Allí, parada detrás de mí, no tenía ninguna visión de ti y una fuerza
electrizante me erizó la piel.
No sé cuánto tardamos en reaccionar...Sonreímos, nos presentaron. Y en
ese saludo, en aquel primer beso que juntó nuestras mejillas, un fuego inmenso
de adueñó de mi. No podía soltar mis manos de tu cintura. Sentía que si te
dejaba ir, se me iba la vida. Lo hice por compromisos inoportunos de nuestras
amigas, que a decir verdad, tanto me molestaban en este momento.
Pero no me separé mucho de ti. Tenía miedo de que tan sólo fueras un
sueño, y si lo fueras, dormiría toda la vida por estar contigo.
No dejábamos de mirarnos, de examinarnos, de conocernos a una distancia
corta, donde todos los
Pequeños gestos, miradas... nos embobaban aún más.
Y entonces pasó... Ya no tenía vuelta atrás. Una sonrisa iluminó tu cara
y de paso toda mi vida.
Lentamente llamada por ella me acerqué a ti, como presa de un bello
embrujó donde ya no veía otra cosa, figura o persona que no fueras tú.
No tenía miedo, una fuerza sobrehumana me llamaba, me llevaba una y otra
vez hacia ti.
Ni siquiera había cruzado dos palabras contigo y ya estaba rendida,
atrapada, danzando a tu alrededor una y otra vez. Mirándote, devorándote con la
mirada y gastándote la tuya de tanto hacerlo.
Y ya no hizo falta nada más para que el embrujó del amor nos invitará a
bailar.
Nos fuimos acercando y sentí el suave aliento de tu boca en mi oído y
susurrar... ¿qué me estás haciendo?
Gire sobre ti, ahora era yo la que gané tu oído, temblé... y sólo puede
decir: " Te estoy enamorando la vida para que la pases conmigo”.
Sonreímos. La copa entre nosotras era algo que ya se hacía de rogar. Me
cogiste de la mano y me llevaste a ello.
Hablamos, reímos, y nos fuimos conociendo hasta confirmar lo que ya
sabíamos, nos habíamos enamorado en el mismo instante en que nos sentimos, que
nos miramos y comprendimos que eso, y sólo eso era lo que siempre habíamos
buscado.
Y salimos de allí, de aquella noche que nos embrujó la vida, llenas de
teléfonos y citas, que mañana sin duda se concretarán.
Ni siquiera nos besamos, había sido una noche tan y tan intensa que ya no
cabía en ella nada más.
Y así te conocí... Y después de tres maravillosos años aún nos seguimos
diciendo te quiero de la forma más bonita que existe... Sintiéndolo hasta
quemarte la piel, el alma y todo tu ser sino lo expresas o lo demuestras.
Por eso y sólo por eso, sé que puedo decirte con todo mi uso de razón,
con toda la fuerza que me da tu amor que conocerte me enamoró la vida.
Y aprendí, aprendimos que amar no eso sólo decir te quiero....
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
La Teta Feliz Historias y Relatos ® Sonia Derechos Reservados
©
Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser
reproducida, ni en todo ni en parte, registrada o transmitida por un
sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún
medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico,
por fotocopia o cualquier otro, sin el permiso previo, por escrito, del
autor.
WOooooooooooooh
ResponderEliminar¿Qué decir?
ResponderEliminarEs hermoso, describe lo que muchas de nosotras deseamos con el alma sentir pero que aún no nos ha sonreído la fortuna...
que hermoso relato. me enamore
ResponderEliminar