piel de Lucia, no estaba dispuesta a confundirse, seguro para Lucia todo era muestra de su simpatía, que se sentía cómoda con ella pero nada más, no quería ilusionarse, eso no podía pasarle a ella, llego a su casa y durmió con un sabor dulce en su boca sin saber todavía porque.
Para Kiara el día paso muy lento, era muy responsable en su trabajo así que trato de no distraerse, pero al recordar los ojos de Lucia, le era imposible. Miraba el reloj cada 5 minutos, quería apresurar el tiempo para verla, por fin el reloj marco las 4 de la tarde, no tendría tiempo de pasar por su casa y cambiarse por lo que  se arreglo como pudo, pasando a buscar a Lucia, no sabía si ella estaría lista o tan nerviosa como ella lo estaba, pero lo que fuera que le atraía no la dejaba pensar, estaciono, bajo del auto y toco el timbre, un niño de unos 3 años se asomo diciendo- Dice Luci, que ya viene, hola , sos linda vos- Kiara rio, aquel pequeño tenía los ojos tan hermosos como los que perturbaron su sueño. –Gracias, me llamo Kiara- el niño la miro sin decir nada, corriendo hacia dentro de la casa. De pronto, Lucia aparece en la puerta, un jeans al cuerpo, una camisa q marcaba su cintura, Kiara pensó que no podía disimular lo que le provocaba, trato de saludarla normalmente, esperaba haberlo logrado. Lucia por su parte, la saludo con una gran sonrisa y un sonoro beso en la mejilla- ¿Nos vamos?, veo que ya conociste a mi príncipe- dijo subiendo al auto.-Sí es hermoso, ¿cómo se llama?-.
-Su nombre es Kevin, es mi hermanito, es precioso- , -no lo dudo ¿pensaste adonde ir?- Kiara se daba cuenta que le costaba mucho no mirarla, y menos evitar ver sus ojos, pero debía hacer bien las cosas, no conseguía amigos con facilidad, no pretendía perder una por un gran error. Así que solo pensó que lo mejor era dejar de lado lo que sentía y tratar de seguir con una buena amistad, además sabia que a Lucia le gustaban mucho los hombres, eso estaba claro.
Lucia por su parte, estaba sorprendida de ella misma, lo que estaba haciendo no era normal, salir con una amiga que recién conocía no era su costumbre, pero Kiara hacia que se sintiese segura, tenía una forma de mirar sus ojos, con tal ternura que le era imposible no sentirse nerviosa, decidieron ir al cine, fue una tarde de risas y charlas, tímidamente, Lucia le conto algo sobre su familia, sus padres estaban separados, aunque convivían, lo que más le importaba era el bienestar de su hermanito, sus otros hermanos eran mayores que ella, no tenia buena relación con su padre, pero su madre era muy importante en su vida, no trabajaba desde que había tenido problemas con su jefe , por la intervención de su padre, Kiara escuchaba con atención todo lo que decía, y la tristeza de su mirada solo lograba que tuviese ganas de cuidarla, protegerla. Kiara le conto que hacía 2 años se había ido de la casa de sus padres, que trabajaba, se mantenía y deseaba estudiar una carrera, pero que debía poder costear sus gastos primero. Finalmente regresaron, se despidieron dejando alguna salida pendiente.

Después de esta hubo otras salidas, reuniones en casa de amigos, una fiesta, salidas en grupo al parque de diversiones, cada una era motivo de una alegría inmensa para ambas que con solo saber que se verían, cambiaba su día. 

Lucia, comenzó a darse cuenta que si vería  a Kiara, estaba nerviosa desde temprano, se arreglaba pensando en el momento de verla, no entendía,  no le pasaba esto con sus amigas; Sobre todo desde una fiesta, a la que llego después de discutir con su padre, el acostumbraba a herirla con sus palabras, esa noche en especial se encontraba muy triste, pero disimulaba ante todos, cuando Kiara le dijo- ¿me acompañas afuera?- llevándola de la mano, una vez lejos del resto, la miro a los ojos diciendo- No sé el motivo de la tristeza en tus ojos, solo puedo decirte que estoy para cuando quieras hablar de eso o de lo que sea que necesites, siento en mi la necesidad de estar para lo que quieras, no te voy a presionar, solo necesitaba que lo sepas.-le dio un beso y volvió a entrar a la fiesta, dejando a Lucia con una gran sonrisa, pero más que nada con los latidos de su corazón acelerados sin entender porque, lo que si sabía era que ninguno de sus amigos pudo ver lo que Kiara vio en sus ojos, y nunca se sintió tan protegida con simples palabras como ese día.

Kiara, le dijo eso sin pensarlo mucho, en general cuando sentía que debía decir algo lo hacía, pero los ojos tristes de Lucia le llegaron más hondo que cualquier otra persona, vio como ella quedo perdida un momento después del beso para después entrar y sentarse con una gran sonrisa a su lado. La noche continuo, sus amigos se divirtieron y ellas igual, al terminar la fiesta, Kiara como siempre llevo a varios a sus casas, también como siempre llevo por ultimo a Lucia, solo que esta vez al despedirse, se atrevió a besar en la comisura de sus labios al despedirse, notando que a ella no le disgustaba, lo que le dejo un sabor dulce en su boca, durmiendo con una sonrisa.

Su amistad fue creciendo muy rápido, llevando a conversaciones muy profundas donde Lucia , le conto los problemas con su padre, el porqué de su tristeza y dolor, como su padre la trataba como una cualquiera desde que tuvo esa relación con alguien casado, él se creía con derecho de herirla gratuitamente, sobre todo al decirle que nunca cambiaria, en Kiara encontró a quien le hizo ver lo valiosa que era como persona, que le hacía sentir de verdad que era capaz de hacer todo aquello que se propusiera pero lo que sentía en su estomago cada vez que iba a verla la tenía muy confundida, no decía nada, pero cada beso ya no era una despedida suficiente, cada abrazo que ella le daba hacia que se sintiera única y especial. Kiara le propuso a Lucia trabajar con ella, podía conseguirle un puesto para adquirir experiencia, de ese modo estaría haciendo algo, demostrándole a quien dudara que era capaz, ella acepto con mucho temor, pero en poco tiempo era una de las empleadas con mejor desempeño, mientras que su admiración por Kiara crecía, más que nada sentía que no solo era admiración, era mucho más que eso.
Una tarde en que en la casa de Kiara veían una película junto a la hermana mayor de Lucia, recostadas en la cama, ya la confianza entre ellas permitía que se soltaran, haciéndose cosquillas, cuando de repente sin pensarlo Kiara comenzó a besar la cara de Lucia a modo de cosquillas, el aroma de su piel la mareaba, era conciente que no estaban solas, pero no pudo evitar hacerlo, además estaban algo tapadas con una frazada y la hermana de Lucia estaba muy concentrada en la película, así que no se percato de lo que sucedía, mucho menos del momento en que sin poder evitarlo Kiara beso los labios de Lucia, luego la miro pensando que hizo una locura, sin embargo, Lucia le regalo una hermosa sonrisa con brillo en sus ojos verdes, lo que impulso a Kiara para volver a besarla, solo cuando Andy, la hermana de Lucia dijo- ¿no están mirando?-. Las dos salieron de su escondite con una sonrisa que no podían ocultar y tomadas de la mano siguieron en apariencia por lo menos viendo la película, la realidad era que ambas solo pensaban en ese beso, en lo dulce, tierno, loco que había sido, en que pasaría ahora, eran tantas cosas que solo deseaban que la película termine en ese instante.
Con Andy  presente, no tuvieron oportunidad de hablar del beso, Kiara las llevo a su casa, despidiéndose con cierto dolor de Lucia, quien sin embargo, volvió sobres sus pasos con la oscuridad de cómplice, dándole un beso en los labios. Kiara solo pensaba en el día siguiente, casi no durmió y aunque ya era tarde llamo a casa de Lucia con la excusa del trabajo, sabía que ella no podría responder nada, así que solo hablo - Quiero que sepas que no puedo dejar de pensar en ese beso, que no me arrepiento de haberlo hecho, lo deseaba desde que te conocí, si te molesto te pido perdón, pero necesito que me lo digas, se que ahora no podes, solo quiero que me digas que mañana vamos a hablar, por favor princesa- esperó que Lucia diga algo, solo se escuchaba su respiración, hasta que dijo- pienso igual, mañana seguro hablamos, te mando un beso, que descanses- y corto.
Al día siguiente se vieron en el trabajo, solo se saludaron acordando irse juntas al salir, para ambas el día no pasaba más, miraban el reloj cada minuto y nunca avanzaba, así fue el día para ellas, solo se dibujaba en sus labios una sonrisa al recordar los besos. Kiara  termino lo último que debía entregar, se arreglo un poco, se perfumo y salió al estacionamiento como habían quedado. Por su parte, Lucia entrego su planilla y corrió al vestuario, se baño, se preparo pensando que lo hacía para Kiara y aún así no lo podía creer, no era nada normal para ella, pensar en arreglarse para una chica, pero su corazón latía con fuerza ante el deseo verla.
Kiara estaba recostada en el auto, cuando la vio, su boca se seco, cuando puso atención en el vestido que ella llevaba, no era corto ni largo pero permitía apreciar sus bellas piernas, y el escote llegaba justo a la línea que tantas veces llamo su atención. –hermosa!!!!- dijo, abriendo la puerta de su auto, Lucia sonrió y en su cara se notaba cierta vergüenza,  salieron del estacionamiento. Kiara prestando atención al tráfico dijo- Si te parece vamos a mi casa, podemos comer algo y hablar-. –Es lo mejor- dijo Lucia- en otro lugar no estaría muy cómoda- al llegar, las dos estaban nerviosas, no sabían muy bien que decir , ni que iba a pasar, se encontraban en una situación difícil de explicar.
Kiara: creo que me toca empezar, quiero que sepas que no planee ese beso, solo lo hice y me sentí muy mal, sobre todo cuando pensé en cual sería tu reacción, fueron dos segundos pero interminables, cuando me regalaste tu sonrisa, te aseguro que te habría besado el resto del día de no haber estado tu hermana, siento algo muy fuerte por vos, ahora necesito que me digas que te pasa a vos conmigo.
Lucia: Soy sincera si te digo que no tengo idea, sé que conocerte cambio mi vida totalmente, me haces sentir valorada, cuidada, me enseñaste sin pensar que no podría, con vos siento que puedo hacer todo lo que quiero, realmente siento un gran cariño, el beso fue lo más dulce que me paso, sentí que volaba, que era una locura, pero me encanto, no sé qué va a pasar ahora, no te quiero perder.
Kiara: eso no va a pasar, salvo que vos quieras, te propongo que sigamos como hasta ahora si algo tiene que cambiar entre nosotras, se dará.
Lucia: pero vos entendes que no me gustan las chicas??
Kiara: Sí, lo sé, no creas que yo estoy segura de lo que hago, sé que me gustas vos, pero vos, no las chicas vos, Lucia, de eso estoy segura.
Lucia: Tengo que decir, que no se si quiero que el beso se repita, se que quiero tenerte en mi vida, por favor, que las cosas no cambien, no sé qué haría sin vos ahora que te conozco.
Kiara: ni yo, dejemos que el tiempo nos muestre como seguirá todo, sin presiones, sigamos siendo amigas.
Era verdad lo que ambas decían, sin embargo, en su interior, las dos sabían que querían más. Lucia, tenía miedo porque para todos era evidente que se casaría pronto o tendría pareja, nunca estaba mucho tiempo sola, como explicaría lo que estaba pasando si ni ella entendía muy bien. Por su parte, Kiara, si bien sabía que le gustaban las chicas, nunca había estado con una y el único que sabía esto era su mejor amigo, la angustiaba no saber qué hacer si Lucia decidía por fin estar con ella, que era lo que deseaba, era conciente que estaba enamorada de esa princesa de ojos verdes, como en un cuento, solo que no sabía qué final tendría todo.2
Después de hablar tomaron la decisión de verse en el trabajo o si coincidían en alguna reunión estaría todo como siempre, pero que tomarían distancia en cuanto al tiempo que compartían hasta saber que era lo que realmente querían hacer. Pasaron unos días, se extrañaban, mientras estaban en el trabajo podían hablar y no dejaban de mirarse, pero no alcanzaba. Un día, Kiara vio a Lucia hablar muy de cerca con Adriana, una compañera, no le gusto verla tan sonriente menos que le hablara casi al oído, pero no dijo nada solo se concentro en su trabajo sin que el resto del mundo existiese, esto incluía a Lucia, quien se dio cuenta y le dolía la frialdad con que la trataba, no entendía nada. No soporto más y se presento en la oficina de Kiara.
Lucia: Me podes decir que hice? Para que me trates así.
Kiara: ¿Perdón? De qué hablamos?.
A Kiara le salía bien la indiferencia cuando lo deseaba, y era muy dura al hablar, en este momento sentía que Lucia merecía ese trato.
Lucia: De nosotras!! ¿Por qué estás haciendo esto? ¿Es muestra que el tiempo está hablando y que no te interesa ni mi amistad?
Kiara: No digas eso, yo…solo, me puse mal al ver como hablabas con Adriana, no pensé, solo actué y me sale ser así, es mi manera de encerrarme para no sufrir, perdón.
Lucia: ¿Con Adriana?...pero si solo estaba planeando una salida, ya que quedamos que tendríamos que coincidir, esperaba que ella te invite para poder estar juntas ¿no ves que te extraño?- A Lucia sus ojos verdes se le llenaron de lágrimas.
Kiara: Que mal me siento, perdón por favor, estaba celosa princesa, ¿me perdonas?
Lucia la miró, con ternura, quería que viera en sus ojos lo que le hacía sentir, pero fueron sus palabras las que cambiaron para siempre su relación.
Lucia:¿Cómo no perdonarte? si sos la luz de mis ojos, no quiero perderte y menos tenerte lejos.
Kiara sintió que su corazón dio un vuelco, sí era su princesa, era ella, por fin la encontraba, sus palabras hicieron que se le llenaran los ojos de lágrimas, quería estar con ella más que nada, por fin se abrazaron sin querer soltarse, volvieron a hablar y esta vez ya no tratarían de estar separadas sino todo lo contrario, Kiara aprovechaba cada momento libre para pasar por casa de Lucia, a merendar, a cenar, ya era normal para todos su presencia constante, al igual que el hecho que Lucia no estuviera y seguro la encontraban en casa de Kiara. Pero ellas hablaban mucho, hacían todo juntas, sin embargo aquel beso no se había vuelto a repetir, hasta que un día mientras caminaban por una calle oscura, Kiara le tomo la mano, la abrazo y finalmente en la oscuridad, beso tiernamente esos labios que la volvían loca, a los que aprovechaba para rosar con los suyos cada vez que se saludaban, pero este beso fue más profundo, y cuando quiso sentir con su lengua, Lucia se separó y dijo- No, eso no- en Kiara había sorpresa, vergüenza, temor de haber confundido todo, dolor por el rechazo; Lucia por su parte, tenía miedo , porque sabía que si daba rienda suelta a lo que sentía no podría parar, y no sería solo su lengua lo que querría, de Kiara lo quería todo, pero sabía que ella no tenía experiencia, que no había estado antes con nadie a pesar de ser mayor , eso la hacía sentirse responsable, más que nada porque sabía que la amaba. Vio como Kiara se alejo caminando en silencio, triste, la siguió tomo su mano y le dijo- No te pongas mal, no me molesto, por favor vamos a tu casa, voy a avisar a mi mamá que no vuelvo a dormir hoy-.
Al llegar, las dos se sentaron en el sofá, Kiara algo confundida, Lucia, nerviosa.
Kiara: no entiendo, pensé que estabas enojada conmigo por el beso, pero yo ya no puedo evitar lo que siento, te quiero, y necesito sentirte, si a vos no te pasa lo mismo es mejor que me lo digas ahora, para que pueda obligar a mi corazón a no quererte así.
Lucia: No mi vida, a mi me pasa lo mismo, lo de hace un rato fue porque se me vino todo a la cabeza, mis ganas de besarte, de acariciarte, la locura que me provoca tu perfume, te quiero, además te deseo, eso es lo que me hizo reaccionar así, sé que yo tengo responsabilidad para con vos, para estar juntas, porque vos no estuviste con nadie antes.
Kiara: Hay mi amor, que susto me diste, cuando te separaste me quise morir, yo siento lo mismo, pero sé que podemos superar todo si es lo que realmente deseamos.
Lucia se acercó para besarla, suave, tiernamente al principio, después fue profundizando en el beso, su lengua saboreaba la de Kiara, sus labios, sus manos empezaron a perder el control como si tuviesen vida independiente, acariciando el cuello, la espalda y despacio desprendió los botones de la camisa para acariciar sus pechos, después quitando la prenda que los cubría, desde que vio a Kiara por primera vez, los miraba siempre que podía, el tenerlos ahora a su disposición aumento su deseo, los colmo de caricias y besos. Kiara sentía su sangre hervir con cada  beso, roce, aparte de sentir, acariciaba a Lucia, logro quitarle la ropa y sentir su piel, siempre a pesar del perfume, era la piel de ella lo que la mareaba, y la deseaba tanto que no podía pensar, esa noche se demostraron mutuamente lo que sentían, el amor que se tenían, se daban cuenta que sus vidas cambiarían, pero solo se dedicaron a disfrutarse una a la otra.
Ya pasaron meses desde aquella primera vez, es imposible ocultar lo que sienten, empezaron los problemas cuando un día, el hermano mayor de Lucia llego a la casa cuando se despedían en la vereda, viendo como Kiara besaba el cuello de Lucia sin querer parar, se preocuparon por su reacción, él solo le dijo que eso no era normal, que estaba mal. Que pensara lo que hacía, que el problema sería con su padre no con él. El padre de Lucia, había comenzado a hacer comentarios sobre Kiara, diciendo que era rara, que la gente pensaba mal, que dejara de verla, la perseguía todo el tiempo, y ya no podía hablar con ella por teléfono desde su casa, esto la hacía sufrir, sobretodo porque no quería estar lejos de Kevin, pero no soportaba más la situación.
Una tarde que no fue a trabajar, Kiara vino a verla, estaba acostada porque no se sentía bien, entró a la habitación y Kevin estaba cuidando a su hermana.
Kevin: hola linda, a Luci por culpa de mi papá le duele la cabeza, vos la vas a curar?
Kiara: Creo que vos la cuidas bien, sos su príncipe, hermoso sobre todo.
Kevin: mmmm, vos ¿te queres casar conmigo?- pregunto muy serio.
Lucia: Ja ja ja, responde, el lo dice muy enserio.
Kiara: Es que tengo un problema, vos sos príncipe y ella princesa yo no lo soy, ¿Qué puedo hacer?
Kevin: yo te quiero igual, pero tenes que esperar a que sea más grande, te lo digo ahora para que no te cases con otro…solo te dejo si es Lucia.
La sorpresa en la cara de las dos ante ese comentario fue notoria, lo abrazaron y besaron ambas y el salió corriendo para ir a jugar. Lucia le conto el problema con su padre, y como se sentía, también que le había dicho que si se iba de la casa, no podía volver, eso la tenía preocupada, por su madre y por Kevin. Kiara como siempre, con algunas bromas, besos y abrazos logro sacarla de ese estado.
Kiara: nunca pensé que tendrías competencia en tu propia casa… Kevin te gano y me propuso casamiento antes jajaja.
Lucia: lo entiendo, sos encantadora, por eso te amo y me encanta como sos con él.
Kiara: quiero proponerte algo, te parece que hagamos un viaje?, tomémonos unos días, al volver veremos cómo están las cosas, ¿aceptas?
Lucia: y el trabajo?, sí quiero ir, con vos adonde sea
Ya estaba todo arreglado, se irían a la montaña, una cabaña que unos tíos de Kiara tenían, Lucia no pensó más y preparo sus cosas, cuando estaba haciendo el bolso, entro su padre.
Padre: –así que te vas con esa?, te das cuenta lo que haces?, si te vas es mejor que no vuelvas, no serás bienvenida en esta casa, ya me canse de tantos comentarios sobre vos, antes eran tipos, ahora esta…
Lucia: ¡Basta! Ya no digas nada, me voy y cuando vuelva no vendré a tu casa, además esta, tiene nombre, se llama Kiara.
Su padre se fue, ella estaba asombrada de lo que había hecho, enfrentarlo, no permitiría que nadie dijera nada de Kiara, ella era su vida, lo mejor que tenía, así que tomo sus cosas y fue a buscarla. El viaje fue hermoso, disfrutaron cada día a pleno, cada noche también, hicieron el amor tantas veces como lo desearon, algunos días no salieron , solo querían estar juntas, caminar en la calle de la mano, era algo que no podrían hacer al volver, lo que sí quedo claro fue que Lucia se mudaría con ella, y no darían explicaciones a nadie, que cada uno pensara y reaccionara como quisiera, ellas empezarían su vida juntas , era lo que importaba, este viaje fue su luna de miel y así lo vivieron, plenamente.
Pasaron 8 años de aquel viaje, hubo otros, pero ese fue el más especial, al volver comenzaron a vivir juntas, todos los conocidos y no tanto, pensaban que eran pareja pero no lo decían, la familia de ambas, salvo el padre de Lucia, adopto a cada una, Kevin ya no quería casarse con Kiara, era el único que se atrevía a decir, que ella ya estaba casada con la princesa de ojos verdes.
Era cierto, lo que Kiara había buscado desde un principio, su princesa, era quien vivía con ella, quien la cuidaba cuando estaba enferma, quien se preocupaba por cada cosa que le pasara, quien le había enseñado como hacer el amor, con quien había aprendido a sentirse plena cuando estaban juntas, las dos sabían que le gustaba a cada una y como, por eso y más la amaba tanto, ella también era quien hacía frente a los comentarios mal intencionados, con total dignidad, Lucia era su princesa y no podía sentirse más feliz. Aunque de pronto comenzó a pasar por su cabeza la idea de tener su propio principito o princesita, para que su vida sea completa…pero esa… es otra historia.


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3 comentarios:

  1. me ha encantado este cuento de princesas, muchas gracias por la publicación!!

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  2. Me gusto y mas como se enfernto a su papa para no separarla del amor de su vida..!!
    Daniella

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  3. Me enamoro tu historia y me hubiese encantado que sigas contando lo del principito o princesita

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