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Azul Oscuro casi negro - Andrea Cepeda


Aun me recorre un escalofrió cuando pienso en ella...en sus ojos, en su boca, su aliento, su perfecta figura...
Hacia sol, era primavera, la gente paseaba, los niños correteaban y sus padres simplemente los miraban...un paisaje perfecto, incluso idílico...


No pedía nada mas, pero el destino es tan caprichoso y a la vez generoso que me la regaló...Que fue sino el destino?
No entendía lo que pasaba y me acerque, despacio, no quería destacar entre la gente y entonces la vi, semiinconsciente, desmayada, el miedo se apodero de mi, aun no sabía quién era ni de donde provenía y sin embargo la quería...
Empuje a la gente y me acerque a ella -dejadle aire, solo necesita respirar-... la gente me hizo caso, a mi que siempre pase desapercibida... la incorpore delicadamente, le susurre palabras que la tranquilizaron, le dije que no se preocupara, que ya venía una ambulancia... me sonrió, simplemente dibujo una leve sonrisa en su cara que me ilumino como si de el sol mismo se tratase...
Ya esta aquí, le dije...la subieron a la camilla y se alejo... ya la echaba de menos, aun no se había ido pero yo ya la añoraba... 
Entonces escuche...espera...su voz era débil pero sus palabras claras...la mire, me acerque despacio, quería que ese instante fuese eterno...su boca a dos milímetros de la mía, su nariz ya pegada... la magia hizo el resto... la bese apasionadamente como si ya nunca lo volviese a hacer, como si fuese el último suspiro de mi corazón el que acompañaba al beso, sus labios y los míos no se querían separar, creo que tenían miedo, ambas bocas estaban nerviosas y expectantes... nos separamos, nos miramos a los ojos, los aplausos de la gente hicieron el resto... sonreímos...



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La Teta Feliz Historias y Relatos ® Andrea Cepeda Derechos Reservados
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